Capítulo 3
Mi cuerpo estaba completamente entumecido, desde el pelo en la parte superior de mi cabeza a los dedos de los pies, metidos en mis zapatos. El entumecimiento se hizo cargo. Escuché mi corazón golpeando en mis oídos. Mis manos temblaban ligeramente y mis labios entreabiertos tomaban cortas respiraciones.
Antes de que pudiera darme cuenta, mis pies me llevaban hasta el estacionamiento del banco. Mis manos se enredaron con las llaves y, finalmente, las coloque en la puerta y la abrí. Me senté en el coche en un mareo total.
¿Venían por nosotros? ¿Mama sabe de esto? ¿Lo saben Seth y Elliot? ¿Cómo es que venían por la familia y no por la banda real?
Negué con la cabeza en el intento de despejar el lío mezclado que estaba en mi mente. Metí la llave en el coche y lo encendí. Salí de mi lugar en el estacionamiento y comencé a conducir de vuelta a mi casa. Mientras conducía, me acordé de la última conversación que tuve con Seth y Elliot.
"Muchas cosas han estado sucediendo Arabella. Ya ningún lugar es seguro", Seth dijo bajito.
"¿Cómo es que esto no se acaba? ¿Porque tuvo que empezar en primer lugar?" Le pregunté agarrando el teléfono con más fuerza a mi oído.
"Sabes las respuestas a ambas cosas. No puede terminar hasta que alguien gane y eso es lo que es", dijo, algo crujiendo atrás de su voz.
"Bueno, ¿por qué comenzó si nunca va a terminar?" Le pregunté moviendo un mechón lejos de mis ojos.
"Arabella sigues haciéndome preguntas sabiendo las respuestas" él dijo sintiéndose frustrado. "Sabes que comenzó porque el mundo ya estaba en mal estado, para empezar."
"Pero, lo que estás haciendo es contrario a la ley, estás cometiendo el crimen más grande de todos!"
"Bella, estas empezando a estresarme y tuve un largo día!" me gritó desde el otro extremo del teléfono, haciéndome saltar en mi asiento.
"Lo siento" chillé limpiándome una lágrima de frustración de mi mejilla.
"No, lo siento, no tuve que haber gritado", dijo jadeando. "Sabes que yo no haría algo sin razón alguna", dijo con calma.
"Lo sé", le dije envolviendo la manta de color rosa pálido, más fuerte alrededor de mi cuerpo.
"Tengo que irme. Estoy cansado y tengo que despertar mañana muy temprano. Te llamo mañana por la mañana", dijo dejando escapar un suspiro.
"Está bien, buenas noches Seth"
"Buenas noches Bella. Te quiero"
"Yo también te quiero" le dije antes de colgar el teléfono y dejar escapar un largo suspiro.
De esa conversación, nada peculiar fue discutido. No dio pistas de señales de Los Salvajes viniendo a los Estados Unidos. Lo único, es que estaba estresado, pero siempre es así. Nada parecía diferente, tal vez sólo se enteró hoy. El punto era que todavía no nos ha llamado y eso me preocupa por todo el camino de regreso a casa.
El camino de regreso fue más rápido que el camino hasta el banco, mucho más rápido. Yo ya estaba conduciendo por la pequeña carretera donde mi casa estaba. No había nadie en la calle, ni había otros coches en la carretera. Entré en mi estacionamiento y cogí mi bolso, la leche, y el periódico. Y tropecé al salir del coche.
Ajusté mi vestido y acomode mi cabello antes de caminar por el camino de entrada. Abrí la puerta para encontrar a mi madre sentada en la mesa con un café y galletas en frente de ella. Puse mi bolso en la silla junto a la puerta y fui a la cocina.
Puse la leche en el refrigerador y tiré la bolsa de plástico. Tenia que decirle, al menos hacerle saber lo que podría pasar esta noche. Salí de la cocina y camine hasta donde mi madre estaba sentada en la mesa.
"¿Estaba el mercado lleno de gente?" -preguntó levantando la vista de su taza de café.
"Lo de siempre", le dije decidiendo no contarle sobre la cajera que pago nuestra leche.
"¿Y el banco? ¿Tomaste el depósito?" ella pregunto.
"No, pero vi algo en la cola para el banco", le dije tomando el periódico de detrás de mi espalda. Sus ojos se abrieron al igual que sus labios.
"Quería saber si tu sabias que esto estaba pasando?" Le pregunté abriendo al artículo. Ella leyó el artículo y echó un vistazo a la imagen antes de volverse hacia mí.
"Sabía que Harlan estaba enviando hombres de más, pero yo no creo que haya sido por eso", dijo tragando fuertemente como una lágrima escapó de sus ojos marrones.
"¿Significa esto que vienen por nosotros?" Le pregunté con mis ojos muy abiertos.
"No sé, Bella" dijo mirando el papel en blanco y negro. "Por ahora, quédate en casa y mantén las puertas cerradas a todo momento y cierra todas las persianas" dijo poniéndose de pie.
"Seth y Elliot no han llamado todavía. ¿Crees que saben?" Le pregunté al levantarme y camine a la cocina con mi madre justo detrás.
"Tal vez. Es probablemente la razón por la qué no han llamado", dijo limpiando la taza de café.
"Espero que esto sea sólo otro rumor" dije mirando esperanzada a mi madre.
Ella se encogió de hombros y se volvió hacia el refrigerador.
"Yo también, mientras tanto, ve a entretener a los bebés mientras cocino el almuerzo", dijo tomando los nuggets de pollo congelados del congelador.
Asentí y me volví sobre mis talones y me dirigí a la sala de juego donde los tres niños estaban sentados. Yo no creo que ellos hayan visto un momento de paz. Las pandillas estuvieron alrededor antes de que nacieran. Mi madre y yo hicimos lo imposible para mantenerlos protegidos de la sociedad. Seth y Elliot habrían hecho lo mismo. Si ellos estuvieran aquí, ninguno de nosotros se le permitiría salir de la casa.
Protección era un eufemismo. Ni siquiera les gustan que las cortinas de las ventanas esten abiertas o incluso cualquiera de nosotros estuviera cerca de las ventanas. Eso es lo que ellos eran. Ambos tenian que asumir el papel de protectores desde que mi padre murió. Ahora, se aseguraban de que todas nuestras puertas siempre estuvieran cerradas y nos llamaban todas las mañanas y noches, a veces demasiado, excepto por hoy. Eso era lo que mas me asustaba.
¿Estaban enojados con nosotros? ¿Estaban regresando a casa? Traté de pensar en la conversación mía con Elliot y recuerdo que fue mucho mejor que la mía con Seth.
"¿Cómo está mamá?" Elliot suspiró en el teléfono.
"Ella esta bien, cansada, pero bien" Dije limpiando las lágrimas caídas de mi conversación con Seth.
"¿Estás llorando?" -preguntó.
"Sí, Seth me gritó por teléfono y me dio miedo", le dije sollozando y frotando mi ojo derecho.
"Estás llorando porque Seth te gritó?" preguntó.
"Sí, él sonaba aterrador y molesto", le dije.
"No llores por él. Él es un idiota a veces", dijo riendo.
"Lo sé", le dije sonriendo ligeramente. Elliot siempre fue mucho más agradable que Seth. "Que hay de nuevo?" Yo pregunté.
Silencio.
"Uh", dijo antes de que se escuchara un pequeño golpe. "Lo siento, tenía que conseguir algo", dijo haciendo una pausa por un momento. "Nada, lo mismo de siempre"
"Oh, está bien", le dije suspirando.
"Bella, me tengo que ir. Estoy agotado", dijo. "Te amo"
"Yo también te amo", le dije colgando el teléfono.
Nada parecía fuera de lo común de esa llamada. Era él mismo, tranquilo y sereno. ¿Era un acto? ¿Sabía y tenia miedo de decirme?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido del teléfono. Mi cuerpo se disparó y voló a la cocina. Mi madre ya había respondido el teléfono. Le di una mirada interrogativa y ella negó con la cabeza.
"¿Quieres hablar con Bella?" Ella dijo alzando las cejas. Ella tomó el teléfono de la oreja y me lo pasó. "Ve al piso de arriba", susurró.
Asentí con la cabeza y me acerqué a la escalera. Apreté el teléfono a mi oreja y dejé escapar un suspiro antes de susurrar un pequeño "¿Hola?"
"Bella? ¿Eres tu? Arabella?" La voz frenética de Seth sonó a través de mis oídos como mi ascenso por las escaleras llego a un final.
"Sí, soy yo. ¿Qué pasa?" Le pregunté abriendo la puerta de mi habitación antes de cerrarla con llave.
"¿Dónde estás? Qué estás haciendo?" El dijo como llegue a mi cama.
"Estoy sentada en mi habitación. ¿Qué pasa? Seth me estás asustando" dije mordiéndome el labio.
"Arabella, van para allá", dijo como un sollozo sonó a través del teléfono.
"¿Qué? ¿Quiénes? Los Salvajes?" Dije saltando de mi asiento y dando vueltas por mi pequeña habitación.
"Lo siento mucho Bella. No puedo conseguir un vuelo a casa hasta mañana" dijo. "Pero, voy a estar en ese vuelo"
"Seth cálmate, ni siquiera sabes si es por mí por quien vienen" le dije mordiendo mis uñas.
"Arabella, van por ti. Por nadie más, sólo por ti. Es nuestra culpa" Dijo sollozando.
"¿Por qué yo? Seth habla conmigo" dije rascando mi cabeza.
"Te quieren para llegar a nosotros Bella", dijo. "Por favor, ten cuidado estaré en casa mañana ¿de acuerdo?" dijo mientras las lágrimas corrían por mi cara."Por el momento, no dejes tu habitación", dijo con severidad.
"Está bien", le dije.
"Voy a ir a empacar, Te amo y te veré mañana", dijo colgando antes de que pudiera decir algo.
Los Salvajes venían. Por mí.
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