Tarde de estudio

Después del conflicto que hubo aquella mañana, durante el resto del día la atmósfera volvió a ser la misma. Algunos de los estudiantes se encontraban en la sala común, ya fuera viendo la televisión o simplemente hablando entre ellos, otros habían salido a entrenar en los alrededores del edificio, que era lo máximo que les dejaban salir por su seguridad hasta que las clase volvieran a comenzar, aprovechando el buen tiempo que hacía y otros se encontraban en sus dormitorios leyendo, escuchando música, o simplemente se encontraban solos con sus pensmaientos, como Uraraka hacía.

La chica de pelo castaño se encontraba pensativa en su habitación. Aunque ella no quería hacerlo no podía dejar de pensar en su nuevo compañero de clase, y más concretamente en la relación desconocida que este tenía con Bakugou.

Después del reencuentro que ambos tuvieron Ochako quiso sacar algo de información, pero Bakugou no es precisamente alguien con quien hablar fácilmente y como la única vez que le preguntó a Midoriya por su relación con Katsuki este no la quiso contar nada, la chica pensó que no serviría de nada preguntarle de nuevo.

Uraraka volvió a mirar la imagen que tenía del joven de pelo verde alborotado que le entregaron junto a su expediente. Ella se decía a sí misma que parara de mirar la imagen y que parara de interesarse por aquel chico, pero no lograba evitarlo. Había algo de Midoriya que captaba su atención, quería saber más cosas sobre él. Sabía que eso no era algo que los profesores le pidieron cuando le contaron que debía de encargarse de Izuku, pero sentía que si lo llegaba a conocer mejor tal vez así podría ayudarlo más a cambiar.

Un ruido detrás suya hizo que asustada se girara para comprobar qué ocurría, y para su sorpresa encontró la puerta abierta con el chico de pecas sujetando el pomo, dejando claro que el había abierto la puerta sin ningún aviso.

Ochako: ¿¡Q-Qué haces?!

Izuku: Quería hablar contigo.

Ochako: ¿¡Pero acaso no sabes llamar a la puerta?!

Izuku: Yo creía que...

El nuevo alumno de 1A se quedó de repente callado mientras que fijaba la vista en lo que estaba sujetando la joven de cara redonda. Una sonrisa burlona apareció en su rostro.

Izuku: ¿Eso... eso es una foto mía? ¿Acaso quieres que te firme un autógrafo en ella o algo?

Fue en aquel instante cuando Ochako se dio cuenta de que aún sostenía la imagen de Midoriya en sus manos, levantando el meñique para no hacerla flotar.

La mejillas de la chica de mejillas rosadas se volvieron rojas de la vergüenza mientras esta le gritaba:

Ochako: ¡No quiero un autógrafo tuyo! ¡Maldita sea, sal y cierra la puerta y espera fuera hasta que diga que puedes pasar!

Izuku: Está bien, pero no te alteres.

Ochako: ¡No me alteraría si hubieras llamado a la puerta como una persona normal!

Un fuerte portazo sonó dejando toda la habitación en silencio por unos segundos hasta que Uraraka volvió a reaccionar y se puso a organizar su habitación mientras que continuaba con sus mejillas rojas y se intentaba calmar a sí misma.

Mientras tanto, Deku se encontraba en el pasillo, esperando a que Uraraka le indicara que podía entrar. Su sonrisa burlona había desaparecido, y aunque no estaba dispuesto a admitirlo él podía sentir sus mejillas levemente coloradas.

Izuku: ¿Por qué estoy sonrojado? Ni que me gustara esa chica, tan solo es divertido ver sus reacciones cuando le digo algo, nada más.

Midoriya se negaba a pensar otra cosa, después de todo, él no estaba aquí para hacer amiguitas, tan solo necesitaba que sus compañeros y profesores confiaran lo suficiente en él como para preparar un ataque junto a la Liga de Villanos en el momento en el que menos se lo esperaran, eso era todo. Sin embargo, el hecho de que la chica tuviera una foto del pecoso que ella estaba mirando antes de que Izuku entrara no podía evitar dejar al de pelo verde algo confundido.

Un grito desde el otro lado de la puerta sacó a Deku de sus pensamientos:

Ochako: ¡Ya puedes pasar!

Midoriya tardó unos segundos en cambiar totalmente su expresión a la sonrisa burlona que siempre ponía, parecía un verdadero experto ocultar sus emociones, y después volvió a abrir la puerta.

Izuku: Muy buenas.

Ochako: ¿Qué es lo que quieres?

Izuku: Como ya sabes soy nuevo en la academia y voy muy atrasado en cuanto a temario se refiere, por lo que lo ideal sería que alguien me lo explicara antes de que comenzaran las clases.

Ochako: ¿Quieres que te ayude con los estudios?

Izuku: Teniendo en cuenta que tú eres la que está encargada de mí pensé que sería lo normal.

Ochako se puso un poco nerviosa, al fin y al cabo ella no era la mejor de la clase y normalmente era ella la que en todo caso pedía ayuda a los demás.

Ochako: Es-Está bien. No es que sea la mejor de la clase ni nada parecido, pero supongo que te podré explicar algo.

Izuku: Perfecto, ¿entonces dónde me siento?

Ochako: Espera... ¿Nos vamos a poner aquí?

Izuku: Teniendo en cuenta que tú ayer rechazaste entrar a mí habitación este era el único sitio que quedaba, y ya que la has recogido un poco...

Uraraka al ver que usaba lo que había dicho y hecho en si contra dijo algo en voz baja:

Ochako: Eres un...

Izuku: ¿Has dicho algo?

Por suerte para ella, Midoriya no escuchó esto.

Ochako: ¿Qué? ¡Ah, no, no he dicho nada!

Izuku: Me lo había parecido.

Ochako: Bueno, pues si ya está todo decidido entonces comencemos a estudiar, que cuanto antes empecemos antes acabaremos.

Izuku puso una expresión de asco, él antes era una persona positiva y determinada como Ochako, pero eso ahora era el pasado para él, ahora Midoriya no podía sentir otra cosa que no fuera desprecio por la gente positiva, y para él Uraraka no era la excepción. Aunque eso sí, le costaba bastante negarse a sí mismo que la felicidad de la chica de ojos castaños le molestaba menos que la del resto del mundo.

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