Capítulo 4
-Ciel, voy a preparar el desayuno ¿Quieres ayudarme?- en ese momento Sebastian comenzaba a levantarse.
-No- una respuesta fácil.
-Esta bien, te llamo cuando esté listo- y se va, así como llegó.
Ciel suspira aliviado, lo único en lo que Sebastian lo había ayudado era en atrasarse con escribir.
-Idiota- murmura molesto.
-Te escucho, pequeño- suelta antes de cerrar la puerta.
Ciel se quedó con el rostro rojo ¿Realmente tenía que aguantarlo 40 o 50 años?
Al pasar, Sebastian encontró a Mikaela y Yuuichiro, que seguían en la sala, terminando una parte de la que sería una gran escultura.
Sebastian los ve desde el pasillo, en total silencio. Él sabía bien que algo estaba ocurriendo ahí dentro y se aprovecharía de eso.
-¡Haré el desayuno, chicos!- dice, asustándolos al mismo tiempo.
Es divertido, piensa.
Mientras él prepara la comida que por si mismo ordenó, una visita inesperada se aproximaba caminando tranquilamente desde la muralla. Una chica iría a verlos.
Por mientras, Eren y Levi disfrutaban de sonrojarse uno al otro, sus comentarios subían de tono por momentos.
Extraño, piensa Eren, nunca había hecho algo similar.
Levi, como cosa sumamente extraña: sonreía. Sí, lo hacía con total soltura, al lado de Eren parecía poder relajarse al máximo, ver sus ojos verdes ardiendo en un sentimiento desconocido lo hacía sentir igual.
-¿Quieres ver lo que llevo?- en un momento Eren voltea el cuadro, dejando a Levi observar el retrato de su rostro.
-Me gusta- suelta sin pensarlo.
Eren había conseguido pintarlo con una sonrisa sincera, linda, bastante tierna.
-Eres realmente lindo- le dice sin pensarlo Eren, acariciando una de las pálidas mejillas, que bajo su tacto parecían pintarse de rojo.
Algo realmente hermoso.
A unos cuartos de distancia Alois comenzaba a sentirse cada vez peor, llegando a la necesidad de vomitar una sustancia amarillenta. Ciel no siente nada, su lazo esta comenzando a debilitarse más que antes.
-Hey, Yuu-chan- llama Mika, que continúa moldeando- ¿Qué se siente ser Omega?
Yuuichiro lo piensa un poco.
-Es extraño siendo un chico, no me acostumbraba a los períodos de celo y esas estupideces. A veces realmente odiaba a Eren. Malditos Alfas- se queja.
Mikaela ríe, ocultando como se siente realmente.
Ciel se levantó de la grama en cierto momento y decidió ayudar a Sebastian, un poco tarde, ya que él había terminado, simplemente se sentó a a observarlo terminar algunos asuntos de la cocina.
-¡Buenos días, chicos!- la chica extraña entra en la casa, camina como si fuera suya hasta llegar a la cocina para ver a Sebastian-. Buenos días ¿Como les va?
-Clearke- Sebastian fuerza una sonrisa- ¿Vienes a vigilarme?
-Algo así- murmura mientras se sienta en una silla junto a Ciel-. Me enviaron para ver como están los chicos en su primer día aquí.
-Puedes ir a verlos. Él es Ciel, uno de los destinados.
-¡Eres tierno!- lo observa detenidamente Clearke-. Tus ojos son muy lindos- y luego, dirigiéndose a Sebastian-. Iré a verlos, ya vengo.
Al salir, Sebastian maldice y atrae a Ciel para seguir a esa chica.
-¿Y ellos?- pregunta Clearke al entrar en la sala-. Hacen una linda pareja.
-Son los 3-LX- miente Sebastian.
-Son linda pareja, chicos, felicidades- les halaga y luego sale en las mismas, subiendo rápidamente las gradas.
Por suerte encuentra primero la habitación donde se encuentran Eren y Levi, aún riendo.
-¿Y ellos?- la emoción que muestra Clearke es desbordante.
-Alfa y Omega- vuelve a mentir.
-¡Son tan tiernos! Esta pareja es hermosa, sigan así, chicos- y regresa corriendo a la cocina.
Entre todo ese alboroto y la carrera, Sebastian termina tomando en brazos a Ciel, para llevarlo como una princesa.
-¡Increíble!- suelta Clearke, comenzando a servir la mesa-. Tus parejas son muy lindas... Es más ¡Tú te ves lindo con ese chico! Es una casa llena de muchachos lindos.
Sebastian deja a Ciel en una silla, lejos de Clearke y su mirada calculadora.
-Sí ¿Ya tienes tu informe?
-Me quedaré a comer- se ríe, tomando asiento al terminar su oficio.
Mierda.
-Yo voy a llamarlos- avisa Ciel, saliendo.
Sebastian se prepara para lo peor pero no, al entrar por parejas en la cocina y comedor los chicos se mantienen como fueron presentados.
Ese amor no era del todo fingido.
Sentados ya en la mesa, comienza una plática de exanimación, donde uno puede meter la pata y matarlos a todos por mentir.
-Y bien ¿Te sientes bien, chico?- Clearke le pregunta a Alois.
-Sí- miente-, bastante bien.
-Y bien, Alfa, Omega ¿Como se conocieron?
-Desde pequeños conocemos a nuestro destinado- comenta Eren-, así fue como conocí a Levi.
Ambos comparten una mirada ligeramente pícara, bastante tierna también.
-¿Y ustedes, 3-LX?- vuelve a atacarlos- ¿Se conocían de antes?
-Nos unían a todos los de la misma edad en un salón para conocernos- habla Mikaela mientras sostiene la mano de Yuuichiro-. Así lo conocí.
Clearke observa a todos con ojos fríos, sonríe malévola antes de continuar.
-¿Y ustedes?
-Ya lo sabe, nos dejan viviendo juntos desde que nacemos- le deja saber Ciel- es típico en Fraskot hacer eso.
En ese momento se dan cuenta de las diferentes formas de vida que tenían cada quién, algunas más difíciles que otras.
-Disculpe- habla de nuevo Mikaela- ¿No visitó usted alguna vez Mantrofol?
La sonrisa de Clearke se hace más grande.
-Una sola ocasión ¿Por?
-Su rostro se me hace conocido- Mikaela examina mejor a Clearke mientras ella ríe.
Levi lo nota, también, siente que la conoce de algún lado, pero no puede decirlo él o se delataría.
El desayuno continúa entre pláticas sobre el experimento y lo que ellos harán los próximos meses, cuentan sus planes de trabajo, así es como cada uno conoce la zona de trabajo de los demás.
-Oye, Sebastian, acompañame a la muralla de nuevo- pide Clearke al terminar.
Él se levanta y agradece por el acompañamiento, luego salen, dejando a los aliviados muchachos dentro de casa.
-Que terrorífico- murmura Eren-, por un segundo creí que echaríamos todo a perder.
-Ni lo digas- le regaña Levi- ¿Viste como sonreía? Creí que lo había descubierto.
-¡Callate! Me asusta- Yuuichiro se esconde en los brazos de Mikaela al decirlo.
-Yuu... Ya lo debes fingir.
Y los seis se congelan en su lugar. Cuatro de ellos no estaban fingiendo.
Mientras tanto, Sebastian caminaba con Clearke por el sendero que da hasta la puerta de la muralla, algo oculto entre las piedras, el único lugar para pasar y ser libre.
Al llegar a el sitio de despedida, Sebastian le da las gracias a Clearke por la confidencia y la visita, dejándole en claro que las parejas estaban muy bien.
-Sí, son realmente lindas- le da puntos Clearke.
-Y no causan ningún problema- alardea Sebastian.
-Lo noté. Solo espero que no te termines enamorando del chiquito, es lindo pero no tuyo- le guiña un ojo.
-Por favor, Clearke, es seis años menor que yo- se excusa.
Clearke se ríe por la frase, luego se da la vuelta y abre la puerta, antes de irse suelta unas últimas palabras, sin voltear.
-Yo fui la encargada de inyectar con el gen 3-LX a Mikaela y Levi, Sebastian- lo deja petrificado, ella sigue su camino, cerrando la puerta.
Oh no. Ella sabía que era mentira.
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