Capítulo 24
Hoy era el día en que por fin terminaría todo.
Clearke estaba en su penúltima misión de matanza, Sombra la acompañaba siendo tan sigiloso como su mismo sobrenombre.
-Faltan seis horas- le recuerda.
-Sombra, no me estreses más- le pide ella mientras se acomoda en el asiento-, voy a dormirme.
Él se ríe.
-¡Qué tranquila! Me agradas mucho, Izzy.
Ella se tensa al escucharlo.
-No me llames así. Soy Clearke. Solo Clearke- un aura maligna comenzaba a emanar de ella.
-¡Hey, tranquila, soy tu amigo!- con mucha confianza, él se sienta a su lado y le pasa un brazo por los hombros.
-¿Me dirás tu nombre entonces?- es realmente insistente.
Él suspira.
-Sí.
Ella le sonríe antes de cerrar los ojos.
-Media hora de sueño- le canta burlón.
Clearke le da un golpe en las costillas con el codo.
-Callate, idiota loco.
-¡Que mala!
El tren llega con cinco minutos de adelanto. Clearke simplemente había fingido dormir, no podía hacerlo realmente, se sentía demasiado estresada y el dolor de cabeza era insistente por la falta de sueño.
-Falta poco- se confirma mientras baja del tren junto a su nuevo amigo-, si todo sale bien hoy descubrirán todos los asesinatos.
-Todo va a salir bien.
Y no está muy lejos de la verdad.
‡•‡
Ciel, Eren y Mikaela se habían quedado frente al árbol grande fuera de la casa. Parecían despedirse en silencio del suplicio que habían vivido ahí dentro. Ellos no saben que lo peor del mundo está afuera.
Yuuichiro y Levi se encargaron de buscar algo importante por la casa. Debían llevar algo como recordatorio del miedo, así agradecerían salir de ahí. Tomaron el diario de Alois Trancy como recuerdo.
A Sebastian lo habían llamado hace una hora, pero tenía solo diez minutos para terminar, la tensión era muy fuerte en esa habitación.
Había terminado por fabricar un cubo de varias capas para proteger el líquido frío que mantenía al feto congelado. Lo había logrado y, al cabo de cinco minutos, Sebastian salía triunfante de la habitación mientras llevaba su creación en un bolsón pequeño de correa.
-Sebastian- Ciel lo llama- te tardaste mucho.
-Faltan cinco minutos, podemos llegar en tres a la puerta solo caminando.
En cinco minutos serían las 6:00, justa hora en que Clearke los había citado. Estaban todos muy nerviosos, por lo mismo ninguno se fijó realmente en la bolsa que Sebastian llevaba.
-Falta poco- repetía Yuuichiro.
-Seremos libres- Eren casi no podía creerselo.
Pero los minutos pasan lentos, torturan profundamente los nervios de los seis presentes.
Estaban por comenzar a golpear la puerta con desesperación cuando la puerta se abrió de golpe.
Un hombre escuálido, de cabello rojo y ojos del mismo color estaba sintiéndoles al otro lado de la puerta, parecía disfrutar de sus expresiones de terror hasta que Clearke lo empujó fuera del camino.
-¡Entren ya!- un alivio instantáneo los recorre, ya más calmados logran moverse para salir de la muralla.
El pasillo oscuro los esperaba, Clearke enciende la linterna que sostenía en la mano derecha para alumbrarlos.
-Chicos- los saluda-, él es Sombra, me está ayudando con el escape.
Con un movimiento de cabeza le terminan por saludar. Sombra es muy discreto, ya había visto al hermano de Clearke y lo reconoce al instante.
-Vamonos- Clearke guía a los chicos por entre la oscuridad.
-Clearke...- la curiosidad embarga a Sebastian- ¿Los de la muralla vecina ya salieron?
Clearke para en seco, girandose a verlo.
-No lo sé- responde sincera.
Cada uno de ellos se espanta al escuchar eso.
-¡Debemos salvarlos!- Sebastian palidece al decirlo.
Clearke no tiene nada que negar, no al ver como su hermano suplica con la mirada la salvación de unos extraños. Ella suspira y comienza a caminar al lado contrario.
La puerta que los separa de la otra muralla. Clearke no teme al abrirla, pero desenfunda su arma y la carga antes de hacerlo. Aún teme no poder salvarlos.
-Quedense de este lado. No vayan detrás mía. Sombra, cuidalos.
Es entonces que cambia de muralla, el pasillo estaba más oscuro, pero ella sabía bien donde estaba la puerta. Al acercarse nota una precensia a su lado. No era alguien muy listo, ya que a Clearke le tomó unos dos segundos tenerlo bajo control y arrastrarlo al interior de la muralla.
-¡Clearke, basta, soy yo!- Ferid Bathory se retorcía intentando huir.
Afuera hay un poco de claridad.
Faltan dos minutos para que todo explote.
Clearke se apresura, llevando a Bathory dominado busca a los otros moradores.
-Te dejaré morir aquí- le confirma Clearke-. Por cada alma corrompida.
Entran a la casa y se encuentra con una horrible escena. Seis personas muertas en la sala. Un cuadro sangriento y nefasto que observa callada mientras Bathory ríe.
-No perdí tiempo- se burla.
No pierdas el control, fue lo único que la mantuvo firme.
Clearke lanza a Bathory sobre los cuerpos para regresar corriendo a la puerta.
No queda mucho tiempo. Regresó para ver cadáveres de personas inocentes.
Otros seis a la lista, no puede pensar que ella los pudo haber salvado de llegar antes. No puede culparse ahora.
En el momento justo en que Clearke toma la puerta para cerrarla las explosiones comienzan, creando una oleada de fuerza que cierra la puerta con mucha brusquedad.
-¡Mierda!- Clearke grita, molesta.
Nadie puede ignorar eso, por lo que van con ella, alumbrándola en el acto.
-... Clearke...- Sombra se apresura a acercarse.
Ella ahoga un grito de dolor mientras esconde su brazo detrás de su espalda.
-Dejame verlo- pide gentilmente su compañero. Ella accede mientras cierra los ojos.
Su mano está colgando, rota en su totalidad.
-Sé que está pasando- afirma ella-. Esa es la mano con la que disparo.
Sombra traga saliva.
-Vamonos ya- ordena Sombra.
-¿Y todos...?- Sebastian no puede evitar preguntar.
Clearke lo mira directo a los ojos.
-Bathory mató a todos, por eso yo lo maté a él.
Así es como todos quedan en silencio. No hay nada más que decir. Sombra alumbra el camino esta vez, no habrán más paradas.
Yuuichiro, Mikaela, Levi, Eren, Sebastian y Ciel los siguen con el corazón ardiendo en el pecho.
No lograron salvarlos.
-Tomaremos el atajo- le dice Clearke a Sombra.
Él no la cuestiona porque sabe muy bien lo que ella planea.
Veinte minutos después habían llegado a la salida del laberinto de las murallas. Estaban cerca de ser libres.
Sombra y Clearke paran en seco al escuchar una voz acercarse por el camino de tierra.
-Ocultense allí - les ordena Clearke, señalando el otro camino. La obedecen sin rechistar.
Sombra carga el arma de Clearke y se la pasa.
-¿Puedes con las dos manos?
-Erwin me ordenó aprenderlo.
Clearke oculta el arma detrás de su espalda mientras caminan al frente, al girar a la derecha (el camino que debían tomar para encontrarse con la salida del lugar) el hombre que ella buscaba se cruza con ellos.
-¡Clearke! ¡Muchacho!- la saluda-, hace mucho que no les veo.
Ella sonríe.
Ambos llevan las manos escondidas detrás de la espalda.
-Mataste a mis padres - se ríe ella mientras le apunta.
Pixis sonríe y un sonido extraño empieza.
-Aquí...- ella no lo deja terminar al disparar antes.
-Uno menos- se dice.
Sombra toma el arma y vuelve a cargarla para ofrecérsela a Clearke.
-Me ocuparé del cuerpo- afirma él - tu sacalos de aquí.
Sombra se mancha de sangre al cargar sobre su espalda el cuerpo.
-Nos vemos luego- le dice cuando él comienza a caminar hacia el otro camino.
-¡Hey, Izzy!- le llama él cuando ya va algo lejos- ¡Mi nombre es Tendo!
Cuando ella gira para contestar nota que él ya no se encuentra ahí.
Algo nerviosa llama a los chicos para irse de una vez, más tarde hablará con Tendo... O eso piensa ella.
Estando ya reunidos de nuevo, Clearke los guía con paso seguro por el camino que comenzaba a tener paredes de tierra.
-¿Este es el camino?- preguntó Ciel.
-Sí- le confirma ella-, este...
Ella se calla justo cuando el camino lleva a tres senderos diferentes. Está escuchando muchos pasos venir por él camino del frente. Entonces recuerda el extraño sonido que Pixis había dejado sonar antes de morir.
-Es una alarma- se aterra al comprender eso.
"Si estas preparada para esto: toma el trabajo, pero si sabes que no lo soportarás regresa inmediatamente a Costretnio y olvidate de tu hermano".
No era momento para asustarse. Ella les daría tiempo.
-Chicos- se gira para verlos y dar las instrucciones rápido-. Nos persiguen. Necesito que ustedes corran por ese sendero- ella les señala el del lado izquierdo-. Y, hagan lo que hagan, vea como se vea, necesito que salten cuando lleguen al final.
Ellos la ven con el terror grabado en el rostro.
-Confien en mi- les suplica-, hagan lo que les digo. Salten aún si no voy con ustedes, los alcanzaré luego.
Ellos no necesitan nada más, de una manera extraña mezclan el miedo y la confianza para llevar acabo lo que Clearke les pedía.
La tranquilidad la invade cuando los ve desaparecer entre las sombras del sendero. Nadie los seguiría si ella los paraba, por lo que, a paso decidido, fue en busca del ejercito que sabía que tendrían esperando por ellos.
A unos diez minutos de camino hacia adentro, Clearke se encuentra con sesenta soldados que caminaban en su dirección junto con Nanaba al frente. Paran al verla, Clearke mantiene su arma oculta mientras se acerca a ellos.
-Izbell Clearke- Nanaba ríe al reconocerla-, cuanto tiempo.
-Lo mismo digo, Nanaba.
-¿Y que haces aquí?- pregunta con el odio plasmado en los ojos.
-Paseo- se ríe ella.
Nanaba se ríe.
-Oh, Clearke, no te preocupes, sabemos que estas ayudándolos a escapar- le cambia totalmente el tema.
Unos segundos más.
-¿Cuantas veces me diste esa información?- Clearke pregunta, cambiando su expresión a total enojo.
Nanaba la ve, confundida.
-Clearke, yo nunca volví a darte eso, desde el inicio fue una trampa. Es más, no tenía planeado verte hoy, solo iría a ver los cadáveres de todos y a bailar sobre las cenizas de tu hermano- se toma unos segundos para pensar antes de hablar-. Tu ejecución estaba planificada para llevarse acabo mañana pero ¿Qué más da si la adelantamos un día? Ya te tengo aquí, lista. Solo falta que Dot venga.
Clearke se ríe mientras palpa el arma en su espalda. Está cargada, lista para matar. Fija a su objetivo en cuestión de segundos, la distancia es perfecta para su plan.
-Dot Pixis se encargó de matar a mis padres- la risa cesa-, y tu te encargaste de matar a uno de mis unicos amigos. Nunca lo perdonaré- la expresión de Nanaba no muestra ni un ápice de sorpresa-. Esto es por Guren Ichinose.
La practica con las armas durante más de cincuenta años le sirvió enserio, aún sin utilizar la mano acostumbrada para disparar. Clearke se mueve tres pasos a la derecha mientras saca el arma en cuestión de segundos para disparar directo a el ojo izquierdo de Nanaba. En solo cuestión de segundos su cuerpo cae inerte, mientras Clearke se lanza a correr para esquivar las balas que le llueven por matar al oficial. Fue realmente fácil dirigir a los soldados por el camino contrario a la salida real. Su hermano ya está a salvo.
Por un segundo Clearke puede imaginar como sería la vida si ella pudiese volver a verlo, en un lugar no tan corrompido, para poder decirle la verdad y contarle toda su historia. En el segundo en que bajó la guardia y se tranquilizó con ese pensamiento: su carrera para esquivar balas paró en seco.
Puede que más de diez balas atravesaran su cuerpo en un mismo segundo para luego seguirlas otras diez, que solo crearían una herida más en un cuerpo muerto y deteriorado.
Clearke había muerto.
‡•‡
Para ese momento los seis chicos habían llegado al final del camino, encontrandose un aterrador abismo.
-¿Qué se supone que haremos?- Yuuichiro está asustado.
No se ve nada allá abajo. Muy abajo. Solo la oscuridad los espera para tragarlos.
-Clearke dijo que, sin importar como se viera, saltáramos al llegar aquí- Levi recuerda muy bien eso mientras se acerca al abismo.
Él confía en que no morirá por seguir las instrucciones de Clearke.
-¡Espera, Levi, puede ser una trampa! De otro modo ¿Por qué ella no vino con nosotros?- Eren también teme, quiere huir de otra manera.
Levi lo ve por encima del hombro.
-Nos persiguen, ella está dándonos tiempo de escapar. Confió en su palabra- y, al terminar de decir eso, salta al abismo.
Eren lo sigue casi sin pensar, asustado de verlo morir solo, consiguiendo así que los demás los sigan.
La oscuridad los abraza mientras caen por el abismo infinito.
†
Este es el capítulo final de Experimento 104.
¡Pero falta el epílogo! Así que mañana los subo (ya que está dividido en tres partes) para que se descubra toda la verdad de esta historia.
¡Gracias por leer este doloroso capítulo!
∆Clearke Al Poder∆
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