Capítulo 20
La luna ya estaba dejándose ver entre el oscuro cielo cuando un pequeño papel se deslizó por debajo de la puerta de la oficina de Clearke y Smith.
Hanji, que era quién estaba más cerca de la puerta, ve con horror el papel.
-Smith- lo llama, él se levanta en silencio para caminar a su lado, observa el papel sin entender- eso vino del otro lado... Nosotros somos los únicos en este sector del edificio.
El corazón le salta en el pecho. La curiosidad es algo mortal.
-¿Qué crees que sea?- pregunta, haciendo amago de tomarlo.
-Una sentencia de muerte para cualquiera de los tres, tal vez, en el mejor de los casos...
-Hanji- Smith la calla- es extraño escucharte tan negativa con respecto a un papel.
Smith termina por tomarlo y desdoblarlo. En la oficina no existen cámaras... No en ese sector del edificio.
-... Hanji...- Smith regresa a su asiento, los ojos están abiertos a su máxima capacidad. Gritan sorpresa y se tiñen poco a poco de terror conforme se deslizan por las lineas.
Izbell Clearke, aún no es muy tarde para recuperar tu identidad. Te ayudo con este pequeño trabajo. Compensa la deuda de mi vida, no lo pierdas como tu memoria.
Y luego una tabla de información.
Número de muralla.
Nombre del supervisor.
Nombre de los habitantes.
Día de detonación.
Horario del policía vigilante.
Hora de detonación.
‡•‡
Clearke, sin preocuparse por los demás, guía a Ciel directamente a su habitación de la casa. Lo sostiene de los hombros, siente que puede desmayarse en cualquier momento.
-¿Qué tan mal te sientes?- le pregunta, preocupada.
Existen muchos tipos de traumas. El deterioro mental es algo común con los habitantes de las murallas.
Común. Muy común. Y cruel.
-Demasiado- es una respuesta factible. Clearke no lo ve totalmente roto interiormente, sabe que es un chico fuerte en este sentido. Su opinión cambia.
Lo dirige al baño, él se deja llevar. Deja que el agua caiga, fría, por su cabeza. Mientras él sigue ahí, ella busca una toalla apta para secarlo luego.
-Esto ayudará un poco- le dice cuando lo hace sentarse sobre el retrete para secarle el cabello y parte del rostro.
Él levanta la vista, Clearke nota que en alguna parte de esa pequeña ducha las lágrimas se habían mezclado con el agua, sus ojos estaban un poco rojos y le delataban los sentimientos escritos en los mismos. Le hace bajar la mirada, un dolor le impregna el cuerpo al notar como van marchitándose sus almas ahí encerradas.
-Ya está, Ciel- dice mientras deja la toalla secándose sobre la barra de metal.
El chico se levanta para dejarse llevar de nuevo, esta vez sí van a la habitación, Ciel toma su pijama y se cambia con la presencia de Clearke en el cuarto. Al finalizar, ella lo hace acostarse para cubrirlo con una manta gruesa. Lo arropa, eso que nunca pudo hacer con nadie más, y se sienta en la orilla de la cama para verlo.
-Perdón- ella habla, dejando atrás los recuerdos de terror en él-. Tuve que venir antes...
-Pero ya ocurrió- él corta su disculpa-. No se puede cambiar. Tampoco fue tu culpa.
Clearke baja la mirada a sus manos temblorosas.
Controlate, se grita internamente, o morirás sin ayudar y sumaras otro trauma. Controlate, estúpida.
Ella le sonríe con un poco de nostalgia al verlo de nuevo a los ojos.
-¿Sabes? Yo... Tengo un hermano. Pero dejé que le sucedieran cosas malas, no pude hacer nada por él... Es mi culpa no tenerlo cerca de mi.
Ciel abre los ojos con sorpresa.
-Pero pronto lo ayudaré mucho. Por todo lo que no pude hacer en el pasado.
-¿Él lo sabe?- una pregunta inocente que la destroza internamente.
-No. No lo sabrá aún.
Clearke apaga la lámpara para dejar el cuarto solo iluminado con la poca luz de luna.
-Duerme- le pide-, me iré hasta que estés dormido.
Ciel cierra los ojos y se acomoda en la cama, su mano busca a tientas la ajena hasta encontrarla y darle un apretón.
-Antes, todos aquí te considerábamos como un Ángel de la Muerte, por que siempre que venías era para llevarte un cuerpo- una corta risa resuena de su lado-. Hoy no, hoy realmente agradezco que estés aquí.
Y, antes de poder decir algo, escucha unos leves suspiros. Ciel se había dormido.
Clearke sale en silencio de la habitación para toparse afuera con todos los chicos.
-No es correcto que escuchen conversaciones privadas- los regaña.
Cada uno intenta sonreír, aún si no les llega alegría a los ojos, ella agradece ese gesto.
-Bajemos, Sebastian no despertará todavía, eso es seguro, pero yo ya no tengo mucho tiempo.
Salen de la casa para sentarse frente a la puerta, en las gradas. Observan el cielo estrellado.
-Allá arriba todo se ve pacífico- suspira Eren.
-Pero no todo es como se ve- lo contradice Clearke.
-¿Como supiste qué estaba pasando?- Mikaela va al grano.
-Simple intuición. En la central estaban muy tranquilos, creí que era una mala señal.
-Lo agradezco- habla Yuuichiro-. No podría haber soportado ver a Ciel y Sebastian así.
-Y yo- Levi habla con mucha calma- agradezco tu aparición, probablemente las cosas se hubieran puesto demasiado asquerosas sino llegabas.
-Entré justo cuando le gritaste a Sebastian- le recuerda-. Que manera de poner en peligro tu cuello.
-No iba a permitir que lo dañaran más.
-Lo sé.
Silencio.
-Es mi momento de partir- Clearke se levanta-. Ya va a regresar el vigilante y no podría salir sin matarlo y ponerlos en peligro... De nuevo. Me disculpo por eso.
Levi se levanta.
-Gracias- dijo, con la mirada fija-, por ayudarlo.
Ella le guiña un ojo, tomando de nuevo su personalidad normal.
-Estoy para ayudarlos, muchachos- suspira-. Lamento ser como un ángel de la muerte para ustedes.
Antes de darle cualquier respuesta, la chica se gira para irse. Nadie la detiene. Es en ese momento que un ruido se escucha en la sala. Entran casi corriendo al saber lo que significaba.
Sebastian había despertado.
‡•‡
Clearke llegó a la oficina con una hora de retraso, causando la inquietud de sus dos amigos restantes. Ya recordaba mejor las cosas, sabía que ellos solo querían lo mejor para ella.
-Hey, Smith, Hanji, ya vine- al abrir la puerta se encuentra con las estatuas de sus amigos en el escritorio de Smith- ¿Ocurre algo?
-Clearke... ¿Recuerdas lo de la explosión?- es lo primero que pregunta Hanji.
-Sí, dentro de dos semanas...
-No, Clearke, es dentro de cinco días.
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