Capítulo 17
Clearke había regresado a la oficina de Hanji con dos cuerpos para desaparecer. Al verla, Hanji solo logra girar los ojos, molesta, pero no diría nada.
-Armin Arlert y Cal Barrow- le dice mientras coloca la bolsa en la mesa del centro de su laboratorio/oficina.
-Yo me encargaré del resto- responde-. Y ya enviaré a un informe de renuncia para que otro oficial tome su puesto.
-¿Uno de los nuestros?- ilusión, así podría visitar más seguido la muralla sin levantar sospechas.
-No lo sé, yo no decido eso.
Clearke suspira, derrotada y sale del lugar soltando un "gracias" corto.
No más emociones fuertes, se recuerda mientras camina directamente a la oficina que comparte con Smith e Ichinose.
-¡Buenas! Smith, en serio no te creerás la broma que le jugué a Sebastian...- entra Clearke.
Dentro, Smith tiene un semblante decaído.
-¿Ocurre algo?- pregunta, intentando controlarse.
-Te fuiste hace más de cuatro horas- Smith no quiere dar la noticia aún.
-Nanaba me llamó, me dio información sobre la muralla y el momento exacto en que la detonaran. Me dio justo lo que necesito para salvarlos.
-¿Y donde está eso?
-Lo destruí, pero me aprendí todo de memoria.
Smith da un suspiro.
-Clearke, Guren fue llamado a la habitación 101 por ordenes de Dot Pixis.
‡•‡
La estaba oscureciendo en la muralla, podría ser artificial o real, aún no lo sabían bien. Los cinco chicos esperaban en la sala, un completo silencio desde que terminaron con sus tareas u otros oficios. Permanecían quietos en los sillones o el suelo, observando un punto inexistente de la habitación.
Cada uno, a su modo, estaba sufriendo de distintos tipos de pensamientos.
¿Qué pasaría si no los salvaban?
¿Si Clearke se olvidaba de ellos?
¿Qué si los detenían?
¿Cuanto tiempo faltaba?
La llegada de Armin junto con su historia había aterrorizado a los demás, que continuaban sin superar su pronta muerte.
Levi, sobre ellos, había alcanzado a ver su cuerpo pútrido, ya que Eren solía tener suerte para no fijarse en lugares con vistas dolorosas. El único que vio los últimos de sus despojos, ya que Clearke de igual forma los vería.
Tenía una sensación de asco y repulsión subiéndole por la garganta al recordarlo. Ni siquiera supo en que momento en silencio se rompió, dando paso a sus gritos de desesperación y pisadas fuertes mientras corría al baño. Eren lo siguió para ayudarle a recuperarse después del vomito.
En la estancia, Mikaela había comenzado a llorar de impotencia. Yuuichiro lo siguió en el llanto. Se sentían insignificantes en ese mundo inventado por mentes crueles, tanto que ni su propio amor funcionaba para mantenerlos a flote.
Ciel terminó por irse a su habitación, era tanto su malestar que no lo soportaba y menos aún si veía el sufrimiento de sus amigos. Estando ya solo en una cama demasiado grande para él, se colocó en posición fetal, dejando que todos sus sentimientos fluyeran a través de las lágrimas.
-Yo maté a Alois Trancy- decía entre susurros temblorosos-, lo maté porque él sabía lo que ocultaba. Es justo. Nadie debía descubrirlo. Lo maté porque el sabía lo que nadie... Nadie debía saber...
La noche continuó así. Oscura, fría, vacía, tenebrosa e histérica. Cada uno iba abandonando el mundo entre pensamientos.
En la mañana cálida y reluciente, se levantaron por inercia para descubrir que Ferid Bathory ya se había marchado. El alivio por no tener que verlo e inventar excusas era palpable.
De nuevo, sumidos en la rutina, hicieron un desayuno agradable para ellos. La presencia de los demás les recordaba que aún no perdían todo.
Mientras ellos regresaban a sus labores, Sebastian Michaelis caminaba de regreso a su muralla. Quería, ansiaba, volver a ver a su pareja luego de ese día con los sin privilegios.
-Sebastian- entre la oscuridad del pasillo, creyó escuchar la voz de Clearke, por lo que se acercó a la puerta de entrada.
-¿Cle...?- la pregunta quedó sin finalizar en el aire cuando una mujer y un hombre le salieron al encuentro.
Fueron rápidos, de un golpe Sebastian ya no estaba consciente. El hombre lo levantó del suelo como una bolsa de patatas para llevarlo a la base en las murallas de la O.T.P.
Al llegar a destino, la habitación 102, Nanaba esperaba pacientemente. Era un lugar oscuro que vagamente era iluminado por una única pantalla frente una silla con amarraderas. Lo colocaron ahí, totalmente manipulable, y comenzaron el proceso de despertarlo.
-Sebastian Michaelis- habló Nanaba-, alguien me contó que no estas siendo muy duro con tus chicos.
El terror comenzó a fluir cuando comprendió el significado de las palabras de la mujer. Sebastian sabía donde estaba y qué ocurría.
-Por eso le pedí a Ian y Riko que te escoltaran hasta aquí ¿Sabes donde estas?
-Habitación 102 del edificio 4 de la O.T.P.- contestó con voz monótona.
Sonrió.
-Exacto. Bien, según el reporte de tu vida estudiantil eras muy bueno en clases... Pero parece que no aprendiste algo esencial. Por eso estas aquí.
Y lo sabía. Por eso estaba aterrado, pero no debía mostrarlo.
-Yo domino muy bien a mis chicos- la contradice, solo un poco de ira.
-Como digas- se ríe-. Muchachos, empiecen con la configuración.
Se dejaría ir. No podría luchar. Lo último que cruzó su mente fue la sonrisa de Ciel...
-¿Creen que Sebastian regrese pronto?- pregunta Ciel, ansioso por el reencuentro.
Yuuichiro y Mikaela le sonríen, comprensivos.
-Pronto- responde Eren.
Levi continua jugando con el tenedor sobre el plato.
Por más que lo disimulen, todos saben que el vacío volverá y eso es algo que los aterra.
‡•‡
Las manos de Clearke tiemblan mientras Erwin busca entre sus cajones la inyección que necesitará.
-¿Guren...?
-Está muerto. Encontraron su cuerpo unas dos horas después de que se fue...
-Tortura hasta la muerte- siente como las lágrimas le hacen arder los ojos.
Smith suspira, no sabe si debería continuar; pero lo hace.
-Shinya Hiragi es un Omega, lo sabes, hace unos días lo enviaste con Guren... Y resulta ser que está esperando un hijo suyo.
Las lágrimas caen mientras los temblores suben.
-¿Qué haremos?
-Guren me hizo prometerle que lo cuidaríamos, por lo que lo enviamos a Costretnio, lo cuidarán allá.
-Destruí una familia- Clearke cae en la conclusión-, Guren iba a tener un hijo junto a Shinya... Les quité un esposo y un padre...
Smith sabe lo que ocurrirá, por lo que prefiere apresurarse.
Prepara la inyección de edad para Clearke, acercándose rápidamente. Ella se desploma, recordando lo que ocurrirá.
-¡No, Erwin, voy a olvidarlo!- mientras gritaba, su aspecto iba cambiando, pareciendo más vieja, perdiendo el color, convirtiéndose en piel y hueso poco a poco- ¡No lo hagas! ¡No esta vez! ¡Quiero recordarlo! ¡Quiero salvarlo!- sus gritos son fuertes, pero no tanto como la voluntad de su amigo.
-Si no lo haces, morirás sin cumplirlo- le recuerda-. No tienes más fuerza.
Entre lágrimas y gimoteos por el dolor infinito que sentía, Clearke baja la cabeza para que el líquido sea inyectado.
-Erwin... Mi hermano...- susurra, dejando caer dos últimas lágrimas.
-Lo sé- es lo único que puede decir antes de que ella caiga rendida para recuperar su aspecto joven con lentitud-. Yo te lo recordaré cuando despiertes.
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