35-. Master Of The Heavenly Yard (Parte 1)

Allen, Megumi y Némesis llegaron al bosque destruido, donde vieron al teatro flotar sobre una caja negra. Había varias almas de toda la gente, que murmuraban confusas. Pero al ver la caja negra comenzaron a alabarla.

- ¿Qué mierda está pasando?-preguntó Megumi confusa. Fue cuando se escuchó la voz de alguien

- Gente de este mundo, yo soy su líder, Gammon Octo, mejor conocido por este Teatro, "el Jardinero".-les grito, todos se giraron a verlo confuso-....Necesito toda su ayuda para salvar lo que resta de este mundo....

En el centro de aquel destruido mundo
El teatro ya hace sobre los cielos
Se reúnen bajo de él almas de muertos y
A la caja de negro ellos alaban

El dueño del lugar es el jardinero
El es quien da la orden a todas esas almas
La tarea que les dio a realizar
Se supone que esta salvará al mundo

" Destruyan a esas almas, que sucumbieron al demonio
Acaben con los causantes, maten ya a los contratistas del pecado"
Las almas ya han empezado a actuar
La cacería de los pecados, ya a comenzado

[- Destruyan a esas personas que sucumbieron al demonio
Maten a los causantes. Que se dejaron seducir por los
Pecados Capitales]

[Sateriasis Venomania]

[Banica Conchita]

[Riliane Lucifen D'Autrich]

[Kayo Sudou]

[Nemesis Sudou]

- Esas son las cinco personas que se dejaron seducir-les explicó. Fue cuando la contratista del pecado d ella ira le grito

- ¡Gammon, no sabes lo que estás haciendo!

- Estoy salvando al mundo de tu error y lo vas a pagar caro.

- ,Tengo un cuerpo físico, será imposible que me atrapen-le explicó antes de que comenzaran a ser perseguidos los tres.

*-.-*

Lograron llegar a la mansión de Venomania, encontrándose con las concubinas y al duque. Pero había algo o alguien que faltaba.

- ¿Donde está Kayra?-preguntaba una pequeña rubia de nombre Rindo que buscaba a la nombrada por todas partes.

Luego de haberle explicado al duque la situación actual, se escucharon los pasos del ejército. No había escapatoria para el hombre, pero fue cuando Megumi se acercó a él.

- Lo llevaré al Jardín Infernal, hay estará a salvo-le explicó mientras ambos desaparecían. Némesis y Allen continuaron su viaje.

*-.-*

A la espera de la enviada del Señor Del Inframundo. Allen se quedó pensativo el resto del camino, cuando vio dobla perfectamente doblada con una nota escrita en ella

- Debes ponértelas, así te sentirás más cómodo
Anónima

Llegaron a la mansión de Conchita, donde se vieron rodeados del ejército del jardinero que estaba por alcanzarlos a ellos. Fue cuando un destello dorado se hizo presente y una copa roja a posición de esta.

- Mi querido "sobrino", deja que tu respetada "tía" haga el trabajo-se burló ella derramando el contenido en la tierra, haciendo elevar al ejército de los muertos-....La Ama Banica los está esperando, acompáñeme, por favor-les explico guiándolos en medio de esos cadaveres que se enfrentaban al ejército.

*-.-*

[¡A celebrar!]

Fue el grito de la joven monarca a los visitantes que se reunieron alrededor del palacio, nobles y plebeyos reunidos en la fiesta. Los sirvientes corrían de un lado a otro apresurados.

- ¡Por Dios, es mucha gente!-bramó molesta Chartette al ver a las personas-¡¿Donde están Ney y Allen cuando se les necesitan?!-preguntó.

- Cálmate Chartette, mejor apresúrate y terminarás muy pronto-le pidió Leonarth a la sirviente que seguía quejándose y se iba a realizar tu trabajo.

En la entrada se fueron a tres invitados más. Una pelo rosa, una pelo verde y un rubio que cerraron la puerta a toda prisa. El rubio vestía las ropas de sirviente y su cabello largo a mitad de la espalda.

- Megumi....¿que le ocurrió a tu ropa?

- ¿De que...?-se fijó en sus ropas, no vestía ya como una dama, tenía sus ropas de asesina-Diablos.

- Me pueden decir, ¡¿que carajo ocurre aquí?!-preguntó molesta Némesis.

- Luego te digo yo....-el pobre rubio fue jalado por Chartette.

- ¡Allen, que bueno que llegas, rápido, hay una última cosa por traer y es muuuuuuy~ grande!-grito mientras se llevaba al sirviente.

- ¡CHARTETTE!-grito espantado.

Megumi solo río a lo bajo al ver la desgracia de su amigo.

*-.-*

La princesa había salido del pastel dando un salto emocionada, fue regañada por la espada china. Bajo de su sitio y se fue corriendo a su cuarto, siendo seguida por el sirviente rubio.

- Sera mejor dejarlos hablar solo....-hablo Megumi, vio al sirviente rubio acercarse y los tres retomaban el viaje

*-.-*

La princesa salió de su habitación al escuchar la voz de su hermano. Pero solo bastó en dar un paso fuera y ver a cada sirviente caer dormido.

- Que sue~....-No pudo terminar Chartette ya que cayó al piso dormida.

- ¡Chartette, te pido que despiertes, Chartette!-pedía la princesa, repetía lo mismo con cada sirviente que veía.

[¿Porque no pude valorar las risas en aquel entonces?....
El aún no llega]

[Frente a ella, la princesa, duermen todos sus súbditos
Debe ser el [Gift] de alguien mas
Ya no hay nadie, quien proteja, a esta pobre monarca
Del ejército del jardinero que le da persecución.]

En un caballo blanco
Una joven monja apareció y a la princesa ella salvo
Y consigo se la llevo

Oh, yo ya me canse de estar siempre esperándote
No quiero ser siempre a quien protejan
Siendo que estas cosas puedo hacerlas por mi misma
Es por eso que yo ahora te iré a buscar

Riliane se sujetaba firmemente a Clarith, luego de que la fuera a rescatar del ejército y estos comenzaran a perseguirlas. Tuvieron que tomar más impulso al respecto

- ¡Oh, cansada ya estoy, de tan solo quedarme a esperar. No quiero ser a quien siempre protejan. Siendo que, varias cosas, ya la puedo hacer por mi misma. Por eso me lleno de orgullo y te iré a buscar!-grito mientras Clarith sonreía ante su descicion y se iban cada vez más alejando del palacio.

*-.-*

Allen, Némesis y Megumi observaban a los sirvientes dormir.

- ¡Como los despertaremos!-preguntó preocupada la contratista del pecado al muchacho, quien su cabello cubría los ojos que se volvieron azules

- No lo se....-respondió haciendo. Aun lado su flequillo.

- Yo puedo ayudar....-una voz hizo girarse a los tres y ver a Alex esparcir un humo que llegó a cada sirviente, la primera en despertar fue Germaine. Luego de dos le siguieron los demás.

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