Capítulo 8


Mayo 2018.


-NO TAEHYUNG... AHH!... POR FAVOR DETENTE... ¡BASTA!- el pelirrojo no podía dejar de reír mientras se retorcía sobre el hombro del castaño que mientras lo sujetaba de las piernas lo hacia girar en círculos con fuerza hasta hacerlo chillar a carcajadas, -ya, ya... me estoy mareando.- 

Le suplico sosteniéndose de su espada para enderezarse un poco, ya sentía la sangre acumularse en su cabeza; Taehyung azoto su trasero con dureza antes tomarlo de las caderas y deslizarlo lentamente hacia el suelo asegurándose de rozar cada centímetro de su cuerpo en el proceso.   

Estirándose en la punta de sus pies Hoseok beso castamente su barbilla para luego recostarse contra su pecho suspirando extasiado y dejándose envolver en un cálido abrazo ambos comenzaron por inercia un suave balanceo que casi imitaba el dulce bailar de un vals.

Acariciando la parte baja de su espalda mientras se movían al ritmo de una silenciosa melodía Taehyung beso la comisura de sus labios tentando su boca y haciéndolo anhelar mucho más, días como estos eran los más preciados para Hoseok, su estado de buen animo le permitía incluso disfrutar sin culpa de la cercanía del mayor que últimamente solo le generaba una enorme sensación de seguridad. 

Sentirse de ese modo en torno a su secuestrador era indudablemente extraño, sin embargo este inesperado confort era exactamente lo que había estado necesitado con desespero; durante los últimos meses desde su segunda salida al exterior el pelirrojo se encontraba afrontando una devastadora crisis emocional causada por todos estos controversiales sentimientos con los que todavía estaba aprendiendo a lidiar.     

Toda esta nueva etapa junto al mayor en ocasiones aún lo hacían sentir confundido e inseguro, era difícil para él dejar de sentirse como el remplazo de alguien más pero intentaba confiar en todos los sentimientos que el castaño decía tenerle y cuando dudaba de ello se obligaba a recordar aquella noche en la que él mismo finalmente había decidido comenzar a creerle.    

Luego de la primera vez en la que Taehyung lo había sacado del sótano él había cumplido su promesa de jamás volverle a insistir sobre aquel asunto de nuevo, además de que Hoseok había estado dispuesto a seguir fingiendo afecto por el castaño sin pedir nada a cambio con tal de que su relación fuera más llevadera en pos de su paz mental. 

Pero todo cambio el día en que este se apareció repentinamente pidiéndole que lo acompañara al exterior para mostrarle algo importante, sorprendido, dubitativo y sin saber que pensar Hoseok se había dejado vendar los ojos confiando en Taehyung para que lo guiara cuesta arriba por las escaleras, su intriga y nerviosismo incrementando a cada paso.  

El pelirrojo había estado tan sumido en sus pensamientos que no se percato de que ya habían abandonado el sótano si no hasta que sus ojos fueron descubiertos, "feliz cumpleaños Hoseok" le había dicho escuetamente mientras él contemplaba maravillado lo que tenia en frente, el mismo gran árbol en el que se habían resguardado la vez anterior resplandecía con cientos de pequeñas luces brillantes cubriendo cada una de sus ramas. 

En contraste con la oscura noche del campo aquel lucero parecía un faro alumbrando el océano, tan hermoso que le sacaba el habla y cristalizaba su mirada, rodeando su cintura Taehyung lo insto a caminar hacia el tronco donde los aguardaba una cesta de mimbre sobre una larga manta ideal para que ambos se sentaran. 

Fue recién cuando ya estuvieron acomodados que el castaño le extendió con inexplicable timidez un precioso ramo de enormes girasoles junto a una lujosa caja de bombones como complementos de su obsequio principal; aquel día Hoseok cumplía sus veintisiete años.    

Él mismo incluso lo había olvidado por completo y no era algo que le importara en verdad pero por alguna razón fuese cual fuese todos aquellos detalles lo habían conmovido enormemente, tal vez se debía a que el mayor nunca había demostrado tener un interés real en él y mucho menos con una actitud de índole romántica, al menos así lo percibía el pelirrojo que dejando todo pensamiento de lado tenia que admitir que el gesto en si le parecía sumamente dulce y encantador. 

Esa noche por primera vez se había sentido tan profundamente alagado y apreciado que ni siquiera había tenido que fingir en torno al castaño, tanto que en verdad no le había costado ningún esfuerzo dejarse llevar por tan agradable velada; hablaron y rieron distendidamente mientras disfrutaban de la comida que Taehyung había preparado especialmente para él. 

Si se hubiera visto a si mismo a la distancia no podría haber encontrado algo que estuviera mal en aquella escena porque simplemente todo se sentía correcto, ellos dos cenando bajo el manto estrellado de esa hermosa noche era el mejor regalo que podría haber recibido o imaginado, lo mejor fue que al terminar el mayor le ofreció un paseo por los alrededor y aceptando más que gustoso se había aferrado a su mano siguiéndolo en silencio.

Caminaron metiéndose por los largos pastizales que sobrepasaban sus rodillas, la hierba seca cosquilleando su piel a través de la ropa, al parecer la granja en general al igual que la vieja casa de campo que había visto a un costado se encontraban bastante deterioradas y descuidadas pero Hoseok había logrado encontrarle cierto encanto a todo gracias a la emoción que le provocaba estar a fuera.  

Para él había sido como redescubrir el mundo otra vez, la naturaleza y sus olores, el aire y los sonidos de la noche, incluso mirar su propia piel bajo una luz diferente fue una experiencia completamente nueva que revivió en su interior sensaciones que creía olvidadas, si pudiera elegir un momento ideal para morir sin dudarlo Hoseok elegiría ese lugar y ese preciso instante en el que por al menos brevemente todo era perfecto.       

Después de un rato Taehyung lo había dejado caminar por su cuenta a unos cuantos pasos por delante suyo, siguiéndolo en silencio mientras el pelirrojo se adentraba fascinado a una inmensa plantación de girasoles que se extendían hacia el cielo tan altos como él, eran los mismos del ramo que el mayor le había entregado haciendo su obsequio aún más especial.  

Ensimismado por la atrapante belleza de aquella planta el menor merodeó entre las grandes flores durante un buen rato, olvidándose incluso de la presencia del castaño que se mantenía al margen de su disfrute para darle algo de espacio, por su parte Hoseok sabia que este maravilloso sueño pronto terminaría.

Por lo que siéndose algo cansado le pidió que regresaran bajo el árbol para poder quedarse allí admirándolo un poco más y arrancando una pequeña florecita amarilla que crecía entre la maleza fue haciéndola girar entre sus dedos todo el resto del camino, una vez que estuvieron sentados nuevamente sobre la manta Taehyung le quitó la flor para colocársela entre el cabello.

Acariciando suavemente su mejilla el mayor lo miro con una expresión que no supo descifrar pero toda línea de pensamiento abandono su cuerpo cuando lo vio sacar un revolver de entre su ropa, paralizándose del terror Hoseok contuvo la respiración observando cada uno de sus movimientos, saltando en su sitio cuando le retiro el seguro hacia atrás con un escabroso sonido metálico.  

Sintiendo su corazón martillar contra su pecho estuvo a punto de suplicar por su vida cuando Taehyung inesperadamente dejo el revolver en el suelo a uno de sus costados, apoyándose luego en el tronco cruzo los brazos por detrás de su cabeza simplemente cerrando los ojos y echándose a dormir; acción que lo dejo tan confundido y perplejo que no supo como reaccionar.  

Quizás era una trampa o alguna especie de prueba, tal vez confiaba demasiado en el control que ejercía sobre él suponiendo que Hoseok jamás se levantaría en su contra, como fuera estuvo sumamente asustado ante cualquiera de las posibilidades que requerían de un valor superior al que definitivamente no poseía. 

Pero raudo el pelirrojo dejo de pensar en cuales pudieran ser las intenciones del mayor para hacer aquello y se apresuro a analizar su entorno creyendo que tal vez esta seria su única oportunidad de escapar; quizás podría alejarse y correr sin detenerse tan lejos como sus pies se lo permitieran hasta encontrar algo de ayuda, lastimosamente para él era un inconveniente no saber ni remotamente en donde se encontraba o que tanto tardaría en ponerse a salvo antes de que Taehyung lograra alcanzarlo.   

También se pregunto si seria capaz de tomar el armar y matarlo, de ese modo todos sus problemas se acabarían y podría irse tranquilo de allí sabiendo que se había liberado de sus garras para siempre; tragando saliva miro fijamente al mayor, su respiración era tan pausada y rítmica que si no estaba durmiendo lo estaba fingiendo muy bien.

El revólver sin seguro solo estaba a menos de un metro de su temblorosa mano, todo era cuestión de agilidad, si se movía con rapidez sabia que podría lograrlo y pese a que nunca había tenido un arma en su poder estaba convencido de que esta era la única forma de ponerle fin a su calvario.  

Decidido Hoseok se arrodillo lentamente frente a Taehyung, no sabia que tan lejos o que tan cerca debería estar para disparar así que simplemente fue a por ello envolviendo sus dedos alrededor del frio metal, su corazón latiendo de forma desenfrenada mientras sigilosamente levantaba el revólver del suelo para apuntarle al rostro temblorosamente.   

El nudo en su pecho dolía apretándose más a cada segundo mientras lo tenia en su mira, su visión borroneándose de adrenalina, un disparo certero y volvería a ser libre pensó al colocar su dedo índice sobre el gatillo, solo era cuestión de apretarlo y estaba listo para hacerlo, así es como todo debía terminar. 

Pero no podía... por más que quisiera Hoseok no tenia el valor para matar a otro ser humano por más malvado y despreciable que este fuera, sus hombros se deslomaron dándose por vencido y tragando saliva dificultosamente dejo el arma donde estaba, sus lágrimas caían incontrolablemente humedeciendo sus mejillas.  

Secándose el rostro con su antebrazo el pelirrojo se puso de pie siendo lo más silencioso posible, con la respiración atascándose en su garganta y observando por ultima vez al mayor dio dos pasos hacia atrás apartándose de él, Hoseok sentía el cuerpo entumecido y sus débiles piernas apenas podían sostener su propio peso, así con todos sus sentidos en alerta finalmente se dio la vuelta y comenzó a alejarse.  

Su corazón retumbaba dolorosamente en su pecho con cada agonizante golpeteo y el angustiante miedo que sentía se profundizaba a cada paso dado, su huida le estaba resultando mucho más difícil de lo esperado y aunque su mente le gritaba que corriese su cuerpo no parecía dispuesto a cooperar. 

Inconscientemente su mirada buscaba al castaño, la expresión apacible en su rostro mientras él huía lo hacía preguntarse que haría al despertar y darse cuenta de que se había ido ¿le daría igual o lo importaría lo suficiente como para ir a buscarlo? ¿sentiría miedo de no volver a verlo? ¿lo extrañaría? ¿sufriría por su ausencia?

En aquel momento Hoseok no comprendía porque se hacia todas esas preguntas ni porque se veía reflejado en ellas pero no podía dejar de sentir que si se apartaba de Taehyung ambos se quedarían solos para siempre.

Ninguno de los dos tenia una familia ni un hogar al que volver pues quien los aceptaría de regreso en su vida estando tan corrompidos y rotos como lo estaban, apretando sus dientes comprendió que no tenia el valor para abandonarlo, toda su vida giraba en torno a Taehyung y su presencia era tan necesaria para él como el aire que respiraba.

Su estomago se revolvía de tan solo pensar que haría sin él porque en el fondo tenia que aceptar que lo quería y no podía hacer nada para evitarlo, esa era la verdadera razón de porque sentía que se le desgarraba el alma a medida que incrementaba la distancia entre ambos... Hoseok tontamente y a pesar de todo lo quería. 

Y aunque anhelara y deseara mucho más que solo la atención del castaño ya no le importaba que este lo viera como un remplazo o como la copia de Jayhyung, ya no dejaría que el estigma de parecerse a él condicionara sus sentimientos cuando Taehyung le había asegurado hace años que aquel rebelde chico había sido completamente su polo apuesto. 

Mientras él era un Ángel de apacible carácter, lleno de ternura, calidez e inocencia él otro era un demonio egoísta y codicioso sin ninguna bondad en su ser, era cierto que su idéntica apariencia había sido el factor principal en su secuestro pero al ser descritos de esa forma deseo que el difunto esposo del mayor ya no tuviera lugar en su corazón porque necesitaba que Taehyung lo amara únicamente a él y aunque fuese una locura quería ganarse su amor por completo. 

Con sus labios titiritando y su semblante encogido en una expresión compungida se giro a toda prisa sintiendo su angustia retenida explotar en un mar de llanto desolado, avanzo hacia el castaño desesperadamente como si su vida dependiera de ello y subiéndosele a horcajadas se sentó torpemente sobre su regazo sobresaltándolo. 

Al instante se escondió bajo su cuello sollozando desgarradoramente en silencio, sus manos aferradas a su camiseta querían mantenerlo a su lado por siempre sin importar que tan enfermizo o demente fuera eso, si el destino había querido darle esta vida porque estaría mal que él ahora quisiera lo mismo, ya no quería seguir nadando contra la corriente inútilmente y no tenia las fuerzas para hacerlo.  

Mientras él se ahogaba en su propio llanto amargo Taehyung lo acunaba entre sus brazos consolándolo, haciéndole sentir que todo estaría bien sin que hiciera falta usar las palabras, los besos que dejaba sobre su cabello y sus manos acariciando su espalda eran todo lo que necesitaba para saber que aquel rincón en su pecho era indudablemente su lugar en el mundo. 

Perdiendo la noción del tiempo se quedaron allí abrazados hasta que logro calmarse lo suficiente como para hacerle frente y al alzar la vista se topo de lleno con aquellos penetrantes ojos negros que movilizaban todo en su interior, el mayor siempre lo admiraba tan intensamente haciéndolo sentir tan deseado y amado incluso a su retorcida manera que le era imposible resistirse a él.     

Con sus dedos aún temblando ligeramente Hoseok acaricio su afilada mandíbula recorriéndola suavemente y acunando luego su rostro se inclino para juntar sus labios en un dulce beso que apenas duro unos breves segundos pero que significo mucho más de lo que aparentaba. 

Al separarse todavía mirándolo fijamente el pelirrojo lo contemplo un instante antes de volver a besarlo, esta vez apasionadamente sin nada que lo retuviera, esta era la primera ocasión en la que no tenia que engañarse a si mismo o pretender que estaba fingiendo frente al mayor y no podría haberse sentirse más pleno y completo como en ese instante en el que se permitió hacer el amor de la forma más pura y sincera bajo aquel árbol.       

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