CAPITULO UNICO

De lejos se escucha las risas de dos niñas confundiéndose con el sonido de la naturaleza.

Dos risas inocentes y tan puras como las promesas de ese entonces las cuales entrelazaban sus caminos para siempre.

Pero ahora todo eso estaba en su memoria la cual se liberaba cuando sus ojos se perdían en la inmensidad del cielo nocturno. La noche era el único momento que podía salir sin la necesidad de cubrir su cuerpo para evitar sus quemaduras pero no se quejaba, quien podría hacerlo con tal belleza frente a sus pupilas.

Marceline se preguntaba así misma en qué momento se perdió todo.

Su madre le cantaba una dulce melodía que tranquilizaba su inquieto corazón "Todo está tal cual lo dejaste" pero ella no dejo nada, en cambio La dulce princesa si le había plantado algo en ella, una flor cuyas espinas envolvían su corazón y lo apretaban con tal fuerza que podía sentir como sangraba cuando estaba ausente.

Las semanas que pasaron juntas fue lo mejor que le pasó en años ya que por un momento pensó que todo volvería a ser como antes.

El dulce reino ocupaba la mayor parte de su tiempo por el cual le era imposible pasar tiempo con ella y ciertamente la vampira no competiría contra eso, sabía que terminaría perdiendo. Pero cuando se enteró que ya no gobernaba le entro una gran alegría que trataba de disimular por qué se sentía algo egoísta y más cuando la escuchaba preocuparse por su reino notando una cierta melancolía en el tono de su voz.

La dulce princesa la había hechizado. Quizás fue su piel rosada que resaltaba a La Luz o cuando se sonrojaba, o tal vez por qué sintiéndola al lado creía poder con todo, se convertía en alguien fuerte solo para protegerla.

-Maldicion...Por que tiene que ser así..-

Arrojó una piedra haciéndola saltar un par de veces antes que está se hundiera.

Quería verla directamente a los ojos y sacarse todo del pecho con un discurso tan cursi que lo más probable era que sus mejillas se tiñeran y tartamudeara un par de veces.

"Sabes PB? Lo que siento por ti me es difícil de expresar con palabras pues cuando estas quieren salir siento como queman mi pecho y al final me sigo mintiendo, pero ya no más.
Me gustas y mucho, no dejo de pensar en ti, eres un dulce sonido que mi cabeza tararea al despertar y al dormir, no sé si tú lo sientas pero yo sí..gracias por ello..te amo mi princesa"

Al pensar en eso movía su cabeza de un lado a otro. Ella jamás de atrevería, el miedo la dominaba.

Finalmente decidió volver a casa pues durmiendo quizás apague ese pensamiento pero cuando iba en camino se detuvo un par de segundos para meterse cual intruso en la habitación de la princesa.

Deseaba ser la única que podía verla dormir, que esa imagen fuera solamente suya, un secreto que no susurraría al viento por miedo a que este lo esparciera.

Su expresión era de paz absoluta. La miro un par de minutos antes de darse media vuelta pero algo evitó que se fuera a su hogar.

-M-Marcy? Qué pasa?-

En el momento de escuchar su nombre la miro sorprendida ya que quizás la había encontrado infraganti en su acción pero la dulce princesa seguía durmiendo, hablaba en sueños.

Marceline se acercó para escuchar más.

-No llores..por favor..siempre me tendrás a mi..-

Decía la dulce princesa entre sueños y balbuceos.

-Lo se princesa..pasare mi vida inmortal a tu lado..-

En ese instante beso la frente de quién estaba descansando hasta ese momento.

Despertó de manera abrupta al sentir el contacto de los labios contra su frente.

-M-Marceline? Q-Que estás haciendo?-

La vio, sus mejillas fucsia delataron a la princesa.

Como deseaba sacar una fotografía en ese momento.

Pero algo nubló su mente, tal vez su lado demoniaco domino su cuerpo pues cuando menos lo esperaba estaba encima tomando ambas muñecas besando a la princesa.

Sus labios saborearon la esencia dulce y a la vez adictiva de su boca mientras la dulce princesa se hundía más en esas sensaciones nuevas para ella que le causaba cierto temor.

Cuando recobró la conciencia la vampira se alejó de ella bruscamente mirándola con los ojos llenos de lágrimas. No la culparía si la odiara o ya no le hablara después de todo lo que había hecho era imperdonable.

-D-dulce princesa..yo lo lamento..no era mi intención..-

"Mentirosa"

Le decía su conciencia, realmente lo disfruto y se sentía culpable por ello.

Pero ahora no sacaba nada con llorar sobre el agua que ya estaba derramada aún así seguían sus lágrimas saliendo de sus ojos mientras estaba sentada en la esquina de la cama.

-Marcy...-

Lentamente se acercó a donde se encontraba está tomando su mano de manera maternal.

-Que ocurre? Te he notado rara estos días..si es por mi culpa lo siento..pero sabes que siempre me tendrás a tu lado no?-

Era el momento, dejaría de ser cobarde pero las palabras se atoraban y no podían salir.

Trago algo de saliva y tomo la mano de su princesa y la acercó a su pecho para que sintiera los latidos de su corazón frenéticos.

-N-no puedo callarlo más..tu..yo te amo Dulce princesa..y lo siento pero no puedo evitarlo..juro que lo he intentado sacar, arrancarlo de mi pero..simplemente no puedo-

Los sollozos de hacían cada vez más grandes, se había sacado un gran peso de encima pero temía de su respuesta.

La miro a la cara donde nuevamente sus mejillas se encendieron y con una cálida sonrisa la abrazo y le susurró al oído.

-No sabes cuánto espere que lo dijeras..yo también te amo mi pequeña vampira-

A lo lejos ahora se escuchaba el sonido de dos corazones latiendo en sincronía, dos amantes que siempre se anhelaron a escondidas pero ahora su amor era correspondido.

Ahora todo estaba tan claro, escucho ligeramente al viento quien esta vez le dedicaba él ultimo párrafo de esa melodía.

"Todo está, tal cual lo dejaste.
Todo está, siempre cambiando.
Ligeramente, de día y de noche, un poco más..

Pero todo está"

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