~4~

Las clases terminaron, Kenma no dijo ni una sola palabra después de lo que pasó en la hora del descanso. Los gritos de los profesores demandándole que respondiera las preguntas no le ayudaron a calmar su ansiedad.

Caminaba en silencio, agarrando las correas de su mochila con fuerza, cabizbajo para evitar las miradas de cualquiera. Pensó que se libraría de hablar con alguien, pero enseguida notó como tiraban de su mochila hacia atrás.

-Hola, amigo.-. Saludó Nivav con una sonrisa mientras intentaba tomar la mano de Kenma, pero este la apartó y metió ambas en sus bolsillos.

-Hola...Nivav, mi móvil.-. Pidió Kenma.

Nivav lo sacó de su bolsillo y se lo enseñó a Kenma, él trató de cogerlo pero el mayor levantó el brazo para evitar que lo consigua.

-No, no, no...- Dijo con una sonrisa mientras negaba con la cabeza. -Estás hablando con tu querido amigo mientras caminas a casa, no te hace falta el móvil pare ello.-.

-Pero...-.

-No.-. Su sonrisa desapareció y lo miró con severidad, haciéndolo callar al instante.

Kenma miró al suelo, no sabía qué hacer, así que terminó haciendo lo que hace siempre al estar nervioso o incómodo: Sacó su consola y comenzó a jugar uno de sus juegos nuevos.

Ni siquiera se dio cuenta de que Nivav le estaba llamando después de varios minutos de camino, hasta que el otro estudiante lo agarró con fuerza por la mandíbula para obligarlo a mirarle cara a cara.

-¿Eres sordo que te pasa? Llevo llamándote por más de 15 minutos...¿Qué cojones estabas haciendo?-. Preguntó sin soltarle pero aumentando la fuerza en su agarre.

-Estaba jugando... E-es un juego nuevo y....-. Kenma dejó de hablar cuando el otro lo empujó hacia atrás dejándole libre.

-Con razón te llaman rarito, te pasas el puto día jugando a videojuegos, ¿Acaso eres un crío? Y encima ibas a explicarme sobre el juego...- Se rio en la cara del menor.-¿En serio creías que me iba a importar tu mierda de juego? A nadie le importa, lo único que haces es incordiar...Es ridículo, incluso podríamos decir que hasta patético. Lo mejor sería que vayas tirando ya todas esas mierdas y te centres en otras cosas. Por cierto, toma ya tu puto móvil y piérdete, ya entiendo porqué todos te detestan.-. Sacó el teléfono de Kenma y se lo lanzó, pero él lo cogió rápidamente antes de que cayera al suelo.

-Si...Si tan detestable soy...¿Entonces por qué estás aquí?-. Preguntó Kenma mirando el móvil en sus manos, aguantado las ganas de llorar en frente de él.

-Porque sin mí estarías solo, más solo de lo que ya antes estabas, así que ya puedes empezar a darme las gracias por estar aquí, desagradecido.-. Nivav esperó unos segundos pero Kenma no respondía, él bufó y comenzó a caminar irritado lejos del armador.

El menor miró la consola en sus manos temblorosas, dudó por un segundo y la guardó en su mochila. Quería irse ya a casa.

-Tiene razón...-.

[•••]

Nada más entrar a su habitación lanzón su mochila y se dejó caer sobre la cama. Levantó sus brazos para dejar el móvil a la altura de su cara y poder por fin contestar a los mensajes de Kuroo.

Kuro <3

Hola gatito ;)
Adivina quién quiere quedar contigo hoy~~~
10.30am

Hola Kuro
Umh...nadie?
5.46pm

Kuro <3

Khé-
NO
Yo.
5.47pm

Oh vale
5.48pm

Kuro <3

Pues te paso a recoger ahora mismo hehe
5.48pm

¿Cómo vas a llegar tan rápido desde la universidad hasta aquí?
5.48pm

Kuro <3

Quíen dijo que estaba en la universidad? :)
5.49pm

Has venido hasta casa sin saber si te diría que sí o no...?
5.49pm

Kuro <3

Queridísimo y bello gatito mío
El no nunca fue una opción conmigo >:p
5.50pm

Dame un segundo
Hay un loco dando golpes en la puerta de mi casa y pulsando el timbre sin parar...
Lo va a fundir
5.50pm

Kuro <3

SoY yO-
5.50pm

Oh
Voy.
5.50pm

Pero deja ya de dar golpes.
5.51pm

Kenma se levantó de la cama y caminó con un tanto de prisa a la puerta de su casa, dónde Kuroo seguía pulsando el timbre.

Paró justo antes de abrir y dio un par de profundos suspiros, tratando de calmarse antes de recibir a su mejor amigo. En cuanto giró el pomo de la puerta Kuroo se lanzó hacia él, atrapandolo entre sus brazos.

-¡Kenma, pequeño!-. Gritó mientras abrazaba con fuerza al menor, alzándolo del suelo y dando un par de vueltas con él.

-Kuro, tranquilo...-. Susurró y Kuroo paró inmediatamente, lo dejó en el suelo con cuidado y entonces Kenma le abrazó también, lo había echado tanto de menos. Kuroo rodeó la cintura del más bajo con uno de sus brazos, mientras que con la otra mano acariciaba la cabeza de Kenma, la cual reposaba sobre su pecho.

¿Tan difícil era permanecer así por siempre?

Kenma ya no se encontraba mal, no entendía porqué pero estaba mucho más animado en estos momentos. Hace solo un par de segundos hubiera preferido quedarse en su cama jugando durante lo que quedaba de día, ahora también lo preferiría, pero la idea de pasar tiempo con Kuroo hacía que su corazón latiera lleno de alegría.

-Te voy a llevar a esa cafetería en la que hacen la tarta de manzana que más te gusta de toda la ciudad.-. Dijo Kuroo seguido de una gran sonrisa.

-Está bien.-. Kenma asintió.

-Pero antes tienes que ir a tu habitación a por una sudadera, hace frío afuera y no quiero que caigas enfermo, ¿si?-. Le dijo el más alto mientras acariciaba el cabello del armador. Kenma asintió y fue a su habitación a hacer lo que su mejor amigo le había pedido.

Tomó una de las muchas sudaderas de Kuroo que había en su casa y se la puso. Siempre había algo de ropa de cada uno en ambas casas, a veces simplemente se les olvidaba que estaban allí y otras muchas les daba igual, de todas formas se verían al día siguiente también.

Estaba a punto de bajar de nuevo cuando sintió su móvil vibrar en su bolsillo. Raro, nunca recibía muchos mensajes.

Desbloqueó la pantalla y todas las fuerzas en sus manos se desvanecieron. El pánico recorrió todo su cuerpo, miró los nuevos mensajes que acababan de llegar y el nombre de la persona que los envía.

Hiro Nivav

¿Qué estás haciendo?
Seguro que estás jugando alguno de tus ridículos jueguecitos. Hazme el favor de quemar esa estúpida consola
Lo digo por tu propio bien, solo hablas cuando la conversación es sobre videojuegos, no tienes nada interesante que aportar nunca. Así que a ver si dejamos los juegos de críos y te comienzas a comportar cómo una persona normal, rarito
6.01pm

Kenma no sabía si contestar o no, pero unos golpecillos en la puerta de su cuarto lo sacaron del trance en el que se había quedado atrapado.

-¿Ya estás listo, gatito?.-. Preguntó Kuroo desde el marco de la puerta con una gran sonrisa.

- S-sí...-. Murmuró después de guardar en el bolsillo su móvil sin haber contestado los mensajes. Caminó hacia a su amigo para poder ir a la cafetería.

-Por cierto, esa sudadera te queda perfectamente, pequeño.-. Kuroo le guiñó el ojo, mientras lo rodeaba con uno de sus brazos mientras andaban hacia la entrada.

Kenma se sonrojó ligeramente ante las palabras de su amigo. Pero, aún así, él seguía asustado por los mensajes, casi al punto de rozar un ataque de pánico.
No quería incordiar a Kuroo con sus problemas, así que no dijo ni una sola palabra sobre ello mientras caminaban.

No sabía que iba a pasar al día siguiente, pero algo le hacía pensar que no sería precisamente bueno.

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