~13~

Lev daba vueltas por el instituto Nekoma. Había visto a Kenma un par de veces, pero no tuvo la oportunidad de hacercarse al de pelo teñido. Alguien caminaba pegado al callado armador, quien no dejaba de mirar el suelo, algo bastante raro ya que aún que Kenma solía intentar evadir todo a su alrededor, su mejor método para conseguirlo era jugar con sus consolas para centrar su atención en algo más, pero esta vez no fue como siempre.

Recordó todo lo que Kuroo y Yaku le dijeron, no quiso desaprovechar su oportunidad y comenzó a seguir, sin ser descubierto, a los dos alumnos que caminaban juntos por los largos pasillos hasta la salida del instituto.

Llegó el momento en el que algo comenzaba a suceder, Lev centró toda su atención en Kenma, quién ahora jugaba con sus manos nervioso, como si quisiera decir algo pero no encontrase las palabras o el momento adecuado para hacerlo.

Lev continuaba observando cuando, de repente, su móvil comenzó a vibrar dentro de su bolsillo junto al tono de llamada de uno de sus openings de anime favoritos. Sus ojos se abrieron completamente y corrió dentro de uno de los salones que tenían las puertas abiertas. Se quedó completamente quieto, en silencio, rogando porque no se hubiesen dado cuenta de lo que acababa de pasar.

Pasaron tan solo un par de minutos y solo pudo escuchar pasos alejarse. Lev asomó la cabeza por la puerta de la clase y vio como el alumno que caminaba con Kenma sujetaba un móvil en su mano, Kenma intantaba quitárselo, pero el contrario le tomó del brazo y lo acercó a él para susurrar algo en el oído, dejándolo fuera de sitio. Lev quiso salir de su escondite, pero el alumno tomó el brazo de Kenma y comenzó a arrastralo fuera del edificio. El medio ruso salió de la clase y corrió hacia ellos, pero en cuanto llegó al exterior ya no habia nadie cerca.

Estuvo buscando por unos minutos pero no encontró a nadie. Su móvil comenzó a vibrar de nuevo y esta vez contestó la llamada.

-¡Lev, ya han terminado las clases y no nos has llamado ni a Yaku ni a mi!-. Gritó desesperado el antiguo capitán del Nekoma.

-¡Kuroo-San, estaba siguiendo a Kenma-San, ha fastidiado mi increíble misión de espía!-. Dijo Lev indignado.

-Espera...¿Has encontrado algo? Hace nada que he llamado a Kenma pero no ha respondido, me ha colgado el teléfono de nuevo.-.

-Kuroo-San, Kenma-San no tenía su móvil...-.

-Lev, deja de decir tonterías, Kenma nunca se deja el móvil en casa.-.

-Y no lo ha dejado en casa, un alumno tenía el móvil de Kenma-San, él pareció querer quitárselo pero el alumno no le dejó, lo cogió del brazo y se lo llevó fuera del instituto.-.

-¿¡CÓMO!?-. Lev pudo escuchar el grito de Yaku desde la otra línea.

-¡Yaku-San!-. Llamó el medio ruso emocionado.

-No debí de haber puesto el manos libres...-. Murmuró Kuroo.- No te preocupes, demonio, tu armador está bien.-.

-¡Eso espero, cabeza de gallo!-.

-Kuroo-San, intenté seguirles pero ya no estaban cerca, no sé dónde están.-. Explicó Lev mientras seguía buscando.

Kuroo suspiró desde la otra línea, ya estaba seguro de que alguien estaba tras de Kenma, y la idea no le gustaba nada.

-Lev, por favor, intenta encontrar a Kenma, si se hace muy tarde entonces vuelve a casa. No puedo salir de la universidad a partir de esta hora, pero mañana mismo voy a ir a por Kenma y no volveré hasta que hable con él.-. Dijo Kuroo.

-Entendido, Kuroo-San...Adiós.-.

-Adiós, Lev.-.

[•••]

Nivav y Kenma caminaban juntos hacia la salida del instituto. Nivav hablaba sobre cómo le había ido el día, Kenma simplemente escuchaba. El menor quiso aportar algo a la conversación cuando su acompañante dejó de hablar.

-Hoy en el entrenamiento estabamos practicando las-...-. Comenzó a relatar, pero fue rápidamente interrumpido.

-¿Quién te ha dado permiso para hablar?-.

-¿Q-qué...?-.

-¿Q-qué...?-. Nivav lo imitó.

Kenma ya no sabía qué decir, se estaban burlando de él otra vez. Tal vez Nivav no lo hacía con malas intenciones, ¿Verdad? Probablemente solo pensaba que era gracioso, no era culpa de Nivav que él fuera tan sensible, por eso permaneció callado de nuevo.

-No se si te acuerdas, pero estabamos hablando sobre mí.-.

-Si...Lo siento, no me di cuenta.-.

-Ya, como siempre.-. Nivav rodó los ojos y siguió hablando.

Estaban a punto de salir del edificio cuando escucharon la vibración de un móvil en el bolsillo de Nivav.

-¿Es el tuyo o el mío...?-. Preguntó Kenma.

Nivav frunció el ceño y sacó el móvil. Su mirada se oscureció aún más cuando vio quién llamaba a Kenma. El pequeño armador se acercó ligeramente para enterarse de quién le llamaba.

-Es Kuro.-. Kenma dijo, la emoción se notaba en su tono de voz aún que no parecía querer expresarlo con total libertad. El de pelo teñido estiró su brazo para tomar el móvil pero Nivav sujetó su muñeca.

Nivav lo miró a los ojos y colgó el teléfono. El ceño de Kenma se frunció ligeramente.

-¿Por qué has hecho eso...? Kuro me estaba llamando.-.

-Kenma...Te estaba hablando sobre lo que me había pasado hoy, sobre lo mal que me he sentido. Pero ya veo que no te importa tanto como tu preciado Kuroo...De verdad pensaba que tu podrías llegar a escucharme, pero ahora me doy cuenta que no es así.-. Suspiró Nivav mirando al suelo, aún sujetando el móvil el móvil de Kenma.

-Yo te puedo escuchar, pero Kuro me estaba llamando, no solemos tener mucho tiempo para hablar y tu siempre guardas mi móvil durante las clases para que no lo pierda, algunas veces se te olvida darmelo cuando volvemos a casa, pero está bien. Yo solo quería hablar con él un momento...te prometo que luego te escucharé solo a ti.-. Contestó Kenma, moviendo su otra mano para coger el móvil, pero Nivav no lo soltaba.

-¿Te estás escuchando, Kenma? ¿En serio piensas que es una buena idea dejarme colgado mientras hablo sobre mis problemas solo para hablar con tu amigo? No te creo...¿Cómo puedes ser tan egoísta y actuar cómo si nada?-. Susurró, tirando de las muñecas de Kenma para acercarlo a él.

-Y-yo...-. Kenma ya no supo qué decir, él no creía que lo que estaba haciendo era actuar como un egoísta.-Por favor, Nivav...¿Puedo hablar con Kuro? Tal vez me ha llamado por algo muy importante...-.

Nivav iba a contestar, su rostro denotaba una creciente irritación que aumentó al momento de ver el nombre del anterior bloqueador del Nekoma aparecer de nuevo en la pantalla. Kenma volvió a intentar coger el móvil, giró su cabeza para mirar al contrario en cuanto escuchó un gruñido. Lo siguiente que vino fue el golpe que recibió su espalda al ser empujado contra el suelo.

-¿¡Quieres estarte quieto de una puta vez!? ¡Te estoy hablando sobre lo dolido que me siento al ver que prefieres hablar con tus amigos antes que conmigo y tu inmediatamente pierdes el culo para coger el teléfono en cuanto te llaman! ¿¡Acaso te parece normal!?-. Gritó con fuerza al menor que estaba sentado en el suelo, apoyándose en sus antebrazos. El móvil cayó al suelo después de un forcejeo entre ellos.

Kenma iba a contestar, pero una mano acercándose velozmente a su cuerpo le hizo estremecerse, cerrar sus ojos con fuerza e intentar proteger su cuerpo.

Esperó recibir el golpe, pero éste no pareció llegar. Al abrir los ojos vio a Nivav mirando con una sonrisa a un profesor que acababa de salir de uno de los salones.

-¡Kenma, ya te he dicho que tenías que tener cuidado, siempre te tropiezas por llevar los cordones desatados!-. Rio el de tercer año mientras se agachaba para ayudar a Kenma a ponerse en pie. -Ya es muy tarde, será mejor que nos vayamos a casa, ¿Verdad?-. Dijo mientras rodeaba los hombros del menor y lo dirigía a la salida.

-No...¡P-profesor, él intentaba-...!-. Los ojos de Kenma se abrieron aterrorizados, iba a contarle al profesor lo que Nivav estuvo a punto de hacer, pero éste ya se había marchado. Sintió como el agarre en sus hombros se hacia más fuerte, sin tener intenciones de parar. Estaba muerto de miedo, no se atrevía a girar la cabeza para mirar a Nivav, ya podía imaginarse lo que se encontraría si lo hacía.

Respiró profundamente e hizo lo único que se le ocurrió. Echó a correr repentinamente, agarró su móvil y siguió corriendo hacia la salida.

-¿¡Qué coño crees que haces, imbécil!?-. Escuchó como Nivav le gritaba.

El grito fue seguido del ruido que hacían las zapatillas de Nivav al perseguirle. En lo único que podía pensar Kenma era en correr, correr y no detenerse. No podía permitirse frenar y su cuerpo lo sabía, la adrenalina y miedo que le inundaban no le dejaban sentir ni una pizca de cansancio, aún que su pulso y respiración acelerada le rogaban detenerse.

Corría por las oscuras y silenciosas calles, su mente le pedía mirar atrás para asegurarse de que Nivav estaba ahí, pero él estaba seguro de que no se había detenido, no aún. Siguió la ruta de siempre hacia su casa. Con torpeza y rezando para que no cayeran, sacó las llaves de su bolsillo.

Se preparó mentalmente para lo que venía, no sabía si se encontraba lo suficientemente lejos de Nivav como para tener tiempo para abrir la puerta de su vivienda y entrar, pero no habían más opciones, si seguía corriendo sabía que en algún momento se detendría, detenerse significaba salir herido.

Por fin vio su casa, tomó la llave entre sus manos y subió con prisa los escalones que llevaban a la entrada, insertó la llave en su segundo intento, abrió la puerta y corrió dentro para colocarse al otro extremo y cerrarla. Sintió un tirón en la capucha de su sudadera, su pecho se estrujó bruscamente al saber que era la presa y había sido atrapada. A pesar de ello quiso intentar salvarse, por lo que cerró con todas sus fuerzas la puerta haciendo que la mano que sujetaba su capucha le soltase, no queriendo que la puerta aplastase su mano.

En cuanto la puerta se cerró Kenma comenzó a escuchar golpes sobre esta. Sus temblorosas manos cerraron la entrada con pestillos, estas se empaparon de las lágrimas que caían de sus ojos tristes. No podía formular palabra alguna, pero eso no detuvo su desconsolado llanto, rogante de ayuda sus rodillas cedieron, dejándole caer al suelo.

Las incontables lágrimas anegaron sus ojos irritados, no podía pensar en nada.  Algo se clavó en su pierna molestándole, sacó el móvil de su bolsillo y su mirada se quedó clavada en las últimas notificaciones que había recibido.

[•••]

Hiro Nivav

Cuéntale a alguien sobre lo que ha pasado.
Hazlo y te juro que te haré arrepentirte de todo lo que alguna vez dijiste o hiciste.
6.43pm

Hiro Nivav

Mañana irás al instituto y créeme cuando te digo que esta vez te daré verdaderas ganas de pedir ayuda.
7.01pm

[♧♧♧♧]








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