¿ᴍᴏʀɢɪꜱᴏɴ ᴏ ɴᴀꜱʜɢᴀɴ?




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La pareja no tan pareja llevaba un par de semanas saliendo de manera 'discreta', aunque varios compañeros de Addison notaba que sonreía más e incluso la escuchaban tarareando algunas canciones que no eran del estilo de su amiga. A pesar de ese extraño sentimiento de felicidad que le brindaba el chico, no quería compartir su nuevo sentir, debido a que si no funcionaba no quería quedar como payaso enfrente de todos.

Sin embargo, el agente del FBI hacía todo lo posible para hacerle entender a toda la estación de bomberos que estaban en algo, debido a que siempre que podía iba por ella al finalizar su turno. Como en ese momento, Morgan estaba sentado en un banco fuera de la 118, esperando a que su chica saliera para poder ir a cenar, pensando en las opciones que tenían disponibles. Hasta que una llamada entrante a su celular lo saco de sus pensamientos.


—Hola, ma. ¿Cómo estás?—Derek contesto la llamada recordando que hace unos días había prometido ponerse en contacto con ella y lo había olvidado.

—¡DEREK MORGAN!—Fran grito cuando su hijo finalmente contesto el teléfono.—¿Sabes cuántas veces te he llamado en esta última semana? Estoy empezando a pensar que ya no te acuerdas de tu madre.

—Lo siento.—el moreno murmuro pegándose más al teléfono, presintiendo el gran sermón que estaba a punto de recibir.—He estado ocupado con el trabajo . . .

—Esa no es excusa.—se quejo la mujer con un tono lleno de preocupación, debido a que su hijo tenía un trabajo peligroso y siempre se imaginaba lo peor.—Podrías tomarte dos minutos para llamarme y decirme que estás bien. ¡ESO NO TE CUESTA NADA!

—Si . . . Tienes razón, en verdad, lo siento.—Morgan repitió reconociendo lo testaruda que podía ser su madre.—Solo . . . he tenido muchas cosas en la cabeza últimamente.

—Sabes que me preocupo por ti.—la Sra. Morgan volvió a recordar, negándose a escuchar las disculpas de su hijo.— Si algo te pasa . . . bueno, es difícil para una madre no pensar en lo peor. Pero ¿Qué es eso 'tan importante' que ni siquiera puedes devolver mis llamadas?

—Ya sabes, trabajo y más trabajo.—informo Derek recordando momentáneamente la pila de expedientes pendientes que tenía.—Además las capacitaciones que nos obligan a realizar . . . Ohh, por cierto logre convencer a Reid de entrar al equipo de beisbol, pero creo que en general tengo mi mente en otro lado . . . estoy saliendo con alguien.—confeso inconscientemente antes de cerrar los ojos arrepintiéndose de lo que dijo.

—¿CÓMO DICES? ¿SALIENDO CON ALGUIEN? ¿TÚ?—expreso Fran totalmente incrédula ante lo que su hijo le decía.— ¡Derek Morgan, el hombre que siempre decía que las relaciones son una complicación innecesaria ahora tiene novia y ni siquiera me lo mencionaste!

—No estamos en una relación . . . por ahora.—interrumpió el moreno conociendo lo intensa que se podía poner su familia ante el tema de las parejas.—Pero sí, estamos saliendo para . . . ya sabes formalizar esto.

—Espera cariño.—murmuro la mujer, emitiendo un sonido como si estuviera en movimiento.—Sarah, Desiree . . . al parecer su hermano al fin sentara cabeza.


Fran anuncio a sus dos hijas menores, provocando que ambas chicas corrieran hacía el teléfono para hablar con su hermano. Estaban peleando por el dispositivo para interrogarlo justo como él lo hizo con ellas y sus parejas.


—¿Cómo se llama? ¿Dónde la conociste? ¿Cuánto tiempo llevan saliendo?—Sarah lo bombardeo con preguntas viendo la situación un poco divertida.

—¿Cómo es ella? ¿Es igual de tonta que tú o si tiene cerebro?—bromeo Desiree arrebatándole la línea de teléfono a su hermana menor.

—Wow, wow, despacio, chicas . . . Una pregunta a la vez. —Morgan se rio ante la desesperación de su familia de obtener información sobre su pareja no oficial.—Bueno, su nombre es Addison. Es paramédico y si . . . es mucho más lista que yo . . . me hizo sufrir bastante solo para obtener su numero telefónico e incluso llevo a Reid a nuestra primera cita y llevamos saliendo dos meses. 

—¡¿DOS MESES?!—repitió su madre, delatando que posiblemente estaba en altavoz.—Derek . . . dos meses es mucho tiempo, al menos lo es para ti, cariño. ¡Eso ya es casi una relación seria!

—Oigan, creo que deberían de relajarse un poco.—bromeo Derek sintiendo la presión que estaban poniendo en él.—Batalle mucho por una cita, no quiero apresurar las cosas. Ella es como un venadito, cualquier movimiento en falso saldrá corriendo.

—Supongo entonces que aún no la traerás a casa para que conocerla.—se quejo la madre de Morgan mostrando el interés en la vida romántica de su hijo.


El moreno sentía que lo estaban acorralando por medio de una conversación telefónica, pero como si un rayo de luz logro notar como Addison salía de la estación de bomberos y caminaba lentamente hacia él con una sonrisa. 


—Tengo que irme, mamá.—dijo Morgan levantándose de su lugar para encontrarla en el camino.—Pero hablaremos pronto, ¿vale?


Colgó sin escuchar alguna respuesta de su madre, acercándose a la chica sin romper el contacto visual. En cuanto se encontraron tomo su maleta ayudarla a cargarla, notando como sus amigos miraban 'discretamente' hacía su dirección.


—Gracias, pero no esta tan pesada.—Dy sonrió antes de darle un beso rápido en la mejilla, sentía que en ese momento estaba sacando el lado que había enterrado a la perfección un par de años atrás.

—Lo sé, pero quiero asegurarme de que no te canses demasiado . . . acabas de salir de un largo turno.—confirmo el agente del FBI, apoyando su brazo en los hombros de la chica.


Ambos caminan hacia la camioneta de Morgan, debido a que la azabache se había quedado sin carro, gracias a que Dylan veía que su hermana salía seguido con su pretendiente, así que tomo eso como una luz verde para usar el coche por días. 


—Sabes, creo que tus amigos no son muy buenos en eso de ser 'discretos'.—murmuro el moreno ayudándola a subir al vehículo.

—Bueno, creo que es algo que nos identifica.—respondió Addison recordando como solían espiar a cualquier visita de que tenían sus compañeros.—Tal vez están intentando averiguar si el gran Derek Morgan logro impresionar a su amiga favorita.

—¿Y lo estoy logrando?—pregunto el hombre con un tono lleno de curiosidad antes de subirse al lado del piloto, mirándola con un brillo en sus ojos.

—Creo que si aún no hemos quemado tu casa significa algo.—contesto Mini Nash evitando el contacto visual, no quería mostrarle que lograba poner nerviosa.—Pero bien . . . ¿Qué tienes en mente para cenar?

—Mmmm, en realidad iba a dejar que tu decidieras.—comento Morgan notando el ligero rubor en el rostro de la chica, provocándole una sonrisa.—Solo quiero pedirte que sea lo que quieras, menos pizza . . . ya comí eso tres veces esta semana.

—Esta bien, nada de pizza.—confirmo Dy antes de darle un pequeño empujón para que dejara de mirarla de esa manera.—¿Qué te parece algo de comida china?, acaban de inaugurar un local cerca de mi casa.


Derek asintio antes de poner el auto en marcha dirigiéndose hacía el restaurante elegido por su acompañante, deteniéndose en la avenida principal por el semáforo en rojo. 

En esos pocos segundos en los que se quedaron detenidos por la señalización, Morgan recorrió su camioneta con la mirada, sorprendiéndose al notar que tanto el tablero, los portavasos y los asientos traseros estaban llenos de cosas de Addison. Nunca se había dado cuenta de que ella dejaba 'accidentalmente' sus pertenencias, desde moños para el cabello hasta brillos labiales.

Negó con la cabeza repetidamente, entendiendo el origen de las bromas de su amigo Rossi, sobre ir marcando territorio para domar a la bestia.





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Oficinas de la UAC

Era una de esas tardes sofocante, donde la intensidad del sol parecía derretir todo lo que estaba a su paso, haciendo que cada minuto fuera más insoportable que el anterior. Sin embargo, el ambiente dentro de las oficinas de la UAC era completamente distinto, debido a que gracias al constante zumbido de los sistemas de ventilación, daban un aire fresco y cómodo. Contrastando a la ambientación del cima exterior. 

Morgan caminaba por los pasillos, ignorando todo el caos o la concentración de algunos de sus compañeros que tenían reportes atrasados. Su atención estaba en el dispositivo que tenía entre sus manos, estaba navegando entre diversos sitios de compras Amazon, E-bay e incluso Shein, tenía una idea fija en su mente. Necesitaba encontrar algo para ayudar a su 'novia' no oficial. 

Llevaban saliendo un tiempo, y aunque no lo habían dicho abiertamente, para el moreno ya era algo más que una relación pasajera. Era algo serio. Sin embargo, el problema en cuestión era que la chica dejaba constantemente sus cosas en su auto y luego no las encontraba cuando las necesitaba. Así que pensó en un buen organizador para el coche, algo donde pudiera tener en orden. Pero no podría ser cualquier organizador. Tenía que ser perfecto, algo que fuera práctico y al mismo tiempo, reflejara lo especial que era para él. 

En ese momento supo quien era la indicada para ayudarlo, Penélope, debido a su gran estilo y su reciente obsesión con las compras en línea.


—Preciosa . . . ¿Tienes unos minutos?—pregunto Derek tocando un par de veces la puerta de su oficina, pero no escucho alguna respuesta.—García, ¿Sigues enojada? . . . te pedí una disculpa, no sabía que ese almuerzo era tuyo.


Al no recibir respuesta alguna, decidió acercarse un poco más, intentando escuchar cualquier sonido proveniente del lugar, creyendo que estaría vacío. Sin embargo, logró percibir algunas risas, lo que lo hizo entrar de inmediato para averiguar qué estaba ocurriendo. Al parecer, los demás no se habían percatado de su presencia.

Dentro de la pequeña oficina de su amigo, varios de sus compañeros estaban reunidos, todos de pie frente a un pizarrón blanco lleno de notas coloridas. El agente Morgan no alcanzó a ver con claridad de qué se trataba, pero lo que sí notó fue su propio nombre, junto con el de Addison, escrito en letras grandes.


—¿Qué se supone que es todo esto?—pregunto el moreno haciendo que todos los presentes dieran un brinco en sus lugares, mirando de reojo como García escondía un par de billetes que tenía a su alcance.

—Es solo un pequeño proyecto de investigación.—contesto Emily intentando sonar tranquila, pero había un ligero temblor en su voz.

—Tranquilas  . . . Él lo iba a descubrir tarde o temprano.—menciono Rossi antes de darle un par de palmadas en el hombro del chico.

—Honestamente, era cuestión de tiempo antes de que se diera cuenta.—expreso Spencer sin apartar la mirada de la pizarra.—No somos nada discretos.

—Aguarden, aguarden, aguarden.—pidió Derek de manera repetitiva y rápida. Al parecer todos creían que el sabía lo que hacían cuando no era así.—¿De qué se supone que se trata eso? ¿Y por qué está mi nombre al lado del de Addison?


El hombre miro a todos los presentes, hasta que se detuvo en la rubia que estaba jugando de manera nerviosa con su collar colorido antes de darse por vencida.


—Está bien, está bien.—García rompió el silencio antes de buscar las palabras correctas.—Ella te llama 'Deky' y tu le dices 'Dy' . . . El había puesto DeDy . . . en secreto, pero un día se me escapo y se lo conté a Prentiss, dijo que era horrible e intento crear otro y bueno, es lo que hemos estado haciendo.

—Estábamos jugando a encontrar el nombre de pareja perfecto para ti y Addison.—Emily explico con mayor claridad ante lo dicho por su amiga.— Ya sabes, como esos 'shippeos' que la gente hace en internet.

—Bueno, en realidad es una actividad bastante común de las redes sociales, juntar los nombres de las parejas para formar un nombre conjunto.—informo Reid haciendo que la conversación se desvíe un poco.—Intente hacer un anagrama, pero ellos no me dejaron . . . dijeron que no lo iban a entender.

—¿Han estado aquí, en lugar de trabajar, solo para decidir cómo van a llamarnos?—pregunto Morgan con un tono lleno de incredulidad.

—Solo 'invertimos' mejor nuestro tiempo.—David se excuso en el nombre de todos intentando aligerar el ambiente.—Además tenemos varios ganadores, algunos fueron propuestas de Dylan.

—Por ejemplo "Morgison" tiene una mejor combinación fonética, pero "Nashgan" es más fácil de recordar.—explico Spencer recordando lo que había platicado con el menor de los Miller.— Ambos tienen méritos lingüísticos interesantes.


El moreno solo negó divertido, tenían varios ejemplos y posiblemente una apuesta en la puerta sobre la fecha estimada de cuando formalizarían lo que sea que tuviera.


—Saben que . . . yo solo venía a preguntar algo.—confeso Derek intentando olvidar lo que había descubierto.

—¡Ohhh!, ¿A preguntar que, corazón?—Penélope se sintió menos presionada sobre el tema.

—Si bueno, Dy suele dejar sus cosas por donde sea en mi auto.—expreso el hombre notando como Rossi contenía una risa.—La ultima vez rompí sus lentes de sol, los pise sin querer y así que . . . quería saber donde compro esas cosas para organizar.

—¡Ay, qué tierno! ¿Estás pensando en soluciones de organización para tu chica?—la rubia se burlo de su amigo viendo la genuina preocupación e interés que tenía hacía la paramédico.

Eso es prácticamente el siguiente nivel de compromiso. Si eso no es amor, no sé qué es.—Emily continuo el juego provocando que Morgan rodara los ojos en blanco.—Si que te puso las cosas difíciles esa chica.

—A veces creo que esa sonrisa y esos ojos ya no son suficientes para conquistar a todas. Podrías aprender a hacer malabares. Tal vez así llamarías su atención.—propuso el genio con un tono bromista intentando poner en practica lo que Dylan le había enseñado.


La discusión sobre lo que estaba pasando siguió iban sobre lo vergonzoso de los nombres hasta algunos consejos para hacer que su madre dejara de poner presión sobre verlo en el altar. Todo era camarería, pero algo dentro del agente no estaba bien, sentía un frío en su espalda vertebral, como si algo malo fuera a pasar, posiblemente un caso de imprevisto o una visita inesperada de sus parientes



Parque de Quántico

Mientras en otro lado de la cuidad Addison junto a Chimney iban hacía una emergencia medica, ambos iban bromeando sobre sus futuras parejas, aunque ninguno de los dos lo habían hecho oficial ante nadie. 

La noche comenzaba a caer, así que tendrían que apurarse para no utilizar las linternas o pedir refuerzos para arreglar la situación. En ese momento Han se detuvo bruscamente al final de un camino de tierra. El parque frente a ellos estaba lleno de árboles, con senderos estrechos que no permitían el paso de vehículos grandes. Así que apagó el motor antes de mirar por el retrovisor, evaluando la situación.


—Supongo que tendremos que caminar el resto del camino.—informo Howard bajando de la ambulancia viendo como su compañera imitaba sus acciones antes de tomar las mochilas con suministros.

—Es un buen pretexto para hacer ejercicio.—respondió Dy ante de empezar a caminar a lado de su amigo, no entendía que tipo de emergencia podría surgir, posiblemente un niño cayó de un árbol o alguien se volvo por el lugar. 


La vista de la chica se quedó fija en aquel pequeño sendero sintiendo una mezcla de nostalgia y nerviosismo. Ese era su atajo, el que solía tomar antes de que Morgan le hiciera jurar que nunca lo usara de nuevo. No era tanto por el sendero, sino por lo solitario que estaba, apartado de las miradas curiosas de la ciudad. 


—¿Recuerdas la primera vez que pasamos por aquí?—pregunto Howard con un tono divertido, viajando al pasado mentalmente.

—Me gustaría decir que no, esa noche usaba tacones y termine rodando colina abajo con Eddy.—respondió Dy ajustando mejor su mochila de suministros.—Pero cortamos camino, así que no me quejo.

—Si . . . éramos tan jóvenes, ahora solo esperamos nuestros días libres para dormir, lavar ropa o intentar tener una relación romántica.—bromeo el azabache viendo el rostro de incomodidad de su amiga.—¿Todo bien, Dy? Pareces un poco . . . ida.

—¿Qué?—cuestiono Mini Nash saliendo de su disociación, pero al ver esa cara preocupada entendió rápido.—Ohh . . . no, no es nada, solo recuerde que Morgan me hizo jurar que no tomaría jamás este atajo.

—¿Qué tiene de malo?—indago Chim con un tono incrédulo, tal vez porque ellos lo usaban por años, lo encontraban bastante seguro.


Addy aplano los labios, intentando recordar con exactitud esa conversación. Últimamente él se preocupaba por ella más de lo que debería. Llegó a su mente ese tono protector cuando  había hablado sobre lo peligroso que era el atajo. En aquel momento, lo había encontrado exagerado.


—Bueno, es solitario, apartado . . . y con todo lo que ha visto en su trabajo, supongo que . . . no podía evitar pensar en lo peor.—respondió Dy notando que estaba oscureciendo más rápido de lo habitual.

—¿Crees que Morgan estaba exagerando?—pregunto Chimney intentando sacarle toda la información que podía a su amiga.


Ella solo mira al sendero que se extendía frente a ellos. Había caminado allí tantas veces antes de conocer a Derek, sintiendo que no había nada de qué preocuparse. 


—No lo se, es difícil contestar eso, tal vez me acostumbre a tener una pareja desinteresada.—murmuro Dy intentando no pensar en su ex novio y sus miles de dramas.—Morgan es bastante intenso mientras que yo intento tomar todo con calma.


Después de compartir su pensar no hubo respuesta de parte de su amigo, solo sintió un par de golpes en su hombro para que volteara a ver. Lograron distinguir una figura en el suelo, inmóvil a un lado del camino, provocando que ambos corrieran hacía el lugar.

Al llegar junto a ella, Chimney se agachó rápidamente, evaluando la situación. La mujer estaba débil, su ropa estaba rasgada, cubierta de tierra y su cuerpo temblaba ligeramente. Su rostro estaba cubierto de lágrimas y apenas podía murmurar entrecortadamente.


—Tranquila, tranquila . . . somos paramédicos, venimos ayudarte.—informo Han intentando tomar sus signos vitales. Sin embargo, la mujer se hizo bolita y se negó a ser tocada.

—Ese hombre . . . me . . . me violaron . . .—logro murmurar la desconocida haciendo que ambos paramédicos se miraran entre si.

—Yo me encargo.—indico Addison recordando el protocolo, debido a su reciente trauma no era una buena idea que lo atendiera un hombre.

—Lo reportare a la central.—informo Chimney dándole espacio a ambas mujeres, lo que menos quería era meter algún tipo de presión.


El hombre se alejo una distancia considerable, pero nunca aparto la mirada de ambas mujeres, tenía que estar alerta en todo momento por si el hombre regresaba o seguía rondando por ahí. Tomo la radio para comunicarse y pedir una unidad de policías para la escena del crimen.


—Central, necesitamos una unidad de policía en nuestra ubicación.—informo Han sacando su linterna para alumbrar el camino, debido a la falta de luz.—Es, es . . . un caso de abuso sexual.

—Aquí central.—la operadora respondió de manera inmediata mientras se escuchaban el teclear en el computador de fondo.—Patrulla en camino, tiempo de llegada cinco minutos, envíen a la victima al hospital más cercano e infórmenos cualquier situación.


 Chimney dejo el canal de comunicación intentando concentrarse en el llenado del reporte, pero a falta de iluminación no pudo ver a detalle a la chica, así que tendrían que esperar a la luz de la ambulancia. En ese momento noto como su amiga prendía y apagaba su linterna para llamar su atención.

Así que se acerco para ayudarla a cargar a la victima en una camilla sencilla o de emergencia. El camino hacía el vehículo de emergencia fue silencioso, solo eran interrumpido por los sollozos de la mujer. Ambos subieron a la mujer a la unidad con sumo cuidado, no querían perturbarla más de lo que estaba.


—Será mejor que yo conduzca.—propuso Han tomando las llaves del vehículo entregándole el informe a su amiga.—Intentaré ir lo más rápido posible, vigílala y llena el reporte, anota todo lo que te diga.


Addison asintió y tomó asiento al lado de la camilla, revisaba continuamente que los signos de la mujer siguieran estables antes de comenzar a llenar el reporte. No quería molestar a la mujer con preguntas, así que se limitó a escribir lo que observaba: una joven de aproximadamente 26 años, 1.63 de estatura, cabello azabache y piel pálida. Su complexión era mediana y . . . en ese momento, notó los rasgos físicos que compartían. 

Su corazón comenzó a acelerarse, sintió un escalofrío por todo su cuerpo, intentó despejar su mente desviando la mirada, esperando que ese nerviosismo se fuera. Sin embargo, solo fue en aumento cuando noto el tipo de zapatos que llevaba la desconocida,: unos pequeños mocasines con estampado de tigre, justo como los que ella tenía en su casillero en la estación.

En ese momento, la cruda realidad la golpeó. Morgan nunca exageró cuando decía que las cosas malas suceden a diario y que cualquier persona horrible podría aprovecharse de un lugar tan solitario y oscuro. Sus manos comenzaron a temblar al pensar que esa podría haber sido ella. Usaba ese atajo con frecuencia para llegar a casa cuando su coche no circulaba o estaba en el taller.



—Ya casi llegamos.—informo Chim viéndola a través del retrovisor, noto su leve temblor aunque intentara reprimirlo.—¿Addison? . . . ¿Todo en orden?

—Si, sus signos vitales siguen estables.—murmuro Dy evitando el contacto visual, fingiendo que todo estaba bien.


Chimney saco su celular mientras se estaba estacionando para poder enviar un rápido mensaje al agente del FBI, su amiga le había pasado su contacto días atrás por si surgía una emergencia y no lograban contactarla cuando saliera con él. A pesar de que Morgan no fuera de todo agrado para algunos de la unidad, entendía que había cosas que Addison compartía con ese hombre, algo que solo entenderían entre si.


"Estamos en el hospital central de Quántico, creo que deberías venir, tal vez Addy te necesita."




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