☆ ᴀɴᴅʀᴏᴍᴇᴅᴀ ★


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Spencer acompañó de regreso a Addison al interior de la estación 118. Notando a un grupo de bomberos y paramédicos, observando atentos la interacción de la azabache con el castaño, era como presenciar un acto histórico. El equipo estaba con la mirada fija desde un barandal de la planta alta. Sin embargo, al cruzar miradas todos corrieron en diferentes direcciones, fingiendo demencia.


—Discúlpalos, pero tenemos la costumbre de espiar cuando hay visitas.—informo Mini Nash dejando escapar una risa.—Bueno eso . . . y que no soy muy social.

—Yo tampoco lo soy.—informo Reid con una sonrisa ladilla, subiendo las escaleras.—A veces incomodo a las personas, algunas de ellas dicen que soy raro . . . tratan de decirlo en voz baja para no hacerme sentir mal, pero aun así lo se.

Addison solo sonrió aplanando los labios, no sabía que decir exactamente ante esta situación, gracias a su madre su grupo de amigos era muy pequeño. Sin embargo había encontrado una familia en la 118, de ellos aprendió varias cosas y las pondría en practica en ese momento.

—Bueno . . . si te pones a pensar todos somos raros en algún sentido.—explico Addy ganándose la atención de su acompañante.—A mi me gusta usar aretes de diferente par, separo mi ropa por color y me gusta estar descalza todo el día en mi casa.—confeso encogiéndose de hombros.—Si todos fuéramos iguales el mundo sería aburridísimo, siempre viviríamos en la monotonía . Solo necesitas encontrar alguien que complemente tu rareza.—expreso señalando el camino a seguir.

—¿Quién es tu nuevo amigo, Addy?—preguntó Chim de manera juguetona cuando vio a la chica acompañada.—¿Acaso es tu nuevo galán? Porque no recuerdo haberlo ahuyentado antes.

—Debe ser algo muy formal si lo traes para presentárselo a tu padre —Buck continuó la broma de su compañero, solo para molestarlos.

—Espera . . . ¿No es el otro chico del FBI?—cuestionó Henrietta al reconocer al chico delgado.—Ya sabes, el amigo de tu acosador.

—¿Cómo es posible que recuerdes a ese chico, pero no cuando te toca traer el desayuno?—Eddie preguntó con un tono burlón, haciendo referencia a la "memoria selectiva" de su amiga.

—Tal vez lo recordaría si alguien no estuviera enviando memes a altas horas de la madrugada—Hen respondió, señalando con la mirada al rubio, quien solo pudo abrir la boca indignado ante la acusación.

—¿Ahora es mi culpa?—pregunto Evan con un tono dramático.—Disculpa, pero solo intento sacarles una sonrisa, además puedes silenciarlo o incluso apagarlo.

Antes de que la discusión se prolongara, Addy decidió interrumpirlos. Fingió aclarar su garganta y los devolvió al tema principal, señalando discretamente a Spencer, quien simplemente se reía ante la situación, recordando a sus propios compañeros del trabajo.

—Chicos . . . . él es Spencer Reid—dijo la azabache con una sonrisa amistosa, esperando que el castaño se sintiera cómodo.—Spencer, te presento a algunos de mis amigos: Edmundo, Evan, Howard, Henrietta, Lena, Ravi y nuestro capitán Robert Nash.

El castaño asintió cortésmente, ofreciéndoles una sonrisa con labios aplanados, levantando su mano en señal de saludo, observando a cada uno de los presentes. Quería romper ese pequeño momento de silencio, pero sentía que mostrando su lado 'sabelotodo', podría causar una mala impresión.

—Bueno . . . . pues llegas justo a tiempo.—informo el capitán, añadiendo un asiento extra en la mesa.—Espero que tengas hambre y que no seas alérgico a nada de esto.—comento soltando una suave risita.

—Gracias . . . . enserio aprecio su invitación . . . . espero no ser una molestia señor.—comento Spencer retrocediendo unos pasos, esperando que en cualquier momento Morgan llegara a su rescate—Por que si es eso . . . podríamos dejarlo para otra ocasión . . . no me gustaría ya sabe . . . invadir su espacio.

—Wou, wou . . . tranquilo amigo . . . No lo pienses tanto, solo relájate.—Buck le dio una ligera palmada en su hombro, guiándolo a la mesa para que se integrara al equipo.

—No creas que porque Dy es pésima cocinando, su padre también lo sea.—bromeo Hen con una sonrisa burlona mientras comenzaba a repartir los platos.

—En realidad . . . Algunos estudios de la universidad de Cambridge, afirman que la genética no hereda gustos similares de manera innata, así que es improbable que Addison tenga las mismas habilidades de su padre.—comento Reid con una sonrisa mientras tomaba un poco de comida—Sin embargo . . . . la influencia del entorno y las experiencias compartidas a lo largo de los años juegan un papel importante en la formación de preferencias. En este caso, existe la posibilidad  que padre e hija hayan desarrollado gustos similares debido a la constante exposición a ciertas actividades, intereses o tradiciones a través del tiempo, más que por una coincidencia genética.


Spencer terminó de hablar, sintiendo una sensación extraña al darse cuenta de que nadie lo había interrumpido o le pidió que guardara silencio. Fue en ese momento cuando volteó su mirada hacia los presentes, quienes lo observaban fijamente. 

No sabía si lo estaban juzgando en silencio o si realmente estaban prestado atención, así que no tuvo más remedio que recurrir a lo que siempre hacía.


—Yo . . . . lo siento . . . . tengo memoria eidética y a veces hablo de manera automática.—Spencer se disculpo, antes de regresar su vista a su plato, fingiendo que nunca dijo nada.

—No lo hagas.—dijo Chimney sirviéndose un poco de puré, dejando al castaño confundido—Jamás pidas disculpas por algo que hagas o digas . . . . al menos de que hayas lastimado los sentimientos de alguien más.

—Es que . . . bueno a veces me gustaría ser normal . . . como mis amigos o ustedes.—expreso el genio ganándose un par de risas como respuestas.

—Nadie en esta mesa es normal.—confeso Edmundo recordando todas las locuras vividas con sus compañeros.—Tenemos creencias e ideologías diferentes, pero todo eso es lo que nos hace únicos, lo 'normal' es aburrido.

—Jamás dejes que los comentarios de las personas definan quien eres o dejes de hacer lo que te gusta solo por complacer a la gente.—menciono Henrietta mirando a su amiga con una sonrisa cómplice.—Una persona es rara ante los ojos de alguien que no sabe valorar el verdadero arte. Solo necesitas encontrar alguien que complemente tu rareza.

—Esperen, esperen . . . . ¿Entonces tu mente funciona como en las películas?— cuestionó Buck, mirando a Spencer, quien simplemente negó con una sonrisa.—¿Ves todo en cámara lenta o de repente llegan las respuestas como por arte de magia?

—No, no es nada de eso.—contesto el castaño entendiendo la confusión entre lo real y lo que mostraba la televisión.—Es como una pila de información almacenada, mentalmente busco lo que necesito y lo tengo.

—Supongo que siendo alguien con ese tipo de habilidades . . . . te fascinan los juegos de trivia y todo lo que sea similar, ¿Cierto?—pregunto Bobby notando que su invitado asentía suavemente.—Sabes tenemos un tipo de tradición en la estación, una vez al mes nos reunimos para convivir fuera del trabajo, deberías de venir.

—Esta vez, es turno en la casa de Dy—informo Hen comenzando a recoger los platos de quienes ya habían terminado de comer.—Solo ten cuidado con el equipo de los tramposos.

—Ya te dije que no hacemos trampa—Addison mintió mientras intercambiaba miradas con Eddie y su amigo Chimney. A pesar de que todos tenían sus dudas, nunca los habían descubierto en el acto.

—Ni el mejor jugador de díganlo con mímica, adivinaría la película del 'Origen', en solo dos movimientos.—se quejo Evan al recordar ese momento.

—Bueno . . . nunca he sido de participar en eventos sociales, pero quizás sea hora de cambiar eso.—expreso Spencer recibiendo aplausos por parte de los presentes.

—Esa es la actitud amigo.—hablo Chimney estirando su mano, para hacer un choque de puños.


Spencer desvió su atención al reloj, notando que era hora de regresar con su amigo abandonado en la cera del frente, así que sin tener otra opción se despidió de los presentes, agradeciendo las atenciones que habían tenido con él. 

Addison lo acompaño a fuera de la estación haciendo una pequeña platica sobre las cosas que tenían en común.


—No era necesario salieras a dejarme . . . no iba a perderme en el camino—Reid soltó una sutil risa ante su 'broma'. Sin embargo, la azabache tomó su brazo, descubriéndolo un poco mientras escribía algo.

—Ese es mi número, esta vez es el real—Addison confeso con una pequeña sonrisa, recordando todas esas veces que brindo uno falso.—Te veo este sábado a las 12, ya sabes en el museo.

—Creo que me perdí un poco o no te supe explicar bien.—el castaño frunció el ceño confundido ante lo que acababa de escuchar.—La cita es con mi amigo no conmigo.

—Si . . . . eso ya lo sé, pero es una cita entre amigos.—Mini Nash explico como si fuera lo más obvio.—Tú eres mi nuevo amigo y por lo que dijiste hace unos minutos, creo que te gustaría unirte . . . solo guardemos el secreto para darle la sorpresa, ¿Qué dices?

—Él me matara cuando se entere, pero si . . . . ¿Por que no?—confirmo el genio sintiéndose cómodo con la presencia de la chica, pero el sonido de la alarma de incendios interrumpió su pequeña platica.

—Lo siento, pero el trabajo me llama.—Addison señalo la ambulancia mientras dejaba un beso corto en la mejilla del chico.—Nos el sábado Reid, no te atrevas a faltar.—advirtió antes de dar la vuelta para correr hacia su equipo.

—SPENCE—grito Reid con fuerza haciendo que la chica se detuviera para mirarlo.—MIS AMIGOS ME LLAMAN ASÍ.

—OK . . . PUEDES DECIRME ADDY O SOLO DY.—anuncio la azabache agitando su mano a manera de despedida antes de subir a la ambulancia con Chim.


El genio se dirigió hacia el auto de su amigo, que estaba estacionado en la acera de enfrente. Al mirar por la ventanilla, se dio cuenta de que Derek estaba profundamente dormido en el asiento del piloto, pero al escuchar la puerta abriéndose, se despertó de un salto gritando "¡FBI!"


—Espera, solo soy yo.—Spencer trato de tranquilizarlo antes de subir por completo al asiento del copiloto.—Listo vámonos.

—Tardaste una hora y media . . . creí que solo le darías las flores y mi mensaje.—Morgan lo miro confundido antes de notar el número de la chica en su brazo.—¿Es lo que creo qué es?

—El número no es de ella—Reid mintió evitando contacto visual, sabía que ella se molestaría si se enteraba que compartió algo personal que le confió solo a él—Pero ella acepto la cita, sábado a las doce, en el museo de ciencias.

—¡Oh vamos!, ¿Una cita en un museo?—cuestiono Derek con un tono lleno de decepción ya que tenía planeado llevarla a bailar o a algún bar, para divertirse.—Bueno . . . supongo que es mejor que otro rechazo.

—No creo que sea tan malo.—replico el genio ante el comentario de su amigo, con un tono lleno de molesto.—Tal vez a ella le parezca interesante, creo que podría ser mi versión femenina.

—¡DIOS!, No Reid, ahora si la beso será como besarte a ti.—el moreno dramatizo la situación, pasando su mano por el rostro, intentando disimular su risa.

—Madura ya Morgan.—el castaño se limito a decir negando la cabeza con diversión, dándole la señal de que comenzara a conducir.




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El fin de semana por fin llegó y Addison se había alistado desde temprano, debatiéndose toda la mañana sobre usar un pantalón corto o uno largo. Pero no quería atraer miradas curiosas o ver que la gente la miraba con incomodidad, al notar su pierna llena de cicatrices, así que optó por la opción 'B'.

Un par de horas pasaron cuando la chica llegó al museo junto con su hermano Dylan, quien no corrió a tiempo y fue llevado como otro voluntario más, para cuidar a la clase de Harry. Ambos notaron que el genio ya los esperaba en la entrada con una pequeña sonrisa, y alzando la mano se dio a distinguir entre algunas personas que pasaban.


—Spence, espero que no hayas estado esperándonos mucho tiempo.—Addison lo saludó con un abrazo, ajena al hecho de que al chico no le gustaba el contacto físico.

—Casi diez minutos, pero me entretuve organizando los folletos de allá.—Reid señalo el modulo de información recientemente organizado.

—Lo siento, pero alguien no quería venir —la azabache señaló 'discretamente' al chico que llego con ella, recordando que no lo había presentado—Ohhh, casi lo olvido . . . ammm . . . . Spence, él es mi hermanito Dylan. Ian, él es mi nuevo amigo Spencer.

—Un gusto—el genio saludo al chico con un gesto con la cabeza, levantando solo la mano.—Dy habla seguido de ti.

—Espero que cosas buenas . . . . pero es bueno por fin ponerle un rostro al nombre.—comentó Dylan al recordar que su hermana se mensajeaba constantemente con el hombre frente a ellos. —Bueno, iré a esas máquinas de allá a intentar sacar un peluche, mientras esperamos a esos engendros y al novio de Addy . . . ¡Auch!—se quejó cuando la chica le dio un codazo.

—Él no es mi novio.—corrigió Addison dándole una mirada seria.—Anda ve, pero estate atento para cuando los chicas vengan.

—Ok . . . ok . . . Prometo ser el mejor voluntario que ha tenido esa secundaria.—El menor guiñó un ojo a su hermana antes de volver su atención al castaño.—¿Vienes, Reid?, tal vez puedas . . . ya sabes decirme el mejor ángulo para ganar—propuso con un tono suave, viendo algo de duda en él; sin embargo, asintió.


Addison observaba cómo ambos caminaban hacia la maquina de juguetes, intentando sacar algunos peluches con temática del museo, atrayendo a un poco de público que solo animaba a los chicos a continuar. Pasaron un par de minutos cuando sintió un pequeño toque juguetón en su hombro y se encontró con el agente, quien le ofreció una sonrisa encantadora. En el fondo, la chica admitía lo atractivo que era el hombre.


—Creí que esta linda señorita no vendría.—confeso Derek besando el dorso de la mano a manera de saludo.

—No tientes tu suerte porque aún puedo dar media vuelta e irme.— Addison murmuró con un tono burlón, desafiando la intensa mirada del hombre.

—¿Y privarte de mi encantadora compañía? Eso sería un crimen.—Morgan respondió con una sonrisa pícara, acortando la distancia entre ellos, pasando un mechón de cabello detrás de la oreja de la chica.—Sabes . . . voy a confesar que tener una cita en el museo me hace sentir que salgo con Reid.

—Es bueno que lo menciones.—la azabache mostro una gran sonrisa maliciosa, retrocediendo unos pasos, señalando el rincón donde estaban ambos hombres.—Spence me dijo que querías salir como amigos y bueno . . . creí que entre más mejor.

—¿Enserio?—el moreno pregunto con un tono lleno de incredulidad mirando a su amigo a lo lejos, antes de sentir que ponían una etiqueta en su pecho.

—Si sobrevives a este día . . . . posiblemente tengamos una segunda 'cita'.—propuso la chica caminando a un grupo de pre-adolescentes que se formaban en las taquillas del museo.—SEREMOS NIÑEROS, ASÍ QUE ANDANDO FORTACHÓN.


Spencer y Dylan se acercaban a un paso lento, mirando a las personas a su al rededor, pero cuando el genio noto la presencia de su amigo, evito el contacto visual a toda costa, tratando de esconderse detrás de una 'estrella', o al menos eso parecía ser, pero Morgan lo detuvo del brazo, mientras pedía una explicación.


—Ohh Morgan, estas aquí . . . . que sorpresa.—Reid finjo demencia ante la situación.

—¿Eres una especie de chaperón?, sabes que esa chica no me esta dejando las cosas fáciles, esta llevando mis limites a otro nivel . . . . Solo dime, ¿Te ha dicho algo sobre de mi?—cuestiono Derek antes de mirar al chico que escuchaba con curiosidad.—Oye hijo. . . . Te importa . . . esto es  una conversación privada.

—De hecho si me importa.—Dylan aseguro poniéndose frente a frente con el moreno.—Porque la chica que te esta dejando las cosas 'difíciles' es mi hermana.

—Me hubieras dicho antes de abrir la boca.—Morgan le susurro a Spencer, quien solo estaba aguantando las ganas de reírse.—Lo siento . . . pero ella es . . . he pasado por un número falso, uno de sus amigos me robo el regalo que planeaba darle y ahora descubro que nuestra cita es para ser niñeras de unos adolescentes.

—Algo le habrás hecho.—el hermano menor se limito a decir encogiéndose de brazos.—Ella no es así . . . bueno al menos no con todos, pero si te sirve de consuelo el que estés aquí es buena señal.

Oye . . . ¿Qué dices si me ayudas a impresionar a tu hermana? Si logras que acceda a una cita, tendrás algo extra en tu cartera.—propuso el moreno esperando que el chico aceptara.—Unos . . . . treinta dólares.

—Morgan ya tienes una cita con ella, de echo es esta—Spencer le recordó donde estaban y las condiciones de la chica.

—Voy a admitir que tienes . . . propuestas interesantes, pero fui criado por tiburones—Dylan se refirió a sus padres antes de negar con la cabeza y alejarse de esos dos.

—Deberías de conocer lo que ella te permita.—Reid lo regaño viendo a su amiga a lo lejos.—Es más que una cara bonita y espero que lo entiendas pronto.—dijo antes de caminar hacía la taquilla con los demás.


El moreno no tuvo otra opción que acercarse con los presentes, ayudando a formar a los chicos, antes de notar que la chica abrazaba a un adolescente bastante joven, ambos bromeaban entre si e incluso Reid y el hermano de la chica se unieron a la conversación. 

Sin darse cuenta se perdió en esa imagen, pensando en las palabras de su amigo, ¿Qué tenía ella de diferente a las otras chicas con las que había salido? ¿Acaso solo le atraía solo porque fue la primera en rechazarlo?, pero salió de sus pensamientos cuando comenzaron a entrar al museo.

El grupo comenzó a avanzar, yendo y viniendo entre las salas de exhibición. Hacían preguntas y tomaban notas sobre lo que decía el guía, aunque este era interrumpido frecuentemente por el genio, quien tenía un conocimiento más profundo sobre el tema, llamando la atención de todos los adolescentes, que ahora le preguntaban a él. 

En todo el trayecto Addison y Derek solo intercambiaban algunas palabras y sonrisas coquetas, pero fue hasta que llegaron a la exhibición del espacio cuando Morgan entendió lo que decía su amigo.


—Sabes, te noto. . . muy relajada, es interesante porque normalmente tienes tu armadura de pocos amigos—Morgan miró el rostro de la chica iluminado por las luces de las proyecciones que simulaban planetas y galaxias.

—Bueno . . . siempre me gusto la astrología.—confeso Addison con una pequeña sonrisa.—Cuando era niña, subía a la azotea con mi padre, solo para contemplar las estrellas mientras me contaba algunas historias, nombrando algunas constelaciones, conforme fui creciendo aprendía un poco más.

—¿Un poco más?—el moreno indago más sobre el tema, buscando conocer un poco más de la chica.—¿Eres una experta como Reid?—pregunto recibiendo un suave asentamiento.—Entonces, demuéstralo.


Addison miro por todo el lugar, tomando del brazo al chico arrastrándolo hacia el otro lado de la habitación, Morgan notaba el brillo en sus ojos, como un niño en dulcería o como Spencer en una librería.


—¿Ves eso?—pregunto la chica señalando una proyección.—Ahí

—¿Esa mancha de luz?—pregunto el moreno sin entender que tenía de especial.

—Así es.—afirmo Dy con una gran sonrisa, recordando las exposiciones que asistió en su pasado.—La mancha de luz . . . Se llama Andrómeda, esa es la cosa más lejana visible.

—¿Es una estrella?—cuestiono Morgan ante lo que decía su acompañante.

—No, es una galaxia—la azabache explico con más claridad.—Nuestro sol es una estrella de la vía láctea . . . . ¿Sabes cuántas estrellas hay en la vía láctea?

—Ni idea—Derek negó con la cabeza, sintiendo que Spencer entendería a la perfección.

—300 mil millones—Addison contesto con su mirada perdida a la proyección, recibiendo un 'Si, Ok' como respuesta del hombre.—Y Andrómeda es una galaxia, con un billón de estrellas, todas brillan juntas . . . ¿Sabes que es eso?


Mini Nash se quedo en silencio recordando ese momento donde se debatía entre la vida y la muerte, donde su padre no paraba de rezar porque ella se recuperara. Aunque nunca fue de esas creencias supo que una entidad superior escucho sus suplicas, ya sea Dios, la vida, el universo, las estrellas o algo más, pero había algo.


—Es la definición de un milagro . . . Dios es tan infinito y basto. Y esta es su creación . . . pintamos con pinceles y él lo hace con millones de estrellas y trillones de galaxias.—expreso la azabache sintiendo la intensa  mirada del moreno.—Y aún así sabe mi nombre . . . El dios de un trillón de estrellas sabe mi nombre . . . Y tiene un destino solo para mí y lo voy a descubrir, algún día.


La chica soltó un suspiro lleno de calma, sintiéndose en su lugar seguro, dentro de su zona de confort, algo así como un pez en el agua.


—Así es como veo el mundo y a mí, en el . . . .—expreso Addy sintiendo que había hablado demasiado, tal vez el lo encontraba aburrido, pero aún así se animo a preguntar lo siguiente.—¿Qué piensas?

—Que nunca había conocido a alguien como tú.—Derek se sincero, notando por fin la diferencia entre esa chica y las demás personas que había conocida.

—Pues . . . solo soy una estrella de una galaxia infinita.—la azabache agradecía a la iluminación de la sala, porque si estuvieran a plena luz del día miraría el rubor en sus mejillas.

—Hay estrellas que brillan más que otras.—menciono Morgan acariciando suavemente la mejilla de la mujer.

—Eres muy bueno escuchando.—admitió Mini Nash mirando las facciones encantadoras de ese hombre.—Solo por eso la próxima cita la organizas tu.

—¿Próxima cita? ¿Eso quiere decir que me pasaras tu número?—pregunto Derek con un tono lleno de curiosidad.

—No, aún no.—confeso la azabache, aún no se quería confiar del todo, necesitaba confirmar que él era diferente.—Pero ya sabes donde trabajo, así que podrías irme a buscar . . . . prometo que mi amigo se comportara.

—Entonces, te prometo que me verás por tu estación muy seguido.—el moreno aseguro tomando la mano de la chica, intentando cerrar su promesa.





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