❈ ɴᴜᴇᴠᴏꜱ ᴀᴍɪɢᴏꜱ ❈





──────────•❥❥❥•──────────

──────────•❥❥❥•──────────





10 de Marzo del 2009

Wheaton, Chicago


La noche había caído, cubriendo el cielo con numerosas estrellas y algunas luces que ibas desde grandes edificios, hasta negocios ambulantes. Sin embargo, la magia del universo aún se podía percibir, si prestaban completa atención. Todo se sumía en una calma total, aunque ese lugar seguro estaba destinado a desvanecerse en un abrir y cerrar de ojos.

Dylan ingresaba a su habitación a través de la ventana. Prefería evitar cruzar por toda la casa y encontrarse con alguno de sus padres. Ya que tenía la sospecha que la universidad ya les había notificado sobre su solicitud de cambio de carrera, y no estaba de humor para escuchar los mismos sermones que habían dicho a Addison hace años.


—Creí que no iba lograrlo, pero . . . . . listo—el azabache murmuro para el mismo, tumbándose en la cama sin alguna preocupación, hasta que su celular comenzó a sonar, indicándole que tenía una llamada entrante—No . . . no . . . . no . . . . cállate . . . . cállate—pidió antes de apagar el dispositivo.


Se quedo quieto un par de segundos, esperando que nadie estuviera en casa o fueran ajenos al ruido de su cuarto, pero cuando vio las luces del pasillo encenderse y el picaporte de su puerta girar, supo que estaba en problemas.


—¿Dónde estabas?—pregunto Mckenna furiosa mirando al rededor de la habitación.

—Estaba . . . . ocupado, haciendo algunas tareas, ya sabes . . . créditos adicionales—Dylan en un intento desesperado mintió, pero logro ver los papeles en la mano de su madre.

—No soy estúpida, tal vez esa mentira pueda funcionar en tu padre, pero conmigo no.—grito la mujer acercándose a él—¿Cómo puedes ser tan idiota en elegir 'Artes Visuales'?

—Es lo que me gusta . . . . elegí estudiar leyes solo por que ustedes me presionaron—confeso el chico retrocediendo un poco antes de que las cosas escalen de nivel y terminen como la ultima vez.

—Eres igual de débil que tu hermana, tan solo mírala . . . . es solo una simple paramédico . . . una más del montón, tal vez viviendo . . . . en una pocilga, porque no puede permitirse tener el estilo de vida que tenía aquí.—la mayor de las Miller comento con molestia, mirando a su hijo con una genuina decepción.

—Addison es la persona más fuerte que he conocido, ella no es como la pintas, no es mala hija o una mala hermana.—menciono Dylan, su hermana mayor era su punto de quiebre.

—Se fue a Quántico sin voltear atrás . . . no se despidió de ti . . . . ella se avergüenza de su familia . . . de todos nosotros, no le importamos nada, ahora solo quiere estar con su padre y ese tipo de gente —Mckenna intento hacer razonar a su hijo, aunque tuviera el punto de vista equivocado.

—Sabes que la razón por la que no se despidió de mí fue porque ni siquiera estaba aquí —el azabache gritó irritado, recordando que en medio de todo el caos, estaba en un intercambio.—Ella no se avergüenza de todos . . . . Ustedes siempre estaban haciendo comentarios racistas cerca de sus amigos la incomodan y alejan a las personas que quiere.

Siempre has estado en contacto con ella, ¿Verdad?—cuestiono de manera incrédula, viendo a su hijo desviar la mirada confirmando sus sospechas.—Ella te esta poniendo en nuestra contra, ¿No lo vez?, se canso de estar sola y quiere separarnos

—Mamá . . . . Ella salió adelante sin nuestra ayuda, paso rehabilitaciones, terapias e incluso el juicio sola, ella se fue por que para ti solo existe el trabajo y el maldito estatus.—Dylan confeso con sinceridad—Al principio no lo entendía, pero al verla feliz con su padre, me hizo pensar que nunca tuvimos eso contigo. Nunca estuviste presente en ese sentido; tu prioridad siempre fue el trabajo.

—Y gracias a ese trabajo vives de manera decente, te permitió irte de intercambio, ¿Y como me lo pago Addison?, yéndose a vivir con el ebrio de su padre—Mckenna recrimino con mucho odio, recordando su difícil divorcio con Robert.

—¿Ese es tu coraje? ¿Te molesta que mi hermana sea feliz con su padre o más bien que jamás te tomaste el tiempo para estar con ella?—expreso el chico reconociendo que su hermana se había ido por salud mental y a pesar que tenían contacto, él la extrañaba demasiado.—Ella tiene tanta suerte de tener un padre que se preocupe por ella.—añadió con una pizca de envidia en su voz, a lo que fue respondido con un golpe en su mejilla.

 —Si tanto quieres seguir sus pasos, vete de MI CASA, pero recuerda todo lo que tienes te lo he comprado yo, así que te vas sin nada—amenazo la mujer con una mirada fría.

Bien . . .  Prefiero pasar la noche en la calle que seguir soportando el infierno en esta casa, deja de vivir tus frustraciones en mi.—grito Dylan, tomando sus documentos  antes de salir de su casa.


Con el escaso dinero que llevaba, decidió dirigirse hacia el único familiar que se preocupaba por él: su hermana. Así que optó por viajar utilizando trenes y autobuses para llegar a Quántico. 

Una vez allí, tendría que localizar la estación 118, esperaba no perderse con tantos mapas, ya que tomo la decisión de dejar su teléfono, decidido a romper todo contacto con su madre, pero ya eran pequeños detalles en el proceso. 





──────────•❥❥❥•──────────




12 de Marzo del 2009

Quántico, Virginia.


La azabache subió a su auto, mirando a lo lejos al agente del FBI coqueteando con la chica que 'nada que ver', soltó una pequeña risa mientras negaba con la cabeza de manera divertida. Cuando al fin salieron de su campo de visión, puso el motor en marcha, dispuesta a ir a casa a descansar


—¡ADDISON!—una figura masculina la asusto, saltando desde los asientos traseros, causando que ella se asustara, pegando un grito aterrador antes de golpearlo en la nariz.

—¡AHHHHHH! . . . . —Addy salió del carro aterrada ante la presencia del hombre con mascara de Freddy Krueger, atrayendo miradas curiosas de las personas que estaban cerca.

—Mierda . . . . . ¿Estas loca o que te pasa?—el chico se quitó la mascara mientras salía del auto.—Podrías haberme roto la nariz—se quejo haciendo una mueca de dolor, revisando si sangraba o no.

—¿En serio . . . pensaste que esto sería divertido, Dylan?—cuestionó la chica mientras trataba de regular su respiración; aún temblaba del susto.—Podría haberme dado un infarto.

—No dramatices hermanita, además siempre te gustaron las películas de terror y las pequeñas bromas—comento el chico riendo de la situación, pero al ver que a ella no le hacia gracia, opto por abrazarla para que se relajara—Te extrañe Addy . . . y mucho . . . perdón por no estar cuando más me necesitabas.

—Oye, oye . . . . tranquilo, esta bien—Addison lo reconfortaba en medio del abrazo, entendiendo los motivos por los que él no estuvo cuando tuvo el accidente automovilístico.—No estabas en el país cuando me fui de casa, pero no estas aquí para convencerme de que regrese ¿Verdad?—pregunto rompiendo el abrazo.

—¿Qué?, no . . . .no, jamás te animaría a regresar a ese infierno—Dylan comento con una sonrisa diminuta, pensando muy bien como abordaría el tema—Bueno . . . . En resumen que ya no eres la única oveja negra de la familia.

—¿Ellos te corrieron o decidiste huir?, ¿Esto tuvo algo que ver con lo que hablamos hace unos días? —la azabache lo miro con preocupación, buscando alguna herida o marcas de golpe, ya que conocía los métodos de crianza de su madre, pero soltó un alivio cuando no encontró nada.

—Es que... hablas de tu trabajo con tanta pasión que me di cuenta de que jamás he sentido algo así por las leyes en todos esos semestres—confesó el chico encogiéndose de hombros.—Así que seguí tus pasos, intenté cambiar de carrera, pero terminé yéndome de casa, esperando que me dejes vivir contigo, bueno . . . . . a mí y a Tommy.

—¿Quién es Tommy?—pregunto Addison con curiosidad, levantando una ceja.

—Promete no enojarte, pero en la estación del tren encontré un gatito en una caja—informo el azabache señalando los asientos traseros del vehículo.


Addison se acerca para asomarse por la ventanilla, mirando a un gatito naranja arañando en los asientos antes de que se erizara y comenzara a gruñirle.


—Ok, luego discutiremos si el pequeño michí se queda con nosotros o no . . . . primero hay que llevarlo al veterinario y pasaremos a comprarte algo de ropa, porque apestas horrible—la mayor señalo la puerta del copiloto para que subiera su hermano.


Ambos compartían detalles de los eventos que se habían perdido en la vida del otro. Era como si el tiempo hubiera retrocedido a cuando eran niños; hacían las mismas bromas viejas mientras ella conducía hacia el veterinario. No iba a negarlo, siempre había deseado tener una mascota, pero su madre nunca se lo permitía, argumentando que eran un gasto de tiempo y dinero innecesario. Sin embargo, esta vez era diferente.





Unidad de Análisis de Conducta


El atardecer había inundado las calles de Quántico, pintando el cielo con tonos anaranjados y destellos dorados mientras el sol se ocultaba en la lejanía. Algunas aves regresaban a sus nidos, listas para esperar un par de horas más hasta el anochecer y así poder descansar. Sin embargo, el ritmo en las oficinas de la UAC era totalmente distinto, el caos reinada en el lugar, con varios agentes moviéndose de un lugar a otro, llevando expedientes y cajas repletas de evidencias. 

Aunque había una excepción, Derek Morgan se estaba escabullendo por los pasillos con mucho cuidado para que Hotch no notara su presencia ya que se supone que estaba suspendido dos semanas.


—Preciosa necesito un poco de tu magia.—pidió Morgan cerrando la oficina de Penélope, como una medida de seguridad de que nadie lo viera en la UAC.

—Tu no deberías de estar aquí—informo García negando la cabeza divertida.—Si Hotch te ve aquí en mi oficina me meterás en problemas.

—Lo sé, pero esto es un tema de vida o muerte.—Derek dramatizo la situación esperando que su amiga se apiadara de el.—Enserio necesito tu ayuda.

—¿Es sobre la chica que rechazo tus irresistibles encantos?—pregunto la rubia con un tono lleno de diversión, moviendo sus cejas de manera juguetona.

—¿Quién te lo . . . . . ?, Ahh, claro, Reid.—el moreno rodo los ojos en blanco, le había pedido que no dijera nada de lo ocurrido, pero al parecer hizo caso omiso.

—Bueno . . . . bueno, si te sirve de consuelo nos conto por error—Penélope aclaro soltando una pequeña risa.—Pero regresando al tema . . . . solo dime el nombre y veré que encuentro.

—Juro que me las pagara—Morgan aseguro mientras se acercaba a la computadora—Trabaja en la estación 118 . . . . Addison Nash.

—Ok . . . . dame un segundo y la privacidad de la 118 estará a punto de ser violada por la reina de los sistemas informáticos. —García tecleaba de un lugar a otro, accediendo a todos los archivos que tuvieran el nombre de la chica.—Exactamente, ¿Qué es lo que te interesa saber?

—Todo lo que encuentres preciosa—menciono Derek intentando leer algo de lo que aparecía en pantalla, pero la rubia lo movía de manera rápida.

—Addison Nash Miller nació en Quántico el 10 de octubre, pero se mudó a Chicago a los 5 años debido al divorcio de sus padres. Su padre es capitán de la 118, mientras que su madre es una abogada bastante reconocida. Esto explica cómo logró obtener la custodia completa de la niña—comentó García con cierto tono de disgusto al revisar los documentos digitalizados del juicio.—Estudio leyes por dos años, fue una alumna destacada, pero . . . . ¡Oh Dios mio!

—¿Ese choque . . . . ella estuvo en ese choque?—el moreno pregunto mirando los recortes de periódicos que se mostraban en el computador. 

—Me temo que si bombón, según los reportes médicos, tuvo múltiples cirugías, logrando salvar su pierna—informo García evitando abrir algún tipo de archivo explícitamente grafico—Estuvo en rehabilitación tres años hasta que recupero la movilidad, después de eso regreso a Quántico para convertirse en paramédico. 


Derek solo se quedó en silencio, observando la información de la chica en la pantalla, mientras que su amiga solo apretaba su mano como si buscara reconfortarlo. No entendía si ella era tan cerrada debido a todo lo que había vivido o tal vez solo había pasado por malas experiencias en el amor. Sin embargo, esto solo lo motivó a intentar formar parte de su vida, al menos como amigo. Quizás ofrecerle una disculpa por su insistencia en salir con ella, pero ¿Cómo acercarse a ella si sus compañeros de estación lo apartaban de una manera elegante?

Fue entonces cuando entró Spencer con unos expedientes en la mano, pero al notar a Morgan allí, se quedó quieto, tratando de recordar si lo habían llamado para este caso.


—Tu no deberías de estar aquí—Reid aviso señalando a Derek mientras se acercaba a García con los nombres que tendría que buscar para el caso.—¿Qué haces aquí?—pregunto antes de notar el expediente de la paramédico en el monitor.—¿Estas acosando a la chica?

—No es lo que parece . . . . fui a agradecerle sus atenciones esperando que . . . . su amigo no me dejo acercarme a ella y . . . . . una chica me reconoció . . . . no logre saber más de ella y creí que esto era una buena idea . . . . Además ¿Por que les contaste que me rechazaron?—cuestiono el moreno acortando la distancia entre los dos.

—Bueno, estaba hablando con Prentiss y se me escapó bromear sobre que tus encantos ya no funcionan como antes. Ella se lo dijo a JJ, luego a García y . . . lo siento. —Spencer habló con cierta incomodidad, pero su expresión cambió cuando dirigió una sonrisa maliciosa a su amigo.

—Sabes que podría hacerte miles de bromas durante un mes, pero estoy dispuesto a dejarlo pasar, solo porque tu . . . . me ayudaras a acercarme a la señorita Nash.—informo Morgan con un tono lleno de confianza.—Tal vez su compañero de trabajo no me deje hablar con ella, pero tu querido amigo . . . . no tendrás problema alguno.

—Ohh no, claro que no, es una pésima idea—Reid negaba con la cabeza de manera repetitiva.—No pienso me meteré en problemas solo por ayudarte a conquistar a una chica.

—Tranquilo solo tendrás que darle unas flores en mi nombre y los esperare afuera para poder hablar con ella—explico Derek restándole importancia a las dudas que tenía el genio.—Preciosa necesitamos el horario de Allison.

—Su nombre es Addison—corrigió Penélope rodando los ojos en blanco, no lograba entender el interés de su amigo por esa mujer si ni siquiera recordaba su nombre.






──────────•❥❥❥•──────────




Pasaron tres días de descanso para la azabache, el tiempo otorgado después de un turno de 48 horas en la estación 118. Durante ese periodo, se dedicó a comprar y amueblar algunas cosas  para hacer más agradable la estancia de su hermano. 

Estableció algunas reglas a seguir, como seguir sus estudios o trabajar, ayudar en la limpieza, respetar a su familia extensa y amistades. No sabía si él seguía los prejuicios de su madre, así que prefirió hablarlo de una vez antes de que ocurriera una situación incómoda. 


—Ya me voy—informo Addison alistando su maleta y uniforme.—Hay comida en el refrigerador, regresare mañana a esta hora.

—ESPERA . . . . DY—grito Dylan bajando las escaleras con el gatito en brazos.—Tenía pensado ir a pedir informes a algunas universidades, se que tendré que empezar de nuevo, estaba a punto de graduarme como abogado, pero quiero hacer lo que me gusta. Y tal vez encontrar un empleo de medio tiempo—explico con un tono nervioso, no sabía si estaban en este nivel de confianza.

—Ya se por donde va esta conversación—Nash confeso entregándole las llaves del auto.—Lo iba a dejar de todos modos, solo . . . . cuídalo.

—Gracias, gracias, eres la mejor—el chico expreso abrazando a su hermana con mucho cariño.—Puedo llevarte al trabajo si quieres . . . . también podría ir por ti mañana, solo dime la hora y me tendrás ahí en un abrir y cerrar de ojos.

—Tranquilo Dyn, ya tengo quien me lleve—comento la chica con una sonrisa mientras caminaba hacia la puerta de su casa.—Cualquier cosa que necesites no dudes en marcarme.

—Si mamá—el menor se burlo rodando los ojos, ayudándola a abrir la puerta revelando a una mujer en la entrada.

—Deprisa niña. . . si llegas tarde tu padre se molestara conmigo—menciono la mujer quitándose los lentes oscuros.

—Buen día también para ti Thena—Addison abrazo a la mujer que la había estado apoyando en todo momento— Dylan, ella es la sargento Athena Grant. Thena, él es Dylan, mi hermanito.—los presento con algo de nerviosismo, ambos fueron criados en un entorno lleno prejuicios, racismo e incluso donde solo importaba el estatus social así que esperaba que él fuera diferente.

—Dylan Miller es un placer señora Grant . . . . sargento . . . . Athena, ¿Cómo puedo llamarla?—el chico se presento torpemente.

—Vaya es gusto por fin conocerte, tu hermana habla sobre ti todo el tiempo—Grant estrecho su mano antes de seguir hablando—Llámame Athena o Thena, no hay necesidad de formalidades.

—No es todo el tiempo, bueno . . . . a veces—Addison se despidió de su hermano y del pequeño Tommy.—La familia de Athena vive en el numero 38, por si necesitas ayuda urgente o te quedas a fuera, ellos tienen una llave de emergencia, hay un poco de dinero extra en la taza de la cocina, no olvides cambiar la arena del gato, la lista de la despensa esta pegada en el refri . . . . 

—Addison . . . vas al trabajo no a la guerra—menciono la sargento soltando una risa mientras se dirigía a su vehículo.

—Estaré bien, se cuidarme solo, corre que se te hace tarde—Dylan miro a su hermana asentir antes de correr al auto de su madrastra—Addison tu pierna, no corras—grito mirándola con desaprobación.



Athena manejo hasta la estación 118 para dejar a su hijastra hasta la entrada de su trabajo, en el camino la mujer hizo un pequeño interrogatorio a la joven, quería saber cual era la razón por la que un agente del FBI preguntaba por ella ese día del atentado en el centro comercial. Addison le conto todo con lujo de detalle lo ocurrido provocando varias carcajadas en el camino.



—Llegamos justo a tiempo—Grant se estaciono para que la chica bajara, sin embargo la detuvo unos minutos más para hablar con ella.—Hija, se que rechazaste a ese hombre con justa razón, pero deberías de hacer amigos, tu padre se preocupa de que pases tanto tiempo sola.

—No paso tanto tiempo sola, siempre estoy con ustedes o con mis amigos—explico Addison mirando de lejos a Bobby.

—Sabes que no me refiero a eso.—Athena corrigió tomándola de la mano.—Se que entre tantas citas fallidas uno comienza a perder el interés, pero creo que deberías conocer a otras personas, no te digo que iniciar una relación, solo ampliar tu circulo de amigos.

—Ma . . . . él no es mi tipo y, honestamente, no creo que haya alguien más que logre captar mi interés.—la azabache recordó la cita desastrosa que había tenido con Eddie meses atrás.—He intentado encontrar alguien que despierte ese lado . . . . ya sabes las mariposas en el estomago, sentir los fuegos artificiales en medio del beso.

—No puedes cerrarte a la posibilidad de conocer a alguien nuevo.—expreso Thena esperando que la chica dejara de ser tan cerrada con las personas nuevas.

—Ok . . . . quiero aclarar que solo lo hago para que estén tranquilos—Nash entrelazo el meñique con la mujer en señal de que era una promesa—Si mi acosador . . . . el agente Morgan regresa y me invita a salir de nuevo, aceptare.

—Voy a creer en tu palabra niña, mientras no me mientas como la vez todo estará bien—la mujer le brindo una mirada seria al recordarle su ultima 'cita'—Ten un buen día, mándame un mensaje si quieres que May venga por ti.—se despidió con un fuerte abrazo.

—Yo les aviso cualquier cosa, gracias por todo.—Addison salió del auto, corriendo para alcanzar a sus amigos.

—NO CORRAS NIÑA—Athena grito desde el auto, pero fue imposible que la escuchara.



El día transcurrió con normalidad en la 118. Realizando inventarios, mantenimiento del equipo y atendiendo algunos llamados de emergencia, entre otras tareas. Sin darse cuenta, la hora de la comida había llegado.

Y gracias a Robert y su talento culinario, la cocina desplegaba un aroma delicioso que se podía detectar a kilómetros de distancia. Addison estaba muriendo de hambre mientras esperaba ansiosa en la mesa, bromeando con Hen. Mientras que los chicos hablaban de la nueva relación Chimney y la hermana de Buck.


—Nash—hablo Bosko haciendo que tanto el capitán y Addison voltearan a verla.—Lo siento . . . me refería a Mini Nash—corrigió la mujer acercándose a la chica—Hay un chico buscándote, bueno pregunto por ti, esta abajo.

—Gracias.—la azabache se dirigió a las escaleras, escuchando como todos sus amigos corrían al barandal para ver que pasaba.


La paramédico esperaba encontrar al agente Morgan en las bancas, pero se sorprendió cuando vio al otro chicho con un ramo de flores, jugaba nervioso con sus manos, movía ansiosamente su pierna mientras repetía algunas palabras.


—Hola . . . . me dijeron que me buscabas.—Mini Nash no entendía lo que pasaba, jamás había intercambiado palabras con ese chico.

—Si . . . . ammm te traje flores.—el chico extendió el ramo olvidando todo lo que tenía ensayado.—Perdón, soy Spencer Reid, amigo de Morgan, le hiciste una sutura en la frente, bueno primero presionaste un algodón bañado en alcohol y luego lo rechazaste dándole un número falso . . . . técnicamente no fue falso, porque si una persona marca el '911', una operadora de emergencia contestara su llamado.—el chico hablaba demasiado rápido y se detuvo cuando capto la mirada llena de diversión de la paramédico.— Bueno Derek te manda estas flores como una disculpa y espera que hables con él.

—Son muy lindas, gracias . . . . ¿Hablar con el?, no lo veo, ¿Dónde esta?—pregunto la azabache mirando a su alrededor de manera 'discreta'.

—Ohh, él esta escondido del otro lado de la calle, se quedara ahí hasta que me des un mensaje para él—informo Spencer señalando el lugar donde estaba oculto su amigo, saludándolo para molestarlo.—Él quiere invitarte a salir, pero dijo que uno de tus amigos le jugo una mala broma.

—Fue muy divertido, debiste de haberlo visto—admitió Addison con una sonrisa mientras olía las flores.—Pero creo que esta vez aceptare su disculpa y su invitación

—¿En serio?—el genio pregunto bastante incrédulo, aunque también estaba intrigado, sabía que había algo detrás de todo esto.

—Si, ¿Por qué no?, este sábado a las 12 . . . . en el museo de ciencia—la azabache tenía pensado en convertir a Morgan en otro voluntario para la clase del hijo de Athena, Harry. Así no pasaría sola ese infierno.

—Esta bien, yo le digo . . . . creo que me ya debo de irme . . . . . Adiós—Reid se dio la vuelta para retirarse del lugar, sin embargo fue retenido.

—¿No quieres quedarte a comer?—pregunto la chica con amabilidad en su voz.—Mi padre cocina delicioso y tu amigo no se iría hasta que regreses . . . Lo harías esperar una hora y media.—Nash propuso con una maliciosa sonrisa, le parecía injusto que 'el interesado' en conocerla mandara a un tercero a hablarle—¿Qué dices?, además es comida gratis, es una oferta que no puedes rechazar.

—¿Una venganza por mandarme a invitarte a salir en su nombre?—cuestiono Spencer mirando a su amigo a lo lejos.—Eso es malvado, pero si . . .  se lo merece . . . permíteme—el genio ofreció su brazo para llevarla de regreso, volteando para despedirse de Morgan quien salió del auto haciéndole señas de que regresara en ese instante.






──────────•❥❥❥•──────────

──────────•❥❥❥•──────────

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top