Me retracto
Al terminar de almorzar, ambos agradecieron la comida y salieron del local satisfechos en su totalidad, en el tiempo exacto que él había calculado.
Caminaron un rato por la calle, mientras hacían un poco de digestión, Sherlock no quería apresurar las cosas, necesitaba tomarse su tiempo, si es que consideraría llevarla a Hill Garden.
-Entonces, si esto es una cita, ¿Cuál es la siguiente parada? - Ella, emocionada y enternecida por las intenciones de Sherlock, tal vez él no se daba cuenta, aún que sinceramente, ella tampoco, pero quienes los veían pasar notaban la gran química que había entre ambos.
-Vamos a un museo, te gustará, se llama The Old Operating Theatre - Sonrió satisfecho de su propia decisión mientras detenía a un taxi.
-¿En serio? - Sorprendida y emocionada, no pudo contener una amplia sonrisa que mostraba su perfecta dentadura.
Ambos subieron al vehículo y se dirigieron a la novena calle de Thomas Street, donde el gran museo se encontraba, Ari insistió en pagar el taxi y bajo de este después de Sherlock, el lugar era enorme, tal vez era el hecho de que ambos estuvieran ahí y que él haya confirmado que era una cita, pero Ari sentía que su estómago daba vueltas, no de forma que quisiera vomitar, si no, de forma que la hacía estremecer.
Sherlock se planteo pagar por una visita guiada pero prefirió no hacerlo, pues quería tomarse su tiempo y que ambos disfrutarán del lugar a plenitud, así irían a su propio ritmo y no tendrían que compartir su tiempo en el museo con más gente, ni soportar las bromas malas del guía.
Una vez adentro de la exhibición, lo primero que notaron fue la cantidad de salas tan grandes que tenían, desde partes donde mostraban antiguos escritos, hasta una zona llena de artilugios muy antiguos recogidos de diferentes partes. La primera sala donde entraron tenían informes muy viejos de pacientes, era interesante, sobre todo para Sherlock, pues los ojos de la castaña no habían dejado de brillar desde el momento en que entraron.
-¿No te parece increíble? Fue en Grecia donde, a partir de la actividad de Hipócrates, la medicina comenzó la búsqueda de una explicación racional de las enfermedades, atendiendo a sus síntomas para formular un diagnóstico y ofrecer el tratamiento más adecuado - Comenzó a conversar Ari sin apartar su vista de lo que había a su alrededor - Si lo piensas bien, el cerebro es una caja de secretos que te murmura respuestas cuando su hogar falla.
-Es una manera curiosa de verlo - Respondió un tanto intrigado por la perspectiva que ella tenía sobre su profesión - Un poco infantil.
-Ay, por favor, todo lo relacionado con la medicina nació de la imaginación, puede que después se contradijeran, o se descartaran ciertas cosas, pero al final, sin imaginación no somos nada, incluso tu eres imprescindible de tu imaginación.
-Bien, ya entendí - Rodo los ojos con diversión mientras avanzaban por el lugar antes de detenerse en la imagen de dos guerreros griegos suturando a un compañero, Sherlock se acercó a leer la inscripción de está en voz alta - La curación de las heridas de guerra impulsó el desarrollo de la medicina. En la imagen, Aquiles vendando las heridas de Patroclo durante la guerra de troya. Copa De Sosias. siglo V A.C.
-Macaón y Podalirio, que atienden a los heridos griegos en la guerra de Troya, son los dos primeros médicos griegos cuyo nombre se conocen con certeza - Completó la información mirando aún la imagen.
-La Ilíada los recuerda como dos buenos médicos en el ejército del rey Agamenón - Reforzó con una sonrisa antes de que siguieran su camino.
-¿Leíste la Ilíada? - Río un poco mirándole con incredulidad - No pensé que fueras aficionado a la poesía.
-Hay muchas cosas de mi que no conoces House - Se burló dándole un vistazo de reojo.
-Ah ¿Si? Menciona una.
-Por favor, me haz visto tocar el violín, obviamente me apasionan las bellas artes.
-Pagaria un millón de libras por escucharte recitar - Le dio un leve empujón con la cadera antes de que se detuvieran frente a una piedra grabada, está vez, siendo ella quien leía - Higiea, sentada junto a su padre Asclepio, da de comer a una serpiente. Este animal, emblema del dios, era empleado en los rituales curativos de sus santuarios.
-Aquí surge una medicina empírica y racional, sin ningún elemento mágico ni lastre religioso, en claro contraste con tradiciones médicas mucho más antiguas, como la china o la egipcia.
-Claro... Aún que, para mí, el simple hecho de lograr descubrir todo lo que la ciencia ha mostrado, ya es mágico, por qué hasta cierto punto, aún siendo algo que se descubre y no que se crea, fue un simple humano quien lo descubrió...
-Las supersticiones no van mezcladas con la ciencia House, si no, no sería ciencia. - Sherlock identifico de inmediato la mirada inconforme de Ari ante su respuesta, por lo que rápidamente aclaro su garganta para continuar e intentar salvarse - Frente a esta terapéutica metódica y racional, la de escuelas médicas como la de la isla de Cos; la de la costa de Cnido, en Asia Menor, o la de Crotona, en la península Itálica, aparecen en Grecia otros lugares donde se practica una medicina religiosa en torno a los santuarios del divinizado Asclepio. Allí se promete a los enfermos un tipo distinto de curación, que actúa milagrosamente por la intervención del dios sanador. Impulsados por su fe, los enfermos acudían a los santuarios y se sometían a ciertos cuidados y ritos purificatorios, que solían incluir baños y rezos, y especialmente la incubatio, es decir, el dormir de noche sobre el suelo del recinto sagrado, donde les llegaba, en sueños, la voz divina que los aconsejaba o sanaba.
-No quiere decir que la fé sea obsoleta Sherlock, se ha comprobado que ayuda a mejorar el estado de ánimo de un paciente, lo que aporta a su recuperación.
-¿Tu sabes el significado de milagro?.
-Pues... Si, un milagro se define como un hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural.
-Exacto, en ese entonces se creía que encontrar un remedio para la herida de un guerrero era un "Milagro"... Solo es cuestión de tiempo que todo lo que se considera mágico se convierta en una explicación lógica y racional.
Ari no se atrevía a continuar la plática, pues sabía que terminarían en un desacuerdo, y no quería arruinar el día, solo dejo que continuarán con el recorrido.
En un momento dado llegaron a una sección que trataba temas delicados de la medicina, como experimentos oscuros y amorales, como hospitales de todo el mundo con historias perturbadoras, o doctores con inestabilidad mental dispuestos a hacer lo que fuera por dinero.
Después, pasaron por una sala con diferentes maniquíes que usaban ropa médica antigua, en secuencia hasta la actual, al principio era hecha de cuero y muy poco higiénica, pero con forme fue avanzando el tiempo, la ropa se volvió de mejor calidad y efectividad.
Para cuando recorrieron por completo el museo, ya había llegado el atardecer, el cielo estaba teñido de un color dorado precioso, los locales de comida y tiendas cercanas ya estaban empezando a cerrar y la gente alrededor había disminuido bastante.
-¿Qué hora es? - Ari, quien salía acompañada de Sherlock, se sintió intrigada por el atardecer, no se había dado cuenta de que el tiempo se le había ido como agua entre los dedos, se había divertido mucho, tanto que la experiencia de esa mañana se le había olvidado por completo.
-Son, las 19:05 exactamente - Dedujo antes de mirar su reloj, sonrió al darse cuenta de lo acertado de su pronóstico.
-Wow, de verdad me divertí mucho, gracias Sherlock, fue un día maravilloso, solo... Quisiera no volver aún a Baker Street, mi padre empezará a hacer preguntas si llegamos antes de que duerma.
-Pues, aún podemos ir a otro lugar, si te apetece - Sugirió, aún que por dentro estaba muerto de miedo, si aceptaba la llevaría a Hill Garden, y si la llevaba debía arriesgarse a un momento cursi y romántico, solo pensarlo lo ponía tenso, sin embargo, logro disimularlo muy bien.
-Mmm ¿A dónde? - Sonrió un tanto desconcertada por la dispocisión que ese día Krøller le mostraba - No tienes que pagar más, me bastaría con pasear un rato y... Platicar.
-Tranquila, se dónde ir - Tardo un par de minutos, cosa rara en él, pero logro detener un taxi, taxi al que ambos subieron, él con un nudo en la boca del estómago y ella con una intriga enorme.
Muy en el fondo, el sexto sentido de Ari le estaba poniendo nerviosa, como si algo fuera a ocurrir, no estaba segura de lo que ocurriría, pero comenzaba a oprimirle el pecho, más, cuando llegaron al bello lugar, Ari quedó un tanto sorprendida, nunca se imagino que él la llevaría un lugar así, y pesé a el ya año que llevaba viviendo en Londres, desconocía la existencia de este lugar.
Sherlock insistió en pagar, y una vez bajaron del auto comenzaron a caminar por el lugar decorado con farolas y luces pequeñas en los árboles que le daban un encanto único, la vegetación era extensa, flores y arbustos mantenían un ambiente cálido, romántico y pacífico.
-Bienvenida a Hill Garden, uno de los pocos parques no muy populares de Londres - Ambos caminaban con lentitud y tranquilidad, no había prisas, no había nada pendiente que los forzará a estar poco tiempo, solo ellos dos y la calma que se transmitían el uno al otro.
-Es precioso... Puedo decir que es mi lugar favorito - Dentro de nada llegaron a una pérgola que les daba una vista maravillosa de los rosales que el parque tenía.
Pasaron por el arco de la pérgola, el cuál estaba completamente cubierto por enredaderas de las que colgaban florecillas blancas, todo muy bonito.
Al estar ahí, Ari se sentó en el barandal para ver los rosales con tranquilidad, hacia mucho tiempo que no se sentía tan calmada, de pronto, los problema, inquietudes e inseguridades desaparecieron como si nada.
-Ari - La llamo Sherlock después de verla fíjamente por unos segundos.
-¿Mmm? - Ella volvió la vista al moreno antes de notar que su mirada era aún más intensa de lo normal - ¿Pasa algo?
-Hay... Hay algo importante que quiero decirte - Sentenció antes de acercarse al barandal y sentarse igual que ella - Tengo claro que, desde que llegaste a mi vida, la revolucionaste. Hasta entonces, mi forma de entender el modelo sentimental del ser humano se había limitado a lo que muestran las películas y se lee en los libros. Pero, al conocerte, caí en la cuenta de que, cuando es verdadero, es muy diferente. Ese sentimentalismo romántico y tradicional de cuento de hadas no hace justicia; no es real ni suficiente. Me has enseñado que la conexión es sinónimo de alegría, de sacrificios, pero por encima de todo de respeto y confianza. Sé que no necesitas escuchar esto, igual que yo no necesito decirlo. Y, precisamente, lo que hace tan grande nuestra relación es que, aunque no lo necesitamos, los dos lo sabemos, o por lo menos eso es lo que yo presiento cuando... Lo que quiero decirte es que... - Desafortunadamente, las palabras del detective fueron cortadas de tajo por un sonido, un sonido irritante y singular que destruyó el momento por completo.
-¡Oh! Perdona, es el mío - Ari, quién había estado escuchando con atención, saco su teléfono y bloqueó la llamada de inmediato - Listo, continúa - Le ánimo, avergonzada por el hecho de que su inoportuno padre la había llamado justo cuando el discurso de Sherlock la estaba empezando a estremecer.
-Yo... Solo... Quería agradecerte por todo y... Decirte que de ahora en adelante cuentas conmigo - Concluyó completamente desanimado, su momento de valor se había ido y su disposición a hacer el salto de fé se esfumó en el aire.
-Ah... Gracias - Desairada le sonrió antes de meter las manos en las bolsas de su gabardina - Tu siempre contarás conmigo Sherlock... Aún que a veces te hagas el amargado.
Y así como así, la última esperanza de Ari por qué Sherlock la viera más que una amiga, se había ido, en su mente resonó un regaño a si misma, estaba dolida pero no podía echarse a llorar, figurativamente hablando, debía seguir adelante, debía buscar otro camino, solo bastaba con mirar a otras direcciones
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top