Las malditas Huellas


Una semana había pasado desde aquel suceso tan triste que asoló el 221B, aún que no estaba tan mal como en el 221C, donde el padre de Ari se había negado rotundamente ante la propuesta de poner la urna con las cenizas de Wilson en la vidriera de la sala, así que Ari tuvo que quedarse las en su habitación, donde su padre no las viera, las cosas con él estaban de mal en peor, se la vivía día y noche ahogado en drogas, alcohol o con prostitutas, una mezcla de autodestrucción continua, y Ari no podía hacer nada, pues así era como su padre sobrellevaba el luto.

En fin, ahora mismo, la castaña se encontraba en el sillón de John, con su teclado entre las piernas experimentando algunas melodias, con los auriculares conectados para no escuchar el barullo que su compañero armaba en ese momento, obviamente ningún caso se había presentado en puerta, al menos no lo suficientemente bueno para Sherlock, solo que esta vez no era totalmente eso lo que le afligia, y para la chica era notorio, pues caminaba de un lado a otro con por lo menos dos paquetes de cigarrillos en la boca.

-Voy a arriesgarme... - Se dijo a sí misma una vez cansada de ver a Sherlock ir de aquí para allá - ¿Que te pasa?

-Nada - Respondió tajante sacando el manojo de cigarrillos de su boca.

-Ok - Sonrió ampliamente antes de regresar a su teclado, cosa que detuvo a Krøller de su ensoñación y capturó toda su ofensa.

-¿Ok? - La ceja izquierda del rizado se arqueo sutilmente por la indiferencia de la chica - ¿No vas a insistir?

-¿Por qué? Dijiste que no pasa nada, siempre me pides que no te atosigue entonces no lo haré.

-Bien - Disimulando un tono calmado solo dejo los cigarrillos en un pequeño mueble y tomo la pistola del cajón apuntando a la pared esperando alguna intervención, que nunca llego cosa que hizo que regresara su mirada a ella - ¿Por qué actúas tan raro?

-Soy rara, es mi deber hacerlo - Ari levantó la mirada un segundo sonriéndole.

-No, siempre tienes algo que preguntar, siempre hay algo que tienes que decir - Pronto, la duda que arremolinaba en su cabeza se intensificó al ver la sonrisa de la chica - ¿Hay algo que tengas que decir?

-¿Hay algo que tengas que escuchar? - Ari estaba harta de intentar que el detective se abriera con ella, así que si había algo que quisiera que ella supiera tendría que dicirlo, psicología inversa, tenia que usar su estilo, su marca, su juego y sus cartas.

-No, claro que no - Rápidamente contesto lo primero que se le vino a la cabeza y se dejó caer en su sillón sin decirmas, cosa que le causaba gran ansiedad, pasaron aproximadamente cinco minutos cuando el detective ya no lo soporto más - ¡Esta bien! ¡Si!.. si necesito escuchar tu opinión de algo.

-Perfecto - Ari dejó su teclado de lado y se sento bien - Cuéntame

-John.. se va a mudar a Los Ángeles - Respondió, o mejor dicho, escupió con frustración - Está siendo un idiota, destruyendo su carrera, su vida..

-¿Su amistad? - Pregunto con picardía - Y.. ¿Por qué se va?

-Dijo que no lo entendería, que simplemente lo necesitaba... - Rodó los ojos y volteó a ver a la castaña - ¿Que tienes que decir ante eso? ¿Que se supone que debo hacer?

-¿Respetar su decisión? - Ari siguió a Krøller quien bufo como respuesta - ¿Que? La manera en que te refieres a sus acciones es que simplemente es un idiota, junto al hecho que ni siquiera sabes el "¿Por qué?" De su decisión.

-Y ¿Solo debo aceptar que se va y ya?

-¿Quieres que hable con él? - Los ojos de Sherlock se iluminaron como a un niño que escucha "Juguete nuevo".

-¿Lo harías?

-Claro, no tengo nada que perder, solo que no garantizo convencerlo de nada - Le advirtió antes de mirar la laptop la cual estaba en la mesa y en la pantalla mostraba 99+ notificaciones - Mientras tanto ¿Por qué no hacemos un caso? Algo simple.. para perder un rato el tiempo

-No hay ninguno bueno, todos son casos estúpidos - Sherlock alcanzó la laptop y se la puso en el regazo revisando las notificaciones mientras Ari se levantaba de su lugar y se acercaba al antebrazo del sillón sentándose a su lado dándole leves caricias al cabello deo detective distrayendolo - Emm..

-No tiene que ser un caso grande en el que tengamos que romper la mafia soviética, solo algo pequeño para desestrezarte, divertirnos un rato, tómalo como... Una partida de cluedo - Para ese punto Sherlock no se pudo negar, estaba hipnotizado bajo las caricias de la castaña cual gatito manso.

-Me.. parece buena idea - Sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente, inadvertidos para Ari quien dejó de acariciarlo y tomando la laptop se sentó en el regazo de Sherlock mientras le echaba una mirada a la pantalla sin notar que todo lo que había relajado al detective lo volvió a tensar el doble.

-Mira, este es de hace unas horas, asalto a una joyería, sin huellas, sin cámaras, sin registro de entradas o salidas de nadie, simplemente desaparecieron las joyas, además de crear un desorden dentro, es bueno para pasar el rato ¿No?

-Supongo.. - Krøller no podía pensar con claridad, nunca sintió atracción sexual por ninguna mujer que no fuera Irene Adler, pero literalmente tenía el trasero perfecto de House sobre sus piernas, no sabía cómo reaccionar, menos cuando no podía controlar las partes de su cuerpo que naturalmente se tensaban al tener a Ari sobre él - Oye.. ¿Me haces un favor?

-Si, dime - Contesto Ari sin despegar la mirada de la pantalla.

-Noto que estás muy cómoda, pero ¿Podrías devolverme mis piernas?

-Oh, si claro, lo siento - Se levantó de sus piernas y dejó la laptop en su lugar - Te espero abajo, no tardes Krøller.

Sherlock asintió antes de que la chica bajará las escaleras, cada vez más, la atracción que tenía el detective sobre Ari le era imposible de suprimir, él solo podía pensar en su perfume de jazmín, su shampoo de frutos rojos y su crema corporal de coco con nuez, también en su blanca sonrisa que iluminaba la habitación siempre que ella sonreía, ni en sus absurdos chistes que si bien eran para un sentido del humor diferente al suyo, también mostraban su inteligencia y su madurez mental, una gran chica sin duda que le endulzaba un poco más su día a día, aún que obviamente no lo diría en alto.

Sherlock termino de ponerse su gabardina una vez reaccionó al hecho de que estaba tardando más de lo normal, bajo las escaleras y salió junto con Ari para subir a un taxi, al cual obviamente no tardaron nada en encontrar. Al llegar a la escena del crimen, Lestrade ya estaba junto con todo su equipo haciendo el trabajo.

Era curioso que cupiera tanto desorden en un recinto tan pequeño: los ladrones no habían dejado un centímetro cuadrado sin revolver de aquella pequeña joyería de la calle 47, en el corazón del centro de Londres.

-Han dejado todo hecho un revoltijo, pero han realizado un trabajo limpio - dijo el inspector al detective, que acababa de llegar - Han desconectado la alarma y las videocámaras exitosamente, han revuelto todo, han dejado todas las chucherías tiradas por aquí, y se han llevado sólo las piedras de mayor valor. Trabajaron todo el tiempo con esos dos pares de guantes de goma amarillos que ves tirados allí, donde los dejaron, y no hay caso de encontrar una huella digital. Ni un fragmento de una maldita huella.

-No me extrañaba que tardaras tanto en empezar a maldecir - comentó lacónicamente la castaña mientras sonreía.

-¿Quieres que maldiga un poco más? Puedo hacerlo: realmente no tengo por dónde empezar. Parece evidente que no ha sido un maldito empleado de la joyería, porque si no los ladrones no hubieran tenido que revolver tanto; en los pocos segundos que la maldita cámara llegó a filmar, los dos delincuentes aparecen cubiertos con pasamontañas; no son muy altos ni muy bajos, ni tienen ninguna maldita seña que me sirva para identificarlos. ¿Está bien así?

-Muy bien - respondió alegremente Sherlock enternecido por lo lento que era Greg, o Gary como recordaba - ¿Sospechosos?

-Varios - dijo el inspector Lestrade - Tengo en la ciudad, entre residentes y visitantes, a unos veinte o treinta experimentados ladrones de joyas, pero malditas las ganas que tengo de investigar las coartadas de todos ellos.

-No hará falta - Ari miro a Krøller con una sonrisa cómplice - Mira, no creo que este sea un trabajo de tus delincuentes muy experimentados; podemos encontrar unas buenas huellas digitales por aquí.

-¿No les digo que no hay ninguna? Mira los mostradores, las joyas descartadas, la alarma, las puerta, los interruptores de luz... todo cubierto de polvo detector, y ni una maldita...

-Hay un lugar que, según veo, no has investigado, y donde probablemente haya unas huellas bien marcadas.

El podré de Lestrade miró a su alrededor, luego a Ari, luego a Sherlock y volvió a mirar a su alrededor hasta que de pronto cayó en la cuenta de dónde podían estar las malditas huellas. Se dio una bofetada mental y volvió a tomar el frasco de polvo detector y se dispuso al trabajo.
 
-El lugar que falta revisar, y donde es muy probable encontrar huellas dactilares, es el interior de los guantes de goma. Los guantes de goma son una gran pista para los investigadores, si son muy delgados y ajustados, a veces las huellas quedan claramente marcadas en los objetos a través de los guantes; y si sonamplios y de goma más gruesa, como parece ser este caso, las huellas quedan marcadas en el interior de los guantes. Los delincuentes experimentados lo saben, y no usan guantes de goma o, si lo hacen, no los abandonan en el lugardel crimen. - Concluyó Ari sin notar la mirada que Sherlock le dedicaba, como si no fuera sorpresa pero si satisfacción al ver la brillante mente de la chica.

-Deberias hacer el examen de ingreso a Scotland Yard - Le halagó el inspector antes de entregar las huellas a un forense.

-Gracias, pero solo acompaño a Sherlock, no busco trabajo - Sonrió y se dirigió a la salida al lado de Sherlock - Entonces ¿Que te gustaría hacer ahora?

-Pues.. podríamos ir a seguir las clases de piano, o si tienes hambre te puedo llevar a comer Fish&Chips - Sherlock se encogió de hombros mientras caminaba junto a Ari.

-O.. - Sugirió deteniéndose después de unas cuadras - Podemos ir a ver a John..

Krøller suspiro desviando la mirada y pasando sus manos detrás de la espalda.

-Preferiria que hables con él sí que yo esté presente, antes de que cometa suicidio profesional.

-Ya has hablado con él ¿No? ¿Que pasó exactamente?.

-No quiso escucharme - Contesto rápidamente queriendo parar la conversación.

-Insultarlo, agredirlo verbalmente.. si claro, técnicamente son formas de conversación - Ironiza la castaña, antes de tomar la mano del rizado haciendo que se congelará - Habla con él, que sepa que lo sientes, ¿No sientes algo de culpa?

-¿Que quieres que haga? ¿Que le diga "Perdona por lo que tú decidiste"?.

-Vamos Sherlock, somos adultos, nos debemos basar en el diálogo, eres muy inteligente intenta pensar en esta situacion con serenidad.

¿Han oído alguna vez la frase "Su sonrisa le provocó un vuelco en el corazón"? Pues la sonrisa de Ari le causó un vuelco en su cerebro, era como un knockout a su razonamiento, simplemente apretó los labios, fijo su vista en los ojos de ella y asintió como bobo.

Después de ello se dirigieron a la casa de John, donde se podía ver el patio lleno de cajas de cartón, era obvio que no tardarían en hacer la mudanza, ambos se acercaron a la puerta y al ser recibidos por el rubio solo resivieron una mirada cansada de su parte.

-¡Hola! ¿Te importa si entramos? - La alegría de House le golpeteo en el oído a John.

-No, para nada ¿Les importa si salgo? - Contesto con una sonrisa sarcástica antes de dejarlos pasar.

Ella se dirigió a la mesa del comedor y juntó en círculo tres sillas, miro a los dos hombres y con un gesto de su cabeza les indico que se sentaran.

-Bienvenidos a terapia de parejas - Ambos se miraron extrañados antes de atender a las instrucciones de la chica - Tranquilos, hoy vamos a arreglar esta pequeña diferencia.

-Ay por dios.. - Bufo Krøller dejando caer la cabeza hacia atrás - Esto es ridículo

-Como estás muy cooperador empezaré por ti ¿Por qué crees que él se va?

-La palabra "Idiota" ¿No es suficiente? - Preguntó relamiendose los labios.

-Nop, si tuvieras que buscar una razón para la que John se quedará ¿Cual seria? - Y se quedó mudo, parecía ser que no tenía una respuesta - Es lo que pensé - John se removió incómodo y aclaró su garganta - ¿Por qué te vas John?

-Yo.. simplemente Necesito hacerlo... ¿Que hiciste tú cuando murió tu prometido?

-Renuncie a mi trabajo y me mudé - Al escuchar esa respuesta, Sherlock hizo el intento de salir - Eh, eh, eh, sentado, aún no terminamos - Cual niño regañado, él obedeció a la orden - Mira John... Se que necesitas esto, yo también lo necesite, pero Sherlock tiene razón, no deberías arriesgar tu carrera por tu luto...

-Ariadna.. - La detuvo antes de pellizcar su tabique - Estoy durmiendo en la misma cama desde que se fue... Fui a comprar y pensé "Debo comprar la carne molida para sus albondigas".. yo..

-Hoy vi a Donovan con una bufanda azul - Sonrió interrumpiendo al rubio y llamando su atención - Su color me recordó a sus ojos... Puedes irte, puedes cambiar tu entorno y el de Rouse, pero el dolor no se irá en un mes... O dos... La verdad es que no se irá nunca... - La chica se sintió pequeña ante la mirada de los dos hombres que tenía frente a ella - Vivíamos a un mar de distancia, el era gracioso, gentil y casi tan inteligente como Sherlock pero se fue.. mi tío era dulce, tolerante y protector y se fue, la gente muere, eso cambia todo...

-Necesito hacerlo - Los ojos de John se cristalizaron.

-Entonces hazlo, pero no pienses que esa es una respuesta correcta por qué... No hay respuesta correcta - Su mirada se dirigió a él detective quien clavo su vista en el suelo - Y tu, respeta su decisión, debes avanzar, por qué si todos lo hacen... Tú serás el único que se quedará en el pasado

Sin mas, Ari había tenido la palabra final de nuevo, Sherlock miro a John, John miro a Sherlock, y como si nada de los días anteriores hubiera pasado sus miradas se volvieron tranquilas, el detective sabría que respetaría su decisión y el ex militar sabía que podía buscar su nueva vida sin la culpa de dejar a su amigo que tanto le preocupaba, actualmente todo estaba en paz entre ellos de nuevo, como amigos, como colegas, como la familia que fueron hace tanto.

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