Infancia

•~>Narra Ari<~•

Me pasó horas mirando fijamente al vacío, viendo pasar las imágenes, las veo una y otra vez, como un televisor que nunca se acaba, no sé por qué veo todo esto pero hay algo que si sé: Nadie más puede verlas.

Si estoy sola, ellos me hablan, dicen que hay cosas que he de saber, a veces cuando se enojan es como si volará, a veces entran a mí habitación atravez de las paredes, me muestran cosas de la gente, conozco muchas historias de vida.

Solo mi papá y mi tío lo saben, ellos dicen que es por un accidente, que no debo contarlo... Pero tengo miedo, sobre todo de las sombras porque hay cosas en la oscuridad, papá dice que no pasa nada, que con el tiempo desaparecerá.

Sin embargo hay algo que me inquieta, ¿Que pasa si no desaparecen?, por ahora a cualquier parte que vaya están ellos, trato de fingir que no los veo, tal vez así no se acerquen a mí.

-¡Ari! Vamos ya empezó la fiesta, te estamos esperando - Mi papá me miro con una sonrisa y guiño un ojo, yo estaba mirándome al espejo intentando acomodar el listón que sostenía mi cabello - Oh hija, te ves preciosa, eres igual de bella que tú mamá.

No respondí, normalmente no decía mucho, nunca tenía nada que decir y prefería hablar para decir algo que decir algo para hablar. Bajo la mirada avergonzada de lo que había dicho y tomó su mano derecha dándole pequeños jaloncitos para bajar a la fiesta.

Íbamos bajando las escaleras, escucho el sonido de los invitados, la vergüenza de que todos volteen a verme es demasiada, ¿Por qué todos me miran?, Me escondo detrás de mí papá y meto mi pulgar en mi boca.

-Damas y caballeros, ¡la cumpleañera ya llegó! - Todos aplauden y sonríen, puedo ver a mi tío Wilson, mi madrina Cameron y los empleados de mi papá.

El tío Wilson vino a cargarme dejándome a la vista de todos, le abrazo escondiendo mi cara en su hombro para no mirar a nadie. La fiesta continúa con normalidad, aún que era más para ellos que para mí, todos bailaban, conversaban y disfrutaban a su gusto; Yo estaba en una esquina mirandolos a todos con aburrimiento pero de repente escucho un ladrido, veo de reojo un cachorrito correr por la casa.

-¡Perrete! - Me levanto de mi lugar persiguiendolo mientras reía, por dónde pasaba todos me miraban felices de que estuviera jugando, con él, una vez lo alcance me senté en el suelo para jugar con el, era tan suavecito - ¡Hola perrete! ¿Que tal estás? - El animalito movía su cola y ladraba con alegría en respuesta - ¿Cómo te llamas? ¿No tienes nombre?.. ¿Cómo llegaste hasta aquí?.. bueno no importa yo te cuidare mucho ¿Si?.. te llamaré Príncipe Terrier cazador de monstruos y trolls - El perrete me miro y ladeó su cabecita sin entender - Peter de cariño.

Seguí jugando con Peter un poco más hasta que escuche como comenzaban a cantar el cumpleaños feliz supe que debía volver a la fiesta, llame a Príncipe Terrier y fuimos juntos al comedor para sentarme en frente de la mesa con todos al rededor, si no fuera por Peter moriría de vergüenza, de repente mi madrina Cameron llegó con enorme pastel rojo, mi favorito, en cima habian ocho velitas rosas.

Cierro mis ojitos para pedir un deseo repitiendo "Mis velitas tan bonitas que hoy veo brillar hagan que se vuelva realidad lo siempre fui a desear", después soplo con todas mis fuerzas apagando las velas.

-¡Felicidades pequeña hermosa! Ya eres toda una princesa - dice la novia de mi tío, "bruja maldita", así le decía mi papá.

-No quiero ser princesa, en una monarquía los que tienen el poder son el parlamento - Le contesto con total naturalidad y ella me sonríe con orgullo antes de tomar un poco del glaseado de mi pastel con un dedo para manchar mi nariz

-Esa es mi niña favorita, recuerda que para ganar hay que cortar cabezas - Besa mi frente y toma la pala para partir el pastel, me da mi trozo con una sonrisa mientras decía - Te dare el primero y el más grande si prometes cortar todas las camisas de tu papá

-Hecho - Le quitó rapidamente el plato con el pastel, me levanto de la mesa y corro a esconderme bajo las escaleras siendo perseguida por Pete.

Una vez en mi escondite, divido el pastel en dos y le doy la mitad a mi precioso perrete que termina metiendo la cara en el pastel dejando todo su bonito pelo de glaseado, mientras tanto yo comia mi deliciosos pastel disfrutando cada bocado como si fuera el primero.

-¿Tu crees que me dejen abrirmis obsequios? - Le pregunto a Peter una vez termine mi pedazo, esté me miro con felicidad y se tumbó en el suelo poniéndose no va arriba - Tienes razón vamos - Me levanto de ahí dejando los platos en el piso, tenía muchas ganas de ver que me daría mi papá de cumpleaños, el siempre me da grandes regalos - ¡Papá, papá! Puedo... - Antes de poder preguntar puedo escuchar las voces de mi tío y mi papá hablar, no debería pero...

-Eres un idiota Wilson, debiste ponerle hoyos a la caja - ¿Caja? ¿Que caja? - Uno no pone a un perro en una caja y espera que este vivo - Dice mi papá con mucho enfado.

-No pensé que fuésemos a tardar tanto, pensé que abririamoslos regalos antes del pastel - Después de eso entró a la cocina y me encuentro con ellos mirando una cajita en donde estaba Peter... Sin moverse - ¡Ari! Nena.. tu...

-¿Peter? - Me azomo a la caja y veo al perrete, detrás de mí empieza a ladrar con tristeza.


-No lo mires hija, ven, recuerda que esto es normal - Mi papá me tomo en sus brazos con cuidado - Saca lo de aquí Wilson, vamos a comer pastel.

Me saca de la cocina rápidamente mientras de reojo puedo ver cómo el pequeño Príncipe Terrier brinco de alegría viendo a lo lejos, me volteo a ver moviendo su colita y luego corrió a la pared hasta desaparecer... Se había ido.

Era uno de ellos... Nadie más veía al perro, solo me vieron a mi jugar con sola, debí imaginarlo, por eso todos se reían cuando pasaba corriendo por la casa, creían que estaba imaginandolo.

El resto de la tarde me quedé en mi lugar sentada, una esquina que a mí parecer era muy pequeña, tenía los ojos cerrados para intentar escuchar las voces e ignorar a los demás, "¿Puedes vernos?" Ese murmullo se repitió en mi cabeza durante toda la fiesta. Horas más tarde mi papá estaba cambiándome para ponerme mi pijama, yo no decía nada, él sabía que algo me pasaba por lo que en cuanto me acostó en mi cama y me arropó, se sentó a mi lado para mirarme con ternura

-¿Que sucede Ari? Te veo muy triste ¿Es por el perro? El no sufrió, la falta de oxígeno en el perro fue disminuyendo el ritmo cardíaco, el cerebro lo interpreta como si tuviera sueño y cae dormido hasta el punto en que se detiene el corazón, prácticamente durmió hasta morir

-Papi... Yo vi a Peter, el jugo conmigo todo el día antes de que lo vieran en la caja... Luego se fue - Me miro fijamente, sabía que él no se lo imagino - no lo entiendo ¿Por qué los veo y escucho solo yo?.. los niños de mi salón dicen que soy una bruja..

-Ariadna, cuando tú naciste hubo una tormenta, a tu mamá.. a tu mamá le cayó un rayo... Falla cardíaca.. muerte cerebral, lograron sacarte a tiempo y te conectaron a un respirador, el shock eléctrico que sufriste provocó un daño cerebral, la falta de oxígeno por parto prematuro nos obligó a ponerte en una incubadora durante otro mes más.. lo que a ti te pasa hija es que tú inconciente resive estímulos muy fuertes provocando alucinaciones visuales y auditivas,  debiste ver la caja cuando tu tío llegó, por eso tú cerebro te hablaba haciéndote ver al perro.. no son fantasmas.. ni espíritus, no hay un cielo o un infierno hija, solo ésto, todo lo que vez lo produce tu cabeza y lamentablemente no hay cómo arreglarlo.. es inexplicable que estés con vida y solo eso tienes que saber, no estás enferma Ari, solo es parte de ti y ya esta.

Me di la vuelta para no verlo y poder dormir, sabía que no me entendía, no eran solo cosas que me imaginaba, no puedes tocar y sentir una alucinación tan real, desde ese momento supe que mi papá jamás entendería, esto era mi y de nadie más, ahora veía que no lo podía compartir con nadie, escucha como suspiraba con cansancio, me dijo "Buenas noches" y se fue de ahí.

Tengo miedo, mucho miedo. Tengo miedo de lo que vaya a ocurrir mañana. Tengo miedo del futuro. Tengo miedo del presente. No quiero estar así, no quiero que cambie mi vida, tengo miedo de que cambie, tengo miedo de la soledad, ¿qué tal si nunca nadie me quiere por ser extraña, tengo miedo del dolor, tengo miedo a no tener por que llorar más. Yo no pedí ser así, solo quiero ser normal, tener amigos, alguien que no me juzgue y me acepte como soy, si tan solo mi deseo de cumpleaños se hiciera realidad.. pediría un amigo real.

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