Depresión

{Narra Ariadna}

Hay veces en que la vida te daña tanto que te deja de doler completamente, hasta que hay algo que te hace sentir de nuevo y luego todo regresa. Cada palabra, cada dolor, cada momento, ¿Cómo puedes siquiera llegar a entender de dónde viene? Si incluso preguntas, incluso si escuchas, no escuchas realmente, o ves, o sientes. A penas había pasado un año de la muerte de Jim, él inmediatamente cruzó al otro lado sin dirigirme ni una palabra, a pesar de que lo estuve llamando varias veces, necesitaba irme, huir, olvidar esa historia de mi vida, alejarme de todo lo que me recuerda a él, además de los comentarios estúpidos de la gente que piensa que me hago daño por voluntad propia cuando no tienen idea del camino que he recorrido, no se imaginan lo que es poder ver a alguien irse después de la muerte y no ser capaz de evitarlo. Solo quiero rendirme, solo quiero estar sola, si esto no es bueno para mí pues bien, no quiero saberlo.

Nadie ve lo que yo veo, mi pasado me define, esto es lo que soy, yo soy.. un vínculo, yo soy la que escucha a los que no pueden ser escuchados, yo soy la que ve a los que no pueden ser vistos, yo soy la que ayuda a los que no son ayudados y aún así... Con todo eso, mi egoísmo me impidió salvar a Jim de la ira de su mujer. Una egoísta, esa es tal vez la mejor palabra que define lo que soy, si es que incluso soy siquiera algo.

Parece incluso que la misma cosa que me hacía estar bien me forzaba a estar mal, ese día el mundo para mí se dio vuelta, para dar paso a la lástima, la oscuridad, la pereza. Me despertaba al medio día y ni siquiera podía moverme, por qué pesaba más de lo que decía la báscula, por las madrugadas me quedaba despierta recostada en la cama viendo el vacío como cuando era niña esperando que saliera el sol mientras deseaba que terminara el día solo para volver a dormir y sentirme inexistente ya que era la única manera de olvidarme de todo, que las horas se pasen volando por qué esperaba que el tiempo lo cure todo, o eso es lo que decian, pero me di cuenta de lo contrario, no entendía ¿Por qué vivir si ya no quería? La vida debería ser decisión y todos me decían que agradeciera el haber despertado cuando la realidad es que hubiese preferido no tenerlo que hacer nunca. Mi cuerpo no me respondía, me sentía cansada, mi voz estaba estancada, cuando hablaba sentía que ya no me pertenecía, como podía explicar eso sí ni siquiera me entendían del todo, tuve que usar una máscara para así sobrevivir.

Nada debería haber sido como fue, una pesada tristeza lleno mi alma, caí bajo y más bajo dentro de mi; ya nada podía sacarme de ahí; atrapada en la miseria de mi vida, perdida en el lamento de mi propia alma, sin tener la capacidad de ver la luz, sin la capacidad de apreciar el amanecer; de sentir, o de tener esperanza, de soñar.

Sabía que los años más oscuros de mi vida apenas estaban por venir, similar a una noche eterna con pesadillas que nunca amaneceria.

-¡Es suficiente! - Gritó mi tío Wilson entrando por la fuerza en mi baño, rompiendo la puerta, me tomo en sus brazos y corrió fuera de ahí - ¡House! ¡Enciende el auto!.

Mientras veía su rostro preocupado y aterrado me preguntaba a mí misma <<¿Por qué?>>  Aún que, principalmente, trataba de no pensar en ello, pasarlo por alto, mientras ellos me querían hacer sobrevivir, para mí todo lo demás parecía insignificante, comparado con querer que las cosas más importantes fueran comunes y corrientes, como poder ver a mi mamá sonreirme con orgullo una sola vez en mi vida, como cuando escucho mi música favorita que siempre me calma, poder tener una vida normal, sin tener un motivo por el que terminar en el hospital con los brazos vendados y el cuerpo vacío de sangre.

-Eres una idiota - Fue lo primero que dijo mi padre cuando llegó a mi habitación, ni siquiera le respondí, solo deje que hablara - ¿Piensas acorralarte en un rincón a desear que todo termine? Cómo un ratón en el laberinto intentando recordar ¿Qué te llevo a esto? ¡Por favor! ¿Qué te preocupa Ariadna? Lo tienes todo entonces ¿Qué te falta? ¡¿Cual es el problema?! - Gritó con lágrimas en sus rojos ojos.

-Yo se que estoy desamparada, dependiente, desesperada o como quieras llamarme - Con frialdad y serenidad intente responderle, hacer que comprenda como me sentía - Se que tienes las mejores intenciones, que tratas de encontrar las mejores palabras; te prometo que aprendí la lección pero ahora mismo no quiero estar bien, así que déjame rendirme, estar sola; déjame dejar de intentar, déjame dejar de pelear, no quiero tu buen consejo o las razones por las que todo va a estar bien, no es mi culpa estar así, estoy así por qué mi prometido murió... Y no hice nada para evitarlo, escuché muchas promesas y todas sonaron igual, si presionas un globo lo suficiente; tarde o temprano; siempre terminará explotando.

Vi como se dirigía a la puerta y la abría con brusquedad antes de voltear hacia mi diciendo <<Estás así por qué quieres>>. Si tal vez yo sea la culpable, por abrir la puerta tan fácilmente, por creer que yo tenía el control de todo, que solo eran días malos y pronto pasaría pero ¡No! Nunca tuve el control de nada. Esos días en el hospital psiquiátrico me recetaron un frasco de pastillas que supuestamente me ayudarían a estar mejor pero solo me mantenía sedada y lejos de ayudarme empeoraron todo, un día me dio por mirar el calendario... Habían pasado tres meses, lo único que recordaba era haber estado ahí en esas cuatro paredes, ¿Realmente dependo de una droga que me nubla la conciencia y la realidad de las cosas que me hacen sentir mal para sentirme bien? Eso para nada me hacía sentir mejor.

Cada mañana iban a visitarme al hospital desde que me deje de tomar el medicamento, cada día era alguien diferente, sin embargo, era difícil poder decir alguna palabra cuando solo me decían un <<Todo estará bien>>.

-Tia Cameron - Dije suavemente mirando por la ventana mientras ella doblaba la ropa, creo que había interrumpido su plática pero llevaba tanto tiempo sin hablar que necesitaba decir algo - ¿Cómo superaste la muerte de tu primer marido?

-Me mudé y.. - Tomó una pausa antes de continuar con un abrazo que me envolvió por completo, supongo que me veía tan minúscula he indefensa en ese momento que no pudo evitarlo - Conseguí un empleo con tu padre.. tal vez deberías intentar hacer otra vida Ari.. lejos de aquí.

Y con eso, lentamente las estaciones siguieron caminando alrededor mío y parecía que esta vez, quizás, el mundo no se derrumbaria como muros de nieve derritiéndose con el sol. Me empecé a alimentar mejor, el color regreso a mis mejillas, las cicatrices en mis muñecas se hacían más y más pequeñas, todo eran diminutos destellos de de esperanza para mí, volvía a confiar en mí misma. Me sentía normal nuevamente, sabía que no estaría sola para siempre, tenía un papá que abrazar, que era fuerte por mi, por qué yo era su pilar y él el mío, por qué entendí que no podía hacerlo todo por mi misma.

Entendí que mi pasado, mi historia no era mi culpa, no era gracias a mí, no tenía que ser lo que definiera mi futuro, que yo soy amada, que hay personas que me cuidan y que un simple destello de luz hace la diferencia.

-¿Estás segura de esto? - Pregunto por decimoctava vez mi papá mientras cerraba mi maleta - No tienes que irte, puedes vivir aquí, sabes que yo te mantendré con gusto.

-Estaba bien pá' tranquilo... Necesito olvidarme de todo, alejarme de New Jersey, vivir algo más, algo distinto - Termine de empacar y le sonreí con dulzura, a solo una semana de haber salido de ese lugar sabía que necesitaba empezar de cero, cambiar mi vida.

-Renunciaste, desertaste como médico, ya no podrás ejercer nunca más - Me miro fijamente antes de abrazarme y esconder su rostro en mi cabello.

-Es necesario - Me llevo al aeropuerto, se despidió de mi, abordé y en cuanto despegamos mi memoria se fue disolviendo lentamente.

Estuve demasiados años en el otro lado que ahora saturaba mi mente, borrando lo que quedaba, mis recuerdos se volvían confusos y se destruían gradualmente, desvaneciéndose como un sueño al despertar, ya no perdía la noción del tiempo pero no me importaba lo que pasó antes ni lo que pasaría después, en ese momento solo existía lo que ocurría ahora.

La vida me deja este momento para respirar, debe estar muy aburrida de molestarme y fue a jugar con alguien más, aún que sé que no será así por siempre pero me tiene sin cuidado. Me pase meses, meses apaticos y vacios, hasta que desperté y supe que era la hora de volver a empezar, de rehacer mi vida.

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