El lugar al que pertenecemos - Epílogo
Dos chicos corrían por un enorme pastizal. Había árboles por ahí y por allá, altos y frondosos. Tomas encontró a un niño castaño tratando de ocultarse, le tocó el hombro y este se espantó y salió corriendo mientras el joven reía.
—¡No tan rápido! —le dijo, ya que iba colina abajo.
Mauro se acercó tratando de recuperar aliento.
—El sobrino tiene mucha energía.
—Tatara tatara tatara sobrino.
Rieron.
—Lo que sea.
—¿Y Christopher? —preguntó un tercer hombre, era castaño y con un mechón blanco.
—Pintando, seguramente —suspiró Tomas.
—Deberíamos decirle lo que están pensando los demás...
El pelinegro tenía su habitación prácticamente decorada con dibujos. Muchos de Aria, otros de DOTy, de Adán y Eva. Estaba mirando al techo en donde había puesto uno de su chica. Sus labios rojos, sus ojos violetas, grandes y expresivos.
Cuando encontró el drive en su bolsillo supo que Aria lo estaba dejando. Si bien sabía que estaba terca con "salvarlo", su mente, siendo su propia enemiga, le trajo la idea de que tal vez también era porque, al ser un clon, ella había dejado de creerle, que había dejado de quererlo.
Quiso regresar de inmediato, pero al ver la ilusión de los otros jóvenes en el floter, no pudo.
La ruta magnética se desintegraba detrás de ellos, no era posible para otro floter llegar ahí si no tenía los datos del drive.
Para su sorpresa, eran ocho horas de camino. No sabían que estaba tan lejos, tampoco sabían qué encontrarían. Cuando vieron que pasarían por debajo de unas montañas, sintieron miedo. La oscuridad los rodeó por unos minutos en donde solo se escuchaba el zumbido del floter y sus respiraciones.
Cuando la luz volvió, se sorprendieron al ver una ciudad, no tan grande ni de apariencia lujosa como el Heaven, pero grandiosa de igual forma.
Los demás floters ya estaban ahí, y los jóvenes bajaban. Había drones como DOTy recibiéndolos, y un par aparecieron frente a ellos, asustándolos un poco, pero cuando el dron del chico se les acercó, las máquinas brillaron de colores y lanzaron confeti virtual a los aires.
A lo lejos se observaba amplios jardines, una especie de plaza llena de vegetación. Pero lo que les sorprendió más fue ver unos floter acercarse.
Christopher se puso alerta. De los vehículos bajaron dos personas. Un hombre y una mujer, cosa que sorprendió a los chicos. Él era castaño y ella tenía el cabello negro como el carbón, igual que Chris, pero ambos tenían un mechón blanco.
—¿Q-quiénes son? —preguntó el joven.
—Christopher... —dijo el hombre, mirándolo de arriba abajo.
—No, no soy él... Soy... —Dio un respiro hondo bajando la vista—. Soy un clon.
—Sí, lo supongo, ya que no es posible... Christopher está...
—Lo sé. —Suspiró bajando la vista—. El Edén clonó a Christopher. Primero lo dejaron morir encerrado porque no cumplió sus estándares, y luego salí yo, que sí les funcioné.
—¿Cómo lo conocen? —quiso saber Tomas.
El hombre tensó los labios.
—Digamos que somos sus descendientes lejanos. —Se encogió de hombros—. Adrián, el primer Adán, fundó este lugar en donde su decendencia y personas allegadas vivieran mejor, y lejos del Edén.
—Ellos... ¿Están aquí?
Las personas los llevaron a ver las tumbas y fue muy extraño para el chico ver una tumba con su nombre también. Ese era el Christopher original. Sobre cada una se desplegaba un holograma con sus imágenes.
Así pudo ver que habían sido felices todos ellos. Sin embargo, el alivio no aplacaba la sensación de soledad, la de no pertenecer a nada.
Las personas les explicaron que la ciudad había estado muy viva en su tiempo, pero poco a poco se estaban quedando solos también.
—¿Y por qué, si sabían lo que pasaba allá, no fueron nunca a ayudar? —quiso saber Mauro.
El hombre bajó la vista.
—Bueno, no era que supiéramos exactamente qué pasaba. Y no es tan sencillo. Era arriesgar a mi familia, el secretismo de este lugar, su ubicación. Además de que saben que el Heaven tiene una barrera.
—Barrera que DOTy pudo pasar sin problemas —intervino Chris.
—DOTy fue de tu familia siempre, mi abuelo dice que se marchó apenas falleciste, como si tuviera una misión. No sabíamos que podía hacer todo eso.
—Pueden buscar y escoger una casa —dijo la mujer con sonrisa amable—. Vamos a ayudarlos a todos.
Ambos probablemente rozaban los cuarenta años. A Chris le pareció que tenía un cierto parecido a su mamá, aunque no era ella, pero, en una extraña forma, al compartir genética, eran familia.
Al final de todo, no estaba tan solo, pero seguía sintiéndose así.
Los días pasaban, algunos chicos como Michael, venía a preguntarle si iba a volver, pues extrañaba a su Eva, Al inicio estaba decidió a volver, pero luego, al ser carcomido por el sentimiento de que era una farsa, se recluyó sin dar respuestas.
Vio cómo las cosas sucedían frente a sus ojos, como si él solo fuese un espectador. Cómo había un par de chicas jóvenes acercándose a otros chicos, cómo una de ojos verdes se le intentaba acercar a él, pero él sentía que no tenía nada que ofrecer.
A veces visitaba el monumento con las tumbas de su familia y de él mismo, y solo quedaba mirando al vacío. Mirando imágenes de la vida que creyó que fue suya en su momento.
Marcos, su descendiente, le había explicado que todo funcionaba como en Hive, las máquinas hacían todo y no faltaba nada. Que incluso tenían su propio pequeño Edén en donde podían hacer un bebé con el material genético de dos chicos o dos chicas.
Saber que aquel hombre era genéticamente su hijo, o, mejor dicho, tatara tatara hijo, o nieto, o algo así, era raro.
—No te aferres a eso —le había dicho el hombre con una amable sonrisa mientras recibía a su pequeño hijo—. Deja de atormentarte con la idea de que eres un clon. Todos somos personas al final. Tú eres tú, ¿no es así?
Pero nada era tan fácil como solía sonar...
Nuevamente sentía que estaba fuera de lugar. Mirando la pintura de Aria, recordando los días con ella, sin sentirse en un hogar y al mismo tiempo sí, confundido y roto, solo quiso sentirla acariciando su cabello una vez más.
Su sonrisa mientras lo miraba, recostada en su pecho, en silencio, cuando solo ella existía en su mundo, cuando no sabía que era un clon recordando una vida ajena, cuando, a pesar de todo, sí pertenecía a un lugar.
Un par de lágrimas se juntaron en sus ojos.
—Oye...
Escuchó a su amigo Tomas y reaccionó limpiándose las lágrimas y sentándose de prisa.
—Estoy bien.
El chico de ojos verdes sonreía, Mauro estaba a su lado.
***
En una de tantas tardes, sin que hubiera pasado mucho tiempo, un floter dorado quedó frente a la mansión de las chicas. Aria había imaginado cómo sería ver quizá a Christopher volver, y lo había hecho de formas distintas, pero no en el floter. Eso lo había olvidado.
A veces uno deseaba tanto una cosa, y se imaginaba con ello tantas veces, para que luego, si sucedía, era de una forma completamente distinta.
Si salía, pensaba que lo vería en el centro comercial, que la encontraría de algún modo y la tomaría por sorpresa. O si estaba en una reunión, imaginaba que él aparecía y la invitaba a bailar... Aquel vals que le gustaba tanto.
O, por último, su imaginación más común, que lo vería aparecer por la calle, buscando la casa, y viéndola desde la distancia.
Pero no, ahora había un floter al frente, y no sabía cómo reaccionar.
¿Era él? ¿O era el Edén? Nunca mandaban floters, usualmente solo llamaban, pero ya no sabía qué creer. Extrañaba tanto al joven, que se había hecho ilusiones muy rápido.
El corazón le golpeaba el pecho y sentía su pulso martillear por su cabeza, cuando la puerta del vehículo se abrió.
Jadeó y quedó sin aliento cuando un chico bajó, pero la respiración se le cortó y un leve frío la recorrió al ver a alguien más. Mauro.
Karen, que estaba a su lado, dio un suspiro de sorpresa y salió corriendo y gritando. Se abrazó al chico envuelta en lágrimas.
Andrea y Aria salieron también. Aria un tanto desairada, pero por lo menos podría preguntar sobre Chris. Le alegraba ver al chico rizado, quería saber cómo era aquella ciudad y si estaban bien, pero su anhelo más grande era poder saber sobre Christopher.
—Estás bien —sollozaba Karen—. Perdóname por todo el daño que te hice, por lo que te dije —lloraba—. Ahora paso tiempo con papá, he ayudado a otros chicos a encontrar un hogar, y me doy cuenta de las malas ideas con las que me criaron. ¡Lo siento tanto!
Mauro le acariciaba el cabello. Tomó so rostro y le besó la frente. Ella, en cambio, se empinó y besó sus labios.
Aria sonreía apenas. Andrea también.
La pelinegra bajó la vista y dio la vuelta para regresar a la casa, darles tiempo a que se pusieran al día, y luego hacer preguntas, pero alguien la detuvo.
—¿No vas a saludarme? —le preguntó esa voz tan familiar y ya tan lejana al mismo tiempo.
Ella reaccionó y se dio cuenta de que Andrea abrazaba a su hermano. Alzó la vista y se encontró con esos ojos, la picardía en la mirada y una dulce sonrisa con hoyuelos marcados.
—Christopher —murmuró con el nudo en la garganta quebrando su voz.
Jadeó y lo abrazó fuerte, soltando en llanto silencioso que le había quemado desde que lo vio irse.
—Mi chica camarón —dijo él, acariciando su cabello—. Estoy molesto contigo.
Ella se apartó, sorprendida, pero frunció el ceño.
—¿Tú? ¡Te he extrañado! ¡Hubieras al menos mandado un mensaje de que estabas bien!
—¿Qué? No. Escucha. ¿Por qué crees que hiciste bien en decidir por nosotros y mandarnos sabiendo que tú no tendrías cómo llegar?
—Quise que fueran libres...
—Sí, bueno, quizá, pero yo quiero estar contigo. Libre, pero contigo. Y los otros también, muchos todavía quieren a sus Evas.
Aria estaba perpleja.
—¿No nos odian por todo lo que pasó?
Chris negó y la abrazó de nuevo, soltando un suspiro y cerrando los ojos.
—No es culpa de nadie. Es la sociedad que se formó lo que causó todo esto. Sus fallas...
La chica se aferró a él y respiró su aroma.
—¿Cómo es esa ciudad? —preguntó Andrea.
—Meh. —Tomas se rascó la parte trasera de su cuello, pensando—. Semi enterrada, entre las montañas. Les contaremos luego.
—Sí. —Chris dio una corta risa y Aria sonrió al sentir el vibrar de su pecho y su voz resonar contra ella mientras se mantenía aferrada a su cuerpo—. Encontramos algo, pero... —Suspiró—. Tampoco es lo que soy. Quizá la historia de mis genes está ahí, pero yo ya sé a dónde pertenezco.
Miraba de forma profunda a su chica, envolviéndola con sus ojos entre azul y gris.
—Nos hacen falta ustedes —susurró Mauro mirando a Karen, acariciando su mejilla.
—Si nos pueden perdonar por todo —respondió ella.
El chico asintió.
—Estoy seguro de que sí...
Aria sonrió. Su rostro brillaba en felicidad, su mirada estaba llena de vida. Se empinó y se devoró sus labios. No sabía por qué demonios había esperado tanto para besarlo desde que la detuvo y le habló.
Andrea hizo una mueca y se dirigió a su hermano.
—Tus amigos del cuarto ese de aislamiento ahora viven en algunas casas. —Tomas sonrió ante la noticia—. Ven, vamos a llamarlos. Deja a estos que terminen de saludarse. Oh, también debes saber que vamos a tener un hermanito.
—¿Eh?
Entraron a la casa, dejando a las parejas recuperar parte del tiempo perdido.
Por supuesto que iban a volver...
Con ayuda de sus amigos, Christopher se dio cuenta de que el estar en esa ciudad no era lo que necesitaba, recordar constantemente lo que el Edén le hizo no era saludable, tampoco el ver cómo algunos ciudadanos lo observaban esperando encontrar al hombre de sus hologramas de historia.
Se sintió muy triste durante unos cuantos días, pero luego del sermón de sus amigos, recobró ese espíritu que lo caracterizaba. El saber sobre el pasado no era lo que le quitaría la sensación de no tener un lugar. Por más que intentara, él no iba a ser ese Christopher. No lo era, simplemente.
Solo una persona había sido su lugar. Se encargaría de volver por su terca Aria luego de un tiempo, luego de que, suponiendo, fuera seguro y los drones ya no estuvieran locos.
Trataron de ver las noticias, armar antenas y estar al tanto. Se divirtieron un tiempo explorando los distintos lugares de la ciudad. Hicieron suyos cada rincón, incluso personalizando algunos centros comerciales que estaban vacíos. Jugando por ahí y por allá...
Marcos y Helena, "líderes" de esas personas, les dejaron, fueron muy amables, pero ese no era el lugar de los chicos.
Su objetivo de volver por sus Evas no lo descartaban.
Y ahí estaban, abordando un floter con la ruta programada gracias a DOTy, haciendo una copia del drive en reversa, y habían regresado a buscar a las chicas.
Otros jóvenes les habían pedido que les dejaran saber, para así volver también. Y es que era verdad, era difícil abandonar la vida para la que crecieron, era difícil abandonar a una Eva, con la que habían sido compatibles, a las que querían, por las que se sentían atraídos.
Esperaban que el tiempo curara las heridas de todos. Esperaban que se perdonaran mutuamente. Tal vez luego de unos años las ciudades se unirían, manteniendo los mismos ideales.
Christopher sabía que podía revivir el legado de Adán y Eva, su pasado, e iba a hacerlo. Que el daño que el Edén hizo al clonarlo sirviera para mejorar y hacer el bien, convertirlo en un beneficio, en lugar de dejarse al olvido.
Todo iba a estar mejor si la humanidad dejaba sus diferencias, si se brindaban amor y calor mutuamente, si la miseria ya no existía físicamente, la pobreza sentimental tampoco debía existir.
Solo así el mundo sería mejor. Ellos iban a cuidar de que tomara ese rumbo. Quizá no iba a durar para siempre, el mundo siempre cambiaba de ideas, pero iban a hacer que valiera la pena, que quedara en la memoria de la larga historia de la humanidad.
Una época de oro a la que todas las generaciones pudieran aspirar.
FIN
En memoria de mi abuela Isabel – Abril 2022
***
Gracias por acompañarme en esta novela :"v me ha dolido tanto como a ustedes. Me disculpo por la espera, tardé en escribir, y es que pasaron muchas cosas. Como muchos saben, ya la tenía terminada antes de subirla, aunque le arreglé algunas cosas mientras tanto, de todas formas, me fue difícil no cambiar algunos hechos.
Probablemente suba algún capítulo especial luego :3
Si bien mis libros son para entretener, aquí se tocan temas delicados, una problemática que se vive hoy en día. Injusticia, personas que merecen más y reciben menos, castigos suaves para criminales, etc.
También he pintado la realidad que viven muchas mujeres, pero en este caso es como el mundo al revés xD En fin, espero dejar el libro en la memoria de todos, con sus momentos emotivos, los graciosos, y los no tanto.
Me ayuda mucho que compartan la novela, que comenten y dejen votos. Saber que les ha gustado me hace muy feliz. Voy a seguir trayéndoles más novelas :3 todas picosas e intensas 7u7 jeje.
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