Acerca de esta historia

No suelo hacer estos apartados, a menos que realmente haya curiosidades del libro que acaban de leer, como una vieja versión, el caso de Recreos en el Jardín, o algún proceso de escritura complejo, como lo fue Historias Para Viajar.

En este tercer tomo de la Serie Friendzone, quería escribir una historia en donde los protagonistas no terminan juntos, y mostrar que no siempre el final feliz es cuando Fulano y Fulana se casan, sino que pueden aprender del fracaso para seguir adelante y reiniciar sus vidas.

Bueno, exactamente eso iba a pasar con Franco y Evangelina.

Pero no pasó.

¿Y por qué?

Suele sucederme que, durante mi proceso de escritura, los personajes cobran vida propia. Y se moldean solos. Esto hizo que yo tuviera que cambiar el final dos veces. Tenía dos opciones:

☝🏻 Recular y borrar lo que había escrito para retomar el camino original.

✌🏻 Readaptar la idea original, y modificar el final.

Y cuando tenés que borrar la mitad de lo que escribiste porque tu príncipe se convirtió en sapo, lo mejor es aceptar el cambio orgánico y seguir.

¿Quién fue el desgraciado que se me escapó de las manos? Nada más y nada menos que Daniel, el esposo de Evangelina.

Así que vamos a empezar el camino que desembocó en el final que leyeron, qué fue lo que pasó, y cómo lo resolví.

Primer final (el original)

La idea inicial era que Evangelina y Franco fueran siempre amigos, porque ella jamás lo iba a ver como algo más que un amigo. La historia hubiera sido la misma, pero ningún intento de Franco lograría que Evangelina se enamorara de él, porque Daniel era el hombre perfecto. Por eso introduje el personaje de Julieta, para que tuviera su final feliz con su mejor amiga de toda la vida. Él se iba a rendir en algún momento, iba a desaparecer, y quien lo iba a contener con el corazón roto era Julieta. En ese proceso se enamoraba de ella, y luego volvía para retomar la amistad con Evangelina. Imaginaba un último capítulo súper cute, con Evangelina finalmente embarazada de Daniel, y Franco recién casado con Julieta.

El problema fue que Daniel se me fue de las manos, me quedó tóxico y machirulo, lo que me llevó al...

Segundo final

Me parecía horrible que, después de todas las actitudes tóxicas y cavernarias que me salieron de Daniel, Evangelina no hiciera nada y siguiera con él. Lo que me lleva a introducir un tercero, y es ahí en dónde Dae-myung aparece en escena. En este final, Franco no terminaba con Evangelina, pero Evangelina tampoco se quedaba con Daniel. Dae-myung sí se iba a sentir cautivado por Evangelina, pero no avanzaría en conquistarla porque su jefe, nada más ni nada menos que el CEO, estaba enamorado de ella. En el medio Evangelina se separa de Daniel, pero sigue viendo a Franco como un amigo.

Cansado de amarla al vacío, Franco se aleja, y en el medio se enamora de Julieta. Durante la ausencia de Franco, Evangelina se da cuenta de lo que perdió, y que siempre estuvo enamorada de él. Pero ya es demasiado tarde, porque Franco está con Julieta y debe empezar de cero otra vez. ¿Y quién está ahí? Dae-myung, por supuesto...

Entonces, en esta segunda versión, Evangelina terminaba con Dae-myung, y Franco con Julieta. Para llegar a este final, hice la escena de ella pintándole las banderitas en la cara, con esa sensación extraña que sintió. Era mi pie para después empezar a generar el vínculo sentimental entre ellos, pero nunca sucedió, porque al seguir escribiendo pasó lo que desembocó en el...

Tercer final (el que leyeron)

Acá se me volvió a ir de las manos otro personaje, y ese fue el mismísimo Franco. Mauricio, el padre de Evangelina, no iba a tener apariciones, pero de repente apareció Franco en el sillón de su casa, después de la fallida cena de navidad en la que rescata a Evangelina del ambiente hostil generado por su primo (que tampoco tenía pensado escribir), y la escena se me hizo super cute.

Cuando vi la química que generó Franco con la familia de Evangelina, dije: "No puedo romperle el corazón a tres personas: Franco, Mauricio, y Gloria, la madre de Evangelina". Fue en ese momento donde dije: "Boe, ya fue, no era lo que quería, pero después de todo lo que pasaron, no hay otro final que no sea el de Franco y Evangelina juntos".

Y entonces, Dae-myung me quedó boyando, no sabía qué hacer con él, y de manera natural, en el episodio que Franco cae casi en coma alcohólico, agarré su manito y la de Julieta (los dos desahuciados por mis cambios imprevistos), y los junté. Fue así como llegamos al final al aire: Franco y Evangelina por un lado, y Dae-myung y Julieta por el otro.

Esos fueron los volantazos más abruptos, pero hubo otros más sutiles. Vamos para allá.

Cambios secundarios

✨ En la idea original, Franco iba a ser más tímido, y el de la personalidad arrolladora y arrogante Bruno. A Bruno sí lo pude mantener a raya, pero Franco se me escapó de las manos cuando comenzó a enamorarse de Evangelina. La idea era que fuera más parecido a Manny de Fortuna (SF #2): enamorado, centrado, y tímido. Pero llegó un momento que lo vi y estaba desacatado, como cuando se le plantó a Daniel en el canal, esa escena en la que casi le reconstruye la cara a trompadas a Daniel cuando se aparece en el departamento de Evangelina, o sin ir más lejos, las peleas que tuvo con él por defender a Evangelina de sus malos tratos

✨ La familia de Evangelina jamás iba a aparecer, no iban a ser más que una mención en sus recuerdos. Pero gracias a ellos tuvieron el final que querían. Creo que si no hubiera escrito el episodio de la Navidad, con Evangelina en modo Emilia (sola-mente es-cupo facts 😉), ella hubiera terminado con Dae-myung.

✨ Obviamente, en la idea original iba a ser un libro ATP (apto para todo público). Pero al rendirme a que terminen juntos, de repente me empezaron a salir escenas... ustedes me entienden. Iba a poner solo algunas insinuaciones de situaciones del sin respeto, pero en la escritura iban saliendo detalles, siempre siendo sutil e intentando evitar palabras fuertes (porque tengo un límite también, vissstesss). Y de nuevo, cuando menos me lo esperé, me encontré con dos personas reprimidas en lo setzual, que se proponían explorar juntos esos mundos que siempre les generó curiosidad. Y de una escena en año nuevo, pasé a muchas más en el reencuentro, en las primeras semanas de noviazgo, y terminamos en un libro con contenido solo para adultos, porque lo creí necesario como parte de la liberación y el empoderamiento de Evangelina a manos de Franco. Lo peor de todo esto es que, aunque me costó escribir esas escenas, quedé conforme con el resultado, y me dieron ganas de explorar un poco más. Hay un escalón más entre esto que leyeron, y la descripción explícita. Me dije a mí misma: «¿y si le doy una vuelta de tuerca más?». Y fue así cómo nació Marroc, el siguiente libro de esta serie. No se acostumbren porque no verán más de lo que sucederá allí, suficiente me fui al pasto en algunas escenas de Recreos en el Jardín (sin contar con el capítulo que solo yo veo y no salió al aire). Ese es mi límite.

✨ En la escena que Daniel irrumpe en el departamento de Evangelina, la idea original (porque hasta he tenido ideas originales sobre los cambios, fíjense a qué nivel mutó esto), era que terminara todo mal, pero podrido mal. Franco se iba a sacar las ganas reacomodándole la cara a Daniel, e incluso al momento de la despedida, Daniel decía irónicamente «Gracias por dejarme la comida hecha», en relación a las pizzas que estaba amasando Franco. Y la cosa estaba tan caldeada, que Evangelina terminaba tirándole la salsa en la camisa blanca, y Franco le escupía la masa. Pero de nuevo, Daniel se me fue de las manos. La idea original del cambio era que Daniel sí había engañado a Evangelina con Laura, la chica del clima. Pero en la escritura me salió tan arrepentido que no tenía manera de remar el engaño, y salió la tregua que leyeron, lo del canal de Twitch, y todos felices, digamos...

Que recuerde... ¡Eso es todo! No hubo más cambios sustanciales, y ahora sí, sin más preámbulos, me despido y les agradezco por todo el cariño que les dieron a mis gemelos, a Evangelina, a Ismael, y todos los personajes que pasaron por aquí. Es una historia que disfruté mucho escribir, y me cuesta un poco soltarlos.

Pero la serie sigue, y los espero en el próximo tomo: Marroc. Hacia allá vamos con Hernán y Soledad.

No queda más que decirles...

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