E P Í L O G O

Música: Ganster By Kehlani

_____________________

E P Í L O G O

_____________________

El sol está brillando desde su punto más alto cuando un sedán negro estaciona en el área de visitantes, frente al enrejado metálico que flanquea el perímetro de todo el edificio.

La tierra árida se siente caliente bajo los pies del hombre que baja del auto reacomodando la corbata de su traje con manos sudorosas.

Un par de torres se levantan a cada lado de un enorme portón, y aunque aún le quedan algunos metros por recorrer, el hombre alcanza a distinguir en lo alto las figuras de los oficiales que se encargan de vigilar la zona con sus rifles a cuestas.

De camino a la garita de identificación, saca el pañuelo que trae en el interior de su saco y se seca el sudor de la frente.

Pensar que está a punto de encontrarse con ella siempre consigue ponerlo nervioso.

—¿A quién visita? —le pregunta el oficial a cargo, a través de una ventanilla.

—Sophia Smith —responde el hombre con un ligero temblor en la voz.

—Necesito ver su identificación. —Él se la entrega sin poner objeción.

El oficial verifica la información y la ingresa en el sistema antes de regresarle el documento.

—¿Es usted su abogado?

El hombre no sabe si está bien mentir o decir la verdad.

«Da igual», se dice finalmente antes de contestar:

—Lo soy.

—Adelante. —El oficial asiente y el portón se abre con un chirrido de forma remota.

Una vez dentro, es escoltado por un camino de guijarros hasta atravesar unas puertas dobles de vidrio templado, reforzadas con barrotes de acero. Luego lo conducen hasta una habitación donde es requisado de la cabeza a los pies por un oficial penitenciario, comprobando que no lleve consigo alguna arma o cualquier otra cosa que esté legalmente prohibida en una prisión del estado.

—Sígame —le indica la mujer tras asegurarse que está limpio.

Es arrastrado por un pasillo tan lúgubre y desolado que hasta el eco que producen sus pisadas resulta perturbador.

La mujer oficial utiliza una tarjeta magnética para abrir otra puerta. Una serie de cubículos están dispuestos al lado del otro. Varios de ellos ocupados por personas que sostienen teléfonos contra sus orejas y hablan con una serie de reclusas al otro lado. Todas ellas luciendo bragas naranjas y pieles pálidas por el encierro.

Lo guían hasta un cubículo que se encuentra vacío y se estremece al reparar en todos los demás oficiales que están del otro lado escoltando a las reclusas.

—Siéntese y espere. Ella estará aquí en un momento. —El hombre obedece sin decir nada más.

Después de todo, no es la primera vez que ha tenido que visitarla en lugar como este. La única diferencia es que el otro era más blanquecino y no contaba con una seguridad tan reforzada.

Pasan un par de minutos y la ansiedad en su interior comienza a aumentar. Para calmarse, decide ponerse a jugar con el anillo de matrimonio que lleva en el dedo anular, haciéndolo girar en sentido contrario a las agujas del reloj, como si con eso pudiera hacer retroceder el tiempo.

Para cuando se detiene, todo sigue estando igual, a excepción de la puerta al otro lado del cristal, que se abre para revelar a la mujer que tanto estaba esperando ver, la que ha amado durante largos años de su vida.

Sophia Smith luce radiante incluso dentro de esa braga corriente que la obligan a llevar. Una diosa elegante de cabellos azabaches y ojos azules que guardan el brillo del mal.

Llevar meses tras las rejas no la ha hecho cambiar su andar distinguidos ni los movimientos tan elegantes que utiliza para tomar asiento en el cubículo frente a él.

Mira directamente a los ojos del hombre antes de levantar el auricular y esboza la sonrisa más diabólicamente encantadora de su repertorio.

—Te habías tardado demasiado en visitarme, cariño.

—Sabes que no me podía arriesgar viniendo antes —le responde él sin apartar la mirada de sus labios rojos—. Pero, créeme, me estaba muriendo por verte.

La sonrisa de Sophia se amplía en una de triunfo al comprobar el poder que de sobra sabe que puede ejercer en él. No se arrepiente en absoluto de haberlo encontrado.

—¿Vas a hacer lo que te pedí? —aprovecha entonces para preguntar.

—Estoy trabajando en ello —responde él, aflojándose el nudo de su corbata.

—Pues necesito que trabajes más rápido. —Ella se muestra seria esta vez—. No podemos correr más riesgos.

—No te preocupes. Haré lo que haga falta.

—Quiero que sufra —insiste ella, apretando los dientes—. Ya me ha causado demasiados problemas.

—Sufrirá —asegura el hombre, aunque su consciencia le aclama que todo aquello está terriblemente mal. Sin embargo, al descubrir la sonrisa que la pelinegra le está dedicando, todos esos pensamientos se esfuman—. Te lo prometo —agrega, colocando la palma de su mano contra el cristal, a la espera de que ella haga lo mismo encima de la suya.

—Sé que siempre podré contar contigo, mi amor.

El alivio lo atraviesa al sentirse correspondido.

—Te deseo tanto, Sophia. —Sus ojos recorren la pálida piel de su cuello hasta lo más profundo que los botones desabrochados de la braga le permiten llegar.

—En dos días puedo recibir la visita conyugal —le recuerda ella, mordiéndose el labio.

Los ojos del hombre brillan de pura necesidad.

—Prometo dejarte sin aliento. —Y lo dice como si el suyo propio ya le comenzara a faltar, su voz le saliendo ronca, lujuriosa.

—No te olvides de traer protección —le dice ella, encantada con la idea.

—¿Acaso no quieres un hijo mío? —bromea él, buscando su mirada.

La sonrisa en los labios de Sophia resulta demasiado suspicaz para una mujer con trastornos mentales.

—Lo siento cariño, pero ya te he dado uno.

________________________

¿WTF?

¡Ahora sí hemos llegado al final!

Right Now me van dejando sus opiniones AQUÍ

Teoría para la segunda parte AQUÍ

Después de tres años, estoy de nuevo aquí, de vuelta en mis inicios con esta nueva y (a mi parecer) mejorada versión de la historia. De verdad espero que la hayan disfrutado tanto o más que la primera. Yo, en especial, me siento muy orgullosa de mi trabajo. Eureka es una historia que amo porque gracias a ella, muchas de ustedes me han acompaño a lo largo de estos años con mis demás proyectos. Realmente lo valoro y les estoy muy agradecida. 

Se vienen cosas tremendas para las demás entregas. Y sé que desde ya me van preguntar si esos libros también los voy a publicar aquí. La verdad, no lo sé, pero en cuanto tenga una respuesta para eso, serán las primeras en saberlo. 

No olviden seguirme en mis redes para estar informadas y regalarme una estrellita ♥

¡Nos leemos pronto!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top