— CHAPTER TWO —

( enjoy your party, harrington! )

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AMELIE NUNCA SE HABÍA SENTIDO PEOR. SU PADRE la había obligado a volver a casa, a pesar de sus quejas, luego de haber inspeccionado toda la residencia Byers. Por lo que la castaña pasó toda la noche sola, ya que toda la policía y algunos vecinos voluntarios registraban la zona en busca del pequeño Will.

El día siguiente no fue muy distinto, al llegar a la escuela pudo sentir la tensión en el ambiente. Aunque siempre había idiotas como Steve, Carol y Tommy, quienes parecía que la desaparición de un niño no les producía ni el más mínimo pesar. La chica Hopper sabía que ella estaba muy involucrada al ser amiga de Jonathan, pero no podía creer que al menos un minuto del día alguno de ellos sintiera empatía por un tercero.

Si acaso Ame ya no lo sabía de antemano.

Esa mañana había intentado que su padre la dejara ir con el chico Byers a la escuela, sin embargo, éste se negó. Si antes no quería comprarle su motocicleta soñada, ahora ese sueño se hizo trizas. Jim nunca le sacaría los ojos de encima, cuando un niño había desaparecido en su pueblo, o al menos querría saber dónde estaba cada minuto del día.

Caminando por los pasillos pudo ver a Nancy Wheeler y a Barbara Holland hablar con el grupo ya mencionado, mientras miraban a Jonathan abrochando unos carteles en la plancha de corcho de las noticias de la escuela. Sabía perfectamente que se trataba de la foto de Will junto a un "¿Me has visto?". Por lo que cuando Tommy dijo graciosamente "¿Cuánto apuestan a que él lo mató?", la furia creció en ella comenzando a dar zancadas hacia el grupo.

Steve la vio venir, por lo que luego de hacer contacto visual con ella, golpeó al morocho demostrándole que no estaba de acuerdo con las burlas.

Cómo si a Amelie le importara lo que creyese Steve. 

O tal vez, a Steve aún le importaba lo que ella pensara de él.

Después de todo, en algún momento de su vida, ambos habían sido muy cercanos.

La castaña no detuvo su velocidad, pasando entre ambos muchachos golpeando sus hombros, el de Tommy con mucha más fuerza, provocando que éste se sobara el brazo herido. Pero cuando estaba dispuesta a acercársele a su amigo, Nancy le ganó, por lo que se detuvo sorprendida de aquella acción por parte de Wheeler.

No pudo escuchar la conversación por su lejanía, sin embargo, se notaba que ésta era bastante incómoda, dándole un tanto de vergüenza ajena ante los intentos de Nancy por consolar a Jonathan.

Steve, intentando remediar lo acontecido anteriormente, se acercó a ella lentamente.

— ¿Estás de humor para una fiesta Hopper?— la invitó a pesar de las caras fastidiadas de Carol y Tommy ante sus palabras.

Amelie se giró furiosa, golpeándolo en la cara con su cabello en el proceso, para luego acercarse a su rostro amenazante.

— Aún no has entendido lo que sucede, ¿cierto? — dijo con veneno saliendo por cada uno de sus poros, alertando al "Señor Cabello Perfecto", quien solo la había visto de esa forma cuando comenzó a juntarse con sus actuales amigos por primera vez.

— Cálmate, Hopper— se metió Carol mascando su chicle, sin saber en el terreno infestado de minas a punto de explotar, en el cual se estaba metiendo—. Debes relajarte un poco.

— ¿Un maldito niño está desaparecido y ustedes solo piensan en tener una fiesta? — nadie respondió ni hizo algún gesto, excepto por Barbara, quién hizo un movimiento de cejas dando a entender que estaba de acuerdo con ella—. Disfruta tu fiesta, Harrington.

Eso fue lo último que dijo antes de irse a clases al sonar la campana.

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Amelie se dirigió hacia su trabajo de medio tiempo en Benny's Burgers como todos los martes y jueves. Gracias a Benny, el gran amigo de su padre, pudo comenzar a ahorrar para su Honda CG125, ya que Jim Hopper nunca se la regalaría. Pero al llegar, al igual que cuando lo hizo ayer a la casa de los Byers la tarde anterior, su padre ya se encontraba allí junto al resto de la policía y el departamento de bomberos.

Ilusionada de que Will haya sido encontrado se acercó con una pequeña sonrisa ilusionada, pero fue detenida por un musculoso brazo.

— No entraría allí si fuera tú— reconoció la voz de Oliver, su compañero de turno y buen amigo.

— ¿Qué ocurrió? — le preguntó mirando hacia sus intensos ojos, intrigada al no encontrar ninguna pizca de coqueteo en aquella frase.

Todos los que iban a comer a Benny's Burgers conocían perfectamente la relación entre ellos dos. Oliver se pasaba todo el turno tratando de cortejarla, mientras que ella lo rechazaban una y otra vez. Después de todo, eso divertía a los clientes, dejaban buenas propinas, y los hacía volver para presenciar el majestuoso día en el que Amelie Hopper le aceptara una cita a Oliver West.

Aunque claro, todo se encontraba perfectamente actuado.

— Benny se suicidó anoche.

Aquellas palabras cayeron sobre ella como un balde de agua fría. Conocían a Benny desde que se habían mudado a Hawkins y realmente los había ayudado mucho a adaptarse a aquella nueva vida de pueblo, y a superar la muerte de Sara.

Primero Will, y ahora Benny. No podía imaginar cómo su padre se estaba sintiendo.

Hablando del Oficial Hopper, éste salió del edificio acercándose a su camioneta, pero fue interceptado por su hija. Había olvidado completamente que ella hoy iría a trabajar.

— Papá...

— Ve a casa— la interrumpió siguiendo con su acción de subirse a la camioneta junto a sus compañeros.

— Pero, Benny...

— Dije que fueras a casa, Amelie— la chica se quedó en shock, su padre nunca la había llamado por su nombre completo—. Dile a Oliver que te lleve.

Finalizó, para luego salir del recinto, dejando una polvareda a su paso.

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Como su padre le había ordenado, Amelie se fue junto a Oliver en su auto, sin embargo, no fue hacia su casa. 

El castaño sabía perfectamente que su amiga estaba procesando demasiadas cosas ocurridas en tan solo dos días en su cabeza, por lo que decidió por llevarla al mirador de Hawkins, el único que aquel pueblo tenía y aquel lugar en el cual a Amelie tanto amaba estar. Ambos en el capó de su auto, sin preocupaciones, aunque hoy sería una ocasión diferente.

Desde allí uno podía ver todo el pueblo y cuando atardecía era la mejor parte, ya que se podía ver como las luces de las casas y del pueblo se iban encendiendo poco a poco, dando paso a la noche.

Sincronizadamente, ambos sacaron un cigarrillo de sus bolsillos y los encendieron dejándose llevar por los bellos colores de aquel atardecer, que se había llevado otra vida consigo al igual que otras en el mundo.

Oliver miró el perfil de la castaña, intentando descifrar qué pasaba por su mente, pero todo lo que pudo ver fue una página en blanco. Así era Amelie, después de todo, uno nunca sabía lo que ella estaba pensando y mejor no hablar de sus sentimientos, ella los tenía bien guardados en un cofre con veinte candados dentro del estómago de un furioso lobo que no dudaría en arrancarte la cabeza si te acercabas demasiado.

— ¿Cuánto por tus pensamientos? — rompió el silencio, a pesar de que sabía que era lo que ella quería. Sin embargo, él sabía que no era lo que Amelie necesitaba.

La castaña giró a mirarlo luego de darle una calada a su cigarrillo para luego expulsar el humo, antes de hablar.

— Este pueblo está jodido— comenzó volviendo su vista hacia el cielo, al recostarse en el capó del auto—. Un niño desaparece y a nadie le importa. Un hombre se suicida y a nadie le importa.

— A mí sí me importa— contestó copiando su acción sin dejar de mirarla—. A tu padre también, y déjame dudar al decir que creo que estás equivocada.

— Puedo verlo en sus caras, Oliver. La falsa empatía, el "Oh, pobre Sra. Byers", para luego ir a divertirse como si nada sucediera. A nadie le importa más que ellos mismos, este pueblo está lleno de egoísmo y de hipocresía.

Oliver suspiró, sabiendo que la chica a su lado tenía razón.

— ¿Qué podemos hacer, Amelie?

— Nada— respondió antes de mirarlo a los ojos—. ¿Qué podríamos hacer, Oliver?

Oliver sería interpretado por Herman Tømmeraas.