--Reino Mosested: Old Blood.
"muerte. sangre. mar. ángel."
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"the death"
"un rey no abdica, querida. un rey muere."
Alayna. Mujer de hierro. Criada durante la gran Temporada. Tiene en la sangre el invierno y los lujos en la cabeza. No teme a nada ni a nadie. Su sonrisa es a menudo mostrada, la gente la quiere y la respeta. Sus nietos e hijos la quieren mucho pero ella siempre ha puesto un muro invisible entre ellos. Su frase es la de arriba, tiene cincuenta años y, aunque su hijos siempre le piden que lo haga, que su salud está demasiado delicada, que es una mujer después de todo, ella amenaza con cortarle la cabeza. Luego, su risa inunde el pasillo y su hija mayor le sonríe.
Ama con locura a su familia y el pueblo le devuelve el cariño con mucho fervor. Es baja y encogida sobre sí misma. Cuando sus nietos puntúan esto, contesta que es por llevar el peso del reino en la espalda.
Se lleva de maravilla con las mujeres, y suele decir que esto es un matriarcado. Alayna ríe y niega con la cabeza. Desde niña ha sido criada para ser la mujer, la reina que todo el mundo quiere. Su mente es rápida y comprende el invierno de manera increíble, sabiendo los rituales de sus dioses, incluso los brujos de la noche la respetan. Se supone que los monarcas son los elegidos de los dioses Vienne así que todo el mundo habla de ella como profesora, aunque no le gusta mucho la religión. Es una mujer férrea, temida por todo el mundo (más bien temen a su hijo mayor pero ella sigue pensando que es mucho mejor que toda la violencia que lo rodea).
Se casó joven, con un hombre que murió "misteriosamente" por intoxicación de la comida. Ella atendió al funeral. Pero nadie la vio llorar.
Nadie. E incluso. Se dice que su hija, Eréndida, la vio reír.
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"the one who died for power."
"le pregunté a papá si alguna vez sería relevante. spoilers, él dijo que no."
Oliven. Hijo mayor de la reina. Su sonrisa es misteriosa, sus palabras son ásperas y de cada tres que dice, dos son falsas. Mentiroso innato, violento, elegante e informal a la vez. El pueblo lo desprecia, creen que es una maldición en el cuadro perfecto que es la familia real. Pero es mucho más que eso.
Oliven es el hombre del acero que desprecia la pluma. Siempre elegirá la espada, aunque su hermano pequeño siempre usará la pluma. Oliven quiere a su familia con locura llegando a matar (y lo ha hecho) por ellos.
Su sobrino preferido es Thunder, porque ve mucho de sí mismo en él. La misma frialdad y el mismo mal humor que puede acabar en gritos o en malas palabras directas desde la ira más profunda.
Es sangriento desde pequeño. Su padre especialmente lo entrenó para eso. Para no sentir ninguna lástima, para proteger al clan.
Es duro y frío como el invierno mismo. Desde niño las autoridades le han tenido miedo y desde niño han dicho que se convertiría en lo que es. Los brujos de la noche lo desprecian, lo llaman hereje porque no cree en los dioses. Se ha encontrado a veces con la superviviente. Pero Mosested no está tan metido a los problemas de los demás reinos, aunque apoya en secreto a la muchacha que busca la espada, incluso ofreciendo a sus príncipes para calmar a las turbas enfurecidas por la muchacha. Oliven dice que eso no son más que cuentos para niños. Pero ayuda a buscarla. Por lo que sea, pero la esperanza sigue en su corazón podrido y roto.
Su sobrina, Ravenna, es su pequeña sonrisa. La mimada de la familia, aunque básicamente no necesita la ayuda de nadie. Le ha enseñado bien.
Oliven está seguro que su madre mató su padre. La vio echar la Mordedura de Dama (un veneno terriblemente poderoso y que sólo se encuentra en Mosested, además del que solo las mujeres de la familia real saben preparar) en su comida. La muerte fue calmada. No dijo nada. No hubo una gran sacudida, no hubo ninguna espuma por la boca. La Mordedura de Dama es terrible y silencioso.
Y por eso Oliven desprecia a su madre.
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"the one who died for love."
"escúchalo. el océano ruge. apenas podemos resistir su llamada."
Eréndida. La señora de los Mares. La mediana. Como su madre, su carácter está forjado por los mismísimos dioses de la herrería. Podría enfrentarse a un dragón, aunque piensa que no existen. Lo miraría a los ojos, sonreiría y extendería los brazos, gritando un "¿Eso es todo lo que sabes hacer?".
Mientras que Oliven es la espada, Astiel la pluma, ella es simplemente la daga. Silenciosa pero mortal.
Dicen que el agua no le ahoga, que le envuelve en una burbuja protectora. De niña la llevaron en barco a una isla para mejorar su idiomas y su forma de hablar (tartamuda, el único experto en esto estaba en la isla perdida de la mano de Dios). El barco naufragó. Hubo pocos supervivientes y Alayna lloró por días, tendida en la cama, con los dos niños a los pies del lecho, preocupados por su hermana. Cuando declararon que había sobrevivido (gracias a que nadó hasta la orilla y la ayudó una pequeña familia, alimentándola sin saber que era la princesita), se afirmó como milagro y como milagro quedó. Cuando le preguntes a Eréndida que sintió al ser encontrada, ella sonreirá. "Todo estaba negro. Oscuro. Quizás hasta peligroso. Pero apenas tenía miedo. Había algo que me estaba ayudando a respirar, incluso cuando ahora no puedo hacerlo."
Después de eso, Eréndida creció entre mapas oceánicos, entre esquemas de barcos y con la lengua tan áspera como la de un marinero normal. Aunque muchos intentan conquistarla (Mosested es un reino próspero, aunque sombrío) se van por miedo a su boca, sin más objetivo que hablar la verdad más pura, destilada de los halagos que su madre proporciona.
Conoce La Mordedura de la Dama y la sabe utilizar. Su madre le enseñó poco después de la muerte de su padre, al que no lloró mucho porque simplemente no quería. No podía querer a quién le pegaba si no era una señorita, no podía querer a quién dañaba tanto a Oliven, al que quería tanto pero simplemente la olvidó.
Eréndida no quería nadie más que a sí misma y a sus hermanos. Su madre era despreciable, porque la muerte por veneno es la mayor traición jamás hecha. Era baja y cruel. Y Eréndida ni siquiera quería a su padre.
Pero definitivamente su madre era la reina que tenía que comer en el tablero.
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"the one who greeted death as an old friend."
"sois la única luz que tengo en un mundo terriblemente oscuro. por favor, nunca, nunca os apaguéis."
Astiel. Niño de mamá, la pluma contra la espada de Oliven. Padre de tres. Su mujer murió en el parto de la última, Ravenna, la niña de los ojos de la corte. Sus ojos son tan azules como los de su padre, siendo el único que sacó este color. Eréndida tiene el acero en la mirada, Oliven tiene el castaño del otoño y su madre, el negro del ónice.
Es amable y sincero. Su sonrisa siempre aparece cuando es para sus hermanos o sus hijos, a los que quiere con locura y por quienes mataría. Su voz es grave, absolutamente encantadora y con la vibración exacta para la música de forma suave, esa que canta sobre sirenas y ángeles, siendo él uno de ellos.
Las leyendas sobre Astiel son realmente diversas. Muchos dicen que es una bendición que le dieron los dioses a la reina después de Oliven y Eréndida, que son justamente lo contrario. Todos dicen que es demasiado dulce y suave, que no haría un buen rey. Bajo la máscara de amabilidad y padre perfecto se esconde un temperamento que haría temblar a la mismísima Degratium (diosa de los lobos). Oliven enfadado es muerte pero Astiel enfadado es tortura. Alayna sabe que eso fue dado por su difunto esposo y a la vez teme a su propio hijo. Adelante, ríete. Una madre que se enfrentó al monstruo que acosaba su familia teme a su hijo.
Para Astiel, la cosa más importante que tiene un hombre es la libertad. Podría liderar una revolución contra sus hermanos o su madre si los campesinos pidieran libertad. Por eso siempre se ha mostrado en contra de los Irunta, llegando a gruñirles cuando miran a su hija cuando se reúnen. Y es que Ravenna tiene algo que heredó de su madre. La habilidad innata de entender la magia.
Astiel, pobre Astiel, quiere a sus tres hijos de tal manera que mataría, moriría y dejaría morir por ellos. Ulyse, con su sonrisa sarcástica y comentarios dolorosos. Thunder, con su fascinación por lo oscuro, la magia negra. Y Ravenna, con su talento natural para que el mundo la quiera y sus manos movidas con grandes, grandes hechizos a sus espaldas.
Por eso, cuando Oliven ofrece a Thunder irse con él a patrullar el reino, gruñe y se interpone y es el único momento (cuando sus ojos azules y fieros le miran, cuando tiene la mano en la espada, cuando debería tenerla en la pluma) en el que Oliven siente miento.
Por eso, cuando su madre amenaza a Ulyse con enviarlo fuera por sus comentarios (verdaderos pero igualmente dolorosos para la reina), la mira. Una sola mirada y la reina Alayna calla.
Por eso, cuando Eréndida le habla de entregar a Ravenna a los brujos de la noche, le pone la misma daga que es su hermana en el cuello.
Aparte de sus pequeños saltos, Astiel ama a su familia. Para él, la sangre es tan importante como la vida.
Y daría la vida por la sangre.
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