Visita 8
Aun le costó respirar cuando recién despertó, inmediatamente se incorporó asustada y la sábana cayó a su regazo, la cabeza le dolió y la tomó entre sus manos.
—Al fin despiertas, menos mal que solo era un sedante.
Vio a una mujer entrando a la habitación en la que se encontraba y sin poder decir una palabra sobre lo que estaba pasando miró a su alrededor en busca de respuestas, una habitación sencilla donde solo la chica de cabellos color miel y ojos azules claro ponía una bandeja junto a ella.
—Te traje un té para el dolor de cabeza, igual necesitas hidratarte, lo de la respiración disminuirá con el tiempo solo no te desesperes le ocurre a todos los extranjeros en este país.
Tenten le miró completamente confundida y entonces recordó lo último que escuchó antes de caer inconsciente por el sedante.
—¿Qué es este lugar?, ¿Dónde esta él? —Tenten se levantó frunciendo el ceño.
La chica parpadeo ligeramente mientras terminaba de servir el té y dárselo.
—¿Dónde está quién?
Tenten frunció el ceño hacia ella entrecerrando los ojos, podría ser ingenua a veces pero no se dejaría engañar, sabía exactamente quién la había rescatado de esos ninjas.
—Ok, lo entiendo no te mentiré aunque me dijo que lo hiciera para calmarte —la chica suspiró con cansancio cerrando los ojos— pero no lo sé, solo desaparece y la última vez que lo hizo no vino en más de 5 años.
—¿De qué estás hablando?, ¿qué es este lugar?, ¿dónde rayos estoy? —Tenten comenzaba desesperarse.
—Oye tienes que calmarte, toma el té, te prometo que nadie te hará daño aquí —la chica no mayor que ella parecía sincera pero Tenten no podía dejarse llevar por cualquier desconocido con una taza de té en la mano, buscó la puerta más cercana y salió por ella ignorando la protesta de la chica.
Recorrió el pasillo de aquella pequeña casa y cuando salió al exterior se quedó sin palabras por el hermoso paisaje que la rodeaba.
El color del agua parecían sacada de una pintura en la imaginación de un artista pintada de un vivo azul turquesa, el cielo continuaba algo nublado pero no llovía, el color verde adornaba el alrededor formando una clase de cúpula protegida en donde Tenten se encontraba, observó más casas iguales a la cual había salido y entonces vio a varios niños corriendo y jugando mientras otros más reían y comían con varios adultos como en cualquier aldea normal, la decoración de la fachada de las casa era antigua y combinaba con el humo que emanaba del vado de agua en el medio, observó las rocas volcánicas que se veían como una cascada que subía para formar otro vado y otro vado más como pequeñas albercas de agua en niveles creadas en la naturaleza.
—¿Puedes tomar ahora el té?, Hidan se molestará conmigo si sabe que te fuiste sin que arreglara tu dolor de cabeza —La chica de cabellos amielados se puso a su lado suspirando con cansancio— Oye no te juzgo por tener esa expresión, ya conozco los métodos sádicos de ese idiota pero en serio te prometo que no estás en peligro aquí.
—No lo entiendo... —Tenten le miró confundida y ella señaló volver a la casa y simplemente caminó a dentro la castaña la siguió.
—Bienvenida a la aldea escondida entre las rocas volcánicas, bueno lo que queda de ella —extendió la taza ya servida para Tenten y ella la tomó aun con una expresión confundida— y si, sé lo que estás pensando, "no se llama así", pero era el nombre original antes de volverse turístico, al menos la parte que lo es, este pequeño paraíso que ves es lo que queda por no comercializar a inversionistas que exploten el paisaje para su beneficio.
Tenten miró su té aun confundida, había leído el expediente de Hidan y lo poco que se sabía de él, mencionaba esa pequeña aldea pacífica y turística que ella conocía pero nada de lo que la chica hablaba.
—Y antes de que te lo preguntes la respuesta es no, ellos no pueden acceder aquí, nadie puede, Jashin nos protege —la chica tomó un sorbo de su té, fue entonces cuando Tenten levantó la mirada y notó en la palma de la mano de la chica un pentagrama aunque diferente color al suyo, la chica se dio cuenta de eso— también tienes uno, de otra forma él no te hubiera podido traer, esa cúpula de árboles que viste es especial, está hecha y rodeada de sellos que no permiten a nadie entrar en el, lo único que lograrán es perderse entre la vegetación, el sello de la bendición de Jashin permite que nosotros encontremos la aldea y solo nosotros si decidimos salir lo cual no ocurre seguido, ah y él también pero... él es una excepción a la regla, siempre lo es.
—Se supone que los mató a todos... —Tenten recordó lo escrito expediente de Hidan— su aldea natal... él hizo una masacre en el nombre de su Dios...
—Le encanta alardear de cosas que incluso no ha hecho, es un idiota arrogante de mierda sin remedio —La chica frunció el ceño y luego sonrió hacia ella— por cierto soy Nina, es un placer conocer a la chica que Jashin eligió en persona.
—¿Él te dijo eso?, espera ¿crees en Jashin? —Tenten tenía tantas preguntas y no podía organizar sus ideas.
—Por supuesto que si, es nuestro Dios y nos protege, si subes por la colina de la cascada encontrarás su templo.
—Pero... es un dios venerado con sacrificios, ¿cómo pueden creer en algo así de horrible a base de la muerte de personas inocentes?
Nina la miró de manera seria y dejó su taza de té a un lado mientras descubrió su pecho mostrando a Tenten cicatrices muy pronunciadas de quemaduras y aperturas de piel.
—Fui la única de mi familia que sobrevivió en esa época, lo que el país trata de ocultar es que cuando vendieron todo el territorio a inversionistas nos obligaron a volvernos sumisos al turismo, las pequeñas aldeas que se oponían eran considerados enemigos del estado, los rebeldes fueron aplacados y los ninjas como Hidan que nos defendían fueron despojados de todo tipo de derechos como simples personas y algunos como él que se resistieron al final fueron encerrados y... no me corresponde contarte esa parte el hecho de que yo la sepa no fue porque él me la dijera en persona —la chica bajó la mirada, y Tenten lo comprendió, lo más probable es que habían sido torturados, un castigo común para los declarados enemigos de estado— mujeres y niñas como yo que al final cedieron sin otra alternativa fuimos llevadas a casas de placer para turistas de mucho dinero, no sé exactamente lo que le sucedió pero cuando Hidan apareció de nuevo y encontró a las pocas personas que quedábamos de su pueblo natal masacró a todos quemó el lugar a cenizas y nos sacó de ahí —volvió a taparse el pecho acomodándose su ropa— supongo que fue entonces cuando se ganó esa fama de la que hablas y él no hizo nada por evitar que terminara, solo la alimentó, Jashin ya era nuestro dios antes de que todo pasara, él mismo decidió que de un dios benevolente se volvería uno sádico ocupando a Hidan como herramienta para su voluntad dándole la inmortalidad y a nosotros un lugar bendito y oculto de nuestros agresores dándonos la vida de paz que hasta el momento le agradecemos devotamente sin hacerle daño a nadie más —La chica se levantó y le sonrió ligeramente de manera amable y a la vez triste— así que si, creemos en ese dios sádico que para salvarnos a sus adeptos más creyentes tuvo que dejar su posición en el cielo sólo para desatar un infierno por un momento a los que nos hicieron esto —salió por la puerta mientras decía lo último— descansa, necesitas hacerlo, pronto te traeré algo de comer, te gustará la fruta que crece aquí, es refrescante.
Tenten la observó irse en silencio, miró su taza de té y en ese momento se preguntó dónde estaría Hidan.
Cuando salió de la casa miró la colina de aquella cascada y la respuesta vino a ella.
Al ver el templo maltratado y comido por la vegetación Tenten sintió un pequeño escalofrío antes de avanzar por la entrada y subir las escaleras, aquel sentimiento era igual al de su sueño, salvo que en vez de encontrar el templo vacío Hidan permanecía hincado frente a un altar y una estatua que Tenten supo de inmediato que se trataba de Jashin, una estatua que sostenía lo que parecían monedas en una mano y una espada en la otra.
Hidan volteo de reojo al sentir la presencia casi de inmediato y se levantó caminando hacia ella hasta quedar frente a frente.
Tenten lo miraba con seriedad y de repente frunció el ceño cuando él le sonrió.
Antes de que pudiera hablar Tenten levantó la mano y le dio un golpe en la mejilla con su mano sana, la cara de él quedó volteada y sorprendida, cuando la miró de nuevo fue con molestia, de nuevo Tenten se dispuso a darle otro golpe pero él atrapó la mano en el aire tomándola por la muñeca.
—Eres un imbécil, ¿por qué me trajiste aquí?
Sintió que él apretó más su muñeca casi haciéndole daño antes de responderle.
—Porque de repente todo el puto y miserable mundo decidió que yo tenía una debilidad —él habló con arrogancia en su voz y luego sonrio— y yo no tengo debilidades.
Dejó ir su muñeca y acortó la distancia entre ellos, Tenten no lo impidió.
—Nina me contó parte de la historia de esta aldea, pero eso no te redime de haber matado a personas inocentes —Tenten frunció el ceño— ni de tratar de destruir Konoha.
—Que bien porque no buscaba para nada hacerlo, esa maldita mocosa siempre abre la boca de más —le sonrió de lado— por otro lado... puedo ver perfectamente en tu mirada que dejaste de tenerme miedo —levantó la mano hacia su mejilla y acarició con sus nudillos suavemente— eso también me complace gratamente.
Tenten dio la vuelta para irse pero él tomó su brazo y la detuvo, empujó su cuerpo a uno de los pilares centrales del templo y lo aprisionó, ella trató de liberarse pero cuando él tomó su barbilla levantando la mirada castaña hacia él ella se quedó quieta.
—Este templo abandonado ya no es visitado por nadie, no debiste venir a buscarme, nadie te escuchará si pides ayuda —Tenten lo vio acercarse tanto a ella que se quedó atenta a los ojos color púrpura que brillaban en la oscuridad entrecerrados— los peores pecados que son cometidos en lugares santos como este... se disfrutan más.
Retuvo su barbilla solo hasta que juntó la boca con la de Tenten y aunque ella se resistió al principio, sintió una extraña sensación sedante en todo su cuerpo junto con el sabor embriagante de los labios de Hidan moviéndose sin nada de tacto, hambrientos de ella.
Sintió las mejillas arder y algo en su mente supo de inmediato que algo no andaba bien, su cuerpo estaba haciendo cosas por su propia voluntad dejándose llevar, estaba reaccionando a las manos que recorrían su espalda con el toque apasionado de un amante sintiéndose bien al hacerlo aunque su mente gritara una advertencia de que se alejara de golpe, su vista estaba nublada, cuando Hidan rompió el beso ella lo vio sonreír sin separarse bajó la cabeza por el cuello de la chica y besó el espacio entre sus hombros y después fue llegando más abajo a su pecho y se detuvo tan rápido que Tenten casi protestó, levantó la mirada hacia ella y entonces fue cuando se arrodilló tomando su mano y besando sus nudillos.
En realidad quién debería de estar de rodillas ante ti debería ser yo...
Tenten recordó perfectamente las palabras de él en su mente mientras veía los ojos de él fijos en ella, brillosos con una clase de deseo en ellos.
—Sé mía —pronunció con el rostro serio hacia ella, se escuchó más como una declaración que una petición.
Fue entonces cuando Tenten sin saber bien el porqué tomó el rostro de él entre sus manos, lentamente se arrodilló a su altura y cuando él se abrazó de su pecho hundiendo su rostro en él recargándola en el mismo pilar de antes, Tenten sintió que su corazón latía tan rápido y le dio mucho miedo corresponder porque sabía exactamente lo peligroso que era hacerlo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top