Visita 4

Tenten levantó su mano y el collar quedó dando vueltas en el aire mientras veía el pentagrama, con su mano libre atrapó suavemente el símbolo y la sensación del frío metal se sintió en sus dedos.

Finalmente guardó el collar en su bolsillo y salió del salón de evidencia del departamento de investigación rumbo a la cárcel.

No pudo dormir, el peso de tener a salvo a su aldea caía sobre sus hombros y pesaba, seguía preguntándose ¿que podía hacer ella en realidad?, Hidan se negaba a hablar y Tenten tenía que descubrir lo que planeaba para detenerlo, se quedaba sin tiempo.

Recorrió el oscuro pasillo y quedó de nuevo frente a la celda del criminal como ya era costumbre  todos los días, se sentó y esta vez no traía su carpeta de apuntes con ella.

De nuevo y ya acostumbrada a ella sintió aquella mirada desde la oscuridad que notó su presencia desde el primer momento.

—Estuve considerando lo que dijiste... quisiera saber más de ello —Tenten apretó los labios antes de continuar pero sonrió ligeramente fingiendo interés— sobre poder ser inmortal.

El silencio de Hidan puso nerviosa a Tenten, engañarlo tal vez no era lo mejor pero si así tenía acceso a lo que fuera de parte de él,  ella lo intentaría.

—¿y bien?, ¿no me dirás nada? —Tenten habló fingiendo indignarse ante el silencio del asesino.

Bajó la mirada y al ver sus manos otra idea se le ocurrió.

—Cuando estaba en esa etapa en la que no quería nada acerca de la que te conté... yo lo pensé... pensé en lastimarme para sentir algo... lo que fuera estaría bien, el filo de mis armas siempre me había acompañado toda mi vida y la curiosidad de que se sentirían en mi piel también —la vergüenza hizo que cerrará los ojos y una mano cubriera a la otra— solo lo hice una vez y me sentí bien en realidad, fue... —se detuvo antes de mencionar lo siguiente, estaba sentenciado la parte más vulnerable de ella a merced de un criminal— liberador... Neji lo notó al día siguiente, que las heridas en mis manos y hombros no eran simples accidentes... me hizo prometer no volverlo a hacer y me mantuvo vigilada meses antes de la guerra, después de que él murió en ella yo planeaba romper mi promesa y volverlo a intentar pero por alguna razón sentía que nunca me perdonaría si la rompía, lo sentía observándome siempre... quería creer que seguía cuidándome  para confortarme a mi misma por haberlo perdido.

—Los muertos no pueden cuidar de nadie, es mejor una compañía en vida para hacer promesas y luego tener el placer de romperlas —él se levantó del suelo y se acercó a los barrotes para verla de cerca, sonrió provocativo antes de hablar de nuevo— si necesitas protección con gusto yo siempre cuidaría muy bien de ti, al mismo tiempo que descubrimos juntos tu verdadero límite para el dolor.

Tenten apretó los labios nerviosa y avergonzada sin devolverle la mirada, pasó su mano hacia el bolsillo de su pantalón, sacó el collar y lo sostuvo colgando de una mano para mostrárselo.

—Esto es tuyo —afirmó con una ligera sonrisa observando el rostro serio de Hidan— puedo asegurar por experiencia que es un trabajo artesanal, mencionaste que trabajaste con un herrero así que... lo hiciste tu mismo,  ¿verdad?

Él solo asintió levemente afirmándolo.

—¿Qué significa? —Tenten atrapó el símbolo con una mano y mirándolo con curiosidad— es la primera vez que veo algo así.

—Entregármelo y te lo diré —Tenten se levantó y estiró el collar a través de los barrotes pero Hidan no lo tomó— nada de eso, entra.

La expresión de sorpresa de la chica hizo él sonriera con diversión, se apartó de los barrotes para colocarse en el centro de la celda y esperó.

Tenten no pudo ocultar su nerviosismo de él, miró la cerradura de la celda y el sello especial hecho de inhibidores de chakra que combinados con las cadenas que lo ataban en su libertad le impedía a él salir pero no a ella entrar ni tampoco volver a salir.

—Soy un hombre de palabra, dije que te protegería hace unos momentos, no te haré daño —habló con seguridad tratando de convencerla después de ver su mirada de indecisión puesta en la cerradura.

Ella sabía lo estúpido que era confiar en él, pero aún así avanzó y abrió la cerradura para entrar y la cerró detrás de ella.

Con la meta puesta en obtener información valiosa se acercó a él.

Frente a frente Tenten se sintió intimidada pero se mantuvo firme por el bien de su aldea.

Extendió la mano abriéndola entregándole el collar pero el negó con la cabeza y apuntó a su pecho aún sonriendo entretenido, inclinó ligeramente la cabeza hacia ella, quería que le pusiera el collar.

Tenten tomó el collar en sus manos y extendió la cadena acercándose a él, tan cerca de lo que ella nunca pensó que estaría desde que lo conoció, él levantó la mirada mientras sus rostros estaban a centímetros de tocarse, los labios de Tenten temblaron junto con sus manos.

—Tiemblas —habló él al momento en que Tenten puso el collar sobre su cuerpo y rápidamente se dispuso a separarse de la distancia tan íntima— ¿Tienes miedo?

—Ayer hablaste de asesinarme, sería una tonta si no lo tuviera —aunque todas las alarmas de su cuerpo decían que saliera de ahí de inmediato no hizo caso— dime su significado.

—La protección divina de Jashin —él tocó el collar ya en su cuello— su mandato divino a través de su símbolo de maldición a los que no creen en él con fervor.

—Dirás las personas que matas.

—Los cuales tienen el honor de ser guiados por el mismo Jashin en persona en camino a una eternidad de dolor que los liberará —sonrió complacido, Tenten no notó cuando él se acercó tan rápido que apenas reaccionó, las palabras se escucharon cerca de su oído izquierdo en un susurro— puedo mostrártelo... puedo ponerte bajo su protección divina como agradecimiento de haberme traído este collar.

Se separó de ella pero aun seguía lo suficientemente cerca para rozar su piel por accidente con la de ella si quisiera.

Extendió su mano hacia ella.

—Dame tu mano.

Fue el tono de orden de su voz lo que a Tenten le hizo alarmarse aun más, sin embargo le dio la mano en espera de algo que la llevara a descubrir más sobre el símbolo que rodeaba la aldea en esos momentos.

—Buena chica —complacido por verla obedecer sin protestar apretó ligeramente la mano de Tenten y la volteo para quedar al descubierto su palma, con la otra mano libre que se llevó a la boca el mordió su pulgar y un hilo de sangre salió, de inmediato lo dirigió hacia la palma de ella y trazó el mismo pentagrama que su collar.

Y así, tan rápido como había empezado le soltó la mano.

—Ya no necesitas rogar y esperar nada de un muerto nunca más, todo lo que necesitas me aseguraré de que lo tengas, sé exactamente lo que es, lo demás lo destruiré por completo.

—Estás hablando de Konoha —Tenten frunció el ceño de inmediato, su paciencia había terminado, necesitaba ser más directa con él— ¿Qué estás esperando aquí encerrado?, ¿Qué vas a hacerle a la aldea?

—Lo sabrás pronto —sonrió con astucia y dio un paso más cerca de ella— siempre con preguntas tan irritantes e innecesarias, aquí está frente a mi la chica con carácter al fin, no una sumisa y complaciente kunoichi siguiendo órdenes como en el inicio de esta conversación.

—¿Por qué el símbolo con huesos al rededor de la aldea?, es decir ¿cómo? ... tú estás aquí... —mencionó frustrada apretó los puños— este es mi hogar no voy a permitir que le hagas nada a estas personas.

—¿Y qué estarías dispuesta a hacer para impedirlo?

—Todo lo que esté a mi alcance —respondió sin pensarlo dos veces.

Él río acercándose más a ella, Tenten no se dejó intimidar como en el principio, sostuvo la mirada con decisión.

—Pídemelo de rodillas y con lágrimas en tus ojos, y tal vez lo considere.

Tenten permaneció de pie y quieta sosteniéndole la mirada.

—Vete a la mierda —se enojó lo suficiente para dar la vuelta y proponerse a salir de la celda, pero no contó con las frías cadenas rodeándola mientras las manos de Hidan la abrazaron por detrás impidiendo que se diera otro paso más, se quedó totalmente quieta por el contacto que se sentía en extremo posesivo.

—En realidad quién debería de estar de rodillas ante ti debería de ser yo —le susurró a un costado de su oído derecho— adorándote, apuesto a que eso lo disfrutarías tanto como yo el tenerte solo para mi, y sin estar en el plan original justo ahora he decidido que a lo único que le daré salvación de las cenizas de ese infierno que desataré pronto... es a ti.

La dejó ir de la prisión del abrazo y Tenten no volteo para ver su sonrisa divertida cuando por fin salió de la celda y después se fue aún sin mirarlo.
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—Parece que tenemos algo que quiere —Ibiki Morino miraba con atención la cámara de seguridad de la celda 66, el como aquella chica había entrado y salido de a la celda del asesino y él no había aprovechado para hacerle nada al final— que irónico resultó todo esto, al final tiene debilidades como cualquiera de nosotros hacia las mujeres. 

—No será difícil hacerlo hablar entonces, le comentaré a Tenten lo que tienes en mente.

—No —Ibiki sonrió confiado— tiene que verse lo más real posible, la señorita Tenten no sabrá actuar de manera convincente si sabe que en realidad no le haremos daño créame tengo experiencia en esto yo mismo me encargaré de todo, tendré un equipo médico en la habitación de al lado, es por el bien de la aldea, ella debe entenderlo.

Shikamaru volteo a ver de nuevo los monitores de vigilancia viendo a Hidan sentado en la oscuridad aún sonriendo desde que Tenten se había ido mirando el collar con su símbolo religioso.

—Bien, lo apruebo —aceptó el maestro de sombras— haz lo que tengas que hacer, se nos acaba el tiempo.

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