/94/ El espíritu del Espejo
El grupo corría por el bosque de troncos enormes, acelerando el paso y alejándose cada vez más del par de mujeres que pronto chocaron armas. La energía espiritual se dispersa en hondas. Dos fuerzas singulares chocando entre sí buscando prevalecer sobre la otra.
Sasuke se mordió el labio inferior a medida que se alejaban, tratando de no caer en desesperación.
Confía en ella.
Confía en ella.
Confía en ella.
Se repitió este mantra una y otra vez, intentando no volverse loco de la angustia. Separarse de Sakura dolió físicamente, y su mente le suministró amablemente que no era saludable sentirse así.
No ayudó en nada sus acompañantes.
—Sasuke ¿de verdad no ayudaremos a la señorita Sakura? ¡Luchará contra una diosa! —exclamó nervioso Shikadai.
El aludido se mordió el labio inferior con insistencia. No miró a nadie más, desde atrás lo único que obtuvieron era su silencio.
Lo que en realidad quería gritar esta esto:
"Estoy angustiado, lleno de terror que al regresar me encuentre que ella fue herida. O peor aún, reducida a una llama fantasmal. ¿Y si esa mujer la lastima gravemente? O peor aún ¿utiliza su divinidad contra su estado de fantasma? Maldición, no lo sé ¡ya no preguntes más!".
Lo peor de todo es que desconoce muchas reglas entre los otros dos Reinos. Tanto del Cielo como el Fantasmal. Sakura apenas habla de ello, y no porqué se lo oculte, en realidad, él no ha preguntado muy a fondo. Se ha concentrado en disfrutar de su compañía en medio de esta guerra que no hizo más que desgastarlo mentalmente.
Las voces detrás de él son persistentes. Tenten y Shikadai están preocupados por Sakura, Karin y Neji rebatieron que no era prudente volver. Al tener la posibilidad de darle un vistazo al estado de Sakura están seguros que la mantendrá ocupada mientras ellos completan la otra parte del plan. Naruto y Gaara están en silencio, pero puede escuchar murmurar a su mejor amigo que, aunque se caiga el Cielo Sakura no desaparecerá, a sus palabras "es una loca persistente".
Quiere creerlo. Joder.
La angustia creció a cada paso que se alejaba, y proporcionalmente, las voces de Tenten y Shikadai.
—¡Sasuke, regresaré a ayudarla!
—¡No lo harás! —le gritó de vuelta por fin acallándolos por fin. Él pocas veces grita con tanto ahínco. Quedaron pasmados del asombro—. Si alguno de nosotros regresa Sakura tendrá que protegernos y luchar al mismo tiempo.
Tenten balbuceó: —Pero los dioses no...
—¿No lastiman humanos? —le interrumpió Sasuke con voz trémula—. Ninguna regla es definitiva.
Nadie lo contradijo. Sasuke no se lamentó por exaltarse y se obligó a reprimir sus emociones abrasantes, concentrándose en la misión por adelante. Avanzó con rapidez y agilidad encontrándose con el primer obstáculo verdadero. Un puñado de monstruos gruñendo y secretando saliva tóxica se acerca peligrosamente.
Aquí yacen las criaturas con las que no se toparon antes debido a la presencia de Haruno.
Apretando los dientes desenvainó la espada provisional que Tenten les dio a cada quien. Su atributo fue ventajoso. Contar con armas no-espirituales, pero igual de resistentes a gran escala les ayudará a despejar el obstáculo. Sasuke se abalanzó contra el primer monstruo, atravesándole la cabeza de un tajo.
La hoja de la espada se derritió al contacto. Se deshizo de la empuñadura y estiró la mano por inercia al detectar el destello de un arma arrojada a su dirección. A tiempo recibió la segunda espada y se giró arremetiendo otro engendro, utilizando pequeños campos de protección en los momentos justos y atacando en otros.
A su alrededor los demás lidiaban con sus propios oponentes. Desde arriba Tenten les apoyaba arrojándoles las armas una vez que alguien pedía una o ella se percataba antes que la necesitaban. Eran un grupo habilidoso en términos de energía espiritual y coordinación, completándose entre sí. A quien le falta velocidad se recompensa con fuerza o agilidad. Trajeron a flote las singularidades de las cacerías nocturnas en las que participaban hace años, una que hablaba de contribución y cierta confianza.
Gracias a ello pudieron superar los obstáculos.
"Maestro, estamos cerca" le dijo Kusanagi desde su lazo mental.
Sasuke pateó el cuerpo de un demonio decapitado y se adentró a través de las lianas colgantes. La boca de una cueva lo recibió y la oscuridad se ciñó trayendo consigo un profundo y desconcertante silencio irrumpido por los pasos que lo siguieron.
—Es por aquí —avisó a quién sea que lo siguió y su voz hizo eco entre las paredes, confirmando que hay un túnel frente a ellos.
—¿Muy seguro? —inquirió Gaara. La oscuridad era tan densa que no logró distinguir su silueta.
—Hm.
—Tks. No veo nada.
De pronto unas llamas alumbraron. Al fijarse, Sasuke notó que Gaara extendió la mano y de la palma brotaba fuego. Con esa fuente de iluminación, Sasuke viró el rostro tratando de encontrar la continuidad de la cueva, casi tropieza al toparse con una estatua.
Retrocedió unos pasos elevando la vista desde los pies hasta el rostro de una mujer. No dudaba que en su mejor momento la estatua reflejo una imagen de gloria y grandeza, si algo decía las túnicas de aspecto lujoso y la representación del sol que sostenía en sus delgadas manos. Ni siquiera tuvo que acercarse a la placa deducir a quién pertenecía la estatua.
No se molestó en dar un vistazo. Apartó la vista con brusquedad. En cambio, Gaara se agachó limpiando la placa llena de hiedras a los pies de la estatua.
—Amaterasu, diosa del Sol. Amable y compasiva. —Ante esto último, Sasuke no pudo evitar bufar. Lo que vio allá atrás no fue precisamente una imagen amable y compasiva, todo lo contrario. Inclusive Gaara no pudo evitar comentar con ironía: —Me pregunto si quienes tallaron esta estatua la conocieron en realidad.
Obviamente se refería por el espectáculo que les dio antes. Con toda honestidad la visión de los Cielos cambió abruptamente desde que conoció a Su Alteza, no para mal, por supuesto. Xie Lian, sabio y amable, le compartió su visión sobre los Cielos. Y no es que Sasuke carezca de opinión propia, concedió el beneficio de la duda y esperaba nunca verificarlo de primera mano.
Y con lo sucedido allá atrás con Amaterasu le trajo un sabor amargo e irritación. Sea dios, fantasma, demonio o humano, nunca le agradó la persona que agrede a su prometida.
Amaterasu no fue la excepción.
La imagen de los Cielos poco a poco cobra sentido.
—Dudo mucho que obtengas respuestas —alegó Sasuke señalando el moho en la superficie de la estatua, las hiedras y suciedad—. Por el aspecto descuidado es seguro que este lugar fue un santuario olvidado por demasiados años.
—¿Quién en su sano juicio hace un santuario aquí? Independientemente del dios que veneren.
—Alguien muy desesperado para rezarle a esta diosa.
—Se ganó tu odio ¿eh?
—El más venenoso.
Gaara se incorporó al mismo tiempo, el resto del grupo les dio alcance. Shikadai y Karin imitaron la acción de Gaara. Al percatarse de la estatua, le dieron una mirada complicada. Se abstuvieron de comentar.
—Avanzaremos, estén alertas.
Asintieron al unísono ante sus palabras y Sasuke lideró el grupo. Anduvieron a través de un túnel cada vez más estrecho, húmedo y asfixiante. El fuego se extinguió, pero no hubo necesidad de alarmase. Pronto hallaron piedras incrustada por todos lados, brillantes qué emitían luz propia. Si había luz por aquí el camino continúa entre senderos torcidos y viscosidad de dudosa procedencia.
Los guio a través de una fisura reducida en la que apenas los hombres de hombros anchos cabían. Shikadai fue el único que se mofó ante los demás, al ser más joven que ellos su complexión delgada le permitió pasar sin dificultad.
Shikadai se adelantó con precaución, detrás de él Sasuke apenas logró ingresar soltando un suspiro aliviado. Creyó que nunca pasaría por más tirones que diera y ni hablar de agrandar el espacio, la trayectoria del túnel fue en picada seguramente adentrándose a unos metros debajo del suelo. Cualquier movimiento debía ser fríamente calculado, no querrán quedarse atrapados en un derrumbe.
—¡Hay algo aquí abajo, apresúrense!
Uchiha se apresuró ante el llamado. El entorno a su alrededor cambió tras adentrarse a un espacio ancho y ventilado. Los cristales brillantes cuelgan del techo en puntas filosas qué apuntan al suelo justo sobre una plataforma circular fabricada por del mismo cristal brillante. Pequeños cráteres, agujeros, fisuras y huecos se aprecian en la superficie hasta el suelo rocoso.
"Hay unos kanjis en el suelo, es para activar la matriz con el tótem que le di" dijo Kusanagi "Cuatro Cazadores deben ponerse en los cuatros puntos y el Maestro en la plataforma. Luego harán los siguiente...".
Se apresuraron a acatar las indicaciones. Cada segundo vale. Neji se colocó en el norte, Karin en el sur, Shikadai en el este y Tenten en el oeste. Gaara y Naruto se apartaron vigilando los alrededores. Sasuke se subió a la plataforma y extrajo una bolsita dimensional sacando el tótem con kanjis relucientes y lo colocó en el pedestal vacío y reluciente. El objeto levitó por sí solo.
Retrocedió unos pasos. Contando hasta tres en su mente mientras estiraba la mano cortada, y exclamó: —¡Ahora!
Al mismo tiempo, los Cazadores apoyaron al unísono sus manos cortadas al suelo, justo en los círculos formados frente a sus pies. Los trazos desgastados brillaron a rojo carmesí tras succionar una gota de sangre. Otra luz emergió desde el contorno de la plataforma, el pedestal se agrietó y el tótem tembló. Nadie apartó la vista a pesar de la incertidumbre a lo desconocido.
Los cristales de la superficie del pedestal cobraron vida, envolviendo el tótem, dejando a más de uno tenso sin saber qué ocurriría. Kusanagi estaba en silencio y Sasuke únicamente pudo confiar que este suceso era normal. La luz de la plataforma se avivó y los cristales que rodeaban al espejo se agrietaron a una velocidad impresionante.
¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK!
¡Los cristales se desmoronaron como la carcasa de un frágil huevo, revelando la otra mitad Espejo de la Verdad! Seguido de este descubrimiento, otro conjunto de cristales se alzó frente al pedestal sin ninguna forma en particular, cubriéndoles de la vista del espejo. No tomó mucha altura antes de pasar el mismo proceso y el cristal se hiciera añicos.
Los pedazos cayeron con tanta lentitud revelando parcialmente la mitad del cuerpo de una chica. No tan alta y de apariencia juvenil. Apenas se lograba verle parte del rostro, mano y pie derecho, los cristales la cubrían en algunas partes y otras caían como carcasa de huevo vacía.
Sin embargo, lo indistinto de su aspecto es el único ojo visible de un color azul intenso que profesaba una su mirada tan profunda como el mar, y vacía como el abismo.
El ojo del espectro se enfocó en la persona frente suyo. Intentando parecer lo menos autoritario posible, Sasuke relajó un poco los hombros e inclinó la cabeza en saludo. Incluso antes de presentarse, la chica se adelantó.
—Eres la quinta persona que logra invocarme, pero no es motivo de celebración. Si buscas usar mi poder deberás ganarte la oportunidad. —Su voz, monótona y fría, sonó tan triste a oídos de los Cazadores.
El azabache la contempló en silencio por unos escasos segundos, digiriendo las palabras. Por la periferia notó al grupo reunirse a sus espaldas, esperando, al igual que el espectro, una respuesta.
—¿Qué debo hacer para tener tu favor, Kana? —inquirió él poco después.
El espectro, Kana, lo miró sin emoción en su orbe sin brillo (y si se impresionó escuchar su verdadero nombre, no lo demostró). Los cristales emitían crujidos de vez en cuando a pesar de mantenerse inmóvil, ni siquiera pareció pestañar hasta un minuto después.
—Es sencillo, ofrece un trato que valga la pena aceptar.
¿Un trato? Sasuke arrugó el ceño, pensativo. Kusanagi les advirtió que la personalidad de Kana es difícil y poco complaciente. No creyó que atacara con esa exigencia, sin lugar a dudas los espíritus de las reliquias son singulares, y esto sin contar que no ha conocido al espíritu del Orbe.
Guardó silencio unos breve segundos, dándole vueltas a la pregunta ¿qué busca un espíritu como Kana? No le quitó los ojos de encima, devolviéndole la mirada a pesar que la chica no pestañó nunca. Un cuerpo rodeado por cristales agrietados en la que apenas se logra apreciar su apariencia, el espejo levitando en el pedestal.
"Son espíritus encerrados forzosamente en objetos".
Obtuvo su respuesta.
—Libertad.
Una sola palabra que atrajo la atención de Kana, parpadeando por primera vez desde que emergió. Silencio sepulcral, en la que todos contenían la respiración en espera a que cualquiera de los dos siguiera hablando.
Kana entrecerró su ojo.
—¿Libertad? —había un tono cansino y curioso al mismo tiempo—. Tu concepto de libertad puede diferir con el mío. Sé más específico.
Sasuke dijo: —Si nos ayudas, te ayudaremos a escapar de Amaterasu. Sé qué te forzó a esto. —La señaló por completo.
—¿Cómo tú...? —Se interrumpió, reformulando la pregunta—. Parece que te informaste muy bien. He de admitir que eres el primero de proponerme un trato absurdo. Sólo porqué trajiste un tótem interesante los dejaré vivir. No hay trato, márchense.
—Pero...
El ojo de Kana se enfocó en Tenten quién dejó escapar parte de su angustia en una sola palabra. Sasuke no la culpó. Su plan de victoria depende enteramente del obtener el Espejo de la Verdad, sin el objeto, regresarán con las manos vacías y la incertidumbre de la guerra aumentará. Hay una presión conjunta. En el campo de batalla se libran peleas, atrasando un momento que puede o no ser inevitable con este as bajo la manga.
Sin embargo, parece que todo apunta al fracaso.
—Si tienes alguna queja, te invito a intentar robarme.
—Nadie se acerque. —Les advirtió Sasuke dando la media vuelta, negando con la cabeza—. No vinimos aquí a luchar con ella.
—Sasuke...
—El espíritu es más fuerte de lo que aparenta ¿ven esas marcas? —habló Neji señalando las fisuras y agujeros alrededor del lugar—. Son indicios de lucha, pero no hay restos humanos. Y la salida es tan estrecha que un escape rápido es prácticamente imposible.
Tenten y Shikadai se estremecieron, analizando el panorama en general al igual que el resto. Por su lado, Sasuke había previsto tal escenario, Kusanagi se lo advirtió de antemano.
"Kana es un espíritu desconfiado. Por eso mismo no debe decirle a la ligera que estoy con usted o que sabe la ubicación del Orbe, o creerá que nos tiene cautivos y desatará una afrenta para asesinarlo. Cuando activa su habilidad buscando absorber almas, no habrá nada en el mundo que la detenga a menos que ella lo desee. Con la mitad basta para tragarlos. Nunca permita que la active o todos estarán muertos".
El mundo es un lugar extenso, y Sasuke se da cuenta que es un punto en el universo, en este mismo plano, existe un espíritu que, si bien no es fuerte físicamente, su habilidad dimensional es capaz de arrojar el alma en la oscuridad infinita los deja en total desventaja. Lo que es igual a una muerte segura.
También siente la decepción, pero no hay nada más por hacer. Si insisten corren el riesgo de hacerla enojar y precipitarse al escenario que buscan evitar. Desde el principio sabía que las posibilidades eran 50/50. Algunos tuvieron más esperanzas que otros, y Sasuke debe hacerlos aterrizar ahora.
—Regresemos rápido. Entre más tardemos se prolongará la batalla allá arriba.
Ni bien bajó de la plataforma un temblor sacudió la tierra provocando que más de uno tuviera problemas en mantener el equilibrio. Karin y Neji cayeron de espaldas tras tropezar con algunos cristales, Gaara y Tenten acudieron a su ayuda. Shikadai cayó en los brazos de Naruto que, con una expresión casi cómica, lo sostuvo a cuestas.
Sasuke mantuvo parcial equilibrio, trastabillando. Alzó el rostro, obviamente lo recibió los cristales flotantes y los peligrosos picos chocando entre sí tintineando amenazando con desprenderse. Aguantaron por un segundo la respiración, pero no se desprendieron. Al culminar el temblor, se estableció una calma engañosa.
—¿¡Qué está sucediendo allá afuera!? —casi gritó Tenten tirando de Neji para incorporarlo. Apenas lograron ponerse sobre sus dos pies, y otro temblor agitó la cueva. Esta vez algunos cristales se desprendieron, tuvieron que rodar, esquivar y alejarse de los potenciales peligros.
Entre el desastre que se avecinaba, Sasuke notó uno de los enormes cristales desprenderse sobre Kana amenazando con lastimarla. Rápidamente puso una barrera sobre ella, el cristal se desvió a espaldas del pedestal. La enorme lanza impactó creando su propio pequeño temblor, opacado por las sacudidas del exterior. No se detuvo a contemplar nada más, la angustia surgió como una inesperada amiga.
¿Sakura está bien?
¿Y si resultó herida?
¿Ella...?
¡No!
Se sacudió furiosamente la cabeza.
No, debía confiar en su prometida.
Los temblores cesaron. Uchiha se encaminó a los demás sin perder más tiempo.
—Regresemos cuanto antes. Mientras sigamos aquí, Sakura luchará para detener a Amaterasu.
—¡Si no fuera una situación extrema halagaría el hecho de que la señorita Sakura luche contra una diosa! —alabó en ciernes Shikadai siendo el primero en correr a la fisura.
Le gustaría compartir el mismo sentimiento, pero ahora mismo Sasuke está intentando por todos los medios no caer en la desesperación. Sabe que es irracional, es un pensamiento que se obligó a apartar y lo empujó, más y más por el bien de su misión. Fracasaron, y por eso regresó con intensidad esa angustia.
Sabe que Sakura es fuerte. Ahora es un fantasma rango Calamidad y a pesar de ser la más "débil" (palabras de ella) son pocas cosas que pueden lastimarla.
—Esperen.
La voz de Kana detuvo en seco al grupo. Siendo uno de los último, Sasuke lanzó una mirada sobre el hombro, detrás de él Gaara ya se había virado por completo a la plataforma. El espíritu seguía ahí, tal como se presentó en todo el encuentro con la diferencia que ese mismo ojo que carente de vida repentinamente obtuvo una chispa de algo desconocido.
—Aguarden... —repitió como si no tuviese todas las miradas sobre ella—. Estos temblores ¿son ocasionados por alguien que está luchando contra Amaterasu?
—¡Sí! —se apresuró a decir Shikadai regresando de la fisura, casi adelantándose a todos, pero Gaara lo detuvo con un gesto—. La señorita Sakura es muy poderosa.
En cualquier otra circunstancia ningún tipo de espíritu se alegraría que su maestro sufriera bajo manos ajenas, empero Kana es distinta. Recluida contra su voluntad en el espejo y quedarse encerrada en esta cueva, atendiendo a los que logran adentrarse bajo las narices de Amaterasu, desgastan a cualquiera.
No por nada le ofreció libertad, y Sasuke logró comprender parte de la actitud de Kana. Debió de preguntarse internamente sobre su capacidad mental de discernir y dimensionar la fuerza entre un humano y un dios.
Otro temblor los sacudió. El azabache se dividió entre la necesidad del deber y el querer.
—Apresúrense —murmuró Tenten cruzando la fisura.
Los demás la siguieron a prisas mientras que Sasuke se dio la vuelta por completo a Kana, quién nunca le quitó la vista de encima. Junto a él, Gaara y Naruto también contemplaron la visión de Kana retorcerse y algunos cristales caer entre grietas.
—Sakura, Sakura. Conozco ese nombre —admitió Kana parpadeando con fuerza, tratando de moverse—. ¿Es acaso la Bailarina Sangrienta de Ciudad Fantasma?
—¿Quién? ¿Bailarina Sangrienta? —inquirió Gaara desconcertado.
Siendo honesto, Sasuke no estaba lejos de la confusión, tratando de encontrarle sentido el título.
"Maestro, es uno de los títulos de la Matriarca" le ofreció Kusanagi mediante el lazo.
Ensanchó los ojos, impresionado.
Bailarina Sangrienta.
(Sin duda alguna, hay muchos datos que desconoce. Frenó su curiosidad a indagar con Kusanagi sobre ello, le preguntará a Sakura directamente).
—Sí, es ella —se encontró diciendo para desconcierto de los hombres junto a él, pero ante Kana pareció una bocanada de aire. Esa pupila carente de vida, repentinamente se llenó de algo que mueve a cualquier criatura.
Esperanza.
—La oferta de ayudarte a huir de Amaterasu es verdadera —prosiguió colocando la mano deliberadamente en el mango sobresaliente de Kusanagi. El ojo de Kana disparó una mirada ahí, y poco a poco se ensanchó con fuerza en reconocimiento, su cuerpo tembló de poco a poco—. Si accedes a ayudarnos, a cambio Sakura te ayudará a huir de Amaterasu.
Sakura estaba decepcionada por una razón en particular.
No fue un enfrentamiento entretenido.
—¡Ríndete! —exigió Amaterasu.
Esquivó con gracia la espada apuntada a su dirección, su juego de pies impecable burló en varias ocasiones las defensas del enemigo. No lo aprovechó, de lo contrario el enfrentamiento acabaría rápido.
Desde su periferia contempló de reojo la destrucción a su alrededor, principalmente ocasionada por Amaterasu. Diversos cráteres de distintos tamaños adornan el suelo, pocos árboles enormes siguen intactos y varias rocas se convirtieron en polvo. Sea como sea, es una diosa Marcial qué ascendió a los Cielos debido a su poder de lucha, es ilógico subestimar sus capacidades.
A lo que llega a esto: sería entretenido enfrentarla si tuviese luchando contra la verdadera Amaterasu. En cambio, un clon suyo es lo que ataca sin cesar. En otro escenario Sakura habría sido demasiado perezosa en jugar y mataría al clon una vez por todas, pero si toma ese rumbo le ocasionaría verdaderos problemas.
Por ahora basta con retenerla hasta que el grupo regrese de la cueva. Esperaba que Kusanagi los haya guiado por la ruta más segura, de lo contrario, se encontrarán con trampas desagradables.
Se concentró en esquivar, desviar ataques y contrarrestar estocadas sin atacar en lleno. Desde otro punto de vista daría la impresión de que este enfrentamiento es Sakura quién se encuentra en desventaja, no al revés.
—Veo que para lo único que eres buena es para huir de mis ataques —siseó Amaterasu deteniéndose un momento para mirarla con furia contenida—. No entiendo como fuiste capaz de asesinar a un dios.
¿Asesinar a quién? Oh. Aquel dios.
La sonrisa de Sakura se pronunció. Ahora entiende el enojo de Amaterasu hacia ella, no es que le afecte, pero es interesante.
Que recuerde aquel dios era uno menor adjunto al palacio de Amaterasu.
—Dejemos algo en claro: luchamos y gané. No hay ciencia.
—¡No cabe duda que utilizaste algún truco, de lo contrario, él no habría perdido!
—Me desafío un duelo. ¿Estuvo mal aceptar? Además, tu preciado Emperador estuvo de acuerdo con el resultado. —A cada palabra que salía de su boca, Amaterasu temblaba de ira—. Velo como un juicio silencioso ¿olvidas que ese sujeto se alió con un demonio y lastimó a personas inocentes?
Amaterasu se puso rígida.
Por supuesto. Las reglas del Cielo impedían lastimar a los humanos a menos que fuera en defensa propia. Y claramente los inocentes involucrados en la trata de personas no lastimaron a nadie. Fueron víctimas de deseos egoístas y llenos de ambición. No hay excusa válida que respalde tal infamia.
—Incluso yo tengo mejor conciencia y no lastimo niños —sentenció con una sonrisa escalofriante.
Amaterasu se erizó.
—¡No eres mejor que un dios! —gritó abalanzándose a Sakura.
—¡El ser un dios no te da derecho a aplastar la vida de una persona!
Se encontraron nuevamente a medio camino, esta vez Amaterasu liberó parte de su poder creyendo erróneamente que la presión espiritual afectaría a Sakura. Demostró que se equivocó. Haruno presionó con su energía espiritual a tal punto que Amaterasu retrocedió a trompicones, pero no se detuvo ahí.
Amaterasu se libró del ataque y se elevó de un salto, extendiendo su puño. Este fue envuelto en otra ráfaga y se precipitó a su oponente. El ataque no llegó a su objetivo, impactando directamente en el suelo creando otro cráter y provocando temblores.
Sakura retrocedió a tiempo continuando con su postura defensiva. Cruzó las espadas frente a ella amortiguando el siguiente ataque, las ondas de energía agitaron todo a su alrededor y ocurrió otro temblor.
Arrugó el ceño, esperaba que todos puedan salir sin verse afectados por los derrumbes.
Contuvo estos ataques durante otros movimientos más. Con gracia y resiliencia.
—Haruno, sé que intentas comprarles tiempo a tus compañeros —gruñó Amaterasu dando otra estocada, Sakura se deslizó fácilmente a otro costado—. Es un esfuerzo inútil, no hay nada en este mundo que Kana desee.
Una risa lánguida surgió de los labios rosados de Sakura, amargando a Amaterasu.
—Te equivocas, todos queremos algo. Y créeme, no conoces a Kana ni un poco. O, mejor dicho, no te molestaste en conocerla.
—La conozco lo suficiente, es mi arma espiritual.
—Porqué tu la forzaste a ello.
—Hablas olvidando tu culpa, ¡tú la encerraste en esta cueva a sufrir durante décadas!
No hubo ningún reproche. La fantasma guardó silencio admitiendo su participación.
En efecto, Sakura es la responsable de que Kana esté encerrada en esa cueva. Día con día, año tras año. Amaterasu la acusa bajo el lente del egoísmo, pero también por desesperación.
Kana yace bajo restricciones que son irrevocables a menos que la misma Kana quiera retirarlos. Es seguro que Amaterasu intentó de todo para deshacer el sello sin éxito, por ello mantuvo un clon merodeando en este lugar evitando que alguien robe su tesoro.
En pocas palabras Kana siempre tuvo la llave para ser libre, pero permaneció en esa cueva durante tantos años por voluntad propia. Prefiere vivir amarrada a encantos y restricciones que caer en las manos de Amaterasu.
Sakura aceptó su decisión y ocultó las otras dos reliquias después de ayudarla a atarse en la cueva insípida y alejada del mundo, mostrando respeto a su manera ante la decisión de Kana en sacrificarse por Kusanagi y el Orbe. Teniendo la atención de Amaterasu sobre ella, despistaría la ruta que Sakura siguió para esconder las otras reliquias.
Gracias a los esfuerzos conjuntos, Amaterasu no logró dar con Kusanagi y el Orbe.
A sabiendas de esto, no habría venido aquí si no creyera que el grupo tendría éxito en extraer a Kana.
Hablando de ellos, la voz de Kusanagi resonó repentinamente a través de la matriz de comunicación espiritual.
"Tenemos a Kana".
Sonrió para sí llevándose los dedos a la sien para contestar: "Perfecto. Los veo en la entrada".
Haruno no se alejó del siguiente golpe, derrapó hacia atrás con las espadas cruzadas al frente. Tras detenerse, elevó la vista mientras las espadas se retraían a los anillos y llevó una mano a la cintura dónde reposa la dizi.
Desde la distancia Amaterasu se colocó en guardia ante su cambio de acciones.
—Lamento no poder seguir jugando contigo, pero cumplimos con nuestro propósito —dijo deliberadamente alegre.
Los ojos dorados se ensancharon de par en par tras comprender el significado de sus palabras: —¡Imposible! Ellos...
—Te dije que lo conseguirían.
—¡No dejaré que se lleven a Kana! —gritó enfurecida Amaterasu preparándose para un ataque de mayor magnitud con la confianza rebosando en su rostro.
La misma emoción se reflejó en los ojos de Sakura al colocar la flauta entre sus labios, con las cejas arqueadas y una emoción penosa por la mujer que la desafía. Un mero clon no logrará jamás hacerle daño, y duda que la original también lo hiciera. Las personas que no son sabias ni prudentes tienden a subestimar al enemigo, y el hecho de que Sakura haya optado por una postura defensiva en lugar de ofensiva no quería decir que sea débil.
Todo lo contrario, y Amaterasu lo sabría pronto.
Tocó la primera nota y el cambio en el ambiente fue abrupto. El aire redirección y los cuervos agazapados en los árboles alzaron vuelo graznando tan fuerte, como un lamento tardío de la desesperación del herido. Zarcillos de energía resentida emergieron por todos lados, sacudiendo ligeramente la tierra bajo sus pies y trayendo miseria en sintonía con el sonido del dizi.
De la impresión Amaterasu alzó la vista, ensanchando los ojos ante la visión de la representación brumosa de energía resentida, negro y rojo fusionándose entre bruma que se dividía en siluetas que proferían gruñidos, gritos y lamentos a casi desgarrarse la garganta. Causaba escalofríos a cualquiera de corazón débil.
Sakura le dio un poco de crédito al ver que no retrocedió ni un paso.
Desde que pisó esta isla en específico sintió un torrente de energía resentida manifestándose. Decenas de voces entrelazándose, espíritus y fantasmas escondidos que le pedían unirse a su cuerpo y así cobrar venganza ¿sobre quién? Nada menos que la diosa que habita en estos bosques y fue la responsable de aniquilarlos en el último siglo. Un clon no tendría suficiente energía para purificar tanta cantidad excesiva de energía resentida, así que simplemente los ignoró.
Amaterasu nunca imaginó que sería utilizado en su contra.
Antes Sakura tendría problemas para lidiar con excesivas cantidades y este movimiento resultaría impensable. Ahora es diferente, su estado de Calamidad y su propia fuerza estabilizan todo el trabajo hecho en su estado de semidemonio. En el presente ningún espíritu debajo de su poder es capaz de poseerla, y está orgullosa de ello.
—¿Cómo es posible que controles la energía resentida? —Amaterasu apretó el mango de su espada, enderezando su postura.
Los fantasmas gruñían, lloraba y gemían entre lamentos, agitándose cada vez más. Sakura se ergio entre la multitud sosteniendo la flauta en una mano y con la otra saludando, en otro contexto, sería un gesto dulce. Pero esa sonrisa falsa y llena de ruina decía lo contrario: —Te presentó a los habitantes de esta isla, han estado esperando la oportunidad para devolverte favores.
Se rio encantada ante el rostro arrugado de Amaterasu cuando apuntó el arma a la horda de fantasmas y espíritus que emergían por todas partes. No es extremista decir que llamó a todas las energías resentidas que esta isla guardaba emergieron ante su llamado.
—Tú... ¿Qué eres en realidad?
—Alguien a quién no convenía desafiar.
Con esta sentencia Sakura tocó otra melodía escalofriante y retorcida. Los fantasmas gritaron y se precipitaron al clon.
No se molestó en mirar. Dándose golpecitos en el hombro con la flauta se dirigió a reunirse con los demás. Sintió un retorcijón en el pecho y la cabeza de Momo se asomó entre los pliegues de ropa con el sombrerito caído. Lo colocó bien, ignorando los gritos a sus espaldas a medida que avanzaba.
—Vamos rápido, no queremos hacer esperar al amor de mi existencia.
Dicho amor estaba ansioso sin quitarle los ojos de encima al puente esperando ver un punto rojo en la distancia que indicara la llegada de Sakura. Pasaron los minutos y no apareció. Trató de no desesperarse. Respiró con fuerza y serenó su mente.
Detrás el grupo se curaba las heridas que tuvieron en esta excursión. Fue prácticamente un milagro que nadie se hiriera de gravedad. Pero no se puede obviar los lugares con vientos venenosos cuyos antídotos proporcionó Karin habiéndose preparado durante la noche anterior a sabiendas de los peligros potenciales que enfrentarían.
—Esa mujer estará aquí pronto. —Le dijo Naruto junto a él, cruzado de brazos y una expresión que claramente decía "ojalá no regrese nunca". Uchiha continúa sin comprender del todo esa aberración mutua entre Naruto y Sakura.
—Su oponente es una diosa.
—Un mísero clon, nada del otro mundo.
—¿Un clon?
—Sasuke, un verdadero funcionario Celestial evita estos lugares. ¿Crees que estaría su verdadero yo vigilando los alrededores? —la pregunta por sí sola causa más dudas, y trata de encontrar las respuestas.
—No se arriesgaría a perder el poder de Kana.
—En efecto, pero si llamara tanto la atención de otros dioses y descubrieran sus andadas, probablemente sería sancionada. Amaterasu sabe que sus acciones no son del todo correctas, por eso envió un clon para no levantar sospechas.
Aunque Sasuke conjeturo sobre las acciones actuales de Amaterasu su visión no llegó tan lejos. Desconoce mucho del Reino Celestial o el Fantasmal conforme a las leyes que los integran. Naruto es un fantasma, es normal que sepa sobre algunas infracciones.
Apretó el espejo completo entre sus manos, observando el destello del cristal negro. Al estar en esta zona todavía no podían tomar su verdadera forma. Retrocederán hasta la primera aldea y lo hablarán con calma. Puede sentir el vínculo de Kusanagi, y, como plus inesperado, a Kana.
Después de todo para salir sin daños de la cueva Kana debió amarrarse a un nuevo maestro, y a vista de que Sasuke tiene una profunda relación con Sakura, decidió aferrarse a él. No tuvo quejas, la recibió con gentileza y prometió librarla del lazo una vez que terminara su trabajo.
Kana no dijo nada, pero tuvo la sensación de que preferiría aferrarse a cualquier otra persona con tal de no regresar a manos de Amaterasu. Lo mismo sucedió con Kusanagi quién preferiría arder en lava. Se preguntó, no sin curiosidad, si el Orbe está a gusto teniendo a Hinata como Maestra.
Se distrajo en estos pensamientos lo suficiente que se sobresalto cuando el viento trajo consigo un pétalo de cerezo. Lo atrapó con gentileza dándose cuenta que no era solamente uno, luego otro se sumo y un tercero.
Pronto un remolino de aire trajo consigo un millar de pétalos de cerezo qué se precipitaron hasta Sasuke. Y en medio de la danza magistral y delicada, emergió la figura de su prometida cayendo en sus brazos cuales abrió por inercia al verla.
—¡He vuelto! ¿Me extrañaste mucho? —inquirió Sakura con una de las sonrisas más bellas del mundo.
Sasuke al fin respiró aliviado, sintiéndola entre sus brazos, la estrujo con intención.
—Lo suficiente para preguntarme como estás. ¿Resultaste herida?
—Para nada. Fue fácil —presumió dándole un beso en la mejilla y balanceando las piernas. Estando cerca, Naruto fingió arcadas al verlos, fue ignorado—. Estoy intacta, sirvió de calentamiento. Lastima que no pude jugar más tiempo con ella. Eso me recuerda, debemos irnos, ya, ya andando.
Prácticamente arreó a todos. Shikadai y Tenten casi se van de espalda al ser empujados y apresurados para levantarse de dónde estaban sentados. Los demás se levantaron con rapidez. Cada quién, a su manera, envió una mirada al horizonte por dónde se veía una nube siniestra formándose sobre el bosque.
—¿Derrotaste a Amaterasu? —inquirió Karin.
—Define derrotar.
—¿Acaso es posible asesinar a un dios?
—Hay varias formas —dijo casualmente Sakura andando. Mantenía su mano entrelazada con la de Sasuke encabezando el grupo, andando por el mismo camino, pero a diferencia que corrían—, pero si la mato tendré severos problemas, aunque sea un clon.
—¿¡Era un clon!?
—Obviamente, Amaterasu no estaría en este lugar a voluntad propia.
Sasuke trató de concentrarse en la conversación, contrariamente se relajó al sentir la mano de Sakura encajar con la suya. Le dio un apretón reconfortante y fue recibido por el mismo gesto y una mirada gentil. Se calmó a tiempo.
El grupo prácticamente aceleró cada vez su paso a insistencia de Sakura. Tenten jadeó: —Puedo preguntar ¿por qué huimos?
—Cabe la posibilidad que aparezca su verdadero cuerpo.
—Dijiste que Amaterasu no vendría aquí por voluntad propia.
—A menos que le diéramos una razón, y en una situación así —señaló a sus espaldas— estará justificado ante los Cielos que venga.
—Suena problemático—murmuró Sasuke.
El que Sakura asintiera con resolución lo convenció a apresurarse. El ritmo no era lento, pero no se comparaba a la velocidad de volar con las espadas. Seguían dentro del territorio y todavía no podían usarla. La incertidumbre creció en cada uno de los corazones a su manera continuaron.
Debían conservar el Espejo a como dé lugar. Y tal parece que Amaterasu los amenazará si no se apresuran a salir de su radar.
—¿Son dragones?
La repentina exclamación de Gaara alertó al grupo. Desviaron la vista por dónde el joven señalaba con cierta incredulidad. Cabe decir que Sasuke casi se atraganta con su propia respiración tras ver a Sakura, con actitud radiante, reírse a carcajadas mientras lo soltaba y procedía a saltar a la copa del árbol más cercano sin dificultad alguna.
Todo para llegar a la cima y encontrarse con las criaturas que descendían por el vasto cielo del anochecer.
El rostro de Sakura se iluminó: —¡Sei, Drako! ¡Llegan justo a tiempo!
¿Recuedan que les dije sobre los 250 años desde la muerte de Sasuke Fantasma y Sasuke Cazador, Sakura hizo muchas cosas? Bueno, ayudar a Kusanagi, Kana y el Orbe fue una de tantas 🤭 oh, por si no recuerdan, ese dios que menciona Amaterasu es uno que aparece en mención en los capítulos del pasado de Sakura, y cuál asesino en un duelo.
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