/89/ Nunca dije que fuese un caballero
DigO no es un capítulo largo, pero siento que SasuSaku se merecía su propio capítulo para interactuar y ser cariñosos y empalagosos, y todo lo que sigue.
-señala el nombre del capítulo-
Creo que, muchxs lo pidieron, y yo dije que no, pero ¡eh! pensé "¿qué tal si lo intento otra vez? ¿Qué tan mal me puede salir?" y salió esto, que bueno, tuve que reescribirlo como tres a cinco veces porqué no me gustaba como quedaba, volvía a borrar, volvía a escribir y así, así y así.
Al final, contra mi voluntad tenemos la escena más 🌶️🌶️🌶️ que si bien no es explícita (porqué, sí, no creo jamás poder escirbir algo tan descriptivo ufff, lo siento, soy parcialmente tímida. Aunque esto no es un lemmon en sí o spicy o como le digan actualmente) pero sí es algo... acalorada (? peor es nada ¿no? -c ríe para no llorar- ¡Estuve intentando algo aquí, ¿okey?!
Sobre aviso no hay engaño *señala* y soporten -c tira del puente-
Si quieren saltarse la escena, pueden saltar desde "Y por fin él se dio la vuelta y no perdió un instante para unir sus labios una vez más" y termina en "Pegó la oreja en el pecho masculino buscando escuchar los latidos del corazón"
¡Vamos a la acción entonces!
El resto del día Sakura deambuló junto a Lee ayudando en las actividades diarias. Pasó nuevamente por la enfermería para brindar su energía espiritual a los heridos y acelerar a medida el proceso de curación. Se topó con Hinata entre el ajetreo, saludándose brevemente para luego separarse a atender sus deberes.
También se adentró a los campos de cultivo para arar la tierra (esta parte le impresionó, no pensó que pudiera cultivarse entre las montañas) y recolectar ciertas cosechas tempranas. En esta actividad bastó chasquear los dedos y cambiar su conjunto de ropas por unas más ahogadas y cómodas.
Por lo que explicó el Tío Cuarto que trabajaba junto con Sota, estos campos han sido algo difíciles de tratar debido al clima frío mata la mayoría de las cosechas. Sin embargo, un par de años atrás Sasuke consiguió en una negociación semillas de una planta que sobrevive en climas fríos y sustituye algunos nutrientes como el arroz con el que cocinan bollos, panes, pastas, entre otros alimentos. ¡Verdaderamente comestible!
—Los pasteles de luna, aperitivo favorito del joven Sasuke, son preparados con este ingrediente —agregó Tío Cuarto como si nada extendiendo las semillas.
Sakura escuchó atentamente cada palabra sin dejar de analizar los campos. Luego apoyó una mano en el suelo arado y vertió una cantidad considerable de energía espiritual, se expandió por todos los cultivos junto a una ventisca que agitó los ropajes ligeros y manchados de tierra de los presentes. Algunos cultivos aceleraron el proceso de crecimiento y dieron algunos sus frutos. No del todo, de lo contrario no sería verdaderamente frescos. Otros brotaron sus hojas verdes por la superficie.
Las exclamaciones no se hicieron esperar, ni se digan las expresiones de estupefacción y asombro por igual de los encargados de labrar la tierra. Quitándose los sombreros que los cubrían del sol parcial que se escondía tímido entre las nubes.
El ligero calor resultaba un poco sofocante para Sakura, siendo un fantasma le desagrada una temperatura tan caliente. Aun así, decidió ayudar aquí. Sacudió las manos entre sí y sonrió levemente a Tío Cuarto y Sola: —De ahora en adelante, durarán más los cultivos.
Los agricultores dieron virotes y agradecieron su intervención entre lágrimas de felicidad. Haruno los despachó a todos con ademanes alegando que no era motivo de agradecimiento, solamente ayudaba a la producción. Todo sea para mantener en paz y con reservas a toda la Villa de Fuego, cual se volvió un hogar para su familia, y era un lugar que apreciaba su prometido.
La mañana dio paso a la tarde entre cálidos rayos de sol y pronto llegó la hora del almuerzo. Compartió un agradable momento con su familia, incluida Hinata, Shino y Konohamaru que se quejaba de su descarada exhibición de la mañana, a lo cual Sakura contestó con una comentario travieso que provocó toses en el joven castaño y risas en los demás.
En cada momento dio vistazos alrededor en busca de Sasuke, pero no lo halló por ningún lado. Tuvo que desplazarlo un poco a favor de prestar atención a la charla en la mesa, disfrutando verdaderamente esta familiaridad de la que se abstuvo por tantos años. Recordar los días dentro del Horno son difíciles, llenos de sangre y muerte, masacre y desaliento, es mejor sustituirlos por gratas memorias.
Después se distrajo regresando a la enfermería junto a Hinata y visitar a Kiba ya despierto, que lloró de felicidad, pero se lamentó tras recodar que Sakura sí murió en el ataque junto a Sasori y Rocky. Esta última herida todavía es fresca para él, tendrá que apoyarlo en el duelo.
(Hay días cálidos en los que a Sakura le duele la ausencia de sus otros dos hermanos. A veces es insoportable. A veces es resignación).
Y así, entre charla y otra visita a los campos, pronto el crepúsculo cayó marcando el final de otro día en su infinita existencia. Los colores naranjas se combinan en el horizonte con el azul oscuro y matices negras, del sol despidiéndose cohibido del mundo dando paso a su amante, la luna que se enorgullece en lo alto del cielo nocturno.
Tras salir del Pabellón Médico y dar un vistazo a ese cielo, Sakura cayó en cuenta que no ha visto a Sasuke desde la mañana. Se sumergió tanto en su familia que no hubo un tiempo de regresar con él, ni siquiera se lo topó en sus andadas. Se preguntó que lo mantuvo ocupado todo el día, probablemente Itachi requirió más atención de la que pensó al principio.
Caminó de regreso al Pabellón Kintsugi con parsimonia, las luciérnagas oscilando entre los arbustos daban una vista agradable. Rozó las hojas con la punta de sus dedos, sintiendo la vitalidad de las mismas que susurraban saludos silenciosos.
Desde que regresó como fantasma percibe la naturaleza de forma distinta. Hay suavidad, complicidad y entendimiento mutuo sin utilizar palabras, un sólo sentir y ondas invisibles que se entrelazan hasta crear un significado. Hasta cierto punto, resulta inexplicable.
Rodeó la estructura en lugar de ingresar por la entrada principal y se detuvo frente a la puerta trasera que da a la habitación de Sasuke. Estaba semiabierta y por ahí obtuvo la perfecta vista de su prometido, vistiendo únicamente pantalones y dando la espalda descubierta a la abertura. Las vendas seguían aferrándose a su torso y las líneas de sus músculos estaban a la vista.
Una sonrisa traviesa se asomó por sus labios rosados a medida que daba un paso sobre otro, considerando llevar a cabo su pequeña acción mezquina. Pero, entre más se acercaba, se percató que él se quedó ahí, en la misma posición quieta por un lapso inquietante y Sakura empezó a preocuparse.
Alejó toda intención bromista e hizo notar su presencia al subir el desnivel e ingresar por completo a la habitación, manteniendo su presencia tranquilizante. La persona delante de ella no dio indicios de sentir su presencia.
—¿Sasuke?
Al ser llamado Uchiha dio un pequeño respingo y de inmediato miró a su dirección con ojos vacíos y cansados, mismos orbes oscuros que cobraron vida en el instante que posó su mirada en ella. Pupilas se contraen antes de dilatarse poco a poco, hasta volver a la normalidad.
—¿Te encuentras bien? —inquirió ella al no obtener respuesta. De un vistazo analizó el entorno, no detectó nada extraño además de la cama deshecha y la sábana blancas tiradas en el suelo.
Sasuke parpadeó alejando la capa de una emoción desconocida y ablandó su expresión. Esa misma que componía al observarla, el contorno de sus ojos se ablanda y las comisuras de sus labios no son una línea delgada, sino levemente alzadas.
—Sí, sólo un poco cansado. Fue un día ajetreado —alegó él. Alargó la mano al espejo de la cómoda y lo giró a modo que ya no pudiera ver su reflejo.
La pelirrosa notó esa acción y trató de descifrar los pensamientos de Sasuke. Pero este le dio la espalda y se concentró en el armario abierto del costado.
—Me estoy preparando para la reunión. Espera un poco más.
Desde ahí notó los movimientos de Sasuke un poco tensos, desde los músculos de su espalda ancha hasta la los antebrazos descubiertos. Le dio la impresión, en cada gesto de cabeza, que contenía la intención de virarse y mirarla.
Con un nudo en la garganta, Sakura adivinó por qué.
Él mismo lo dijo antes.
Creía que ella es un espejismo.
Al acercarse, habló con voz suave y arrulladora. Como si intentara calmar los demonios internos que se agazapan y susurran palabras desalentadoras.
Una parte de él está completamente rota. Y ni siquiera tú podrás sanar.
Se lo dijeron, y quizás sea verdad. Pero eso no quiere decir que pueda ayudar a que él mismo lama sus heridas. Al fin y al cabo, ella provocó esta situación. Si debilidad los orilló a tal estado. Es justo que intente remendarlo sea como sea mientras Sasuke lo permita.
—Soy real. Lo sabes ¿no es así? —Ante sus palabras el cuerpo del azabache se tensó de poco a poco. Ella repitió—: Soy real.
—Lo sé... —Había una nota inquietante en su voz masculina.
Pero no se viró.
Al final Sakura cortó el espacio que los separaba, tratando de idear una manera de alcanzar sus emociones. Estiró la mano y la bajó. Volvió a estirarla hasta posarla en el omoplato. Lo sintió estremecerse bajo su toque.
—Si lo sabes ¿por qué no volteas y me miras a los ojos?
Él no se movió. Una inquietante calma los envolvió antes que las inquietudes se estrellaran abruptamente contra ellos.
—No asimilo del todo que estés a mi lado —expresó Sasuke de pronto, tan bajo, similar al goteo ocasional al inicio de una lluvia que se transforma en tormenta—. A veces pienso en verdad que me volví loco del dolor y todos a mi alrededor me siguen la corriente para hacerme sentir mejor. —Soltó una risa seca, autocritica—. Pero lo cierto es que no soportaré verte desaparecer delante de mis ojos como ha ocurrido durante todos estos años en mis sueños.
Las pupilas de Sakura tiemblan. Siempre sospechó la razón por la que Sasuke tiene un insomnio terrible, a tal punto que dura días despierto, todo a raíz de su muerte.
Ella provocó todo este dolor en él.
Es su culpa.
Su mano sobre él se contrae hasta que arrastra los dedos en una caricia y lo arrastra por las caderas buscando abrazarlo por la espalda. Termina apoyando la nariz en el inicio de la nuca compasando la respiración hasta que sintoniza los latidos de su propio corazón con los de él, envuelta en su aroma único que le apetece al cariño y protección. Es capricho. Los fantasmas no tienen latidos del corazón, pero, así como es capaz de controlar su apariencia, puede hacer latir su corazón y que bombee sangre por sus venas.
Sin embargo, nunca será de forma natural. Su corazón no volverá a latir por sí solo.
Una mano se posó sobre la suya, entrelazando sus dedos sobre esa piel cálida y llena de vida, misma que ella ya no posee. Lo único que tiene por ofrecer es un cuerpo inmortal, conocimiento de primera mano y una energía espiritual inmensa dispuesta a utilizar para protegerlo incluso de ella misma.
Debe dejar en claro su existencia y motivaciones. No alimentar más sus incertidumbres.
—No soy una ilusión. No te volviste loco y estoy aquí porqué hay una promesa que me aferro a cumplir —aspiró hondo, con las pestañas revoloteando y hablando con tanto sentimiento cargando en su voz—. Mientras sigas existiendo en este mundo regresaré una y otra vez. Así como estás dispuesto a buscarme por los confines de los Tres Reinos, entonces yo atravesaré el infierno, cruzaré el cielo y destruiré la tierra sólo para llegar a ti.
Un sonido ahogado proviene de la persona a la que abraza y el temblor en las manos de Sasuke se nota en el instante que apretaba su mano de una manera tan reconfortante.
Y por fin él se dio la vuelta y no perdió un instante para unir sus labios una vez más.
Hay una emoción mezclada entre la calidez y necesidad en este beso. Las ansias de sentir, experimentar y retornar una realidad que se creía inexistente. Sasuke dominó desde el inicio, delineando los labios de Sakura con ambición y desesperación, sujetándola por la nuca con una mano en busca de profundizar el beso y transmitir todo el deseo que parece desbordar.
Es un beso muy diferente a otros que han compartido desde que regresó. Le rememora al pasado, a los días que existía una certeza de sus sentimientos, del cálido invierno que los envolvía y buscaban una pizca de calor que les ayudase a soportar el frío que embargaba sus cuerpos.
Sasuke la rodea por la cintura con su mano libre apegándola a él y al mismo tiempo arrinconándola contra la pared más cercana, apretándola con su firme, semidesnudo y caliente cuerpo. Distraídamente Sakura detectó cierto favoritismo al ser aplastarla de esta manera si algo le dice los previos intercambios de besos acalorados. En la mayoría terminó apoyada contra la pared.
Pero este beso era muy distinto al pasado. Sentía que él quería devorarla sin tregua y nadie se lo impediría. Es similar a cuando Sasuke perdió el control bajo los efectos de la droga, la diferencia aquí es que ahora mismo no está bajo los efectos de alguna sustancia. Es una necesidad real y urgente de sentirla por todas partes.
La lengua de Sasuke es resbaladiza y hábil, provocándole un sinfín de sensaciones acaloradas que rebotan en su ser. Su cuerpo ardiendo en cada toque. Se enrojecía y reacciona al tacto de esas manos grandes y callosas que recorría los contornos de su silueta. Sakura se dejó engatusar, pasando las palmas por los músculos de aquellos bíceps de brazos espléndidos qué ocultaba una enorme fuerza. Misma que explota sus fantasías más frustradas.
Por más que deseara pensar coherentemente, Sasuke no le daba oportunidad con su actitud demandante, lejos de lo que normalmente muestra a los demás. Un segundo en que sus miradas se encontraron y bastó para que él entrecerrara esos ojos de tonalidades oscuras y ardientes a su dirección provocando que Sakura se rindiera por completo. Si acaso tenía dudas, todas fueron disipadas por la necesidad urgente que percibió.
Se dejó llevar, cerrando los ojos y rodeándolo por el cuello, incitándolo a que nunca la soltara. Se dejó maltratar, dioses, por supuesto que sí. De sentir la respiración contra su rostro, de la invasión a su cavidad. La lengua de Sasuke contra la suya, explorando con tanta sugerencia, no siendo perfecto pero sí único. Completándose y con una experiencia derivada a memorias pasadas.
Se convirtió en una necesidad urgente como el aire a sus pulmones. El agua del oasis. Como el alimento para el hambriento que no ha comido en semanas.
Él se separó un poco, retomando aliento con una aspiración baja y sensual, soltando un jadeo ronco y estimulante desde lo profundo de su garganta. Sakura reaccionó con escalofríos y los bellos de los brazos erizados, besándole le mejilla con los labios entreabiertos entre exhalaciones pesadas.
Aprovechó la oportunidad para deslizar las palmas por los hombros anchos y musculosos hasta bajar por los pectorales y trazar un camino delirante por cada contorno del musculo hasta las abdominales. Con tanta lentitud y provocación al mirarse brevemente a los ojos, arrastrando la poca cordura que se veían en los ojos negros.
—¿Sientes que tan real soy? —susurró ella contra sus labios.
Los ojos de Sasuke ardieron, y finalmente se rompió.
Sasuke inclinó la cabeza con la respiración pesada y entrecortándose a cada caricia brindada. Se estremeció cuando las manos de Sakura llegaron al pliegue del pantalón y tanteó con deliberación.
Una exhalación profunda le prosiguió y él se apegó en el punto en que no existía ningún espacio que los separara, en que literalmente la aplastaba y la ropa era el único obstáculo entre ellos.
—Veo que necesitas una prueba más contundente —expresó ella en murmullo, dándole un sugerente apretón al hueso de su cintura, Sasuke inhaló bruscamente contra su oído. Le emocionó más, lo acercó a él jalándolo por el cuello y mordiendo la punta de su oreja.
—Sakura —jadeó él encismado.
En este momento la parte racional de Sakura la había abandonado. Hipnotizada por la manera en que Sasuke se deslizaba fuera de su fachada controlada y se reducía a esto: un hombre tan consumido por deseo y con ojos enfocados en el objeto de sus afectos. Ella.
Lo provocó, pero lo cierto es que Sakura es un poco ajena a tales actos, lo que sabe es guiado por el instinto y uno que otro texto que consultó accidentalmente. Él es el único hombre que la ha tocado de esta manera. Incluso antes cayó redonda en su propia trampa, ahora es el mismo asunto, pero con intenciones ocultas.
Y eso lo tuvo muy claro Sasuke.
Él besó detrás de su oreja, deslizando la punta de la lengua por toda la curva del cuello dejando un trazo húmedo y dando mordiscos que traía escalofríos al cuerpo femenino, haciendo que se removiera, ansiosa y desequilibrada en sentirlo, cada movimiento provocaba rozarse con rodilla que Sasuke colocó entre sus piernas.
La estaba volviendo loca.
Sintió un apretón sugerente en la parte baja y Sakura gimió, bajo y acalorada. No ayuda en nada la lengua húmeda que besaba sus clavículas y la respiración cálida enviando latigazos placenteros a su columna. Cerró los ojos trazando en su mente cada sensación, anhelado por un contacto mayor. Uno sin reservas.
—Cariño..., no seas reservado —expresó un tanto eclipsada por el placer que la inundaba.
Apenas logró decir esto cuando una mano le desamarró el cinturón dejando expuesto parte de su piel. Se tuvo que morder el labio inferior, respirando profundo cuando Sasuke comenzó a desatar las vendas que cubrían sus pechos sin dejar de mordisquearle las clavículas expuestas. Al terminar la cargó con sus brazos como si no pesada nada, y por inercia Sakura lo rodeó por la cintura con las piernas y acunó la barbilla besándolo.
Sasuke los llevó a la cama, sentándose contra el respaldo y dejándola a ella a horcada sobre él sin cortar el beso acalorado. Al no tener que ocuparse de cargarla, las manos callosas recorrieron cada rincón de la piel expuesta, desde los lechosos muslos parcialmente cubiertos, apretándolos con intensión, arrimándola hasta que sus torsos desnudos hicieron contacto.
Sakura gimió contra su boca.
—¿Lo recuerdas? Una vez te dije que esta parte de tu cuerpo me fascina —le dijo él rompiendo el beso a favor de repartir besos en las clavículas, bajando cada vez más—. No ha cambiado mi preferencia, menos ahora que tengo una vista maravillosa.
Se removió contra él, sintiéndose un poco nerviosa, repentinamente tímida al estar expuesta ante sus ojos (¿qué pensará de su cuerpo? ¿Le gustará? ¿Debe cambiar a otra forma que le agrade a él?) y a la vez está excitada por la ola de placer que le provoca. Una electricidad poderosa al abrazarlo por el cuello, escondiendo ahí su rostro al sentir la virilidad rozarle con fuerza.
Tragando grueso, no reparó en mordisquear su cuello sacándole suspiros roncos desde lo más profundo de su pecho. Le embargó una sensación de empoderamiento al estar sobre él, sacándole suspiros llenos de pasión.
Solamente ella puede provocar tales reacciones.
—Por favor, déjame verte.
Se mordió el labio inferior y se balanceó ligeramente hacia atrás separando sus torsos. Sintió los ojos de Sasuke escudriñando sin pudor, hubo un brillo en particular en sus orbes oscuras, algo genuino entre el mar de la pasión y el desborde de la adoración.
—Eres hermosa, amor mío.
Las mejillas de Sakura ya de por sí algo acaloradas, se encendieron un poco más por ese repentino nombre, pero no por mucho tiempo. Su propio empoderamiento la obligó a mirarlo directamente a los ojos y sumergirse en ellos. Este momento es tan especial.
—Me encanta cuando me dices así. —Al estar sentada sobre él tenía cierta altura adicional. Sasuke le devolvió una expresión destruida y sumergida entre la lujuria y el deseo, sobre todo cuando Sakura balanceaba sus caderas contra él—. Deshecho. Deseoso, tan... ¡ah!
No evitó el gemido al sentir la boca de Sasuke sobre aquella parte de su cuerpo que proclamó adorar. Jadeó, se estremeció y se mordió el labio inferior de placer tratando de retener tantos sonidos vergonzosos. No lo logró. Tuvo que apoyar las manos sobre sus anchos hombros evitando doblegarse, mantenerse firme ante el vaivén de sus caderas que marcaban un ritmo en busca de placer pronto.
Inconscientemente dejó salir sus garras que encontraron camino entre arañazos en la espalda ancha de su prometido sin provocarle un daño mayor, terminando por hundir el rostro entre el cabello azabache y jadear. Estremeciéndose al sentir su lengua sobre ella, trabajando, estimulándola de tal forma que no quedaba vergüenza en gemir y rogar por más. Que la llevara a una liberación, que tocara, más, más, más.
Entre otro beso acalorado, la estimulación y el contacto entre sus caderas Sakura encontró su primera liberación, gimoteando contra el cuello sudoroso de Sasuke, apretando los parpados ante el repentino estallido de sensaciones. Mordiéndole la base del hombro entre ligeros espasmos y escalofríos placenteros y los ojos húmedos. A él lo sintió llegar momentos después, en que soltaba un gemido ronco y lleno de ruina qué quedó grabada en lo más profundo de su mente.
Un sonido húmedo, sin aliento y sexy. Un sonido que sería su nueva obsesión en provocar. Dioses. Un sonido tan esplendido que la llevaría a la ruina.
Al cabo de un momento en que ambos se recuperaban de la ola de placer, Sasuke repartió besos fugaces en la coronilla, sin dejar de abrazarla con la misma delicadeza y avidez que al inicio. Pasando las palmas por el cuerpo de Sakura, únicamente brindando caricias y sentirla bajo la yema de sus dedos.
Sakura todavía tenía encima las dos capas de ropa, pero no le importó. Se recostó sobre él en muestra se somnolencia y satisfecha (por ahora). Un par de brazos la rodearon y la acercaron más a ese cuerpo grande y cálido. Al ser una criatura de cuerpo frío, le vino de maravilla un chapuzón de calor.
Pegó la oreja en el pecho masculino buscando escuchar los latidos del corazón. Lup-dup. Lup-dup. Lup-dup. Un sonido rítmico, rápido y tan singular. Los latidos acelerados del corazón de su amado que latía armonioso. La arrulló por completo. Sin saberlo, sonrió con dulzura y hundió el rostro en su pecho, depositando un tierno beso.
¿Quién pensaría que ambos acaban de compartir su primera experiencia íntima?
Las endorfinas estaban al máximo de su capacidad.
—¿Ahora no tienes dudas sobre qué tan real soy? —inquirió ella contra su piel.
Pudo sentir un tarareo retumbando en el pecho.
—Ninguna duda. —Uchiha guardó un segundo de silencio antes de agregar, con cierto tono vacilante—: Debería disculparme por dejarme llevar, pero no lo lamento.
La risa de Sakura fue jovial mientras se enderezaba pasando las manos por el cuello de Sasuke, buscando sus ojos. Tras esta barrera rota, en la intimidad de este espacio reducido y el toque de sus cuerpos, una emoción vibrante, real e inesperada surgía desde lo profundo de sus corazones.
Un nuevo nivel a explorar. La aceptación mutua y el territorio desconocido que se abría paso de poco a poco. El nerviosismo que nunca creyó tener emergió, pero no se sentía incorrecto, más bien, liberador.
—Ja. Ciertamente un caballero no se habría aprovechado así de una inocente doncella —alegó fingiendo un puchero. Jugueteó con los mechones oscuros de su nuca.
Sasuke enarcó una ceja, apretándole la cintura con sugerencia.
—Nunca dije que fuese un caballero.
—Tú, desvergonzado —refunfuñó ella recordando palabras similares. Le dio un pequeño golpecito en la nariz con el dedo, sin dejar de mirarlo con cariño—. Deberías medir tus palabras o te las haré cumplir.
—Si eres tú no tendré ni una objeción.
—... Eres imposible —se lamentó ella bajando la cabeza para darle un beso en los labios—. Me malcrías demasiado, a este paso no te dejaré ir. ¿Por qué no mejor no nos divertimos más? ¿Uh?
Sakura le besó el cuello rodeándole la cintura con las piernas para acercarse. Sasuke emitió un sonido ahogado, clavándole los dedos en las caderas y su tono sonó tan lamentable al decir: —La reunión...
—No decías eso hace unos minutos que succionabas mis-
Sasuke tosió antes que pudiera decir palabras verdaderamente desvergonzadas y la abrazó con fuerza, hundiendo el rostro en el hueco de su cuello. Así, teniéndola en brazos, habló con mucha sinceridad.
—Quisiera demostrarte cuanto te he extrañado, pero —respiró profundo, ya sea por el coraje reunido o estimular su autocontrol— la reunión es realmente importante. Tengo en mis manos la manera de erradicar esa maldita flor. No puedo ignorar su sufrimiento.
—En pocas palabras, no podrías disfrutar plenamente de mi agradable y sensual compañía en esta situación.
—...
Sakura arrulló ante el silencio de su prometido que le brindó una afirmación con un asentimiento de cabeza. Así es él. Y le encanta. Esa compasión y amabilidad que siente por los demás es único a su parecer. El que se preocupe por personas inocentes que fueron afectadas por esta guerra de poder.
Lo dijo en voz alta, añadiendo dulzura a su declaración. Notó la punta de las orejas de Sasuke rojas tras afirmar que por eso se enamoró de él. De lo talentoso, fuerte, atento, amble y compasivo qué es. No cambiaría nada de su personalidad.
—Tu fuerza no es la única razón por la que te aprecio. También es tu coraje, tu valentía, tu mente inteligente, tu admirable fuerza. Cada lado tuyo es querido para mí, porqué es parte de ti.
Las pupilas de Sasuke temblaron con la vista baja sin segundas intenciones. Era más la vergüenza de ser atacado por una racha feroz de cumplidos, no es que no las haya escuchado en todos estos años, se debía a la persona que las decía con tanto ahínco y sinceridad.
Ella se encargará de recordárselo todos los días si es necesario. Dejar en claro todas las cualidades y aspectos que lo conforman como persona, ser él mismo la enloqueció de distintas maneras. Tanto, que lo buscó por doscientos cincuenta años por cada tramo de este mundo con tal de volver a verlo. No importa si él no recuerda el pasado, ella lo ama aún así.
Ama al Sasuke que fue un fantasma.
Ama al Sasuke que es un Cazador de demonios.
Y amará cualquier versión de él.
—Me alegra ser especial para ti. —Fue lo único que Sasuke dijo con muchos sentimientos mezclándose en su expresión, abrazándola de vuelta, ocultando el rostro en su pecho.
Haruno sonrió tierna acariciándole el cabello y depositando beso suave y reverencia en la coronilla, disfrutando de este momento íntimo y único en el que sus almas están expuestas. Quien sabe cuándo se volverá a repetir.
(Se asegurará qué sea pronto).
Al cabo de un rato, resignadamente tuvieron que separarse y prepararse para la reunión. Sakura chasqueó los dedos y cambió de su vestimenta casual que traía desde que ayudó a arar los campos a un conjunto decente.
Mientras Sasuke buscaba las capas exteriores de su traje tras haberse cambiado el pantalón, Sakura observó sentada desde la orilla de la cama con una pierna sobre otra, el codo reposando en la rodilla y la quijada en su palma. Sus ojos atentos nunca apartaron la vista de él.
—He tenido curiosidad desde que recuperé mis memorias ¿Hay una razón en la particular por la cual vistas de blanco? Antes te apegabas a los colores oscuros.
A diferencia de la tensión antigua, ahora únicamente Sasuke apretó la capa exterior blanca que sostenía entre sus dedos. Le dirigió una mirada paulatina, considerando una respuesta.
(A decir verdad, Sakura tenía unas ideas al respecto y ninguna le causa gracia).
—Luto —su contestación simple hizo otro nudo en el estómago a Sakura.
El por ti no era necesario pronunciarse. Ambos lo sabían y era suficiente. No hay necesidad de meter el dedo en la llaga.
Haruno se incorporó de golpe, quitándole la prenda de las manos con firmeza.
—Ya no más —le recordó un tanto sombría y lanzó la prenda a un costado a favor de sumergirse en el armario—. Nada te impide vestir tus colores favoritos ¿a menos que el blanco se haya vuelto tu predestinado? —preguntó un poco inquieta, mirándolo de soslayo—. En ese caso-
Él sacudió la cabeza, deteniendo de forma sutil las especulaciones. Tragó grueso antes de asegurarse que su voz no saliera afectada por la racha de emociones mezcladas que experimentó en los últimos veinte minutos.
(Los mejores de su vida, cabe aclarar).
—Me apetece utilizar prendas oscuras.
La sonrisa centellando en la boca de su prometida le trajo calma.
—En ese caso debes vestirte acorde a un respetable líder de Clan. Iremos a callar bocas a una reunión que, válgame, espero nadie nos fastidie —diciendo estas cosas tan a la ligera, nadie creería que esta mujer de apariencia delicada es capaz de aplastar cráneos con solamente pisarlos.
—Lamentablemente, ocurrirá.
—Ah, por eso digo —retomó ella su entusiasmo sumergiéndose en el armario en busca de vestimentas— que será mejor vistas demostrando tu liderazgo.
—Nunca me gustó ser ostentoso.
—Lo sé, pero no hace falta ser ostentoso para imponer —replicó ella dando una vuelta completa sobre su eje, al mismo tiempo que chasqueaba los dedos y su ropa cambiaba a otro conjunto con las mismas tonalidades blanca y rojas, pero diferente estilo—. ¿Lo ves?
Claramente, pensó él mirándole el pecho, el traje tenía una abertura elegante y sensual qué le tentaba. Terminó por asentir distraídamente y dar un cumplido, estaba esforzándose por ser más comunicativo: —Te ves preciosa.
—Tú- —farfulló ella, con cierta vergüenza a pesar de lo descarada que se mostró ante los actos no tan inocentes—. Hagamos esto divertido, elige mis vestimentas y yo elijo las tuyas.
Dando un vistazo al exterior por la ventana, estimó que han pasado una hora posterior al atardecer, pronto iniciará la reunión. A pesar de que Sakura los llevará allí en cuestión de minutos, la vieja tendencia a la puntualidad asaltaba en él.
—Nos atrasaremos. —El más fue implícito. No es que se queje, por supuesto.
—Eh, eh. Para nada, simplemente llevaremos unos minutos tarde —expresó ella y chasqueó nuevamente los dedos, cambiando toda su vestimenta y accesorios como si fuese así de sencillo (y lo era)—. ¿Qué tal este? ¿O prefieres este?
Sasuke se rio entre dientes, cariñoso. Accedió sin mucho ruego a la propuesta de su prometida.
Pasaron un rato ameno mientras se escogían mutuamente las vestimentas. La diversión más notoria se reflejó en Sakura cambiando conjuntos y estimando combinaciones.
De algo que se percató Sasuke en tal situación, un rasgo que quizás antes no se manifestó, es que ella poseía cierta tendencia a ser llamativa de una manera particular: un cinturón bordado, capas exteriores de carmesí vibrante, brazaletes tintineantes o aretes con pequeñas gemas.
Lo que nunca cambió del conjunto fue la horquilla de su cabello y los tres anillos en sus manos. El que brillaba más, ante los ojos negros, es el que marca su compromiso.
El turno de ella en elegir la vestimenta de Sasuke se llenó de una forma absurda de halagos cariños y toques burlones que no tendían a ser crueles, si no a provocarlo. Sakura alegó que lo ayudaría a vestirse a pesar de que, primero, no es un niño, segundo, puede hacerlo por sí solo. Pero algo en los ojos vibrantes de su prometida le cautivo que ya no le importó lo que hicieran con él.
Pronto ambos estuvieron vestidos adecuadamente (si algo decía que Sakura lo siguiera provocando con sus dulces palabras). Por él fuera accedería sin más preámbulos, la lanzaría a la cama y culminaría su antiguo desenfreno. Pero (ese gran y odioso pero) el placer debe pasar a segundo plano a favor de dar una solución a un sufrimiento de media década.
Habrá oportunidad, se consoló dándose a sí mismo dándose palmadas imaginarias en la espalda.
Se ajustó las abrazaderas oscuras de los antebrazos, pasando un dedo por la superficie recordando las innumerables cicatrices que adornan por sí sola su piel. Marcas que jamás se borrarán. Desde hace años hizo las paces con las viejas heridas. Ahora las ve y simplemente siente que superó muchos obstáculos.
"Es la prueba de que eres un sobreviviente".
Palabras lejanas, misma dichas por la mujer que tiene a su lado que lo observa con detenimiento, y cuando sus ojos se cruzan, ella esboza esa maravillosa sonrisa con los ojos curvándose en medias lunas de deleite.
Uchiha metió su espada por el cinturón y verificó los restos de Chikara estuviesen guardados en el pliegue de su kimono.
Sakura atrajo su atención.
—¿Listo?
—Si tú lo estás.
—Más que lista —se pavoneó girándose a la puerta. Mientras él terminaba los retoques, Sakura aprovechó a trazar el mismo conjunto en la puerta. La energía espiritual brillaba entre marcas desconocidas para él y más adelante se encargará de averiguar. Hay detalles del nuevo estado de Sakura que le intriga—. Usaremos el mismo método que en la tarde, es más cómodo para ti.
—Me suena a que hay otra forma de llegar.
—Sí, pero al ser la primera vez que la utilizaría contigo quizás te mareé un poco. La próxima vez lo intentaremos con más calma —alegó tomándolo de la mano para guiarlo a la puerta.
Experimentó una sensación extraña. Al atravesar esta matriz y dar un paso por el umbral, se adentró (o, mejor dicho, salió) a un bosque fogoso y lleno de árboles que se alzan con ímpetu. La ventisca de la noche de la primavera, junto con las luciérnagas que adornan la hierba verde y las flores brotando, transmitían cierta tranquilidad al entorno.
Tras un vistazo se percató que Sakura unió el enlace con una cabaña abandonada en medio del bosque. No le preocupa exactamente qué tan lejos están las carpas dónde se llevará a cabo la reunión, más bien, qué dirección tomar.
Se resolvió rápido, Sakura señaló al oeste y emprendieron caminata, o por lo menos ese era el propósito antes de que la sintiera detenerse. Viró medio cuerpo, inquiriendo con un gesto por su repentina acción. Ella se llevó las manos a las sienes, frotándolas y murmurando en voz baja de forma resentida.
Ese gesto lo reconoció como hastío, no dirigida a él.
Regresó sobre sus pasos y acunó su rostro.
Ahora le es más fácil iniciar los gestos táctiles. Por alguna razón, sentirla contra él en la intimidad rompió parte de sus inhibiciones, recordando cada promesa que suplicó cuando tuvo su cadáver entre brazos, rogando a que regresara.
Se lo prometió también a sí mismo.
—¿Qué ocurre? —inquirió.
Sakura hizo un puchero, desviando los ojos de una manera única. Aquello indica hastío.
—Sucede que puede o no mi clon haber encontrado los campos de concentración —comenzó diciendo, y esta frase en sí lo dejó un poco dudoso por varias razones—. Y puede o no, intentar rescatar a los semidemonios hasta que alguien estropeó los planes.
—Y con alguien ¿te refieres a....?
—Ese Hyūga con cabello de princesa, por supuesto —gruñó ella, infeliz. Contrariamente, lo abrazó hundiendo el rostro en su torso. Ahí aspiro con fuerza, como si intentara controlarse.
Uchiha entrecerró los ojos correspondiendo el abrazo, apretando los labios tratando de no reírse ante el apodo del heredero de los Hyūga. A pesar de ello, no evitó la sonrisa de lado que se coló en su boca.
—¿Neji?
—Ajá, él, como se llame. Nunca me importó —se burló todavía con el rostro hundido y la voz amortiguada—. Su estupidez de intervenir le costó mucho. Intentó salvarlos primero y estropeó su cuartada.
—Así que lo descubrieron —concluyó Sasuke tratando de marcar un punto de inflexión en las acciones de Neji.
Si bien él mismo dijo que eran aliados, había cierta sospecha. Misma que ahora se disipó ante la noticia de que intentó salvaguardar a los semidemonios. Pero hay dudas sobre si Madara lo descubrió o fueron otros los responsables. Neji era una pieza muy valiosa que proporciona información sobre el enemigo, gracias a él pudieron adelantarse en varias afrentas y salir victoriosos con mínima de bajas. De lo contrario, sin preparación previa, habrían perecido brutalmente.
Hacerla de doble espía no era algo honorable, pero en estas circunstancias, Madara y Jiraya no están jugando limpio.
—Es un valioso aliado ¿tienes una forma de que pueda contactarme con él? —inquirió con la boca pegada a sus cabellos.
El cuerpo de Sakura se tensó y luego se ablandó contra sus brazos. Los tocó a tientas, dando caricias mientras alzaba la mirada. Sasuke se perdió en los ojos verdes, contemplando su propia silueta reflejado en ellos. Como si observara el centro del universo.
—Me encanta cuando tus fuertes brazos me rodean así —dijo de pronto tomando las grandes manos de Sasuke y colocándolas sobre su propia cintura, todo sin dejar de mirarlo debajo de sus pestañas con una mirada de inocencia fingida que no parecía nada falsa—. Y si me besas, te lo traeré enseguida.
¿Cómo no caer a tales demandas?
La sujetó por la nuca y miró hambriento sus labios.
—Independientemente de si los traes o no, debo preguntar ¿dónde quieres tu beso?
-aparece rodando-
Espero que esto haya saciado sus ansias, espero sus comentarios -saca su bate- cabe aclarar que fue escrito por recolección de información (hice mi chamba JAJAJAJA) así que si tienes experiencia y como que algo no cuadra, ni modo, esto es ficción ¡tómalo o déjalo!
Fuera de broma, tomemos unos puntos por comentar: en asia, el color blanco es el de luto. Una vez recuerdo me preguntaron el motivo por el que Sasuke cambió de colores, y es debido a que se sumergió tanto en su luto que incluso inconscientemente se sumergió a los colores adecuados para representarlos. ¡Por aquí les dejo la imagen de referencia de la vestimenta actual de Sasuki!
Referencia de vestimenta actual de Sakura
Como dije, pensé que este par se merecía un capítulo para ellos solitos, así que salió wachaaaaa.
Estaré actualizando el siguiente capítulo en lo que resta del día, aprovechando que debido a un ciclón en mi ciudad (ahora huracán de categoría 1) suspendieron mi día laboral y pasarla en casa hasta que por fin reconectaron la luz (cinco horas sin luz, eso fue interesante) y mejor actualizar antes de que me corten de nuevo el servicio XD.
¡Agradezco todos sus votos y comentarios! Estaré respondiendo pronto :D (y el lector fantasma, también eres especial para mi <3)
PD: a la mayoría de ustedes (mayormente) les identifico por su foto de perfil, así que si llegasen a cambiar de foto sólo díganme "ey, Alela, soy la que tenía la foto del gato gojo" *risas* ¡sólo para tenerles en la mira y reconocerles! Lo siento, a veces soy pésima con los nombres :(
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