/87/ Esperanza
No olviden que este fic también es un crossover con Tian Guan Ci Fu principalmente *tose* así que tendremos una aparición especial de otra Calamidad pueden consultar capítulos anteriores, pero para no darles tanto spoilers, pondré quién es hasta las notas del final y les pondré algunas imagenes de referencia por aquí.
Ya revelaron el diseño del personaje, así que se los dejaré por aquí :D De su personalidad, no se reveló tan a profundidad, todo es una interpretación y aproximado en base a lo que se tiene canon de este personaje.
(Créditos al donghua de Tian Guan Ci Fu)
(Crédito al donghua)
Lo siguiente que Sasuke supo es que estaba rodeado de un montón de libros escritos en el idioma que aprendió por cinco largos años. Y que, también, hojeaba cada uno en busca de la frase. No solamente él, entre los estantes y sentados en el suelo estaban distribuidos Minato, Karin y Sakura, revisando respectivos ejemplares.
Los envolvía un ocasional silencio, centrados en pasar las hojas con rapidez. Hay un puñado de libros y ellos son cuatro para abarcarlo. Naruto se quedó cuidando a Kushina a petición de ella misma. Anteriormente despertó y se notaba decaída sabiendo sobre su condición. Nadie quiso darle falsas esperanzas y mantuvieron en secreto esta operación.
Entre todo, el más presionado era Sasuke. ¿Qué hará una vez encontrara ese libro? Las dudas lo carcomen, pero se frenó a tiempo. Lo resolverá cuando tenga el ejemplar en sus manos.
Se distrajo un breve instante en que notó a Sakura quedarse leyendo la misma hoja por más minutos de lo que había visto. Estableció un ritmo a que daba un vistazo rápido y luego pasaba de página. Ahora no.
—Lo encontré. —La voz de Sakura resonó en toda la habitación. Las cabezas de Minato y Karin se alzaron de sopetón.
Cerrando el ejemplar que sostenía, Sasuke de colocó a su lado. El dedo de Sakura señalaba la frase, la misma estructura, más mismas líneas.
Pronto Minato y Karin estuvieron junto a ellos, había una energía nerviosa que los acompañaba. Sasuke estuvo igual al pasar los ojos por la hoja y traducir en su mente las palabras.
Al darle un vistazo al libro, halló parte de la frase estaba a mitad del libro, y si avanzaba un poco más las hojas estaba salpicadas de ilustraciones de diversas armas y retratos vagos
—Es un libro que relata la historia de las armas espirituales, tal como nos compartió Sakura —expresó luego de centrarse en las primeras páginas—. Las armas serían fieles a sus amos siempre y cuando el portador fuera de agrado de los espíritus. De lo contrario, te despreciarán y no obedecerán.
—Ya, pero ¿dice algo de cómo evocar sus habilidades?
Sasuke aguardó a responder a la pregunta de Karin, siguió y siguió hasta que dio con cierto apartado.
Sus ojos negros obtuvieron una chispa de esperanza.
—La hay.
Justo entre una página solitaria a otra, había unas cuantas frases cual memorizó. Cerró el libro y las recitó en voz alta, en una consistencia exacta que Sakura no tuvo que corregirle.
Pero no sucedió nada.
Frunció el ceño y repitió las mismas frases otra vez. Tampoco.
—¿Quizás vendrá algo más en el libro? —opinó Karin inquieta.
—No hay —dijo él bastante confundido.
Estuvo a punto de preguntarle a Sakura si sabía algo al respecto, pero prontamente una voz desconocida, pero a la vez familiar resonó en las profundidades de su mente.
«Maestro, confíe en mí».
Y en ese instante fue como si supiera que hacer exactamente.
Sacó a Kusanagi con todo y funda del cinturón y la aventó ligeramente al frente. Kusanagi gravitó por sí sola a una zona despejada. Sasuke lo siguió, mordiéndose el pulgar hasta sacar sangre y trazando un círculo en su palma.
Al mismo tiempo, bajo de dónde flotaba Kusanagi se formó un círculo de trazos negros resplandeciente cuyo kanji pertenecía al nombre del arma. Tenía la estructura similar a una matriz y de cada trazo emergía una energía espesa con tonos morados y rayos eléctricos.
Pronto, debajo del mismo Sasuke apareció un círculo similar y pequeño. Un intenso calor recorría su cuerpo y sentía su corazón latir furiosamente contra su pecho, con la vista puesta sobre Kusanagi y los pensamientos fluyendo como agua en río, viniendo uno tras otros sabiendo el significado.
Sabía lo que debía hacer.
Aspiró hondo al extender la palma al frente y recitó la frase traducida con un tono de voz imperiosa qué erizo el bello de los brazos de los presentes.
—Tus ojos se cierran avergonzados. Tus labios se abren con una sonrisa. No preguntas por el bien o el mal porqué soldados acuden sin replicar a la llamada.
Mientras decía esto, alzó la mano y al mismo tiempo, Kusanagi se sumergió en la matriz y en contraste emergió súbitamente una silueta humana desde las profundidades, rodeado de una bruma oscura, centellas moradas y rayos mortales. Es el mismo hombre que apareció en sus sueños.
Esta la forma física de Kusanagi.
Pase a que los ojos del hombre eran cubiertos por una tela negra, pareciera que veía fijamente a Sasuke y viceversa. Y fue todo. Como si pudieran hacer contacto visual y decirse sus intenciones sin siquiera hablar.
Tal cual sucedió.
—Ve —ordenó Sasuke.
Kusanagi asintió. Se impulsó y salió disparado contra el techo de la biblioteca, destruyendo parte de la estructura y dejando un enorme agujero de donde cayeron trozos de madera al suelo. La matriz desapareció apenas el espíritu se marchó.
Dentro persistió cierta estupefacción. Por la impresión apenas lograron moverse para cubrirse los rostros de las astillas, teniendo la vista puesta en el agujero que dejaba ver el cielo nocturno y sin estrellas.
—¿Qué...? ¿¡Qué rayos acaba de pasar!? —exclamó anonadada Karin encarando a Sasuke.
Él mismo estaba un poco confundido, pero no por las razones normales. No. Si no por la conexión que sentía con Kusanagi. Una sensación vaga que se extendía a medida que transcurrían los segundos.
Sacudió la cabeza.
—Ni yo sé. Sigámoslo, irá con Madam Kushina a romper el lazo.
Minato se aturdió.
—¿Cómo estás seguro?
—Se lo ordené.
Con esa simple contestación llena de seguridad, el grupo salió corriendo a prisas de la biblioteca de regreso al dojo principal.
En el camino se toparon con varios Cazadores Uzumaki apresurados al percatarse de la presencia de Kusanagi sobrevolando los cielos tan rápido que apenas era visible. Los Cazadores gritaban sobre derribar a la entidad desconocida y se desplazaban en formaciones de batallas.
Minato los retuvo: —¡No lo ataquen! ¡Es un aliado!
Pasando de esto Sasuke nunca apartó los ojos de la silueta que fácilmente se fundía con parte del cielo nocturno. Junto a él, Sakura le seguía al paso a un ritmo constante y no había hablando desde que le entregó el ejemplar.
Muy pronto llegaron al dojo, desde fuera se escuchó un pequeño alboroto. Al traspasar las puertas se percataron qué Naruto estaba frente a Kusanagi con espada en mano y gruñendo que no le dejaría pasar.
—Déjame pasar —decía Kusanagi.
—Me vale una mierda tus jodidas intenciones, no tocarás a mi madre —espetó Naruto.
Los ojos azules de Naruto se enfocaron cuando el grupo ingresó, y al ver que no atacaron a Kusanagi se confundió. Fue hasta que Sasuke le dijo quién era el hombre, fue que Naruto bajo su espada y se hizo a un lado permitiendo la total entrada.
Kusanagi encabezó el grupo hasta adentrarse a la habitación dónde Kushina estaba sentada al borde de la cama sosteniendo una espada. Se veía cansada y con los ojos ligeramente hundidos de la tensión, su vestimenta dista de ser apropiada, pero en una situación así no importaba.
Al ver un puñado de personas y entre ellos familia, Kushina dejó la espada a un lado y desplazó la vista entre todos. Confundida preguntó: —¿Qué está sucediendo?
—Kushina, este hombre te ayudará —le aseguró Minato.
Mientras tanto, Kusanagi caminó hasta colocarse frente a la mujer pelirroja. No presentó ningún saludo ni emitió palabra excesiva. Su presencia podría interpretarse aterradora si no fuera por esa serenidad que expresaba las facciones visibles de su rostro.
Extendió la mano hasta que estuvo a centímetros del rostro de Kushina. Una calma pesada se instaló alrededor al transcurrir los segundos. Todos se mantuvieron atentos, esperando las acciones del hombre.
Entonces Kusanagi contrajo el brazo hacia sí mientras se daba media vuelta y prontamente entre sus manos, sostuvo un hilo negro brillante y humeante. Al mismo tiempo de su acción, Kushina jadeó llevándose una mano al pecho, de ahí emergió un pequeño capullo negro que se estrelló contra la pared. No solamente eso, la aparición de silueta conmocionó a lo presentes. Aquella entidad dio trompicones al tropezase por la fuerza que fue extraída.
No es difícil especular qué ese espectro es el alma huésped que se ensañó dentro de Kushina. Su apariencia era inesperada, una mujer con extremidades largas e inhumanas, con la carne a media descomposición y con el rostro hecho trizas en que se dejaba ver los huesos de los pómulos y la cuenca del ojo derecho vacía y sangrante. Para cualquiera que no esté acostumbrado a ver cadáveres sería una vista de lo más espantosa.
El alma huésped se retorció con sus extremidades rígidas. Giró la cabeza de una forma humanamente imposible, rechinando los dientes y gruñendo contra Kusanagi.
—¡Tú! ¿te atreviste a sacarme de ese delicioso cuerpo? —preguntó el espectro con voz inquietante, donde muchas que se anteponían entre sí creando un efecto sonoro rasposo. Ni siquiera esperó respuesta, abrió las fauces y se abalanzó a Kusanagi—. ¡Pagarás por tu osadía!
A pesar de estar a menos de un par de metros de distancia, Kusanagi fue impecable al desenvainar la espada qué traía colgando en la cintura (su versión en arma) trazar un arco a través del espectro junto al capullo negro. Ni siquiera tuvo oportunidad de retorcerse, el espectro lanzó un grito lastimero mientras se desvanecía en polvo.
—Menuda inmundicia —espetó Kusanagi.
La única evidencia de que su existencia fue el capullo marchito sobre el suelo que se movía como si tuviese vida propia, con las raíces enrollándose. Kusanagi se adelantó y con la punta de la espada lo dispersó en cenizas.
Finalmente, la Flor de Medianoche en Kushina fue extraída y desaparecida.
Kusanagi se giró al grupo y sentenció: —Ya no hay peligro.
Apenas dijo esto padre e hijo se apresuraron a acercarse a Kushina qué se tocaba el pecho asegurando que no dolía, simplemente resultó muy incómodo el proceso. Karin se apresuró a los estantes de la habitación buscando papel talismán y tinta para recrear el de Revelador de Identidad y confirmarlo.
Mientras tanto, Sasuke estaba mudo y procesando lo ocurrido. Pasar de tener una pequeña esperanza a descubrir la solución a un problema que lo ha atormentado por cinco largos años es un asunto que debe asimilar debidamente.
Vagamente escuchó a Minato suspirar de alivio tras verificar con el talismán qué efectivamente, ya no hay un alma huésped en Kushina.
Un peso que se quitó sobre los hombros de Sasuke y sintió cierta certeza y tranquilidad que no había experimentado desde que la Villa de Fuego cayó bajo ataque y varios fueron inducidos a coma por consecuencia de la Flor de Medianoche. Esa maldita flor que ha sido la raíz de uno de sus mayores sufrimientos.
Por poco y llora de alivio.
Observó a Kusanagi envainar la espada y acercarse a él, entonces el hombre se dejó caer en una rodilla dándole un saludo demasiado formal y habló con esa voz serena: —Maestro, he cumplido con mi deber. Espero sus próximas órdenes.
Sasuke lo miró por un largo y tendido segundo antes de imitar su postura, por un segundo Sakura estuvo a punto de detenerlo, pero retrajo las manos y las cruzó sobre el pecho arrugado la nariz. Por otro lado, Karin miraba la escena en un silencio atónito.
No prestó mucha atención a ellas, estaba enfocado a Kusanagi con el rostro alzado ante el gesto de su Maestro. Le parecía algo irreal ver a su preciada espada, la que obtuvo a los quince años, materializada de una forma corpórea frente a él. Kakashi siempre le inculcó sobre que cada arma espiritual poseía un alma, gracias a eso le tuvo mucho respeto a su espada y guqin, agradeció infinitamente por ello.
Todavía se le forma un nudo en la garganta por la pérdida de su guqin.
—Es un honor el conocerte de esta manera, Kusanagi —comenzó Sasuke con estas honestas palabras—. Agradezco tu ayuda al cortar la conexión sobre Madam Kushina. Lamento haberte ordenado sin antes saludarte adecuadamente.
Por un instante el rostro de Kusanagi reflejo estupefacción en las facciones antes de negar con la cabeza.
—No es necesario que el Maestro me agradezca, es mi deber como su arma espiritual obedecerle.
—Eres un ser independiente —objetó de inmediato Sasuke—, tienes libre albedrío y decidiste obedecerme. Un agradecimiento es lo mínimo que todos nos merecemos después de un arduo trabajo.
En ese instante Kusanagi se quedó sin palabras, luego, sorpresivamente giró la cabeza en dirección a Sakura.
—¿Lo ves, Matriarca? Esta es la razón por la que permanezco aun junto al Maestro.
—¿Te llamó Matriarca? —Karin se dirigió a Sakura quien chasqueó la lengua ante lo dicho por Kusanagi.
—Un título estúpido que todos los espíritus se ensañan a utilizar —se quejó Sakura sin contenerse—. Y no te quieras pasar de listo, ambos sabemos tus verdaderas intenciones.
Esta vez Sasuke habló, confundido por el curso de la conversación, teniendo la ligera impresión que se perdió una parte muy importante: —¿Intenciones?
No le respondieron directamente, Kusanagi se giró a él y agachó más la cabeza.
—Por favor, Maestro, acepte nuestro vínculo.
—Oh, vamos —masculló Sakura.
—¿Puedes explicarte? Me parece que no comprendo del todo tus peticiones.
—Lo que dijo la Matriarca sobre Amaterasu es cierto. Me aparté de ella porqué cambió abruptamente con la ascensión. Hizo algo que nos desagrado profundamente a mis hermanos y a mi, y decidimos apartarnos de ella. A pesar de ello, sigo perteneciéndole.
—En pocas palabras, si Amaterasu llegase ahora mismo a reclamarte, tú estarías obligado a regresar a ella. —Karin no se contuvo, aunque se veía todavía incómoda con el tema de dicha diosa.
—Así es —aceptó fácilmente Kusanagi—. Si el Maestro acepta completamente nuestro vínculo, aunque Amaterasu descienda, no estaré obligado a regresar con ella porqué ahora le perteneceré a usted.
Sasuke estaba estimándolo profundamente. Resultó que su espada en realidad no le pertenece del todo, pero el espíritu de esta quería pertenecerle completamente. Demasiada información concisa. Se frotó las sienes, pensativo a las razones de Kusanagi en huir de su dueña original y decidiera aferrarse a él.
Su gesto fue malinterpretado un poco, Sakura no tardó en dar su opinión.
—Solamente utilízalo para lo que necesitas y luego ofrécelo a Amaterasu —dijo agitando la mano y lanzando una mirada contenida a Kusanagi.
—Si es la voluntad del Maestro...
—No la es, pero si en caso rechazara aceptar el vínculo ¿Qué sucederá contigo?
—Preferiblemente no debe entregarme a Amaterasu. Puede dejarme en manos de la Matriarca si así lo desea.
—¿Por qué con Sakura?
—Ella no tendrá reparos en arrojarme a un volcán activo —dijo Kusanagi de lo más normal del mundo.
—Puedo hacerlo ahora mismo —confirmó Sakura deseosa.
Inclusive Karin estuvo de acuerdo.
—Es un buen punto, tú nunca serías capaz de hacerle eso a tu arma espiritual.
Sasuke se frotó el rostro, un tanto resignado.
—Nadie arrojara a nadie a lava ardiente.
—...
Uchiha miró fijamente a Kusanagi, ambos estaban en la misma posición, y, sin embargo, poseían diferentes estatus que al final son etiquetas sobre puestas. Y aunque Sasuke era un humano y Kusanagi un espíritu, ambos estaban vivos.
Eso es suficiente para Sasuke.
—Estuviste conmigo por más de diez años, Kusanagi. Me salvaste la vida incontables veces, por lo que, quien debería estar agradecido soy yo —expresó sincero el Cazador agachado la cabeza complementando sus palabras, duró así unos breves segundos antes de alzarla de nuevo—. Y es hipócrita de mi parte, lo sé, porqué pretendo utilizarte para romper todos los vínculos existentes con respecto a la flor. Entonces, para presentar mi buena voluntad a tus esfuerzos, aceptaré el vínculo que me ofreces.
Poco después, Kusanagi se convirtió de forma oficial el arma espiritual legendaria que en toda su existencia solamente sería empuñada por un solo hombre.
El ambiente en la Villa de las Olas se transformó en esperanza singular en cuanto Minato ordenó a los médicos reunir a todo aquel afectado por la Flor de Medianoche en una sola habitación. Al principio los Cazadores no comprendieron la extraña solicitud de su líder, pero tras escuchar que Kushina fue sometida a una técnica y liberada de dicho parásito, un nuevo vigor se extendió por todos y la situación fluyó rápidamente. En menos de una hora, el salón principal estaba repleto de las personas en coma.
Sasuke había permanecido en la orilla del puente en espera a que le llamaran. Mientras tanto, estaba en compañía de Sakura y Kusanagi, pero especialmente conversaba con Kusanagi sobre esta habilidad y cómo utilizarla en un grupo enorme. Supo que, mientras Kusanagi los tuviera en su rango de visión, lo lograría. La pauta aquí y el alcance se determinará principalmente por la energía espiritual de Sasuke ya que lo consume.
—No es un problema inmediato, posee unos de los núcleos espirituales más fuertes de esta época —expresó Kusanagi completamente seguro—. Lo que sí debe saber, es que entre mayor escala sea empleada, mayor será el consumo abrupto de energía espiritual.
—Lo tendré en cuenta.
—Cuando estoy en mi forma de arma es distinto y requiere de entrenamiento. Ahora mismo no tenemos el tiempo adecuado, pero recomiendo abordarlo pronto. Es una ventaja poder empuñarme y ejercer el corte de lazos.
—En esa forma ¿no hay límite de alcance?
Así continuaron entre preguntas y respuestas. A un par de horas antes del amanecer y se llevaban los últimos cuerpos al salón. La señal de que deberían ir ya.
Sasuke se detuvo un momento y viró el rostro. En toda la conversación Sakura se mantuvo en silencio, sentada a la orilla del puente observando el agua traslucida y de luces azules. Estiraba la mano y rozaba la superficie, Momo yacía durmiendo seguramente entre los pliegues de su kimono o abría saltado al agua. De todas maneras, no cambia el hecho de que se mantuvo callada y no lo siguió.
Tuvo una sensación extraña. De un vistazo se percató que Kusanagi se había apartado, dándole espacio y él aprovechó la oportunidad en regresar sobre sus pasos y apoyar una rodilla en el suelo junto a ella.
—Sakura.
—¿Mn? —tarareó ella sin levantar la vista.
—¿Estás enfadada?
Sakura se tropezaría si acaso fuese posible en la posición en la que se encuentra, sentada en posición de loto. Ahora sí se viró completamente a Sasuke con esa expresión estupefacta.
—¿Por qué me preguntas eso?
Él desvió un poco la vista.
—Sobre lo sucedido con Kusanagi. No querías que formara el lazo y lo terminé haciendo a pesar de que me recomendaste no aceptar.
—...
Ella lo miró por un largo segundo más y agarró su mano. Sasuke entrecerró los ojos, atraído por el apretón ejercido. Se encontró con esa nueva expresión en el rostro de su prometida, tan dulce y llena de cariño infinito, uno que le dejaba sin aliento. Sobre todo, cuando ella sonríe con sus labios juntos y sus ojos se entrecerraban a medias lunas alegres.
—Oh, Sasuke, no deberías hacerme mucho caso. Sabes que me encanta hacer comentarios al azar, aunque debo de decir que mi enfado con Kusanagi se justifica. Intentó utilizarte como escudo.
—Dijo que sólo fue al principio.
—Por eso mismo no pude enojarme más, me cuesta admitirlo, pero te es leal a ti primero. Que incluso no teme caer a mis manos sabiendo que lo lanzaré a la lava en la menor oportunidad. Todo lo hace con tal de ayudarte —resopló ella. Estiró la otra mano para alcanzar la quijada de Sasuke y acariciarlo—. Ten en cuenta esto Sasuke: nunca podré enojarme contigo por tus decisiones. Son tuyas, te pertenecen. Sean buenas o malas. Siempre las respetaré ¿de acuerdo?
Los hombros de Uchiha se relajaron. No se había percatado de que estuvo tenso en esta pequeña conversación en que exponían sus emociones. Hacia tantos años que no lo hacía, que había una familiaridad extraña en todo este asunto. Hasta ahora, mirando de frente a su prometida, le sigue pareciendo un poco irreal que este aquí con él. No se pudo evitar, la estrujo entre sus brazos, hundiendo su rostro en el cuello cuya piel desprende ese aroma a la que a aprendido asociar en cuestión de horas.
Un aroma que espera nunca volver que presidir.
—Gracias, y lo siento.
—Vamos, nada de agradecimientos y disculpa entre nosotros de ahora en adelante —alegó Sakura separándose de él para tomarlo de los hombros y mirarlo a los ojos—. Ambos sabemos nuestros sentimientos, así que basta con ello.
Una sonrisa sincera se asomó en los labios de Sasuke, y no se pudo evitar, le dio un beso rápido en los labios que tomó a Sakura desprevenida, pues parpadeó y luego su rostro centelló de una emoción alegre y vistosa.
—Maestro, Matriarca, nos llaman —interrumpió Kusanagi de cerca, sin inmutarse ante sus muestras de afecto.
Sakura hizo un puchero y fulminó con la mirada a Kusanagi debido a la interrupción. Al final Sasuke la incitó a levantarse e ir al salón para completar el encargo.
—Hagámoslo rápido. Tengo que volver al pueblo y coordinar a los discípulos antes de ir a la reunión de la noche.
—¿Qué harás con tu gente?
—Lo ideal es que marchen de regreso a casa. Algunos están gravemente heridos y necesitan atención especializada. Los médicos de aquí están saturados con su propia gente.
—Sinceramente no hice un conteo antes ¿cuántos son los heridos?
—Son cinco en estado crítico y diez heridos, los otros siete restantes están en óptimas condiciones —estimó después de pensarlo un momento.
—Perfecto, será rápido moverlos si son pocos.
Sasuke le dio una extraña mirada.
—Es todo lo contrario. Planeo que cada uno tome a un herido crítico y realice la matriz de tele transportación. El resto descansará un par de días y seguirá el viaje a pie.
—Eso tomará como dos días ¿o me equivoco?
—No lo haces, pero-
Ella agarró su mano entre las suyas y lo detuvo al costado de las puertas del salón, mirándolo con un extraño brillo en los ojos.
—No te preocupes de más. Sé de un modo que los llevará a todos a casa en menos de unos minutos. Sé que estás ansioso por ir a allá y cortar los lazos de los demás.
—Decidí ir después de la reunión de hoy. Para ir a casa se requieren dos días de viaje.
—Nop. Cuestión de minutos. Te digo, los llevaré a todos, harás lo que tengas que hacer, y luego iremos a esa estúpida reunión durante la noche. ¿De acuerdo?
Sasuke se ha dado cuenta de otra particularidad suya que ha estado grabada incluso antes de la muerte de Sakura: cree en absolutamente todo lo que le dice. Algunos dirán que es ingenuidad, otra estupidez. Él sabe que es confianza ciega, y quizás Sakura sea una de las personas a las que acepta lo que dice sin rechistar... La mayoría de las ocasiones.
Claramente se pregunta los métodos, pero los aborda cuando llega el momento.
Así que dejó de angustiarse por el tema y se concentró en la tarea entre manos.
Cortar los lazos de los afectados fue más rápido de lo que Sakura imaginó. Observó apartada desde una esquina como Kusanagi se paraba unos metros frente a Sasuke y ejercía los mismos movimientos qué empleó con Kushina.
Una vez que Kusanagi acabó con espectros, los Cazadores se apresuraron a dispersar las flores que en algunos todavía eran capullos y otras flores a pleno brote con pétalos negros mortíferos.
Ni bien acabaron ahí, se trasladaron a otra habitación dónde Minato abordó el tema sobre la cuestión de las armas espirituales y su forma física ¿será prudente revelarlo al mundo?
La respuesta es no.
Sakura sabe como terminará esto si sale a la luz: otra guerra de intereses. Si bien Minato no se ve nada interesado en aprender si su espada posee un espíritu así, los demás Clanes no compartirán su misma opinión. Tal como ahora, buscarán sus propios intereses y ¿Quién sabe? Sean los próximos en iniciar una revuelta si lo consiguen.
—La existencia de Kusanagi se puede disfrazar en la excusa que es una reliquia de Amaterasu...
—Ya no lo soy —dijo Kusanagi inexpresivo.
—... Finjamos que sí por ahora —completó Minato.
Kusanagi hizo un gesto a su Maestro.
—Habrá un problema si es esa excusa. ¿Qué dirán cuando aparezca Chikara?
—¿Chikara? ¿Quién...? —cuestionó Karin, confudida.
Sasuke se giró bruscamente a Kusanagi con los ojos muy abiertos, al mismo tiempo que rebusca en el pliegue del kimono y de ahí saca una bolsita dimensional. Sakura puede sentir una energía singular viniendo de allí.
Él tragó grueso.
—¿Estás diciendo qué Chikara también tenía un espíritu guardián?
—En efecto. Estuvo con usted desde que cumplió los cinco años, o eso me dijo Chikara —expresó Kusanagi señalando vagamente la bolsa—. Tanta es su lealtad que se niega a partir incluso después de que su cuerpo físico fue destrozado.
—Sasuke ¿están hablando de tu guqin? ¿El que terminó destrozado en esta lucha? —inquirió Karin estupefacta.
—Sí. Chikara no resistió un ataque del enemigo —dijo Sasuke acunando el bolso contra su pecho—. Guarde lo que quedó del instrumento, pero no pensé qué su alma siguiera ahí.
—Ha decidido quedarse junto al Maestro, tanto que no le importa poseer un arma ajena.
Instintivamente Sakura llevó la mano a su cinturón, ahí, junto a su nueva ficha jade, donde está amarrado el colgante compacto del guqin. Un instrumento de primera clase que no tiene ningún alma. Esta situación cae como anillo al dedo, y eso le regocijo de sobremanera. Hará feliz a Sasuke.
Dicho Cazador guardó la bolsita nuevamente y dijo: —Me alegra saberlo. Me tomaré el tiempo de conseguir un recipiente ideal para Chikara.
El momento que Sakura atrapó se perdió cuando retomaron el tema de si debían o no revelar esa información. Se encogió de hombros y decidió hallar otro momento, uno más íntimo y personal. Además, no querría tener que explicar frente a otros del porqué tenía un guqin preparado desde antes.
Es una conversación pendiente que tiene con Sasuke, y cabe decir, es la que más pavor le da. ¿Qué pensará él cuando le cuente que se habían conocido antes y llevaba muchos años en su búsqueda? ¿Creerá qué sus sentimientos se derivan a un viejo recuerdo? ¿Considerará qué su amor no es más que una ilusión creada desde alguien más?
Se frotó las sienes.
Espera que no haya una ruptura por esto. Sasuke es Sasuke. Sin importar la época, la forma o la apariencia, sigue siendo su alma. Ahora que lo mira bien, apenas es ligeramente diferente a cuando era un fantasma rango Ira. En aquel entonces su cabello era más largo y sus facciones más regordetas. En su apariencia actual dichas facciones eran afiladas y agudas, donde se sentaba la madurez de los años y siendo aún más atractivo.
Se distrajo observándolo y apenas captó la voz dentro de su cabeza.
"Sakura".
Alguien la llamó mediante la matriz de comunicación espiritual.
Hay un puñado muy limitado de cinco personas a las que le ha dicho su contraseña, y entre ellas, están Hua Cheng, Xie Lian, la Maestra de la Lluvia, Yin Yu y...
Esa última persona.
Dio un vistazo al grupo conversando y se marchó silenciosamente.
El amanecer la acompañaba en su andar por el puente lateral, ese mismo donde estuvo hace rato observando el agua y llamando a los peces. Debió ser una señal cuando de pronto apareció el esqueleto del macabí nadando entre el mar. Pero lo dejó pasar. Hasta ahora.
Se detuvo en el extremo por donde las escaleras descendían a una plataforma. Un pequeño barco pesquero comúnmente estaría amarrado ahí, pero ahora todos hacían en alta mar.
Justo se detuvo en la orilla y esperó. Apenas transcurrieron unos segundos antes de sentir una energía espesa y escalofriante inundar el aire. Ella permaneció inmutable. Esa energía era similar a la suya.
El mar se agitó y pronto emergió la silueta alta e imponente de un hombre empapado de pies a cabeza. Su largo cabello negro húmedo goteaba al igual que toda su ropa oscura que tienen ondas plateadas tejidas en ellas que brillas y resplandecen. Dicho hombre dio un paso al frente y luego otro, y ya se encontraba sobre la tarima a una distancia prudente de Sakura. Con la piel extremadamente pálida, frente afilada y cejas profundas, parecía un verdadero demonio.
Al mirarlo a los ojos azules daba la sensación de toparse el basto y profundo océano, tan desconocido y letal si no se tiene cuidado.
Este era un Rey Fantasma, la Calamidad He Xuan, Aguas Negras que Hunde Barcos.
A él lo conoció de una manera singular en sus primeros años viviendo en Ciudad Fantasma. En una de las tantas ocasiones que He Xuan busca de Hua Cheng y así pagar parte de aquella inmensurable deuda que no hace más que crecer. Una excusa para seguir en contacto a pesar de ya no necesitarse, ambas Calamidades lo saben.
Al principio He Xuan era demasiado indiferente y solitario (hasta el día de hoy lo es), pero con el pasar de los días en que Sakura se apegaba a él por curiosidad, llenando el silencio en preguntas sobre el mundo, logró sacar el erudito que alguna vez fue Agua Negras y este le dio todo un discurso (con ese tono frío y nada ansioso) sobre filosofía e historia.
Cualquiera que lo viera, no asociaría nunca que este hombre, cuando fue humano, tuvo una personalidad filial, amable y devota, trabajó mucho por sus seres queridos antes que las artimañas de algunos Oficiales Celestiales cambiaran su destino y la desgracia cayera sobre él. Parte de su existencia como fantasma y ese gran cambio de personalidad a una vengativa, se debió al odio germinado por tal injusticia.
—He Xuan —saludó ella primero.
—Sakura —dijo él con esa voz helada y fría—. Creciste.
—Bueno, hibernaste durante tantos siglos, la gente cambia en ese tiempo.
—Y sí que lo hiciste, veo que te convertiste en una Calamidad. —He Xuan caminó un poco más cerca, como si quisiera analizarla mejor. Después de todo entre Calamidades se identifican.
—Si tu verdadera pregunta es si morí, sí, lo hice. Y dos veces.
—Igual de impertinente que el imbécil de Hua Cheng —se quejó él con voz plana.
Sakura únicamente se encogió de hombros.
—Hua-ge me enseñó bien.
—Qué recuerde Xie Lian también es tu hermano mayor adoptivo. Debiste emplear sus enseñanzas, no las de ese idiota.
—Ya son dos veces que lo insultas.
—Le digo como se me venga en gana.
Sakura se rio divertida.
—Hua-ge estará feliz de saber que por fin despertaste.
He Xuan entornó los ojos.
—Saltará de felicidad cuando me vea —ironizó apartando un mechón húmedo del hombro con sus garras negras.
—No lo dudo. Tendrás que pagarle todo lo que le debes.
—Suficiente de charlas ¿Qué haces en mi territorio? —dio un vistazo a su alrededor y frunció el ceño—. O mejor dicho ¿Por qué hay una construcción en una de mis islas?
—Un grupo de Cazadores de demonios estableció su hogar hace un par de siglos. Si los destruyes ahora será fatídico, están en medio de una guerra y les darás un problema adicional —explicó Sakura señalando las embarcaciones en alta mar y luego el pueblo—. Sugiero esperes o bien hagas un acuerdo con el líder de ellos.
—Es una molestia.
—Esto es lo que sucede cuando duermes por siglos y no dejas a nadie que vigile tus dominios.
—No es como si fuera mi base. Simplemente es el estanque donde juegan mis peces macabí.
Dichos peses esqueléticos mostraron sus cabezas por la superficie del agua. Movían la cabeza estando de acuerdo con su amo. Y Sakura dio un vistazo general al enorme mar que se extendía a su alrededor. Ciertamente este mar sería la definición de "estanque" para alguien como He Xuan. Además, si estuvieran en su territorio principal, todo barco estaría hundido.
No por algo es Agua Negras que Hunde Barcos. Solamente la madera de ataud será capaz de flotar.
Negó con la cabeza, divertida.
He Xuan de pronto enfocó la vista detrás de ella con los ojos entrecerrados. Sakura viró la cabeza y se percató qué tres personas se acercaban. Se trataba de Karin, Kusanagi y, por supuesto, Sasuke. Al verlo a él, se giró por completo y le hizo una seña con la mano.
Junto a ella, He Xuan dijo despectivo: —Tengo la terrible necesidad de preguntar ¿acabas de poner una expresión de tonta enamorada?
—Se llama felicidad, dudo mucho que lo hayas experimentado por mucho tiempo —alegó Sakura bajando la mano. He Xuan se mostró inexpresivo ante este comentario—. En todo caso, siempre me alegra ver a mi prometido.
—¿Tú prometido? —He Xuan gruñó y dio otro vistazo a quienes se acercaban—. No haces nada bien, te conseguiste un hombre escuálido y ciego.
—¿Eres o te haces? Se supone que fuiste un erudito, asno —insultó ella—. Ese no es mi prometido, es aquel que camina tan seguro de sí mismo, elegante, atractivo de cabello negro con destellos azulados y ojos-
—Cállate, tus delirios me estresan.
—No es un delirio, es un hecho.
He Xuan volvió a centrar su vista en el grupo cada vez más cerca y visible, luego de un par de segundos, miró a Sakura con unos ojos que expresaba diversión insana. Él no sonreía con la boca, pero expresaba cuando algo le causaba una gracia maquiavélica.
—Ese chico me sostuvo la mirada sin miedo ni intimidarse. No digo que sea aceptable, pero no se acobarda ante una Calamidad.
—Y nunca lo hará.
—Ven a verme con comida la próxima vez. —He Xuan se dio la media vuelta y camino de regreso al mar. Sakura bufó sin responder a eso sabiendo el gran apetito de la Calamidad—. Y dile a líder de esta aldea que vendré a negociar más adelante, por ahora basta que dejen en paz a mis peces macabí. Si les hacen daño pueden despedirse de su isla.
—No soy tu recadera.
He Xuan la ignoró y finalmente se sumergió en lleno al mar. En el horizonte el sol finalmente salía y su luz natural reflejó esa zona oscura poco a poco aclararse y las ondas desaparecían dejando una superficie sin alteraciones.
Sakura subió por las escaleras hasta encontrarse justo a tiempo con los recién llegados. Nunca apartó los ojos de Sasuke qué se veía confundido mirando al mar y luego a ella seguramente preguntándose quién era el hombre.
Por su parte, Karin estaba en guardia con la mano en su espada. Al ser excelentes Cazadores y tan versados en habilidades sentirían la extraña energía de He Xuan.
—¿Qué rayos era eso? —preguntó inquieta Karin.
—"Eso" podría destruir tu hogar en cuestión de minutos si no cuidas tu lengua —espetó Sakura en advertencia—. Esta vez no los culpo de su ignorancia, pero deben saber que el Clan Uzumaki se estableció en una parte del territorio de la Calamidad He Xuan ¿y qué crees? Acaba de despertar de su hibernación.
Karin casi se cae de espalda al escuchar esta información, pálida y llena de terror.
—¿¡Una Calamidad!? ¡Pero si todas están...!
—No vivas, pero existen —interrumpió Haruno—. Tu pueblo se salvó. He Xuan es la Calamidad más tranquila de todas. Se podría decir que procura evitar problemas innecesarios que no sean de su interés.
A cada palabra la tez de Karin se ponía más pálida. Sasuke intervino en la conversación con la mandíbula apretada.
—¿Arrasará con la Villa de las Olas?
—No. Por ahora basta con que dejen en paz a sus peces macabí y esperen a que él regrese. Conociéndolo recordará venir hasta dentro de un par de décadas. Para ese entonces, es seguro que estará de mejor humor y tendrán un trato beneficioso al que seguramente pedirá que dejen en paz a sus mascotas.
—¿Conociéndolo...? —murmuró Karin.
Sakura agitó su mano. Las preocupaciones de Karin están de más si no se sale de sus indicaciones. No por algo He Xuan es el más silencioso de todos, y después de lo ocurrido hace siglos, se recluyó durante todo este tiempo a lamerse las heridas que él mismo se provocó.
Hubo un cambio en el ambiente, de pronto Karin se había acercado más a Sakura mirándola fijamente. No lo notó al principio, pero pronto se percató de que esa mujer utilizaba su poder divino, el que le permite ver auras y diferenciar a las criaturas por sus energías. Analizaba a Sakura con la mirada.
Una sonrisa perezosa se formó en los labios de Haruno y Karin retrocedió, atónita.
—Sakura, tu energía... —Karin tragó grueso—. Tu esencia tiene la misma base que la de Naruto, y es similar al de ese hombre de negro.
—¿Parecido? No ofendas —se rio Sakura de forma seca—. A pesar de ser de la misma categoría, He Xuan y yo somos diferentes.
Con esta información logró presenciar el momento exacto en que Karin unió los puntos. Las manos le temblaron y las pupilas se contrajeron, nunca apartó los ojos de Sakura como si no pudiese creer lo que veía y las conclusiones a la que había llegado.
—Imposible. Sakura, tú... ¿en verdad moriste y te convertiste en un fantasma rango Calamidad?
Esta vez el rostro de Sakura era inexpresivo.
—Si fuera así ¿me tendrías miedo?
Una pregunta que ronda en su mentey cual no tuvo oportunidad de centrarse. Un temor que no se permitió sentir con Sasuke. Fue aceptada sin miramientos y sin una pizca de vacilación. Pero ¿su familia huirán de ella? No le preocupa las personas a la que son cercanas, es más, si corren despavoridos es mejor. Lo que le tiene alerta es con su familia y conocidos.
¿La dejarán de ver por quién es?
Karin tardó en responder y eso le dio la respuesta. Sakura cerró los ojos y dio le media vuelta.
Lo suponía.
No se molestó en despedirse, anduvo de regreso por el puente con los brazos cruzados a un paso lento, esperando a que Sasuke la alcanzara. Apenas captó que él se despedía de Karin y le daba alcance. Redujo su andar hasta que él estuvo a su altura. Le dio una mirada de reojo, por detrás, a metros de distancia, Kusanagi les daba suficiente espacio personal.
—Por si las dudas, sabes que no te tengo miedo —afirmó Sasuke al cabo de unos segundos.
El repentino comentario de él logró sacarle media carcajada, tuvo que carraspear intentando ocultar su diversión, le resultó imposible que terminó por suspirar audiblemente.
—Lo sé, de lo contrario no me dejarías besarte —le provocó dándole un ligero codazo tratando de sacarle una sonrisa, lo consiguió. La comisura de los labios ajenos se curvó.
Pero no por mucho tiempo.
—Ese hombre, He Xuan.
—¿Uh? ¿Aguas Negras? —inquirió Sakura parpadeando a su dirección—. ¿Qué quieres saber de él?
—Dijiste que había despertado.
—Oh, sí. Estuvo durmiendo por casi tres siglos —expresó Sakura llevando las manos a su espalda—. Los Uzumaki hicieron una mala elección de escoger este lugar para establecerse, pero al mismo tiempo, son afortunados. He Xuan prefiere estar fuera del radar y evitar interactuar activamente con los demás. Créeme. Aunque no es una persona benevolente, no es malvado y no sale de su manera de dañar a otros sin razón.
—Igual que tú.
—Mn, si quieres pensarlo así.
—Honestamente me preocupa un poco sobre lo que ocurrirá con la Villa de las Olas.
—No debes estarlo. Este es sólo un estanque para sus mascotas.
Sakura señaló el mar, justo en el costado se veían las siluetas de dichos peces esqueléticos que andaban de aquí para allá sin molestar a nadie. Los peces vivos andaban a su alrededor como si nada ocurriera. Lo mismo debían hacer los humanos de ahora en adelante si no querían tener problemas con la Calamidad.
—¿Has escuchado el dicho que dice "la tierra pertenece a rojo y el mar pertenece a negro"? —Ante la negativa de Sasuke, ella prosiguió con cierto aire de sabelotodo—. Es una referencia a cuando solamente había Cuatro Calamidades y dos de ellas ejercían su poder. Y quiere decir: Hua Cheng domina la tierra y He Xuan domina el mar. El primero ejerce una fuerte influencia en el Reino Fantasmal teniendo bajo su control la Ciudad Fantasma. El segundo domina todos los mares y cuerpos de agua existentes junto a las criaturas de dicha afiliación. Ante el nacimiento de Ryuichi y el mío como Calamidades, se dibujaron otras líneas y dominios que conforman el Reino Fantasmal para un equilibrio óptimo en el mundo.
—¿Qué domina tu padre?
—A los demonios. Sí, ahora es un fantasma, pero originalmente nació como demonio. No pierde su dominio.
—¿Y tú?
Los ojos de Sakura brillaron a destellos rojos.
—¿Qué piensas?
A estas alturas ya se dio una idea si algo explica aquel estúpido título que se han empeñado a ponerle quienes menos esperó ver. No busca reverencia, ni siquiera una sumisión. Por ella fuera, se desentendería del asunto y listo, ninguna responsabilidad. Pero si no supiera que la perseguirá hasta el final de sus días, sería de lo más feliz.
Como le dijo a Sasuke: este mundo necesita un equilibrio. Así como los dioses ascienden cuando son llamados, las Calamidades nacen a respuesta del equilibrio. Algo que ejerce el mismo destino, tiempo, sueños y deseos. Algo más incomprensible que todos ser vivo o muerto que camina en el plano que conviven los Tres Reino. Y ellos, como Calamidades, sostienen ese Reino Fantasmal.
Sakura ha pasado en varios estados. Ha sido un espíritu, un semidemonio y ahora un fantasma.
Y eso, supuso, lo sabría Sasuke de una u otra manera. ¿Del cómo se enteró? Sospecha que su padre tiene algo que ver.
No se equivocó.
Sasuke parecía deslumbrado, con los labios entreabiertos y una impresión muda al decir: —A los espíritus.
Haruno le devolvió la sonrisa.
—Bingo.
Lo que nunca olvidará Sakura por el resto de su existencia, fue el fino orgullo que se coló entre los ojos de Sasuke, combinado con emociones encontradas de tristeza y firmeza, una emoción cruda de saber todo lo que tuvo que pasar para llegar a este peldaño, y al mismo tiempo, contemplar que superó todos los obstáculos hasta alcanzar la cima de la victoria. Una que estuvo manchada de sangre, sacrificios y la muerte misma.
Pero, sin embargo, nadie le puede arrebatar lo que le pertenece por derecho: su título de Calamidad.
Poco después Sakura estaba de cuclillas terminando de trazar la matriz de acotamiento de distancia sobre la enorme puerta cuya abertura servirá perfectamente para sus fines. Escogió el comedor comunitario por ese mismo objetivo. Cada persona que pasaba a su lado lo veía con ojos extrañados, nadie llegaba a comprender del todo que eran los extraños símbolos que trazaba con la punta de sus dedos y energía espiritual.
Tampoco es que esté interesada en explicarles.
Una anticipación ansiosa calaba en sus huesos, saber que en un par de minutos estará en la Villa de Fuego, justo dónde su familia se resguarda le trae sentimientos encontrados. Los mismo que atacaron ante la incertidumbre de si la aceptarán tal como es ahora o la despreciarán. Sea como sea lo aceptará.
Respiró hondo a pesar de no necesitarlo y retrocedió unos pasos, admirando su obra maestra. No es perfecta como las de He Xuan, pero se acerca.
—Terminé de coordinar a los heridos —Sasuke se acercó sigilosamente por detrás. Era una manera instintiva incluso antes de ser consciente de él, nunca tenía la guardia alta con su prometido—. Cuando nos indiques, partiremos.
—Justo terminé. Como te expliqué, tiene una función similar a la de la teletransportación, solamente que lo ajusté para salir directamente por alguna puerta de alguna vivienda en la Villa de Fuego. No debes preocuparte por lo demás, consumirá directamente mi energía espiritual.
Sasuke la miraba de esa manera singular, atento a cada una de sus palabras, asintiendo con toda la seriedad del mundo que dejaba entrever que la escuchaba y acataba sus comentarios tratándose de temas similares. A Sakura le deslumbra cada vez, más y más. Nunca se cansará de saber que tiene su completa atención.
Le fascina.
—Perfecto —dijo él.
No puede evitarlo. Sigue apegándose a él. Lo abrazó por la cintura y se apoyó, alzando la vista parpadeando de una forma que espera sea coqueta.
—Merezco una recompensa ¿Qué tal un beso? Aquí y aquí —señaló su frente y luego sus labios.
Los ojos negros se entrecerraron, y él no dudó en bajar el rostro y darle unos castos besos en los lugares señalados. Sakura se regocijó tanto que no lo dejó ir cuando él intentó apartarse para dar indicaciones, se negó alegando que necesitaba más besos para continuar.
—Una vez que estemos en casa, te daré todos los que quieras.
—¿Lo prometes?
—Mn.
Traducción: sí.
Con esa promesa Sakura lo soltó y comenzaron las órdenes del líder Uchiha. Obediente se colocó a un costado, observando a los Cazadores Uchiha sanos cargar las camillas de los que estaban de gravedad, uno tras otro de dos en dos pasando por la puerta sin cuestionar mucho más que un par de preguntas curiosidad. A simple vista pareciera que siguieran ciegamente las órdenes de Sasuke, pero en realidad, atisbó una confianza certera en cada accionar. Estos discípulos confiaban plenamente en su líder.
Al ser pocos no tardaron en traspasar la puerta. Cuando quedó solamente Sasuke, Sakura se había distraído lo suficiente con Momo que para cuando alzó la vista, notó que estaba Naruto despidiéndose de Sasuke mientras le entregaba una bolsita dimensional. Al parecer el fantasma iría acompañando a Karin y se verían más tarde en la reunión.
Sonrió para sí. Perfecto. No tendrá a ese estúpido fantasma cerca.
Esperó a que Sasuke traspasara primero para luego ir tras él y quitar la matriz, evitando que la analizaran (y, a decir verdad, si lo hacían no lograrían activarla por las grandes cantidades de energía espiritual que consume). Tras asegurarse, se adentró apenas un paso cuando un grito la retuvo.
—¡Sakura, espera!
La voz de Karin. Inconfundible.
Más por curiosidad que ganas, Haruno dio media vuelta y observó a Karin correr a su dirección. Atrajeron miradas intrigantes de los Cazadores a los alrededores, pero fueron despedidos cuando Naruto les indicó que volvieran a sus deberes. Ya sea por costumbre o no, los Uzumaki obedecieron y retomaron sus labores. El mismo Naruto se alejó sin siquiera dedicar una segunda mirada.
Finalmente, Karin se detuvo a unos metros lejos de Sakura, respirando un poco agitada.
—Antes te fuiste sin permitirme responder —Karin se enderezó por completo con la barbilla en alto. Todavía tenía unas banditas en el rostro y los ojos cansados, pero no se detuvo—. Mi respuesta es no, no te tengo miedo. Gracias a ti y tu invento del Talismán Revelador ganamos tiempo para este momento. Sin ti, habríamos perdido a muchos familiares.
Sakura oyó en silencio, limitándose a darle una larga mirada. Quizás su falta de reacción provocó nerviosismo en Karin, pero no lo suficiente para hacerla flaquear. Aspiró profundo y prosiguió.
—Por eso y mucho más, no podría tenerte miedo. Independientemente del estado en que hayas regresado, me alegra saber que sigues existiendo.
Las palabras penetraron profundamente en el pecho de Sakura, en aquel corazón que ya no late. En su alma que, sin saberlo, no es que necesitara escuchar tales palabras, si no que formaban parte de su orgullo y sentido común. Es normal que le teman, sí, un fantasma rango Calamidad es tan poderosa como para arrasar un país entero. Ella lo haría sin mucho esfuerzo, pero, al mismo tiempo, esa fuerza también es empleada para proteger.
Sus antiguas acciones reflejan lo que es ahora, y de alguna u otra forma, algunas ayudaron a personas como Karin. Y que le agradezcan... se sintió gratificante. Más saber que Karin, una humana, no le teme.
Es suficiente para tener la certeza que su familia no le temerá. Los demás externos podían odiarla, despreciarla o correr despavoridos, le da igual. Lo importante es su familia.
Pase a sus emociones, Sakura únicamente asintió aceptando sus palabras y sin decir nada, traspasó el umbral cerrando la puerta tras de sí.
Descripción anterior del personaje que aparece en este capítulo:
Luego está Aguas Negras que Hunde Barcos, He Xuan; raramente aparece ante los demás, el Cielo no tiene mucha información de él, sólo que su dominio se extiende sobre los mares del sur, sobrevives viajando en madera de ataúd... que haya contenido primero un cadáver, o pereces bajo el mar.
Pequeño información para quienes leyeron o están leyendo la novela: He Xuan entró a una larga hibernación debido a la muerte de "ya saben quién" tras mucho después del final de los libros. La autora de esta novela, MXTX, dijo alguna vez que He Xuan vigiló "a ya sabemos quién" hasta el final de su vida mortal *llora en chino* ME DUELE, ME QUEMA, ME LASTIMA *lanza todo*
Para quienes no siguen la novela, contexto simplificado de la historia de He Xuan: él fue un humano bastante inteligente, un erudito. Tenía una hermana menor, una prometida y sus padres. Hizo un tipo de examen para volverse un funcionario nacional, pero le jugaron chueco. Paralelamente, un Oficial Celestial, perteneciente a los dioses Elementales, el Maestro del Agua tenía un hermano menor que estaba marcado por un destino fatal. Da la "casualidad" que este hermano compartía nombre (Xuan) con He Xuan (Aguas Negras). Así que intercambió sus detinos, y así, He Xuan tuvo que vivir con un destino en desgracia que no le pertenecía mientras que el hermano del Maestro del Agua ascendió a los Cielos como Maestro del Viento (técnicamente, He Xuan estaba destinado a ascender, por eso también pudo convertirse en Calamidad).
A He Xuan lo encerraron en la carcel dónde casi lo matan de hambre, mientras que vendieron a su hermana y prometida, y sus padres murieron. Al salir masacró a personas consumido por el dolor y posteriormente murió. Como Fantasma Calamidad planeó una venganza de siglos contra este Maestro del Agua, cual logró de una forma tan minuciosa y paciente. Pero esto, esto es otra historia :D (¡Ah! Y tiene una deuda bastante grande con Hua Cheng: el 40% lo utiliza para su venganza, el 30% para mantenimiento de su territorio y cuidado de sus mascotas, y el otro 30% lo destina para comer. Sí, ese tiempo en la cárcel arruinó su estómago).
Y después de este largo contexto, con los comentarios del capítulos: sí, Kusanagi aparecerá más adelante, y sí, Chikara tambien *risas, risas* ¡ya verán como será! Ansias a que Sakura le entregue ese guqin a Sasuke, ay, el amor <3
Por otro lado, la incertidumbre de Sakura está demás, la verdad. Pero le gusta crear drama. Además ¿quién se imaginó que Sakura sería la Reina de Espirítus? Esto por supuesto es sacado a este fic y adaptado por razones del trama *risa* porqué ¿de qué más sería si las demás criaturas ya están siendo "dominadas"? por así decirlo, ya lo explicó ella dentro del capítulo :D
Mis dedos tienen ansias de escribir como patea traseros, claro que sí. Ya vamos rumbo al final -afila sus uñas- así que todo puede pasar. Pero no se preocupen, esto tendrá un final gratificante *toma café*
En fin, ¡gracias por leer! Estaré respondiendo sus comentarios a quienes dejaron :D espero traer algún capítulo a mediados de mes, si no, tendrá que ser hasta finales. ¡Les estaré avisando!
Espero que este capítulo no haya sido muy confuso, de lo contrario ¡ten la confianza en preguntar!
Nos leemos pronto, abrazos :3
Alela-chan fuera.
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