/86/ La espada que corta lazos

Lo prometido es deuda, y aquí les traigo los siguientes 2 capítulos.

Dejo imagen de referencia para Kusanagi (y sí, de ahora en adelante aparecerá también así, y no, no encontré el nomobre del artista, Google no hizo bien su chamba, por si alguien lo conoce pase name)



En este mundo hay un sinfín de mitos y leyendas. Algunas ciertas, otras no. Los únicos que conocen la verdad son los deciden extender su comprensión y buscar desde lo más profundo de cada historia. Cuestionarse más y más, buscar la verdad nunca ha sido fácil.

Entre los mitos qué eran verdad o no, hay un diversas de criaturas que comparten este mundo. Para los humanos tal conocimiento puede ser aterrador, fantasioso incluso. Es parecido a la idea de que sería imposible volar (y ahora los únicos quienes lo logran son Cazadores con un núcleo espiritual estable y un arma confiable), no lo creen hasta que lo ven.

Lo mismo sucede con los mitos y leyendas.

Había una que se remota milenios, extendiéndose por tierras extranjeras. Se deriva a la misma que decía que cada planta, flor o árbol lo suficientemente viejo y fuerte posee un espíritu guardián. Sakura fue una vez ese espíritu ligado a un cerezo milenario, por lo tanto, es poco incrédula a las leyendas. Ella es una leyenda viviente.

Así que ¿le sorprende ver materializarse el espíritu de esa espada? No del todo, sinceramente.

La leyenda que pensó en ese momento fue una que tiene grabada en su ser. Un antiguo pacto. Retorna a una época, dinastías anteriores a creación del Monte Tonglu, en que el Reino Fantasma subyago al Reino Mortal y cada vez los humanos morían en masa, tanto que los dioses pronto comenzarán a desaparecer a falta de creyentes.

En un acto de desesperación, los dioses de aquel entonces pidieron ayuda a los espíritus pacíficos de la naturaleza. Estos, al ver que los dioses no podían intervenir del todo, ofrecieron su ayuda permitiendo que los humanos forjaran con sus metales, maderas y todo lo que pudiesen ser armas espirituales. Los dioses bendijeron dichas armas y cada uno estuvo en mano de guerreros.

Lo fantástico sucedió en el campo de batalla: todas esas armas forjadas adoptaron una forma humana gracias a la energía impulsada de los dioses. Y pronto, toda arma forjada era capaz de optar por una forma humana.

Lo triste de la historia es su final.

La codicia juega un papel importante, sobre todo en los humanos. No supieron controlarse y pronto las mismas guerras eran entre humanos rompiendo así el propósito original establecido. Todo por qué todos deseaban poseer un arma espiritual qué pudiera arrasar con sus enemigos.

Finalmente cada espíritu retrocedió en un acuerdo tácito y nunca más mostraron sus formas corpóreas por más que los siguientes guerreros suplicaron por su presencia. Y así esa verdad se convirtió en leyenda.

Las apariciones espontáneas de dichos espíritus son contadas desde ese entonces, o si bien no se tiene registro y cada dueño mantuvo el secreto, o no volvieron a prestar su fuerza. Se volvieron una leyenda. Algunas veces al recurso natural lo bastante antiguo se niega a permitir que tomen de sí para la creación de armas espirituales. No tiene que ser precisamente de nobles ideales, mientras se alinee a los parámetros del espíritu guardián de ese recurso, lo permitirá.

Lo que retoma ahora, en que Sakura mantiene los ojos fijos en el hombre de aspecto escuálido y lúgubre, cubierto en túnicas antiguas y oscuras. Mantenía un pedazo de tela amarrada alrededor de sus ojos y un largo cabello azabache caía sobre su espalda. Ese mismo cabello parecía moverse por si sólo al igual que el borde de sus ropajes.

—Ahora dime ¿por qué debería dejarte ingresar a la mente de mi prometido? —cuestionó oscuramente.

El hombre tenía el rostro ladeado en dirección a Sakura. Bajó la cabeza en un cortés y firme saludo: —Matriarca.

Sakura intensificó la mirada en advertencia. El espíritu enderezó la cabeza y prosiguió.

—Desde que el Maestro me obtuvo hace más de diez años debió ser capaz de verme, pero el sello que mantuviste en su alma incluso antes de su nacimiento obstruyo qué me viera a mi o a Chikara —expresó Kusanagi, su voz era afilada como el brillo de su hoja y áspera como el mango.

—¿Es un reclamo?

—En absoluto. El sello impidió qué él fuera víctima de la Flor de Medianoche o cualquier maldición.

Sakura entrecerró los ojos, no dejaba de pasar los dedos por el cabello oscuro de Sasuke.

—En todo caso —prosiguió Kusanagi—, es mi deber ayudar a mi Maestro. Me había resignado a no ser capaz, pero ahora que regresaste existe una posibilidad.

—Hablas sobre como utilizarte para cortar lazos —estimó Sakura con la cabeza inclinada a un lado—. Pero si estoy en lo correcto, tampoco puedes decirle directamente o Amaterasu te encontrará.

—...

Ella sonrió sardónica al preguntar: —¿O me equivoco?

Kusanagi es el espíritu de esa espada, a diferencia de otras armas, es una entidad independiente ya que no está atado a ningún recurso natural, si no a una voluntad. Y esa voluntad está dividida por el deber y el querer.

Unido a la diosa Amaterasu por obligación, encontrar a un maestro por querer huir.

Como dicen, las leyendas tienen su verdad y su mentira.

Pero ese no es tema aquí.

Sakura le mostró una sonrisa nada amistosa, Kusanagi se mantuvo impasible.

—Es una lastima que tu dueña original cambiara tanto con la ascensión. No todos saben mantenerse humildes tras convertirse en dioses. Creen que, por tener privilegios y habilidades de otro mundo, pueden mirar el Reino Mortal con superioridad. Olvidaron su origen humano, y si ascendieron a los Cielos, es porqué su deber es vivir haciendo lo mejor para cumplir las peticiones de sus creyentes.

—Tienes una visión muy acertada de los Cielos.

—Lo aprendes fácilmente si sabes mirar bien. Aunque debo decir que solamente un puñado de Oficiales Celestiales hace justicia a su título.

—Palabras poderosas para la Sexta Reina Fantasma...

Sakura se irritó más.

—Suficiente. No me has dicho tus verdaderas intenciones. —Los ojos de Sakura brillaron rojizos. Se veía calma, pero en cualquier momento su lengua haría de las suyas—. ¿Qué pretendiste en elegir a Sasuke como tu maestro? Piensa con cuidado tu respuesta, mi consideración es limitada.

Sakura sabe muchas cosas, entre ellas, lo que dicen sobre "Amaterasu elige a un heredero divino y le entrega el espíritu de Kusanagi". Suena a que esa diosa es bastante misericordiosa con los humanos y les da acceso a una de sus reliquias.

Y en realidad es Kusanagi quien se ofrece y termina en manos de un heredero divino, buscando alejarse de su maestra principal ya que Amaterasu no se alinea a las intenciones de Kusanagi.

—Si es él, Amaterasu no puede tocarlo fácilmente. Es mi escudo —respondió con honestidad Kusanagi y los ojos de Sakura se afilaron al alzar las manos con sus garras negras remplazando sus uñas normales.

—Tienes tantas agallas al admitirlo en mi presencia.

Kusanagi le hizo un gesto a que esperara, no había terminado.

—Admito que al principio fue por eso, sin embargo, con el pasar de los años me di cuenta que el Maestro es una persona digna de utilizarme.

—Dame una razón por la cual debería creerte.

—El aura del Maestro es una de las más honestas con las que me he topado —expresó Kusanagi sin moverse, parecía una estatua cuyos ropajes y cabello se movían por sí solos—. Si siente tristeza, lo maneja, si es feliz, lo atesora y si odia lo acepta. La diferencia es que sabe canalizarlo y controlarlo parcialmente.

Sakura le dio una mirada contemplativa al espíritu. No lo admitirá, pero Kusanagi conoce tan bien a Sasuke. Le irritó y le agradó por partes iguales. A regañadientes retrajo las garras y siguió escuchándolo.

—Incluso cuando creyó no tener don no se detuvo, no renegó abiertamente y siguió adelante. Entrenó más que otros, y a pesar de sus limitaciones con la energía espiritual, utilizó su fuerza para ayudar a los demás sin importar el estatus. Inclusive estuvo de lado se los semidemonios, personas inocentes que la única falla que tuvieron fue nacer con una parte demoníaca. Eso, a mi parecer, lo hace digno de ser mi nuevo maestro.

—...

—Además que —Kusanagi por primera vez suspiró— es heredero divino de Su Alteza Real Xie Lian. Si Amaterasu va contra el Maestro, sin duda Su Alteza dirá algo al respecto. Y la mayoría de los dioses no son lo suficientemente valientes para ir en contra de él, o, mejor dicho, de su cónyuge Lluvia Sangrienta.

—Oh, entonces esa es la verdadera razón. Te atreves a utilizar a mi prometido y mis hermanos mayores de escudo.

—Te lo dije, al principio sí. Pero ahora es a voluntad.

—¿Sabes qué puedo arrojarte a un volcán activo?

—Hazlo, pero que sea después que ayude al Maestro en esta guerra.

La obstinación de Kusanagi era palpable a pesar de su apariencia lúgubre, la oscuridad absoluta de una cueva sin vida, ni un alma qué pudiese brindar una luz. Todo el emana una resolución absoluta. A Sakura le da la sensación que no se retractará y buscará la manera de ayudar a Sasuke ya sea que ella le permita o no atravesar el sello.

Se frotó un poco el rostro.

—De acuerdo. Prosigue. —Accedió no sin antes lanzarle una mirada amenazante—. Si te atreves a dañar su mente, te entregaré personalmente a Amaterasu.

Sabía que, para Kusanagi, regresar con su antigua dueña es mucho peor que la muerte.

El espíritu asintió y pronto se disipó en una neblina y rayos morados que se impactó sin efecto físico en el cuerpo de Sasuke.

Sakura tocó la cabeza sobre su regazo y canalizó energía en el sello creado con la esencia que dejó hace siglos sobre el alma de Sasuke. Esa que le ayudo a encontrarlo se convirtió una protección poderosa qué lo resguardó.

Esperaba que en verdad Kusanagi ayudase a Sasuke. No quería que él tuviera que recurrir a otros métodos para averiguar cómo cortar el lazo. Por consecuente, tendría que romper pronto su promesa de no intervenir.

Al atardecer Sasuke se despertó paulatinamente, descansado lo suficiente para no sentir la pesadez. Tuvo la sensación de que tuvo un sueño al que apenas puede reparar sin olvidarlo. Hay una bruma oscura, diferente y nada amenazante, es parecido a la sensación de ser ignorante sin pretenderlo. Algo albergado en el interior de su mente, a la espera de ser descubierto.

Parpadeó entre ratos encontrándose con Momo durmiendo plácidamente a un lado de su cabeza, enroscado sobre sí y apegado a Sakura. En algún momento de la tarde regresó, el recorrido debió agotarlo si no se levantó a pesar de que Sasuke le pincho la cola con un dedo.

Luego viró la cabeza buscando la mirada que tanto deseaba ver. Ella no cambió de posición. En sus manos traía un pergamino cual leía con una ceja alzada y un gesto aburrido, pasando los ojos entre los renglones como si no encontrase lo interesante en el texto.

Pronto Sakura se percató de que había despertado e inmediatamente esos ojos se volvieron media luna de felicidad.

—Buenas noches, dormilón —expresó melosa tirando el pergamino a un lado a favor de darle un beso la sien—. ¿Descansaste lo suficiente?

—Sí...

La duda filtrada en su voz atrajo la atención de Sakura: —No te escuchas muy convencido.

Sasuke se sentó correctamente en la cama dirigiendo la vista sobre la espada reposando en la mesita baja de la estancia.

—En verdad descansé, es solo que tuve un sueño extraño en que veía a Kusanagi materializado. —Se acercó a la espada y la tomó, analizándola. Luego se rio entre dientes y negó con la cabeza—. Debió ser producto de mi imaginación, quizás mi desesperación se reflejo de esta manera.

Al virarse esperando ver una sonrisa en Sakura, se dio cuenta que ella estaba silenciosamente expectante, observándolo con la quijada apoyada en la palma de su mano y con una pierna sobre la otra. En esa posición casual, finalmente ella esbozo una sonrisa de lado.

—Antes me reñías cuando maltrataba un arma espiritual porque creías que poseen un alma —dijo ella aparentando modestia—. ¿Qué tal si te digo que no solamente tienen alma, si no que pueden comunicarse con su portador?

Los ojos de Sasuke se ensancharon y regresó la vista a la espada, casi taladrándola con los ojos. La sostuvo con gran fuerza.

—¿Quieres decir que...?

Antes de que pudiera terminar la frase, unos toques en la puerta lo interrumpieron. Intercambio una mirada rápida con Sakura qué repentinamente chasqueó la lengua malhumorada.

Ese repentino cambio tuvo su respuesta al abrir la puerta y encontrarse cara a cara con Naruto.

—Tenemos un problema. —Fue lo primero que dijo su mejor amigo y su expresión reveló cierta ansiedad—. A mi madre le implantaron la Flor de Medianoche.

La noche había caído desde hace poco. Sasuke sentía la piel erizada debido al aire húmedo y fresco de la playa mientras caminaba por el largo y enorme puente directo a la Villa de las Olas. El mar a su alrededor, desde el fondo emitía una luz azul efervescente qué resalta los animales marinos qué nadan por la zona. Esa misma luz envuelve parte de los bordes del puente.

Sus mechones se agitaban junto a sus ropajes blanco y limpios, sus botas resonaban ligeramente contra la madera. No era el único par de pasos que se escuchaban.

Junto a él, pegada a la orilla, Sakura mantenía las manos en la espalda y estaba ligeramente inclinada al mar, como si esperara ver alguna clase de pez luminoso. Momo yacía sobre el hombro menudo de la fantasma como su fuese un pequeño saco de papas y miraba con curiosidad al agua, agitando su cola cual perro emocionado.

Cuando él preguntó si halló lo que buscaba, ella negó con la cabeza y extendió los brazos a los lados tras decir: —Busco un pez macabí. Uno enorme, como de este tamaño. Está muerto.

Si Sasuke vio a un montón de peces nadando alrededor, no comentó nada. Quizás se refería a otra subespecie. No es que él sea versado en los animales del ecosistema marino. Prefirió callar sus opiniones al respecto.

Dio un vistazo al frente. Liderando el grupo estaba Karin con el mentón inclinado y yendo a paso rápido, le seguía Naruto junto a ella, hablaban en voz baja, pero nada secreto. Ambos estaban preocupados por el estado actual de la líder Uzumaki.

A decir verdad, Sasuke se sentía igual. La Flor de Medianoche es como un parásito que una vez dentro de ti, es difícil de liberarse que parece imposible. O eso se creía hasta hoy. Tiene una esperanza en lo más recóndito de su ser, una relacionada con lo que sonó, pero no logra juntar las piezas. Y no es algo de lo que pueden hablar casualmente en medio de un puente.

Al mirar por su hombro notó a un grupo de cinco Cazadores Uzumaki acompañándolos. Estos eran los guardias qué custodian la Villa de las Olas y estaban ahí específicamente para vigilar a Sakura. Esta, por supuesto, los ignoró después de sonreírles burlona y seguir a los demás por el puente.

Tendría algo que decir respecto a la actitud agria de los guardias, pero sabiendo que irán a dónde está Kushina, dejó pasar el gesto. Cada Clan tiene sus propias reglas y ahora que los líderes Uzumaki están en delicado estado, se mantienen alertas.

Llegaron pronto a las enormes puertas que se abrieron de par en par apenas los centinelas vieron a Karin. El grupo la siguió por las calles vivientes de la Villa. Eran una pequeña comunidad en la que se centraban los familiares de la rama secundaria de los Cazadores que vivían en el dojo principal, conformado por la familia principal. Justo ahí el grupo se adentró.

A Sasuke le invadió cierta nostalgia al recorrer las calles, hace tantos años que no pisaba este lugar. Un vistazo al rostro de su mejor amigo y acertó en pensar que él estaba más afectado. Se adelantó para apretarle el hombro en un gesto conciliador. Naruto no lo miró, pero reconoció su presencia.

—Pensé que jamás volvería aquí. —Naruto tragó el nudo visible de su garganta y la voz afectada por los recuerdos.

Pronto se adentraron al dojo principal conformado por casas tradicionales conectadas entre sí por pasillos con arcos pronunciados. Dentro había algunos estanques de agua dulce con carpas naranjas nadando. Al verlo Momo intentó ir tras ellos, pero Sakura lo retuvo a tiempo y le riñó en voz baja que se comportara, para luego acomodarla entre los pliegues de sus kimonos y darle de entretención una nuez que hizo aparecer de la nada.

A estas alturas a Sasuke le seguía impresionando ese mudo "materializo cualquier cosa de quién sabe dónde".

Más pronto que tarde, el grupo yacía dentro del recinto en el que descansaban los líderes Uzumaki.

A veces a Sasuke se le olvidaba que tenía el mismo estatus que Minato y Kushina, lo recordaba cuando otros Cazadores le llamaban por su título o marcaban demasiado las reverencias, siendo tan formales y excesivamente cuidadosos al hablar con él. Siendo honesto jamás le gustó recibir tales gestos, eran insinceros en su mayoría y estaba cansado de fingir cortesía cuando plenamente no existe.

Por eso, cuando Minato traspasó la puerta de su habitación privada con ese gesto de cansancio y seriedad absoluta, dándole media reverencia al que corresponde la etiqueta, Sasuke lo hizo más marcado sin importar que tuvieran el mismo título de líderes. Para él, Minato siempre será alguien que merezca todo su respeto.

—Líder Minato —saludó incitándole a que no se inclinara más. Los líderes Uzumaki resultaron heridos, tiene dudas sobre si el doctor le permitió a Minato levantarse de la cama.

Naruto todavía seguía a su lado y veía a su padre con algo parecido a la vergüenza y terror, como si en cualquier momento Minato le reclamara porqué en todos los años vagando en el mundo apenas decidía aparecer frente a frente y a voluntad. Pero no ocurrió, Minato rompió su fachada calma y abrazó a su hijo, o, mejor dicho, el fantasma que ahora es su hijo.

Hubo palabras murmuradas que Sasuke no se esforzó por escuchar, en cambio, agarró a Sakura por el codo y la arrimó con delicadeza a un costado dándole a Minato, Naruto y Karin cierta privacidad.

Hay algo que ronda sin parar por su mente que le inquieta.

—Sakura, sobre Kusanagi —susurró lo suficientemente bajo para no irrumpir la conversación de los Uzumaki—. Dijiste que su espíritu es capaz de comunicarse conmigo.

—Efectivamente, pero más importante ¿Qué hizo o qué dijo?

Él arrugó la frente y pasó su mano por el costado de su rostro, pensativo, tratando de rememorar cada detalle de aquel singular sueño.

Era un lugar parcialmente iluminado, parecía una especie de cueva y había un sinfín de hilos rojos colgaban desde arriba hasta unirse al suelo. Sasuke se mantuvo en el medio donde se había formado un círculo vacío. En el sueño, tuvo la sensación de estar buscando algo en particular hasta que un hombre joven escuálido con los ojos cubiertos se materializó frente a él.

—En ese instante, por alguna razón, supe que era él —finalizó Sasuke tras explicar los detalles—. Cuando pregunté como utilizar su habilidad. Él dijo: "Encontrarás la verdad en el río qué emana tu voluntad".

Sakura parecía desconcertada. Él lo estaba aún más. No comprendía del todo las palabras del espíritu de su propia espada. Le aprecia todavía irreal qué Kusanagi hubiese intentando comunicarse con él.

Si era posible ¿por qué ahora y no antes?

Las dudas le daban jaqueca. Miró a Sakura.

—¿Es lo qué tu sabías?

Ella agitó la cabeza.

—Parecido —Le lanzó una mirada a la espada reposando en la cintura de Sasuke y le dio un golpecito—. Tú, debes ser más claro con tus acertijos ¿qué demonios es eso de "encontrarás en la verdad en el río que emana tu voluntad"? Dijiste que querías ayudar y por eso te deje entrar a su mente.

Esto, sin duda, atrajo toda la atención del Cazador Uchiha.

—¿Lo dejaste? —inquirió él confundido.

Presenció como el cuerpo de Sakura se tensaba, lo que salió de su boca no estaba destinado a ser escuchado ya que de pronto esos ojos que siempre destilaron confianza de pronto se vieron un poco nerviosos.

—Ustedes ¿Qué es eso que dijeron sobre el río?

La repentina voz de Karin los saco a ambos de su ensoñación. Al virarse notaron qué Karin estaba cerca con los brazos cruzados y una mirada expectativa. Atrás, Minato y Naruto dirigían su atención a ellos, viéndose un poco confundidos.

Sasuke tuvo que desplazar la conversación con Sakura para más tarde. Ahora niveló los ojos en dirección a Minato. La desesperación que desprende es silenciosa, después de todo, es Kushina la que se encuentra en un estado delicado.

Aspiró profundo, intentando encontrar las palabras correctas. Intercambio una breve mirada con Naruto. Él sabía sobre su investigación y algunos resultados, no todo. Sin embargo, dejó en sus manos la decisión de externarlo o no.

Esa muestra de confianza le infundo valor.

—No quiero darle falsas esperanzas conforme al estado de su esposa ya que no tengo la total certeza, pero posiblemente encontré una solución —eligió con cuidado sus palabras, no asegurando de en lleno tener las respuestas, más bien manejándolo como una opción.

Minato parpadeó. Su rostro recobró un poco de brillo.

—¿Te refieres a la solución que mencionaste buscar en la última reunión?

Sasuke asintió. En esa reunión no dio detalles, simplemente aseguró que se encargaría de hallaron.

Procedió a agarrar el mango de Kusanagi y con ese gestó explicó sobre su certeza de que esa arma era la misma de las reliquias de Amaterasu. Al igual sobre su investigación en pergaminos, ejemplares y libros traducidos desde un idioma antiguo con el que pudo rescatar y tener notas importantes de Kusanagi.

El gran detalle radica en no saber cómo manifestar o utilizar esa habilidad en la espada. El silencio se hizo profundo a medida que relataba nuevamente su sueño, el cómo Kusanagi se materializó y le entregó una frase.

—Más que una frase ¿no sería un acertijo en sí? —estimó Minato en tono pensativo tratando de crear ideas alternativas.

Karin estaba enfocada en otra cuestión, agitó un poco la mano en ademán atrayendo la atención de Uchiha.

—Más importante, dijiste que era el espíritu de tu espada apareció en tus sueños. Sé que las armas poseen almas, pero nunca había escuchado que tengan una forma humanoide. Es imposible.

Ante esto, Sasuke dio un vistazo al costado, justo donde Sakura estaba de pie con una mano apoyada en la cintura y la otra acariciando con parsimonia la cabeza de Momo. La expresión de su rostro era calmada y un tanto aburrida a su conversación. Al sentir los ojos de todos sobre ella, alzó la vista junto a una sonrisa seca.

—Siglos atrás decían que era imposible volar, y velos ahí, montando sus espadas impulsados por energía espiritual —enarcó una ceja y regresó su atención a Momo, como si nada le importase—. Nada es imposible.

—¿Insinúas que nuestras armas pueden tomar forma humana?

—¿Tú que crees? —Esto Sakura lo dijo de una forma que decía "no me preguntes más porqué no te diré".

Sin embargo, Karin no era la única con estas dudas. Sasuke estaba igual de intrigado. Sakura sabía mucho más de lo que aparenta y ella jamás habla sin tener la certeza de respaldar lo que dice. También él sabe que ella no dirá nada a menos que esté sumamente colaborativa o él pregunte directamente.

—Tengo dudas respecto a Kusanagi —empezó a decir él fingiendo pensarlo mucho, escuchó de fondo un bufido de Karin y casi podía sentir a Naruto mascullar un insulto a Sakura—. No comprendo del todo porqué puede manifestar su alma así ¿lo sabes?

Inmediatamente Sakura dejó de mimar a Momo y se adelantó a él un paso, mirándolo con ojos resplandecientes, ansiosa por aclarar sus dudas. No tardo mucho en adoptar ese porte en el que está lista para una pequeña conferencia.

—La respuesta es muy sencilla y todo comienza por la creación de las mismas. Primero debes saber que cada recurso natural de este mundo posee una esencia, energía yang de los vivos. Ahora, si existen durante un largo tiempo en este mundo, esa energía yang se condensa lo suficiente para dar paso al espíritu que protege ese recurso natural. Que el espíritu te siga o no dependerá primero de, si posee un espíritu, y segundo, si lo que vio en ti lo convenció.

—Pero eso no explica porqué se puede manifestar —interrumpió sin piedad Naruto.

Sakura le envío una mirada iracunda.

—Te invito a decir lo restante, oh, cierto no lo sabes —se burló sin piedad provocando que un tic asaltar la ceja del fantasma, pero ella no incitó más, centrándose en responder adecuadamente a Sasuke—. Sabiendo esto, en la antigüedad los dioses hicieron un pacto con dichos espíritus en el tiempo que el Reino Fantasmal tenía un yugo sobre el Reino Mortal. Le llaman la época del Renacimiento Humano.

—No recuerdo alguna parte de la historia que mencione eso —divagó Minato con ciertas dudas.

—Son hechos que se mantiene en la memoria de algunos, no hay registros escritos públicos o por lo menos hasta yo sé. —Ella se encogió de hombros—. Lo que sí sé es que aquella leyenda que decían sobre las armas humanoides es cierta. El problema radicó en la avaricia humana, como no. Las guerras continuaron entre ellos utilizando los espíritus, y estos comenzaron a rehusarse a ayudar hasta que se negaron por completo a participar en las guerras.

—Por eso después emergieron los animales espirituales, para compensar esa pérdida en el mundo —estimó Sasuke entre sus divagaciones. La sonrisa resplandeciente de Sakura le dio a entender que atinó a la verdad.

—Así es, el mundo debe tener un equilibrio.

Lo mismo sucede con el Monte Tonglu y las Calamidades, pensó Sasuke ante las circunstancias.

—Comprendo esa parte, pero Kusanagi, por lo que dejaste dicho, es un arma que conforme a la voluntad de Amaterasu elige a su portador entre los herederos divinos por órdenes de ella misma.

—¿Amaterasu elige al portador? —exclamó Karin con los ojos ensanchados ante lo dicho por Sasuke.

Inclusive Minato estaba impresionado.

—Bueno, esa es la versión oficial que se dice en el mundo mortal.

—¿Versión oficial?

Los ojos de Sakura se entrecerraron al darle un vistazo a Minato, como si estimara las próximas reacciones. Al final, se encogió de hombros y dijo sin remordimiento:

—La verdadera razón es que esa mujer es una diosa marcial bastante malcriada e impertinente, pretenciosa y que le gusta imponer su voluntad sobre los demás —destiló sin pelos en la boca—. Y por esos sus armas espirituales se desagradaron de ella y buscaron apartarse.

A Sasuke no se le paso que los Uzumaki se tensaban ligeramente, ya que, cabe aclarar, Amaterasu es la diosa que bendijo la línea de sangre de los Uzumaki. Debía ser un golpe escucharlo así, trató de mirar a Sakura, pero ella siguió sin importarle nada.

—Las reliquias se resguardan en el mundo mortal rodeados de humanos como una barrera natural, así Amaterasu no puede atacarlos. Si la Corte Celestial se entera, recibirá un castigo por infligir la ley.

Karin no soportó más, dio un paso al frente con el ceño bastante fruncido.

—Guarda silencio, estás blasfemando al nombre de la diosa a la me concedió mi poder divino. Además, hablas sin fundamentos.

—¿Sin fundamentos? —Sakura parpadeó, como su estuviese desconcertada. Luego soltó una risa fría—. Puedo decirlo porqué he tenido la desgracia de coincidir con esa mujer.

Ahora sí hubo quijadas ligeramente abiertas, tantos Karin como Minato. Naruto únicamente chasqueó la lengua y no comentó nada al respecto. Sasuke supuso que se debía a la propia naturaleza fantasmal, es común escuchar este tipo de situación.

Sakura sonrió.

—Así que tengo una opinión muy marcada al respecto. Pero es sólo mi opinión personal, por favor, no te hagas una idea equivocada —expresó con dulzura Sakura—. Soy de una especie que la mayoría desprecia, es normal que los dioses me vean con desagrado. A los humanos deben tratarlos con respeto y buena voluntad, de ustedes depende su existencia. Si dejan de rezar y encender incienso a su nombre o los olvidan, ellos desaparecerán. Así de simple. No olviden que los dioses alguna vez fueron humanos.

Es un principio básico en el Cielo por lo que Sasuke entiende. Se atreve a decir que gracias al encuentro con Su Alteza Xie Lian, un dios Marcial, puede entender la esencia del concepto de la divinidad. En un principio se deslumbró por lo que un dios representa, pero tras recordar lo último que dijo Sakura, cayó en cuenta (mas no se desilusionó) sobre el verdadero papel de los Oficiales Celestiales y su origen.

Esto no querría decir que los demás comprendieran.

Decidió no abordar más este tema, o de lo contrario, tendría que intervenir en un debate extenso a la que (sospecha) Sakura estará gustosa de destruir. La fe y esperanza de cada quién puede ser frágil, y romperla ya sea o no intencionalmente es grave.

—Nos hemos apartado del tema principal —dejó ver antes de que Karin pudiese objetar sobre lo anterior—. Entonces si Amaterasu no es quién elige al portador, quiere decir que es Kusanagi por voluntad propia.

—En efecto. Y él te eligió a ti como su maestro —concedió finalmente Sakura bastante resplandeciente—. Ninguna otra persona puede pensar en portarla, y por extensión, utilizar sus habilidades.

—Bueno, no es que sirva de mucho si no sabe cómo utilizarlas —expresó Naruto sin afán de insultar, simplemente se veía muy cansino al frotarse el rostro. Se parecía mucho a Minato en ese instante con la desesperación muda en sus iris azules—. Ese acertijo es confuso, ni siquiera sabemos si pertenece algún poema o se refiere a algún tipo de adivinanza. Es como si hablara en otro idioma.

De pronto, Sasuke se quedó estático tras escuchar la última frase de Naruto. Miró a su mejor amigo con cierta intensidad, como si en él pudiese descubrir el secreto de dicho acertijo. Naruto le devolvió el gesto más dudoso, tratando de leer sus expresiones, pero Uchiha no le dejó, rápidamente se giró a Sakura tomándola de los hombros.

—¿Sasuke? —inquirió Sakura curiosa.

—La frase. Se los dije en nuestro idioma porqué mi mente así lo tradujo, pero en realidad, Kusanagi habló con otras palabras —dijo soltándola, pero manteniendo esa sensación de que estaban acercándose a descubrir la verdad.

Los ojos de Sakura se ensancharon: —Claro, por supuesto. Después de todo, lo que descubriste de Kusanagi lo tradujiste directamente de un idioma muerto.

—Diablos, Sasuke ¿aprendiste un idioma muerto? —se sorprendió Karin.

Sasuke solamente sonrió ligero a respuesta. Siendo honesto, aquel fue un trabajo constante durante cinco largos años. La biblioteca de su hogar mantenía un sinfín de ejemplares, y la mayoría de las secciones que pocos accedían estaban en otro idioma. Él recorrió cada pasillo y tocó cada libro. Se atreve a decir, que es el único que conoce cada uno de ellos y su contenido. Lo que provoca el insomnio constante y las ansías de devorar la información para dar con la respuesta indicada.

—¿No es impresionante? —le siguió Sakura con orgullo—. Es todo un genio.

—A lo que voy, es que decía algo parecido a...

Sasuke continuó con la frase, tratando de imitar el sonido, aunque no serviría de mucho si nadie más que él podía comprenderlo. Además, sus conocimientos son gramaticales, visualizar la forma de escritura es muy diferente a escucharlo hablado y eso lo sabía muy bien. Guardó una esperanza. Sakura descifró las últimas hojas y adicionó detalles, eso quería decir que conocía el idioma al igual que él.

No se equivocó, ella le corrigió suavemente en la pronunciación de algunas palabras. Aún así, nadie le halló el sentido.

—Quizás si lo visualizamos... —murmuró Sakura frotándose la quijada.

Sasuke se giró al líder Uzumaki que los observaba en silencio especulativo.

—Líder Minato ¿tiene dónde anotar?

Pronto en la mesa de la estancia se extendió un pergamino en blanco. Sakura agarró el pincel y trazó los kanjis que para Sasuke eran familiares, cada línea y símbolo contienen un significado, mismo que su mente tradujo tal cual. Cuando la frase estuvo plasmada con tinta, los cinco pares de ojos se mantuvieron sobre los trazos.

—No le veo que haya algo más —espetó Naruto.

—Oh. ¡Oh!

Karin dio brinquitos mientras rodeaba la mesa, empujando un poco a Sasuke para que se apartara del lado dónde se visualizaba correctamente la frase. Apoyó las manos sobre la madera e inclinó medio cuerpo al frente, fijándose en las primeras palabras de la frase "la verdad".

—Estos kanjis los he visto en la biblioteca, dentro del lote nuevo que nos trajeron, tío —le explicó a Minato con un gesto a dichos trazos—. Lo recuerdo. Venía en la portada de los ejemplares más viejo y fue tratado con extremo cuidado.

—¿Será posible que la frase sea el título de un libro? —inquirió Naruto a nadie en particular.

—Sólo hay una forma de averiguarlo.

Técnicamente el capítulo nos dio contexto general de las armas, siendo honesta, aquí está mis justificación porqué desde el inicio siempre quise hacer esto con las armas espirituales, pero no se dio la oportunidad hasta ahora. Que se vea que el poder del guion está del lado de Sasuke ¡es que es mi niño adorado! -lo abraza-

¿Por favor, podemos señalar que Sakura es toda una biblioteca andante que, si le pregunta alguien que no sea Sasuke, será indiferente? Y el Sasuki ya se dio cuenta de eso, y se aprovecha de esto (además, a Sakura le encanta que se aproveche) 


PD: Si el capítulo se sintió corto no es coincidencia, si lo juntaba con el siguiente se iba a armar un monstruo por eso decidí dividirlo :3

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