/81/ El fantasma misterioso

Hola, hola ¡después de mucho tiempooo (dígase unas semanas) por fin está el siguiente capítulo! *aplausos* gracias, gracias, creí que no lograría traerles algo pronto pero se logró.

Entoncesm ejem, apetición de algunos más que otros, decidí dividir el pasado de Sakura en 3 capítulos algo largos. Es necesario para avanzar a la siguiente fase, porqué todos tenemos dudas de que pasó entre ella y ese Sasuke, así que estaremos aclarando muchas dudas. 

Técnicamente es un maratón, ya que cada capítulo equivale a 2 de los que suelo escribir, pero no quise dividirlo tanto para no perder la continuidad. Así queeee, espero disfruten la lectura :D 

Advertencias: bueno, si no es obvio, muerte, muerte y más muerte (?

Sakura jamás imaginó que el día en que conoció oficialmente a Sasuke marcaría un después en su existencia.

Desde tal ocasión ella insistió en darle a Sasuke un collar de piedra ónix como agradecimiento y disculpa por su atrevimiento. A pesar de las negaciones del fantasma, él terminó por aceptar, citando que sería poco amable de su parte rechazar el regalo de una doncella.

Nunca había tenido tanto tiempo el rostro rojo. Sakura regresó a Mansión Paraíso con las mejillas calientes y mareada por las nuevas sensaciones.

Después de eso, los días transcurrieron con una nueva anomalía adicional. Iba varias veces al garito disfrazando su actitud con la excusa de visitar a los señores de la ciudad. Todo esto tal de tener la oportunidad de toparse con Sasuke. Es un pensamiento ocasional que surgió tras la despedida anterior.

Las palabras que él pronunció antes de irse resuenan en su mente con mucha sinceridad:

—Espero que nuestro próximo encuentro no sea con agradecimiento ni disculpas de por medio.

En esta vida Sakura aprendió que las oportunidades no vienen por sí solas, se crean. Y a pesar de aventurarse a terreno desconocido (emociones que no comprende del todo pero que se agazapan en su pecho), se arriesga en recibirlas a intentar comprenderlas.

Afortunadamente sus esfuerzos fueron aceptados. Se topó ocasionalmente con él. Era difícil de interpretar la expresión que traía el fantasma bajo esa máscara de gato, pero la cabeza ligeramente inclinada a un costado y un gesto de manos indicaba que la reconocía. Sakura se sonrojaba y le devolvía titubeante el saludo antes de huir en busca de Hua Cheng o Xie Lian.

Esta táctica cambió un par de semanas después. Caminando por el mercado fantasma se encontró a Sasuke rodeando por un grupo de cinco niños y niñas cuyas manitas le agarraban de los pliegues de su túnica mientras él mostraba una serie de juguetes artesanales, cuales sacaba de la bolsa de tela desgastada que colgaba de su hombro. Sostenían una conversación y los niños seleccionaba los que más les atraía la atención.

Por la manera en que los infantes fantasmas parecían cómodos, estimó que no era la primera vez que ocurría este acontecimiento peculiar.

Contempló desde la distancia a los infantes hacer reverencias a Sasuke y luego salir corriendo por las calles riendo felizmente y sosteniendo cada juguete con mucho ahínco. Sakura no pudo evitar acercarse por detrás cuando Sasuke se incorporó sacudiéndose el polvo de la parte delantera de los kimonos oscuros.

—No sabía que regalabas juguetes a los niños —comentó Sakura con calma, tratando de no sentirse muy nerviosa por este repentino encuentro. Desde aquella ocasión no han hablado adecuadamente a pesar de toparse a menudo en el garito, además, él siempre estaba trabajando.

Sasuke sonrió ligeramente, todavía sin mirarla.

—Se los doy cuando consigo reparar algunos retrasos.

—¿Tú los fabricas?

—Algo así. —Sasuke finalmente se viró completamente a ella, pasando una mano por su cabello. Los mechones cayeron con gracia en su atractivo rostro—. Aprendí a transformar la basura de algunos en el tesoro de otros.

A Sakura le conmovió esto. Dio un vistazo por dónde los niños se fueron, cierta duda le inquietaba.

—Si no es intrusivo preguntar —inició cuidadosamente. Sasuke tarareó en su propia versión de intriga—. ¿Por qué lo haces?

Esta pregunta nació de un deseo al querer conocer más a este hombre. Esto es lo poco que sabe: Sasuke es un fantasma (de rango desconocido) y al parecer es relativamente fuerte ya que el verdadero trabajo que Hua Cheng le ofreció fue de mensajero en el Reino Mortal, pero Sasuke lo rechazó tomando un puesto normal en el garito; y no menos importante, parece una persona amable pero atrevido en palabras si algo le dice la impresión de su primera conversación.

Sasuke la contempló desde arriba con un brillo extraño y desconocido en sus orbes oscuros. Al final, Sakura no soportó el escudriño directo y desvió la vista primero, carraspeando al intentar no sonrojarse por la atención que el fantasma le daba.

—Si puedo darles un poco de alegría en medio de su confusa muerte —respondió él finalmente—, me sentiré plenamente satisfecho.

—¿Lo haces por motivos de gloria personal? —Ella se quedó perpleja.

La sonrisa de Sasuke se hizo más aguda.

—Si así fuera ¿estarías decepcionada de mí?

Tal pregunta fue inesperada. Sakura se impresionó por su cuestionamiento directo y lo reflejó su expresión. Sasuke nunca apartó la vista de ella, y fue muy extraño. Apenas se conocían, era la segunda vez que se veían de frente, pero sintió una extraña conexión inexplicable con él. Su conversación, apenas caía en cuenta, fue demasiado fluida a pesar del nerviosismo inicial. Un ritmo fácil.

Fue algo extraño y a la vez mágico.

Sakura negó con la cabeza, esbozando una sonrisa ligera.

—No debería ser importante si me siento decepcionada o no por tus acciones.

Lo miró y esta vez Sasuke desvió la vista sin responder directamente esa declaración. Luego regresó su atención a ella con más intención.

—Ya que me hiciste una pregunta, te devolveré una.

Sin haberse esperado este giro de acontecimientos, Sakura se quedó muda unos segundos y luego recobró la compostura. Por supuesto, no debería sentirse agraviada por su movimiento. En primer lugar, ella comenzó la intrusión a la vida personal de Sasuke. Es justo que él busque encontrar información personal de ella.

Asintió resueltamente y se preparó, la pregunta puede ser sumamente importan-

—¿El color de tu cabello es natural?

¿¡Está bromeando!?

Sakura no pudo evitar quedarse pasmada ante el repentino cuestionamiento. De todas las preguntas que pudo haberle hecho ¿él tenía más curiosidad por su color de cabello? Se miraron por unos largos y tensos minutos antes de que ella no lo soportara más. Se rio a carcajadas, doblando la mitad de su cuerpo mientras se tomaba del estómago.

¡Tan absurdo!

Se rio largo y tendido, no recordaba cuando fue la última vez que una risa salió desde lo profundo de su corazón.

—Es agradable saber que mi curiosidad te causo gracia —expresó Sasuke con una expresión sumamente seria, lo único que delataba su propia diversión era la comisura de su labio contraída—, pero de verdad quiero saber. De lo contrario, no podré dormir en paz.

Sakura intentó controlar su voz, y dijo entre dientes con la respiración entrecortada: —Apuesto que ni siquiera duermes.

—Contrario a la creencia popular, lo hago de vez en cuando.

Ciertamente los fantasmas no lo necesitan. Ella como espíritu que posee un extraño corazón y la chispa de la vida, requería cierto descanso constante. En cambio, los fantasmas no.

—Sí, es natural —confesó al final compadeciéndose de él—. Muy natural.

Sasuke lo aceptó como si encontrase la respuesta de la misma creación del universo. Sakura separó los labios, queriendo seguir con la conversación hasta que la voz de Hua Cheng en su matriz de comunicación la interrumpió.

"Ven a mi oficina"

La sonrisa se le borró y llevó los dedos a su sien.

"¿Razón?".

"¿Necesitas una?" espetó Hua Cheng indiferente, aun así, agregó: "Tengo trabajo para ti".

De acuerdo, es importante.

"Estaré ahí".

Al virarse, Haruno se dio cuenta que Sasuke miraba el costado lateral de la calle con un gesto algo profundo y pensativo. Sakura giró la vista, tratando de encontrar que captó la atención del hombre. Se topó con varios residentes de Ciudad Fantasma en sus habituales ajetreos, de los niños corriendo y haciendo travesuras. Nada que pudiera adivinar.

—Debo irme —rompió el silencio Haruno removiéndose un poco nerviosa luchando contra el impulso de explicarse, pero seguramente a Sasuke no le interese en absoluto sus asuntos. Es más, es probable que conversó con ella por cortesía. Tal pensamiento la desanimó—. Eh... nos vemos por ahí.

Y así terminó un entrañable encuentro.

Finalmente, Sasuke regresó la vista a ella, transformando ese rostro sereno en la sonrisa ligera que siempre le muestra en algún momento de su conversación. Le dio un poco de esperanza.

—Hasta una próxima vez.

A pesar de anunciar su despedida, Sakura no se movió por unos breves segundo. Pronto se percató que sería ella quién diera el primer paso, aunque Sasuke la mirara enigmáticamente.

Ella sintió en un gesto final y dio le media vuelta, alejándose por el sentido contrario entre la calle principal de la ajetreada ciudad en la que nunca amanecía. El ruido los envolvió a ambos, ahogando las palabras antes dichas.

Resueltamente no se hizo esperanzas. Ni siquiera al sentir una mirada penetrante quemando su nunca hasta que desapareció entre la muchedumbre.

A partir de ahí los encuentros se tiñeron casuales.

Sakura decidió pasar su tiempo libre recorriendo las calles de Ciudad Fantasma con la esperanza de encontrarse a menudo con Sasuke si no estaba en el garito. Su estrategia funcionó. El joven pasaba cerca de los puestos y recogía algunos objetos que los ciudadanos entregaban con caras ligeras alegando que era basura.

Tal giro de acontecimientos le recordó a los viajes de Xie Lian. Haciendo presencia de su título como el Inmortal recolector de chatarra, el dios Marcial vivió su destierro con este humilde oficio, y le tomó tanto cariño que hasta la fecha vaga ocasionalmente en busca de sobras. Por tanto, tenía una tendencia de acumular objetos cuales reparaba o vendía.

Al parecer no era el único que encontraba placer en dicha actividad

Sakura trató de superar su timidez y se acercó a él, tanteando una conversación. La expresión de Sasuke siempre se mantenía seria, al punto que, si Sakura no hubiese visto sonrisas asomarse por sus labios, creería que su propia compañía era mal recibida. Pero Sasuke siempre recalcaba que le alegraba su presencia.

Esto no hizo más que aumentar el nerviosismo de Sakura. Sobre todo, ante la anticipación en el cambio de rutina en su vida. Normalmente estaría en el Reino Humano, vagando de un lado a otro mientras cumplía con las misiones asignadas por Yin Yu. Recordaba hacer paradas ocasionales en alguno de las tres casas de Xie Lian y Hua Cheng, o si es muy perezosa, reportarse por la matriz de comunicación espiritual. A veces decidía pasar un par de semanas en Ciudad Fantasma y luego retomaba camino.

Ahora, sin embargo, no recordaba cuando fue la última vez que permaneció meses seguidos en Ciudad Fantasma. Y todo para ver a Sasuke.

Poco a poco, con el pasar de los días cayeran en una rutina singular.

Al terminar su trabajo en el garito, Sasuke ocupaba la mayor parte de su tiempo reparando algunos juguetes para los niños de la ciudad. Sakura se unió a esta actividad después de una insistencia muda. Así que terminó sentada en medio de la sala de la habitación de Sasuke, con los dedos pinchados en sus intentos torpes de costurar una muñeca de trapo.

No solamente compartían esta actividad. A veces almorzaban en algún restaurante que sirvieran comida del Reino Mortal. Ambos se alejaban resueltamente de todos aquellos vendedores que extendían extremidades de monstruos, humanos o demonios. Sasuke antes fue humano y Sakura es un espíritu que goza de los bollos al vapor y las sopas de verdura. Aprendió que Sasuke disfruta mucho de la comida humana, especialmente de los onigiris.

Pese a que él no necesitaba comer, aseguró que compartir merienda con ella le abría el apetito y disfrutaba de las delicias que ofrecía el restaurante. Sakura se tragaba las replicas que iban desde "no es necesario que comas para acompañarme" hasta el balbuceo que amenazaba en sus labios cada vez que él sonreía con el destello de sus ojos negros.

Casi se ahoga en sus propias emociones cada vez que Sasuke le dirige una mirada suave. Es maravilloso presenciar como esa expresión dura y seria se ablanda en los bordes de su rostro, de las arrugas en el contorno de sus ojos al sonreír y los labios curvados de lado. Sakura cada día se queda impactada, tratando de averiguar qué nombre le puede dar a estos sentimientos que, sin darse cuenta, han estado estableciéndose por meses dentro de su pecho.

No ayuda mucho que Sasuke sea sincero con ella, en el sentido que le cuenta algunas experiencias de cuando estuvo vivo. Son contadas con los dedos de una sola mano, y le sobran dedos. Lo único que sabe respecto a esto es: le gusta tocar el guqin, aprendió por su cuenta a dominar la espada, tuvo vida turbulenta y murió tras ser asesinado.

Cuando Sakura preguntó si acaso no deseaba venganza contra los que ejecutaron su muerte. Sasuke únicamente esbozó una clase de sonrisa amarga y cansada.

—Fue mi propia culpa acabar así. No responsabilizo a nadie de mi muerte. —Al decirlo, parecía incluso mayor de su apariencia. Sasuke siempre le ha parecido una persona misteriosa y entrañable, sea como sea, lo rodea un aura de secretos y a la vez, transparencia en su actitud.

Haruno decidió no preguntar más. Los meses transcurridos han sido felices y ligeros, conociéndose poco a poco. No forzará la mano de Sasuke.

Por lo menos, no directamente. Algunas veces que toca la puerta de su habitación en aquel edificio entre la zona más "calma" de Ciudad Fantasma, hay un sonido flotante del guqin. Una melodía melancólica y llena de sentimiento. Sakura preguntó una o dos veces sobre el nombre de la canción y Sasuke contestó evasivo, aunque todavía sincero, pero Sakura descubrió que la melodía era creación de él.

Dejó de insistir. Y si Sasuke alguna vez la atrapó tarareando la melodía, no comentó nada al respecto, si no que él sonrió tímidamente.

Además de ello, sus interacciones se volvieron más cercana. Un toque en los hombros, un apretón de manos y una mirada larga y prolongada que provocaba un sonrojo en las mejillas de Sakura y una risa baja y cariñosa de Sasuke.

Pero nunca se hablaron de sentimientos que florecían. Tampoco de vidas pasadas. Sakura era consciente que preguntar el verdadero nombre de un fantasma es tabú. A pesar de que Sasuke aseguró que ese era su verdadero nombre, no mencionó nada más de lo que ella atrapó por algunas conversaciones.

Era como si Sasuke evitara hablar de ello. Cada vez que él agarraba su mano, al principio un poco vacilante y luego con firmeza, Sakura no podía quitarse la sensación de que se convertía en una especie de salvavidas. No le molesta que se aferre a ella con cierto desespero.

Ella también hace lo mismo. Intentando olvidar las dolencias. Sasuke hace que añore pertenecer a este mundo. El tiempo que le tome aceptarlo, espera que Sasuke continúe a su lado.

Sea como sea, mientras pueda estirar la mano y atraparlo, será suficiente.

La próxima vez que tuvo oportunidad de descubrir algo más sobre él, Sakura estaba sentada en la barra del garito esperando a que Sasuke terminara de cambiarse al culminar su turno. Cabe de más decir que estaba muy consternada y a la vez feliz. Sasuke la acompañaría hasta la entrada de Ciudad Fantasma ya que Sakura tenía un encargo que realizar.

Esto se decidió improvisadamente durante la marcha. Justo después que Sakura atrapara a Xie Lian conversando con Hua Cheng sobre algunas oraciones de sus fieles que requerían respuesta. Algo simple como espantar un par de espíritus traviesos que devoran los campos de cultivos de unos granjeros. Nada de vida o muerte.

La cuestión del asunto no es la oración en sí, más bien, que Hua Cheng estaba extrañamente enfermo (Sakura hizo una nota mental de preguntar como era posible que los fantasmas contrajeran enfermades como los humanos), una simple fiebre y Xie Lian no quería alejarse de él.

Sakura no dudó en ofrecer su ayuda alegando no parecía un mayor trabajo y Su Alteza podría quedarse con Hua Cheng. A pesar de su estatus, Xie Lian era quién respondía la mayor cantidad de oraciones que pudiera, ya sea fuera para reparar una casa, limpiar un pozo o ayudar en cultivos. Él siempre es feliz de ayudar a la gente común.

Así que vino al garito a cancelar la cena con Sasuke. Lo que no se esperó, es que él apartara la mascara de gato y dijera resueltamente con esa expresión serena: —Te acompañaré hasta la entrada de Ciudad Fantasma y esperaré a tu regreso para cenar.

¡No está demás decir que Sakura se quedó sin habla! En estos meses se percató que Sasuke no se había aventurado al Reino Mortal y procuraba alejarse de los límites de Ciudad Fantasma. Le pareció realmente extraño, pero recordó que hay varios fantasmas que, desde su llegada a la ciudad, nunca pisaron el Reino Mortal (por diversas razones).

Al parecer Sasuke pertenecía a ese grupo. No lo dijo explícitamente, pero una vez Sakura lo intentó invitar a una aldea humana y el la rechazó redireccionando su atención a otra parte. Haruno captó la indirecta y nunca más lo mencionó.

Por tanto, que él se ofreciera a rozar ese límite fue agradable.

Lo que remonta ahora, mientras lo esperaba, Sakura se sentó el taburete bebiendo un excéntrico licor que uno de los empleados se apresuró a ofrecerle. Agradeció con una sonrisa y al primer sorbo casi escupe la bebida por lo amarga que era. El pobre fantasma se asustó tanto que estaba casi llorando pidiéndole perdón por ofrecerle una bebida de su desagrado, pero ella se apresuró a tranquilizarlo diciéndole que lo amargo le tomó desprevenida.

—Mejor trae un poco de té, por favor.

—¡Sí, señorita Sakura!

El empleado corrió en busca del té y Sakura negó con la cabeza, resignada. No necesitaba tratos preferenciales solo por ser protegida de los señores de la ciudad, pero tuvo que acostumbrarse a este comportamiento de los habitantes.

Deslizó la taza con licor a un costado y observó el garito. Siendo una ciudad cuyos habitantes no necesitaban dormir, la Guarida del Apostador nunca cerraba sus puertas. Siempre había apuestas por todos lados y la muchedumbre animaba a los jugadores, ya sea que se apostaran a sí mismos o cualquier otra cosa que no fuera dinero.

Tamboreó los dedos en la barra repasando las instrucciones de la misión: ser amable con los humanos, solucionar la problemática y si le pedían ayuda adicional, no dudar en aceptar mientras no se pudiera en peligro así misma.

Entonces sintió que alguien se sentó junto a ella, no necesitó virarse para saber que no se trataba de Sasuke o algún conocido, así que no prestó mucha atención.

Por lo menos hasta esa criatura abrió su boca.

—Parece que la señorita Haruno está gozando de una agradable noche.

Al ser llamada directamente, la aludida viró la cabeza en dirección del hombre corpulento que fácilmente le supera de altura, y por mucho. Tuvo que alzar un poco la cabeza. Exudaba una energía muy pesada e intencionada dirigida especialmente a ella. No se molestó en ocultar nada su guardia.

Ella le mostró una sonrisa fría.

—Era agradable —rectificó enderezándose por completo—. Aquí estoy desventaja, sabes quién soy, pero desconozco tu nombre.

No necesitaba saberlo para atinar que no tenía intenciones nada gratas. Bastaba con sentir el aura pesada y maliciosa.

El hombre corpulento de pronto extrajo la espada envainada en la cintura.

—¡No necesitas saberlo ya que morirás esta noche!

Inmediatamente el hombre se abalanzó a Sakura agitando la espada, partiendo el taburete a la mitad. Sakura saltó sobre la barra, esquivando el ataque al apoyarse con las manos y dar una voltereta completa. Los trabajadores quedaron atónitos cuando de pronto ese corpulento hombre no perdió movimientos y se apresuró a perseguirla.

Hubo algunos gritos de los trabajadores. Sobre todo, cuando otros cinco hombres se unieron a la pelea con las espadas desenvainadas y podía ver a otros dos a los costados sin intervenir. Sakura estaba lidiando con el primer fantasma y que otros más se unieran no le trajo severos problemas, pero si molestias.

Debía solucionarlo rápidamente antes que el encargado enviara un talismán de aviso a Yin Yu, y peor, llegara a oídos de Hua Cheng que ahora no estaba disponible. Lo que llevaría a Xie Lian a hacer acto de presencia arruinando así la intención detrás del ofrecimiento de Sakura en ayuda en las oraciones.

Chasqueó la lengua y burló los ataques enemigos. En una abertura, impulsó todo su cuerpo hasta quedar sobre los hombros de la criatura y de tajo la cabeza del primer individuo. La sangre salpicó el suelo y las mesas cercanas. El cuerpo cayó secamente al suelo y con él aterrizó Sakura, quién arrojó la cabeza a un costado y se giró para recibir a los otros cinco.

Sin embargo, le tomó por sorpresa que un sexto apareciera repentinamente frente a ella. ¡Creció tan inesperadamente del tamaño de un mosquito hasta superarla!

Una mano se coló hasta su cuello antes de que pudiera alejarse y la estrelló contra el suelo, la cabeza le dio vueltas y el punzón agudo atravesó toda su nuca. Tosió sangre y agarró la mano que la sostenía tratando de contrarrestar la fuerza. De reojo notó que los guardias del gatito lidiaban con los demás, pero este en particular era muy fuerte que con su otra mano mandaba a volar a otros guardias que intentaban ayudarla.

Sakura tenía las manos inmovilizadas por las pisadas del grandullón, no pudo alcanzar su espada. Buscó otra manera de liberarse del agarre.

Incluso antes de que pudiera maniobrar y quitárselo de encima, presenció el momento exacto que una espada ajena lo partió a la mitad. El fantasma gritó, desplomándose a un costado retorciéndose en sus últimos intentos de reconstruirse, pero esa misma espada de aspecto mortífero le dio el golpe de gracia y dejó de moverse.

Sakura parpadeó, pudiendo respirar tratando de enfocar su vista aturdida. Un par de segundos después casi se le va nuevamente el aire tras dar un vistazo y toparse con los ojos preocupados de Sasuke que la veía desde arriba.

—Gracias —aspiró ella muy bajito desde el suelo.

Él sacudió la cabeza y se arrodillo a su lado, ayudándola a levantarse.

—¿Te encuentras bien? —preguntó él y su tono de voz dejó filtrar cierta angustia.

Sakura asintió, mareada por la nueva emoción que veía reflejado en esos ojos negros.

A su alrededor los guardias habían sometido a todos, o bueno, casi todos. Un fantasma larguirucho trataba de huir.

Sasuke le dio un vistazo a ese fantasma y de un momento a otro se aproximó al sujeto y lo derribó de una brutal patada. El hombre cayó contra una mesa, destrozándola en el proceso. Los fantasmas que se resguardaban cerca corrieron despavoridos.

—¡Hijo de perra, no sabes a quien estás desafiando! —gritó el sujeto retorciéndose bajo el pie de Sasuke.

Este frunció el ceño, y contrario a las quejas, ejerció más fuerza y el sujeto quedó más enterrado en el suelo soltando un lamentable sonido. Era singular ver a una criatura corpulenta y enorme ser sometido por un hombre de apariencia humana.

—No lo sé ni me interesa —espetó fríamente Sasuke. Un brillo amenazante en sus ojos resplandeció cuando clavó la espada en uno de los brazos ajenos—. Eres tú quien no sabes con quién te involucras ¿Pretendes ir en contra de la protegida de los señores de la Ciudad Fantasma?

—¿¡Pro-Protegida!?

Sasuke le lanzó una mirada letal.

—Me complace informarte que Hua Chengzhu no tendrá misericordia de ti, pero por si alguna extraña razón él te dejara ir... —Flexionó la pierna y se recargó hasta inclinarse cerca del sujeto— no habrá ningún lugar en los Tres Reinos suficientemente oculto para esconderte de mí espada

Sakura aguantó la respiración tras escucharlo y un nudo creció en su estómago. Sobre todo, tras escuchar los cuchicheos de los empleados del garito y clientes habituales.

—Cómo se esperaba del joven Sasuke ¡lo retuvo de una patada!

—¿Qué esperabas de un fantasma rango Ira? ¡Es uno de los más poderosos que hay por aquí! Por alguna razón Chengzhu lo mantiene cerca.

—¡Mira ese atractivo! ¡Me muero de calor!

—Vieja loca, ya estás muerta.

—Tsk, que desperdicio qué ocupe sus habilidades siendo un mesero.

Los ojos de Sakura nunca abandonaron la espada de él.

En definitiva, Sasuke lograba dejarla impresionada.

La próxima vez que tuvo oportunidad de hablar con Sasuke sobre el asunto del garito, estaban sentados frente a frente en una casa de té en el Reino Mortal, justo después de espantar a los espíritus maliciosos que centraban sus esfuerzos en campos de cultivo. Una misión exitosa. Los aldeanos nunca se dieron cuenta que un fantasma y un espíritu acudieron bajo el nombre del Santuario Puqi de Su Alteza Real. Además, les dieron golosinas cuales Sakura comió de camino a la posada.

Ahí mismo, resurgió la misma pregunta que la acompañó todo el rato.

—¿Por qué decidiste acompañarme?

Al principio Sakura se impresionó cuando Sasuke la siguió alegando que le ayudaría en sus diligencias, no pasó desapercibido que se enfundaba esa larga espada negra que nunca le había visto portar y una vez en el Reino Mortal dirigía miradas agudas a su alrededor.

No es tonta. Sabe que vino a acompañarla para cuidarla, pero quiere oírlo directamente de sus labios.

Sasuke no apartó los ojos de ella, ni cuando la muchacha que trajo sus tazones se demoró un segundo más en admirar secretamente el rostro atractivo de Sasuke, él ni siquiera viró a su dirección. Tenía los ojos entrecerrados y los brazos cruzados. Hasta que se quedaron nuevamente solos, él entreabrió ligeramente los labios.

—El grupo que te atacó pueden tener refuerzos —explicó descruzando los brazos para alcanzar los palillos—. Esta vez enviaron a ocho ¿y si hay otra emboscada con el doble de individuos?

—No sería la primera vez que lidio con un grupo grande —excusó Sakura imitando la acción de Sasuke, tomando los palillos con los ojos fijos en los fideos, se veían deliciosos y el olor era exquisito—. Cuando nos conocimos, venía de enfrentarme a un grupo más grande que del garito.

Sintió los ojos de Sasuke sobre ella. Se negó a devolverle la vista, concentrándose en sorber los fideos.

—¿Los envío la misma persona?

—Posiblemente, y si es así, no es nada personal. O por lo menos, no lo creo —estimó con un gesto pensativo, rayando a la indiferencia cuando espetó: —Me buscan por mi padre. Eso es todo.

Hubo un silencio pesado, en que Sasuke parecía querer indagar, pero al final decidiendo respetar su espacio. Ella vio su lucha interna. Sonrió tenue.

—Tienes curiosidad ¿verdad?

—No vale la pena sacarla si no te sientes cómoda en hablar —rectificó él con un ademán de manos—. Debe ser un tema complicado.

—Hm, lo es —concedió todavía mirándolo.

Desde hace tiempo consideró el decírselo si alguna vez preguntaba. Sabía que él guardaría esta clase de secreto. No es el tipo de persona que ande por ahí revelando los asuntos de otro.

Confía en él.

Así que cuenta la mayor parte, de como nació y el rechazo de su padre. De como envía cartas con la esperanza de que Ryuichi las lea y tragándose la decepción en descubrir que él nunca se molestó en responder. De lo agradecida que está con Xie Lian y Hua Cheng por acogerla y que los considera sus hermanos mayores. La vida en Ciudad Fantasma no es tan mala.

Sasuke escuchó en silencio, contemplativo y un tanto sombrío.

Al finalizar, sintió una mano entrelazándose con la suya, dándole una apretón firme y delicado. Transmitía mucha tranquilidad y apoyo, ella no pudo apartar los ojos de él, tan llenos de cariño y tampoco puo evitar inclinarse al toque de sus dedos en su cara, con las mejillas rojas y calientes.

Sasuke tragó una respiración pausada. Una que contenía mucho anhelo.

—Él se pierde de conocer a la mujer más gentil y amable que existe.

Sakura no pudo evitar sonreír, divertida.

—Ah ¿soy amable?

—Mn, mucho. No dudes de ello —aseveró él—. No creas que ignoro sobre tus aventuras ayudando a los habitantes de Ciudad Fantasma. Por eso todo el mundo ahí te adora.

—Eeeeh....

Sakura apenas logra identificar esas cualidades y emociones en las demás personas, y en sí misma es aún pasajero. Pero confía plenamente en él. Y si Sasuke asegura que ella es una buena persona, no dudará en creerle.

Hay otra particularidad que Sakura notó de Sasuke: es muy amable con los niños. En un entorno, siempre mirará primero a los infantes. Hay algo suave y a la vez nostálgico en ese gesto. Nunca le ha pasado desapercibido.

Y esa misma noche se enteró porqué.

Al caminar de regreso a Ciudad Fantasma, Sasuke parecía contemplativo y algo dudoso cuando le daba miradas de reojo. Ella atrapó una de tantas y preguntó si había alguna inquietud.

—Quiero... contarte algo sobre mí —expresó apretando los labios.

—El hecho que te haya dicho sobre mi pasado, no quiere decir que estés obligando a hacerlo —alegó ella negando resueltamente con la cabeza. Si sabrá un secreto condicionado es mejor no saberlo, no se sentirá real.

Sasuke compuso una expresión más seria y alcanzó su mano, apretándola con gentileza. Sakura casi salta por el toque, y sus mejillas se sintieron calientes. Nunca se acostumbrará a estos toques inesperados, pero tan cálidos.

Por inercia devolvió el apretón.

—No es condicionado, te lo prometo —aseguró él regresando la vista al frente—. El escucharte hablar de esa manera, de como te duele el rechazo de tu padre, me hizo darme cuenta lo cobarde que he sido por muchos años.

Sakura trato de no hacer especulaciones, pero a medida que la expresión de Sasuke se transforma en una más cruda y dolorosa, no puede evitar pensar que hay algo terrible que esconde.

—He sido un fantasma por cuarenta años, y hoy es la primera vez que piso el Reino Mortal después de mi muerte —dijo Sasuke sin mirarla, prefiriendo tener los ojos en el camino y el apretón de su mano persistente. Sakura tragó el nudo de su garganta y apartó la vista, dedicándose a escucharlo—. Y esto se debe a que evito encontrarme con cierta persona.

—Oh —murmuró ella. ¿Quién será esa persona que ha retenido a Sasuke por tanto tiempo?

—Ella es la razón por la que permanezco en este mundo —continuó él sin saber que a Sakura le destrozó el corazón saber que hay un "ella"—. Si me la llegase a encontrar, sin duda avanzaré.

—¿Avanzar?

El concepto de avanzar, es nunca más volver a verlo. A Sakura le aterró de sobre manera. A pesar de ello, la necesidad de saberlo se extendió por su ser.

Por primera vez en meses, Sakura se permitió observarlo más allá de lo habitual y descubrió el aura que lo rodeaba. No era una paz del todo fructífera. Parecía detalladamente construida con el fin de no caer en la locura.

—Como sabes, hay varias razones por las cuales un fantasma permanece en este mundo, al igual que hay tres distintas maneras que ya no existamos —explicó Sasuke apartando una rama de un árbol relativamente bajo que obstruía su camino—. La dispersión de cenizas, que destruyan la forma corpórea hasta que no quede absolutamente nada y la propia determinación en descansar en paz.

Las pupilas de Sakura se contrajeron.

Sabía esto de antemano. Por supuesto que sí. El mayor ejemplo que tiene cerca es Hua Cheng, él permanece en este mundo porque Xie Lian sigue vivo. Y lo ha escuchado decir un sinfín de veces "Si Su Alteza desaparece, yo no tendría motivos para seguir existiendo".

¿Esto que dio a entender? Que su propósito principal al convertirse en fantasma era encontrar a Xie Lian, al hallarlo, se transformó en permanecer junto a él. Al ser una Calamidad su poder espiritual es lo suficientemente basto para mantener su forma corporal sin problema. Y aún así, regresar si alguna vez se agota. Porque está seguro de sus convicciones y su deseo de seguir en este mundo. Ya sea se disperse mil veces, otras mil veces regresará porque Xie Lian sigue existiendo.

Pero Sasuke no.

No está completamente seguro de regresar y eso le aterra.

Al entenderlo a Sakura le embarga una fría sensación y no puede evitar apretar la mano que sostiene. Sasuke le devuelve el apretón con cierta fuerza sabiendo que ella llegó a las deducciones correctas.

No intercambian palabras al cruzar la entrada de Ciudad Fantasma. El aire cambia en un instante en que cruzan el Tori y la ilusión de un claro sombrío y árboles secos dan paso a la alegre y viva ciudad cuyos residentes ruidosos no dejan de vociferar.

Sakura se dejó guiar, anticipando qué no ha culminado la charla y está en lo cierto cuando Sasuke tira suavemente de ella hasta la calle lateral, el que lleva al puente del Río del Olvido.

Las pequeñas luces de conciencias van y nunca regresan. Nadie puede interferir, por más que deseen, en su proceso. Se detienen en lo alto del puente. Sasuke suelta su mano y recarga los brazos en el barandal, dando un vistazo a la hermosa vista de luces y el agua reflejando los espectros.

—Después de escucharte me di cuenta que he sido realmente egoísta —continúo diciendo con voz pesada—. He estado huyendo por mucho tiempo de mi responsabilidad.

Se quedó callado un par de minutos, en los cuales Sakura no lo presionó. En cambio, recargo la espalda en el soporte de madera y lo miró fijo. Él no tardó en encontrar su mirada. Y, por extraño que pareciera, le sonrió un poco triste.

—Seguramente me odies después de lo que te diré.

Las cejas de Sakura se alzaron.

—Estoy segura que no hay nada que hicieras para ganarte mi odio —murmuró ella—. Ni siquiera si... guardas afectos por tu amada.

—¿Amada? —murmuró él, luego esa sonrisa se volvió divertida y alcanzó la mano de Sakura. Esta desvió la vista, pero respingó al sentir los labios de Sasuke depositando un tierno beso en sus nudillos.

Sus pensamientos se volvieron papilla. ¡¿Un beso!?

Balbuceó incoherencias y lo enfrentó. Sasuke se había inclinado ligeramente para quedar a su estura, sosteniéndole las manos dónde sus dedos rozan los labios entreabiertos de él. No deja de mirarla tan intensamente.

—Ella es la persona más importante en mi existencia —dijo bastante firme—. A quién me refiero, es a mi amada hija.

Otra vez la mente de Sakura fue un revoltijo, pero por razones distintas.

Una hija... ¿¡Sasuke tuvo una hija!?

De acuerdo, esto jamás lo esperó.

Educó a tiempo su expresión, carraspeando con cierta fuerza. Notaba la diversión de Sasuke ante su malinterpretación. No le dejaría salirse con la suya con un tema así de serio.

Retiró sus manos y giró el rostro con un puchero.

—Deja de burlarte de mí, estamos hablando de un tema serio —le reprendió sin verdadero calor en sus palabras.

Sasuke se enderezó soltando un suspiro y teniendo las manos a los costados.

—Nunca bromearía con algo así. De verdad tuve una hija.

—Sabemos que no me refiero a que mientas sobre si tuviste una hija o no —se resignó girándose al río entrelazando las manos detrás de su espalda—. Entonces, una niña. ¿Cómo se llama?

—Sarada, Koizumi Sarada —dijo Sasuke al cabo de unos minutos en retomar la misma posición anterior, con la vista fija en los fuegos faunos—. Ella tenía trece años cuando morí.

Y desde entonces no has abandonado Ciudad Fantasma —recordó Sakura de sus tantas conversaciones. Lo que no entendía era el remordimiento de Sasuke ¿por qué sentirse culpable? A menos que... —¿Quedó con su madre?

Una sonrisa irónica se asomó en el rostro atractivo de Sasuke.

—Esa mujer no merece un título tan grande —espetó fríamente—. Lo único que le agradezco es el haberme dado a Sarada. No más.

No hablar de la madre de su hija, anotado, repasó Sakura en su mente. Eso le llenó de mucho alivio, y si darse cuenta, se relajó considerablemente.

—¿Quedó huérfana?

—Afortunadamente no. Mi hermana la acogió.

Sasuke arrugó la frente y se enderezó, apoyando una mano en la viga de madera y apretándola con cierta fuerza.

—Te lo dije alguna vez, Sakura, mi vida no fue la más pacífica. Fui lo peor de peor. Yo era un asesino a sueldo que no me importaba arrebatar vidas a cambio de dinero para sobrevivir. Mis víctimas eran en su mayoría tiranos, pero matar es matar, sin importar la justificación. —Esto lo dijo fuerte y claro, pero sin mirarla directamente, como si temiera al desprecio—. Eso cambio cuando llegó Sarada a mi vida. Sonará muy tonto, pero decidí ser mejor persona por mi hija. Así el día de mañana me preguntara sobre mis hazañas no le relatara las mejores técnicas para silenciar a un hombre.

Hiciste bien, pensó Sakura, pero no lo dijo. Permaneció en silencio, esperando a que él terminara de desahogarse.

Sasuke se frotó el rostro con la otra mano vendada.

—Todo acto tiene consecuencias. Viví mi vida sin temerlas, pero ante la llegada de Sarada, temí que mis enemigos la apuntaran a ella. Una vez que su madre desapareció de nuestras vidas, tomé a mi hija de un año y hui a un pueblo lo suficientemente lejano para criarla como un grajero común.

Pero como todo, el pasado siempre te alcanza de alguna u otra manera. Uno de los hijos del algún tirano que asesiné me buscó por años, quería venganza. Me halló y estuvo a punto de asesinar a Sarada.

» Lo único que pude hacer lo que corría por mis venas: matarlo y huir. —Sasuke soltó una risa suelta en medio de su monólogo—. Concluí que, mientras yo siguiera con vida, Sarada estaría en peligro. Y así fue. Vinieron más y más persona tras de mí. Otros asesinos que algunos señores feudales contrataron para matarme. Así que tomé una decisión.

A pesar de saber cómo terminaba el relato, Sakura no pudo evitar sentir el aguijón de desesperación y dolor que conllevaría la siguiente parte de la historia. Lo veía en los ojos sufridos del hombre frente a ella. De la manera en que está encorvado y la culpa lo consume a cada palabra.

—Dejé a Sarada con mi hermana. Ella y su esposo estuvieron dispuestos a criarla. Aquel día fue el más doloroso de mi existencia. Peor que mi propia muerte —expresó Sasuke frotándose el rostro—. Abandonar a mi propia hija así, aunque fuera por su bien. Es una sensación tan devastadora.

No hace falta decir que después de eso Sasuke fue encontrado y asesinado. Sakura no lo permitió. Rápidamente se enderezó y lo abrazó por el costado, envolviendo sus brazos por la cintura contraria y hundiendo el rostro en su pecho ancho y frío, tratando de darle consuelo de la única manera que sabía hacer: afecto.

Sasuke tardó un poco en corresponder, pero cuando lo hizo, la estrujo con fuerza y hundió su rostro en el cuello de Sakura. Su aliento frío estremeció a la pelirrosa, pero no se apartó. Trató de transmitirle tanta paz como pudiese.

Todavía había algo por resolver.

—¿Pensaste que por esto te odiaría?

Los hombros de Sasuke se hundieron más al asentir: —Eso, y que, a pesar de poder regresar a visitarla, nunca lo hice. Tengo miedo de sus reclamos y que me odie más de lo que seguramente lo hace.

Sakura soltó un suspiro cariñoso—: Oh, Sasuke. Cuan equivocado estás.

—Fui un mal padre. Dejé huérfana a mi preciada niña. Es normal que me odie.

—Puedo asegurarte que Sarada no te odia —le desafió separándose de él. Buscó ahuecar el rostro abatido de Sasuke entre sus manos, obligándolo a mirarla directamente a los ojos—. Abandonaste tu pasado sangriento por el bien de tu hija. Dejaste tu espada y te dedicaste a la agricultura. La amaste tanto que sacrificaste tu futuro, tu propia vida para darle la oportunidad de vivir. Si eso no es ser un buen padre, entonces no sé lo que es.

—Sakura... —la voz de Sasuke era húmeda y sus ojos brillosos.

—Lo hiciste bien —animó enrollando los brazos alrededor de su cuello para abrazarlo. Sasuke no dudo en dejarse guiar, sosteniéndola de la cintura y hundiéndose en ella—. Fuiste un buen padre, puedes estar seguro de ello.

Por lo menos, es mejor padre que Ryuichi. Y cualquiera que se preocupa a tal extremo por sus hijos, Sakura siempre les tendrá respeto. Sin importar quién sea. Mucho más si se trata de Sasuke, que, a pesar de este tipo de vida (y sabe que solamente es una parte) siempre lo ve relajado y compartiendo esa sonrisa llena de dulzura con ella.

Ahora entendía porqué dedicaba mucho tiempo en cuidar a los niños fantasmas. De guiarlos hasta que encontraran la paz y marcharan al ciclo de la reencarnación. El que reparara juguetes y mirara tendidamente a cualquier infante, quizás pensando si así se comportó Sarada a su edad o como se vería en la actualidad.

Han pasado más de cuarenta años. Sakura se preguntó si la hija de Sasuke seguiría con vida.

La respuesta llegó abruptamente y de la peor manera semanas después, justamente en el festival de Medio Otoño.

Sakura esperaba pacientemente a Sasuke en el puente, admirando en silencio el cielo de Ciudad Fantasma llenarse de linternas. Las tres mil que todos los años Hua Cheng se encarga de encender para Xie Lian debido a una competencia en la Capital Celestial que (a palabras de Xie Lian) no le veía mucho sentido.

Los adoradores encendían este tipo de linternas especiales que llegaban hasta el cielo con tal de honrar a sus dioses. Como era de esperarse, Hua Cheng posicionó a Su Alteza como el número uno con los miles de linternas.

Un gesto muy romántico, por eso admiraba las luces flotantes con mucho cariño.

Quién hubiese imaginado que un espectáculo que le daba confort, pronto se convertiría un recordatorio constante de lo que perdió.

Cierta preocupación se agazapó a medida que pasaba el tiempo. Habían acordado encontrarse con Sasuke para unirse al festival que la Ciudad Fantasma celebraba, comerían de los onigiris de los que Sasuke tanto disfrutaba y tendría una sorpresa. O eso dijo Sasuke con mucho misterio la noche anterior, la única pista que le dio fue una melodía tarareada, la misma que lo ha escuchado interpretar varias ocasiones, pero sin letra.

Se preguntó si acaso Sasuke la interpretará esta noche. O mejor aún ¿cantaría la letra?

—¡Sakura!

En un segundo, la sonrisa de Sakura pasó de una dulce a una confusa tras oír el tono de voz que reconoce como Sasuke. Es un matiz urgente, lleno de pánico. Jamás lo había escuchado así. Volteó a mirar el camino que conecta la ciudad con el puente y lo vio acercándose a prisas.

Y hay un horror que crece en su pecho al darse cuenta que él está jadeando, dando un paso frente al otro con rapidez y dificultad, como si se apresurara con las pocas fuerzas que le quedan. Lo que más le llena de pánico es ver su silueta volviéndose traslucida, parpadeando en los bordes.

Es un momento de shock, Sakura se quedó estática antes de correr a su encuentro.

Cada vez más cerca.

Más y más.

Hasta que cae sobre él en un abrazo aplastante. Porqué muy en el fondo sabe lo que esto significa, pero no lo aceptará de buenas a primeras.

—¿Qué sucedió? —cuestionó ella desesperada, separándose un poco de él para palpar sus hombros, todavía los siente, pero se vuelven transparentes y eso le llena más de angustia. Lo miró urgente—. ¿¡Por qué estás desapareciendo!?

—La vi. —Es lo único que puede espetar Sasuke recuperando un aliento que no sabía que necesitara. No la deja ir, la aprisiona más en sus brazos—. Vi a mi hija en camino a este río para unirse al camino de la reencarnación. Tuvimos una conversación antes que se marchara.

Los ojos de Sakura se inundan de lágrimas.

Desde ese día lo especuló y ahora lo sabe con certeza.

Sarada es la única razón por la cual él permanecía atado a este mundo, al que no se permitía estar en paz y avanzar a una nueva vida. Sakura fue demasiado ingenua y creyó, con todas sus fuerzas, que Sasuke permanecería con ella. Creyó que tenían todo el tiempo del mundo.

Lo peor, es que el tiempo no espera a nadie.

Y lo descubrió de la peor manera.

—Lo lamento, Sakura —murmuró él tan dolido y devastado, justo como se sentía Sakura. Ella lo apretó contra sus brazos, tratando de retenerlo por más tiempo, sintiendo como sus manos se hunden a cada segundo—. Corrí lo más rápido que pude, pero mi alma está desvaneciéndose y me quedo sin fuerzas.

Sakura sabía que esto podría suceder. ¡Pero no tan pronto! Aún... ¡aún tenía muchas cosas que decir! ¡Lugares que visitar! ¡Sentimientos por aceptar!

—No te vayas. —Fue lo único que logró salir de sus labios, arrugando la tela de su kimono oscuro, aquel uniforme del garito que no se molestó en cambiar por las prisas en llegar a su encuentro—. Por favor, no me dejes. Quédate un poco más... un poco más. ¡Todavía no hemos ido al festival! Lo prometiste... dijiste que iríamos juntos y tocarías una canción.

Sasuke la abrazó más y apoyó la barbilla en el cabello rosado tarareó la melodía en voz baja y Sakura sintió humedad en su cabello. Lágrimas no vistas, pero que sentía en lo profundo de su ser. La propia pelirrosa ya estaba sollozando al caer en cuenta que es un destino que no puede evitar.

—Hay algunas promesas que no podré cumplir —le susurró y ella lloró más—. Fue insensato de mi parte hacértelas. Terminé lastimándote.

—No te culpes ¡no tienes la culpa de que mis sentimientos por ti!

Sasuke beso el costado de su rostro. La respiración baja y fría sobre su piel le trajo a Sakura más tristeza que consuelo al caer en la realización que no volvería a sentir esta sensación.

—Quisiera quedarme contigo, pero al parecer mis sentimientos no son suficientes para corresponderte adecuadamente. Ya no me quedan fuerzas ni energía para sostener mi forma corpórea.

Sakura alzó la vista al sentir una caricia en su mejilla, delicada y llena de intimidad. Un par de ojos negros que profesan una emoción y sentimientos a la que ahora puede ponerle nombre.

Amor.

—Tuve muchas lamentaciones en mi vida y después de la muerte creí no adquirir más. Pero, lo cierto, es que lamento demasiado no haber tenido el valor suficiente para acercarme a ti antes. De que no seas mi absoluta razón para quedarme.

Él se acercó, su voz desvaneciéndose junto a su alma.

—Es egoísta de mi parte hacerte una última promesa, pero... —Apoyó la frente con la de Sakura. Una exhalación profunda y una voz llena de anhelo persistente. De un sueño que estuvo tan cerca y a la vez tan lejos—. Si nos volvemos a encontrar en una próxima vida, me quedaré junto a ti sin importar qué.

Estas palabras fueron dichas sin voz, Sakura leyó sus labios. Mismos cuales sellaron en el último momento, cuando se abalanzó a él y los unió, el alma entre sus brazos se disipó en miles de fragmentos y brillos dispersos; dejándola a ella sola, arrodillada y con las manos extendidas mientras el llanto se extendía desde lo profundo de su pecho.

Su primer y último beso fue tan efímero como eterno. 

Bueno, sí, sabíamos que Sasuke se iba a dispersar. ¿Quién imaginó que tuvo una hija y que era Sarada? ¿Nadie? -c desliza- sólo diré, los destinos se unen de una u otra forma en este fic. Así que si llegaron a preguntarse porque el Sasuki actual sufre mucho, es por el karma de su antigua vida :D así son las cosas, nimodo. 

Pero eh, no todo es triste!

Ríamonos un poco para no chillar por la muerte de Sasuki fantasma ಥ_ಥ

Así que dejo por aquí algunas plantillas horribles que estuve haciendo, es para que nos ríamos un poco, no le encuentren lo bonito y lo estético en esto (por cierto, los dibujos obviamente no me pertenecen, no encontré los perfiles de sus creadores, así que si los encuentran, sean amables de pasarlo para poner los correspondientes créditos).

Ya después de un rato de diversión, les aviso que el siguiente capítulo será publicado mañana :D 

¡Gracias por leer!

PD1: si tienen alguna duda, no se retengan en externarla, ¡responderé sin hacer spoilers!

PD2: hay tantas canciones que quería poner waaaa pero, ajajajJAJA NOOO

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