/80/ Dique roto
-aparece con ojeras de mapache-
Entonces hasta aquí termina esta actualización seguida. Me he quedado sin capítulos escritos JAJAJA ME EXPRIMIERON HASTA EL ALMA -c desgarra-
Bueno para eso los escribí :D
El fina, bueno... ya verán.
—Sasuke ¿Estás bien?
No, no lo estoy.
—¿Quiere que sea honesto?
—Por favor.
—En este preciso momento preferiría estar refundiéndome en mi miseria. Maldecir a los cuatro vientos mi existencia y tirarme del risco más alto y no levantarme nunca —expresó con voz lúgubre y llena de miseria—. ¿Satisfecho?
—No precisamente —replicó Kakashi. Lo había visto salir de la tienda a tiendas, ido y sumergido en sus pensamientos. Con esa expresión tan triste e impotente y trato de atinar la razón de su estado y no le gustó—. ¿Y la señorita Haruno?
—Se marchó.
Sasuke no dio más explicaciones y Kakashi decidió no presionarlo.
El Consejo junto a su líder estaban reunidos de regreso a la carpa que Sasuke utiliza como oficina. Ahí dentro, Sasuke les tendió el pergamino y les explicó lo que había descubierto. Está de más decir que a Tsunade y Kakashi casi se le salieron los ojos de las cuencas al fijarse en él la espada en manos de Kusanagi.
—Parece una espada relativamente normal a lo que se consideraría de un Cazador consumado y respetado —espetó Tsunade una vez que la inspeccionó de cerca.
Kakashi no la tocó tan a profundidad. Principalmente porqué él llevó a Sasuke al Bosque de los Lamentos en busca del metal en forjar la espada. Por tanto, conocía cada detalle, al mismo tiempo parecía impresionado sobre este dato. También estaba consciente sobre la particularidad de Kusanagi que emergió desde la calidez de las brasas con el nombre grabado. En su momento, creyó que cumplía la voluntad del alma ligada con Sasuke.
En realidad, cumplía la voluntad de la diosa Amaterasu.
Sasuke tiene cierto conflicto con esto. Hay incomodidad en su expresión y cierto recelo. No lo creía de todo.
Entre todos los herederos divinos, habiendo mejores y más poderosos, Amaterasu lo eligió a él ¿quién pasó la mayor parte de su vida con el poder divino restringido? Tomando en cuenta los antecedentes, en aquel entonces, a sus quince años, las esperanzas de manifestar el don habían menguado profundamente.
Amaterasu siempre supo que poseía el poder divino. Al igual que Su Alteza Xie Lian. Lo mismo sucedió con Ryuichi.
Remediablemente los dioses están a otro nivel.
—Hay algunos datos adicionales —indicó Kakashi sosteniendo el pergamino de cerca—. Dice que la espada Kusanagi únicamente puede ser empuñada por su portador, nadie podrá retirarla de la funda a voluntad.
Esto provocó que todos alzaran las cejas.
Si bien las espadas espirituales contenían almas, no llegaban al punto de sellarse por sí mismas. Hay algunos antecedentes plasmados en la historia, dos personas que eran antepasados del Clan Lan antes de su transformación al Clan Uchiha cuyas espadas no fueron extraídas de sus vainas si no eran por sí mismos. A estas armas la llamaban espadas de primera clase y obedecían únicamente a la energía espiritual de sus dueños.
Kakashi, naturalmente al ser el forjador de la espada la sostuvo antes de meterla a la funda, pero nunca volvió a intentar desenvainarla. Así que ahora agarró el mango de Kusanagi y la intentó extraer.
Inmóvil. La espada no se movió ni un centímetro, al contrario, emitió una pequeña chispa eléctrica dónde se unía la hoja y la vaina. Por más fuerza que ejerció, Kusanagi nunca se retiró de la vaina. Contrario a cuando Sasuke la extrajo con un sólo movimiento. Todos se quedaron mudos.
—Esa información no venía en el texto que traduje —dijo de pronto Sasuke cayendo en cuenta del dato.
—¿Será posible que Sakura lo escribió? —inquirió Tsunade pensativa al darle un vistazo profundo a la información—. Esta letra es diferente a la tuya, y la vi inclinada en tu escritorio frente a estos pergaminos en los dos días que dormiste.
Sasuke desvió la vista al camastro con el nudo creciente en la garganta. Recordar la expresión confundida de su amada después de dejarse llevar por el beso le causa mucho pesar, de la angustia que experimentó por las repentinas verdades que soltó él bajo presión y la rebeldía propia en no querer que ella malinterpretara más su relación.
¿Qué fue su amante? No del todo como hubiese querido, pero sí la proclamó su prometida. Casi esposa. No soportó que se hiciera más ideas erradas. Pudo ver, a través de esa indiferencia que intentó aparentar al "aceptar su posición", el dolor y desilusión ante las ideas erradas.
Lo que más odia en el mundo son las personas que provocan dolor a su prometida. Y él se volvió una de ellas, por tanto, es difícil lidiar con las emociones. Del odio a sí mismo por hacerla sufrir innecesariamente. Si él hubiese sido firme desde el principio en impedirle que se quedara en el campamento, ella no estaría lidiando con las consecuencias dolorosas del sello. Un mal menor que progresaría a un bien mayor a la larga.
Pero fue egoísta. Quiso tenerla cerca, al punto de podía estirar la mano y tocarla, aunque sucediera únicamente en sus pensamientos. Nunca consideró que escalaría a tal punto de la agonía. Verla retorcerse de dolor tocó una fibra muy sensible de su ser, resentido consigo mismo y sus deseos impulsivos.
—Ella conoce este idioma antiguo, me ayudó con algunas interpretaciones —retomó el tema tras unos segundos de silencio en los que se obligó a desplazar estos pensamientos destructivos y concentrarse en el problema que tiene en manos. Sakura se marchó. Sabe que regresará y tendrá que prepararse mentalmente para esa conversación, pero no ahora—. No es descabellado considerar que conoce lo relevante sobre las reliquias de Amaterasu. Después de todo, tiene más años existiendo que nosotros.
—Y vaya que sí, nunca había escuchado sobre la verdad de Kusanagi —expresó con cierto asombro disimulado la Sanadora parándose junto a Sasuke y extender el pergamino para que los otros dos hombres pudieran leerlo a la par—. Aquí dice que la manera en que se accionará las habilidades de Kusanagi es en base a la voluntad de su portador.
Ciertamente Sakura dejó algunos puntos clave como lo antes mencionado y a detalle lo que puede lograr Kusanagi. En cierta parte confirmando lo que dijo Kushina: la espada es capaz de cortar destinos, maldiciones, hechizos y lazos espirituales dependiendo de la capacidad de su portador. Siendo su fuente de energía el amo del arma, ni más ni menos. Tiene sentido si es el único capaz de empuñar a Kusanagi.
—Lo que no dice es cómo activar esa habilidad. —Kakashi entrecerró los ojos al terminar de analizar el texto—. Así que información completa no es.
—Seguramente esperaba explicármelo directamente —dedujo Sasuke tratando de controlar las emociones en su voz. No funcionó del todo, su voz fue más fría e inquietante que personas que lo conocen de toda la vida se dieron cuenta y prefirieron ser respetuosos y no indagar—. Sin embargo, no puedo esperar a su regreso para reunirme con los demás de la Alianza. Necesitan respuestas, sé que es inapropiado exponer la investigación a medias, pero el tiempo apremia.
—Esto no sucedería si hubieras detenido tu lengua y echarte el compromiso de hallar una solución —suspiró Tsunade apartándose con pesar—. Te apoyamos ya que no nos quedó de otra, pero la próxima vez, procura consultarlo primero.
—De acuerdo.
Sasuke no se sintió nada ofendido por la amonestación. A decir verdad, aceptó el encargo por impulso. Sabía que nadie más se ofrecería y está cansado de ver a la gente morir en esta guerra. De ver el rostro inmóvil de su hermano sumergido en ese sueño que parecía eterno. Su ausencia cada día pesa sobre sus hombros, tiene ganas de tomar este embrollo emocional y tirarlo a los pies de su hermano pidiéndole que le ayude a solucionarlo.
No es posible recibir consejos de él.
Por tanto, si nadie se pronunció a intentar encontrar una solución, entonces él debía ser el primero en lograrlo. Y lo consiguió, de alguna u otra manera se las arregló para traer una solución. Es lo que prometió. Ahora, hablando del tiempo que le tomará emplearlo, es otro tema. Eso sí que no lo sentenció.
Si los demás (dígase Inoichi) empezaban a refutarlo, gustosamente le diría que tomaran la investigación y lo resolvieran por su cuenta.
No es egocéntrico al pensar que ninguno de ellos ni siquiera avanzarían un ápice en la investigación escrito en otro idioma. Simplemente le da pena ajena que otros consideren robarle parte de su esfuerzo cuando ellos ni siquiera dieron el primer paso.
Quizás por eso Sakura no volcó toda la información. No es estúpido, sabe que Sakura conoce más de lo que dice. Posee un conocimiento amplio si algo le suena las veces que le corrigió expertamente en la traducción y en los momentos de aburrimiento le contaba algunos relatos de reliquias antiguas que había visto. Desde vasijas legendarias que contenían truenos verdaderos, hasta pinceles cuyos cabellos fueron extraídos de una bestia mística de hace miles de años.
Nunca esperó contar con dicho respaldo y no comenzará ahora. Ella se marchó y no está resentido al respecto. Simplemente espera que sea dónde sea que se encuentre, hallé esa calma que necesita.
Fue lo mejor separarse por ahora, él necesita asentar algunos pensamientos después de pasar dos semanas sumergido en su presencia antes de cometer otro error irreversible.
Sacudió un poco la cabeza y enrolló el pergamino.
—Sanadora Tsunade, se quedará a cargo del campamento. Maestro Kakashi, descanse por ahora. Me llevaré a Konohamaru y Moegi conmigo a la junta de la Alianza —dictaminó metiendo el pergamino en la bolsa dimensional junto al ejemplar original—. Espero volver en dos días.
—Cómo órdenes. —Tsunade inclinó un poco la cabeza reconociendo su mandato, dudó un momento, pero al final preguntó: —Y si regresa Sakura antes ¿qué le digo?
Esta duda no la esperaba. Sasuke se detuvo en medio de su andar tratando de procesar las palabras adecuadas para transmitir. Se llevó una mano al pecho, en el área dónde metió la flor de cerezo que dejó en su partida, como una promesa de que volvería tarde o temprano.
Endureció la mirada recordándose que ella no debía intervenir en las decisiones de la guerra.
—Que no se preocupe por mi, volveré pronto.
Con esa respuesta escueta retomó su andar con las mangas de su kimono agitándose ante el aire de la tarde.
"Sakura ¿estás libre hoy en la noche?".
Parpadeó despertándose lentamente tras escuchar la voz de Xie Lian por la matriz de comunicación. Menos aturdida llevó los dedos a las sienes, dando un vistazo a su alrededor. Las ramas de los árboles de cerezo le daban un cobijo reconfortante del que jamás quisiera separarse.
"Lian-ge" saludó somnolienta recostándose en el tronco del árbol, el mismo que marcó su nacimiento "¿Necesitas que te ayude en algo?".
"Oh, no, no. Tuve tiempo libre y vine a Mansión Paraíso. Me gustaría cenar contigo y San Lang".
"Mmm"
Sakura volvió a abrir los ojos, preguntándose cuánto tiempo había pasado desde que huyó de Sasuke. El horizonte se veía parcialmente oscuro, el anochecer estaba a punto de caer y su dolor de cabeza es casi inexistente.
"De acuerdo, estaré ahí pronto" accedió sintiendo cierta emoción por ver de nuevo a Xie Lian. A quien ha visto desde que salió del Horno es a Hua Cheng, ya que Su Alteza ha estado muy ocupado en la Corte Celestial y no es como si estuviera bien entrar y salir de los Cielos. Puede hacerlo, pero por evitará echarse a dioses en su contra "¿Llevo algo en especial?".
"¡Para nada! Tu sola presencia es suficiente".
Esbozó una sonrisa ligera. Quizás hoy también pida algunos consejos.
"Allí estaré".
"¡No vemos en un rato!".
Cortó la comunicación y aspiró profundamente buscando aplacar sus pensamientos. Tratando de no recriminarse al rememorar el rostro desesperado de Sasuke, pero fue su culpa el haberlo puesto en esa situación. Si ella no tuviera el sello, nada de esto hubiese ocurrido.
Principalmente, él no estaría conteniéndose.
Bajó de un salto desde las ramas, contemplando en silencio el enorme árbol milenario a la que estuvo atada por tanto tiempo. No mentirá al decir que extraña mucho este pequeño pedazo de su mundo, el único que conocía en aquel entonces. Cuando la separaron abruptamente, tuvo que aprender a volar sin siquiera haber caminado antes.
Hay muchas cosas de las que se arrepiente.
Pero el haberse esforzado en encajar en el mundo no es una de ellas.
Acarició el tronco dándole energía espiritual y se marchó caminando, alejándose del árbol milenario todavía con los pensamientos caóticos del presente.
Mientras no pensara en el sello, estaría bien.
¡Era sumamente difícil! Toda su mente se inunda de preguntas, demasiadas que involucran sus memorias selladas, especialmente las de Sasuke. Añora y quiere entenderlo, de verdad. Ahora mismo no pude catalogar ese sentimiento que persiste.
Ella misma está consciente sobre sus primeras razones en acercarse a él, curiosidad e interés de porqué Ryu parecía estimarlo. Con el pasar de los días evolucionó a una intención genuina, y no tardó demasiado en aprensarse en lo profundo de su ser (nuevamente).
Sin embargo, por más que rebusca y rebusca, hay algo que siente ausente. Una pieza clave que le ayude a comprender del todo sus propios sentimientos y así entender los del Cazador.
Él prácticamente confesó su amor, y ella...
Ella no entendió del todo.
Amor.
¿Qué significa el amor para los fantasmas?
La mayoría existen por razones distintas. Por ejemplo, He Xuan persistió muchos siglos por el deseo de venganza. Otros, como Hua Cheng, existen por el infinito amor y sentido de devoción y protección a esa razón de ser. Es diferente las emociones para cada fantasma.
Cuando mueres y te conviertes en fantasma, hay muchas cosas que pierdes. Una de ellas es la esencia de la vida. Obtienes un cuerpo frío y quieto, desprovisto de calor natural. Consigues parecerte a un humano haciendo bombear la sangre de tu corazón y respirar naturalmente, pero no se siente natural.
Pierdes emociones, ideales o moral, y ganas propósitos y razones de existir. Algunos son obsesivos, algunos son gentiles, otros son temerarios. Otros nunca se van, al contrario, se potencializan. Resulta inconcebible para los humanos, pero para los fantasmas es normal experimentarlos.
Sea como sea, un fantasma pierde y gana por igual, dependiendo del esfuerzo.
Y Sakura, en ese punto, apenas puede dimensionar que ganó y que perdió.
Una de ellas, claramente es Sasuke.
¿De qué lado de la balanza está él?
Estos pensamientos la acompañaron hasta que traspasó la entrada de Ciudad Fantasma después de materializarse en pétalos de cerezos, buscando una caminata sencilla para acomodar sus ideas.
Una emoción incierta la embargó cuando se adentró a las calles principales. El bullicio y la alegría la recibieron, lo que debería ser irónico que este lugar muestre más lleno de vida que cualquier otro mercado del Reino Humano.
Todos aquí, o la mayoría, son fantasmas.
Los puestos de la calle estaban atiborrados de criaturas de diferentes estilos, formas y tamaños. Por dónde sea que volteara se encontraría con una persona que tenía tres ojos; u otra que su cabeza era la de un gallo o extremidades larguchas. Entre otras anomalías, algunos traían máscaras para ocultar sus identidades o eran el doble de alto que ella. Lo más increíble es que el lugar era tan enorme, llamativo y vivo pareciendo un distrito rojo por la expresión de colores, que pocas veces chochaba contra alguien.
O lo habría sido en el pasado, ahora, apenas puso un pie en el Mercado Fantasma y captó la atención de algunos, alguien no tardó en gritar: —¡AH, ¿ACASO MIS CINCO OJOS ESTÁN VIENDO MAL?! ¡ES LA SEÑORITA SAKURA!
—¡¿DÓNDE LA VISTE!?
—¡AHÍ, AHÍ ESTÁ! ¡SU CABELLO ROSADO ES INCONFUNDIBLE!
—¡LA SEÑORITA SAKURA POR FIN REGRESÓ!
Los vítores se alzaron y varios fantasmas corrieron hasta ella.
Sakura casi gime en lamentación al olvidar cambiar de apariencia. Sinceramente no soportaba mucho la atención. Y desde que vivió aquí, muchos veían a sus señores acompañados por ella, y al presentarla como una hermana menor, los residentes de Ciudad Fantasma la trataban con respeto.
Saludó a todos con una sonrisa no queriendo ser grosera, y al mismo tiempo buscando una vía de escape. Los fantasmas estaban muy emocionados en verla que difícilmente les darían espacio. Pero no pudo huir muy rápido, el frenesí de los fantasmas y su exagerado recibimiento vino acompañado con un montón de presentes.
—¡Señorita Sakura, esta apariencia es incluso más hermosa que la anterior! —decían las fantasmas femeninas alrededor de ella, tocándole su cabello largo y alabando su apariencia.
—Hahaha... ¿gracias? —dijo Haruno sin saber que más decir. Siempre le sucedía esto con los residentes. Sabía que no había malas intenciones detrás, simplemente son muy efusivos.
—¡Tome estos polvos que le harán lucir una piel más saludable!
De pronto un hombre con cabeza de jabalí casi golpea a una de esas fantasmas, si no fuera porqué la fantasma se agachó y le siseó sacando una lengua muy larga.
—¡¿QUÉ TE PASA, MALDITO CERDO?!
—JODIDA VIEJA ¡QUITA TODA ESA PORQUERÍA DEL CAMINO! —maldijo ese espíritu jabalí— ¡El que tengas que utilizar capas de maquillaje para ocultar tu horrible rostro, no quiere decir que la señorita Sakura tenga necesidad de hacerlo!
—¡CÁLLATE! ¡SABEMOS QUE ELLA ES HERMOSA, PERO PUEDE LUCIR INCLUSO MÁS HERMOSA SI UTILIZA ESTOS POLVOS!
—No no no. Mejor toma estas píldoras para tener hijos ¡las posibilidades son de 50/50!
—¿Y con quién demonios piensas que va a tener hijos?
—¡Debe ser alguien digno que aprueben nuestros señores!
—¡SÍ!
—¡POR SU PUESTO QUE DEBE SER ALGUIEN DIGNO DE LA AMABILIDAD DE LA SEÑORITA SAKURA!
—NO MERECE MÁS QUE UN HOMBRE REALMENTE BUENO.
—¡QUÉ EL *TÍO ABUELO Y CHENGZHU ELIJAN A SU PROMETIDO!
Sakura casi se ahoga con su respiración inexistente. Porqué, eh, prácticamente tiene un prometido ¿verdad? Si pudiera sonrojarse, ya lo habría hecho. Por el contrario, a cuestas guardó todos los presentes en su bolsita dimensional y aprovechó que comenzaron a discutir sobre quién podría ser digno o no de ser su prometido, rodó, zigzagueó y se escabulló con éxito.
—¡HAGAMOS UN BANQUETE DE BIENVENIDA A NUESTRA SEÑORITA SAKURA!
—¡SÍ, VAMOS! EH... ¿dónde se metió ella?
—¡¿SEÑORITA SAKURA!?
La aludida se escondió en un callejón tomándose del pecho y eternamente agradecida. Tendrá que cambiar de apariencia empleando la que había utilizado como Mayu, por lo menos así podrá caminar por otro lado tranquilamente a Mansión Paraíso.
La multitud pronto se dispersó un poco desanimada a que haya desaparecido de pronto, sin embargo, rápidamente retomaron sus celebraciones y corrieron a preparar el dichoso banquete.
Por lo menos se olvidaron de buscarla.
—Señorita Sakura.
—¡Ah!
Se sobresaltó al ser tomada desprevenida. Giró la cabeza rápidamente a sus espaldas, buscando quién le habló. Tuvo que bajar la vista hasta toparse con otro fantasma. Una señora de apariencia mayor que vestía túnicas elaboradas y sueltas, con el cabello castaño recogido en un chongo y sosteniendo un bastón entre manos.
—Es usted, Madam Rin —suspiró llena de alivio. Esta mujer fantasma es sumamente silenciosa y sabia. La conoció en sus primeros años en Ciudad Fantasma y es reconocida como una artesana singular—. Un gusto verla.
La mujer sonrió desde sus ojos cafés.
—La alegría es mía de encontrarme nuevamente con usted, señorita. Y discúlpelos a ellos —señaló a la calle por dónde seguía el ajetreo—. Les emociona que haya regresado después de dos décadas de ausencia.
—Comparado con nuestro tiempo, no es nada.
—Ciertamente es un abrir y cerrar de ojos, pero su presencia se extrañaba mucho por estos lares —expresó la anciana dándose la vuelta y haciéndole señas para que la acompañara. Sakura dudó un momento y se apresuró a seguirle el paso—. Ayudaba a muchos de nosotros con tareas diarias cuando estaba aquí y visitaba nuestra descendencia en el Reino Humano.
Sakura simplemente sonrió no desestimando sus acciones. Una vez lo intentó, no fue bien recibido y se limitó a aceptarlo humildemente.
Por otro lado, le causó curiosidad la presencia de Madam Rin. No es conocida por abandonar su cabaña en los límites de la ciudad, prefiriendo cierta calma mientras administra una tienda de artesanías. A pesar de la distancia, muchos acuden a ella cuando quieres artefactos, instrumentos o joyas hechizadas de la más alta calidad. Por tanto, pocas veces se le ve en el mercado fantasma.
—Se ha de preguntar que estoy haciendo por aquí —alegó la mujer mayor y Sakura se rio ante sus pensamientos descubiertos.
—En efecto. No es una mujer que goce del bullicio.
—No lo hago, pero tuve una razón —aseguró atravesando a paso tranquilo el puente que conecta el río de las almas, aguas oscuras, pero no siniestras, alumbradas por fuegos fantasmas y linternas eternas—. La noticia de su regreso ya se ha extendido por toda Ciudad Fantasma.
—¡¿Tan rápido?!
Le impresionó esto. Apenas estuvo unos minutos rodeada de los fantasmas. Se dijo que no debería sorprenderle del todo. Aquí todo se sabe en cuestión de instantes. Además, entiende el frenesí de los fantasmas y su interpretación. Para ellos, su primera muerte fue una ausencia larga. Nadie, además de los involucrados, sabía que ella murió y renació siendo semidemonio.
Su nacimiento como Calamidad también es una incógnita para ellos, pero no cuestionaron ya que cada quién sentía su poder y la reconocían. Debería ser un poco chocante tener atención con dos Calamidades, pero Sakura nunca ha tenido intensión de arrebatar algo a Hua Cheng, por tanto, los residentes comprenden y la aprecian como familia de su señor Chengzhu.
—Técnicamente ya sabíamos que regresó. El Monte Tonglu dio nacimiento a una nueva Calamidad. —La mujer le dio un vistazo por el hombro, mostrándose gentil—. Estimo que las felicitaciones son inadecuadas, así que diré: me alegra haya superado la prueba.
Sakura agradeció enormemente su gesto, porqué de otra manera, se habría sentido incómoda por ser felicitada ahora.
—Y mientras esperaba su regreso, estuve perfeccionando su encargo.
¿Eh?
—¿Qué encargo?
Finalmente llegaron a la tienda de artesanías. Una cabaña establecida con algunas otras a la redonda del viejo páramo. Madam Rin le dio un vistazo por el hombro, todavía sonriendo.
—El que me solicitó antes de su partida.
La campanita sonó cuando empujó la puerta y Sakura se adentró muy confundida, no recuerda haberle hecho un encargo. Luego estimó que no debería ser muy extraño, los recuerdos de ciertos días antes de su muerte son muy confusos y es un conocimiento general lo que posee.
Murió defendiendo a Aria, la esposa de Ryuichi, que después serían sus padres de sangre.
Además de eso...
Además de eso... no recuerda mucho. Trató de alcanzarlo y se dio cuenta que la punzada de dolor pertenecía al sello impidiendo acceder a ciertas memorias.
Lo que supuso: también estaban reprimidos esos recuerdos.
—Pase por aquí.
Se distrajo de sus pensamientos siguiendo a la mujer por la tienda de artesanías. Las pareces tapizadas de manera que varios instrumentos musicales pudieran ser colgados. Iban desde flautas, erhu, citaras y otros instrumentos. Del otro lado, algunas espadas que poseían ciertos encantamientos. En medio de la tienda las vitrinas resguardan la joyería y piedras preciosas.
Atrapó el destello de un orbe ónix, idéntico a los ojos de Sasuke.
Cruzaron a la trastienda. El taller de Madam Rin era enorme con muchas herramientas, creaciones y piezas singulares. Al costado un gran horno prendido a fuego vivo, y la habitación en sí creaba un aire de trabajo rudo que es muy difícil concebir que alguien de apariencia pequeña como la mujer mayor cargara enormes bloques de metal y carbón.
En medio de todo, yacía una mesa de trabajo. Ahí reposaba un objeto grande cubierto por una tela blanca y fina sorpresivamente limpia. Madam Rin apoyó el basto en la superficie y con ambas manos retiró la tela revelando un guqin de madera oscura y cuerdas tensas que brillaron ante la reacción de energía pululando en el aire.
—Le presento su encargo terminado, señorita Sakura —recitó la mujer orgullosamente doblando la tela mientras Sakura se colocaba al otro extremo de la mesa, observando intensamente el guqin.
Imposible.
¿Cómo pudo ella mandar a crear esto y no acordarse?
¡La madera utilizada en ese guqin es del árbol milenario!
Estiró las manos pasándolas por la superficie de la madera. Sintió los gravados de los hechizos impregnados, emitiendo una calidad respuesta a su energía espiritual. Al igual que la madera en sí, reaccionando ante la presencia de Sakura.
Su vida ahora es cada vez un enigma.
—No entiendo. —De sus labios salieron estás palabras con mucha desesperación, aferrándose al instrumento—. ¿Por qué un guqin y no una flauta? Nunca me interesó aprender a tocar el guqin.
—Mencionó que no era para usted, si no que sería un regalo significativo para el joven Sasuke cuando aprendiera a dominar el guqin —relató Madam Rin bastante alegre, como si no le hubiese lanzando una piedra mental a Sakura con esta información—. ¡Usted misma escuchó de su madre que a él le gustaba tocar el guqin!
Lo que no supo Madan Rin, es que causó mucha conmoción interna en Sakura. Se sacudió como si hubiese recibido una descarga eléctrica. Sus manos se crisparon y toda ella se agitó, crudo, real y enigmático.
—¿Q-Qué dijo?
Madam Rin ahora la veía preocupada.
—Señorita Sakura ¿se encuentra usted bien? No es normal que titubeé sobre el joven Sasuke —expresó Madam Rin con evidente inquietud—. Vino antes de su partida con esta madera especial, encargándome este guqin. Dijo que había encontrado al joven Sasuke y se reuniría con él y su madre en unas semanas. Por eso me apresuré a terminar el encargo.
A Sakura le daba vueltas la cabeza. No. Le daba vueltas la habitación. Apenas lograba permanecer de pie, sus manos comenzaron a temblar mientras arrastraba el guqin entre sus manos, atrayéndola a ella como si fuese un salvavidas.
Ahí está.
Ahí, en el fondo.
Una voz que le susurra muy tiernamente, y al mismo tiempo, causa un incendio en su interior.
Recuerda.
Recuerda.
Nunca lo olvides.
—Pero nos llegó la noticia de su abrupta ausencia y no apareció en todos estos años. Nunca lo lleve a Mansión Paraíso, no sabía si su asunto era algo que deseara ventilar —prosiguió Madam Rin apoyando el bastón en el suelo sin apartar los ojos de la figura encorvada de Sakura frente al instrumento, temblando terriblemente—. Consideré la posibilidad de que haya decidido quedarse en el Reino Mortal cuidando del joven Sasuke. Ya debe ser un adulto ahora ¿cierto? He escuchado algunas de sus hazañas con esa barrera impenetrable que mantiene sobre la Villa de Fuego.
—Lo es —apenas salió en susurro la afirmación de Sakura. Una consciencia que no es suya, emociones que se escapan de sus manos. Su voz tembló cuando preguntó: —¿Le di pago de este encargo?
—El pago acordado era el honor de permitirme crear este instrumento con tan exquisita madera.
—Entiendo.
Unos segundos de quietud, y luego, Sakura se rompió.
Su energía se fracturó y condesó alrededor de ella. Como pudo se hizo del guqin y se dispersó en pétalos de cerezos, amortiguando cualquier daño al taller. Si ese era el caso, después se ocuparía de recompensarle a Madam Rin por los daños ocasionados.
Ahora no esta pensando en ello.
Siente que se muere nuevamente.
—AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH
Su grito retumbó en los confines de Mansión Paraíso, el único lugar cercano al que siempre acudirá. Cayó de rodillas al suelo abrazando el guqin con tanto desespero, siente una pérdida y al mismo tiempo un enorme alivio. No lo entiende, no entiende NO ESTÁ COMPRENDIENDO SU VIDA.
Necesita recordar.
Cueste lo que cueste.
Lo extraña tanto. Oh, lo extraña mucho.
Él.
Él.
Él.
Solamente lo necesita a él.
—¡Sakura! —Una voz llama por ella. Al abrir lo ojos nota a Xie Lian arrodillado junto a ella. No supo en que momento se dejó caer al suelo acurrucándose en ovillo sin soltar el guqin. Las lágrimas brotan sin parar y se rasgan los recuerdos—. ¿Qué sucede? ¿Estás lastimada?
—Lian-ge —sollozó. Y hasta ese preciso momento se dio cuenta que estaba llorando terriblemente—. ¿Por qué no puedo recordarlo? ¡Quiero ver su rostro una vez más! Por favor, por favor. Quítame el sello o llévame al campamento. NECESITO VERLO.
Sus peticiones son razonables según ella, pero su energía está muy dispersa que apenas logra controlarse. Es tanta su angustia que vuelve a gritar y las paredes de Mansión Paraíso amenazan con fracturarse. No lo sabe, pero Xie Lian está demasiado preocupado y un poco angustiado, por lo menos hasta que Hua Cheng aparece corriendo por la puerta de entrada junto a Yin Yu y se topan con tal escena.
—¡San Lang! —exclamó aliviado Xie Lian. Hua Cheng se apresuró a ellos tras darle órdenes especificas a Yin Yu.
—Gege ¿La encontraste así?
Xie Lian asintió, impotente ante la visión de Sakura sufriendo. La abrazaba tratando de traerle consuelo, pero ella gritaba cada vez más y más fuerte. Hua Cheng le tocó la cabeza emanando una luz roja y después su expresión se crispó un poco.
—Está intentando librarse forzosamente del primer sello —informó severo y apretando los labios—. A este paso dañará su espíritu de una forma incorregible.
Xie Lian jadeó sabiendo que significaba una posible dispersión forzada y la abrazó con fuerza. La mirada en su rostro se transformó de una angustiosa a una determinada cuando dijo resueltamente: —No hay otra manera, ayúdale a deshacer el sello.
—Gege.
—Sé que te preocupa mucho las decisiones que tomará en base sus recuerdos y las consecuencias sobre ella —expresó Xie Lian agarrando la mano del Rey Fantasma, apretándola gentilmente—. Pero es mejor que permanezca existiendo, sea como sea, a que se disperse.
Hua Cheng se mostró un poco testarudo con respecto a liberar el sello.
—Mientras sus cenizas estén intactas, ella regresará.
—Sé que sí, pero no sabemos cuánto tiempo le tomará retornar, y posiblemente el joven Sasuke ya haya muerto. No soportará perderlo otra vez. —Los ojos mieles de Xie Lian transmitieron mucho sentimiento y el ojo de Hua Cheng una emoción vulnerable que solamente le muestra a él—. Hazlo, por favor. Ayúdale a recordar su razón de existir.
Hua Cheng cerró el ojo por un breve momento. No hubo silencio, los gritos de Sakura se intensificaban y la energía sacudía la mansión. Entonces estiró la mano y la colocó nuevamente sobre la frente de Sakura, con un gesto más sereno y resignado, pasándole energía espiritual con tal de romper el sello.
Xie Lian la estrechó en brazos y la calmó: —Tranquila, Sakura. Pronto lo recordarás. Ya no te angusties más.
Sakura se calló abruptamente y todo su cuerpo se volvió flácido, una mera muñeca en brazos de Xie Lian. Este la sostuvo con cuidado notando como ella respiraba aceleradamente y apretaba con fuerza los párpados. Hua Cheng murmuró que ya estaba hecho y retiró la mano.
—Gracias, San Lang.
El aludido asintió y recogió el guqin del suelo.
—Llevémosla a su habitación. Tardará días en volver en sí.
Xie Lian la cargó con cuidado y ambos se encaminaron a prisas a la habitación de Sakura, esa misma que desde que llegó a Mansión Paraíso le perteneció.
Sakura parpadeó, tratando de retomar el hilo de la conversación. Xie Lian estaba frente a ella con esa sonrisa en sus labios. Se enfocó, un poco despabilada teniendo la sensación de que ignoró a Su Alteza, lo que es imperdonable.
—Perdona, Lian-ge ¿me decías que conoces al hombre que me ayudó? —cuestionó ella recordando por fin la pregunta que quería hacerle.
—Es el mismo que trabaja de guardia en la Guarida del Apostador, el que tiene la máscara de gato —señaló Xie Lian su propio rostro haciendo alusión a dicha máscara—. Te llevó a Mansión Paraíso. San Lang casi le saca los ojos cuando lo vio creyendo que te lastimó.
Sakura no pudo evitar la risa que se coló en sus labios.
Estaban en el Monte TaiCang teniendo una agradable merienda haciéndole compañía mientras Hua Cheng regresaba de gestionar sus asuntos en Ciudad Fantasma.
En total, Hua Cheng y Xie Lian consideraban hogar tres lugares: Mansión Paraíso que originalmente pertenecía a Hua Cheng; el Santuario Puqi, el primer santuario dedicado a Xie Lian después de 800 años en el olvido (y tras una reconstrucción); y, por último, la cabaña en el Monte TaiCang, construida por Xie Lian.
Hay historias que Sakura escuchó con mucha emoción sobre estos, reconociendo que hay partes dolorosas y partes felices. Aprendió, con el pasar de los años, que hay temas que a Xie Lian no le gusta hablar. Así que las evita activamente.
Por ahora, su tema de interés es otro.
Hace un par de semanas la envenenaron y apenas terminó de recuperarse. Sus recuerdos son difusos sobre la persona quién lo ayudó en ese callejón, pero al parecer Xie Lian agradeció en persona al fantasma antes que este se esfumara. A Sakura le acusa conflicto, necesita agradecerle en persona.
Lo impresionante del asunto es la coincidencia. Ese hombre con máscara de gato había ayudado hace años a Xie Lian durante una excursión en el Reino Mortal. Fue casualidad que se toparon. Él evitó que Su Alteza terminara empalado y lastimado, solamente por eso Hua Cheng le dio una generosa recompensa cual el hombre rechazo solemnemente.
Sinceramente Sakura no le tomó mucha importancia a la identidad del hombre en ese entonces. Fue una charla de pasada en la hora del almuerzo, ahora que le tocó a ella recibir ayuda, generó interés.
—Ya recibimos ayuda de ese misterioso hombre, falta que haga su labor del día con Hua-ge —bromeó Sakura soltando risitas dispersas. Xie Lian se carcajeó un poco y luego carraspeó tratando de contenerse.
—Dudo mucho San Lang permita que lo salve de algún modo, pero la idea suena divertida.
—Especialmente porqué Hua-ge mira a todos con indiferencia. A excepción de ti, claro.
—San Lang puede ser un poco asocial en ocasiones, sería bueno si tuviera más amigos además de He Xuan.
—Ambos dicen que no son amigos.
—Se han soportado por siglos, no quieren aceptar su extraña amistad —explicó Xie Lian divertido—. Últimamente trata amablemente a la Señora de la Lluvia, pero ya había antecedentes de un buen trato desde antes. Así que es inválido. ¿Quién más podrá ser...?
—Por favor, no planees de nuevo que se lleve bien con número 34 y 35.
Xie Lian no pudo evitar reírse más fuerte.
—¡Sakura! No puedo creerlo ¿de dónde sacaste esos apodos para Feng Xin y Mu Qing?
—Hua-ge los llama así —se defendió inocentemente Sakura—. Después de todo, de los 35 dioses que desafió solamente 33 aceptaron y terminaron con los templos quemados. Y esos dos amigos tuyos fueron los únicos con instintos de supervivencia para rechazarlo.
—Dios mío, ustedes dos son un caso.
Sakura sonrió y desplegó por el resto de la tarde el asunto.
Pero no por mucho tiempo.
En los días próximo Sakura se aventuró al garito. Era un día que Hua Cheng no estaba presente recibiendo apuestas, pero no por ello era menos animado y caótico.
No es la primera que viene aquí. Cada vez contiene la risa al pasar el umbral y ver las columnas en la entrada en la que había un juego de versos. La izquierda decía: Dinero sobre la vida. Mientras que la derecha decía: Ganancia sobre dignidad. Y en la columna superior horizontal decía: JAJAJAJAJA.
Los caracteres eran feos y rudos, una caligrafía tan salvaje, torpe y frenética. Era una desgracia llamarlo caligrafía en absoluto. Era como si alguien tomara un cepillo estando ebrio y garabateara con mala intención algunas palabras. Lo más gracioso (para Sakura), es saber que esta letra pertenece a Hua Cheng (¡y hasta ahora nadie parecía notarlo!).
El dueño de Ciudad Fantasma puede ser asombrosamente bueno en todo, menos en escribir. Es una lucha constante que tiene Xie Lian al intentar versarlo en la caligrafía. Su Alteza asegura que Hua Cheng ha mejorado un poco a tráves de los siglos con sus esfuerzos. Pero no se rinde en seguir instruyéndolo.
Al entrar las mesas de apuestas se extendían por todo el lugar, y el diseño era tan extravagante, con techos anchos y largos. El salón principal parecía el obi de un enorme y excéntrico palacio, y los alrededores las habitaciones en el primer y segundo piso. Pero el área general en sí era bastante ancha para albergar a muchas criaturas. El lugar se inunda de risas, gritos y palabras viciosas, de hombres que triunfaban en las apuestas hasta personas que sufrían por sus piernas cortadas limpiamente desde las rodillas tras perder la apuesta dónde pusieron como moneda de cambio sus extremidades.
Sakura apartó resueltamente la vista y se adentró al área del bar buscando con los ojos una máscara de gato entre los empleados. No tardó mucho en hallarlo. El hombre caminaba al interior de las cocinas sosteniendo una bandeja con tazas vacías.
Se apresuró hasta ahí, devolviendo el saludo a los fantasmas que la veían y se escabulló. Por supuesto, no le decía absolutamente nada en contra. Tampoco es que ande armando un alboroto. Está aquí con una sola misión.
Nunca había estado por esta parte de las cocinas, el olor a comida siempre le pareció exquisito, y la comida humana también se servía aquí. Pero nada comparado como las especialidades de Xie Lian. Nada es digno.
Asomó la cabeza por el umbral buscan con la mirada al hombre. De fondo escuchaba las risas y conversaciones del personal de cocina, no prestó mucha atención hasta por fin dio con la máscara blanca reposando en la encimera, y junto a él, el hombre más hermoso y atractivo que jamás haya visto.
Quedó impresionada por el porte elegante y sereno del joven de piel blanquecina y cabello azabache, vestido por ropa oscura y bordes rojos y morados en patrones diversos. Uno ojos ónix tan profundos que de un momento a otro se encontraron con su mirada, pareciendo un poco sorprendido de encontrar a alguien que lo miraba fijamente.
—Hermoso... —susurró ella inconscientemente.
Hubo un silencio de muerte. De por sí nadie ahí respiraba, fue peor.
Sakura repentinamente cayó en cuenta sobre su desliz, al no escuchar más conversaciones y notar que todas las miradas del personal se centraron en ella y su acto desvergonzado de mirar fijamente a alguien.
De pronto, las risitas se extendieron por el personal de cocina antes que alguien los mandara a callar alegando sobre su osadía de burlarse de la señorita Sakura, bla, bla, bla.
En verdad, Haruno no tenía oídos para eso.
¡Estaba más aturdida al intentar procesar que se avergonzó a sí misma!
—Ah, yo... —murmuró sonrojándose fuertemente retrocediendo a trompicones hasta chocar contra la pared del pasillo, sintiéndose repentinamente acorralada por esos intensos ojos negros que parecía recobrar la compostura—. ¡ME TENGO QUE IR!
Y salió disparada por el pasillo.
¡Ah! ¡Qué demonios fue eso? ¡Me quedé como una idiota para ahí mirándolo descaradamente! ¿Pensará que lo estoy acosando? ¡Ojalá y no!
—¡Espere!
¡Es él!
—¡Lo siento! ¡Pensé en voz alta! —gritó avergonzada desapareciendo entre pétalos de cerezos.
Esa vergüenza duró durante el día siguiente. Evitó por todos los medios el garito, reconstruyendo un plan de disculpas al joven. Que negligencia de su parte, no le agradeció por su ayuda, y de paso, lo hizo sentir incómodo.
Se dio varios golpes en la frente mientras caminaba por las calles del mercado, buscando algún tipo de presente en los puestos ambulantes. Algo que fuera lo suficientemente digo que represente un agradecimiento y, al mismo tiempo, una disculpa.
No hallaba nada que la satisficiera lo necesario. Y no conocía a ese joven, ni sus gustos. ¿Qué tal si le desagrada el color rojo o no le gustan las armas?
Ah, que complicado.
Se detuvo frente a un puesto de piedras preciosas. Quizás, si adquiría alguna piedra que significara la buena fortuna recompensaría su gran error.
No podía dejar de pensar en ese rostro que se esconde detrás de esa mascara. Hubo algo en su mirada que le hizo sentirse acogedoramente agradable. Pocas veces logra tener esa impresión de las personas, y no supo por qué, con ese hombre se sintió sumamente nerviosa y agradable al mismo tiempo.
Miró una piedra ónix con mucho interés, considerando las posibilidades de convertirlo en algún tipo de amuleto cuando sintió a alguien cerca. Es normal teniendo en cuenta que otras personas están merodeando, lo que nunca esperó fue que esa misma persona se acerca un poco más a su espacio personal y le hablase.
—Señorita Haruno ¿podemos hablar?
La aludida se congeló de pies a cabeza y giró bruscamente al costado.
¡Ahí estaba él! ¡Por los dioses, estaba igual de reluciente que ayer!
—¡Y-Y-Yo...!
—No quise asustarla —expresó ese joven retrocediendo unos pasos, dándole espacio que no creía necesitar. Sakura pudo respirar más profundo y tranquila. La expresión de ese joven era sincera y seria, se rascó un poco la nuca. Sakura se dio cuenta que él traía las manos vendadas hasta los nudillos y ropa oscura, no el uniforme del garito, y se veía más imponente al sacarle una cabeza de altura—. Ayer desapareció repentinamente y no pude hablarle adecuadamente.
—Yo... —Sakura trató de recomponerse. No puede pasársela diciendo yo, yo, yo—. Solamente quería agradecerte por, eh, ayudarme la última vez —carraspeó desviando la vista, ansiosa—. Perdona si te incómode ayer. ¡No fue mi intención!
La mirada del joven azabache se ablandó, pareciendo un poco más ¿tranquilo? Él negó con la cabeza de inmediato.
—En absoluto, en realidad, me honra que piense que soy alguien atractivo —expresó con cierto deleite en su voz y gesto serio, y agregó como quien no quiere la cosa: —. Y si me permite devolverle el cumplido, usted me parece una persona muy hermosa y deslumbrante.
Sakura boqueó, realmente impresionada. ¿Cómo puede decir cosas tan desvergonzadas con una cara tan seria? Se sonrojó aún más.
Recibió una sonrisa nada culpable. Entonces él retomó de regreso esos pasos que retrocedió con anterioridad y se inclinó en una reverencia más marcada.
—No me presente antes. Soy Koizumi Sasuke. Me alegra hablar por fin con usted, señorita Haruno.
—Nada de formalidades. —Ella regresó su atención al puesto, con las mejillas sonrojadas e intentando que su cabello cubriera sus mejillas de los ojos oscuros de Sasuke—. Dime Sakura.
No lo vio, pero los ojos de Sasuke brillaron sutilmente y una sonrisa suave se coló por sus labios.
Chan, chan, chan. Muchos los sospecharon, así que he aquí su confirmación: EL SASUKI ACTUAL EXISTIÓ EN EL SASUKI ANTERIOR *gritos internos* Ryuichi lo explicó en uno de los capítulos anteriores sobre eso de los nacimientos: cada "alma" olvida los sucesos de su vida anterior para comenzar una nueva sin las cargas pasadas. Por si no es obvio ya, este Koizumi Sasuke fantasma al dispersarse, pasó por ese proceso de "olvido" y se convirtió en Uchiha Sasuke Cazador que conocemos en el presente.
Así que sí, todavía hay historia ahí, pero no lo veremos hasta el siguiente capítulo.
Y hablando de siguientes capítulos, probablemente traeré algo a mediados de agosto, porqué entraré en parciales en la universidad y son un caos. Además que no tengo nada más escrito, entonces sí, me llevará mi tiempo. Pero probablemente es que dentros de los próximos dos capítulos nuestro SasuSaku actual POR FIN VERÁ LA LUZ, AAAAH *c sacude* HAY ESPERANZA SÍ.
Gracias por haber leído hasta aquí, ya duermanse, hagan cosas más productivas en lugar de leerme XDXD (no cierto, yo también me leo fics pero de otras ship *cry en felicidad*).
¡Nos leemos pronto, cuídense! No olviden dejarme sus impresiones ;) ¿qué tal les pareció el capítulo?
Alela-chan fuera.
PD: sí, sí sí a la chnga, le puse Koizumi como el Sasuki de DDS porqué no quise buscar otro apellido y saben que me gusta reciclar cuando me es necesario JAJAJA NO ME COMPLICO DEMASIADO LA VERDAD.
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