/79/ Siempre fuiste tú

Bueno, primero que nada ¿alguien recuerda las campañas de hace más de cinco-diez años para los lectores que andaban en las plataformas como Fanfic.es o Fanfiction.net? *mirada sospechosa* jajaja me topé con un fic que lo tenía y dije vamo' a ponerlo ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué me funen? *risa escandolosa* no se apuren, yo me funo a diario sola.

A favor de la campaña de voz y voto. Porqué leer sin dejar comentario (o voto) es como agarrarme una teta y salir corriendo. Por favor, no me manoseen :( 

*Internamente me retuerso de la risa*

Ustedes son libres de dejar o no comentario o voto. Obviamente no a todos les gusta lo que escribo y si dejan es porqué les nace, no por obligación. Aunque nos hace feliz a nosotros los fickers, independientemente del fandom, saber que de alguna u otra manera disfrutaron el capítulo :) es la mayor recompensa, creánme.

Por otro lado *rueda* El capítulo, eh, sí. Ajusten sus cinturones que se viene lo más esperado de Latinoamerica unida.

La canción en la caja de multimeda ¿pueden adivinar a quién representa? Pista: es nuestro ser amado (PISTA TAN OBVIA JAJAJAAJ) vayan a YouTube y activen los subtítulos en español -c desangra llorando- vean, vean y lloren conmigo.  

¡Nos leemos abajo!

—¿Qué...?

Sasuke agarraba con fuerza el pergamino, amenazando con arrugarlo hasta que los caracteres se perdieran con la fuerza ejercida. Ojos ensanchados al interpretar cada línea, arrastrando la vista de un lado a otro mientras asimilaba, o intentaba, la información completa que extrajo del ejemplar.

Y, a decir verdad, tiene muchas, pero muchas ganas de golpearse la cabeza por su propia estupidez tras leer que la espada Kusanagi parecía ser la única en el mundo de cortar conexiones.

No es que nunca lo haya sospechado de su propia arma espiritual, pero desde que Kushina mencionó las habilidades de Kusanagi, crecieron dudas. Mismas que intentó no alimentar con esperanzas y así no aferrarse inútilmente.

A pesar de todo lo obvio, las historias que están detrás del paradero de la reliquia son inciertas. De las tres reliquias de Amaterasu, la Espada Kusanagi es la más enigmática de todas. Nunca se supo ni siquiera un paradero aproximado.

Del Orbe del Sol se decía que era resguardado por un grupo de sacerdotes, lo cual no resultó ser mentira total. La Aldea de Flores Danzantes siempre lo tuvo bajo su protección.

Del Espejo de la Verdad, entregada bajo el cuidado de un Clan especializado en barreras. El Clan Uchiha contaba con una barrera que la precedía, pero no era precisamente que las últimas tres generaciones eran versadas en el tema. Por lo menos no la mayoría de los miembros.

Y de la Espada Kusanagi poco o nada se sabía. Rumores sobre que se resguardaba en el Bosque de los Lamentos a vista que desde hace siglos nadie sabe nada de la reliquia o que simplemente está muy bien oculta para ser encontrada.

Lo que nadie conocía en realidad, era que la Espada Kusanagi no estaba resguardada en ningún lado ya que no poseía una estructura física, se trataba de energía espiritual pura. Basándose principalmente en esto último y las intenciones principales de la diosa Amaterasu.

El ejemplar que Sasuke sostiene en sus manos lo explica: Amaterasu escoge uno de los herederos divinos que caminan en el Reino Mortal y concede el espíritu de Kusanagi a una de sus armas espirituales.

—Puede ser, literalmente, cualquier objeto —murmuró para sí analizando la información. Se mordió ligeramente el interior de la mejilla—. Incluso el espíritu de Kusanagi poseería un arco o una horquilla. Ahora, para saber cómo utilizar sus poderes-

—¿Qué tanto murmuras?

Sasuke desvió los ojos ante la voz de Sakura. Repentinamente la entrada de la tienda se levantó y Sakura apareció de un instante a otro, trayendo consigo un sinfín de pétalos de cerezos y un aroma floral, suave y embriagante.

De un vistazo se percató que traía puesto otra vestimenta.

El rojo siempre predominaba, pero ahora una portaba unos kimonos cortos blancos y en el área de los brazos se ajustaban para mayor movilidad. Encima una chaqueta roja cuyos pliegues separados caía sobre sus caderas hasta los tobillos y unas botas blancas que llegaban a las rodillas, combinado con un short blanco que llegaba por debajo de los muslos. Alrededor de su cintura portaba un cinturón café, del que traía colgado una espada. Adicionalmente, traía diversos accesorios como algunas horquillas, aretes y anillos nada ostentosos.

Alzó los ojos tardíamente al darse cuenta que la inspeccionó con la mirada, apartó bruscamente la vista y rodeó el escritorio hasta sentarse en la silla, buscando centrarse en su investigación. No ayudó que viera de reojo una sonrisa traviesa asomarse en la boca de Sakura mientras se acercaba.

—Descifré el último fragmento del libro —contestó tras serenar sus pensamientos. La analizó con mucho disimulo esta vez, parecía de mejor humor que en la mañana. Seguramente ya había desestimado su inesperada discusión.

—¿En serio? —Sakura agarró el pisapapeles del escritorio. Un gesto, notó Sasuke, hacia a menudo. Un afán de tener ocupadas las manos. Siempre fue inquieta, antes y ahora—. Siendo así, estimo que no has dormido nada desde que me fui.

Sasuke desvió la vista. Se está volviendo un profesional haciéndolo. Hizo tiempo llamando a Momo dormido al costado del camastro improvisado de la esquina. El hurón, al darse cuenta de la presencia de Sakura, corrió a saludarla.

—Amiguito ¿por qué no muerdes a tu dueño cuando se le olvida descansar? —cuchicheó Sakura cargando a Momo, el hurón gorgojeo divertido—. Se lo merece, debe acordarse en descansar.

—No confabules con mi animal espiritual en mi contra —reprendió Sasuke llamando una vez más a Momo.

El hurón atendió al llamado y Sasuke colocó el sello en la carta dónde previamente escribió a Hiruzen informando que tuvo una pista y requerían que mandaran cierto material adicional de la Biblioteca para completar la información.

Sakura soltó un monosílabo y extrañamente esperó a que Sasuke terminara y despidiera a Momo. Jugaba con un mechón suelto de cabello largo. Entonces sus miradas se encontraron, dónde negro y verde se fundieron. A Sasuke le costaba mirarla y saber que lo que tiene frente a ella es un fantasma. Le entristece y duele por partes iguales por ella.

—Vamos ¿qué piensas para tener una expresión tan triste? —cuestionó Sakura suavizando sus rasgos y Sasuke apartó la vista, reprendiéndose por dejar que las emociones se colaran en sus gestos—. Oye, mírame.

—No pienso nada en particular. Debo terminar de analizar el escrito —se excusó sin molestarse en mirarla o flaquearía—. Resulta que posiblemente mi espada sea la verdadera Kusanagi. Si es así, esta situación se voltearía a nuestro favor. Ahora es cuestión de averiguar el mecanismo de sus poderes.

El ignorarla debió ser una señal clara de no ser molestado, pero Sakura perseveró. Se colocó detrás de él apoyando las manos en sus hombros tensos. Sasuke no vio venir un gesto así, sobre todo el sentir la respiración de Sakura cerca de su oreja.

Todo su cuerpo se tensó.

—Lo que sea que tengas que investigar puede esperar —le habló con voz tranquila, casi susurrante. El aliento chocando contra su oreja no ayudó mucho, estaba seguro que muy pronto el sonrojo en la punta de las mismas lo delataría. No no no—. Es hora de dormir.

—Ahora mismo no es importante —le costó un mundo decir esa frase.

—Mmm, para ti no, pero para mi es impetuoso que descanses —debatió Sakura tarareando. Unos dedos femeninos dieron unos golpecitos en su hombro antes de deslizarse por su cuello hasta tomarlo por la mandíbula desde atrás.

Sasuke no podía verla, en cambio, sentía las manos femeninas sobre él, la presencia a sus espaldas y percibir el cálido aliento lo estaba mareando. Se sentía como uno de sus sueños que no eran pesadillas, en las veces que Sakura parecía tan llena de vida, real y feliz, pasando momentos cotidianos y llenos de alegría.

Esto dista mucho de esos sueños. Esta no es una pesadilla.

—Sakura —advirtió al sentirla delinear sus labios con la yema de los dedos.

—Oh, dijiste mi nombre —tarareó ella deteniéndose. Sasuke pensó que por una vez cedería a dejarlo en paz. Inmediatamente casi se ahoga con su propia saliva al sentir a Sakura apoyarse completamente en él, apoyando la barbilla en su hombro derecho teniendo el rostro más cerca que lo ha tenido en estas semanas—. Suena tan enloquecedor viniendo de tus labios. Dilo de nuevo.

—Señorita Haruno, su comportamiento es-

—Shh. —Ella colocó un dedo sobre sus labios—. Si me llamas formalmente no te escucharé.

—...

—¿Acaso este apuesto caballero me quitará el honor de escuchar mi nombre de sus deleitables labios?

Sasuke repitió una y dos y tres veces los ejércitos de autocontrol en su mente. Esperando que su respiración no se acelerara o será su fin. Lamentablemente su corazón desbocado no cooperaba y está tardando en regularizar los latidos. A este paso, ella se dará cuenta de que le afectaba su cercanía.

No ayuda en nada que Sakura se pegue más a él y le hable al oído, el aliento cálido trayendo un escalofrío interno que lo obliga a retener sus manos y frenar sus anhelos.

Sakura, esto no es justo, pensó miserablemente.

No dijo nada más, cerrando la boca pensando en alejarse de las manos que lo vuelven loco. Le dolería más a él que ella rechazarla, pero si no lo hace, cederá en cualquier momento y será peor. Sakura no lo recuerda del todo, no serían acciones impulsadas por los verdaderos sentimientos.

Antes de siquiera terminar de formular la idea, Sakura terminó de deslizar las manos sobre su pecho abrazándolo e inesperadamente le mordió sutilmente el lóbulo de la oreja.

Sasuke dejó escapar un jadeo de sorpresa.

—Di mi nombre —demandó ella.

—Sa-

Antes que pudiera reclamar, Sasuke sintió que le metían algo redondo en la boca. Dulce y chicloso. Por inercia lo masticó sintiendo un sabor a miel, nada empalagoso.

Detrás de él Sakura no retrocedió, pero dejó de intimidarlo activamente. Se enderezó apoyando las manos en sus hombros y dándole palmaditas de gusto.

—¿Me diste un dulce? —preguntó un poco incrédulo él después de tragar.

Ella respondió solemne: —Sí y es un somnífero.

Sasuke se ahogó con su saliva, echando la cabeza para atrás buscando el rostro de Sakura quién lo miraba desde arriba con una sonrisa de inocencia fingida.

—¿Por qué me disto eso?

—Te negabas a dormir por tu cuenta. Tuve que recurrir a ciertos métodos —se excusó encogiéndose de hombros—. Sospecharías si te hiciera inhalar directamente de las flores, por eso traje estos aperitivos. Tengo más si quieres.

—Yo no- —se interrumpió a media frase sintiendo un pequeño vértigo. Llevó una mano a la cabeza, un poco frustrado que el somnífero actuara rápido.

—Seguramente ya está haciendo efecto, deberías ir directo a la cama.

Sasuke entrecerró los ojos. La alegría de Sakura era tan vistosa que le irritó un poco.

Ella enarcó ambas cejas, un gesto que tilda su propia diversión: —Sí te quedas dormido aquí sentado, me encargaré de cargarte hasta la ca-

Inmediatamente Sasuke se levantó de sopetón con las orejas rojas, encaminándose decididamente al camastro. Nunca, por nada del mundo, pasaría tal vergüenza. Rayos, casi podía escuchar a Kiba burlarse que él parecía una dama avergonzada sin defensas ante los avances descabellados de Sakura.

Sasuke se detuvo en la orilla del camastro tratando de enfocar sus pensamientos y alejar el pánico creciente que crecía en su interior. Su lado masoquista se pregunta: ¿Qué clase de pesadillas lo atormentaran? Al fin y al cabo, también son sueños.

Revueltamente se recostó, lentamente tras el repentino entumecimiento agradable de su cuerpo. Apoyándose de lado, con la mano debajo de su cabeza sirviendo de almohada, dando la espalda al resto de la habitación. La esquina del camastro junto a su cabeza se hundió, y pronto una mano acarició tiernamente su cabello.

Sasuke cerró los ojos fuertemente inhalando con fuerza. Esa mano le reconforta y al mismo tiempo le causa una tristeza profunda. Es tenerla cerca y a la vez tan lejos. Y le duele, mucho. El interés actual de Sakura sobre él es pasajero y nada sincero.

Lo único que le reconforta es la certeza de que, cuando Sakura recupere todas sus memorias, la abrazará con todas sus fuerzas y no la soltará, jamás se alejará. No importa si ella es una criatura que no pertenece al Reino Mortal. A donde quiera que ella vaya después de la guerra, él la seguirá.

No volverá a quedarse atrás.

No volverá a quedarse sin su amor.

—No te preocupes por el campamento —Escuchó el de pronto. Sasuke entreabrió los ojos topándose con la cabeza inclinada de Sakura desde arriba, observándolo detenidamente. Al parecer malinterpretando su angustia impregnada en el rostro—. Tienes un segundo al mando ¿cierto? Dime quien es y mandaré por él.

—Ella —aclaró Sasuke parpadeando, comenzaban a pesarle los parpados—. La Sanadora Tsunade.

—Anotado.

En todo el intercambio Sakura no dejó de acariciarlo, jugando con mechones de cabello y pasando los dedos por su cuero cabelludo dándole pequeños masajes. Sasuke ardía, pero también se dormitaba más rápido. ¿Este era el propósito de las caricias?

Le recordó a las tardes de invierno en las que Sakura lo incitaba a que se recostara en su regazo con la excusa de un mejor ángulo para un masaje. Compartiendo besos castos y charlando ociosamente. Dentro de su propia burbuja a la que se esforzaban en crear.

En el estado de seminconsciencia, el recuerdo se interpuso con la realidad. Una memoria del que trataba de alcanzar a prisas. Un consuelo en el que desea envolverse más que a nada en el mundo. Han sido cinco largos años sin ella, tenerla repentinamente es similar a tratar de saciar su sed caminando directamente al oasis en medio de un desierto.

Sasuke divagó en susurros: —¿...Estarás aquí cuando despierte?

Hubo un silencio sobrecogedor en el que ni siquiera se oyó la respiración de Sakura y detuvo sus caricias, cuales retomó casi de inmediato. Fue una vacilación bastante corta.

—Velaré tus sueños —aseguró ella con un tono de voz demasiado suave, un eco de la Sakura que conoció y que sigue ahí.

Caía en un espiral, el mundo se oscurecía y su conciencia se desvanecía. Al obtener esa respuesta, la presencia de Sakura se transformó a un tranquilizante natural al que siempre se aferra.

—¿Lo prometes?

Esto último apenas salió de sus labios. Finalmente, el espiral lo succionó y no escuchó la respuesta.

No importa. Al final, mientras Sakura esté con él ninguna otras cuestiones no son importantes.

Sakura luchó con triunfar contra un fuerte conflicto interno. Y el objetivo de sus dudas yace durmiendo plácidamente en el camastro, ajeno a todos sus pensamientos caóticos y singulares qué no dejas de surgir uno tras otro.

Su mano dejó de juguetear con el cabello azabache por un momento, a favor de mirarse las palmas y apretarlas. Hay un calor que persiste, dudas que surgen y una inexplicable emoción que la embarga.

La actitud de Sasuke con ella le confunde. Nota cada mirada a escondidas que le lanza, una expresión tan contenida y desconocida. El que ceda mayormente a sus demandas sin poner mucha resistencia y dejarse llevar por sus juegos.

No es algo que comúnmente harían los amigos ¿cierto? No es estúpida. Existe una complicidad en Sasuke qué no deja desatar del todo.

Sin embargo, si él se contiene demasiado ¿es por ella? Hay algo que no encaja precisamente en el marco de esta ecuación. Él tiene una prometida, y Sasuke es un hombre honorable y tan sincero que no engañaría nunca a esa mujer.

... ¿O sí?

A este paso, se volverá loca con las conjeturas. Se frotó el rostro, lidiando con la emoción adyacente qué la embarga y la sonrisa de lado que adorna su rostro.

Si Sasuke tiene algún afecto por ella aun teniendo prometida ¿no la convierte en una especie de amante? Que inverosímil si aceptó antes ser una amante.

—Señorita Sakura ¿Cómo demonios haces esto? —le interrumpió la voz de Konohamaru quien entró rápidamente a la tienda con las manos ahuecando un girasol—. ¡Es tan genial que puedas comunicarte con flores, pero tan extraño al mismo tiempo! N-No es que me haya asustado cuando de repente escuché tu voz.

Por supuesto que sí. La Calamidad se rio ante la expresión consternada del joven Cazador por la mágica flor.

—Es un medio útil —contestó por fin mirándolo. Konohamaru estaba realmente asombrado diciendo que era una técnica muy peculiar.

Para los humanos claramente lo sería. Normalmente utilizan animales espirituales como mensajeros, pocas veces dominan su energía espiritual a tal punto de recrear alguna figura animal para transmitir mensajes.

Después de todo, los humanos no tienen acceso a la matriz de comunicación espiritual, así que se le ocurrió la idea de transmitir sus mensajes por este medio. Además, es algo que siempre pudo hacer cuando era espíritu y ahora como fantasma se potencializó.

—No hay duda de eso, las cosas que puedes hacer siempre son asombrosas-

—Quédate con la flor —interrumpió Sakura a las divagaciones del joven castaño quién la miró con curiosidad—. Si tienes algún mensaje para transmitirme, vierte energía espiritual a la flor y háblale de cerca.

—¿No se marchitará? —inquirió algo desanimado el Cazador observando la flor—. Sería una lástima que perdiera su belleza.

Sakura lo miró intensamente con una sonrisa sincera asomándose en la comisura de su boca. Movió un poco su pierna cruzada sobre la otra y le hizo una señal para que se acercara. Konohamaru obedeció intrigado al ver que Sakura extendía la mano directamente al girasol. Un flujo de energía se asentó en la flor, brilló por sí sola momentáneamente en las manos de Konohamaru hasta extinguirse.

—Listo, así nunca se marchitará —avisó Sakura satisfecha al retirar la mano, y luego agregó—: No la pierdas, no te daré otra.

—¡La cuidaré muy bien! —aseguró enfático Konohamaru. Resaltando su punto lo metió cuidadosamente en su manga dimensional, luego dio un vistazo a detrás de Sakura—. Iba preguntar desde el inicio esto: ¿no es una ilusión lo que está detrás de ti? ¿En verdad el líder Uchiha está durmiendo profundamente?

—Al parecer un acontecimiento extraño que incluso tú te asombras —espetó Sakura cruzando los brazos y girando medio cuerpo para dar un vistazo sospechoso a Sasuke—. Ciertamente en la semana que he estado aquí nada más supe que durmió una vez, pero ¿ni siquiera lo hace adecuadamente?

—Hahaha. —Konohamaru se rio nervioso al desviar la vista—. El joven Sasuke tiene un sueño muy ligero, por eso lo decía. —Sakura no creyó del todo la excusa, además Konohamaru no le dejó indagar más—. ¿Me llamaste por un motivo en concreto?

—Planeo que duerma cuatro días seguidos, necesita reponer fuerzas —expresó Sakura regresando la vista al frente. Notó que Konohamaru simplemente alzó las cejas, pero no cuestionó, sólo aceptó. Como si fuera completamente natural recibir esta clase de explicaciones. Esto no hizo más que aumentar sospechas en Sakura conforme a la interacción entre ellos—. Me dijo que su segundo al mando es la Sanadora Tsunade. Tráela para que hable con ella.

—¿No pudiste enviar una flor como lo hiciste conmigo?

—No tengo ánimos que me interroguen ahora mismo.

—... Bien.

Konohamaru le dio una mirada extraña y se giró para irse. Sin embargo, Sakura emitió un "Oh, cierto" y lo detuvo con una pregunta: —¿Sabes si a Sasuke le gusta recibir flores?

—¿Flores? —Konohamaru parpadeó, virando complemente para ver a Sakura esperando una respuesta.

—Tengo entendido que a algunos hombres humanos no les gusta recibir flores —chasqueó la lengua en desacuerdo.

Las flores representan muchas emociones, y que pudieran transmitirlo regalando flores le parece una maravilla. Ha estado rodeada de flores toda su existencia, tanto directa e indirectamente, y presenciado como otras personas acostumbran a regalarse un sinfín de ellas. Enterarse que algunos hombres aborrecen esas costumbres casi le da un infarto a su ya muerto corazón.

Esperaba que Sasuke fuera una excepción.

Mientras divagaba, no notó como Konohamaru conectaba ideas. Al concentrarse, Sakura se topó con la pequeña sonrisa cómplice del Cazador al decir: —Le gustan las flores, especialmente las flores de cerezos.

Flores de cerezos.

Haruno se quedó estática, pensativa y muy consternada, apenas reconociendo que Konohamaru se marchó tranquilamente después de tal revelación. Hundió el rostro entre sus manos y respiró profundamente. Maldición. Mierda. Demonios. Estas personas no hacen más que alimentar más y más sus emociones e intenciones con datos que el mismo Sasuke se ha negado a darle.

Cada vez que quiere conocer a profundidad a Sasuke, este la evadía con otras respuestas o planteando preguntas rebote. Llegó un punto en el que Sakura prefirió el silencio, limitándose a desmenuzar el enigma de su mirada.

Mordiéndose el labio, estiró la mano acariciando nuevamente el cabello de Sasuke, se sentía suave al tacto, y un tanto reconfortante al ser tan familiar, como si lo hubiese hecho miles de veces en el pasado.

¿Será posible?

—Pensé que era Sasuke quién me llamaba —la repentina voz de Tsunade ni siquiera mosqueó a Sakura—, pero veo que en realidad fuiste tú ¿qué le hiciste?

A pesar de su demandante pregunta, la Sanadora no parecía amenazante, simplemente a la defensiva. Le resultó normal debido al apreció de Tsunade por Sasuke.

—Le di unos somníferos —repitió virando la vista a la Sanadora que ya se había acercado para inspeccionar a Sasuke. Bufó y retiró la mano ante la advertencia en la mirada miel de la mujer—. No es peligroso, me asegure de eso.

Obviamente no le daría a Sasuke algo que dañara su salud. Si bien lo adquirió secretamente de su propia habitación en Mansión Paraíso, entrando y saliendo rápidamente, procuró que fueran aptos para los humanos.

Aun así, Tsunade lo revisó y comprobó que todo yacía correctamente. Sólo después el semblante se relajó y enderezó por completo, ahora dedicándole una mirada a Sakura a través de una expresión enigmática.

—Me impresiona que lo haya aceptado fácilmente.

—No lo hizo, lo engañé para que los comiera.

Tsunade soltó un suspiro que presagiaba un regaño. Afortunadamente nunca llegó.

—No me extraña. Incluso si le hubieses dado veneno lo habría tomado —se quejó frotándose las sienes, dejando con más y más dudas a Sakura—. ¿Y bien? ¿Cuántos días estará así?

—Planeo que descanse cuatro días —explicó enderezándose por fin para mirar de frente a la Sanadora que mantenía las manos metidas entre sus mangas anchas—. Él me dijo que eres su segundo al mando. Hazte responsable mientras él descansa.

—No es que tenga otra opción —expresó indiferente Tsunade con cierto reclamo en su voz—. Lo pusiste a dormir sin consentimiento de nadie.

—Él necesitaba descansar o colapsaría.

—Aunque tus intensiones sean buenas, otros podrían malinterpretarlo —le advirtió en voz baja—. Así que deberías tener cuidado, muchos están esperando que hagas algo sospechoso para apuntarte con el dedo.

—Que me acusen de lo que sea, me da igual —escupió Sakura cabreada—. Nunca me importó la opinión de los demás y no comenzaré a interesarme ahora. —Tsunade la escrutó con la mirada—¿Tienes alguna objeción?

—Simplemente me parece increíble tu postura —reveló Tsunade y Sakura no pudo enojarse más, notó cierta sorpresa en la voz de la Sanadora. No era reclamo, no era enojo, se trataba de confusión—. Incluso después de olvidar muchas cosas, te aferras tanto a él.

Las cejas de Sakura se juntaron mientras lanzaba una mirada aguda a Sasuke, luego a la Sanadora con un gesto decidido.

—Dime la verdad, vieja Tsunade ¿qué fui de Sasuke? —preguntó sin revelar que hay mucha necesidad en saber la respuesta.

La Sanadora, contrario a los demás, no parecía huir directamente de las preguntas. Al contrario, la observó en silencio con esos ojos que parecían expresar más de mil respuestas que Sakura buscaba interpretar. Sin embargo, esa mujer era muy difícil de leer cuando no se tienen todas las piezas o no la conoce a profundidad.

Atrapó, contra todo pronóstico, un poco de lástima.

—¿Qué piensas tú que fuiste de él? —preguntó la Sanadora a su vez.

Tal cuestionamiento la dejó completamente estática, con una extraña anticipación recorriendo su cuerpo helado. Escalofríos y una emoción olvidada que buscaba alcanzar, atravesando el dolor de cabeza, aferrando a la cordura por más que sintiera las venas sobresaliendo en su frente por el esfuerzo.

—Una amante —escupió dolorosamente. Y lo que más le irrito fue la sonrisa irónica de Tsunade.

—¿Por qué piensas eso?

—Él ya tiene una prometida ¿qué sería yo, si no una estimada amante? —expresó chasqueando la lengua no muy a gusto con la posibilidad—. Yo era una semidemonio, una raza que ni siquiera debía mezclarse con Cazadores, es obvio que nuestro afecto era imposible. Si tuvimos algún tipo de aventura, explicaría porqué me tiene mucha estima como para permitirme estar aquí incluso después de convertirme en un fantasma.

—...

—Probablemente su matrimonio es político ¿cierto? Hum, y tuvo que buscar consuelo conmigo.

Tsunade se giró resueltamente a la entrada, caminando a paso sereno contrario al caos con el que Sakura lidiaba masajeándose las sienes ante la repentina punzada de molestia al intentar indagar a través del sello.

—Me impresiona hasta dónde llega tu imaginación —expresó la Sanadora sonando muy lamentable—. Deberías preguntarle cuando despierte, es insoportable verlos así. Cuales sean las consecuencias estoy muy segura que sabrás tomar la decisión correcta.

—Espera ¿a qué te refieres con que tomaré la decisión correcta?

—Tienes mi voto de confianza —aseguró firmemente a lo último Tsunade desapareciendo por la entrada, no sin antes agitar su mano en forma de despedida.

Sakura gruñó maldición entre dientes a todas las personas que le están negando una respuesta ¿piensan que no le ha preguntado a Sasuke sobre qué fueron? ¡Si fuera así, no estaría indagando con los demás, carajo!

No hacían más que confundirla.

—Maldición, Ryuichi. Te odio —murmuró para sí dándose golpecitos en la cabeza—. ¡Todo es culpa del sello!

Buscó dispersar su malhumor buscando el rostro durmiente de Sasuke. Verlo descansar plácidamente le trajo cierto consuelo. Una vez más se sentó en la orilla del camastro, inclinándose a él que se había movido quedando boca arriba. Le dio un vistazo a su rostro antes de apoyar la oreja en el pecho ancho y fornido de Sasuke, escuchando directamente los latidos de su corazón.

Lup-dup.

Lup-dup.

Lup-dup.

Cerró los ojos centrándose en el sonido de la vida. En la calidez que envuelve el cuerpo vivo del hombre, de su pecho subiendo y bajando a cada respiración pasiva. Era música para sus oídos y un catalizador a su malhumor. No tardó en relajarse, así acurrucada cerca de él descubriendo entre el espiral de memorias, que había abrazado a Sasuke alguna vez.

Lo apretó más a ella buscando adquirir calor de él, que permaneciera cerca de ella siendo un cuerpo frío y desprovisto de calidez.

Por supuesto, si fueron amantes, era normal abrazarse ¿verdad?

Terminó suspirando al enderezarse. Le dio una caricia cariñosa a su frente, apartando el flequillo antes de levantarse e ir en busca de la investigación en la que Sasuke está trabajando. Esperará a su despertar mientras revisa el material traducido.

Hubo agitación en el exterior de la tienda un rato, pero Sakura los ignoró a favor de concentrarse en terminar de armar la información complementaria de la investigación de Sasuke. Lo explicaría todo a él si no fuera porqué seguramente Sasuke compartirá parte de la investigación con los otros clanes. Decidió recitar una que otra pista de interpretación y decirle directamente las partes importantes.

Por tanto, cuando la agitación se hizo más fuerte, dejó el pincel sobre el apoyo y se asomó por la entrada contemplando la movilización de todo el campamento. Llegaban heridos tras heridos, pero lo más notable, era que cerca de allí Tsunade estaba tratando a Obito tendido en el suelo, y no dejaba de hablar con cierta desesperación.

Sakura frunció el ceño ¿no se suponía que Obito estaba en el frente reteniendo los avances de los Hyūga? El que estuviera aquí trayendo consigo varios heridos, presagiaba una situación urgente.

Dirigió una mirada a Sasuke. Después de dos días continuaba durmiendo plácidamente. La había proporcionado un poco de energía espiritual ayudándole a restablecer ciertos parámetros, quitado las botas y la capa exterior, buscando su comodidad.

Tras asegurarse de que no sucedería nada si se alejaba unos metros, salió de la tienda improvisada yendo directamente al grupo.

—Parecen unos verdaderos demonios —replicó Obito entre dientes, tratando de hablar a través del dolor. Una herida abierta en el estómago era la causa y Sakura admitió que los Uchiha son duros de matar, mira que con esa herida mortal aún se mueve—. Nos superaron en número y fuerza, tuvimos que retroceder. La mitad del grupo de la Alianza pereció bajo el último ataque.

—¿Qué sucedió exactamente? —intervino Sakura de pie junto a Tsunade, hasta ese momento los demás apenas se percataron de su presencia.

Alrededor estaba Kakashi con vendas en las manos, ajustándolas con cierta fuerza y dedicándole media mirada analítica. Desde que Sakura regresó, no había tenido oportunidad de verse. Del otro lado, Iruka cabeceaba tratando de no caer inconsciente, siendo sostenido por Konohamaru y Moegi; más allá, los heridos eran transportados dentro de las tiendas.

Obito achicó los ojos, concentrándose.

Explicó la situación del frente. Una de las batallas en defender las fronteras dio un giro inesperado ante una horda de semidemonios que se manifestó al final de la batalla que parecía una victoria a la Alianza. Hasta el momento los Hyūga habían enviado a uno o dos semidemonios junto a un centenar de Cazadores enemigos, no una horda completa.

Esto, sin duda, atrajo la atención de Sakura.

Hasta ahora no había tenido pistas de los centros de concentración de los semidemonios. A estas alturas sospechaba que, si no se escondían literalmente debajo de las rocas, debía poseer alguna manera de ocultar la presencia de muchas personas.

—Si aparecieron tantos de pronto, posiblemente la boticaria está en todas sus facultades para hacer la operación —dijo Kakashi con una expresión grave—. Por eso han podido agregar a más semidemonios en sus filas.

—Neji dijo que recientemente vio a Jiraya merodeando cerca de ellos —se lamentó Tsunade mordiéndose el labio inferior. Todos saben que el territorio de los Hyūga es imposible acceder, agradecían enormemente que Neji arriesgara su propio pellejo para actualizarles ciertas circunstancias—. Por nuestro lado los esfuerzos de hallar a los semidemonios capturados han sido infructuosos y es obvio que los utilizan como carne de cañón.

—Ciertamente es un problema —opinó Sakura frotándose la barbilla.

Si la guerra iba por tal rumbo, lamentablemente los Cazadores irían perdiendo fuerza poco a poco, por consecuente, también territorios. Hay diversos Cazadores habilidosos, poderosos y sumamente capaces de enfrentar a los semidemonios, sin embargo ¿por cuánto tiempo durarán ante los masivos ataques de Madara? Este, por lo que había entendido, no había hecho acto de presencia frente a la Alianza.

Era como si esperara el momento oportuno para atacar deliberadamente. Una estrategia básica en la guerra: debilitar al enemigo y atacarlo en su momento más vulnerable. Debido a la influencia de la Flor de Medianoche cada día consigue anexar aliados ya sea a voluntad o en contra.

—¿Y bien? ¿Qué harán ahora?

—Debemos convocar una reunión de emergencia con la Alianza —reparó Tsunade mientras terminaba de vendar el torso de Obito—. Teníamos previsto un panorama cercano, pero estimamos que antes Sasuke encontraría como separar el alma huésped del cuerpo vivo. Nos daría una ventaja sobre los Hyūga.

Sakura sonrió, sus ojos reflejaron frialdad.

—Ponen mucha carga en un solo hombre.

Kakashi le lanzó una mirada iracunda.

—Él se ofreció frente a toda la Alianza. No pudimos hacer nada al respecto.

—Hmp.

—Es hora de despertarlo.

—Solamente ha dormido dos días —gruñó ella ante la insinuación de la Sanadora quién se incorporaba con las manos ensangrentadas—. Le faltan dos días.

—Lamentablemente no podemos esperar tanto tiempo para la reunión —expresó Tsunade con una nota de voz urgente—. Si los Hyūga siguen avanzando con tal fuerza no les tomará mucho tiempo llegar aquí.

Y nosotros somos lo único que se interpone entre la Villa de Fuego y ellos.

Es conocimiento común. Ni más ni menos. Y Sakura era consciente de la situación. Por más que deseara que Sasuke continuara descansando, admitió la importancia de tener al líder Uchiha despierto y tomando el mando.

Chasqueó la lengua y se adentró a la tienda. Dejó atrás al grupo que retomaron una conversación y ayudaron a Obito e Iruka a levantarse y trasladarlos.

Mientras tanto Sakura se tomó el tiempo en contemplar a Sasuke dormir. A medida que avanzan los días el somnífero perdía efecto, por tanto, evitaba hacer mucho ruido y había insonorizado el entorno hasta cierto punto con talismanes.

Se veía tan sereno y cálido acurrucado. Y pensar que en unos minutos se sumergirá en el estrés a lidiar con afrenta y tomar decisiones importantes. Menos ganas le dieron de levantarlo.

Resignadamente se sentó en la orilla del camastro y se tomó su tiempo acariciando la frente del hombre. Después de unos minutos en silencio, separó sus labios rosados: —Sasuke, es hora de despertar.

Bastó que hablara un poco fuerte para que los párpados de Sasuke revolotearan y tras insistir un poco más, abriera los ojos revelando un par de iris ónix somnolientos. Parpadeó lentamente reaccionando tardíamente al llamado de Sakura.

—Ey, cariño —murmuró Sakura con voz de ensueño—. Despierta.

Él aludido finalmente la enfocó con esa expresión ligeramente aturdida. Parecido a encontrarse con el mejor de los sueños. A Sakura le entraron ganas de inclinarse y besarlo. En cambio, siguió acariciando su cabello. Él no habló, se limitó a escudriñarla impecablemente con los ojos.

Fue hasta que Sasuke estiró la mano y la colocó en la mejilla de Sakura, que esta lo miró directamente a los ojos. Los de él parecían nublados todavía por el sueño, y la expresión que tenía era una muda alegría nada exagerada. Era genuina.

—Estás aquí —murmuró él acariciándole el rostro con el pulgar. Sakura se inclinó al toque sin despegar los ojos de él.

—Te dije que me verías al despertar.

—Si dices cosas así quiere decir que sigo soñando —expresó él todavía confundido—. Solamente me prometes volver en mis sueños.

Las cejas de Sakura se arquearon tratando de atrapar esa información. Así que soñaba con que volvería.

—No, no es un sueño. En verdad estoy aquí.

De pronto los dedos de Sasuke contra la mejilla de Sakura se contrajeron y finalmente pareció regresar en sí.

Rápidamente alejó la mano y apretó los labios, cayendo en un silencio muy incómodo por parte de él. Sakura apenas podía descifrar su comportamiento, y no ayudaba que Sasuke se sentó hasta darle la espalda, un poco desorientado.

—Lo siento.

—¿Por qué te disculpas?

—Te toqué sin tu consentimiento.

Sakura resopló cruzada de brazos, dando un vistazo a Sasuke que buscaba sus botas al caer en cuenta de la falta de estos. Tensando la espalda, agachado la cabeza al encajarse las botas.

—Son innecesarias tus disculpas —expresó ella entrecerrando los ojos, percatándose de la tensión creciente en él. No lo entendía, de verdad que no y tenía la fuerte necesidad de buscar comprenderlo—. Te engañé para que comieras los dulces. Es justo que te aproveches.

—Lo acepte a voluntad. Mi intención no era devolver los gestos.

—Sea como sea —Sakura se incorporó acercándose a él desde la orilla. Sasuke seguía sentado, apretando y aflojando los puños sobre sus rodillas—, no me molesta que seas cercano a mi.

Los ojos de Sasuke temblaron, se negaba a mirarla directamente y a Sakura le estaba poniendo cada vez más iracunda.

Sasuke no contestó a su declaración, ni siquiera la miró. Se estiró al costado alcanzando la capa exterior de su kimono. Obviamente buscando redireccionar la conversación. Un rasgo muy vistoso ahora que lo llegó a interpretar mejor

—¿Cuántos días dormí?

—...

Haruno llegó a su limite de tolerancia en este asunto, y le comenzaba a enojar de verdad que Sasuke evadiera sus preguntas e insinuaciones. ¿Así será por siempre? ¿Acaso fue una pésima amante para que él ni siquiera la considere digna de una charla sincera?

No supo porqué, pero esa perspectiva le molestó y dolió en partes iguales.

Cuando Sasuke intentó incorporarse, Sakura no se lo permitió. Con una mano apoyada en su ancho hombro lo obligó a permanecer sentado. A Sasuke lo tomó completamente desprevenido y elevó la quijada, atónito.

—¿Sakura, qué-?

—Ya me cansé de ser paciente y considerada contigo —expresó con un tono de voz peligroso y demandante—. Responderás con honestidad a mis preguntas y espero la verdad.

—No entiendo a qué verdad te refieres.

Sakura esbozo una sonrisa fría, desprovista de gracia.

—Sé que no eres nada estúpido. Ya notaste mis verdaderas intenciones —aseveró apretándole ligeramente el hombro posicionándose entre el hueco de las piernas del Cazador, tuvo mejor acceso a él. No le pasó desapercibido la reacción en el cuerpo de Sasuke—. Me acerqué a ti por curiosidad y he estado revoloteando a tu alrededor más de una semana —se inclinó deliberadamente a su rostro—. Sabes quien soy y qué soy, aún así, no me has cuestionado nada. ¿Tanto confías en mi?

Sasuke mantuvo la mirada casi inquebrantable, con la expresión pulcra pero sus ojos titubeando. Pupilas contrayéndose y la nuez de Adán balanceándose al tragar grueso. Sus dedos se crispaban, pero sus facciones nunca cambiaron.

—Dime ¿confías en mí?

—... Sí —dijo él con un hilo de voz.

—¿Por qué? —soltó sin detenerse, pero Sasuke apretó fuertemente los labios. Esta vez Sakura apoyó una rodilla en el camastro entre el espacio de las piernas de Sasuke y se acercó más, a tal punto de sus rostros estaban a una distancia muy cercana—. Vamos, dame una razón coherente.

Sasuke parecía a punto de explorar de la tensión.

—Por qué eres tú.

Siendo sincera no era la respuesta que Sakura esperaba, buscaba algo más detallado. Que tuviera sentido. Esa frase ambigua no le dice mucho, sin embargo, también le dice todo lo que se imagina.

—Por qué soy yo —repitió ella sin borrar la sonrisa—. Esa no es una respuesta satisfactoria.

—Pediste honestidad —rebatió Sasuke en un repentino ataque de valentía. La mirada desaprobatoria pesó de una manera agradable en su vientre—. Te la di.

—Perfecto, entonces serás honesto de ahora en adelante. —Sakura no dejó pasar la oportunidad. Acunó el rostro de Sasuke con su otra mano, impidiendo qué virara a otro lado—. Sólo ten en cuenta que soy una mujer ambiciosa, y no me quedaré satisfecha con esa respuesta tan vaga. No significa nada para mí.

Sakura no quiere obligarlo a responder, de verdad que no. Empero tiene la sensación de que, si no aprovecha esta oportunidad, no habrá otra en mucho tiempo. Y no será paciente, para nada. Seguirá presionando, más y más al punto que quizás rompa la poca confianza que le tiene.

Le molestaría tener que alejarse por siempre si lo anterior ocurre. Es mejor incomodarlo ahora que ganarse su desprecio más adelante. Después lidiara con las consecuencias.

—Es la única que puedo ofrecerte —expresó Sasuke dolorosamente.

—¿En serio?

Con el pulgar Sakura delineó el contorno de los labios de Sasuke, estimando sus posibilidades que sea rechazada si decide besarlo ahora.

—Pues no estoy conforme con mi posición ahora mismo. —Su tono de voz indiferente contrarrestaba sus palabras. Su mano sobre el ancho hombro se deslizó hasta la nuca del azabache, sintiendo la piel bajo las yemas erizarse y vio las pupilas de Sasuke temblar—. Estoy aquí suplicando por tu honestidad ¿y ni siquiera te permites ceder? Hiere mis sentimientos.

Finalmente, la expresión de Sasuke se contrajo.

—Yo no- —tragó grueso al sentir la respiración de Sakura cada vez más cerca de él. Hipnotizado por los orbes verdes seductores e intencionados—. No quiero mentirte.

—No lo hagas entonces —susurró Sakura sobre los labios de Sasuke, rozándolos con intención. Escuchando el corazón ajeno latir con furia, y su respiración volverse pesada. Le encantaba esta perspectiva. Descubrir que no le era indiferente su cercanía atrajo el deseo a lo prohibido—. Tampoco me rechaces más.

Selló sus palabras uniendo los labios, besándolo tiernamente. Sasuke se quedó estático por unos breves instantes, con el cuerpo tenso, pero no duró ni siquiera cuando Sakura se cuestionó si hizo bien o no. Él la envolvió inmediatamente por la cintura con esos fuertes y trabajados brazos, acercándola a su torso y cediendo por completo al beso.

Sakura pretendía un gesto fácil y calmo, buscando transmitir su buena voluntad. Pero recibió un beso completamente desesperado, apasionado y abrasador que llenaba su conciencia. Ella ahogó un gemido en la boca de él, abrazándolo por los hombros buscando apoyo para sentarse sobre su regazo y Sasuke le ayudó a acomodarse sobre él. Todo sin cortar el beso compartido.

Se aferro más a él y buscando contacto, sintiendo la piel caliente del hombre contra sus manos y una clase de anhelo desbordante entre las caricias. Las manos grandes y calientes acariciaban su espalda y amasando el contorno de su cintura. Sakura le mordió el labio inferior, buscando saciar el deseo nacido de la necesidad.

A pesar de no querer separarse, Sasuke cortó el beso con la respiración pesada, los labios rojos entreabiertos y mirándola profundamente mientras recuperaba el aliento.

Sakura respiró por inercia y se relamió sus propios labios hinchados, impresionada por lo apasionante que resultó ser este hombre. ¿Será que por esto aceptó gustosa ser su amante?

Se miraron a los ojos sin decir nada, pero reconociendo la necesidad del otro, y justo cuando Sasuke iba por el segundo beso, buscando acercarla a él si acaso fuera físicamente posible, una voz del exterior los interrumpió.

—¿Líder Uchiha? ¿Ya está despierto?

Apenas esa voz se coló, como si hubiesen apretado una tecla en Sasuke, este se quedó completamente estático a medio camino al beso.

Sasuke la miró fijamente con esa expresión intensa, para luego cerrar los ojos pesadamente y tensarse de pies a cabeza. Él desvió la vista mientras la sujetaba por la cintura, bajándola de su regazo con suma delicadeza hasta dejarla sentada en el camastro. Finalmente se alejó a paso lento, con los hombros tensos y la espalda recta.

Haruno parpadeó, buscando una explicación a la repentina sucesión de acciones y casi arde en furia.

Maldita sea. ¡QUIEN SEA QUE HAYA INTERRUMPIDO MORIRÁ EN SUS MANOS!

Refunfuñando fulminó con la mirada la entrada de la tienda, desafortunadamente la espalda ancha de Sasuke cubría la identidad del pobre Cazador que perdería la cabeza si tan sólo supiera su cara. Sea obra del destino o no. Sasuke dijo que ya iría con Tsunade y el otro discípulo se inclinó, sus pasos alejándose fue el indicativo de su despedida.

Sakura se alisó el cabello, esperando a que Sasuke le diera la cara. Si bien le encanta observarlo de espaldas, ahora mismo necesita ver su rostro, pero él permaneció con la mirada fija en la entrada sumergido en silencio. Uno que se extendía, doblaba y creaba tensión.

No soportó más, Sakura cruzó la pierna para apoyar el codo en ella y la quijada en la palma. Si necesitara respirar, ahora mismo estaría recuperando el aliento perdido. Lo único que siente es el hormigueo de sus labios y la presencia fantasmal de las caricias del hombre.

—Sasuke ¿quieres mirarme?

El aludido ladeó la cabeza sobre el hombro con una expresión impermutable, como si hace unos minutos no la hubiera besado con tanta pasión. Veía algo en sus ojos negros y... ¿eso fue arrepentimiento?

Ha de confesar, eso fue una apuñalada a su orgullo que lo sintió tan real.

¿Él se arrepiente de besarla?

Al parecer lo pensó en voz alta ya que una mirada ensombrecida acudió a cada facción del rostro masculino, boqueando como si no encontrase las palabras correctas.

Resultó ser suficiente para ella.

Se enderezó por completo sintiendo una extraña emoción recorrer su cuerpo. Una irritación diferente a la habitual, esta derivaba a los pensamientos que llegaron uno tras otros.

Seguramente Sasuke se arrepiente de haberla besado. ¿Razón? Ella es una amante nada más y él tiene una prometida. Si él es tan honorable como conoce, la sola idea de serle infiel a su prometida parece atroz a sus ideales.

En otro contexto, alabaría esa determinación. No hoy, no ahora, no con ella.

Algo dolía, fuerte, pesado y crudo.

—Sakura —respondió él en voz baja con una extraña desesperación en su voz.

Sakura bufó cruzándose de brazos, tratando de controlar sus propias emociones. Resultó muy difícil teniendo en cuenta que esto es un rechazo, uno que Sasuke buscaba plantear de una manera sutil, pero no estaba funcionando. Ni él decía algo coherente y ella no estaba de humor para esperar.

Es mejor aplastar las ilusiones sí misma.

—Entiendo perfectamente. Me insinúe y caíste en mis seducciones. —Si bien buscaba tener un toque engreído en sus palabras, lo cierto es que, si para Sakura sonó una excusa lamentable, entonces para Sasuke también lo es—. Y tu honor no te dejará en paz a menos que admita mi culpa. De acuerdo, lo haré: te seduje aún sabiendo que estás comprometido ¿contento? Ya conozco mi lugar, ante tus ojos, soy una amante más. Me ha quedado claro.

—¿A-Amante? —Sasuke tartamudeó esta frase, pálido y lleno de temor.

Sakura se rio, bajo y quedo. ¿Tan despreciable fue antes de morir hace años que a Sasuke le causa tanto desagrado la sola idea? Ah ¿quizás le siguió el beso por lástima o necesidad lujuriosa? Sí, es probable que sea algo parecido.

—Fui tu amante ¿cierto? De otra manera no explico nuestra extraña relación, yo era una semidemonio, tú un Cazador —expresó encogiéndose de hombros, tratando de restarle importancia. Cerrando los ojos para no ver la tranquilidad que seguramente sentirá Sasuke al saber que ella reconocía a regañadientes su lugar—. Ya me quedó claro, no hay necesidad de alterarse. Aprenderé mi lugar y no volveré a tener este comportamiento inadecuado.

Lo que sea que me permita visitarlo recurrentemente.

Puede parecer demasiado desesperada y conformista. Dispuesta a compartir la atención de Sasuke con una tercera persona, pero lo cierto es que internamente está ardiendo furiosamente en celos intensos. De sólo pensar en alguien más robándole besos y construir una vida junto a él, le retuercen las entrañas.

Y por más que desee acaparar la atención de Sasuke, es demasiado egoísta de su parte exigir la vida de él. Si Sasuke le dice que su matrimonio es un arreglo político, todavía tiene oportunidad de hacerlo cambiar de opinión. Por el contrario, si guarda sentimientos por su prometida y esto fue un desliz porqué está confundido, en ese caso...

Entonces ella abrió los ojos, esperando ver esa tranquilidad en Sasuke, recibir alguna clase de elogió y bromear al respecto.

Sin embargo, se conmocionó al contemplar el rostro abismalmente sombrío de Sasuke. Con las manos apretadas a puños a tal grado que los nudillos blanquecinos junto a esa postura le dieron un extraño presentimiento y el repentino pensamiento "nunca lo había visto tan enojado" la asaltó de imprevisto.

—¿Eso crees? ¿Qué fuiste mi amante?

—No hallo otra explicación —respondió ella descruzando los brazos, confundiéndose por sus repentinas demandas—. Y no es que tú me respondas directamente. ¡Pero está bien! Mientras tú así lo quieras...

—No, no está bien —le interrumpió él abruptamente, casi escupiendo cada palabra con mucho desagrado—. Esa idea que te concebiste fue-

—Lo mejor, sí. No aspiro a más —le retuvo experimentando una inesperada ansiedad.

¿Qué pasaría si por su comportamiento desvergonzado él decide cortar toda relación? Se maldijo internamente, debió cuidar sus acciones. Ahora se enfrentaba a esto. Y si bien lo dijo en un principio que su interés era pasajero, hay algo, pequeño y doloroso que se activa con el solo pensamiento de no verlo nunca más.

—Tengo en claro mi posición y la tuya, tú estás comprometido. Yo soy una mujer más.

—¿Una mujer más?

—Ve el lado favorable —expuso rápidamente, dando un paso al frente haciendo un ademan no permitiéndole hablar. Adrede siguió hablando. Parecía muy tranquila externamente, como si estuviese conversando sobre los arreglos del almuerzo, no sobre su vida sentimental—. Tendrás de amante a un fantasma rango Calamidad ¿sabes lo poderosos que somos? Aunque, bueno, tendrás que esperar un par de años para que mi fuerza se establezca por completo. Salí tempranamente del Horno y soy un poco menos fuerte de lo que originalmente sería. Y, oh, seguramente te preocupa mis intenciones con tu prometida, yo... te aseguro, mientras no te lastime, seré buena persona-

—Eres tú.

—... y no le haré nada- Espera ¿qué dijiste?

Sakura repentinamente cortó su monólogo, apenas captando las dos palabras dichas en voz baja por Sasuke.

Él había enterrado el rostro entre las manos, frotándose la cara y tirando de los mechones superiores de su cabello. Temblaba un poco y parecía a punto de colapsar, a pesar de esa apariencia imponente y gesto que sería inquebrantable, ahora mismo parecía como si un soplo de aire lo derribaría.

—Fuiste, eres y siempre serás mi Alma Gemela —dijo él ahogadamente, alejando las manos y mirándola tan afectado. Una mirada llena de agonía y desesperación, y Sakura abrió la boca, tratando de encontrar qué decir—. ¿Cómo puedes siquiera considerar que tengo una prometida que no seas tú? Es absurdo, completamente irracional.

—Sasuke ¿estás bromeando conmigo? —Sakura contuvo el aliento por inercia, afectada por la repentina revelación. ¿será verdad? ¿será mentira?—. Nunca respondiste a mis preguntas.

—¡Fueron simple evasiones! —exclamó él de pronto, al borde de la desesperación y tan afectado, acercándose a sostenerla por los hombros. A esa distancia, Sakura logró ver esos hermosos ojos cuyo alrededor estaban rojos. El indicio de un llanto contenido—. Temí sobre las consecuencias, por eso no cedí. Dioses, apenas te vi y quise ir corriendo a ti. —Las manos sobre sus hombros ya temblaban y los ojos negros se llenaban de lágrimas—. Pero no me recordaste y creí que era lo mejor por ahora. De haber sabido que te harías esas ideas...

Negó con la cabeza.

—Un momento, no es posible que yo sea tu prometida —replicó Sakura tratando de no hacerse ilusiones. Rasgando el último halo de coherencia que le queda, la cordura que le dice que no es posible contra la racionalidad de que Sasuke la quiere—. Yo era una semidemonio y tú un Cazador. ¿Cómo siquiera te fijaste en mi a tal punto de reclamarme como tuya?

Es absurdo. Irónico. Una mal broma. ¿Sasuke no es cruel para ilusionarla de esa manera? Ah, los humanos son un enigma tan inesperado.

—Para mi nunca fue un impedimento tu origen ¿me escuchaste? —tan exaltado que se veía Sasuke, que se acercó más a ella hasta que respiraron el mismo aire—. Ni en aquel entonces, ni ahora que eres un fantasma.

—¿Y tú reputación qué?

—Nunca me ha importado.

—¿Y-?

—¡La que me importa eres tú, no tu estado! —exclamó Sasuke en un arranque de desesperación, apretándola más fuerte por los hombros. Sakura ensanchó los ojos observando como esa fachada cuidadosamente estructurada por un autocontrol premeditado se rompía en pedazos. Por ella. Nada más por ella—. ¡Mientras seas tú, y sólo tú, lo demás no importa! Inclusive si no regresan tus recuerdos o si te reduces a una flama fantasmal. Y si volvieras a renacer ¡te buscaría por todos los Tres Reinos para verte una vez más!

Todo esto la dejó completamente en shock, con los ojos verdes muy abiertos y estática escuchando la respiración acelerada de Sasuke y presenciando una faceta que está segura jamás ha visto. Tratando de conectar las ideas, de darle sentido a cada una de sus palabras, de llenarse de esperanza.

Repentinamente Sasuke parpadeó, jadeando al soltarla como si quemase, retrocediendo unos pasos y mirándose las manos como si hubiesen cometido el peor de los pecados.

Sakura no le entendió y comenzaba frustrarle. Dividirse entre "lo conozco" pero al mismo tiempo "no lo conozco" estaba pasándole un mal trato.

—Perdóname —suplicó él retrocediendo y apartando la vista bruscamente—. No debí exaltarme y gritado así. Fue indecoroso mi comportamiento. Debes estar muy confundida.

Sí, está muy confundida pero no de una forma desagradable. Sakura quiere alcanzar esas memorias olvidadas más que nunca. Ahora mismo, lo que sea que le permita entenderlo por completo y consolarlo sin que pareciera una obligación.

Quiere recordar.

Estiró la mano hacia él, jalando de esas memorias que seguramente son acogedoras. Cada vez más, más y más-

Entonces ese dolor de cabeza explotó, proporcional a su anhelo desmedido. Sus sienes palpitaron tan dolorosamente que la obligó a tomarse la cabeza con las manos e inclinarse, ahogando un gemido. Cerró fuertemente los ojos por inercia, doblegándose.

Vagamente escuchó el grito de Sasuke y sintió sus manos sobre ella, preguntándole que sucedía. Sakura quería decirle, dioses, por más absurdo que pareciera, quería suplicarle que le ayudase a librarse del dolor sabiendo que sería imposible mientras el sello esté activo.

La desesperación de Sasuke crecía y a Sakura le partió el corazón verlo tan afectado. No. Esto no es lo que quería para él. Ya estaba emocional y afectado por su conversación, añadirle más estrés sería contraproducente y nada empático de su parte.

—Lo siento, Sasuke —le habló en medio de palabras suaves y dolorosas—. Volveré pronto.

Con eso, cerró los ojos y se dispersó en pétalos de flores, dejando en su lugar una flor de cerezo. Un consuelo representativo para él, buscando traerle paz a su corazón turbulento.

Yo también quería que SasuSaku siguiera besuqueandose, pero primero deben de resolver su situación emocional. Ya después se darán amorsh *sonrisa, sonrisa* rio para no llorar, de verdad. PERO YA ESTAMOS A UN PASO, A UN PASOOOO cosa y nada, gracias por tener paciencia :)

Por fin se acabó el malentendido con respecto a su relación, la mayor parte. Sakura lo tomó muy bien, obviamente, la chica ya estaba planeando su propio sabotaje JAJAJAJA estos capítulos esta mujer me reflejó a un perro ladrando a su propio reflejo, ESTOS CELOS ME HACEN DAÑOOOO ME ENLOQUECEEEEN.

En fin ¿alguien ya sabía lo de Kusanagi? -inserte capítulos anteriores del inicio del fic- alguien había comentado, hace uuuuuh que yo no podía las cosas al azar ¿y qué creen? ¡Tuvieron razón! Pero, peroooo psss todavía hay ciertas dudas. Se nos atravesó SasuSaku, el avance de la guerra. Ahí vamos, ahí vamos.

Estaré preparando el siguiente (y último capítulo) que les traeré por hoy. Así queeee

Nos leemos allá :D ¡gracias por leer!

Pd: disculpen las faltas de ortografía y gramatica, son míope y se me van las letras :(

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