/76/ ¿Interés pasajero?

-Yo con mi ojo temblando- 

Gracias por haber leído el último capítulo jajaja como saben, es tradición, si suelto un capítulo al poco les comparto el siguientes. Aquí estáaaaaaaa

Todo este arco (desde que apareció Sakura) se centrará un poco más sobre SasuSaku que la guerra, en sí, es de fondo. Nunca planeé que fuera el mero centro, pero si será relevante para el final de este fic. Por ahora necesitó desarrollar esto primero :)

No desesperen, que SasuSaku se está cociendo de nuevo ¡y llegará más intenso que antes!

El último mes ha sido, en el mejor de los casos, los días más largos, angustiosos y lamentables de este año (y eso que apenas es inicio de temporada). Sinceramente, Sasuke ya no encuentra adjetivos para describir lo que siente en estos momentos.

Comenzando, que ahora mismo está sosteniendo el cuerpo dividido, literalmente, a la mitad de un Cazador; en medio de un campo de cadáveres. El olor a muerte y desesperación predominan. Hay gritos y llanto, pasos corriendo de un lado a otro mientras los sanadores se apresuran en auxiliar a los moribundos. Logra ver a lo lejos la llegada del grupo, no deja de compartir energía espiritual con el Cazador que sostiene.

Es consciente que el enemigo retrocedió gracias al último rezago de esfuerzos conjuntos de los Uzumaki y algunos Clanes Menores. De lo contrario, hubiera más bajas de las ya incontables.

Y Sasuke se habría sentido más impotente.

—Líder... Uchiha...

Regresó a sus sentidos apretando la unión del cuerpo, esforzándose y llevando su capacidad al límite. Si deja de pasar energía espiritual, el joven bajo su tacto morirá.

—Resiste, los sanadores vienen en camino —expresó Sasuke centrado en su labor, con el sudor perlando su frente y el ceño enteramente fruncido.

El joven Cazador apoyó su mano temblorosa en el dorso de su mano, apretándola ligeramente. Los ojos de Sasuke se dirigieron rápidamente al rostro del Cazador Uchiha, quién entre toda la mancha de sangre y cenizas, sonreía con una expresión resignada.

—Por favor... dígale a mi esposa... que no tarde mucho en poner mi nombre... en el Monumento de los Caídos.

Sasuke miró intensamente y apretó los labios.

Para cuando los Sanadores llegaron, miraron el cadáver y al líder Uchiha que colocaba su propia capa exterior del kimono blanco ensangrentado sobre el cuerpo del miembro de su clan. Agarró a Chikara que dejó reposando del costado, con las cuerdas rotas y la madera desgastada.

—Líder Uchiha-

—Después de calmar las almas lo llevaré de regreso al campamento, él será enterrado en la Villa de Fuego.

Horas después regresó al campamento. Le punzaban los dedos cortados tras calmar las almas del campo de batalla. Estaba cansando tras haber luchado toda la noche sin parar, tratando de proteger el mayor número de vidas y resistir a la fuerza de los Hyūga.

Encaminó lentamente por el sendero. El fuego se extendía por algunos árboles y las cabañas del pueblo previamente evacuado, que fue el campo de batalla y el lugar de muerte de otros.

Para Sasuke, en casi medio año de constante guerra, se vuelve desgastante. Ha perdido muchos, pero es la primera vez que uno de sus discípulos muere en batalla. Algunos se han retirado tras recibir heridas mortales, pero ninguno había perecido.

Y le dolía, porqué ha sido enteramente su culpa. No se fijó a tiempo que ese discípulo estaba junto a él en el ataque del enemigo, habría extendido más su defensa. Por esos malditos Cazadores Hyūga que estaban sobre él, utilizando su repentina carta bajo la manga: semidemonios controlados.

—¡Líder Uchiha! —llamó uno de los sanadores una vez llegó al campamento. Acudió a él con los ojos ensanchados tras ver el cuerpo que sostenía—. Oh, era tan joven.

—Por favor, encárgate de los preparativos necesarios —le entregó el cuerpo sin molestarse en recuperar su capa exterior—. En cuanto tengamos oportunidad de regresar lo llevaremos con nosotros.

—Sí, líder Uchiha.

La siguiente hora fue una reunión tediosa con Minato e Inoichi, este desde hace semanas no dejaba de verlo con ojos fulminantes y llenos de odio. Sasuke ya no hacía nada para disimular su desagrado y hablaba más brusco de lo normal. No estaba de humor para tales consideraciones ni mucho menos jugar al líder sensato.

Demonios, sostuvo el cuerpo de uno de los suyos ¿cómo sentirse al respecto? La guerra es así. Muere gente. Salen lastimados. Se pierde. Se gana. Nada es definitivo. Tener un récord del menor número de bajas por tanto tiempo fue un milagro y Sasuke lo sabe. Ese joven es el primero de muchos, y es la prueba que los Hyūga se fortalecieron.

Los semidemonios que vienen con ellos son la prueba de ello.

—Jiraya debió haberse recuperado —sentenció Sasuke—. Es la única explicación sobre su repentina adición de semidemonios sin grilletes malditos.

—O fue su estrategia desde el inicio —estimó Minato observando el mapa geográfico. Los Hyūga cubría el territorio del noreste y con los pequeños clanes anexados de la zona, se expandió más—. Si tomamos en cuenta la totalidad de su territorio tienen de dónde hacerse de más elementos.

—Estamos considerando que los Hyūga anexaron esos semidemonios recientemente, pero se supone no quedan mucho. ¿O será que alguien los proporcionó? —insinuó Inoichi bastante ácido.

Se escuchó un suspiro colectivo detrás. Al fijarse mejor, Sasuke miró a Karin y Gaara con muecas diferentes de hastío. Puede imaginarlo y simpatiza con ellos, porqué no es la primera vez ni será la última que Inoichi lo mencione.

Y todo se desencadenó tras la aparición de Sakura.

Obviamente Ino no mantendría la boca cerrada en el asunto. Apenas se recuperó, parloteó y señaló a Sakura culpable de los asesinatos en masa de los Cazadores. Al hacerlo en media reunión de la Alianza hubo muchas reacciones, en la mayoría incrédula de que Sakura haya sobrevivido al ataque o haya regresado como un fantasma negativo.

Naturalmente, Sasuke defendió cada acusación, exponiendo el punto que los asesinatos eran un acto de venganza. Todos aquellos participaron en el asedio del asentamiento de semidemonios hace 5 años.

—¡Es mentira, intentó asesinarme! —había dicho Ino.

—Por algo será —espetó Sasuke—. Ambos sabemos lo que hiciste, no quieras fingir inocencia ahora.

—Pero Sakura asesinó a los demás.

—Y dejó con vida a quienes no tuvieron nada que ver —siguió debatiendo Uchiha. Tenía una sonrisa algo sombría en su rostro cuando habló—: que hipocresía. Ustedes pueden atacarlos a ellos y decir que fue lo ideal, pero cuando ella se encarga de los responsables la tachan de asesina. No se me hace justo su razonamiento.

Con tales palabras nadie se atrevió a rebatir. Dio un el blanco y muchos se avergonzaron. No volvieron a tocar el tema, a menos no directamente. Quién inició todo a partir de eso, fue Inoichi con sus insinuaciones de que Sakura podría estar proporcionando semidemonios a los Hyūga para luchar contra la Alianza.

Tal como lo hace ahora mismo.

—¿Los Hyūga y Haruno Sakura son aliados? —exclamó un líder del Clan Menor.

Inoichi, al escuchar expresado su punto en otra persona, aprovechó la oportunidad: —No es descabellado, si ella piensa que entre nosotros están los asesinos de su gente, hará lo necesario para aniquilarnos. Como dicen, el enemigo de mi enemigo es mi amigo.

—Ella no tiene razones para involucrarse en la guerra —interrumpió fríamente Sasuke desde el costado. Desde hace tiempo perdió la paciencia en tratar con tacto a cualquiera que no considerara digno de ello—. Aunque sus métodos son diferentes, cobra la justicia que nosotros le negamos en su momento. No podemos hacer nada con nuestro Cazador en Jefe que intenta someternos a todos bajo su yugo, pero nosotros pudimos haber hecho algo por ellos —miró a Inoichi con mucha ira contenida— y no lo hicimos. Ahora sufrimos las consecuencias.

Inoichi no pudo debatir contra sus palabras. No es estúpido, sabe que tiene razón y no encontró un argumento lógico que le permitiera debatir.

—Sasuke tiene razón —dijeron algunos Cazadores—. Después de todo, si hubiéramos dado asilo a los semidemonios probablemente no habrían caído en manos de los Hyūga y los utilizaran en nuestra contra.

—Por fin, algo de comprensión abunda aquí —susurró Karin con bastante resentimiento.

—Tsk, tsk. Pusimos nuestra propia soga al cuello...

—Líder Uchiha ¿los semidemonios bajo su ataque no se ven afectados?

—Ninguno posee la Flor de Medianoche —informó ya un poco más sereno—. Viven sin contratiempos en mi territorio.

"Y lo será siempre" no se dijo, pero se entendió.

Minato aceptó su explicación y cambio magistralmente de tema.

—Por otro lado, a pesar de haber ganado esta batalla y hacer que los Hyūga retrocedieran, volverán con más fuerza. Asaltamos dos campamentos, pero no será suficiente. Estamos justos en una batalla de resistencia, tarde o temprano nos veremos superados en número si esto continúa. Gaara ¿Cómo fueron las negociaciones con los líderes de los Clanes Menores?

Gaara se frotó la cabeza: —Se negaron. Su miedo es más grande que su valentía en manifestarse en contra de los Hyūga. No los culpo, a comparación de los Grandes Clanes, si ellos mueren no quedará nada de su linaje.

—Y, además, a la mayoría les afecta la flor.

Han llegado a un punto muerto y Sasuke lo sabe. Como dijo Minato, es una batalla de desgaste y estrategia. A veces la fuerza no lo es todo en las luchas, sin embargo, es una ventaja difícil de superar. Y más si los números son altos.

No por algo los Hyūga eran el Clan más poderoso y numeroso. Eso sumando los Clanes Menores y los semidemonios qué en lucha eran igual a cinco hombres.

Esto fue un factor sorpresa que contrarrestó en volumen a Naruto como fantasma (y este no estuvo nada contento) que sacaron a relucir hace un par de semanas.

En las batallas llegaron uno tras otro, y con poderes singulares como crear fuego de la nada, traer lluvia ácida, moldear poder espiritual como látigos, sí; creó una desventaja mayor. Y los Hyūga supieron aprovecharlo de sobre manera.

Entonces era de esperarse que la balanza antes inclinada a la Alianza, poco a poco se inclinara a favor de los Hyūga.

A opinión suya, Sasuke tiene una sola conclusión.

—En ese caso es apremiante encontremos la manera de cortar la conexión de la Flor de Medianoche con el cuerpo —expresó logrando que todos en la habitación se giraran directamente a él.

—¿A qué te refieres, Sasuke?

—Lo que escucharon —dijo impasible—. Debemos atacar de raíz el problema, de lo contrario, nunca venceremos.

Neji leyó la carta sobre las nuevas actualizaciones de la Alianza enviada por Sasuke. Repasó una y otra vez antes de acercarla a la llama de la vela encendida en su oficina y convertirla a cenizas.

—Están perdiendo territorio —murmuró para sí, frotándose el rostro con desespero.

Desde que inicio esta guerra Neji no ha tenido nada de tranquilidad. Cuando su padre comenzó a tener ese comportamiento tiránico tan vistoso, Neji procuraba disuadirlo y algunas veces tenía éxito. Otras no, pero lograba frenarlo un poco con varios argumentos evidenciados. Desgraciadamente no duró por mucho tiempo.

Madara convocó una reunión interna y reveló sus intenciones de someter a los Grandes Clanes a su yugo, para ser él el único soberano sobre todos. Quería poder, riquezas e inmortalidad. Para nadie es secreto que Madara es uno de los Cazadores más poderosos que existen sobre la tierra y muy posiblemente sería capaz de alcanzar dicha vida eterna.

Y no suficiente con eso, se obsesionó con obtener las tres reliquias legendarias de Amaterasu. Sabiendo que el Orbe y la mitad del Espejo yacen bajo la protección del Clan Uchiha, arrasará con todo a su paso para conseguirlo. Incluso tiene su propia investigación en las reliquias faltantes. Especialmente la espada Kusanagi, la que puede cortar lo que no es tangible.

Neji nunca quiso la guerra, sin embargo, poco podía contrarrestar los mandatos de su padre cuando todo el Clan Hyūga vitoreo sobre que el Cazador en Jefe se volvería el Emperador de todos los Cazadores. Ya no existirán Clanes divididos. Serían solo un poderío gobernado por Madara. Una nueva era estaba a punto de comenzar.

Él se negó a participar activamente. Se abstuvo de involucrarse en las guerrillas, pero buscó la forma de meter el pie. Mil y una maneras. Le duele en lo profundo de su ser, pero su padre ha perdido la cordura y demasiado rápido debe admitir. Hubo indicios anteriormente, pero nunca muy vistoso.

Su madre, Mito, estuvo de acuerdo. Y con su ayuda pudo reunir el valor y encontrarse cara a cara con la única persona que sabe que no le atravesará la espada en cuanto lo vea, creyendo que también es el enemigo.

—Karin —había dicho una noche reunidos a escondidas en una posada de paso—. Nunca quise la guerra, estoy en contra de ella. Pero no puedo oponerme abiertamente o el Clan de Tenten sufrirá las consecuencias. Ellos también fueron obligados a participar... si mi padre descubre una traición por parte de ellos, los eliminará a todos. Esta es mi única manera de revelarme, lo he hablado con el Clan de Tenten, ellos están de acuerdo. Aborrecen que mi padre utilice sus preciadas armas para arrebatar vidas.

Afortunadamente Karin escuchó su versión, no prometió mucho, pero si les podía proporcionar información sobre los números exactos de sus tropas, de próximos movimientos y bases estratégicas, considerarán su participación.

Neji sabe que su apellido ya quedó manchado en la historia, y jamás volverá a estar limpió. Así que debe hacer algo sumamente vistoso y grandioso para ganarse algo de favor de la Alianza. De lo contrario, si ellos vencen, a Neji, su madre y Hanabi los perseguirán solamente por su apellido.

Lo único que se le ocurrió son los campos de concentración de los semidemonios. Pero Madara es sumamente inteligente. Y al notar la renitencia de su hijo, retuvo recelosamente la información.

Entonces Neji debía buscar la manera de hallarlos. En todo el asunto es sigiloso, cauteloso y precavido. Si Madara los descubre, terminará muerto.

Y por la carta que envío Sasuke con las actualizaciones del frente de guerra, quizás sea tarde para hacer la diferencia.

Quizás no.

—Hanabi. —Neji observó fijamente la llama de la vela. Su hermana menor yacía frente al escritorio con una expresión seria, esperando órdenes tras haberle entregado la carta que recogió en secreto.

—Hermano.

—Debemos redoblar esfuerzos —aseveró con cierta urgencia—. Estoy seguro que Sasuke encontrará una manera de voltear la situación, pero si padre sigue utilizando a los semidemonios atrapados, de nada servirá.

—Revisé todos los lugares potenciales dentro del Palacio dónde puede estar la ubicación de los campos de concentración. —Hanabi entrecerró los ojos—. Pero es toparme con pared y trabajas, tampoco ayuda que los secuaces de Jiraya estén merodeando todo el tiempo. Por si no te diste cuenta, tienen un ojo sobre nosotros.

—Hay que ser más sigilosos, no levantar sospechas —suspiró Neji frotándose las sienes—. Mi poder divino no encontró nada a las cercanías, debe ser un lugar alejado.

—Lo que me causa mucha confusión, es que los semidemonios que pasan primero por aquí, aparecen repentinamente —expresó la joven su punto de vista—. Probablemente utilizan una matriz de teletransportación, pero no logró dar con la ubicación exacta de la matriz.

—Si están en los laboratorios, dudo mucho que te dejen acceder. —Neji se levantó de su asiento ajustando la espada sobre su cintura—. Aquí es un callejón sin salida, redoblemos esfuerzos en el exterior.

Sakura caminó por el campamento qué los Uchiha mantenían en la frontera, con la cabeza en alto y pasando desapercibida. Esto último gracias a que transformó su apariencia, volviéndose más pequeña, de cabello negro corto y ojos azules saltones. Teniendo una venda en el cuello y, por si acaso, un tatuaje de los grilletes malditos.

Pero, aquí la cuestión ¿por qué tomarse las molestias?

Bien, Sakura es una mujer de naturaleza curiosa. Habrá ocasiones que hará lo cuestionable para saciar esa curiosidad. Y, actualmente, su principal foco de atención es el Clan Uchiha, específicamente su líder.

No hay dudas que podía ir directamente a él y plantear preguntas en cuestión, pero esto le quitaría lo intrigante al asunto y corre el riesgo que Sasuke se niegue a responder. Entonces queda la segunda opción: infiltración. Para un fantasma de su rango es tan fácil que le daría sueño.

Desde que se coló en el grupo que semidemonios qué los Uchiha llevaban al campamento, bastó con incorporarse cuando el grupo fue atacado por unos monstruos bajo el control de los Hyūga. Ella misma miró con cierto interés como los Uchiha se deshacían de ellos sin muchas complicaciones. Muy bien versados y entrenado.

Se distrajo mucho sobre eso que, al llegar a los campamentos, se perdió la explicación que daba uno de esos Uchiha sobre un talismán y dividirlo en dos grupos.

—Oye ¿qué dijo ese chico? —susurró a la persona a su lado, una mujer de ojos rojos extraños y cabellera abundante.

La mujer le dio una mirada nivelada.

—¿No prestaste atención? Literalmente casi lo grito.

—... Es que su voz me pareció muy aburrida.

—Niños —bufó la mujer ante la respuesta de Sakura. Entornó los ojos, aún así agitó la mano y respondió—. El joven Izuna explicaba que el talismán que nos colocarán revelará si tenemos o no una Flor de Medianoche. Si la tenemos, nos inducirán a coma, si no, nos moveremos al espacio de allá. ¿Sabes lo que es la Flor de Medianoche?

—Lo suficiente.

—Bien, porqué no te lo iba a explicar —la mujer enarcó una ceja mientras se inclinaba a ella, inspeccionándola. Sakura no apartó la mirada—. Mmm, no te me haces conocida. Estoy segura que no estabas en mi grupo ¿de dónde vienes?

—Del segundo grupo.

—Eh, quizás porqué eres muy pequeña que no te noté. Por cierto, soy Kurenai ¿cuál es tu nombre?

—Mayu —espetó Sakura mintiendo sin parpadear, la intensidad de su mirada no es algo que pudiera Kurenai eludir, así que sonrió de lado y regresó la vista al frente. Sin embargo, Sakura miró persistente su espalda, esa mujer se le hizo extrañamente familiar.

En otro abrir y cerrar de ojos, el grupo de semidemonios se sometió a la prueba y únicamente dos serían inducidos a coma. Ese joven Uchiha, Izuna, habló desde una grada explicando que debido a que las habitaciones en la Villa de Fuego terminarían su construcción en un par de días, se quedarían en el campamento mientras tanto.

Puntualizó que estarían seguros ya que están protegidos por una cúpula que el líder Uchiha erguirá al día siguiente, así garantizando su seguridad. Los semidemonios se relajaron, han escuchado mucho sobre Uchiha Sasuke para saber que es cierto. Además, este clan es el único que les brinda protección.

Por otro lado, una vez dentro del territorio, Sakura se dispuso a explorar.

El campamento fronterizo se centraba en atender a los heridos en batallas que se libran en los alrededores. Cazadores de diferentes clanes venían a curarse, después de todo, los sanadores Uchiha son los mejores versados en el área bajo las enseñanzas de Tsunade. Sin embargo, quienes predominan el número de Cazadores en este campamento, son los Uchiha.

Sakura pasó desapercibida con su apariencia, caminando a una distancia alejada de los Cazadores captando las pláticas gracias a su agudo oído. Y vaya que recolectó mucha información interesante.

Hay un rumor que está circulando y es sobre ella misma: Haruno Sakura regresó a la vida. Ella no pudo evitar reírse ¿volver a la vida? Está oficialmente muerta, pero no muchos parecían haber entendido como regresó.

Antes de venir a este campamento se empapó de rumores: que ella se volvió un fantasma vicioso que regresó a cobrar venganza (lo cual no está alejado de la realidad); otros dicen que se escondió durante estos cinco años y emergió en medio de la guerra a crear más caos.

Los más incrédulos dijeron que el Clan Uchiha siempre supo que sobrevivió y la escondieron detrás de sus barreras. Esto tiene un punto de sustento, dijeron, contando que desde antes los Uchiha brindaron refugió a los sobrevivientes del asentamiento.

Esto, sin duda, es lo que más ruido le causa a Sakura. Comprobar si es verdad o no es una parte tan apremiante para tranquilizar su conciencia, pero sí importante. Algunos recuerdos son borrosos, otros claros, pero tiene presente que se sacrificó para que un grupo lograra salir del caos del asentamiento.

Ahora bien, comprobar si el rumor es cierto o no, es otra cuestión.

El punto aquí, es que en este campamento no existían esa clase de rumores desagradables. De los que decían que Haruno Sakura se volvió un demonio que masacra sin piedad; al punto de robar niños y beber de su sangre. Lo cual, sinceramente, es sumamente nauseabundo y asqueroso. Las personas tienen mucha imaginación.

Atrapó una que otra conversación dónde predomina el "silencio, aquí no se habla de Haruno Sakura", pero no de una forma despectiva, más bien, considerada. Como si evitaran que alguien escuchase, no por razones nefastas, si no por precaución.

Esto aumentó más su interés. Así que ahora, un día después durante el almuerzo, recogió un cuenco de caldo y revoloteó hasta el centro de las mesas, deslizándose al costado, alejada de una Cazadora Uchiha quién la saludó con una resplandeciente sonrisa.

Desde que llegó Sakura notó que el trato de los Uchiha era muy diferente a los demás Cazadores de otros Clanes. Dónde el resto los evitaba como si fuesen insectos, los Uchiha trataban a los semidemonios amablemente, eran cálidos y atentos si necesitaban ayudan con algo en particular. También intentaban conversar con ellos procurando que se sintieran cómodos.

Esta chica no fue la excepción.

—Mayu ¿cierto? ¡Siéntate más cerca! —expresó la Cazadora haciéndose señas.

Sakura le dio el benefició a que la Cazadora se atinara del nombre falso que le otorgó a esta apariencia. Se deslizó por el banco hasta quedar cerca, no tan excesivo pero incluida al grupo de Cazadores Uchiha que tomaban el almuerzo. De un vistazo, constó que estaban entre sus veinte y veinticinco años, vendados y con heridas menores.

—Gracias por invitarme a sentarme junto a ti —expresó Sakura siguiendo la personalidad que se creó.

—La comida es más deliciosa cuando la compartes con otros —rechazó la Cazadora las palabras de Sakura y tomó de la cuchara—. Disfrutemos de la comida.

—Un verdadero almuerzo es cuando tienes chismes que compartir —dijo uno de los jóvenes mayores con una sonrisa astuta.

—¡Cállate! —exclamó otra chica de ojos verdes claros—. Están prohibido los chismes y lo sabes.

—No es chisme, es compartir información ajena, pero necesaria.

En medio de la conversación, Sakura escuchó atenta con la cuchara en la boca. La mejor información siempre es entre las comidas, cuando las personas se sienten satisfechas con sus estómagos su lengua se afloja sin medida.

Sintió a Momo removerse en los pliegues de su kimono, desde que llegó al campamento ha estado dormido y escondido. Nadie se dio cuenta de su presencia.

—Información necesaria mis-

—Oh, vamos, sé que también ustedes quieren conversar sobre la prometida del líder Uchiha.

—¡Shhh!

El simultaneó sonido provino de los demás Cazadores, que miraron al joven de cabello rizado como si hubiese cometido el peor crimen de todos. Incluso algunos viraron a su alrededor, como si el mismo líder Uchiha se materializara de la nada y los reprendiera. La Cazadora menor que todos, una chica con pecas, lo sacudió por las soplas con agresividad.

—¿Acaso quieres que nos castiguen? ¡Nadie habla de eso aquí!

—Es verdad, además ¿qué imagen le estamos dando a Mayu? ¡Creerá que somos unos chismosos! —exclamó la Cazadora que la instigó a acercarse.

Sakura, por otro lado, parecía tener una actitud bastante interesada en este punto en particular. De eso no había escuchado en absoluto. ¿El líder Uchiha tiene una prometida? Esto es interesante. Sus ojos brillaron con bastante curiosidad.

La sonrisa que afloró en sus labios fue juguetona.

—Por mi no se detengan —alegó Sakura fingiendo desinterés cuando en realidad tenía su audición en máxima potencia—. Y si es algo de lo que no se debe hablar, es mejor saberlo para evitarlo.

Risitos, como Sakura se dirigió con el pensamiento a aquel Cazador hablador, le devolvió el gesto y se inclinó cerca de ella.

—Una lógica bastante interesante.

El suspiro colectivo no se hizo esperar, pero se veía la ansiedad en cada rostro. Una lucha de no querer hablar y otra de soltar toda la sopa. Al final, risitos le hizo señas para que acercara más su oído. Era imprudente, mas no estúpido.

—Nadie habla de la prometida del líder Uchiha por respeto.

—¿Respeto a...?

—Sus sentimientos, por supuesto —intervino la chica de pecas antes que risitos decidiera tergiversar el relato—. Nuestro líder ya sufrió bastante con la pérdida de sus padres. Sería insensato mencionarle a su prometida. Él la ama profundamente, pero ahora están separados por circunstancias apremiantes.

—¿Hay una razón en particular de su separación? —Sakura no evitó preguntar, alternando la mirada en cada rostro que pronto se volvió un poco complicado, como si se resistieran tan sólo pensarlo—. ¿Su prometida lo dejó por otro? ¿Murió? ¿Es un matrimonio imposible?

—Eh, sobre eso-

Justo en el momento más interesante, Momo decidió emerger de las túnicas de Sakura asomando la cabeza por el pliegue. La mesa repentinamente cayó en un silencio atónito, del cual Haruno se percató y enarcó una ceja, tratando de descifrar porqué todos los Cazadores tenían los ojos muy abiertos y rostro lívidos mientras observaban a Momo deslizarse por la mesa robando un pan del plato.

—¿E-E-E-ES?

—¡MOMO! —exclamaron todos al unísono, con los ojos casi saliéndose de las órbitas.

Sakura ahora enarcó ambas cejas pensando en la exageración de sus reacciones por un animal espiritual. Deslizó la mirada en cada uno e inconscientemente sabiendo que ninguno de ellos era dueño de Momo. Sea cuál sea la razón de su repentina reacción, les dio un poco de lástima que parecieran a punto de desmayarse.

—¡El líder Uchiha ha llegado al campamento! ¡El líder Uchiha ha llegado al campamento!

Oficialmente, dos Cazadores se desmayaron sobre la mesa. Sakura reprimió una risa de lo patético que se veían sus expresiones alteradas y en blanco, mientras daban palmaditas a sus compañeros desmayados con tal desesperación. Pronto ella alzó la vista ante las pisadas acercándose y se topó con un hombre de elegantes e imponentes túnicas blancas y pantalones oscuros que pasaban cerca.

A rastras los Cazadores saltaron de sus asientos y se formaron en fila para saludar a su líder, los que antes estaban desmayados corriendo entre tropieces y se pusieron firmes con el cuerpo tembloroso. Otra reacción singular fue Momo, que ante el alboroto corrió a esconderse en los pliegues de su túnica. Sakura le dio palmaditas, riéndose por debajo.

Sentada en el banco, Sakura no apartó la vista de Sasuke acercándose con Moegi a su costado (decidió preguntarse más tarde porqué sabía que la chica se llamaba así) y detenerse frente a los Cazadores.

No perdió oportunidad, Haruno se levantó de un salto y se unió a la fila fingiendo presentar también sus respetos. Había un cierto aire de tensión, pero no desagradable, más bien de niños que fueron atrapados por sus padres haciendo una travesura y sabía que les esperaba un castigo. Sakura se fascinó ante el efecto de Sasuke sobre estos chicos.

Hablando de fascinación, no pudo evitar observarlo de cerca y sin toda la agitación. Los recuerdos de su clon no le hacen justicia a su apariencia. Ese porte firme y elegante, los rasgos definidos de su rostro masculino, una quijada marcada y varonil que resalta con el cabello cayendo en cortina, similar a la noche sin estrellas y los ojos obsidiana más profundos que el mismo universo. Su figura en general inspiraba un aire varonil, fuerte y decidido, el porte de un verdadero líder.

No es de extrañar que un hombre así tuviera una prometida. Sintió envidia por esa mujer, sea quién sea.

—Chicos, no se hubieran molestado en interrumpir su almuerzo. —Fue lo primero que dijo Sasuke.

Sakura casi podía ver el remordimiento materializado en el grupo tras haber chismorreado (no con mala intención) sobre su líder, el cual se preocupaba por el mínimo detalle. Casi lloraban de la vergüenza y tenían las mejillas sonrojadas, desviando la mirada.

Risitos fue valiente y tartamudeó: —¡N-No es ninguna molestia! ¡Queríamos saludarlo adecuadamente!

Y si lo gritó nervioso, Sasuke incluso tuvo la decencia de no mencionarlo. En cambio, asintió y les preguntó si sus heridas ya habían sanado, mientras deslizaba la vista en cada uno asegurándose visualmente.

Hasta que se detuvo en Sakura, o, mejor dicho, en la apariencia de Mayu. La miró fijamente a los ojos y ella no flaqueó. Siendo la primera vez que lo observa de verdad, esos ojos le parecieron tan tristes y solitarios. Ahora entendía porqué los Cazadores Uchiha trataban de no mencionar un tema que lo pusiera aún más triste.

Quiso conocer la razón detrás. Por alguna extraña necesidad, esa intención se grabó en su mente como fuego.

Ante los segundos transcurridos en que Sasuke la miró, risitos intervino agitando la mano en dirección a Sakura.

—Ella es Mayu, vino con el grupo de ayer —explicó malinterpretando la expresión seria de Sasuke—. Mayu, este es el líder del Clan Uchiha.

Sakura inclinó la cabeza en saludo, pero a media acción Momo asomó a tientas la cabeza de los pliegues haciendo que los Cazadores se volvieran a tensar y Sasuke intensificara esa mirada que tenía sobre ella. Esta se maravilló al ver que Sasuke no tuvo una reacción exagerada o lívida como los demás (incluso Moegi parecía sumamente sorprendida, y no, ella no es la dueña de Momo).

En cambio, terminó de caminar el tramo hasta detenerse frente a ella, a una distancia aceptable que no invadía para nada su espacio personal, pero lo suficiente cerca para verla a los ojos.

Entonces él, con las manos detrás de la espalda y voz contenida dijo: —¿A que se debe el honor de su visita, señorita Haruno?

Sakura no flaqueó ante esa oscura mirada. Una sonrisa traviesa se deslizó por sus labios y sin ningún movimiento toda su apariencia se agitó. Cada rasgo se transformó, su rostro se moldeó y creció unos centímetros al igual que su ropa cambió a una túnica roja con abertura a los costados, sus piernas abrazadas por un pantalón blanco y botas que llegan a las rodillas.

Cruzó los brazos alzando un poco la vista, todavía en su verdadera apariencia Sasuke es una cabeza sobresaliente sobre ella. Deslizó la coleta de caballo sobre su hombro dónde Momo reposaba, desviando un poco la vista.

De reojo notó que risitos se había desmayado y los otros del grupo acudieron a él, sacudiéndolo y pidiendo que se levantara. Moegi se unió a ellos, preguntando que había pasado, pero le lanzaba vistazos a Sakura teniendo la boca ligeramente abierta de la impresión.

Haruno no les dio mucha atención, concentrada en el hombre apuesto frente a ella. No deshizo su sonrisa.

—Vaya, estoy impresionada que el estimado líder Uchiha haya visto a través de mi disfraz. —Fue lo primero que dijo agregando una dulzura a sus palabras. Inclinando el torso al frente y ladeando la cabeza—. Dime ¿qué me delató?

Sasuke no respondió, en cambio, se dirigió al grupo de Cazadores: —Llévenlo a la enfermería.

—¡Sí, líder Uchiha!

El grupo no dudó en cargar al desmayado y salir corriendo, murmurando algo parecido a "Estuvimos tan cerca, ¡muy cerca de revelarlo!" y "¡ah, dioses, perdóneme, nunca, jamás seré chismoso!".

Moegi permaneció indecisa si seguir al grupo o quedarse, al final una mirada de Sasuke bastó para hacer una reverencia y apartarse, no sin antes hacerle un gesto de saludo tentativo a Sakura. Esta, por muy extraño que pareciera, reaccionó por inercia y devolvió el saludo con un guiño. Moegi floreció y sonrió de oreja a oreja, alejándose menos tensa que antes.

Lamentablemente, Sasuke parecía cada vez más rígido y tenso. Sakura se preguntó si se debía a que traspasó su guardia inicial o por otro motivo.

Pero cualquiera que tuviera en mente, nunca se imaginó lo que él hizo a continuación. Bajó la mirada hasta el hombro de ella, enfocándose específicamente en Momo quién parecía querer ocultarse en el cabello largo y rosado del fantasma femenino.

—Momo, ven aquí. Ahora —ordenó Sasuke en voz baja.

Sakura tuvo un pequeño escalofrío interno, emoción y extrañeza. Cuando creyó que Momo lo ignoraría ¡sorprendentemente el hurón se desinfló obedeciendo! Saltó desde su hombro y se acercó con lentitud hasta los pies de Sasuke, quién apoyó una rodilla en el suelo sin importarle ensuciar sus kimonos e intercambió miradas con el animal espiritual.

—Sabes que no debes causarle problemas a la señorita Haruno —riñó Sasuke sin levantar la voz—. Y, sin embargo, te interpusiste en su camino.

Momo parecía triste y desolado, escondiendo su mirada tras ese sombrerito de bambú.

Sakura salió de su estupefacción y rápidamente se acercó agarrando a Momo en brazos con cierta brusquedad. Sasuke alzó la vista, sorprendido por sus gestos.

—¿Qué te da derecho a regañarlo? Ni que fueras su amo.

—Lo soy —espetó Sasuke incorporándose sin romper el contacto visual. Sakura se impresionó por descubrir al fin, el amo de Momo—. Pero me malinterpreta. Me disculpo por los inconvenientes que Momo pudo haberle causado. Él es muy travieso en ocasiones y no mide debidamente sus acciones.

Los hombros de Sakura se relajaron instantáneamente. Acarició el lomo de Momo con su dedos largos y delicados.

—No me molestó, al contrario, fue una grata compañía —aseguró con sinceridad.

De reojo notó como Sasuke tragaba grueso antes de desviar la vista y girarse hasta darle la espalda, a ella, un fantasma Calamidad que podía quitarle la vida ahora mismo. Con tal gesto de confianza, Sakura fue agarrada con la guardia baja.

—En ese caso, me alegra saberlo.

Y Sasuke reanudó su camino, sin despedirse ni añadir más. Sakura lo miró alejarse antes de sacudir la cabeza y seguirlo con determinación. ¿Acaso Sasuke estaba loco dejándola en medio del campamento? ¿No se da cuenta que es una amenaza?

Le dio sensación que Sasuke no es estúpido, entonces ¿confía en ella? ¿Cómo? ¡Ahora mismo Sakura está intentando unir piezas!

No lo consiguió.

—Me preguntaste porqué vine —tanteó Sakura una vez que le dio alcance, caminando a su lado. Sasuke decididamente no la miró, enfocando la vista al frente—. ¿Quieres saberlo o perdiste el interés?

—Si la señorita Haruno quiere decirme, está bien. No se obligue a explicarse si no lo desea —dijo él todavía sin mirarla.

Sakura hizo un puchero. No se revelaba nada de las propias motivaciones de Sasuke con tales declaraciones.

A su alrededor sentía el peso de varias miradas sobre ellos, específicamente en ella que pasaba frente a varios Cazadores. Lo que sea que estuviesen haciendo se detenían a darle un vistazo con ojos abiertos y luego fingían seguir con lo suyo. Por otro lado, Sasuke fue inmune a toda la atención, dirigiéndose a una carpa más grande que el resto.

—¿Incluso si te digo que busco a los objetivos de mi venganza? —tanteó queriendo averiguar los limites de este Cazador de espalda ancha y gesto taciturno.

Sasuke se detuvo en la entrada de la tienda, girándose finalmente a ella. Había indicios de consideración en sus ojos.

Demonios. Ahora entiende porque está comprometido ¿quién se resistiría a semejante hombre?

—Si dañaron a las personas del asentamiento, yo mismo se los entregaré. —Las palabras de Sasuke, por alguna razón, lograron secar la boca de Sakura—. Pero si es por otros motivos, me temo que debemos discutirlo tendidamente, señorita Haruno.

¿Discutirlo tendidamente?

¿Señorita Haruno?

Sakura se rio a carcajadas agarrándose el estómago e inclinándose al frente, tratando de contenerse, pero sin lograrlo. Rayos. ¡Este hombre es terriblemente formal! Lo atribuye a que en un principio ella insinuó que él era muy descarado al tutearla, era normal que él, siendo al caballero que es en todos esos rumores, buscaría la manera de conversar educadamente.

Incluso sabiendo la naturaleza real de Sakura. Un fantasma.

Recomponiéndose, Sakura se adelantó unos pasos hasta quedar muy cerca de Sasuke, alzando la vista y mostrándole los dientes blancos en una traviesa sonrisa.

—Oh, estimado líder Uchiha. No pensé que fueras tan fácil de convencer —insinúo con un tono de voz tan dulce—. Pero no, no vine a buscar a otros. En realidad, vine por ti.

La respiración de Sasuke se entrecortó audiblemente y sus ojos se ensancharon.

—¿Por mí?

—Mm, siéntete muy importante al llamar mi atención —expresó ella alargando la mano con intención de tocar el kimono queriendo comprobar si había algún moretón persistente en el cuello de su último encuentro. Sabía que no lo encontraría—, pocas veces las cosas me parecen interesantes.

Verán, la naturaleza de Sakura es cambiante conforme a sus motivaciones. Y un solo encuentro, una sola mirada intercambiada con este hombre de aspecto imponente, elegante y atractivo, bastó con tener toda su atención. Había una sensación extrañamente agradable en su interior al mirarlo fijamente a los ojos, y captaba algo profundo en lugar de la indiferencia que trataba él de fingir frente a ella. No era natural ese desinterés repentino.

Había algo misterioso debajo, lo suficiente para traer su atención. Entonces, la llama de su curiosidad creció más y más. No importando a dónde llegará. Tiene la sensación que los dos primeros encuentros que recuerda no son los únicos. Si fuera así entonces ¿por qué hace un mes, al encontrarse, Sasuke la miró de una manera más motivacional y ahora reprimía todo eso?

No entendía, t buscaría respuestas no importando si juega sucio.

Algo le decía que obtendría resultados satisfactorios, sobre todo por la mirada titubeante en el rostro de Sasuke, que ahora mismo parecía soportar una tortura, mezclada con decepción. La manera en que se alejó un paso, con renuencia y adentrándose a la tienda montada con los hombros rígidos, le pareció retorcidamente sospechoso.

Sakura tenía una mirada de un cazador persiguiendo su presa, dispuesto a jugar hasta el cansancio.

Esto será interesante.

Una semana después Sasuke está a un paso al borde de la locura. Agradeció a los Cielos que todavía conservara parte de su autocontrol, porqué ahora sí está haciendo uso constante y a todas horas de ese rasgo del que siempre se sintió orgulloso y luego desechó. Ahora lo retomó con mucho ahínco, lo necesitaba tan desesperadamente.

Por mucho que se diga a sí mismo que es dramático, no, no lo es. Después de todo ¿cómo resistirse al objeto de sus afectos estando sentada a dos metros de ti? Él tenía anhelos, tal como abrazar a Sakura y susurrarle miles de palabras de amor, de confesarle nuevamente su amor y rogarle que lo recordase.

Lamentablemente debía esperar a eso, y también evitarlo activamente. En su desgracia, Sakura no estaba ayudando en nada a la situación.

Desde ese día que descubrió su identidad, ella es una sombra persistente junto a él. No es que le moleste, al contrario, le reconforta tenerla cerca. Sin embargo, eso provoca que sus intenciones flaqueen y cada día este más y más quebrantado en convicción.

Cada vez que tiene un pensamiento intrusivo, se repite una y otra vez que, si Sakura lo recuerda, probablemente intervenga y caerá un castigo divino sobre ella. Es suficiente motivación para enfriar su cabeza y eludir los coqueteos descarados de Sakura que, rayos, desea caer a todas luces y sin contemplaciones.

Se dio palmaditas a sí mismo, reconfortándose de soportar... lo malo, es que no sabía por cuanto tiempo. Y no tenía el corazón de pedirle que se marchara. Muy masoquista resultó ser el líder Uchiha, se dijo desde lo más profundo de su ser.

Entonces la semana transcurrida fue una novedad y una agitación de emociones como lo había tenido desde hace cinco años. Desde el reencuentro de Sakura con Konohamaru. Este reclamando casi a gritos a Sakura por haberlos asustado y ella riéndose por debajo alegando que recompensará su desliz.

Antes de su llegada, Sasuke decidió trasladar su investigación del ejemplar hasta el campamento con el fin de desplegar a Obito y Kakashi junto a otros Cazadores al frente de la guerra. Así Sasuke se ocupaba de coordinar el campamento y dedicar tiempo a la investigación.

No olvida lo apremiante de su misión, su última esperanza en descubrir cómo cortar lazos en los afectados por la Flor de Medianoche.

En el tiempo de dicha investigación, Sakura se sentaba del otro lado de la mesa mirándolo intensamente, cuando se cansaba, jugaba con Momo o agarraba papel y pincel y dibujaba garabatos inconclusos.

A veces intentaba sacarle conversación ociosa el cual Sasuke apenas se contenía a contestar como antes, mascullando dolorosamente respuestas cortas. Sobre todo, eludiendo a preguntas sumamente complicadas que implican sobre una "prometida".

Sasuke casi se ahoga con su propia respiración cuando lo mencionó.

Le dolía ser terriblemente formal y evasivo, pero no hallaba otra manera de trazar una línea. Y nada ayudaba que Sakura lo llamara "líder Uchiha" con esa voz melosa, baja y con mucha intención. Aviva instintos que creía murieron con ella hace cinco años.

Lo más triste de todo esto, es que Sasuke sabía parte de las intenciones de Sakura. La conocía (o creía conocer) tan bien para reconocer el interés de ella es similar a que encontrar un juguete o pasatiempo interesante.

Ser degradado a aun simple juego no le supo bien, pero soportará. Probablemente ella no tardará en perder el interés y marcharse. Hay una contradicción de sentimientos ante este pensamiento y no sabe a cuál inclinarse.

—Esos textos que estás traduciendo —La voz de Sakura lo sacó de sus pensamientos. Sasuke elevó la vista del pergamino al que transcribía la información, parpadeando de lo cansada que sentía su vista— ¿es un viejo escrito sobre maldiciones?

—Lo es. —Si parece extraño que tuviera esperanzas en este libro que no tiene mucho que ver con el contexto de la unión de alma; no dejará que eso lo detenga. Algunas veces el autor describía métodos que también benefician a librarse de otras maldiciones iguales o más potentes.

—El idioma es una lengua antigua que ya no se habla —informó ella como si no lo supiera.

—Soy consciente de ello. Estudié por mi cuenta los caracteres de otros tomos y llegué a estos resultados.

—¿Por cuánto los has estudiado?

—Algunos años —contestó recordando las noches de insomnio en las que dedicaba ese tiempo en leer cada libro del Pabellón de Cognición en busca de soluciones. Los libros en otro idioma no fue una barrera para continuar su investigación, buscó material de referencia y dedujo la mayoría del lenguaje.

—Debo admitir que me impresionas, y agregar, que estás transcribiendo su contenido con ciertas fallas.

Una muda comprensión atacó a Sasuke cuando le quitaron el ejemplar de las manos y Sakura pasó las hojas comenzando a señalar sus errores, que son mínimos, pero esenciales ya que la interpretación puede cambiar. De esto, a veces olvida que Sakura es una criatura que tiene la mentalidad de alguien que ha vivido más de tres siglos, incluso más y más por lo que sospecha de todo lo que dijo Ryuichi.

No es que sus propias dudas se hayan extinguido sobre ese tema en particular, pero no le parece correcto preguntarle a Sakura en tal estado. Y corre el riesgo que ella lo interrogue a su vez. Frena con exactitud sus ansías.

Regresando al ahora, se concentró en las correcciones que Sakura señaló, escuchando por primera vez el idioma hablado. Una cosa es aprender una estructura gramatical y otra escucharlo en voz alta. Se quedó embelesado por la manera en que Sakura instruía y señalaba con cierto aire moderado dónde estaban los errores.

A decir verdad, esto le ayudó mucho. Su comprensión se extendió y tuvo un ritmo más rápido después de las correcciones.

—Agradezco su ayuda.

Con la quijada apoyada en la palma y el codo sobre la mesa, Sakura sonrió perezosamente.

—Simplemente me estoy aburriendo del silencio, después de todo no tienes interés de tener una conversación profunda conmigo —se quejó audiblemente, estirando los brazos hasta alcanzar las muñecas de Sasuke y sostenerlas. Él se petrificó, con el anhelo atorado en el pecho al observar la mirada suplicante de Sakura—. Como recompensa por mi arduo trabajo, cena conmigo ¿sí? Siempre te quedas aquí y te niegas a salir.

Sasuke es malditamente débil a esa mirada de cordero degollado, aun sabiendo que es una trampa, porqué esta mujer utiliza todos sus recursos con tal de convencerlo, y lo hace sin remordimiento.

Suspiró.

—De acuerdo.

Inmediatamente Sakura retomó su sonrisa y se incorporó de un salto, avanzando a la entrada de la tienda a paso alegre.

Resignadamente metió la investigación en la caja debajo del escritorio y lo selló con un talismán. Después la siguió al exterior solamente para encontrarse con una escena de lo más peculiar.

Dos fantasmas mirándose fijamente.

Traducción: Sakura y Naruto observándose con mucha molestia.

—...

—Vaya ¿por fin te dignas a aparecer? —espetó Naruto sosteniendo una bolsa de viaje, la misma que traía consigo a todos lados. Y esta vez venía del frente junto a un grupo de discípulos que eran llevados a la enfermería—. Cinco años es bastante tiempo para hacerte de rogar.

Sakura estrechó los ojos y Sasuke estimó verdaderamente qué recuerdos tiene ella y cuales no, porqué no parecía nada confundida al mirar a Naruto, como si supiera quién era.

—Qué valor el tuyo en hablarme así. Sabes que puedo desintegrarte en un parpadeo —no fue una pregunta, sino una afirmación que vino acompañado con un tono al borde—. Así que no me molestes y piérdete de mi vista, idiota.

Un tic se asomó por la sonrisa falsa de Naruto y la señaló con el dedo.

—Tú eres una insensible descarada ¿Cómo te atreves a volver después de que Sas-?

—Naruto —intervino Sasuke con el corazón en la garganta. Eso estuvo muy cerca, pensó con pánico qué no mostró—. Necesito escuchar tu informe, acompáñame.

Al decirlo le lanzó una mirada puntiaguda qué decía más de mil palabras, Naruto supo reconocer la intención detrás.

El rubio chasqueó la lengua con enojo y fulminó con la mirada a Sakura mientras caminaba a la tienda: —Esta conversación no ha terminado.

Pero la pelirrosa no le prestó ni la más mínima atención. Se enfocó en Sasuke dando la media vuelta, dispuesto a seguir a Naruto.

—Sasuke, dijiste que cenarías conmigo —la queja de Sakura lo detuvo abruptamente. Virando ligeramente el rostro, se topó con el puchero en los labios rosas de la mujer de brazos cruzado y mirada penetrante.

—Será en otra ocasión —le dolió pronunciar cada palabra, sobre todo tras escuchar su propio nombre en esos labios que siempre pronuncian su título—, es apremiante escuchar el informe.

La mirada verde de Sakura se tornó pesada. Desvió la vista desdeñosa al decir: —Como quieras.

Y en lugar de adentrarse al comedor improvisado, se alejó rumbo al bosque. Sasuke dedujo su enojo por el tono de las pisadas contra el suelo y brazos cruzados, claramente enfadada de ser rechazada.

Con mucha culpa se adentró a la tienda.

—¿Problemas en el paraíso? —ironizó Naruto recargado en la orilla del escritorio, había dejado su bolsa de cuero junto a sus pies.

Sasuke lo miró con cierto aire de cansancio. Naruto continuó quejándose.

—Esta situación me parece innecesaria. Esa mujer no entiende la gravedad de su presencia aquí y se pasea como si nada a tu alrededor.

—Sabes que sus recuerdos están confusos —replicó Sasuke rodeando el escritorio hasta dejarse caer en la silla—. No tiene la culpa.

—Sí la tiene —apoyó las manos sobre el escritorio con fuerza—, eligió olvidarte.

—Es más complicado que eso, Naruto. El sello lo impide.

Naruto apretó los dientes no pudiendo rebatir. El fantasma sabe que sería hipócrita de su parte criticar cuando él mismo estuvo en la misma situación antes.

No es que Sasuke le hubiese confiado, al igual que el Consejo, sobre el estado actual de Sakura y el sello sobre ella (un panorama general, nunca los detalles personales). A excepción de Naruto, los demás estuvieron de acuerdo en seguir el rumbo de acción en que no la involucraran. Por lo menos parcialmente.

—Bien, si ella no hace algo entonces hazlo tú. Dile que se largue, no necesitas soportar esto.

—No haré eso. Resultará más sospechoso.

—Ya lo es manteniéndola aquí.

—Es consideración a sus motivaciones. No tiene ninguna intención de herir a nadie y cuestionará mis peticiones.

—Sasuke —dijo Naruto impaciente—. Sólo te estás dañando a ti mismo.

—Entonces es mi propio problema —espetó fríamente Sasuke.

Ambos hermanos marciales se sostuvieron la mirada llena de intención, uno preocupado por el otro, y este otro necio a ceder a las demandas. Al final, el fantasma suspiró y se enderezó donde antes se inclinó ligeramente.

—De acuerdo. Respetaré tu decisión.

—Gracias.

—Pero eso no quiere decir que no la fastidie para saciar mi propia molestia —alegó Naruto resplandeciente—. No se me olvida que me obligó a reprimirme y su hermano colocó ese maldito talismán.

Fue el turno de Sasuke en suspirar resignado, frotándose el rostro con la mano, pensando que lidiar con dos fantasmas no será nada sencillo.

—Mejor informarme sobre la situación en el frente.

Tiempo después que Naruto se marchó, Sasuke retomó su trabajo de traducción sin molestarse en acercarse a las cocinas. Con toda la conversación el poco apetito desapareció. Invertir sus esfuerzos en avanzar será más productivo.

Tomaba el pincel con tinta cuando el pliegue de la entrada se aparto y Sasuke alzó la vista, preguntándose quien entra sin avisar, justo en el momento que Sakura aparecía sosteniendo dos bandejas con cuencos y tazas.

Sin decir nada, las colocó sobre la otra mesa y luego se giró a Sasuke. Él estaba perplejo detrás del escritorio.

—Deja el trabajo y ven a cenar primero.

—...

Sakura endureció su voz: —Ahora.

Habiendo perdido la lucha sin siquiera iniciar, Sasuke se acercó al otro extremo de la mesa baja, dejándose caer con gracia en el cojín.

Frente a él, Sakura quitaba las tapas revelando la exquisita cena del día. Agradecía que los Subaku proporcionaran un cocinero para aquí, de otra manera, alguien como él que se la vivió mimado en los últimos años por comidas deliciosas, hubiese sufrido.

No es el asunto más importante, claro está.

—¿Planeabas saltarte la cena? —inquirió Sakura sosteniendo sus propios palillos.

Él silencio de Sasuke lo dijo todo. Resueltamente, bajo el escudriño de esos ojos verdes, decidió engullir la sopa con toda la dignidad disponible.

Ella entorno los ojos.

—Para ser un líder de Clan, eres demasiado descuidado contigo mismo —crítico ella con bastante rudeza.

—Tengo cosas con las que preocuparme —renegó Sasuke de inmediato—. Y practicar inedia es natural para mi.

Algo en la expresión de Sakura cambió, no supo interpretarlo y le trajo a Sasuke un trago amargo. En los días transcurridos se dio cuenta que no puede leer a Sakura tan fácilmente como en el pasado. Hay gestos, palabras y acciones que parecen pertenecer a alguien más.

Le trae un vacío en su corazón, esa parte ingenua qué dice soportar la cercanía de Sakura pese al sello que impide memorias. La que es masoquista, quiere, quiere, quiere.

—Eso déjamelo a mi, no necesito nada de eso para seguir existiendo. Soy un fantasma. —Eso lo dijo con un tono de voz que no dejaba revelar sus intenciones—. Pero al final, tú sigues siendo un humano. Necesitas ser alimentado y cuidado.

—No soy un niño al cual debas vigilar.

Se le escapó a Sasuke ese comentario antes siquiera pensarlo correctamente. La impertinencia no es algo que lo caracterizara, pero como siempre, Sakura siempre logra romperlo y formarlo, estirando más y más a lugares y actitudes que jamás imagino tener.

Notó un brilló peculiar en aquellos ojos verdes .

—Sé muy bien que no lo eres —sospesó en voz baja, dándole una mirada intensa—. Pero algo me hace pensar un poco lo contrario. Recientemente descubrí que solamente has dormido seis horas en esta semana.

Sasuke evadió la mirada, masticando. Ocupando su boca para evitar mentir.

—¿Tan desesperado estas en traducir ese ejemplar para tener un ritmo terrible de descanso?

La verdad es que sufro insomnio desde que moriste. Tengo pesadillas y prefiero mantenerme despierto, ocupándome en sustos importantes en lugar de mirarte destrozada en mis brazos.

Eso fue lo que no dijo, en cambio, trago y abrió la boca dando otra respuesta: —Hay una guerra en curso, y ahora más que nunca tengo esperanza en ese ejemplar que nos ayude a cambiar el rumbo.

—La guerra, eh. —El único alivio que Sasuke obtuvo de eso es que ella parecía muy desinteresada en la guerra—. Razón valida, he de admitir. Pero no la suficiente.

Sasuke la miró interrogativamente cuando ella apoyó los brazos en la mesa y se acercó a él con una sonrisa juguetona asomándose en sus labios.

—Si me ofrezco a dormir junto a ti ¿considerarías descansar más?

Haríamos todo menos dormir, pensó Sasuke lleno de pánico. No confía en si mismo y su anhelo por tocarla, se romperá fácilmente al tenerla peligrosamente cerca. Necesitó de todo su autocontrol para no jalar a Sakura y besarla hasta el cansancio.

Hizo hasta lo imposible para dedicarle una mirada desprovista de emoción. Sentía su cuerpo arder cuando estiró la mano empujando los cuentos intactos frente a Sakura. Ella parpadeó en dirección a la comida y luego a él.

—Te quejas que no como cuando tú no los has hecho —respondió en su lugar apenas percatándose qué en toda la conversación estuvo tuteando Sakura y al parecer, ella también se dio cuenta.

Hubo un momento de silencio antes que Sakura se riera. Cuando lo hacía, todo su cuerpo se expresaba viéndose más atractiva ante sus ojos.

Negando con la cabeza, ella tomó los palillos y se dispuso a comer teniendo misericordia en él al no insistir en su sugerencia.

—Qué quede claro que no necesito comer —repitió. Sus ojos verdes parpadearon con una emoción singular, casi suave y enigmática—, pero por alguna extraña razón, lo disfruto si es con tu compañía.

O tal vez no.

Esta mujer no es nada misericordiosa.

Sasuke sintió la punta de sus orejas calientes, reconfortado contra toda noción. Sabiendo que, de alguna u otra forma, Sakura recordaba tantas emociones. 

Les dije que Sakura no se iba a quedar quieta e iba a acudir a él ;) y me llamaron loca, ja! -indignación- YO SÉ LO QUE LES DIGOOOOO

Por otro lado SAKURA NO ES NADA RECATADAAAA

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