/60/ Por el resto de nuestras vidas

¡Hola, hola!

Ah pasado, ufff un mes? No recuerdo, ¡la verdad que no! desde que actualice, pero, ajá, ¡lo importante que está aquí!

En termino de trama, no hay mucho que avanzó, pero hay una escena *cof* *cof* ustedes saben *cof* *cof* como recompensa (a esto le llaman fanservice?, sí creo que sí).

¡Disfruten! - c va rodando a las notas finales, ¡hay noticas importantes!

—Estás más alegre de lo normal desde que regresaste de tu viaje.

El inocente comentario de Hinata atrajo la atención de Sakura, quien únicamente le dio una mirada de reojo esbozando una sonrisa deslumbrante qué Hinata comparó con el mismo sol radiante.

—Me casaré con Sasuke en el futuro, motivo de sobra para estar feliz.

La sacerdotisa la miró con ojos amables.

—Me alegro mucho por ustedes.

Esta pequeña interacción se dio en la cocina en plena tarde. No era una vista tan extraña, después de todo, siempre se turnan para cocinar. La única diferencia es que hoy la abuela Chiyo no se encuentra en los alrededores coordinando, en cambio, está en su cabaña rodeada de niños que servían té y llevaban bocadillos. No le dejaban que levantase ningún solo dedo.

¡No le dejarían hacer nada en su día especial!

Así es.

¡La abuela Chiyo cumplía sesenta años!

El asentamiento se había preparado para este acontecimiento tan importante. El viaje que Sakura y Sasuke realizaron hace poco tuvo otro objetivo: conseguir el regalo perfecto para la abuela.

Sakura recuerda la evidente preocupación de Sasuke cuando le mencionó un día cualquiera que se acercaba el cumpleaños de Chiyo, un evento importante en el que llevaban ahorrando meses.

Por supuesto, el Cazador no dudó en unirse a la causa, y se presionó en querer encontrar el regalo perfecto. El primero de muchos, dijo él en ese entonces. Así que debía dar una buena impresión.

Sakura insistió que no era necesario porqué Chiyo se conformaría con cualquier detalle nada ostentoso, un abanico o un retrato dibujado.

(Sí, hace poco descubrió que a Sasuke se le daba de maravilla dibujar. No por algo era un joven maestro consumado en las Seis Artes ¿acaso no hay algo en este mundo que haga mal?).

Claramente es como hablarle a una pared. Terco y persistente. Sasuke se negó a ceder y se propuso a buscar un regalo digno. Al final, Sakura le concedió la idea y llegaron a la conclusión que un kimono para la primavera sería perfecto.

Al no poder encargarlo directamente desde el Clan Uchiha para evitar que siguieran al mensajero, Sasuke viajó hasta la aldea de donde proviene el textil. Sakura se aseguró en acompañarlo cargando talismanes de ocultación.

Lo que sucedió en el viaje está demás, pero al final lograron encontrar un kimono azul predominante y verde complementario con patrones de kikko creado por hexágonos, similar al caparazón de una tortuga, simbolizan una larga vida.

El resto de la tarde Sakura dio vueltas en la cocina, sumergida en las altas temperaturas qué les cobija en pleno invierno, ayudando a las tías mayores en terminar el banquete. Al final las manos se entumecieron y suspiró llena de alivio cuando la mandaron a su cabaña a arreglarse.

Obviamente no fue directamente allí.

Recorrió el asentamiento, pasando por el patio principal atribulado de mesas extensas y linternas colgadas. Al centro, había indicios de la barrera cuadricular alrededor de la hoguera. La construían los jóvenes adolescentes del asentamiento, pero discutían entre sí el modo adecuado de colocar los troncos de leña, creando un conflicto habitual de ideas.

Sakura escondió una risa para sí al ver a Yuri y Kenta discutir por la colocación perfecta de la leña.

—Si continúan discutiendo, yo misma me encargaré que no vean ni un mochi del banquete —les dijo mientras pasaba junto a ellos.

Vio estremecerse al grupo de cuatro hasta voltearse a ella, horrorizados.

—¡Hermana mayor! —gritaron al unísono.

La aludida soltó una risotada y continúo de largo hasta toparse con la cabaña que buscaba. Se adentró sin tocar, lo que debió ser un grave error. Se topó con una visión de lo más maravillosa que pocas veces ha podido disfrutar en pleno invierno.

¡Su prometido con la espalda descubierta!

Vio como Sasuke daba la media vuelta con una expresión severa cual se transformó a un tirón de la comisura de su labio cuando se dio cuenta quién lo observaba fijamente.

Sakura ensanchó la sonrisa cuando sus ojos se encontraron y apoyó la cadera en el marco de la puerta.

—¿Intentas seducirme en plena tarde? —su voz era sugerente y llena de picardía—. No te creía tan descarado.

Lo que realmente disfruta es ver las orejas y cuello de Sasuke sonrojarse a más no poder. Sabe que hay una parte de él que se regocija cuando ella muestra esta actitud y al mismo tiempo los nervios se disparan, encontrándose en una lucha entre rebatirle o disfrutar de la vergüenza.

Hoy, al parecer el joven azabache decidió optar una postura llevadera. Después de dar un vistazo continuó como si nada vendándose los antebrazos. Más por costumbre que necesidad, nunca más volverían a destrozar su piel y reformarla. De eso se asegurará Sakura.

—Qué esperabas cuando entraste sin avisar —dijo él ajustando el vendaje con precisión, de esa que se deriva a la práctica de años y años. Los músculos de la espalda se contrajeron ante el movimiento, y Sakura nunca apartó la vista del valle peligroso de su piel.

—No un recibimiento tan agradable —tarareó acercándose y sonriendo coqueta el pasar una mano por el omoplato descubierto. Sintió los músculos tensarse bajo el toque y le fascinó de sobremanera el provocarlo. Sabe que ninguna de sus acciones le es indiferente a Sasuke, y le gusta aprovecharse de su ventaja—. ¿Me das un beso?

—Si no te apresuras, llegarás tarde a la celebración —la evadió con un aire parco apartándose de ella para alcanzar su kimono.

Detrás de él, Sakura hizo un puchero a punto de iniciar un berrinche. ¿Sasuke se atrevió a rechazarla?

—¡Eres muy cruel! —exclamó dramática, tocándose el pecho con ambas manos. Sasuke se viró a ella entornando los ojos, tratando de reprimir una risa que amenazaba sus labios—. Negarle una caricia a tu hermosa prometida ¿no tienes conciencia? ¡Mereces la cárcel! ¡Mil años de cárcel!

—Detente, sé que intentas hacer —advirtió él con un tono de voz severo, pero se escuchó la risa detrás de su actitud.

Fue lo único que necesitó Sakura para acecharlo. A cada paso que daba, Sasuke retrocedía de espaldas hasta tocar pared. Frente a él, Sakura colocó las manos a los costados de su cuello y se alzó de puntas, intentando nivelar su estatura.

Una vez más, ella blasfemó la diferencia de altura. En lugar de parecer intimidante apuesta que es un bufón antes los ojos negros. Algo así le dice la sonrisa misteriosa ensanchándose en los labios ajenos.

—Vamos ¿de verdad tendré que rogarte un beso?

Sasuke desvió resueltamente la vista mientras decía: —... No eres tú, soy yo.

—¿Qué demonios con esa frase tan cliché? —La risa se escuchaba en su voz incrédula.

—Ambos sabemos que, si te beso ahora mismo, no querré soltarle, lo permitirás y llegaremos tarde al cumpleaños número sesenta de la abuela Chiyo.

Sakura estaría muy sorprendida de lo cierto que son las suposiciones, si no fuera porqué su misión es presionarlo hasta romperlo. Que cumpla cada palabra de su boca. Que la destroce por completo.

—Sobre piensas mucho una situación placentera —reprendió alargando un dedo para delinear su abdomen marcado a la vista.

El cuerpo de Sasuke es fruto del constante entrenamiento de años. Cada musculo duro y macizo bajo su mano lo confirmaba. Ha tenido un par de oportunidades de sentirlo contra ella, pero no ha sido suficiente.

Nunca es suficiente.

Vio su manzana de Adán balancearse al tragar grueso y sus ojos oscurecerse repentinamente. Ella ensanchó su sonrisa. Logró colmar los nervios de Sasuke con caricias que no detuvo a pesar del inminente riesgo que corría. Al contrario, apoyó toda la palma y lo miró inocente entre sus pestañas.

Sintió el momento preciso que Sasuke cedió.

—Y tú sobreestimas mi autocontrol —susurró él, pareciendo soportar una tortura.

Los dedos de Sasuke tantearon su cintura. Sakura cantó una victoria en su mente, inclinándose a él dispuesta a dejarse mancillar y apretar hasta que lo único que inundo sus pensamientos es lo placer que le provocan las caricias de su prometido.

Se encontraron a medio camino. Se besaron un poco desordenados al principio, dominados por la urgencia de saciarse mutuamente. Sakura lo recibió entusiasta creyendo ingenuamente tener el control sobre él, mordiéndole juguetonamente el labio, un suspiro entrecortado se ahogó entre sus labios. De pronto, la agarraron por la nuca tomándola desprevenida y Sasuke profundizó el beso invadiendo sin permiso su cavidad deslizando su lengua.

Sakura jadeó, abriendo más la boca y Sasuke aprovechó el momento, dominándola con gestos firmes e inflexibles, aferrándose de tal manera que no dejaba lugar a escapar. ¡Como si Sakura pensara en separarse a medio beso que le provoca mucho!

Él saboreó, chupó y succionó. Sakura apenas pudo contenerse en gemir ante las sensaciones placenteras que recorrían su piel, de empujarse a él para sentirlo más cerca, abrazándolo por la cintura sintiendo su piel calentarse al tacto.

Entre jadeos y saliva escurriéndose por su barbilla, Sakura apenas registró cuando intercambiaron posiciones. Pronto estuvo aprisionada con la espalda contra la pared y el firme y caliente cuerpo de Sasuke. Sintió aún más su calor, su entusiasmo en aumento y la falta de aire en sus pulmones mientras su cuerpo ardía.

Sasuke se alejó de sus labios, y Sakura lo habría seguido, pero se ocupó tratando de recobrar el aliento robado. Al abrir los ojos, recibió una mirada hambrienta que envío escalofríos a toda su columna y persistió un hormigueo agradable en el vientre.

—Soy un hombre y tengo límites —susurró él estrechando los ojos, la mano que seguía sosteniendo su nuca se afianzó con cabellos rosas. Sakura inhaló ente el tirón placentero, alzando la barbilla pidiendo silenciosamente que la besara—. Si vienes a mi tan deliberadamente...

La otra mano de Sasuke le aflojó el cinturón del kimono lo suficiente para recorrer el estómago de Sakura con la yema de los dedos fríos, robándole un jadeo involuntario con sus labios rojo e hinchados por el beso.

—No podré ignorarte —finalizó él.

Alcanzó el borde del seno derecho de Sakura cubierto por vendas y ella contuvo la respiración. No pensó que Sasuke avanzaría tan de pronto, cediendo a sus provocaciones sin mucho ruego. Cada parte de su cuerpo ardía terriblemente y su mente comenzaba a divagar, comparando estas caricias con las brindadas cuando Sasuke estuvo bajo los efectos del afrodisíaco. En aquel entonces evitó ceder. Ahora... en realidad no había nada que lo impidiera.

—Dices... que eres un caballero —murmuró entrecerrando los ojos, reprimiéndose un poco al sentir el toque sutil pero firme de Sasuke. Lo miró, lleno de anhelo. Sasuke nunca apartó los ojos, bebiendo de la vista que daba su aspecto andrajoso y deseoso. Ella podía sentir sus mejillas calentarse—. ¿Cómo un caballero abusa así de una doncella?

Hubo intención detrás de la mirada intensa de Sasuke.

—Nunca dije que fuese un caballero.

Sakura ahogó un gemido al sentirlo apegarse a ella. La rodilla que separaba sus piernas la aprisionó y por inercia cerró los ojos, colocando las manos sobre los anchos y calurosos hombros no confiando en sus propias piernas para sostenerse. Cediendo ante el deseo, de la mano sobre su seno, de los labios que repartían besos a lo largo de su cuello.

—Sasuke... Yo- ¡ah! —gimió algo agudo y placentero al sentir como los labios de Sasuke succionaban justo en su yugular, húmedo y conciso. Por inercia, trató de alejarse, un poco escandalizada por el sonido que emitió su boca.

Nunca, nunca se había escuchado así, ni siquiera la última vez. Tal vez porqué ahora mismo estaba concentrada en disfrutar de las caricias en lugar de retenerlas. Aun así, era vergonzoso, pero no tenía dónde huir. Sasuke utilizó su mano libre para enrollarla por la cintura e impedirle irse.

—Nunca te lo dije, pero esta parte de tu cuerpo me fascina —dijo, apretando su seno haciendo énfasis en sus palabras. Sakura dejó escapar un suspiro tembloroso, ardiendo y debilitándose a cada gesto. Su propio cuerpo reaccionaba a consecuencia—. La última vez no me dejaste tocarte en absoluto.

—Estaba... uhg... —se removió, le pareció una terrible idea. Sus cuerpos se reacomodaron y pudo sentirlo directamente, el deseo de Sasuke apretando contra su estómago. Casi se vuelve loca y cometió otro error al mirarlo directamente a los ojos. Además de la lujuria que veía, otra emoción intensa se colaba entre sus orbes—. Sorprendida...

—¿Cómo ahora?

—...

Resueltamente apartó la mirada.

—Nadie me ha tocado así —respondió impotente apretando los puños sobre la piel blanquecina del hombre—. Y si alguien además de ti lo hubiese intentando, seguramente le rebanaría las manos.

Escuchó una risa baja que le erizó los bellos. La mano que estaba en su pecho se deslizo lentamente, en tortura por su estomago que se contrajo y ella siguió sonrojándose a cada caricia. Contrario a sus palabras audaces y su constante vena descarada, llegar a estos actos la desarmaban.

—No me culpes por ser egoísta y querer ser el único en verte así. —Al elevar la vista, Sakura se fundió en otra mirada—. Por el resto de nuestras vidas. Cada día, cada noche. Ser único que tenga el privilegio de arrebatar de tu boca cada ruego y hacerte gritar mi nombre.

¡Tan desvergonzado! A Sakura le ardieron las orejas y parpadeó furiosamente ante tal declaración implícita. Estaría escandalizada si no fuera porqué ella misma ha dicho cosas más sugestivas y llenas de intención. Aumentó su deseo, el calor entre sus piernas y su boca secándose.

—Serás el primero y el último —aseguró con aplomó, enredando los dedos en su cabello negro, apegando sus torsos y devolviéndole la mirada penetrante. Sugestivamente apretó sus propias piernas alrededor de la rodilla de Sasuke, cuyos ojos se volvieron más peligrosos—. Por favor, mírame únicamente a mi de ahora en adelante.

—Te veo. Siempre lo hago.

Sakura tragó grueso, sintiéndose repentinamente más pequeña ante él. Viéndolo alzarse a punto de romperse por completo, recorriendo con la vista cuerpo como si quisiera arrancarle la vestidura y tomar todo de ella. Robarle besos qué le hacían perder la compostura y recorrer cada centímetro con sus grandes manos, donde posiblemente recaerían sus labios más tarde.

Pero-

—¿¡Qué demonios hacen!?

El grito repentino de Kiba los dejó repentinamente estáticos. A Sakura casi se le detiene el corazón. Reinó el silencio por unos minutos, cuales miró urgente a Sasuke.

Él había cerrado los ojos, aspirando uno, dos y tres veces con lentitud antes de retirar la mano, deslizándose a la fachada tranquila y serena, como si hubiese recitado un montón de sutras en lugar de manosearla. Y, finalmente, alejarse de ella. No sin antes darle un apretón sugestivo. Sakura tuvo que apretar los dientes evitando jadear.

Sasuke le dio una mirada maliciosa y Sakura casi le grita. ¡Envida tanto la habilidad de su prometido en recomponer su postura en cuestión de segundos!

Tal parece que la ancha espalda de Sasuke cubrió ese gesto, porque no hubo queja específica de Kiba. Sakura optó una expresión sombría mientras chasqueaba la lengua y trataba de relajarse, acomodando su cabello en vano. Agradeció internamente a Sasuke que dio un paso al costado, cubriéndola con todo su cuerpo.

Una vez se aseguró (y creyó) tener un aspecto más decente, salió de su escondite dispuesta a defender la situación. Siendo la verdad era tal como se veía, cuando, de pronto, Kiba la apuntó con el dedo. 

—Quita tus manos de encima, Sakura. ¡No te atrevas a manchar el honor de Sasuke!

—... ¿Ho...? —dijo Sakura, incrédula.

—... ¿Nor? —completó Sasuke, aturdido.

—De verdad, no piensas antes de actuar ¿Qué hubiera pasado si alguien más lo atrapa así? Todos hablarían mal de Sasuke y su reputación estaría en juego —se quejó Kiba haciendo un ademán de manos—. Vamos, sal de aquí. Shu, shu.

—No soy un maldito perro para que me corras así —gruñó Sakura. Todo el calor placentero se disolvió en furia. ¡Era Sasuke quien estaba mancillándola, ella solamente quería un beso y él se aprovechó!—. Y es mi honor el que deberías defender ¡Soy tu hermana!

—Y precisamente por eso sé de qué eres capaz. —Kiba le lanzó una mirada fulminante—. Tu reputación qué más da. Ya la mancillaste por tu cuenta, mínimo cuida la de tu prometido. Anda, Sasuke, ponte ropa.

Uchiha estaba pasando un momento extravagante, dividido entre estallar a carcajadas y replicar qué, no, no era una doncella cuya reputación y castidad debía defenderse a toda costa. Y sí, por él fuera, se encerraría en la cabaña con Sakura a recrear lo sucedido en su pabellón cuando estuvo drogado.

Pero si se atreve a hacerlo destrozará sus avances en aceptación de Sasori. (Maldición, casi cede por completo).

—Idolatras mucho a Sasuke ¡si supieras las cosas que piensas no lo defenderías así! —señaló ella de forma acusadora. ¿Por qué es la única regañada aquí?

¡Y el muy cínico de Sasuke se hizo el desentendido ajustando las vendas de sus brazos y mirando a otro costado, no dispuesto a darle la razón! Demonios ¿es su venganza por haberlo arrinconado así?

¡Arg! ¡Ni siquiera pudo enojarse con él!

Cuando quieres eres tan mezquino, pensó ella sombríamente.

—Gracias a los Cielos que no lo sé —aseguró Kiba con bastante confianza—. Deja tus rodeos y ve a cambiarte.

Sakura salió echa un manojo de irritación dando pisadas largas y pasadas. Juró en silencio qué a Kiba le costará muy caro el haberlos interrumpido. ¿No podían dejar en paz un rato completamente a solas con Sasuke?

Detrás de Kiba, Sasuke le lanzó una mirada penetrante e intensa qué prometía la ruina de su cuerpo. Sakura mentiría si no dijera que le emocionó esa intensa mirada, a tal punto que no evitó los escalofríos internos.

Marchó directamente al río helado para darse un chapuzón sin importarle la temperatura. Tendría que lidiar con sus propias emociones de alguna forma.

—Jamás pensé que llegaría el día en que viera a Sasori sonreír alegremente —comentó pasmado Sasuke sosteniendo en brazos a un dormido Lee, y parecía consternado.

Junto a él, una risa femenina resonó.

—El alcohol te hace hacer cosas impensables.

—No lo niego —murmuró él resentido recordando sus desaventuras estando borracho.

La carcajada que lanzó Sakura casi despierta a los gemelos, se calló rápido y acurrucó a Rocky entre sus brazos. Momo también estaba hecho un ovilló en los brazos del niño, rendido al cansancio. Se veían tan adorables.

La celebración no pudo ser mejor. El grandioso y modesto banquete se sirvió en el gran comedor, el único lugar con espacio suficiente para albergar a todos los habitantes del asentamiento. La Abuela Chiyo fue la protagonista esta noche, vestida con ropa abrigadora y talismanes calentadores (cortesía de Sasuke), recibió los regalos con agradecimientos sinceros y llenos de amor, prometiendo darles un buen uso.

Al ser una ocasión especial, no faltó el derroche de comida y licor de frutas que el Tío Tercero preparó para este día. Los tíos se deleitaron y disfrutaron de charlas amigables y llenas de carcajadas; los niños reían y jugaban, colándose por las mesas atrapando pastelillos que los adultos deslizaban a sus manos. Los demás charlaban animadamente alzándose un ambiente contagioso de felicidad y alegría.

En algún momento de la noche movieron las mesas a los costados creando espacio amplio donde los niños hicieron presentaciones y recitaban poemas qué buscaban entretener a la abuela Chiyo. Después, tras botellas y botellas de licor en el sistema de los mayores, hubo una locura conjunta cuando uno de los tíos pidió a risas música vivaz.

Una ovación de voces aclamó a Sakura y su flauta, quién después de unos modestos cumplidos, sacó la dizi y comenzó a interpretar melodías acordes al ambiente. La mayoría no tardó en reunirse al centro y comenzaron a danzar trayendo a la abuela Chiyo a su ritmo, brincando y moviéndose alrededor de los niños que gritaban emocionados y demostraban sus danzarines, ni que se diga Hinata, inmersa en su alegría, se unió entre risas tirando entusiasmada a Shino con ella.

¡Inclusive lograron jalar a Sasori!

Pronto el sonido del guqin se unió. Sasuke se sentó en el suelo con el instrumento sobre las rodillas y las manos inquietas en las cuerdas. La flauta se avivó más. Sakura sonrió entre la música al intercambiar miradas y siguieron y siguieron.

Las risas y alegría se contagiaron, el frío importó poco cuando el ambiente lleno de felicidad y rebosante de alegría.

Fue una noche en que un grupo de personas rebosó de felicidad, dicha y mucha emoción. Como si no importara nada en el mundo, dejando el dolor de sus orígenes a un lado y centrándose en disfrutar el momento. Por espontáneo y efímero qué fuera, contenía una carga de emociones difícil de ignorar.

Por una noche, fueron libres de prejuicios.

Aunque no todos soportarían el mismo ritmo. A casi media noche los niños cayeron rendidos en sueño, pero los adultos siguieron con la celebración, que era más una excusa para los tíos y tías mayores en beber licor y comer a desmedida.

Claramente engatusaron a Sasori a una competencia de bebida con el tío Tercero, conocido por su tolerancia alta al licor. La única persona que podía rivalizarlo era Sakura, misma que estuvo en su mayoría evitando que alguien intercambiara "por accidente" el té de Sasuke por licor.

En definitiva, la mayoría se rieron y burlaron amenamente al enterarse del peso ligero de Sasuke, su poca tolerancia lo hizo famoso por unos minutos. Uchiha simplemente sonrió enigmático y se apartó felizmente con los niños que bebían tés y jugos.

Sasori se achispó (achispado, no borracho dijo él seriamente, pero las mejillas rojas decían lo contrario) luego de seis botellas. Cabe decir que todos aprovecharon la ocasión para elogiarlo y expresarle su cariño. De esa manera, tardaba el doble del tiempo en reaccionar y sonreía genuinamente ante los cumplidos. Parecía un gato que perdió temporalmente las uñas.

¡Cabe destacar que le sonrió a Sasuke! Y dijo que sí, aceptaba completamente el matrimonio que Sasuke quería con Sakura.

(Uchiha prometió enmarcar ese momento en su memoria, quien sabe cuando se repetirá).

El desenlace de Sasuke y Sakura en su participación en el banquete se redujo en llevar a los gemelos a la cabaña de Sakura. Comúnmente dormían con Kiba, pero este se encontraba a medio paso de la inconsciencia por tanto licor. Así que Sakura se hizo cargo. Bebió, sí, pero no lo suficiente para sentirse desviada.

Tras abrigar a los niños y asegurar a Momo un lugar cálido, Haruno se percató que Sasuke preparaba té, auto invitándose a quedarse por más tiempo. Le gustó. Su relación se transformaba para bien día con día al convivir juntos. Antes Sasuke habría preguntado si podía quedarse, ahora lo asumía y actuaba a consecuencia, tomando la iniciativa de permanecer con ella.

Tarareó motivada al sentarse frente a la mesa baja y sacó la botella de licor que ocultaba en una de las mangas dimensionales.

La risa ronca de Sasuke la obligó a alzar los ojos de golpe.

—Debí suponer que harías algo así —comentó él divertido.

Si no fuera porqué ha escuchado esa risa una docena de veces, destripado cada tono, verbalizado cada palabra que lo acompaña, Sakura habría muerto por tan sólo escucharla. Porque, cielos, era espectacular. Música para sus oídos.

—Es mi porción, me lo merezco por mi arduo trabajo en la cocina —alegó ella quitando el tapón con los dientes y empinándose la botella en un largo trago.

No captó como Sasuke la miró pesadamente por un par de segundos. Después sirvió té.

—Todo estuvo rico, a la abuela Chiyo le encantó.

—Esa era el fin. —Sakura aspiró con fuerza, embriagándose con el olor del licor.—. La abuela nos cuida a su manera, que podamos retribuirle su cariño así es muy satisfactorio.

Permanecieron allí, hablando de todo y nada. La nieve afuera se atenuó. La capa que cubría el suelo era similar a un manto acogedor proveniente de los Cielos, y desde dentro de la cabaña, ambos observaron el baile de los copos de nieve perdiéndose en el paisaje.

A decir verdad, una tercera parte de la mente de Haruno estaba admirando el exterior, y las otras dos partes contemplaban a Sasuke frente a ella. Quedándose absorta en la inmensidad y profundidad de aquellos ojos negros. Muchos consideran esa mirada fría e indiferente, lejos de la empatía y ha creado muchos malos entendidos. Pero, para Sakura, es sinónimo de cariño y amor en toda su expresión.

Sasuke es un hombre de pocas palabras, sí, pero con un millón de gestos qué compensan. Y cuando decide hablar, es para destrozar su corazón de una buena manera.

La más reciente (además del intenso encuentro de antes) ocurrió cuando Sakura entregó el anillo justo después de obtenerlo. Desde que Sasuke declaró sus intenciones de matrimonio, ella fue demasiado feliz para contenerse en sus gestos; y proclamarle que el anillo era un símbolo de su futura unión, fue un acto de sentimentalismo impulsado por su emoción.

Casi alcanza la iluminación ante la sonrisa de Sasuke, deslumbrante a su propia manera, las comisuras de los labios elevándose y entreabriendo los labios. Esa hilaridad que provocaba las pupilas centellar llenas de afecto. Del gesto en que sus manos grandes y cálidas acurrucaron la barbilla de Sakura, besándola con dulzura hasta profundizar.

Y en medio de ese beso, Sasuke se había inclinado al oído para susurrarle al oído, como si compartiera el mayor de los secretos del mundo: —Desde ahora, estemos casado o no, nuestras almas estarán juntas incluso después de la muerte.

Sakura sollozó en ese mismo instante, aferrándose a él con fuerza, soportando la miríada de emociones. Y, en el presente, casi llora al ver el anillo cristalino en el dedo anular de Sasuke, exhibiendo la promesa sin miramientos.

Un juramento pactado entre ellos.

Sabe que hay detrás de esa declaración. Le guste o no, como lo viene pensando desde semanas atrás, su matrimonio tendrá muchas trabas.

Comenzando por Fugaku. No estará muy contento que Sasuke pretenda Cazarse con una semidemonio, el linaje del poder divino está en juego.

Cada día transcurrido es uno más cercano a que su prometido tenga que regresar a casa y resolver los asuntos que apremian. Le angustia de sobremanera. Durante todo este mes se acostumbro el verlo de reojo en las mañanas, encontrarse en las tardes es tan satisfactorio.

Ser lo primero que ve por las mañanas y lo último antes de dormir le trae paz y tranquilidad.

Cuando estén separados ¿sobrellevará todos los sentimientos negativos?

—¿Una moneda por tus pensamientos?

La semidemonio respingó. Sasuke estiró el brazo y le dio un golpecito en la frente con los dedos. Hasta ese instante Sakura no se percató que fruncía mucho el ceño. Se obligó a relajarse inmediatamente.

—No es nada, sobre pienso mucho quién se opondrá a nuestro matrimonio —decidió ser sincera, es una práctica que le resulta bien. Además, no quería guardarse esta espina.

Sasuke suspiró.

—Si es por mi familia no debes preocuparte —aseguró dando un sorbo a la taza.

—Hmp, tú los conoces más que yo, pero —Sakura se inclinó al frente— no te mostraron su verdadera naturaleza. Tu padre es muy protector contigo, por si no te has dado cuenta, la sanadora casi me apuñada con sus agujas y tu maestro... me mira como si le estuviese arrebatando a su linda hija.

Sasuke rompió su serenidad y le envío una mirada entre la reprimenda y exasperación.

Ella enarcó sus cejas rosadas: —Sabes a lo que me refiero.

—No soy una mujer.

—Gracias a los Cielos que no, porqué me gustan los hombres.

—Con hombres ¿te refieres a alguien además de mí?

—Patrañas. No tengo ojos ni corazón para nadie más. Soy totalmente Sasukesexual.

Sasuke casi se ahoga con el té, tosiendo un poco al tratar de contener la risa. La propia Sakura esbozó una sonrisa, divirtiéndose de la reacción. La forma en que Sasuke se ponía celoso es muy candente, el surco de la frente se arrugaba e inconscientemente entrecerraba los ojos oscurecidos. Sakura jamás creyó que el negro tuviera tonos más oscuros y aterradores hasta que vio la mirada de Sasuke.

Tremendo hombre posesivo. Y lo mejor, es que salía de forma natural, sin percatarse en absoluto.

—El término ni siquiera existe —murmuró él.

—Para mi sí desde el día en que te conocí —le interrumpió ella dejando la comodidad de su lugar para gatear hasta él, a su lugar seguro. La recibió con brazos abiertos, envolviéndola en el calor que emana, cálido y único—. Me resistí por mucho tiempo, pero al final, lograste atraparme.

Dichas palabras las dijo alegremente mientras se acomodaba en el regazo de Sasuke. Este envolvió las manos alrededor de su menuda cintura, atrayéndola más a él y aprovechando la cercanía para repartir besos en el costado de la mejilla de Sakura.

Ella, por supuesto, se dejó mimar, cerrando los ojos y embriagándose del aroma gentil y varonil que representa a Sasuke. Con una sonrisa sugestiva, se apegó a él.

De inmediato Sasuke se detuvo y le gruñó:

—Deja de provocarme.

—No sé de que estás hablando —alegó ella batiendo las pestañas con inocencia.

Él la miró pesadamente.

—Tenemos a los niños atrás, no quiero ser el responsable directo de traumarlos en el caso lleguen a despertar.

Sakura hizo un puchero y lloriqueó, enterrando su rostro en el cuello ajeno y lanzando un vistazo a la cama. Sasuke tenía razón. Por más disposición que tuviera, no es una desgraciada en traumar a sus hermanos menores.

Suspiró resignada. Otro día será.

—Y justo cuando nadie nos interrumpirá —susurró presenta contra la piel.

Sasuke tarareo, ya sea en acuerdo o contestación. Ella giró la cabeza y lo miró de reojo. Desde abajo la atractiva mandíbula de Sasuke se veía espléndida. Él entreabrió los labios, como si quisiera decir algo, pero al final decidiendo no hacerlo. Le brindo un beso en la cabeza y la abrazo en silencio.

Pero Haruno no se quedaría con la duda sembrada. Aprendió bien el conocerlo, y ese gesto decía que reprimió sus pensamientos.

—Ibas a decir algo.

Ante la afirmación, Sasuke arrugó un poco el ceño. Le dedicó media mirada, Sakura no había cambiado de posición.

—Has estado más... —Sasuke se calló, pero no fue porqué dudara, parecía buscar una palabra.

Con gracia, Sakura le contribuyó: —¿Pegajosa? ¿Excesivamente empalagosa?

—Cariñosa es la definición correcta —alegó él de inmediato. La sonrisa de Sakura se pronunció—. No digo que ni me agrade, es sólo que me aparece inusual.

—Más bien, sería inusual que ni siquiera te prestara atención. —Sasuke le dio en silencio la razón.

—Mayormente eres descarada.

—Ah, entonces no te gustan mis muestras de afecto.

—Al contrario, me fascina tener tu atención.

Sakura se sonrojó. A esto se refería que cuando Sasuke habla, le provoca sensaciones. Y muchas. Se apretó contra él, recibió una ligera amonestación, pero fue todo.

—Entiendo tu punto. Aunque no hay nada de que preocuparse en realidad, es solo que pronto te irás —murmuró lo último contra el pecho del Cazador, quien lastimosamente lo confirmó con un "sí" tan melancólico—. Y quiero aprovechar cada momento a tu lado. Sea que nos separemos hoy o mañana, recordaré cada reacción tuya que provocan mis gestos.

Algo cálido se coló en el pecho de Sakura al elevar la vista y ser espectadora de la ligera y dulce sonrisa curvándose en los labios contrarios.

—El tan sólo saber que estás bajo este mismo cielo es suficiente para mi para llevarte en mis pensamientos.

¡Cielos, este hombre será su muerte!

—Sasukeeeee ¡mi corazón! Serás responsable si se detiene —exclamó dramática.

—Una razón de más para darte respiración de boca a boca —dijo él sonando divertido—. Es ganar-ganar.

—¡Ey, no te burles de mi delicadeza como doncella!

Sasuke rio y la apretó más, Sakura apenas tuvo fuerzas para replicar, quedándose tranquila ante el silencio que los embargó y cual se rompió cuando él comenzó a tararear una canción.

Lo qué atrajo su atención, es que había escuchado esa entonación en alguna parte. Le parecía familiar, pero no del todo. Como un sueño lejano del cual apenas recuerda su esencia. Como todo lo relacionado con su padre.

—Esa canción... —susurró y Sasuke se detuvo—. Me suena familiar ¿Dónde la he escuchado?

Quizás, si lo hubiese mirado al rostro, se habría percatado de la fina estupefacción colándose en la expresión de Sasuke.

—Es la primera vez que lo escuchas —le aseguro después de unos momentos, y antes que preguntara como estaba tan seguro, él agregó—: porqué recién la compuse.

—¿De verdad?

—Mmn.

Un latido, luego dos.

—... Cuando la termine, la cantaré para ti.

A respuesta, Sakura se acurrucó, cerrando los ojos permitiendo este trago de paz. Ignorando resueltamente ese gesto de familiaridad.

—Lo esperaré con ansías. 

*Vuelve rodando*

Lo prometido es deuda, dije hace unos días que actualizaría. Antes que nada ¡Gracias por leer! 

Segundo, como mencioné al principio, en avance de trama únicamente tenemos los anillos aaaah el canon de los anillos colándose. No se pudo evitar, tenía que hacerlo sí o sí, porqué, vamos, lo améritan estos tortolillos.

Por otro lado, ¡la noticia importante es que habrá actualizaciones seguidas! Anteriormente había mencionado que este arco es importante, por lo tanto iba a tardar más. Ya he acumulado los capítulos y editado en coherencia. *mira el documento word* son, apróximadamente... 4 capítulos más. 

Entonces ustedes deciden les daré la oportunidad de decidir.

¿Publico los capítulos restantes cada dos días? (dígase, lunes, miércoles, viernes y domingo) lo cual, teorícamente ¿sería un maratón? -desliza discretamente palomitas-

¿O prefieren un capítulo por semana? 

Digo, porqué aunque tenga escrito estos caps, no apareceré hasta dentro de un mes, aprox, quizás. La universidad y que se acaban mis vacaciones de trabajo me llevarán de vuelta al olvido *llora en chino*

En fin, les estaré leyendo.

¡Gracias por leer! 

Nos vemos pronto,

Alela-chan fuera.

PD: por cierto, ven las señales que dejé? nadie? Sólo digo... algunas teorías están próximas a confirmarse en los próximos capítulos....

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