/48/ Te mentí, no me dejes
¡CAPÍTULO NUEVOOOO!
Y con esto, terminamos la racha de actualizaciones (casi) seguidas. Ya no tengo nada escrito, así que tendrán que esperar hasta el próximo, pero no se desanimen, traje un tributo -les lanza el capítulo-
No olviden leer las notas finales, ¡tengo noticias importantes!
Advertencia del capítulo: es largo, igual no lo van a sentir y pondremos en práctica algunas advertencias que leyeron en el primer apartado de este fics *giño, giño*
El peor crimen que alguien puede cometer en la vida es despertar a Sakura.
No tiene las mejores tendencias de sueño ni el humor (esto dependiendo a quién le pregunten) al despertarse. Y basándose del lugar en que se encuentra decidirá si es completamente seguro dormir profundamente o mantenerse en guardia.
El Pabellón de Sasuke por sí sólo es un lugar seguro, no importaba qué, descansaba con la certeza a qué nada la dañaría mientras él estuviera cerca. Por eso su subconsciente apenas reaccionó al sonido lejano de azotes (puertas abriéndose y cerrándose, quizás) y su nombre siendo gritado por una voz femenina.
Al principio no lo reconoció, ocupándose en despertar abruptamente mientras parpadeaba, recuperando la consciencia de poco a poco.
Somnolienta, fijó la vista pérdida en la puerta justo en el momento que se abrió revelando a una desesperada Hinata. De todas las personas que imaginó cruzar por el umbral, ni remotamente consideró a la sacerdotisa.
Vaya, algo grande debía aquejarla si perdió el porte sereno, pensó distraída.
—¡Sakura, por fin te encuentro!
La aludida parpadeó varias veces hasta enfocar a la joven sacerdotisa qué se apresuraba a la cama oyéndose completamente urgente y preocupada. Hinata le dio un vistazo y se quedó asombrada, dando una exclamación mientras estiraba por inercia la mano al rostro de Sakura.
—¿Qué sucedió con tu ojo?
Tardíamente la aludida reconoció que Hinata veía fijamente su ojo derecho con cierta estupefacción. Al cabo de unos segundos, farfulló en voz baja y se cubrió el ojo recordando que, horas antes había despertado a cambiarse de ropa (divirtiéndose secretamente al darse cuenta que Sasuke no le quitó más allá de las botas) y entre sus pliegues se coló el talismán de ocultación de su ojo rojo carmín.
Le estaba afectando esta sensación de comodidad alrededor de Sasuke que inclusive dejó a un lado el talismán que alimenta por inercia todos los días.
Con un gesto de la misma mano, despidió las inquietudes de la sacerdotisa. Estuvo bien. Hinata no la veía con horror o asco.
—Tengo heterocromía, ignóralo —explicó buscando con la mirada su ropa.
La intención que tuvo en hacerse del talismán se cortó al momento que Hinata sacudió la cabeza, como si recordara el motivo de su visita y la obligó a levantarse obviando la indecencia de portar capa de kimono interno cuando antes la sacerdotisa parecía devota al buen vestir.
—¿Qué-? —Apenas alcanzó a decir antes que la interrumpiera mientras la empujaban a prisas.
—¡Ven rápido, se trata de Sasuke!
Todo pensamiento del talismán y sueño se evaporó en un instante, una expresión seria se instaló en su rostro mientras avanzaba tras de Hinata hasta la sala. En el camino Hinata explicó brevemente que charlaba con su primo cuando repentinamente le atacó una fiebre y su respiración se volvió artificial. Pase a esto, Sasuke se negó a llamar a un médico.
Al mirarlo de cerca, Sasuke tenía el rostro contraído mientras apretaba los labios, una mano yacía en puño sobre la mesa, sangrando ligeramente. Por los fragmentos dispersos de la taza, Sakura supuso que la rompió con apenas apretarla. Y parecía que en cualquier momento volcaría por completo la mesa.
Por un instante Sakura temió que se debiera una reacción secundaria del tratamiento de Ryu, y tras darle un vistazo rápido, lo descartó de inmediato. El rango de fallas de su maestro es completamente nulo en el área medicinal.
Al darle otra mirada al sufrimiento de Sasuke le retorció el estómago. ¿No pasaría ni si quiera un mes sin que algo lastime a Sasuke? ¡Hasta ayer estaba completamente bien a excepción del dolor de cabeza!
Tuvo que reprimir la rabia a favor de ocuparse de él.
—Sasuke —llamó estirando la mano hacia él.
Apenas alcanzó acercarse unos centímetros, repentinamente Sasuke le gruñó a la defensiva: —¡Quédate ahí!
Sakura se quedó congelada en su lugar con la mano alzada ensanchando ligeramente los ojos de par en par, mientras que Hinata y Shino se pasmaban, anonadados por el grito inesperado.
Ninguno esperó que Sasuke se mostrara renuente al toque de Sakura. Él jamás tenía la guardia arriba estando juntos, confiaba tanto en ella que desarmaba todas sus defensas. El simple gesto de rehuir de su toque la dejó completamente herida e intentó por todos los medios no demostrarlo y bajó la mano hasta formarla puño sobre la rodilla.
Presintió que no lo consiguió, los ojos de Sasuke se volvieron terriblemente agonizantes, como si le doliera más a él rechazarla. Volvió a mascullar con dificultad siendo evidentemente intentando sonar más gentil: —Sólo... aléjate de mí, yo podría...
—¿Alejarme? ¡Estás equivocado si piensas que te dejaré sufrir así! —le respondió con rudeza.
No perdió más valioso tiempo en su autocompasión. Proponiéndose a pensar y analizar la situación, dejó de lado sus persistentes emociones. Se obligó a salir del estupor y comenzar a divagar en las posibles causas.
Descartó un desborde de energía. Parecía tener fiebre y respiraba entrecortado teniendo plena conciencia y cuando preguntó si le dolía alguna aparte del cuerpo, Sasuke no contestó por unos largos tendidos segundos antes de negar con la cabeza siendo muy evidente la existencia de una incomodidad.
Con esos datos, Sakura trató de deducir las posibilidades, ¿envenenamiento? ¿algún hechizo remoto? ¿una maldición?
Las ruedas de su mente parecían girar a más no poder mientras se abalanzaba con prisas a la tetera y probaba el té. Si fuese envenenamiento no lo notarían de inmediato. Hinata era inmune por su afiliación con la Orquídea Adelfa, por tanto, el único afectado sería Sasuke.
Que conveniente.
Por fortuna, todo estaba en orden con el té.
Hinata parecía más nerviosa. La miró por unos breves segundos analizándola, pronto dictaminó sobre el origen de esa inquietud no se debía al temor de ser descubierta en pleno crimen. De verdad tenía la necesidad desesperada en comprender la situación. Si es sincera, Sakura casi está de igual modo.
—¿Hay algo malo con el té? —cuestionó Hinata.
—Está verificando que no tenga veneno. —Quien respondió fue Shino, cuyo brillo complicado en sus ojos jamás desapareció, como si comprendiera perfectamente la situación.
Malhumorada, Sakura estuvo tentada a decirle que si tenía una idea, que lo escupiera de una vez. Se detuvo al reparar en los dulces de aspecto apetitoso reposando en la mesa.
—¿Comieron algo más que los dulces? —Regresó su atención a Hinata. Recibió negación absoluta.
Le trajo un mal presentimiento.
—Solamente estos dulces. Sasuke comió entre la conversación, pero no comí ninguno —específico rápidamente, sus ojos se ensancharon—. ¿Los dulces son la causa?
Sin responder adecuadamente, Sakura alargó la mano haciéndose de un dulce. A simple vista parecía inofensivo, de aspecto cremoso y desprendiendo un olor embriagante que tentaba dulcemente. Esto último la puso en guardia, porqué extrañamente, ese olor removió viejas memorias y fue muy desagradablemente familiar.
Bastó un instante para reconocerlo, dejándola completamente petrificada.
Por nada del mundo olvidaría este maldito aroma. Es tan singular y traumático en su niñez que jamás se permitió dejarlo atrás, como una advertencia del mundo al que sometieron como algo peor que una esclava, obligada a limpiar desastres y regurgitaciones asquerosas en lugares vulgares a cambio de un plato de comida.
De días congelándose entre el invierno helado que ocasionaba pulmonía.
De días que debía esconderse entre cajas de desechos para evitar ser arrastrada a los callejones.
De días oscuros y humillantes grabadas en su piel.
Es aquel repugnante olor que desprendían los inciensos vulgares elaborados de una flor en especial.
Soltó el dulce como si quemara, la pieza rebotó en la mesa antes de caer al suelo. Tragando grueso, apenas logró sisear con voz fúnebre: —Los dulces contienen droga.
—¡¿Droga!? —gritaron Hinata y Shino al unísono, alertados.
Por otro lado, Sasuke no estaba en su mejor momento.
La comisura de su boca se contrajo emitiendo quejidos bajos cuales intentaba contener mordiéndose el interior de su mejilla. Se le oscurecieron los ojos y las pupilas se contrajeron. La mano que se aferraba al borde de la mesa se apretó logrando agrietar la madera bajo su fuerza.
En sí, luchando contra los efectos de la droga utilizando toda su fuerza voluntad y su energía espiritual para purgar la droga. Y, al parecer, no estaba funcionando debidamente.
Sabiendo cuales son los efectos de la droga, Sakura le dio una mirada complicada y pasmada. Decirlo en voz alta es sumamente vergonzoso incluso para alguien descarada como ella.
No, de echo estaba evitando pensarlo. Era inevitable. Debía tratar el asunto en sus propias manos tras ser la única que conoce de esta droga entre los presentes.
—Es Flor de Medianoche, provoca alucinaciones y principalmente se utiliza como... —se atragantó al ver el horror creciente en los ojos de Sasuke.
Cerró la boca de un chasquido dejando la palabra "afrodisíaco" siendo un misterio entre los presentes.
El Cazador no quería ventilarlo y Sakura no lo culpaba, resultaría embarazoso que otros se enteraran. Lamentablemente, lo harían tarde o temprano. Por el momento Hinata estaba muy desconcertada, en cambio, Shino parecía tener reconocimiento en toda su expresión, había cierto entendimiento mutuo de hombres allí.
Con todas sus fuerzas, Sakura intentó no dirigir su vista por el cuerpo de Sasuke y verificar que tanto le estaba afectando la droga. Así que optó por otro medio investigando con Hinata.
—¿Cuántos comió?
—...Alrededor de unas cinco piezas.
Maldición.
Un solo dulce era suficiente para que la persona cayera bajo el efecto inmediato. Sasuke no parecía fuera de sí, atribuyó a lo fuerte que es su núcleo espiritual y autocontrol para contrarrestar los primeros minutos bajo el efecto. Era inevitable que sucumbirá tarde o temprano, y por la manera en que sus ojos perdían racionalidad, no tardaría mucho en caer.
Dichos efectos eran tan inconvenientes. La persona drogada comenzaría a ser estimulada súbitamente, alcanzando la cúspide cuando las alucinaciones atacaran su mente, convirtiéndolas en el impulso necesario para actuar. Provocaba que viera a su compañía como la persona que su corazón más anhelara, debilitando la mente y doblegando el corazón.
En estándares normales (dígase solamente un dulce) no acabarían pronto el efecto. Con dicha porción es desconocido del todo la reacción del Cazador ante los demás. Sería problemático si perdiera todo sentido ¿reconocería a quienes lo rodeaban o los atacaría sometido bajo su irracionalidad?
La desesperación se hizo mella mientras se levantaba de sopetón y decidía un curso de acción. De verdad, no quería considerar a quién vería Sasuke en la alucinación, y tenía un miedo absurdo. Sin embargo, no dejaría que Hinata o Shino se hicieran cargo, empeoraría la situación.
—¿Es grave? —Hinata parecía cada vez más culpable.
—La droga es inofensiva para la salud, lo que me preocupa son los efectos. —Sakura se estremeció ante el gruñido ronco que soltó Sasuke a sus espadas. Se obligó a concentrarse y miró duramente a Hinata—. ¿Dónde conseguiste esos dulces?
Ella palideció repentinamente.
—Me los dio la Sacerdotisa Mikoto.
El rostro de Sakura se crispó en ira.
¡Esa mujer! Cuando tenga oportunidad voy a...
No tuvo tiempo de maldecir cuando Sasuke no logró contener un gemido plagado de dolor mientras se contraía en sí mismo y se apartaba (o intentaba) de ellos, murmurando que se marcharan y lo dejaran solo. El efecto sobre su cuerpo era intenso que parecía no lograr coordinarse bien, tropezando con sus propios pies y arrastrando algunas palabras desesperadas.
—Dudo que Sasuke soporté mucho más —opinó Shino pareciendo sentir pena ajena y, al mismo tiempo, incomodidad.
Esto bastó para que Sakura reprimiera sus impulsos asesinos, tratar con él es la máxima prioridad. Pase a la conmoción logró reunir las piezas faltantes de este plan ajeno basándose en deducciones.
—Los motivos son claros sobre quién te dio la droga. Así que tendrán que salir de aquí a escondidas, no dejen que nadie los vea. Hagámosle creer que tuvieron éxito.
—¿Éxito en qué? —Hinata se desesperó al no entender.
—Joven maestra... es mejor si se lo explico más tarde —expresó lívido Shino. Sakura le dio una mirada compasiva al guardián, se encargaría de informarle que alguien armó un complot para que le dieran afrodisiacos a Sasuke y se acostara con él bajo los efectos de la droga—. Debemos irnos ahora.
Sin esperar más, Shino casi empujó a Hinata hacia la puerta, prácticamente huyendo. Pero Sakura no había acabado de instruirles conforme a lo que harían a continuación y se apresuró a tomar la caja con los dulces diabólicos corriendo tras de ellos.
El recibidor se convirtió un pequeño caos. Resulta que justo cuando Shino y Hinata salían, llegó Madam Hikoro con la cena, al ver su urgencia de ambos y preguntar el motivo de su prisa, Shino dijo que debían marcharse todos del Pabellón ahora. Empero, Madam Hikoro se negó en irse sin que le explicaran.
Justamente así los encontró Sakura parándose frente a los demás reflejando una seguridad que no sentía del todo. Una subyacente desesperación comenzaba a surgir desde su pecho al no saber exactamente qué hacer con Sasuke, adormecía sus sentidos y le daba vueltas la cabeza de solamente considerarlo. ¡Qué situación tan descabellada!
Aunque no lo suficiente para evitar repartir instrucciones a diestra y siniestra. Lanzó la caja a Shino quién lo atrapó en el aire, con las dudas enmarcando sus rasgos.
—Ve discretamente con Tsunade y entrégale esto. Pídele que preparare una contra medida. Madam Hikoro —llamó a la mujer con voz suave.
Inmediatamente obtuvo su atención. Sakura se colocó deliberadamente en la entrada impidiendo el paso. Está segura que no sería oponente digna en razón si Madam Hikoro decidía traspasarla, ella no se marcharía hasta saber que Sasuke estaría bien. Le dio palabras de consuelo y a su vez, indicaciones precisas.
—Sé que usted tiene acceso a la matriz de protección del Pabellón, necesito que la active. —Desconocía si había otras intenciones detrás de Mikoto con este evento, no se arriesgará—. Sasuke estará bien, me ocuparé-
Se interrumpió a sí misma dando sonido sorprendido sin palabras, sobresaltándose tras sentir dos grandes y urgentes manos deslizándose por su cintura atrapándola en un fuerte abrazo. Por supuesto ¡no era otro más que Sasuke escurriéndose deliberadamente en su espacio personal!
—¿Sasuke? —murmuró al ser presionada contra el grande pecho de Sasuke.
Una respiración caliente y pesada se deslizó junto a su oreja, pronto emergió una voz baja y ronca que le provocó un escalofrío inevitable en todo su cuerpo.
—Te mentí, no me dejes —suplicó Sasuke enterrando el rostro en el hueco de su cuello.
Frente a ellos, los rostros estupefactos de Shino, Hinata y Madam Hikoro hicieron muecas de incertidumbre y estupefacción que en otro momento hubiesen sido cómicas, y Sakura hubiese estado gustosa de burlarse.
Sin embargo, ahora apenas tuvo la coherencia suficiente para cerrarles la puerta en sus narices mientras exclamaba: —¡Madam Hikoro, hágalo ahora!
El motivo por el cual pedía esta protección extra se debía a dos poderosas razones. La primera, bloquear los intentos de enemigos al intentar asesinar a Sasuke (no es que Sakura les permitiera tener éxito); y la segunda, impedir que Sasuke saliera por si no reconocía su entorno.
Se aturdió un poco entre las voces ahogas en el exterior y con Sasuke repitiendo "no me dejes" como una mantra sagrada. Trató por todos los medios no moverse y compasar su respiración, cualquier indicio le daría a Sasuke una oportunidad en este estado crítico.
Aun conociendo los riesgos, no le debió sorprender el siguiente giro de acontecimientos.
Insatisfecho por solamente un abrazo superficial, repentinamente Sasuke la empujó contra la puerta con fuerza, provocándole un grito de sorpresa combinado con dolor al ser aplastada completamente. Luego la obligó a virarse y quedar frente a frente. A este punto, los ojos de Sasuke estaban completamente dilatados. La apretó por la cintura y se inclinó para besarla.
Afuera, alguien golpeó la puerta y la voz de Shino emergió teñida de preocupación.
—¡¿Señorita Sakura!? ¿¡Qué está pasando!?
En serio que Sakura quería responder, pero Sasuke no le daba oportunidad entre la intensidad y brusquedad con la que la besaba. Con sus labios apretados fuertemente uno con el otro, sintió la lengua contraria deslizarse dentro de su boca, arrancándole un sonido de estupor por la inesperada acción mientras contenía sus propios sonidos.
¡Dioses! ¿Sasuke escondía estas habilidades? ¡Apenas y habían intercambiado besos dulces y gentiles! La manera en que la besaba ahora era urgente, como si quisiera devorarla por completo y no dejar rastro de su existencia.
—¡Sakura!
Desde que fue apretada, Sakura coló sus manos contra los hombros de Sasuke. Apenas logró apartarlo un centímetro, la fuerza del Cazador era imposible de vencer normalmente, y en tal estado no cedería por menos.
Con un "poc" húmedo se separó su boca y alcanzó a mascullar entrecortadamente: —¡Estoy bien! ¡Márchense ahora!
Sasuke pareció caer en esta interacción y se distrajo un segundo para dar una mirada breve a la puerta detrás suyo, como si estimara derribarla o atravesar con Kusanagi a la persona detrás. Aprovechando ese milésimo instante, Sakura giró sobre su costado y escapó del agarre mortal, dirigiéndose en desespero a la sala.
Necesitaba tiempo para pensar en un plan, algo que Sasuke no estaba dispuesto a brindarle.
Este último rápidamente la alcanzó hasta arrinconarla en la pared más cercana, besándola otra vez con la misma fuerza. La mente de Sakura daba vueltas mientras intentaba seguirle el ritmo en busca de distraerlo, pero a cada segundo se volvía caliente, rítmico y acelerado que se perdía en la sensación.
Una fuerte incomodidad traspasó su cuerpo cuando la rodilla de Sasuke la obligó a separar sus piernas.
Sakura entró repentinamente en pánico.
Inicialmente lo empujaba con una de sus manos y la otra le daba palmaditas en la mejilla intentando hacerle recuperar un poco de conciencia. A este punto, la mente de Sasuke parecía vaga y fuera de sí. Entonces utilizando ambas manos lo empujó con fuerza, esta vez Sasuke cedió trastabillando y Sakura volvió a huir hasta la mesa de noche con pánico, jadeando en busca de aire.
Con los ojos frenéticos Sasuke la acosó y la empujó sobre la mesa presionándola con todo su enorme y caliente cuerpo sobre ella. Por primera vez en años, Sakura se sintió como una presa bajo las manos de un Cazador. ¿Así se sentía los conejos al ser atrapados por los zorros?
Entonces, ella gritó desesperada: —¡Sasuke!
Algo de conciencia debía quedar dentro de él pues se congeló ante el llamado, deteniendo todo el avance. Se miraron a los ojos, entonces Sasuke gimió y encerró el rostro en el cuello de Sakura, temblando mientras que colocaba las manos al costado de su cabeza, evitando tocarla.
Ante este pasivo desastre disfrazado de calma Sakura logró respirar profundo y despejar su mente. Dio un vistazo al hombre sobre ella, teniendo las piernas a los lados de su cintura y soportando su propio peso evitando tocarla, a excepción de la respiración frenética sobre su piel expuesta del cuello.
Inevitablemente encontraba placenteros los escalofríos de su cuello. Cerró los ojos un momento, tragando grueso.
Trato de pensar en una forma en que ayudara a Sasuke a bajar su excitación sin ceder por completo a los impulsos del Cazador. Después de todo, él estaba siendo afectado por una ilusión y no sabía a quién veía en ella. ¡Sería realmente malo sí-!
—Sakura... —susurró Sasuke, apretando las manos en puño tratando de no moverse en absoluto.
De acuerdo, ahí está su respuesta.
¡Eso lo complica más!
Ella misma estaba teniendo reacciones, sintiendo su vientre contraerse ante las sensaciones provocadas por la voz roncan y profunda que deletreaba su nombre seductoramente, invitándola a ceder sin restricciones y pedir más. De los escalofríos ante el toque y el endurecimiento de su propio cuerpo a cada segundo. Que pecado, que pecado.
En verdad, Sakura estaba a punto de estallar en llamas de la vergüenza mientras trataba de pensar.
Aunque ella no sería quién estallaría, literalmente.
De pronto sintió que la energía espiritual de Sasuke rebobinar y dispersarse. Rápidamente le tocó la muñeca, verificando los meridianos que parecían estar bien. Detectó un flujo de energía espiritual es inusual, dirigiéndose a su núcleo dorado para-
Un momento...
¡¿Sasuke estaba cerrando sus meridianos espirituales!?
Otra ola de pánico la inundó. Eso significaba que buscaba inducirse voluntariamente a la inconsciencia a toda costa. ¿Por qué? ¿Por qué? Se quebró los sesos, tratando encontrar una razón adecuada.
Si Sasuke continuaba llevaría su energía espiritual al límite, ya no había riesgos como antes, pero si no lo hacía correctamente se provocaría un desvío de energía. En su estado actual, con la mente confusa, el dolor estimulante y la concentración lejos, dudaba que tuviera éxito.
Y solamente se le ocurría una razón por la que Sasuke haría esto. Evitar tocarla. Detenerse súbitamente porque ella se lo pidió.
Ahora mismo no lo hacía, mantenía la misma posición y su cuerpo temblaba por la acumulación de energía y sus propios impulsos de ceder a sus propios impulsos.
No podía permitirlo.
Aunque el método...
Escondió un propio gritillo de frustración entre las manos, cerrando por un segundo los ojos antes de abrirlo súbitamente y observar determinada al hombre caliente, duro y necesitado que tenía sobre ella.
Su respiración tartamudeó armándose de valor.
Entonces estiró las manos.
—De verdad, Sasuke, serás mi muerte —exclamó agarrándolo de las mejillas y uniendo voluntariamente sus labios.
Esta vez Sasuke tardó un par de segundos en reaccionar, y cuando lo hizo, devolvió el beso con entusiasmo nada disimulado. Dejó de lado sus acciones, centrándose en mover sus labios contra los de Sakura mientras se acomodaba mejor sobre ella. Pasó las manos alrededor de su menuda cintura, apretándolos más si acaso es posible.
La temperatura de la habitación aumentó considerablemente. A Sakura le parecía realmente injusto, no se atrevió a tocar más allá de los hombros anchos, en cambio, los dedos de Sasuke recorrían sin tapujos ni pudor cada centímetro de su cuerpo, volviéndolo una tortura placentera. Robándome deliciosos jadeos que eran ahogados por la unión de sus labios.
Aún con la mente nublosa por su propio placer, Sakura buscó alguna alternativa. A pesar de disfrutar esta sensación, sabía que si cedía por completo sería incorrecto e imparcial de su parte. Sasuke estaba bajo el efecto de un afrodisíaco, y, siendo completamente sincera, no estaba lista para este repentino e importante acto.
Aunque si volvía a empujar a Sasuke, este se obligaría a cerrar sus meridianos para no forzarla a tales actos.
Entreabrió los ojos al sentir a Sasuke separar sus labios solamente para atacar a besos su cuello. Apenas ahogó un gemido largo entre sus labios rojos e hinchados y retorciéndose bajo su agarre. Una de las manos errantes de Sasuke se deslizó entre los pliegues de la única capa del kimono que traía puesto, entreteniéndose en tocar y pellizcar sus muslos desnudos.
Sakura no logró reprimir el gemido bajo que emergió de su garganta cuando Sasuke mordió suavemente su clavícula. Teniendo las manos hundidas en el cabello azabache, trató de controlarse ante la intensidad que Sasuke la sometía. Toda su cara ardía y su cuerpo se doblegaba ante él.
Cuando la otra mano la guio para alzar la otra pierna con la intención de rodear la cintura de Sasuke, entró en pavor por segunda vez.
Jadeando, Sakura agitó bruscamente la cabeza y se movió apresuradamente. Enganchó ambas piernas alrededor de la cintura de Sasuke y los giró a ambos quedando así ella a horcadas sobre él. Intentó, por todos los medios, no ser consciente de las reacciones físicas ajenas. Un esfuerzo inevitable. Sus cuerpos estaban juntos y la única barrera que impedía sentirlo a profundidad eran sus ropas.
Soltando una respiración entrecortada se concentró en mirar fijamente a Sasuke quién parecía ido, con la respiración pesada y los ojos inyectados en lujuria y placer mientras la observaba con toda intensión de volver a besarla.
Fue la batalla de miradas más intensa en la que jamás había participado.
Luchó por recuperar su voz entre respiraciones aceleradas y suspiros cortos, Sasuke delineaba su silueta por dónde pudiese. Él aprovechó la nueva posición para rodearla por la cintura y atraerla en busca de otro beso desenfrenado.
—Sasuke, uh- —tarareó en queja cuando Sasuke mordió su labio inferior.
Alejó paulatinamente el rostro y dio una mirada larga a la persona debajo de ella, sintiéndose repentinamente poderosa ante Sasuke incluso cuando los pliegues del kimono se deslizaron más allá de sus menudos hombros revelando parte de su clavícula y la iniciación de sus senos.
Él jamás miró más allá que su rostro con anhelo combinado en deseo, algo más profundo que emociones lascivas y abrasadoras mientras pasaba una de sus grandes manos delineando sus hombros. Entonces desvió los ojos allí, admirando en todo su esplendor la piel cremosa y parcialmente expuesta.
Sasuke acercó los labios depositando un beso en la clavícula marcada.
—Déjame sentirte... —murmuró él ronco. La otra mano libre desataba ágilmente el cinturón del kimono de Sakura.
A punto de desnudarla.
Súbitamente ella recuperó la poca conciencia que le quedaba, sobresaltándose. Aspiró temblorosa mientras apartaba la mano de Sasuke del cinturón flojo. Inmediatamente él hizo un sonido de protesta, infeliz de que le negaran saciarse de ella.
Esto, sin duda, es la mayor prueba de conciencia y control que Sakura jamás ha tenido en su vida. Ni siquiera sus arduos y letales entrenamientos la sometieron a una concentración total y descabellada. Nada superará la dificultad de no caer bajos los encantos de un hombre excitado y deseoso, y lo sentía entre sus muslos.
Negando con la cabeza sintiendo todo su cuerpo adolorido, utilizó la otra mano de impulso para separar únicamente sus torsos. Lo miró directamente a los ojos y dijo completamente seria: —Sabes que no podemos seguir así.
La expresión en el rostro de Sasuke reveló tanto descontento y tristeza al mismo tiempo, desviando la mirada haciendo el mohín más adorable qué la semidemonio jamás haya visto.
Se mordió el labio inferior conteniendo sus propias palabras. ¿Cómo puede él mostrarle esa expresión y no provocar emociones en ella? Apenas logró contener el suspiro cariñoso que escapó sus labios y procedió en alzar sus manos entrelazadas, dejando un corto beso en el interior de su muñeca.
La expresión de Sasuke se suavizó, como si la hubiese perdonado sin contemplaciones por negarse y juntó sus frentes. Así logró sentir que él aún ardía. Sus palmas estaban calientes mientras recorrían tentativamente sus muslos mientras tarareaba.
Por más lamentable que fuera, Sakura tuvo que poner la distancia. Ahora no sólo debía encontrar un método para tranquilizarlo a él, sino también a sí misma. Maldijo en voz baja todo lo que Sasuke provocaba en ella, y, oh, sí que sentía y mucho.
A tientas se incorporó alejándose de él, este movimiento provocó qué Sasuke entrará en su propio pánico y se apresurara a tomarle de la mano con fuerza.
—No me dejes —suplicó lastimero.
Impresionada por sus palabras, Sakura detuvo sus acciones. Lo miró por unos largos segundos antes de acercarse de nuevo y entrelazar los dedos, sonriéndole tenue mientras acariciaba su sedoso cabello azabache.
—No me iré a ningún lado.
Tales palabras lograron tranquilizarlo, los hombros se relajaron y ojos negros brillaron bajo la luz lunar filtrada por las puertas entreabiertas, dejando ver algunos copos de nieve cayendo del cielo acumulándose en el suelo.
La temperatura afuera era helada que congelaría los huesos si no tenías cuidado. En cambio, dentro de la habitación, ardía como el fuego más eterno que se haya tocado la tierra.
Finalmente, Sakura reaccionó al sentir a Sasuke apretar el agarre de sus manos. Correspondió devolviéndole el apretón mientras una idea magnifica emergía a toda prisa en su mente.
—Ven, acompáñame.
Llenar una tina de baño jamás le pareció una tarea tan difícil. Sobre todo, si alguien la abrazaba persistente por detrás mientras repartía besos por la curva de su cuello. Una prueba que ni el más mísero mortal tendría dificultades para superar.
Contó mentalmente, tratando de no ceder a sus propios impulsos en girarse y dejarse fundir contra las caricias sin tener límites. Ella era la única racional aquí, debía mantenerse estable y continuar con el plan que recreó en su mente.
Así que, con toda su fuerza de voluntad, trató de no reaccionar demasiado brusco cuando Sasuke divagaba con las manos por sus piernas debajo de su kimono o estrechando su cintura. Jugaba descarrilado con las orillas del cinturón con evidente intención, esperanzado a que le concedieran permiso.
Casi se ahoga con su respiración tras sentir una mano errante deslizarse por trasero. Contrario a las anteriores caricias, la sintió tan palpable e intencionada. Le dio un manotazo impulsivo.
—Aparta la mano de ahí —advirtió con firmeza.
Sasuke se lamentó como un perro pateado y herido. Sakura suspiró resignada a esta actitud.
Normalmente las personas afectadas por esta droga perdían los sentidos en los primeros minutos, en cambio, Sasuke se detenía parcialmente cuando lo amonestaba. En sí, se entretenía prestándole atención a ella como si fuera la persona más fascinante del mundo. Atribuyó esta reacción calmada al trabajo de autocontrol que él ha tenido sobre su mente y acciones durante prácticamente toda su vida.
Lanzó un agradecimiento silencioso al Sasuke racional, le facilitó en cierto modo su trabajo. No sabría que hacer tratando de controlar a un Sasuke violento. Ni siquiera podía comenzar a imaginárselo.
Al terminar de preparar el baño, colocó un talismán inverso sobre la superficie de la madera. Luego pidió a la única persona con acceso a energía espiritual que lo activara. Sasuke se apresuró a ser servicial y obediente sin darse cuenta que ese talismán completaba su plan maestro.
Inmediatamente Sasuke exigió una recompensa por su "arduo trabajo" y Sakura le dio un beso rápido en los labios antes de apartarse, no lo suficiente para soltarlo o Sasuke la acorralaría de nuevo. Trataría de evitar caer en otra sesión de besos apasionados de la cual no creería resistir a la tentación.
Le hizo quitarse todas las capas de kimonos que traía puesto, y dioses, debería ser un pecado tener a semejante hombre frente a ella y no poder dar un vistazo decente. Hasta ahora había visto parcialmente a Sasuke descubierto de la parte superior de su cuerpo. Entonces tenerlo ahora de frente, con la posibilidad de extender las manos y enmarcar cada abdominal tonificado y bíceps ejercitados, fue una prueba absoluta de cordura que ni ella misma conocía.
Se aclaró la garganta con fuerza.
—Vamos, entra —señaló a la tina.
Sasuke se quedó vestido únicamente con unos pantalones negros. Obstinadamente Sakura se dedicó a mirarlo al rostro. Lo instó una vez más, pero él se negó, jalándola para abrazarla. Esta vez, las manos de Sakura quedaron inevitablemente sobre sus pectorales y, sí, también esa parte del cuerpo estaba ardiendo. Sintió su excitación pegada a la cintura y enloqueció internamente.
Sonrojada a más no poder, evitó retorcerse y darle entrada, optando por la segunda opción para alejarlo: chantaje.
—Si entras ahora mismo, te dejaré besarme.
Parecía no ser suficiente, porque Sasuke enarcó una ceja, escéptico.
—... Con lengua.
Tampoco funcionó.
Sakura tuvo sospechosas.
—¿Quieres que entre contigo?
Esta vez, Sasuke parpadeó e inclinó la cabeza juntando resueltamente sus frentes. La diferencia de altura se acortó ante tal acción y los ojos rojo y verde de Sakura se entrecerraron nada impresionada. ¡Acaba de caer en la trampa de este hombre!
Tal naturaleza traviesa y persistente le recordó a Momo. Ciertamente dicen que las mascotas se parecen a sus dueños, en este caso, esa vena descarada y osada de Sasuke emergía sin precedentes.
Suspirando, aceptó sabiendo que sufriría las consecuencias.
Felizmente Sasuke la soltó y se metió a la tina, sentándose hasta recargar la espalda mientras extendía un brazo, invitándola sin palabras a que lo acompañase.
Tal imagen frente a ella, Sasuke sentado en medio del agua fría y mechones húmedos, gotas deslizándose exquisitamente por su amplio torso, eran la realización de los sueños más eróticos que podría tener.
Sakura únicamente traía esta capa de kimono, entonces si se lo quitaba quedaría completamente desnuda. ¡Ni estando loca lo haría! Así que, sabiendo que luego tendría que cambiarse, metió a tientas un pie en el agua estremeciéndose por completo.
Este era la parte importante del plan: sumergirse en agua helada. Si no fuera suficiente la nevada del exterior, bajar el calor del cuerpo de Sasuke de esta forma sería eficiente... en cierto modo.
¿Es en serio? Se preguntó histérica al ver que Sasuke no parecía afectarle, seguramente se debió a su temperatura anormalmente alta de su cuerpo. En cambio, Sakura se arrepintió de esto apenas se sumergió por completo apenas conteniendo un escalofrío. Le bastaba con toalla frías, no exponerse por completo.
Ni siquiera alcanzó a encontrar una posición adecuada, inmediatamente Sasuke la instó a sus brazos abrazándola por detrás. Cada vez más resignaba a ser manipulada como una muñeca, terminó cediendo bajo sus caprichos.
Sakura se dejó ser apoyando por completo la espalda en el fornido pecho y mirar al frente tratando de no divagar demasiado en sus pensamientos carnales y lascivos. Se preguntó, no por primera vez, si estaba volviéndose loca.
O más bien, lo hará si Sasuke no deja de tocarla tan íntimamente, delineando el contorno de su cuerpo. Y ahora una de las manos masculinas se deslizó traviesamente por el abdomen hasta alcanzar su seno derecho. Apenas tuvo tiempo de reaccionar en quejarse cuando sintió un apretón sutil y experimental, arrancándole un jadeó de impresión combinado con placer.
Era la primera vez que la tocan así que permaneció estupefacta, sin saber exactamente cómo reaccionar. Retrocedió, apegándose a él soltando un sonido indescifrable tratando de retomar toda voluntad, ¡una misión casi imposible si Sasuke no contribuía en absoluto!
—Mmn... —tarareó roncamente Sasuke en su oreja mientras deslizaba los dedos por la abertura de la tela a la altura de su pecho, con evidentes intenciones.
El aliento caliente la aturdió por unos segundos sintiendo las yemas frías y dedos callosos. Bajó la cabeza, mareada y extasiada.
—Sakura.
Tras escuchar su nombre recobró repentinamente la compostura. En otro ataque de impulsividad, Sakura le dio un manotazo mientras se sonrojaba furiosamente por el manojo de emociones y sensaciones que la carcomían. ¡Y lo peor es que no podía dejarse llevar por completo!
Enojada con ambos (él por provocarla y ella por casi ceder) le dio una mirada de reprimenda total sobre el hombro.
—Aleja tu mano.
Sasuke le mostró un mohín, como si fuera un niño al que le negaron un dulce y Sakura apartó bruscamente la mirada ocupada en regañarse a sí misma.
Demonios, ¡casi cede!
Una mano errante sobre el otro seno y otro manotazo resuelto al joven insolente.
—No toques.
Se escuchó otro golpe un segundo después.
—Sasuke ¿quieres poner a prueba mi paciencia?
Silencio.
Entonces un tercer manotazo.
—¡Arg! ¡Si insistes en tocar me iré!
Ante la palabra "ir" Sasuke quedó estático y luego comenzó a negar frenético con la cabeza alejando las manos para abrazándola por los hombros, el miedo en sus ojos fue tan palpable que estremeció por completo a Sakura, y no por el placer.
—No volveré a tocarte así, pero no me dejes —pidió él lastimero, todo su semblante revelaba un profundo sufrimiento cual escondió enterrando urgentemente el rostro en la curva de su cuello.
Este comportamiento, notó Sakura, parecía ser una señal. Antes Sasuke suplicó que no lo dejara y la retuvo como pudo, ahora temiendo qué se marchara cedió obediente a su advertencia.
Tarareó impresionada, aunque no por mucho tiempo. Lo sintió temblar ligeramente y de nuevo su energía espiritual empezó a moverse. Le dio jaqueca. Entonces Sasuke relacionaba el "no tocar" como un absoluto "no". Y, en su lógica actual creía que el ponerse a sí mismo inconsciente sería un definitivo a no agredirla.
Ah, este hombre y sus pocos sentidos de autoconservación lo siguen incluso drogado. Si dejaba que cerrar los meridianos ahora resultaría en el fracaso y se heriría a sí mismo. De nada serviría el arduo trabajo en mantenerlo bajo control.
Si acaso era posible sonrojarse hasta la médula, lo habría conseguido.
Resueltamente agarró una de las manos de Sasuke y la colocó sobre su cintura. Los dedos contrarios se aprensaron al contorno, los ojos de Sakura permanecieron en el agarre y sonrió ligeramente al darle un vistazo a él que la miraba con los ojos ligeramente abiertos y asustados.
—Puedes tocar aquí y aquí.
La otra mano la colocó sobre su muslo.
Sasuke la miraba con ojos entrecerrados pareciendo considerar si se trataba de un engaño, al dictaminar que le concedieron permiso, le besó tiernamente su mejilla. Algo cálido y suave recorrió el corazón de Sakura por el gesto delicado, dejándola en un mundo aparte en el que solamente se permitía sentir sin restricciones.
Ahora quizás no era el momento adecuado, pero no dirá jamás que lo disfrutó de los mimos.
El agua se enfrío más con el pasar de ¿minutos? ¿horas? No lo sabía. Sakura comenzó a sentir frío ligero ante la exposición prolongada. Al tercer movimiento, Sasuke se levantó repentinamente tomándola en brazos. El agua chapoteó y escurrió por su cuerpo. Ella dejó escapar un chillido aferrándose a lo único que tuvo a su alcance: los hombros anchos, desnudos y húmedos de Sasuke.
—¡No seas tan presumido! —se quejó con un puchero y el aludido soltó una risa ronca plagada de diversión.
Algo cálido explotó dentro del pecho de Sakura tras escucharlo y ver las esquinas de sus ojos arrugarse dulcemente ante una sonrisa, este era parte del verdadero hombre del que se enamoró perdidamente. De aquel que no le importa su procedencia ni habilidades, de quién la deseaba profundamente detrás de toda esa expresión estoica y seria.
Sonriendo secretamente, enterró el rostro en el hombro cálido del joven azabache, tratando de contener su propio amor y devoción por él que seguramente asustaría por tal intensidad.
Si Sasuke en su estado racional es terco, esta versión lo es aún más.
Una vez bajado parcialmente la excitación de Sasuke, se vistieron con ropas abrigadoras. Decir que cada quién se vistió con su conjunto personal es ambicionar demasiado. Claramente Sasuke no dejaría que cometiera tal crimen como no vestirse con algo que él escogiera (¿por qué no lo pensó antes?).
Apenas Sakura salió con una bata interior seca y encima otra "decente" con la idea de poner más distancia entre los toques, Sasuke la acorraló en su habitación trayendo consigo un par de telas extras que tenían los estampados del símbolo Uchiha impregnadas en ellas, evidenciando a quién pertenecían.
Les dirigió una mirada larga y luego al joven azabache.
—¿Qué pretendes?
Incluso la pregunta le pareció estúpida. Por supuesto, si él ya estaba vestido ¿para quién más sería?
Con toda la paciencia del mundo permitió que la vistieran. Las telas eran más grandes de lo habitual y no tan inesperado contando la altura del Cazador y sus hombros anchos y fuertes. Y por más que intentó disuadirlo de que no eran necesarios, él dijo un parco:
—Hace frío.
Y la envolvió en dos cálidas capas aprovechando la oportunidad para abrazarla tiernamente. A pesar de sus insistentes toques anteriores plagados de intenciones, no se perdió la novedad de ser tratada así por él. Normalmente Sasuke era caballeroso y respetuoso con su espacio, después del primer beso incluso sus toques eran reverentes y dulces. Ahora, aunque estuviera bajo los efectos de una droga, seguía actuando como parte de él que ocultaba en lo profundo de su corazón.
Una pizca maliciosa emergió en sus ojos mientras veía a Sasuke amarrarle el cinturón un poco renuente y resignado.
Conque estos son tus deseos más profundos, ¿eh, cariño?
Nadie podía culparla si utiliza este material para intimidar al Cazador cuando regrese a la racionalidad. Tampoco se percató del apelativo que utilizó en su mente hasta muchos minutos después, dejándola completamente anonadada.
Sasuke volvió a besarla, primero suave y tranquilo, como si tocara los pétalos delicados de una flor. Sakura sonrió para sí ante la comparación y devolvió el beso, olvidó por un instante su misión de no provocarlo y pronto se encontró siendo arrastrada a la cama. La intensidad del beso se elevó, y se maldijo en su mente por ceder nuevamente.
Divagaba entre esos pensamientos de cómo zafarse de la situación cuando una voz sutil emergió desde lejos a medio grito: —¿Señorita Sakura? ¿Joven Sasuke? He traído a la Sanadora Tsunade.
¡Tan oportuna es la llegada de Madam Hikoro!
Inmediatamente Sasuke se alejó dando un vistazo evaluativo a la puerta. Estimando si debería atender al llamado o continuar colmando a Sakura con besos.
La parte irracional de la joven pelirrosa prefería lo segunda. Lamentablemente, debía apelar a su lado racional.
—No hay peligro, es Madan Hikoro.
—Mamá —murmuró Sasuke, asintiendo como si entendiera por completo.
Provocó un parpadeó silencioso en Sakura, impresionada por el uso de ese apelativo. Igual demostró con acción al soltarla que reconocía a la mujer mayor inofensiva y digna de confianza.
Archivó esta interacción en el fondo de su mente para más tarde y se apresuró a la sala con Sasuke siguiéndola como una sombra persistente y sobreprotectora.
En la sala común Tsunade parecía ansiosa mientras observaba el pasillo con ojos pesados y oscuros. Cuando los vio emerger de una habitación con sus cabellos húmedos y ropa cómoda, su mirada se hizo más aterradora.
Ignorando su reacción, Sakura se paró frente a ambas mujer erguida y barbilla alzada... con la diferencia que tenía a Sasuke literalmente pegada a ella, pasando un brazo por su cintura y mirándolas con el ceño ligeramente fruncido, como si las desafiara abiertamente en que dijeran alguna palabra en contra a la cercanía mostrada.
—Repliqué un té que ayudará a la situación de Sasuke —expresó primero Tsunade carraspeando mientras extendía un paquete a Sakura.
Asintiendo en agradecimiento, Sakura lo tomó entre sus manos examinando el producto. Desprendía un aroma agradable y suave, con solamente olfatearlo por encima ya se sentía a gusto y tranquila.
—Gracias. La dosis que consumió fue demasiada y sus efectos son fuertes.
—Preparé el té. —Madam Hikoro se adelantó agarrando la bolsa entre sus manos y se alejó un poco en busca de la tetera.
Esto dejó a Tsunade y Sakura frente a frente, mirándose fijamente. Por su parte, Sasuke parecía entretenido observando las acciones de Madam Hikoro. Así que Tsunade aprovechó este momento para interrogarla.
—Shino dijo que es un afrodisíaco.
—Eh —afirmó a tientas Sakura sospechando el curso de esta conversación.
—Jamás había escuchado de esta droga en particular —continúo Tsunade, un poco intrigada a que la joven pelirrosa supiera—. ¿De dónde proviene?
—Lo desconozco. —Fue sincera al respecto—. Lo único que sé, es que esta droga la utilizan en los burdeles más finos. Sus efectos son corrosivos y letales, después de mucho consumo afecta la mente de las personas dejándolas trastornadas e irracionales sometidas por las ilusiones. Quedando peores que unos animales salvajes.
Esto último no evitó decirlo con palabras bruscas y despreciables, revelando tanto odio y asco que sentía por dichas personificaciones que eran la peor inmundicia que hay en el mundo. Cedían voluntariamente a consumir la droga cayendo bajo su propio placer.
—Sabes mucho de esta droga —comentó ociosamente la sanadora. Si lo dijo para saber más o no, Sakura no le tomó importancia. De todas formas, siguió hablando en un ataque de honestidad y debilidad frente a estas dos mujeres presentes en la habitación.
Quizás fue la atmosfera de la habitación o las miradas transparentes de ambas mujeres al verla con su heterocromía. Apostaba que su ojo rojo brillaba en carmín intenso coordinado con sus emociones; ninguna hizo algún gesto de renuencia y la miraron directamente a los ojos.
Lo que fuera, no pensó demasiado la exposición de verdades que arrojó sobre la mesa. Sobre todo, si esto explicaba su propia postura. Además ¿qué peligro representarían ambas mujeres que tienen la confianza de Sasuke?
—Cuando era niña trabajé como sirvienta en un burdel. Allí vi situaciones que jamás desearía haber presenciado —dijo aparentando un poco de indiferencia, y luego añadió con cierto acero en su voz—: También en varias ocasiones tuve que esconderme por días evitando ser arrastrada a los callejones y terminar violada por las mismas personas que consumían esta droga.
Tal confesión no era sencilla. Decir que la trataron peor que una esclava al punto de huir consecutivamente, no era fácil de confesar. Reveló parte de su pasado que pudieran usar en su contra. Su desagrado por esta droga y dichas personas desenfrenadas era tan palpable, llegando al punto de asesinar indirectamente a unos criminales que violaron a unas jóvenes inocentes y sin culpa alguna.
No se arrepintió y jamás lo hará. Orgullosamente dirá que se manchó la conciencia al quitarle la vida a tales inmundicias. Eliminó a la peor basura y le hizo un favor a la sociedad. Irónicamente invirtió los papeles a tales personas.
Le arrebataron esos pensamientos negruzcos al sentir una cálida y protectora mano aferrarse a ella en otro abrazo mientras un beso tierno y reverente era depositado en su coronilla. Alguien detrás vibraba en dolor y agonía, murmurando apenas audible y lleno de culpabilidad.
—Lo siento.
Dos palabras que encerraban muchas lamentaciones y significados, del pesar sobre su pasado y las circunstancias que enfrentó sin una pizca de compasión, hasta la condición actual de Sasuke sometido a contra de su voluntad a esta droga.
Aunque hay una diferencia.
Sakura no duda que si otra persona le hubiese intentando tocar como Sasuke lo hizo antes, habría terminado no solamente sin una mano, activamente sin todo el brazo y su hombría. No tendría repararos en dejarlo desfigurado y sin descendencia activa por el resto de su existencia, incluso atormentándolo después de la muerte.
Quien tiene el único privilegio de poner las manos sobre ella, es y siempre será Uchiha Sasuke. El mismo hombre que luchó contra sus propios impulsos carnales cuando pidió que se detuviera, llegando al extremo provocándose a voluntad caer en inconsciencia y evitar tocarla. Arriesgando su propia integridad con tal de obedecer sus peticiones.
A Sakura le quedó muy claro tal perspectiva: era irrelevante el estado en que se encontrará Sasuke, jamás le hará daño de cualquier forma, llegando al punto de sacrificarse a sí mismo.
La dejó con un sentimiento más amoroso y cálido creciendo en su pecho, tan abrasador que le atacaron unas irremediables ganas de besarlo profundamente.
—No es tu culpa —le aseguró acariciándole la mejilla con dulzura. Evitó añadir un molesto "la culpa es de esa sacerdotisa malvada".
Tal escena a ojos de extraños parecía muy íntima, y Tsunade como sanadora que era, no tardó en interrumpir sin tapujos.
—Me disculparás por mi franqueza, pero es evidente que ambos están enfrascados en alguna relación.
—Estamos juntos —afirmó de pronto el joven Cazador, como si no hubiese otra verdad o aceptara otra realidad.
Esto, a su vez, provocó que una sonrisa radiante explotara en el rostro de Sakura, no molestándose en absoluto en ocultarlo ante las dos mujeres. Un sonrojo adorable cubrió sus mejillas mientras parecía repetir en su mente aquellas dos palabras con vehemencia, feliz de tener algo con qué definir esto delicado y suave que construían ambos.
Ellos.
Ambos.
Juntos.
Si no fuera porqué estaba aturdida (y el hecho constante de recordarse no provocar al Cazador Uchiha) ya habría saltado a sus brazos y besado todo su rostro.
—Entonces, es mi deber darte esto. —Del interior de su manga, Tsunade sacó otra bolsita cual entregó a Sakura con aires profesionales causándole curiosidad a la susodicha, que estiró la mano libre para tomar lo ofrecido.
—¿Uh? ¿Qué es?
—Un té anticonceptivo.
La bolsita cayó al suelo tras escurrirse de las manos de Sakura. Abriendo la boca en una perfecta "o" en total estupefacción, preguntándose si escuchó mal. Sasuke, con la barbilla en su hombro, enarcó una ceja intrigante en dirección a Tsunade. Todo esto sin soltarse entre sí.
Entonces Sakura lanzó una carcajada plagada de diversión, retorciéndose al punto de doblarse y agarrarse el estómago con ambas manos. Con la práctica de un hombre dedicado y conciso, Sasuke la sostuvo en brazos cuidando que no cayera.
—¿Qué te causa tanta risa? —preguntó malhumorada Tsunade.
—¡La situación! ¡Ah, por los Cielos! ¡Es tan hilarante! —se rio unos buenos minutos más, enderezándose apenas mientras lágrimas escurrían por sus mejillas sonrojadas dando palmaditas a los brazos que la rodeaban—. Agradezco su preocupación, mas no es necesario.
—Lo creerás innecesario a menos que desees darle un hijo ahora a Sasuke antes que se comprometan —espetó fríamente la Sanadora.
Sakura lanzó otra risa.
—No sé por qué tengo la sensación que parezco la culpable aquí, ¡es a mí a quién le roban la inocencia!
—Nadie la culpa, señorita Sakura —intervino Madam Hikoro con ojos gentiles y amorosos, traía consigo una bandeja con el té listo—. Pero ciertamente un bebé no sería oportuno en este momento.
¡No, no, no! ¡Sakura estallará de la risa! Y, sospechosamente, un indicio de sonrisa divertida se instaló en los labios del Cazador Uchiha pensando lo mismo.
Afortunadamente la semidemonio supo controlarse, y entre risas dispersas, confesó sin pudor: —Ambas deberían tranquilizarse. No tuvimos sexo y nadie tendrá un bebé. Aún.
—¿Aún? —Tsunade casi se ahoga con su histeria.
Sakura agitó su mano en un gesto amplio, detrás suyo, Sasuke bufó por debajo y escondió el rostro en el hueco de su cuello como si no pudiera presenciar el rostro de ambas mujeres mayores sin verse regocijado.
—Palabras más, palabras menos ¿a quién le importa? —respondió ella recogiendo la bolsita y guardándola en el interior del pliegue de su kimono. Se obligó a no pensar en qué situación lo utilizará en el futuro—. De todas formas, agradezco su preocupación. Les aseguro que serán las primeras en saber si espero un bebé.
—¿¡Cómo puedes bromear con algo así!? —finalmente explotó Tsunade.
Encogiéndose de hombros Sakura le ofreció una sonrisa enigmática mientras guiaba la taza con té a los labios obedientes del joven azabache. Él no dudó en ningún momento en ceder, esperando a ser recompensado al terminar.
—No se estrese así. Nadie tendrá un hijo —habló sin mirarlas, sus ojos disparates siempre posados en Sasuke tras alejarle la taza y acariciarle tiernamente la mejilla, dejando una marca duradera de un pacto personal—, me niego en traer al mundo a mi progenie sabiendo que sufrirá abusos de la sociedad por tener parte demonio. Soy cruel, pero no tanto para torturar a una criatura inocente sometiéndola al mismo sufrimiento que yo viví.
Tales palabras, por más crudas que sonaran, eran verdad para ella. Desde que tuvo conciencia de su propia procedencia estuvo un poco resentida con su padre. Luego aprendió a hacer las paces con el asunto y vivir plenamente como pudiese aceptando el hecho en sí.
Con el pasar el tiempo se dijo que trataría no seguir el mismo camino que su padre. Al final, tampoco entendió sus motivaciones que la llevaron a procrearla y después dejarla a su suerte por años.
Sin embargo, mientras más veía a Sasuke y lo conocía, crecía ese anhelo día con día de tenerlo cerca, compartir su tiempo y vida, enamorándose cada vez más. Solamente así creyó conocer el motivo por el cual su padre decidió procrear descendencia aun sabiendo qué le heredaría al final de sus días.
El motivo, tan abstracto y poderoso.
Amor.
Un profundo y corrosivo amor por su madre.
Y, sospechosamente, Sakura caía en el mismo sentimiento abismal que echaba raíces intensas y profundas en su corazón, gritando cada instante por el afecto y correspondencia a Sasuke sin importar las consecuencias.
Notas del autor:
Dejen aquí sus "dfjkldkfjldksndvnlk" porque colapsamos.
Yo lo sé. En mi defensa, sólo recuerden que no escribo lemon y prometí traerles lime en algún momento, así que, ¡tomen su dosis después de tantos capítulos!
-gritos internos-
En fin, por si no quedó tan claro por las muchas emociones del capítulo, Mikoto dio esa droga a Hinata con el plan maqueavelico de que ambos fueran afectados. Bajo ilusiones Sasuke cedería, o eso cree ella porque nuestro controlado y refinado Sasuke supo controlarse y no caer bajo ilusiones, pero sí se dejó llevar al ver que la verdadera Sakura se quedó con él. Es por eso que actúo tan desenfrenado en sus caricias y en su propia lógica respondía conciso.
Por otro lado, los AVISOS
Como ven, estamos en el capítulo 48 y todavía nos queda trama. La planificación de este fic, según mi estimación, todavía viene varios capítulos porque sí, todavía hay mucha trama de fondo a resolverse y se hará, a su debido tiempo. No quiero apresurarme y cerrar el fin abruptamente por la cantidad de capítulos que está llevando (por esa misma razón, Descendientes de Sol sigue actualizandose lentamente, no quiero ser apresurada y no plasmar todo lo que tengo planeado por las prisas).
Entonces, el aviso en sí: este fic será largo (estimación de unos 20 caps más). Sólo tomenlo en cuenta y calma :) espero el próximo año culminarlo.
Agradezco mucho todas sus lecturas y comentario, me animan a continuar, y si les intimidó saber que este fic será largo, LES PIDO PERDÓN DE LA ÚNICA FORMA QUE SÉEEEEE *llora*
En fin, ¡sé que vendrán cosas más intrigantes!
Segundo aviso: Eterno Equinoccio entrará en descanso después de esta avalancha de actualizaciones, así que tomen este cap como su regalo de navidad muy adelantado (en caso que no alcance a actualizar nada lo que resta del año).
No sé, quizás venga con alguna otra actualización de DDS o LA.
¡Nos leemos después!
Alela-chan fuera.
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