/41/ Más de ti

¡Hola, hola! (no recuerdo de cuanto es mi ausencia, ¡estoy pérdida con los días!).

El título puede ser engañoso, pero ¡eh! De verdad, veamos que tal se navegan estos tortolitos en este cap :)

¡Disfruten!

-Perdonen si ven faltas de ortografía o dedazos, estoy funcionando con pocas horas de sueño, gripa, rezagos de calentura y desvelo por la universidad y el trabajo en conjunto- 

—De acuerdo, no hay nada más que discutir. —Ryu se encogió de hombros—. Te quedarás atrás.

—¡Maestro! Es peligroso que Sakura permanezca aquí sola. —Kiba se quejó miserablemente. Ojos suplicantes parecían desbordar un ligero reproche—. ¡Me quedaré con mi hermana!

—No, tú vienes conmigo. Necesito entregarte a Sasori si no quiero problemas.

—¡Pero tú eres el maestro, nadie puede decirte nada!

—Y Sasori es tu hermano mayor, no lo preocupemos más.

Las voces de Ryu y Kiba si bien no son ruidosas, tampoco fueron precisamente bajas. En la sala común, a plena tarde, reunidos yacían ambos junto a Hiruzen y Sakura. Debatían un asunto en particular: Ryu partiría por la mañana llevándose consigo únicamente a Hiruzen y Kiba de regreso, dejando atrás a su primera discípula.

Y todo inicio a las palabras de Sakura.

—No pienso irme hasta asegurarme que Sasuke haya aceptado su estado actual, cuidaré de él por unos días. —Cuando lo dijo, no dio entrada a refutaciones ni quejas. Y luego añadió sonriendo tan vivaz—. Además, Tsunade me dictó otros días de reposo, y fuiste tú, maestro, quién dijo que debía acatar sus órdenes al pie de la letra.

La astucia de Sakura detuvo a Ryu, sin argumentos sólidos a contradecirle. Y tampoco se vio con intenciones de hacerlo, por lo que confundió a Haruno al instante.

—Dejaré que regreses por tu cuenta —dijo Ryu entonces—, no debe ser más de unos días.

Ryu hablaba de una forma única con sus discípulos, no eran comentarios ni consideraciones. Ryu tiene una peculiar forma de comandar, si decía "No debe ser más de unos días" es porqué ordenó implícitamente que así fuera. Los tres presentes en la habitación estaban acostumbrados a su manera peculiar de ordenar, así que Sakura aceptó en silencio.

Ryu continuó severo: —Asegúrate de cuidarlo bien, no quiero fallos.

Ella le devolvió el gesto de las cejas. No pasó por alto la dedicación de su maestro con Sasuke, dígase hacerle bromas, reírse cual maniático en potencia y actuar de forma infantil (no precisamente en ese orden). Entrecerrando los ojos, apoyó su peso en una pierna y cruzó los brazos, sin miramiento, soltó la pregunta que surgió en su mente.

Rascándose ociosamente el costado de su cintura, allí dónde termina la herida en su espalda en proceso de sanación, intentó verse relajada al preguntar: —Es mi imaginación o... ¿tratas amablemente a Sasuke?

Ryu tiene una extraña tendencias de no responder directamente las preguntas. Dándole vueltas a la respuesta, pero no habla tonterías, cada palabra es elegida con cuidado. Normalmente Sakura se rebanaría los sesos al intentar hallar coherencia y significado, un arte que ya está acostumbrada.

Por ello, cuando Ryu no lo negó, en cambio, le lanzó una mirada cuyas palabras tatuadas parecían decir: "¿Por qué haces una pregunta tan estúpida?", es perfectamente entendible que Sakura casi haya tosido.

—Es un joven especial.

—Lo sé —rebatió ella recobrando la compostura. No se sobresaltó al sentir a Momo removerse en los pliegues de su kimono, allí se escondió apenas vio la oportunidad. Ociosamente le acarició su cabecita peluda—. Pero no puedo evitar preguntarme, ¿lo ayudas a cambio de alguna retribución?

De las tantas cosas que ha aprendido de su maestro es que su ayuda mayormente viene condicionada. Ya sea por un trueque de información, alimentos o dinero; no es que se quejado porque al final todo esto va a parar a manos de la aldea de semidemonios, o en ocasiones, los pueblos olvidados y remotos que suele ayudar con tónicos y medicinas.

Que le tendiera la mano a un Cazador es extraño e inusual.

Ryu emitió un quejido, haciendo un drama: —Piensas tan mal de este venerable maestro cuando por fin encontró al hombre perfecto para ti.

A Sakura le costó unos vergonzosos segundos procesar el significado detrás de sus palabras hasta soltar un estupefacto: —¿Qué?

Inclusive Hiruzen boqueó tan impresionado por semejante declaración y Kiba asintió frenéticamente demostrando su aceptación: —¡Lo es!

Tanto fue el shock, que Sakura no reaccionó en absoluto a las declaraciones de su hermano menor, en cambio, miró a su maestro con una creciente sensación de ahogamiento en su pecho.

Él ignoró aquella mirada, dando vueltas sobre sus propios pies mientras divagaba en voz alta, un entusiasmo genuino rara vez mostrada en asuntos ajenos a otras personas que no fueran sus discípulos o la aldea de semidemonios.

—El chico Uchiha es apropiado para ti, es leal y fuerte. Ni siquiera pestañó cuando la energía resentida lo rodeó, y no olvidemos que es un caballero honrado —replicó bastante satisfecho para desconcierto de Hiruzen, diversión de Kiba y horror de Sakura. Girándose a ella con avidez, la apuntó con un dedo mientras decía—. Aquí mi consejo de vida: no dejes que nadie te lo quite.

Aquellas palabras lograron sacarla de su aturdimiento, agitó las manos al frente junto a su cabeza como un sonajero, antes de sonrojarse furiosamente. Dio un pisotón mientras exclamaba-susurraba: —¡Él no es un objeto!

—Tienes razón, es indigno tal pensamiento. —Ryu compuso un semblante totalmente serio—. Quizás primero deberíamos trabajar en su relación. Haz tu mejor esfuerzo y evita discutir con el líder Uchiha o jamás concederá permiso para una boda. Aunque siempre está la opción de fugarse, ya hay precedentes.

—D-Detente allí mismo, maestro. —Sakura casi tropezó con sus propias palabras, cubriéndose el rostro con una mano y gimiendo tan bajo—. ¡Prácticamente me estás entregando en bandeja de plata!

Jamás, nunca, ni recónditamente consideró que Ryu tuviera estos pensamientos tan descabellados de una relación entre Sasuke y ella. Al contrario, ¡consideró que se opondría a su cercanía! Por tanto, no entendía el repentino interés de su maestro por su nula vida amorosa, pero no comenzará a saciar sus expectativas ahora.

—No, tú solita te entregaste —rectificó ofendido—. Acepta las consecuencias tus acciones.

—Él y yo no somos nada —gruñó Sakura.

—No estás hablando en serio.

—Lo hago.

Ryu la miró por unos largos segundos, antes de dar la media vuelta y caminar al pasillo.

—Bueno, eso se puede arreglar ahora mismo...

—¡Maestro, no! —Corrió a tomarlo del brazo.

Sumándose al ataque, Momo salió de sus kimonos con un graznido mientras se abalanzaba por su brazo con agilidad, y lanzó un par de nueces en la cabeza de Ryu logrando detener brevemente su avance.

Ryu se llevó las manos a su nuca, estupefacto. Y se giró bruscamente sobre sus pies, enfrentándose cara a cara con el hurón blanco que se burlaba de él.

Sus dientes rechinaron.

—¿Qué demonios! ¿¡Por qué me ataca ese hurón!?

—Está defendiéndome, ¡cosa que tú no haces!

—Es por tu bien.

—¡Por mi bien mi trasero!

—¡Que boca tan grosera tienes! ¡Dejemos en claro yo no te enseñé ese vocabulario tan vulgar!

—¡Claro que lo hiciste!

No mostrándose interesados en intervenir, Kiba y Hiruzen intercambiaron una mirada rápida sabiendo que debían esperar a que maestro y discípula se cansaran de reprocharse entre sí.

Lo cual, por experiencia, podía tomarse el resto del día.

Afortunadamente no duró más de unos minutos. Kiba desvió la vista justo a tiempo para presenciar al joven maestro de este pabellón emerger desde uno de los pasillos laterales.

—¡Hermano rico, por fin apareces! —llamó bastante alto Kiba adrede.

Sasuke parpadeó, desconcertado por su efusividad, luego dirigió su vista a la singular escena de Sakura jalando las mangas anchas y oscuras de Ryu, quién alzaba los brazos y replicaba con gestos; y, por si fuera poco, Momo mordiendo desesperado los cabellos rojizos del Inmortal.

Al escuchar a Kiba, ambas personas y animal se congelaron en esa posición ridícula virando al unísono al azabache.

—¡Sasuke!

Sakura soltó las mangas de Ryu aclarándose la garganta luchando que su sonrojo no fuera evidente. Y Momo emitió un graznido divertido antes de ocultarse nuevamente en el interior de su kimono rojo evitando el regaño de su amo.

—Disculpa los gritos, no queremos perturbar tu descanso —expresó ella avergonzada.

Toda la mañana el semblante de Sasuke trajo viejas memorias de hace años, cuando se conocieron él portaba una fría capa de serenidad y cordialidad, no permitiendo expresar del todo sus emociones. En el presente, a Sakura le entristeció que estos acontecimientos lo obligaran a cerrarse en sí mismo.

Por eso, al ser receptora de la fina y suave sonrisa de esos labios finos, su corazón dio un vuelco y sus ánimos aumentaron. Si acaso tuviera orejas y cola física, esta se movería entusiasmada por la atención recibida.

—No lo hacen —aseguró él. Postura recta como un pino y hombros firmes cubiertos por un nuevo conjunto de kimonos oscuros elegantes, ropas que utilizaba habitualmente y Kusanagi colgando a un costado de su cintura. Alzó una de sus manos señalando a su alrededor ambiguamente—. Siéntanse libres de expresase todo lo que quieran, protegí todo el Pabellón con talismanes silenciadores no corren riesgo a ser escuchados.

Kiba soltó un suspiro de alivio.

—Menos mal, ya me estaba preocupando que toda la información se haya infiltrado —divagó el peli café.

—Eres muy precavido —comentó Ryu alisándose la manga que Sakura arrugó con su agarre.

El aludido enarcó una ceja a su dirección.

—Supuse que no quería ventilar del todo su presencia.

—Supones bien —felicitó Ryu condescendiente.

Durante la conversación, Haruno se había acercado lo suficiente al Cazador para jalar de su manga, pidiendo silenciosamente su atención. Casi de inmediato, Sasuke le brindó esa consideración que busca, con una muda pregunta situándose en sus ónix oscuros y atrayentes.

Sakura resistió el impulso de tomarlo por las mejillas y observar detenidamente si acaso sus iris eran obsidiana o negro como el carbón.

—¿Irás a alguna parte? —cuestionó en lugar de poner en acciones sus pensamientos.

—Atenderé mis deberes.

—¡Deberías descansar como los demás!

—Es mejor si atiende sus asuntos antes de ser tratado por mí —interrumpió Ryu, rascándose la nuca despreocupadamente—. Después necesitará un día de reposo absoluto. Tenemos que crear una buena excusa.

—¡Podríamos armar un revuelto para llamar la atención! —sugirió alegremente Kiba frotándose las manos entre sí, viéndose altamente motivado en pensar ejecutar algunas travesuras.

—Nada de revueltos, somos invitados aquí —le riñó Hiruzen dándole un jalón de orejas. Kiba chilló indignado.

—Seamos discretos. Haz tu rutina diaria, si dices que te sientes cansado, enviarán a Tsunade. Ella será nuestra cuartada —concluyó alegremente Ryu.

Sasuke escuchó en silencio sus sugerencias, asintiendo al final en total de acuerdo.

Junto a él, Sakura torció los labios, un poco desanimada. Si él se iba, se quedará encerrada en el Pabellón aburriéndose como una hostia. Pero no podía hacer nada al respecto, como dijo su abuelo: este es el hogar de Sasuke, y ellos que son semidemonios seguramente no tienen permitido deambular por ahí.

Con ese pesado pensamiento se soltó del Cazador y retrocedió unos pasos, dispuesta a dejarlo ir. Cabeza ladeada y labios en puchero, así permaneció hasta que volvió a sus sentidos cuando Sasuke preguntó de la forma más casual posible:

—¿Quieres venir conmigo, Sakura?

—¿Eh? —Ella parpadeó, sorprendida por sus palabras—. ¿Se me tiene permitido?

La frente de Uchiha se arrugó ante su pregunta.

—Por supuesto. Todos son libres de salir cuando quieran —aclaró extendiendo sus palabras a los demás, viéndose confundido de aquellas suposiciones.

La evidente alegría de Kiba desbordó, exclamando de júbilo.

—¿De verdad, hermano rico? ¡Pensé que nos tenían prohibido andar a nuestras anchas!

—Son invitados, no prisioneros —sentenció sin lugar a discusiones el Cazador, virándose a Kiba completamente—. Sólo ten en cuenta que están dentro de un Clan Cazador de demonios, me sentiré tranquilo por ustedes si permites que Konohamaru te escolte.

—¿Por qué siempre eres tan formal hablando? —Kiba se quejó cual niño pequeño, pareciendo reclamos de los gemelos Rocky y Lee, dando un largo paso hasta Sasuke y pasar un brazo por sus hombros. Un golpecito amistoso aterrizó en el torso contrario—. Aceptaré cualquier condición, ¡además, ese niño es agradable!

—Lo enviaré en cuánto antes. Inmortal...

—¡Ajem! —carraspeó Ryu interrumpiendo deliberadamente a Sasuke, ojos críticos se clavaron en el joven azabache que se quedó mudo por unos breves segundos.

Secretamente, Sakura se divirtió cuándo una ligera e inexpresiva mueca de pánico inundó las facciones del azabache. Para cualquiera, solamente vería una mirada irreflexiva y seca, para ella, parecía rayando el horror y resignación muda.

—...Maestro Ryu.

—¡Mucho mejor! Aprendes rápido.

—...

(Si Sasuke decidió, de verdad, ignorar su propio bochorno, no será asunto de nadie más que el de él).

—Será mejor si continúa adoptando la forma del joven Sasori.

—Nah. Despreocúpate por mí, me quedaré a holgazanear y descansar. —Y dándole realismo a sus palabras, Ryu bostezo mientras se rascaba la barbilla y entrecerraba los ojos—. Este venerable maestro los ve más tarde.

Sin esperar más, Sakura se apresuró a jalar a Sasuke fuera del Pabellón. Esperaba no ser malinterpretada, pero le agobió un poco enterarse de tantos secretos y noticias, lo menos que espera es un poco de aire fresco y ver las enormes montañas. Sentir el frío de la brisa y ver uno que otro animal silvestre además de Momo y Nana.

—¿Tantas prisas tienes por salir? —inquirió repentinamente Sasuke. A pesar de no ver su rostro, detectó cierta diversión escondida detrás de su tonada de voz.

Cabe destacar que Sakura no lo jalaba del brazo exactamente, más bien, lo empujó por la espalda a un ritmo acelerado y Sasuke no tuvo más remedio que avanzar a paso rápido. Dejándola hacer lo que sea con él.

Desde atrás, ella sonrió un poco cohibida.

—Dos días pegada a una cama te hace añorar el exterior.

—Mmm.

Una vez afuera, la brisa fría le hizo estremecerse una vez fuera. Se separó de Sasuke frotándose los brazos. A pesar de estar acostumbrada a las temperaturas bajas, el Monte de las Ánimas no se compara con la Villa de Fuego, que literalmente están en la cima de una montaña, entre nubes desbordantes y manantiales de ensueño.

La naturaleza, árboles cuyas hojas color naranjas y rojizas ya anuncia la culminación del otoño dando paso al invierno, en que los días se hace más cortos y las noches más largas. Pronto no podrá deambular a sus anchas en otros lugares lejanos al Monte de las Ánimas, tomarse otra semana adicional es un capricho a ciencia cierta, no la desaprovechará.

Sakura giró sobre su eje admirando el paisaje, inconsciente de que Sasuke no le quitaba los ojos de encima. De una u otra forma, por más cuadros encantadores y paisajes impresionantes que tuviera enfrente, sus ojos siempre terminaban posándose en Sasuke.

Curvó los labios en una sonrisa sugerente mientras llevaba las manos detrás de su espalda.

—De acuerdo. Entonces ¿a dónde iremos primero?

Uno de sus deberes no-escritos que debe atender como segundo joven maestro del clan anfitrión, es verificar que los herederos y primeros discípulos estén cómodos. Y, en tal situación en que pasaron entre la vida y muerte, era precaria mostrar su solidaridad visitándolos.

Por tanto, Sasuke redirigió sus pasos la enfermería. Librarse de esta tarea era imposible, además, no es que esté muy renuente, le preocupa el bienestar de Karin y los demás.

(A excepción quizás de ciertas personas, guardará los nombres sólo para él).

Saludó cortésmente a los médicos en turno y se encaminó al pasillo que los llevaría a la habitación que alberga únicamente a los susodichos, con Sakura pisándole los talones alegremente.

Intentó por todos los medios ignorar cada mirada ajena que recaía en ambos. Sí él por sí sólo ya atrae la atención por ser quién es, caminar junto a Sakura blanco de chismes. A estas alturas todos saben que ella es una semidemonio. No es que le interese los cuchicheos, de verdad, pero le incómoda que irrumpieran vulgarmente su ameno paseo ameno.

Tal vez expresó ciertas emociones en su rostro, porque Sakura se acercó más a él e inesperadamente enganchó los brazos de ambos.

Varios discípulos y sirvientes a los alrededores, se tropezaron con sus pies y terminaron ahogándose, ojos casi saliéndose de sus orbitas y girando las cabezas para susurrar furiosamente entre ellos mientras daban vistazos a hurtadillas en ambos jóvenes.

No fueron los únicos impresionados por el descaro de la joven pelirrosa. Sasuke se detuvo abruptamente y la miró con los ojos ligeramente ensanchados de la impresión. Los afectos de Sakura con él no siempre han sido reservados y todos son con un propósito en particular ¿qué será esta vez?

Cuando Sakura le devolvió una sonrisa resplandeciente, ladeando sus largas pestañas reflejando una inocencia fingida, olvidó instantáneamente sus dudas, sintiendo pesado su corazón mientras se aferraba con desespero su propio autocontrol.

Tensó su brazo agraviado.

—Démosle algo emocionante de qué hablar —alegó Sakura guiñándole el ojo.

Aturdido y emocionado, así caminó hasta la puerta. Se sentía flotar en las nubes a cada paso, tratando de no tropezar con sus propios pies o pisar el dobladillo de su túnica. La cercanía de Sakura transmitía una calidez que le invitaba a tirar de ella dentro de sus brazos y estrecharla contra su pecho, hundir la nariz en aquel sedoso cabello y aspirar su aroma natural a flores.

Salió de sus cavilaciones fantasiosas al llegar a la puerta indicada (siendo un milagro caminar por inercia) y escuchar breves líneas de conversaciones, especialmente de una voz chillona sospechosamente parecida a Ino, envuelta en ferviente discusión con otras voces uniéndose.

No fue el único quién lo reconoció, el evidente ceño fruncido de Sakura lo reveló.

—Ugh, parece que la rubia oxigenada encabeza una estúpida disputa —aseveró con burla.

Apretó suavemente el brazo de Sasuke antes de soltarlo y darle una palmadita en sus bíceps. Ojos negros se clavaron en la mano persistente sobre él y luego en el rostro femenino. Ella sonrió con los labios juntos y ojos centellantes, enmarcando sus hoyuelos.

Estuvo terriblemente tentado a tomarla en brazos y arrastrarla de regreso a su Pabellón, pasar toda la tarde holgazaneando juntos le pareció más atractivo.

Lamentablemente tiene deberes que cumplir.

Se entretuvo al retomar la imagen mental de Sakura entre sus brazos, que ella lo sacó dándole unas palmaditas en su hombro.

—Ve, te esperaré aquí.

Él parpadeó tratando de aparentar que fue absorbido sus fantasías.

—¿No entrarás?

Ella sonrió desdeñosa.

—Hoy no estoy con ánimos de soportar a varios Cazadores a la vez —especificó, y Sasuke se encogió mentalmente. Por supuesto, el tema mañanero. Había intentado con poco éxito alejarlo de su mente ocupándose en otros asuntos, pero el caso de Sakura es diferente—. Suficiente tuve con la conferencia de discusión.

Sakura lo miró intensamente dándole una salida al tema; en esta vida a aprendido a aprovechar las oportunidades, y esta es una de esas. Así que se aferró, sonriendo lastimero.

—Sin embargo, me soportas a mí.

—¡No seas tonto! —exclamó ella, una mezcla de sorpresa y diversión, colocando las manos en su cintura pareciendo un gesto desaprobatorio—. Tú eres la excepción a mi regla. Siéntete afortunado y goza de tener toda mi atención.

Si lo dices así, me será imposible resistirme, pensó oscuramente Sasuke eligiendo mantener sus labios juntos temiendo a revelar sus más profundos deseos.

—Y no compararemos a Cazadores prejuicioso contigo, no te insultes así —se quejó ella extendiendo las manos. Sasuke intento reprimir su sonrisa, no lo consiguió. La comisura de su labio se alzó y un par de ojos verdes brillaron al verlo—. Anda, entre más rápido termines pronto podremos continuar. Tengo curiosidad por saber qué tan grande es la cocina y dónde guardan los licores.

Debió suponerlo. Sakura iba tras el licor saqueado que Ryu le robó. En lugar de molestarle, le causó mucha gracia.

Pero su compañía es tan agradable que realmente no quería separarse, y dejarla sola frente a la puerta le parecía incorrecto y descortés, tampoco es que le importe a Sakura, ciertamente. Es él quien no estará tranquilo.

Y, como si el Cielo estuviera en contra, Momo apareció corriendo por el sendero a toda prisa hasta ellos soltando graznidos, su sombrerito agitándose contra el viento. Si acaso alguien se pregunta cómo dicho sombrerito ha sobrevivido en contra vientos y mareas, Sasuke apuntará indiferente que en realidad es el único objeto, junto con su pechera, que le coloca talismanes de viento para secarlos antes de su destrucción.

Entonces el rostro de Sakura se iluminó y salió a su encuentro.

De verdad, ama con todo su corazón a Momo y Nana, no sabría qué hacer si alguna vez los perdiera, y le alegra tenerlos con él a todas horas. Pero ahora mismo hubiera sido fantástico que Momo demorara nadando en el río como acostumbraba.

Atribuyó a que la influencia de Sakura es muy grande sobre Momo. Ah, lo tomó desprevenido.

Ni su propio animal espiritual se resiste a dichos encantos.

Él mismo se estremece al pensar en la belleza frente a él, con Momo entre sus brazos delgados. Resignadamente rebuscó en su manga dimensional y extrajo un pañuelo azul, siempre lo traía consigo para limpiar o secar a Momo después de sus travesuras.

—Vaya, vienes preparado —comentó ella divertida haciéndose del pañuelo, alzó al hurón y le habló con toda la seriedad que pudo reunir—. Siéntete afortunado de tener un amo tan diligente, ¡mira que tener pañuelos exclusivamente para ti!

Momo grazno, moviendo sus patitas al aire en todas direcciones.

A respuesta, Sakura asintió severa, toda su expresión llena de comprensión, como si pudiera entender los chillidos. Lo atrajo a sí, acurrucándolo mientras secaba diligente su cabeza peluda mientras hablaba con él en murmullos audibles.

Por tanto, Sasuke no esperó que repentinamente tuviera su atención, ojos verdes lo observaron, parecidos a los claveles que florecen en primavera detrás de las profundas montañas, inmovilizándolo en su lugar al enfrentarse a tal encanto.

Ella dijo con voz suave y expresión cándida: —Lo sé, Sasuke es magnífico.

Algo dentro de él se quebró instantáneamente. Sostenía una reliquia apreciada que se agrietaba con el paso del tiempo y justo ahora decidió optar por cortes rápidos y profundos; a nada de hacerse añicos y bañar con trazos una esencia perdida.

Enloqueció tratando de reunir su mente. Luchó con su propia expresión serena, aferrándose al poco autocontrol existente dentro de él. No quería hacer algo estúpido, nada semejante parecido a empujar a Sakura contra la pared más cercana y robar los suspiros de aquellos labios delgados y sensuales que pronuncian su nombre como un cantico seductor.

Se obligó a tragar grueso, sus orejas enrojecieron. Apartó súbitamente la vista obligándose a dirigirse a la puerta aparentando indiferencia cuando por dentro ardía controlable, una lava que carcomía cada pedazo de su carne y hueso hasta convertirlos en cenizas.

—No tardaré. —Le costó demasiado pronunciar estas dos palabras con indiferencia.

—Tómate tu tiempo —cantó ella regresando su vista al hurón feliz, como si no hubiese provocado nada en él—, me quedaré con Momo.

Sasuke no huyó de la situación, simplemente marchó a atender sus deberes.

(Más tarde, se diría que sí fue una huida).

Después de cerrar la puerta, se tomó unos segundos en controlar su propia respiración, cambiando su semblante gentil que le regala a la mujer que provoca palpitaciones en su corazón, hasta transformarse al indiferente y frío segundo joven heredero del Clan Uchiha.

Con esa misma expresión tocó la punta de sus orejas, verificando que no estuvieran rojas, evitaría cualquier mirada adicional que lo cuestionaran sobre su reacción.

Habiéndose asegurado, caminó por el recibidor hasta rodear la pantalla de privacidad que separa a los pacientes del resto del Pabellón Médico. Las voces de los jóvenes se filtraron en sus oídos cada vez más fuertes y siniestras, discutiendo sin parar.

Al poner un pie y ser visible, escaneó rápidamente la habitación.

Lo primero que vio fue a Karin e Ino mirándose rencorosamente entre sí, chispas saltando en el aire pareciendo querer recortar la distancia que las separaba de extremo a extremo de la habitación. Una de pie, y la otra recostada en cama.

Karin yacía junto a Shikadai, agazapada cual animal agresivo, protegiéndolo de la vista ajena. Al igual que Tenten a unos metros de él, custodiada por Neji y su eterno semblante frío que justo ahora se sumó una arruga en su frente.

Al otro lado, Sai se colocó junto a Ino lanzando esa mirada pálida y cruel, viendo a todos por debajo de sus zapatos. En la cama continua, Kankuro se envolvió con una sábana y se olvidó del mundo exterior. No fue extraño, todos conocían los terribles hábitos de sueño del primer discípulo del Clan Yamanaka. Aunque estuvieran gritando, no despertará.

Por último, Gaara sorpresivamente se hallaba allí, recostado en la ventana mientras movía la mirada de extremo a extremo, totalmente indiferente a ellos. Cruzado de brazos y pareciendo aburrirse a cada minuto. Pero, por alguna extraña razón, permaneció en medio de la locura.

Gaara notó su presencia apenas entró, y enarcó una ceja a su dirección. A Sasuke no le pasó por alto que en aquellos ojos verdes todavía estaba ese desprecio, sin embargo, parecía menos inofensivo que otros días. Así que simplemente le dio un asentimiento en saludo.

Ante todo, la cortesía.

Gaara emitió un "Hmp" frunciendo los labios y apartó la mirada. Al ver que no hizo ademanes de intercambiar saludos verbales, Sasuke lo desentendió. De fondo apenas distinguió la discusión ajena (cuál, siendo sincero, no prestó atención) y se reimplantó si aún estaba a tiempo en dar media vuelta y dejar atrás la próxima jaqueca que se avecina.

Muy tarde.

Un par de ojos azules no tardaron en notar su presencia.

—¡Sasuke, viniste a verme! —chilló Ino sentándose a prisas y Sai le lanzó a Sasuke una mirada venenosa.

—Ja, veo que por fin tuviste la decencia de aparecer, ¿tanto costó levantarte de tu cama? —Su molesta voz perforó los oídos de Sasuke.

Ignorando agresivamente la mirada letal que le dedicó Sai, Sasuke se adentró carraspeando. Además de Karin, no habría razón en poner un pie aquí, sin embargo, aquí está teniendo todas las miradas sobre él.

—En realidad, vine a verlos a todos —rectificó no deseando crear malos entendidos. Instintivamente evitó a Sai, dirigiéndose primero a quién estaba cerca. Tenten fue la elegida, una vez al borde de la cama, vio que Neji sostenía su mano. Elevó la vista topándose con ojos castaños desbordantes de sinceridad—. ¿Cómo se encuentran tus heridas? Escuché que necesitaste puntos en los brazos.

La mayoría de los Cazadores no requerían de tales tratamientos pues sus núcleos eran lo bastantes fuertes para sanarse a un ritmo más rápido; sin embargo, Tenten siempre tuvo ciertas dificultades que las compensó con sus magistrales dotes en manejar armas a cantidad bestial.

Secretamente, Sasuke se sintió identificado con ella respecto a su situación desventajosa.

—Mejorando gracias a las atenciones de la Sanadora Tsunade —respondió la joven dándole una sonrisa de agradecimiento—. Es un milagro que pueda mover mi brazo, ¡creí que no me recuperaría jamás!

—La Maestra Tsunade es la mejor doctora que conozco —dijo Karin desde atrás.

Esta afirmación nadie la puede refutar. Tsunade es conocida por su mente brillante y los avances medicinales que ha aportado a lo largo de su vida, salvando a personas que se creían desahuciadas y trayendo tratamientos experimentales que resultaron beneficiosas.

Era una suerte que haya decidido establecerse en el Clan Uchiha.

Sabiendo esto, Sasuke asintió, satisfecho por los resultados. Luego le dio una mirada considerada a Neji quién transmitió con ese simple gesto que no había necesidad de preocuparse por él.

Así que cambió la pregunta:

—¿La señorita Hanabi?

—Se recupera sin problemas —contestó un tanto avergonzada.

Es sabido que Madara trajo a sus propios Sanadores a que tratasen a los Hyūga, no permitió a nadie ajeno echara un vistazo a sus discípulos. Nadie pudo protestar, si Su Excelencia daba un mandato, los Clanes no tenía opción más que morderse la lengua y dejar que hicieran a voluntad. Siendo cada día más descarado y engreído. Superaba las expectativas de todos.

Una pauta, una acción y consecuencias acumulándose cómo bolas de nieve. Este asunto parece trivial y ajeno, pero es una muestra ociosa de poder. Nadie lo olvida, y la mayoría de los Uchiha están incómodos sobre este asunto, ni qué decir el líder del Clan.

Sabiendo ser sabio, Sasuke no comentó esto. Con un simple asentimiento aceptó la información y desvió su atención a Shikadai. Quien se sobresaltó y trató de hacer una reverencia torpe pase a las heridas de su cuerpo.

Estipulado por jerarquía, un discípulo debía respetar a los herederos de los clanes, Sasuke, a pesar de ser el segundo en la línea, seguía siendo uno de los herederos; y Shikadai es nombrado únicamente el discípulo principal de los Nara, no su heredero. Además, su tiempo viviendo en las calles no es olvidado fácilmente.

Por tanto, Shikadai siempre es atacado por un impulso de inclinarse más bajo de lo habitual.

—Joven Sasuke.

—No te apures, estás lastimado —le apresuró a decir Uchiha ayudándolo a enderezarse.

Los ojos verdosos de Shikadai parecían enrojecidos a los bordes, como si estuviera reprimiendo un llanto. Sasuke frunció ligeramente el ceño al retirar las manos.

Al principio nadie imaginó que las condiciones de Shikadai fueran severas. Si no fuera por Gaara que lo había arrastrado todo el camino en su espalda, quizás Shikadai no habría soportado el viaje por su propio pie como aparentó.

Cuando llegaron al Pabellón Médico, Shizune se abalanzó sobre ellos verificando las heridas. Gaara tendió a Shikadai sobre una cama, desviando la atención de Shizune al menor que no se había movido en absoluto después de brindar energía espiritual a Sasuke. Shikadai mantuvo los ojos entrecerrados y en completo silencio, un peso muerto y frío, no reaccionó a las preguntas de la sanadora.

Shizune lo revisó, con una mirada pesada, se enderezó mientras decía: —Está en shock. Preveo un estrés postraumático.

Más tarde, cuando Shikaku y Yoshino lo visitaron, Shikadai rompió en llanto silencioso.

¿Cómo no amargarse desde lo más profundo de su corazón cuándo tuvo que asesinar a todos sus condiscípulos bajo el control de Mei? Cada uno intentó matarlo a sangre fría. Indefenso y con todo el dolor de su corazón, Shikadai tuvo que alzar su espada en contra de sus propios hermanos. De aquellas personas que lo acogieron pese a su origen humilde, de sus hermanos mayores marciales y sus adorables hermanas menores.

Asesinato por supervivencia. Una carga pesada cayó en sus hombros.

Debido a los arreglos, los líderes Nara tuvieron que dejar el Pabellón Médico, pero Karin, después de un debido descanso y sin heridas que impidieran su movilidad, se autoproclamo cuidadora de Shikadai.

—Este chico se recupera más rápido de lo esperado, ¡tiene mucho vigor! —Karin se rio, unas palmaditas por aquí en el hombro de Shikadai, quién se sonrojo un poco, abochornado por ser un blanco de miradas—. La sanadora Shizune dio órdenes específicas, nada de movimientos bruscos y evitar estresarse demasiado.

—Lo que fallamos vilmente —reclamó de pronto Tenten, rodando los ojos.

Sasuke compuso una expresión dudosa, yendo de Tenten a Shikadai, viendo que se sonrojaba más fuerte y agachaba la cabeza.

Aquella actitud le dio un mal presentimiento.

—¿Qué sucedió?

—La princesa Yamanaka cree que las heridas de Shikadai fueron planeadas. —Quién respondió fue Gaara, poniendo un énfasis burlón al apodo de Ino y a nadie le pasó desapercibido.

Incluso Ino rechinó los dientes, enderezándose de sopetón y señalándolo con un dedo.

—¡No calumnies contra mí! ¡Yo no dije eso!

—Por supuesto que no —dijo sarcástica Karin saltando cuál gato defendiendo a sus crías. Lo cual, no es muy alejado, después de todo, Shikadai puede ser de su generación, pero por edad, es el menor—. Sólo dijiste que es una deshonra que el más débil del grupo Nara haya sobrevivido.

Débil.

Si algo que Sasuke aprendió a lo largo de su vida es quién pone los límites a sus capacidades es uno mismo. Sin embargo, influye la opinión de los demás, tanto positiva como negativamente.

Y por la postura temblorosa de Shikadai, lo que dijo Ino tuvo un impacto negativo.

—Ino, abstente de comentarios hirientes —mordió Sasuke irritado por la imprudencia de Ino sobre un tema delicado.

Yamanaka se hizo la ofendida, llevándose una mano a su pecho. Sai parecía un guardián de armadura radiante que debajo está oxidada y rechinante, no dudó en salir a su defensa.

—No fue hiriente, ¡sólo dijo la verdad! ¿Es una falta ser honesto? Si no soporta escuchar la verdad, es mejor que no se atreva a mostrar su cara.

—Decir la verdad y ser hiriente son dos cosas muy distintas —atribuyó Gaara entrecerrando los ojos en advertencia, la paciencia agotándose.

—La única verdad es que todos aquí pasamos por una situación en la que casi nos mata a todos, y logramos salir con vida gracias a nuestros esfuerzos conjuntos —los calló Neji, teniendo el ceño fruncido y fulminando con la mirada al dúo revoltoso.

No era un secreto el carácter tajante y frío de Neji, parecido al de Sasuke; pero tiñendo cada palabra con escarcha de invierno y siendo petulante de vez en cuando. Y que hablara a favor de la mayoría era un milagro tomando en cuenta que preferiría no involucrarse en disputas.

—Hn, tiene razón —mordió Gaara.

Los cuellos de todos casi se fracturan por la velocidad en que voltearon a él, con cierto rango de incredulidad.

¿Gaara estando de acuerdo con Neji? ¡Imposible!

Debió alcanzar cierta iluminación dentro del Bosque de la Muerte.

—... —La mayoría lo miró con diferentes expresiones dándose topes con la pared con el carácter de Gaara; y contrario a esto, no todos fueron objetos a las casi extintas expresiones gentiles de Sasuke.

Por tanto, cuando Sasuke apoyó su mano en el hombro de Shikadai, los demás centraron su atención en el Cazador Uchiha, impresionándose con sus gestos.

—Hiciste lo mejor que pudiste con lo que tenías y peleaste por tu supervivencia —dijo midiendo la reacción del menor, quién parecía al borde del colapso—. Honra a tus condiscípulos de ahora en adelante. Estoy seguro que no te culpan de lo sucedido.

Por un breve instante, se vio a sí mismo reflejado años atrás, frente a Kushina y Minato cuándo les dio la terrible noticia del fallecimiento de su único hijo. Temblando de pies a cabeza, cayendo de rodillas suplicando perdón a voz ronca de tanto llorar, quebrándose en el último momento. Un asesino que confiesa sus más terribles pecados, caminando a la horca dispuesto a recibir su castigo, que desgarraran sus huesos y disiparan su alma.

Así de pequeño, vulnerable y culpable, lleno de dolor y pena.

El apretón en su hombro tuvo la intención de transmitirle la poca paz que él mismo tiene, conoce más que nadie aquel peso de culpabilidad que roe lo más profundo de los huesos, desgarrando el alma y estrujando el corazón hasta hacerlo papilla.

Mirándolo directamente a los ojos y mesurando su voz, dijo lo que una vez él mismo necesitó escuchar en su momento: —Me alegro que hayas sobrevivido.

No se quedará con estas palabras, deben ser dichas a como diera lugar.

Ahora lo sabía.

Las palabras pueden destruir, pero también pueden sanar.

La expresión de Shikadai se rompió, cada rasgo distorsionándose. Un dolor fragmentando y deslizándose fuera a través de lágrimas. Cada gota gruesa que intentó limpiarlas con las mangas, siendo un esfuerzo infructuoso, él seguía llorando.

—Gracias... gracias...

Cambiando del hombro a la cabeza, Sasuke le dio unas palmaditas no sintiendo incomodidad. Distan en dos años de edad, en varios sentidos, desde el aspecto de adolescente hasta su mentalidad, Shikadai está atrasado y fracturado en años anteriores.

Captó la mirada agradecida de Karin y entendió ese gesto. Ella debió estar sumamente preocupada por Shikadai todo este tiempo. Sasuke se sintió un poco mejor por ellos, agradecido de haber elegido específicamente sus palabras.

—Sigamos el ejemplo de Shikadai, seamos humildes y agradezcamos debidamente —opinó Karin dando una mirada a todos en la habitación y con gentileza cambió el tema a uno tampoco grato.

Gaara y Neji fruncieron el ceño, tratando de descifrar sus palabras.

Y él...

Bueno, creía saber por dónde iba esta frase intencionada. Retiró su mano de Shikadai lamentándose un momento ser él quien obtuvo la atención.

—¿A quién te refieres? —cuestionó Sai entrecerrando los ojos.

Karin esbozó una sonrisa de oreja a oreja y extendió los brazos a Sasuke quién, al ver el comienzo de sus ademanes, solamente pudo cerrar los ojos presagiando un revuelto.

Sí, debió hacerle caso a Sakura y quedarse a descansar.

—¡A Sasuke, por supuesto! —exclamó Uzumaki con entusiasmo.

—¡Cierto! ¡Sasuke fue de mucha ayuda! —contribuyó Tenten dando aplausos efusivos, Shikadai se unió a ella con gesto impasible—. Deberíamos invitarte la cena cómo agradecimiento.

El aludido abrió abruptamente los ojos. ¿Una cena? ¿Esta noche? Imposible, Ryu lo trataría y quedará sin fuerzas para atenderlos. Desconocía lo que haría el Inmortal, sin embargo, decidió poner toda su confianza en el proceso. Sakura parecía darle su voto de confianza, entonces él accedería.

Además, sea lo que sea, se sumará a las heridas que sanan en su estomago y hombro, apenas son un eco de incomodidad en su mente.

—No es necesario. Además, están heridos y necesitan recuperarse para volver a casa —se apresuró a decir Uchiha negando con la cabeza, un poco incómodo por las miradas puestas en él.

Las buenas intenciones de las dos mujeres yacen allí, pero no cree que Gaara o incluso Neji estén entusiasmados por compartir una mesa. Los tres se toleran hasta cierto punto, y secretamente Sasuke y Neji más entre sí, pero todavía no existe ese nivel de camaradería.

—¿O lo dices por ti mismo que necesitas descansar? —lanzó Sai qué, por mucho estuviera callado con respecto a los agradecimientos, no desaprovechó la oportunidad de atacarlo.

Sasuke ni siquiera lo miró, y entornó los ojos en un gesto de hastió. Acción que no impresionó mucho a los demás, cualquiera rompería su capa de serenidad a hastío por las estupideces de Sai.

Más de uno le tiene poca tolerancia, como Karin. Ella no dudó en contradecirlo, es uno de sus pasatiempos favoritos.

—No eres quién para hablar. ¿También esperabas un agradecimiento? Si mal no recuerdo, fuiste manipulado y nos atacaste. —Sus palabras lograron golpear el orgullo de Sai, fue evidente por su rostro poniéndose rojo.

—¡E-Eso fue...!

—En todo caso, agradeceré a Sakura. Ella estuvo codo a codo con nosotros —replicó Karin cruzándose de brazos.

Tales palabras serpentearon en el ambiente y encendieron cierta discordia. Antes, en la Conferencia de discusión, a excepción de Sai, Ino y Shikadai, los demás dieron palabras irrefutables. Sean que benefició o perjudicó a Sakura, hablaron con la verdad desde un punto neutro.

Sasuke se impresionó internamente sobre los pensamientos de Karin y el asentimiento furioso de Shikadai.

Al costado, Neji y Tenten compartieron una mirada, una más aceptable que él otro; y Gaara se despegó del marco de la ventana, mostrando un leve rastro de interés al giro de la conversación.

Contrario a Sai e Ino, quienes se sobresaltaron gritando al unísono: —¡¿Esa semidemonio!?

—Tiene nombre —chistó Sasuke de inmediato mirándolos por fin, ojos oscuros de entrecerraron peligrosamente—. Haruno Sakura. Recuérdenlo bien.

Ino rechinó los dientes, sus ojos parecían llamas ardientes.

—¿Cómo puedes si quiera pensar en agradecerle a ella?

—Tengo mis motivos —espetó indiferente Karin.

Detrás de ella, Tenten se inclinó al frente enumerando cada acto.

—Comenzando que nos salvó el trasero a todos conteniendo la horda de Cazadores controlados, y que, por cierto, no los mató a ustedes dos contando que le atravesaron una espada en la espalda. —Al decir esto, la mayoría no vio la ligera capa sombría que cubrió el rostro de Sasuke. Tenten continuó—. Y compartió un campo de protección a los sobrevivientes. Sin su ayuda ninguno de nosotros estaríamos vivos.

—Deberíamos agradecerle ya.

—¿Ahora mismo?

—¿Por qué no? Está afuera, ¿no es así, Sasuke?

Karin no esperó respuesta, desapareció tras las puertas principales. Sasuke suspiró para sí. Debió suponer que la Cazadora sabría con su don de identificar energías espirituales singulares.

No emitirá ninguna queja, secretamente su corazón se consternó tras verlos considerar a Sakura más que una semidemonio, la especie considerara esclavos. Dio un vistazo disimulado a las expresiones ajenas, a parte de la radiante de Tenten y la serena de Shikadai, las expresiones de Gaara y Neji si bien no eran precisamente de aceptación, había cierta curiosidad expresada.

De acuerdo, quizás no en Neji o eso dictaba su eterno ceño fruncido. Quedaban vestigios de sospechas

Y por las expresiones de Gaara y Neji (distando a renuencia en caso del primero, y repulsión por el segundo) intuyó que no tenían quejas en interactuar con ella.

Al cabo de unos segundos transcurridos, la puerta se abrió de sopetón y de allí emergió Sakura. Los pliegues de su kimono rojo ondearon a cada paso firme, con la barbilla en alto y una expresión sombría asentada en sus rasgos. Contrario a la sonrisa traviesa que le dio afuera, la mujer que entró desbordaba frialdad a cada gesto.

Él apenas tuvo tiempo de separar sus labios cuando Sakura se detuvo frente a él, agarrándolo de los brazos y preguntando con deliberación.

—¿Te sientes mal? ¿Necesitas descansar?

Sasuke parpadeó de veces, procesando las preguntas en secuencia rápida.

—No.

Y a pesar de su escueta respuesta, la semidemonio entendió a la perfección. Soltó el aire retenido en los pulmones, pero no a él. Siguió mirándolo insistente ignorando las miradas pesadas y curiosas de los demás.

Sasuke vio a Karin regresar con una sonrisa ladina. Él entrecerró los ojos todavía sin moverse en absoluto.

—¿Qué le dijiste?

—Nada, nada. Sólo insinúe que tienes ojeras por el cansancio —reveló Karin un poco juguetona, luego lanzó una exclamación y cubrió su boca, fingiendo sorpresa—. ¡Vaya, desaparecieron mágicamente! Tu poder espiritual es realmente asombroso.

Sasuke la fulminó con la mirada. No quería darle preocupaciones inexistentes a Sakura. Por su parte, la semidemonio se desentendió del intercambio y apretó un poco aquellos brazos antes de hablar con cierto toque de reproche.

—Deberías estar descansando debidamente, ¿o acaso los Cazadores necesitan la visita del segundo joven maestro para sentirse mejor? —Esto lo dijo a nadie en particular, pero la piedra fue lanzada.

—Vino especialmente a verme. —Ino habló con su voz chillona, no dejándose vencer. Pareciera que en cualquier momento saltaría de la cama—. No confundas las cosas.

Sasuke respiró pesadamente, paciencia... paciencia...

—Claro, vino exclusivamente por ti —aprobó Sakura soltando a Sasuke, girándose apenas a la rubia tendida en la cama cruzada de brazos que la veía con sorna y desprecio—. Debió preocuparse por las heridas que te inflige en la batalla. ¿Aún duele?

Ino se sonrojó con fuerza.

—¡Y deja de hacerte ideas equivocadas! —gritó colérica—. ¡Fui yo quién te dejó sin defensa!

La sonrisa de Sakura se volvió burlona.

—Ino, no te muevas bruscamente o tus heridas se abrirán —aconsejó Sai viéndose preocupado por la rubia.

En cambio, Yamanaka le dio un manotazo al gesto de Sai incorporándose sobre la cama, apretó las sábanas hasta que sus nudillos estuvieron blancos.

—No te recomiendo eso, rubia oxigenada —opinó Sakura pinchando con un gesto de mano—. Te caerás apenas des un paso.

—¡¿Quieres ver que no!?

—No, no me interesa en absoluto ver lo patética que eres —desistió la semidemonio girándose completamente al otro extremo de la habitación, allí donde Tenten y Karin se veían secretamente satisfechas—. Al igual que no me interesa saber nada más de ustedes. Así que adiós.

—Espera, espera. —Karin la detuvo en seco colocándose en su camino con brazos extendidos.

Sasuke estimó brevemente si dejar que esta conversación siguiera su curso, duda mucho que Sakura acepte un agradecimiento formal, sobre todo viniendo de una Cazadora de demonios. Pero, aun así, la imagen que tiene ante los demás ahora osciló.

Si quería comenzar a erradicar el mal trato de los Cazadores con Sakura y los semidemonios en general, primero debían mejorar la imagen que tienen los demás de ella, que actualmente es quién representa a toda su especie frente a los Grandes Clanes.

Así que no intervino por ahora.

Con una mano en la cintura, Sakura agitó un poco la otra con deliberación.

—Seré amable y pediré que te muevas. —En lugar de obligarte, no se dijo.

Acompañado a sus palabras, un graznido se oyó. A todos casi se les cae la mandíbula del asombro al ver la cabeza de Momo asomarse entre los pliegues del kimono rojo.

Y no es para menos. Momo puede ser un animal espiritual sociable, pero al mismo tiempo distante. Dejaría que lo acariciaran una o dos veces, luego se escabulliría de regreso a su amo y se burlaría de ti dando graznidos y lanzando nueces.

A quienes le tiene confianza, tal como Karin, únicamente iría a sus brazos con nueces por un par de segundo y volvería a alejarse.

¡Nadie les quita la impresión de ver a Momo gustoso en presencia de Sakura a pesar de su procedencia demoníaca!

Estos son justamente el pensamiento en conjunto.

—La verdad, te llamé aquí por una razón —comenzó diciendo Uzumaki bajando los brazos con cierta cautela.

Sakura enarcó una ceja.

—No me llamaste, me engañaste.

—Lo mismo, lo mismo.

—Como sea, ¿tu asunto es? —Su voz sonó extremadamente aburrida y falto de interés.

Ambas tenían la misma estatura, no les fue difícil mirarse a la cara. La expresión de Sakura parecía una mínima consideración, y la de Karin su sonrisa contenía atisbos de timidez, nada común en ella.

En silencio, Sasuke observó desarrollarse esta interacción. De todas las personas presentes, Karin demostró su interés amigable de entablar una conversación decente con Sakura.

—Queríamos extenderte nuestro agradecimiento formal por habernos ayudado allí dentro —dijo modelando su voz al bajar los brazos, y a Sasuke le pareció sinceras sus palabras. Entonces, Karin hizo una pequeña mueca al agregar—: A excepción de Sai e Ino, claro está.

—¡Definitivamente! —contribuyó Ino irritada.

Las finas cejas de Sakura se alzaron, un gesto de sorpresa e ironía mezcladas.

—¿Agradecimiento? Es absurdo. No deberías desgastar tus palabras, en todo caso yo no-

Las palabras murieron en su boca abruptamente porqué Sasuke, en un arranque impulsivo y nada racional, se colocó detrás de ella con dos largos pasos y colocó su mano sobre la espalda alta frente a él, la manga de su kimono cubrió la ubicación exacta del toque. Esto con la intención de interrumpir con acciones la próxima declaración audaz de la joven sobre sus propias intenciones.

A pesar de que sus acciones no fueron medidas, gracias al control que tiene sobre expresiones y gestos su movimiento se vio casual, pero Sakura se estremeció ligeramente bajo el toque repentino. Ella evitó girar el rostro hacia atrás, sus menudos hombros parecieron tensarse un poco.

La intención de Sasuke fue detener lo que diría, conociéndola como lo hace, estaba seguro de que diría: "No lo hice por ustedes, todo fue para ayudar a Sasuke a sobrevivir". Y sí, le conmociona y avergüenza por partes iguales tal declaración directa, sin embargo, los demás malinterpretarán la situación y crearán rumores.

Como, por ejemplo, Sakura teniendo preferencia por el Clan Uchiha. Lo que muchos tergiversarán y la verán una posible enemiga de los otros clanes, sobre todo, el líder Hyūga.

Detener tan declaración no fue solamente por cuestiones personales. Ella se involucró en una afrenta en que participaron varios Cazadores de diferentes clanes contra un demonio (y que insinuaron su cooperación con Mei), era circunstancial mantener una postura neutral por ahora.

—... No podría tener la consciencia tranquila —dijo Sakura un poco después, pareciendo un poco rígida. Y a pesar de ser una verdad a medias, Sasuke supo que era lo más cercano que dirá tras sus gestos de advertencia. La escuchó aclararse la garganta con fuerza y él retiró la mano rápidamente—. Olvídense de los agradecimientos, no los necesito ni me interesan.

—Ah... —expresó Karin componiendo una expresión complicada, ya sea por sus palabras o la repentina cercanía de Sasuke—. Ah... de acuerdo. Pero nos gustaría dejar en claro nuestra gratitud. Y, por mi parte, tengo una deuda de vida contigo.

—Con todo respeto, Cazadora Uzumaki...

—Dime Karin, sólo Karin.

—... Karin, no me gusta deber ni que me deban.

Concedió por fin en el primer nombre del grupo que pronuncia libremente, y esto quizás, Sasuke piensa que es consideración tomando que los presentes hablaron en la reunión con la verdad, siendo ventajosa en cierta parte para Sakura. Sí, ella puede ser descortés cuando se lo propone, pero sabe cuándo es necesario devolver el favor.

—Además, dudo que tus compañeros aquí presentes estén de acuerdo con tu declaración.

—Yo estoy profundamente agradecida contigo. La mayoría de mis condiscípulos sobrevivieron gracias a tu campo de protección —dijo repentinamente Tenten ganándose la mirada de todos en la habitación—. Y Neji también lo agradece ¿cierto?

Acompañado a sus palabras, le dio un codazo —nada disimulado— a Hyūga, quién apenas se inmutó al gesto de su prometida. Entornó los ojos buscando mucha, pero mucha paciencia.

Sasuke pudo sentir su similitud.

—Sí —confirmó Neji desviando la vista con una expresión de total contención, casi mordaz, sus palabras fueron más un mordisco qué aceptación—. Ayudaste a mi hermana.

—E igualmente Gaara —intervino Karin tirando del brazo al mencionado, incluyéndolo a la conversación—. ¿Verdad?

—¿Debería decir lo contrario si ya lo decidieron ustedes? —espetó Gaara bufando.

—En todo caso eres impresionante —retomó Karin sin soltar al pelirrojo y virándose a Sakura—. No se esperaba menos de la primera discípula de un Inmortal.

—Ah, sí, supongo —aceptó con desinterés la aludida, enfocando los ojos más allá.

—¡Pues yo no te estoy agradecida!

—Nadie te preguntó —replicó Tenten a Ino, encogiéndose de hombros deliberadamente—. Aunque deberías agradecerle que no decidió matarlos a todos para frenarlos, y en su lugar, los contuvo.

Ino hizo un berrinche, alegando que nadie tomaba en serio su opinión. Y siendo sinceros, desde la última vez que los metieron en problemas, los demás tuvieron un acuerdo tácito de no involucrarse demasiado con la caprichosa heredera.

Conjuntamente hicieron una nota mental sobre preguntarle en privado a Sakura su técnica para ignorar la voz chillona de Ino, ¡pareciera que una mosca le zumbaba al oído! Pues Haruno no miró en dirección de Yamanaka ninguna vez. En cambio, parecía absorta en sus pensamientos, delineando su labio inferior con el dedo.

Secretamente, Sasuke siguió como halcón por un breve segundo ese movimiento. Sakura bajó los brazos y se giró a él con gestos lánguidos.

—Aceptaré sus agradecimientos por esta ocasión. Pero no hay deudas entre nosotros —aclaró prensando su brazo con el de Sasuke mientras soltaba un bostezo de cansancio—. Ahora si me permiten, no perturbaré su estadía con mi presencia.

—¡Oye, quítale las manos de encima! —gritó Ino con intenciones de incorporarse. Lamentablemente Sai se llevó todos los manotazos y reclamos—. ¡Eres una arrimada tan desvergonzada!

"Tienes razón, pero no deberías ser tan directa en decirlo" pensaron los demás Cazadores en sus corazones.

Una sonrisa divertida flotó en los labios de Sakura, y su mano se apretó en el brazo masculino.

Por experiencia de Sasuke, esa sonrisa presagia un desastre.

Antes de que pudiera especular sus acciones, una mano recorrió su espalda hasta tomarlo del cuello y jalarlo hacia abajo. Él soltó un pequeño jadeó silencioso lleno de estupor cuando su barbilla descansó naturalmente en el hombro de Sakura y esta sonrió traviesa mientras apoyaba su cabeza con la de él.

Tal acción ocasionó exclamaciones de asombro e incredulidad en los demás y gritos agudos de Ino.

Cabe destacar, a Sasuke le dio un vuelco al corazón atinando en colocar una mano en la cintura menuda de Sakura ayudándole a estabilizarse. No fue la primera vez que rodea esta cintura con su brazo, pero sí la primera vez en sentir su contorno y fuerza. Las mujeres poseían cinturas pequeñas de apariencia frágil, casi dando la ilusión que al pellizcarlas se harían añicos; pero esta era más como la de un leopardo, delgada y poderosa.

Se le secó repentinamente la boca, el calor familiar en su pecho se intensificó y titubeó en su respiración por un breve segundo. Ocurrió esto justo cuando puso en marcha al reunir y luchar contra el descontrol interno.

—¡Es mejor pedir perdón que pedir permiso! —exclamó Sakura mostrando la lengua de forma infantil, apretando su contado contra él.

Por todos los medios, Sasuke se mordió insistente la lengua. No es justo..., se dijo furiosamente porqué está a una caricia de ceder a sus bajos impulsos.

—¡Tú-! —Ino los señaló con un dedo tembloroso.

Viendo la cúspide de una discusión absurda y la oportunidad perfecta de separarse, Sasuke le dio pequeño un apretón breve en la cintura. Hasta eso le costó.

—Sakura, es suficiente —advirtió junto a su oreja con voz gruesa y baja sólo para ella. La sintió estremecerse bajo su toque e involuntariamente apretó el agarre sobre su cintura—. Debemos irnos o nos atrasaremos.

Además, no sé cuánto duré con mi autocontrol desmoronándose, pensó desesperado. Si pasa otro segundo pegado así, las llamas alcanzarán un punto en que descarrilará sus pensamientos dispersos y terminará cediendo a sus impulsos arraigados.

Un latido, luego otro y Sakura suspiró audiblemente, alejándose de mala gana y haciendo un puchero, pareciendo que le negaron su juguete favorito.

—De acuerdo, como digas.

Sólo al soltarlo por completo Sasuke se enderezó sobre su estatura, alto e imponente pareciendo indiferente al intercambio cuando en realidad su mejilla seguía ardiendo por el toque.

Resueltamente se viró rígido a su audiencia que variaba de expresiones complicadas y en blanco. Aclarándose la garganta dijo: —Me despido, que tengan una agradable recuperación.

Y sin esperar respuesta, giró sobre sus talones y se encaminó rápidamente a la puerta dejando a los demás estupefactos. Detrás de él, Sakura lo persiguió con un caminar constante y pasos de rebote. Cuando se paró al marco de la puerta, ella saludó a todos con un gesto de mano y una sonrisa salvaje.

—Adiós~~~

Y sólo después que ambos se marcharon, a excepción de Sai que trataba de lidiar con el temperamento de Ino, los demás se amontonaron alrededor de las camas de Tenten y Shikadai para mirarse entre sí y llegar a una sola conclusión.

Karin tarareo divertida.

—Sasuke le tiene mucha estima a Sakura?

—Definitivamente, si fuera cualquier otra persona, ya la habría tratado distante. —Apoyó Tenten dando un golpe a puño cerrado a su palma abierta. Se escuchó un suspiro sufrido de Neji.

—Era de esperarse —murmuró Shikadai.

Gaara entornó los ojos, cruzado de brazos y gruñendo de malhumorado.

—¿Me pueden decir por qué demonios estamos hablando sobre ellos dos?

—Sasuke —llamó Sakura desde atrás, le recibió el silencio mortal. Entrecerró los ojos viendo la espalda ancha avanzar, pero no se rindió—. Sasukeeee ¿me estás ignorando?

—No.

Ah, que tajante, pensó sospechosamente Sakura.

Desde que salieron de la enfermería Sasuke caminó a paso constante frente a ella, le dio un poco de indulgencia y se colocó detrás llamándole infinitas veces. Esto no es muy normal, no acostumbra a que él la ignore así, pero de nuevo no puede pensar en cual de todas sus acciones le molestó, especulando sólo tiene una idea.

Y hay una forma de averiguarlo.

—¿A dónde vamos ahora? —entrecerró los ojos sin apartar la vista de su espalda.

—La cocina. —Oh, presuntamente no olvidó la promesa de conseguir licor. De acuerdo.

—¿Y después? —No perdió el ritmo de las preguntas.

—A la Torre de Contención.

—¿Acaso te molestó que te abrazara allá atrás? —Lanzó por fin con medio cuerpo al frente y una mirada expectante.

Admitía con cierto orgullo lo descarada que es, acercándose a Sasuke cada que se daba la oportunidad y no escatimando en anhelar cada toque. Ambos cayeron en la gracia de su coqueteo discreto y privado, que lejos de ser una rutina, la expectación se ocultaba detrás de sus acciones.

Si se esfuerza lo suficiente, Sakura todavía puede evocar el hormigueo que provocó la palma de Sasuke contra su espalda allá atrás; o aquellos largos y elegantes dedos, cuyas manos callosas por el uso constante de la espada y el guqin, acariciaron su mejilla el día anterior.

Y, sin embargo, no es suficiente.

Dios, quería sentir más.

Admitía que su egoísmo estaba siendo fuerte, contrario a Sasuke, ella no trabajó en su autocontrol y es demasiado expresiva.

Contra su buen juicio sigue buscando cada oportunidad de interacción íntima. Tampoco quiere ser brusca y completamente atrevida con él. No todavía, de todos modos.

Porque se ha dado cuenta, con cierto nivel de incredulidad, de que Sasuke no rehúye a sus tactos y él hace los suyos a cambio, quizás no de la misma forma. Puede sentir la tensión (o anhelo) allí, bailando entre ellos, burlándose del perfecto autocontrol de Sasuke y la impaciencia de Sakura.

Entonces con estos pensamientos, se preguntó si empujo demasiado lejos esta ocasión al ser muy táctil frente a varios Cazadores de demonios. En varias ocasiones Sasuke ha dejado en claro que no le interesa demasiado su reputación, pero no alentó suficiente para que Sakura se convenciera en hacer lo que sea.

Pero ese momento, bajo el escudriñó de Ino, cedió a sus ideas. Y sí, los celos ardieron y comieron parte de su racionalidad en ese momento. ¡El sólo imaginar que alguna vez ambos Clanes hablaron de un acuerdo matrimonial le enferma!

E incluso ahora, mientras espera expectante una respuesta del hombre que roba sus pensamientos sin saberlo, le embarga una emoción de anticipación.

Al cabo de uno lapsos en completo silencio, recibió la respuesta... pero no de la manera que imaginó.

Sasuke se detuvo en seco. Sakura no se imaginó esto, así que frenó de golpe a unos centímetros a punto de estrellarse con una espalda alta y hombros anchos. Alzó la barbilla con cierta duda y se topó justo en el momento en que Sasuke ladeó la cabeza sobre su hombro revelando sus ojos y mechones de cabello adheridos a los costados del rostro.

Con tal distancia a Sakura le resultó posible detallar las iris ónix, y las pupilas de Sasuke se contrajeron repentinamente y nadaron en un lío de emociones que Sakura apenas podía analizar y no supo que decir. Lo único que captó su mente aturdida, fue la llama ardiente e intensa de esa mirada, quemándole la piel y mandando un calor desconcertante en el vientre. La inmovilizó en su lugar, como si un rayo le hubiese partido en dos y su respiración tartamudeo.

La hormiguearon las manos y tuvo un estremecimiento cual disimuló apenas.

¿Por qué Sasuke me mira... tan...? Pensamientos se ahogaron, destrozaron y volvieron a unir, pululando en palabras que no se atrevía a darle cavidad.

Luchó con su aturdimiento cuando Sasuke retomó su caminar, no dando una respuesta verbal.

Ella se quedó allí, estática mientras lo veía avanzar. A plena tarde, con los rayos del sol acariciando las montañas y el aire revoloteando a su alrededor, la escena manifestada le trajo calor a su corazón. Justo así, cada rayo de luz se adhería a los contornos de su silueta proyectando una fenomenal vista desde la distancia.

Y un pensamiento espontáneo asaltó.

"Me encanta este hombre".

Al mismo tiempo, los latidos se paralizaron y cerró los ojos, tragando grueso. Evitó esta clase de pensamientos antes, sin embargo, desde la conversación con Ryu removió partes que intentó reprimir o pasar por alto. Es inevitable, de alguna u otra forma volvieron a ella golpeándola furiosamente.

Respiró lento buscando serenarse, apretando las manos a puño y centrando su mirada borrosa.

—¡Joven Sasuke!

Alzó involuntariamente la vista topándose con la llegada de Konohamaru, detrás venían Hinata y su fiel compañía, Shino. Se empinaron alrededor de Sasuke, intercambiando palabras que no logró escuchar.

Se quedó a una distancia considerable observándolos, pero sin prestar atención. Buscaba serenarse antes de enfrentarse a Sasuke.

Sólo cuando vio que Hinata miró a su dirección e hizo contacto visual, logró despejar su mente y se reunió con ellos forzando una sonrisa, pero sabiendo que parecería natural a quienes no la conocen a profundidad.

Les dije que la tensión de Sasuke y Sakura sólo va y va en aumento, a este punto, Sasuke reconoce que su autocontrol está titubeando, ¿y cómo no con semejante mujer que disfruta hacerles bromas y colgarse de él? Demosle palmadita en la espalda, a soportado mucho sin ceder... por ahora, aaaaah ~~~~~

-c refunde en su conciencia- 

Comentando sobre el capítulo, escribir a Sakura de este fic siempre me divierte con sus acciones descaradas, lo juro, ¡apenas me da un respiro! Por cierto, estamos en los últimos caps del "arco" por así decirlo.

Bien bien, he aquí una buena noticia, ¡hay capítulo seguido! El siguiente será publicado mañana, si no, hasta el jueves hahaah PORQUE SOY ASÍ(? lo sé, pero de verdad ahora apenas logré publicar este cap, ERA AHORA O NUNCAAAAA (dentro de quizás quince días, ajajaja).

¡No olviden que en Twitter estaré publicando spoilers!  Está fijado en el perfil el hilo de spoilers de los caps de este fic, ¡actualizaré un spoiler mañana durante el día! 

Nos leemos pronto, ¡gracias por leer!

PD: ¿Alguien se imagina cómo se romperá la tensión con este par? ¡Dejen sus conjeturas aquí!

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