/32/ Expone el secreto
¡Hola, hola!
Casi un mes de ausencia, esta autora se disculpa. Como sabrán la universidad y el trabajo demandan mucho tiempo que apenas he tenido oportunidad de sentarme a escribir adecuadamente, ¡pero aquí estamos!
Advertencia de este capítulo: principalmente es largo e informativo así que no veremos peleas jaajaj, pero es necesario. Segundo, antes había mencionado que está este fic está inspirado de Mo Dao Zu Shi (El Gran Maestro del Cultivo Demoníaco), y Tian Guan Ci Fu (La bendición del Oficial del Cielo) que son novelas chinas y posiblemente (sí o sí) sería un tipo de crossover ya que menciono ciertos elementos. Pero no es necesario que hayan leído las obras, dentro de las situaciones se explican los conceptos y también en las notas finales estaré dejando información por si quieren saber más contexto de trasfondo nada importante pero relativo :)
Finjamos, para fines de entretenimiento y este fic, qué esos tres mundos están el mismo universo *llora, llora*
Oh y ahora aplicaremos lo del apartado de advertencias qué este fic es medio raro con combinación de nombres chinos y japonés y japoñol porque yolo(?
Sin más, espero que disfruten del capítulo, fue una misión imposible darle forma y coherencia a las explicaciones hahaha
—Dos pautas: no te muevas excesivamente o se te abrirá la herida de la espalda, y no utilices ningún tipo de energía a menos que desees tener una desviación de energía severa.
—Como sea —murmuró Sakura a la indicación de la sanadora.
Tsunade gruñó un poco.
—Los jóvenes hoy en día no tienen modales.
—Como puedes ver, no hay mucho que hacer —dijo solemne virando el rostro.
Ha tenido días mejores y cualquiera que la viera de cerca lo notaría. Dígase Tsunade y Sasuke siendo los principales en tener la atención sobre ella en contemplación. La sanadora mantenía un eterno ceño fruncido mientras revisaba los canales de energía de por sí sellados.
Ha pasado por esta situación similar varias veces, no necesita una sanadora para que le dijera lo que ya sabe: estuvo a punto de tener una desviación de energía debido a la batalla interna con la energía espiritual y la resentida queriendo tomar posesión completa de los meridianos.
Permitió que Tsunade la viera de nuevo para tranquilizar a Sasuke, lo menos que podía hacer es librarlo de la preocupación. Lo veía en cada fracción de aquel rostro varonil que seguía con la mirada cada uno de los movimientos de Tsunade con cierta urgencia.
Quiso decirle que, aunque miles de sanadores la vieran, mientras no aprendiera a controlar del todo la energía resentida esta situación continuará. Se abstuvo de comentarios y refunfuñando permitió la revisión. Incluso, para su consternación, Kiba no mencionó este hecho conocido entre Sasori y ellos.
Su hermano permaneció en la esquina de la habitación observándolos en silencio. Cada vez que se encontraba con su mirada, la de Kiba parecía decir: "Compórtate como es debido". Y Sakura se volvió más infeliz ¿en qué momento los papeles de hermanos se invirtieron? Cierto, desde que su humor arisco aumentó debido a la irritabilidad de la energía resentida.
Esto es un efecto secundario que no ha querido admitir por mucho tiempo, pero ahora se da cuenta con claridad. En otra situación, hubiera permitido sin más que Tsunade la revisara sin tanta insistencia, empero, su mente se nubló en desesperación a que no lastimaran a Kiba o a ella que olvidó por completo las intenciones sinceras de Sasuke en el asunto.
Él no permitiría que los encerraran mientras pudiera evitarlo.
—Ciertamente no hay nada que pueda hacer por el grillete en tu cuello y tobillos —acompañado a sus palabras, Tsunade estiró la mano y dio golpecitos al cuello de Sakura. Esta se retrajo y la fulminó con la mirada por el inesperado toque. Tsunade reunió una sonrisa sardónica en sus labios—. Pero sí puedo ayudarte en lo físico. Escucha mi recomendación y lograrás salir de aquí en dos semanas.
El cuerpo de Sakura se relajó un poco ante la noticia, buenas nuevas a esto. Debía buscar a su maestro pronto si no quería descontrolarse.
Debido a que está dentro de un territorio Cazador que continuamente purifican el lugar, no ha sentido los susurros de los fantasmas porqué, sorprendentemente, no había ninguno alrededor. El Pabellón de Sasuke es uno de los más calmos y limpios espiritualmente. Aquí, se atrevía a decir, se percibía una energía cálida que le invitaba a quedarse para siempre.
Pero no se engañaría.
No pertenece aquí.
Y lo mínimo que mostrará es agradecimiento a quienes le ayudan.
—Siendo así, agradezco de antemano tus atenciones estos días. —Incluso Sakura no es desagradecida y le mostró un poco de respeto a la mujer rubia inclinando apenas la cabeza.
Jamás ha despreciado ni despreciará a los sanadores. Los respeta mucho porqué sabe su importancia, no por nada ha tenido a su abuelo Hiruzen detrás de ella todos estos años y los remedios de dudosa procedencia que su maestro Ryu empujaba a sus manos dada la oportunidad.
Cuando le presentaron a Tsunade antes del chequeo subestimó sus habilidades, cabe decir que fue una pésima elección. Apenas el día que estuvo inconsciente recuperó su energía habitual gracias a sus cuidados. Debería aprender a no hacer juicios basado en las apariencias.
Al elevar la vista contempló la expresión de Tsunade un poco más relajada, o por lo menos así lo interpretó al no tener ceño fruncido y manteniendo una expresión neutral, luego asintió en aceptación a sus palabras. Sakura debía admitir que Tsunade se veía imponente con su kimono de entrenamiento verde oscuro y ojos miel penetrantes que no paraban de analizarla, como si se tratase de un enigma indescifrable.
No está lejos de la realidad.
—Perfecto. Te veré mañana por la tarde para un chequeo diario, descansa por ahora.
Con esas indicaciones, tomó su bolsita dimensional y se despidió de ambos. Más efusiva con Sasuke al reñirle un poco sobre su prohibición de tocar canciones canalizando energía espiritual.
—No debe preocuparse, Konohamaru interpretará esas melodías —aseguró Sasuke solemne.
—Eso espero o vas a saber de mí.
Finalmente desapareció por el pasillo con Sasuke pisándole los talones para despedirla apropiadamente, dejando así a los dos hermanos semidemonios solos en la habitación mirándose entre sí, en silencio paulatino.
Uno que Sakura no tuvo compasión por romper.
—Te pusiste del lado de Sasuke. —No preguntó, y su mirada fue filosa cuando Kiba se encogió de hombros sin negarlo—. ¿Debo asumir que tu lealtad a cambiado?
Kiba bufó, sentado en el rincón con las piernas dobladas, las utilizó de impuso para incorporarse ágilmente y acercarse a ella.
—Deja de victimizarte. Ambos sabemos que hubiera sido problema si el líder Uchiha se negaba a brindarte ayuda. Sin energía espiritual y un tratamiento adecuado hubieras empeorado.
—No estés tan seguro.
—Sakura, esta vez te sobrepasaste —le interrumpió sin remordimiento y una mirada llena de advertencia y a la vez, preocupación—. Desde la primera vez, no se habían agrietado tanto los grilletes. La anterior ocasión apenas fueron fisuras, pero ahora...
Por inercia Sakura acarició su cuello recordando el dolor sordo que sintió en todo momento mientras controlaba energía resentida. Y ahora las punzadas lejanas parecían inexistentes si se concentraba en omitirlas. Siendo sincera, le dio razón a su hermano en su mente.
No lo admitiría en voz alta, no frente a Kiba, y peor, frente a Sasuke y preocuparlo más.
Y eso la volvía a molestar. Recordó el punto inicial de su inquietud y frunció el ceño tan infeliz de los acontecimientos.
—Debes controlarte, te has enojado rápido —ordenó Kiba acercándose para darle un golpecito en la frente—. Aun tienes un poco de energía resentida residual en tus canales, así que tus emociones cambian rápidamente. Ten cuidado con lo que dices y como lo dices, especialmente a Sasuke. Él no sabe lo que implica tenerte de malhumor ¿cierto? No lo preocupes más.
Lo peor, ¡terminó siendo sermoneada por su hermano menor! En medio de su molestia comprendió que fue necesario la advertencia. Seguramente Sasuke se estará preguntando un sinfín de cosas cuyas respuestas no está dispuesta a discutir ahora, lo que llevará a mortificarlo toda la noche tratando encontrar motivos por sí mismo.
Se irritó más.
—Es tu culpa por ponerte de lado de Sasuke —gruñó y se dejó caer de golpe en la cama olvidando por un instante la herida de la espalda, siseó ante el dolor y se cubrió con la sábana de pies a cabeza—. Me hiciste enojar, ¡es injusto que confabules contra mi!
—Lo que digas —aceptó Kiba detrás en tono aburrido.
Sakura cerró los ojos fuerzas tratando de que el sueño la invadiera, ignorando deliberadamente a su hermano menor. A Kiba no le efecto en absoluto su postura, acostumbrado a lidiar con su carácter en ese estado.
Incluso cuando estuvo tentada a destaparse al escuchar a Sasuke regresar y preguntarle a Kiba si ella tenía algún malestar, no lo hizo. En cambio, dejó que Kiba diera la explicación que quisiera, aludiendo Kiba que estaba cansada y quería dormir.
La luz proyectada por las velas apenas perceptible por las sábanas se esfumó después de eso. Sakura mantuvo los ojos abiertos escuchando un par de pasos quedos marcharse, reconoció el familiar avance de Kiba, pero no el de Sasuke.
Luego hubo pisadas acercándose a ella. A pesar de mantenerse enrollada en la sábana, reconoció la presencia junto a la cama qué se inclino para hablarle muy de cerca a su oído, con voz aterciopelada y apacible:
—Descansa, Sakura. Nos veremos mañana.
Su corazón se aceleró, encogiéndose en sí fue su respuesta.
Y así Sasuke se marchó dejándola con una sensación cálida en su pecho. Dispersando su malhumor con sólo unas palabras. ¿Tanto poder tiene él sobre su estado de ánimo?
Le consternó su propia conclusión, a tal punto de cerrar los ojos y enterrar el rostro en la almohada, dispuesta a lanzarlo en lo profundo de sus pensamientos.
Por ahora dormirá, mañana enfrentará al mundo.
Se despertó con el sonido claro de un guqin, no abrió los ojos, pero volvió a la conciencia paulatinamente entre ratos. Hundiendo la cabeza en la almohada, se concentró en escuchar las notas tratando de interpretarlas. Tranquilizante y agradable, le traían cierta calma adversa que empuja las emociones oscuras debajo del control, impidiendo que se irritara ante sus propios pensamientos.
Después de un rato, reconoció que era Limpieza. Desconoció quién lo interpreta, esperó que fuera Konohamaru, Sasuke no debía sobre esforzarse.
Pensó en abrir los ojos y comprobarlo, pero su cuerpo estaba tan relajado que sinceramente prefirió permanecer en la misma posición.
Cuando terminó la canción, escuchó la voz juvenil de Konohamaru con el repiqueteo del guqin.
—Espero que mi interpretación ayude a la señorita Sakura a recuperarse.
—Hm. No lo dudes, lo hiciste bien —felicitó serenamente Sasuke. Sakura podía imaginarse las palmaditas en el hombro que le da a Konohamaru cada vez que lo halagaba y la sonrisa de suficiencia del menor—. Agradezco que vinieras antes del desayuno.
—¡Para nada es molestia! Me alegra ayudar. Afuera es... un poco caótico.
Cuando Sakura atrapó estas palabras, Konohamaru se despidió y prometió volver más tarde. Se concentró en captar los sonidos deslizantes de los pies y la tela. Pronto supo que se encontraba sola en la habitación al no escuchar ni una respiración.
Abrió los ojos. Al estar acostada de lado se encontró con la visión de la mesita dónde seguramente estuvo Konohamaru tocando el guqin y junto a Sasuke tan expectante.
Lanzando un fuerte suspiro, se sentó con cuidado apoyándose de los codos sintiendo todos sus músculos relajados a excepción de los puntos en la espalda. Su ánimo optimo ¿quién iba a imaginar que Limpieza la ayudaría a sentirse mejor?
Estiró cuidadosamente los brazos sobre la cabeza y bostezó tratando de alejar el sueño. Por más que estuviera cansada debía enfrentarse a los próximos acontecimientos. Aunque fuera vaga en ocasiones despertando después del mediodía, no era sinónimo de su irresponsabilidad.
Rascándose distraídamente el cuello, mirando alrededor, se preguntó dónde se metió Kiba.
—Sakura, despertaste.
Se sobresaltó un poco ante la llegada de Sasuke. Lo observó mientras se detenía a media habitación, dudando si acercarse o no, identificó los gestos en su rostro varonil, un poco confuso tratando de saber su estado de ánimo y actuar a consecuencia.
Otra vez se sintió culpable, pero trató de alejar esa emoción esbozando una sonrisa sincera y apoyando una mano a su costado mientras inclinaba la cabeza a un lado.
—Buenos días a ti también, Sasuke. Espero que mi visión mañanera no sea un dolor de ojos para ti —dijo guiñándole el ojo burlonamente—. Me entristecerá no ser agradable a la vista.
Con esa declaración, los hombros de Sasuke se relajaron, pero contrario a esto, sus orejas se pusieron rojas y desvió rápidamente la vista mientras ocultaba una tos detrás de su puño. Casi podía imaginarse la vergüenza que estará sintiendo.
Cada vez le es difícil a Sakura contenerse en querer morder esas orejas que demuestran su vergüenza. Un día de estos lo hará y no se arrepentirá.
—He preparado la tina de baño para ti —comenzó diciendo eludiendo su comentario, a lo que Sakura hizo un puchero en inconformidad. Sasuke la miró haciendo ese gesto y luego encontró el centro de la mesa fascinante, no despegó los ojos de allí—. Tus kimonos habituales están más allá de la salvación, dejé un conjunto nuevo listo para usar. Yo... estaré afuera esperándote.
Al final tropezó con sus propias palabras y prácticamente huyó con elegancia al pasillo.
Sakura no pudo evitar reírse entre dientes, saboreando la satisfacción de ser la única que ha podido romper esa fachada de serenidad en él. Sin duda alguna, siendo Sasuke lo primero que ve al despertar mejoró cualquier indicio de malestar que tuviera.
Vigorosamente apartó las sábanas y a saltitos se dirigió a la bañera.
El baño le ayudó a despertarse por fin, a pesar del vapor y la sensación agradable del agua tibia, decidió no quedarse hasta dormirse. Sasuke la esperaba y no quería dejarlo solo por mucho tiempo.
Una calidez nueva se arremolinó en su pecho al ponerse el juego de kimonos dejados por el Cazadores. Las capas interiores blancas y el pantalón negro, y encima la capa exterior, un llamativo rojo ardiente salpicado de flores en el borde de la cintura y mangas anchas como utilizan los nobles, acompañado de un cinturón rojo. La tela, notó al tocarlo, era seda suave. Le recordó a los kimonos que su maestro le da cada cierto tiempo.
Pero, el recibir kimonos de Sasuke es un asunto completamente diferente.
Finalmente, después de luchar contra su propio cabello decidiendo amarrarlo en media coleta, ponerse los aretes rojos (lamentándose por la pérdida del otro par verde durante la lucha) y prensarse una horquilla verde extraída de lo más profundo de su bolsita dimensional, salió a explorar por el pasillo. El día anterior estuvo inconsciente cuando la trajeron, y lo único que ha visto hasta ahora es la habitación dónde durmió, el baño y la sala común del Pabellón.
Mirando a su alrededor, las puertas y paredes de color tenue, algunas pintadas con dibujos de ríos y flores moradas y rosas. Otras cercanas a la sala común parecían destellos de fuego vivo. Cada una representando una historia diferente, se encontró divagando en los posibles significados.
Su memoria no la decepcionó ¡encontró la sala común muy pronto! Se sintió orgullosa de sí misma y tarareó en victoria.
En la sala común se filtra más luz natural, del lado derecho hay unas puertas deslizadas dejando ver el patio trasero revelando un árbol de cerezos de aspecto fuerte y hermoso-
En momento, ¿por qué, entre todos los árboles existentes, hay un árbol de cerezo justo en el patio?
Estática, contempló en silencio surrealista el árbol alzándose con ímpetu, las ramas meciéndose suavemente al compás del aire fresco evidenciando la pronta llegada del invierno. Las últimas fuerzas del otoño llevándose los rasgos de los pétalos naranjas a medio marchitar.
Pero este árbol... apenas perdía los pétalos. Como si las estaciones pasaran lentamente en él.
Tan sumergida en sus pensamientos que se asustó fácilmente cuando algo esponjoso se restregó contra su pie.
—¿Qué demon-? Aaaaah, eres tú Momo ¡no me asustes así! Apareciendo de la nada...—le reprendió respirando profundamente.
Al bajar la mirada se topó con Momo cual gato feliz de ver a su dueño. Al sentirse observado, Momo se detuvo sentándose en sus patas traseras y le extendió una nuez entera.
Colocándose de cuclillas, Sakura tomó la nuez que le extendía y la agitó sonriendo para sí.
—¿Es para mí? Muchas gracias.
Momo graznó pavoneándose de felicidad. Ante tanta ternura, Sakura le dio unas palmaditas en la cabeza cuidando no estropear su pequeño sombrero de paja.
Recordó entonces el día en que compartió la primera comida junto a Sasuke. Momo se colgó de ella dándole un montón de nueces, Konohamaru dijo que Momo le daba regalos solamente a quienes le agradaban. Se sintió bien saber que uno de los animales espirituales de Sasuke no intentaba activamente lastimarla.
—Por cierto ¿dónde está tu maestro? Dijo que estaría aquí...
Segundo susto del día: Nana relinchando sobre ella.
Sakura saltó de su lugar dando un gritillo y alejándose a rastras. Al darse la vuelta apoyando una mano en el pecho, se encontró cara a cara con Nana, el caballo espiritual que desde el primer momento quiso derribarla.
Contrario a aquella vez, la imponente yegua azabache inclinó la cabeza y dio unos pisotones leves en el suelo mientras retrocedía. Casi como si estuviera reprendiéndola de que estuviera allí. Sakura lo identificó como un reclamo, y no pudo evitar bufar y apoyar las manos en sus caderas.
—Oye, no me reclames a mí ¿de acuerdo? —La apuntó con un dedo acusador—. ¡En todo caso la culpa es de tu amo! Él me trajo aquí en primer lugar.
Las fauces de Nana se expandieron para después resoplar moviendo la cabeza y las patas delanteras. Si acertaba, Sakura estimó que luchaba contra el impulso de ir contra ella. De por sí los animales espirituales reaccionan ante cualquier energía maligna que estuviera en su zona de confort.
Por otro lado, Momo parecía feliz colgándose del borde de su manga. La alzó quedando cara a cara con el hurón, un poco intrigada.
—Pero tú también eres un animal espiritual ¿no deberías intentar morderme? No eres nada normal.
—Me lo dicen a menudo.
La respuesta la obtuvo de nada menos que el amo de ambos animales espirituales. Sasuke cruzó el umbral cargando una bandeja que colocó resueltamente sobre la mesa del centro. Sakura olfateó el rico aroma a carne y casi babea del gusto. Afortunadamente es decente y a reconocimiento se acercó a pasos rápidos.
Por un instante, le pareció captar los ojos de Sasuke recorrer su silueta, algo parecido a la aprobación brilló en los orbes negros antes de ser sofocado rápidamente.
Decidiendo compadecerse, Sakura eligió no comentar nata respecto a esa mirada. Se concentró en hallar una respuesta a las palabras de él.
—Debí imaginarlo a este punto si tú eres su amo, tienen cero sentidos de autoconversación a mi alrededor.
Esta vez él dedicó una mirada impasible a la declaración mientras se encargaba de colocar los platos en orden sobre la mesa. Ignoró dicho comentario, un poco petulante de su parte si le preguntan a Haruno. No apuntó la falta de respuesta, en cambio, esbozó una sonrisa divertida cuando fijó su atención a la comida.
—¿Pretendes alimentar a todo un ejército con tanta comida? —cuestionó retóricamente cuando él reveló la comida de cada plato, extendiéndolo frente a la mesa baja. Fue un milagro que hubiera espacio sobre la mesa diseñado para dos personas.
Sasuke clavó los ojos sobre ella, intensos y oscuros, cuando pronunció deliberadamente consciente de sus palabras: —Sólo a ti.
Si acaso sintió sus mejillas encenderse, lo eludió rápido farfullando que no terminará todo por más que lo intentará. Sasuke esbozó una pequeña sonrisa divertida por su actitud.
—Come lo que desees.
—De acuerdo. —Ella agarró los palillos dispuesta a obedecer sin esperar a nadie más.
Al dar el primer bocado, olvidó que Momo aún cuelga de su manga, por lo tanto, su antebrazo tuvo un peso extraño. Secretamente divertida, alzó la mano y se topó cara a cara con Momo quién graznó victorioso de permanecer colgado cómicamente de la ancha manga.
—Eh ¿qué tenemos aquí? Un pequeño polizonte que intenta robar mi comida.
Momo graznó.
Los ojos de Sasuke bajaron al hurón, el pliegue de su frente apenas arrugado.
—Momo, deja comer a Sakura —reprendió.
Pero el hurón se negó abiertamente, aferrando sus pequeñas garritas a la tela pareciendo tan obstinado. Sakura temió a que destrozara la tela, pero sus preocupaciones fueron banales cuando Sasuke se aproximó a ella tomando a Momo entre sus manos con indulgencia, incluso cuando Momo tuvo indicios de berrinche él únicamente lo amonestó con una segunda mirada de advertencia.
Finalmente, Momo tuvo suficiente y desistió, mostrando su dramatismo siendo un peso muerto entre las manos masculinas. A Sakura le recordó la actitud infantil de Drako, el pequeño dragón escurridizo.
Entonces Sasuke soltó un suspiro resignado y se volteó a ella empleando un tono de disculpa.
—Perdona la actitud pegajosa de Momo. Es así cuando le agrada alguien.
—¿Debo sentirme privilegiada? —inquirió.
Uchiha se negó a responder acercándose a las puertas entreabiertas dónde Nana esperaba impaciente a la atención de Sasuke. Dejó a Momo sobre su lomo, la yegua dio un golpecito con el hocico a la mano del azabache, quién respondió acariciándole.
Un cuadro tan apaciguador, fue suficiente para que Sakura viera sin contemplaciones todo el intercambio. Bebiendo de la imagen tranquila que proyecta Sasuke tratando a sus animales espirituales con amabilidad y tacto, brindándoles caricias.
Manos grandes y cálidas...
Ensanchó los ojos ante el repentino pensamiento, su corazón pegando ruidosamente en su pecho ¿o sólo ella lo escuchó? Esperó que sí, porqué sería vergonzoso en todos los sentidos si pudiera hacerse notar. Temió cuando Sasuke retomó su lugar anterior con elegancia y propuso a comer.
Al cabo de unos segundos de cero reacciones, respiró tranquila proponiéndose a disfrutar el desayuno. De verdad, todo tenía pinta apetitosa.
Vagamente preguntó por Kiba en voz alta y Sasuke tuvo la amabilidad de proporcionar que Kiba decidió saltarse el desayuno a favor continuar durmiendo (dígase holgazanear) y pasó de esta ocasión.
Sakura arrugó la nariz, pero no fue activamente a volcar la cama y despertar a Kiba sabiendo que su hermano estuvo la noche en vela, seguramente vigilando los alrededores en busca de algún peligro. Por fortuna nadie intentó asesinarlos activamente en medio de la madrugada.
Mientras masticaba, espió entre sus pestañas a Sasuke frente a ella. Llevándose los palillos con calma a los labios, postura recta y elegante no perdiendo la concentración. Desesperadamente se rebanó los sesos tratando de interpretar el repentino silencio que cayó entre ellos. Había considerado este desayuno como un pretexto del Cazador en comenzar un interrogatorio sobre todo lo sucedido.
Y, siendo sincera, no hubiera negado ninguna respuesta.
Contrario a sus expectativas, Sasuke comió en parcial silencio, concentrándose en los platillos frente a él, tanto, que Sakura se preguntó, con los palillos sobre los labios, si acaso Sasuke pretendía ignorar la cuestión deliberadamente o en realidad era tan despistado.
Se inclinó a lo primero. Jamás ha visto las oportunidades pasar frente a él sin que se diera cuenta. Él es inteligente, después de todo, no subestimaría sus capacidades intelectuales.
Esto no impidió que le picara la incomodidad derivada al silencio y después de acabar un plato completo, encontró su pase de inicio a una conversación.
—Konohamaru tiene talento con el guqin, la Limpieza ayudó mucho. No se compara con tu interpretación, pero va por buen camino. —Abordó este asunto en particular sabiendo que es un tema ligero. Después de tragar otro bocado, agregó pensativa—: He notado que es un poco conformista.
El azabache tomó la conversación, asintiendo tras dar un bocado.
—Lo era. Con cierto impulso está logrando sobresalir —dijo Sasuke con una ligera sonrisa, sus ojos parecían rememorar viejas memorias desconocidas para Sakura—. Es perseverante y nunca se rinde. Superará sus propias expectativas si es constate.
—Sin duda prosperará bajo tu ala.
Tal halago consiguió una reacción de aquel atractivo rostro, una ceja enarcada a contemplación, un poco consciente de sus esfuerzos en adularlo. No superficialmente, siempre dice en serio sus cumplidos y, para bien o para mal, Sasuke supo interpretarlo correctamente.
Contrario a corresponder modestamente, Sasuke enfocó la atención en su cuello, Sakura adivinó cuál sería la siguiente pregunta.
—¿Te causa dolor los grilletes?
Oh, pensó Sakura parpadeando como búho fingiendo que la agarraron desprevenidamente. Se enderezó correctamente y trató de tranquilizar las inquietudes con un ademán surgida de la mano que sostiene los palillos.
E hizo lo primero que está acostumbrada a decir cuando se trata de su propio dolor.
—En absoluto, estoy mejor.
—¿Y la espalda?
—No duele. ¡Así que no deberías preocuparte demasiado!
—Mn... —Sasuke la contempló largamente en un gesto de aceptación.
Y luego se concentró en la comida.
Eso fue todo.
Incrédula, Sakura gruñó internamente. No es el precepto de paciencia contrario a lo que su actitud refleja.
¡Es-el-colmo! ¿De verdad no pretende interrogarme?
Frustrándose, colocó los palillos sobre el cuenco cruzando los brazos sobre su pecho en postura rebelde. Tal vistosa acción captada por Sasuke, quién se detuvo de toda acción e inclinó la cabeza arrugando el ceño en interrogación. Ojos negros confundidos, pasando de los cuencos a sus ojos verdes.
—¿Ya no tienes apetito?
La poca tolerancia de la pelirrosa se fue por la borda ante esa pregunta. Apoyó el antebrazo en la orilla de la mesa y farfulló:
—De verdad no puedo evitar preguntarme, ¿no te importa mi método no ortodoxo al utilizar energía resentida? ¿No temes que ataque desprevenidamente a tu clan?
Tal arrebato, en otra ocasión habría sido peor si no la hubiesen tranquilizado antes con música. Agradeció infinitamente estar completamente lúcida para la próxima conversación, disipando todas las emociones que logran irritarla y hablar mordaz. Él no merecía un mal trato injustificado.
Consciente de sus reclamos, Sasuke dejó sus acciones a fin de mirarla entrecerrando cuidadosamente los ojos.
—Sé no harás ningún acto contra el clan, no te hemos dado motivos para atraer tu ira —contestó solemne, y como si fuese algo natural decir, agregó—: Además, confío en ti.
Esas tres palabras fueron suficientes para derretirla en su lugar, sus ojos verdes centellaron de emociones duraderas. Se preguntó si acaso él se cansaría algún día de repetir esas tres palabras que logran sacudir su mundo.
Un momento, ¡no debo distraerme!
Gimiendo lastimosamente, se obligó a concentrarse.
—Sabes a lo que me refiero. ¡Es normal que tenga dudas y me cuestiones! ¿Por qué simplemente me estás alimentando en lugar de interrogarme?
Por más que desmembrara sus pensamientos no llegó a ninguna respuesta óptima que le satisfaga.
Sasuke no apartó los ojos de los suyos en ningún momento, escuchándola atentamente. Sólo después de terminar, él separó los labios, apenas perceptible.
—Cuando me curaste la herida, dijiste que me contarías sobre la energía resentida. Si después de comer quieres hablarlo, te escucharé. Me niego a forzarte sabiendo que tienes tus razones para mantenerlo en secreto.
Sakura cerró inmediatamente la boca con un sonoro chasquido, estuvo a punto de replicar hasta que escuchó tal argumento. Por un instante deseó con todas sus fuerzas haber creado algún talismán que le permitiera viajar al pasado ¡así se impediría a sí misma decir algo que fuera utilizado en su contra futuramente!
Frotándose la cara, murmuró audiblemente: —Sasuke, en este momento eres la única persona que tiene derecho a cuestionarme todo lo que desee y no estaría mal ¡me trajiste aquí para ayudarme a lidiar con las secuelas! Lo mínimo que puedo ofrecer son respuestas.
—No quiero imponerme —dijo él removiéndose, incómodo ante su insistencia.
—Te aseguro que no lo haces. —Ella suspiró largamente, retirando la mano en lamentación—. Algún día tu caballerosidad te meterá en problemas.
Sasuke no respondió, prefiriendo observar activamente la pared del costado frunciendo el ceño. Tal gesto, observó Sakura sombríamente, es la terquedad de Sasuke evadiendo el tema en cuestión.
Pero ciertamente la terquedad de Sakura es incluso igual o mayor, aunque no lo parezca.
—Quiero decírtelo —murmuró audiblemente—. Es injusto mantenerte en las sombras, creo que ha sido suficiente de tanto enigma ¿no piensas lo mismo?
La frente de Sasuke se arrugó un poco, contemplativo a sus palabras, devolviendo la mirada a ella con tanta intensidad, como si quisiera desmembrar cada uno de sus pensamientos y comprenderla libremente.
Sin mentiras.
Sin secretos.
—De acuerdo.
Los hombros de Sasuke recayeron, una emoción subyacente instalándose en el borde de sus ojos negros. Un recelo sin pizca maliciosa en rebatir una causa pérdida.
Él supo que perdió una batalla desde el inicio.
Jamás se diga que Uchiha Sasuke no intentó llevarle la contraria a Haruno Sakura.
—Hablemos mientras comamos. Necesito argumentos sólidos para excusar tu presencia en los eventos ocurridos —aclaró como si fuese el punto importante en toda esta cuestión—. Sea quien sea quien planeó el ataque buscará un chivo expiatorio.
Ugh. Había olvidado que el ataque en los Bosque de la Muerte fue, posiblemente, planeado.
—Oh, ¿y crees que me utilizarán a mí?
—Probablemente.
La seguridad en que lo expresó el Cazador trajo cierta molestia en ella, no con él, más bien se irritó a las motivaciones ajenas. ¡Ja! ¿pretenderían utilizarla como una pieza más en este inesperado juego de ajedrez? Sus ojos verdes brillaron de expectativas. Ya lo veremos.
—¿Descubriste la identidad de la mente maestra detrás del ataque?
Especulaciones y teorías formándose en su cabeza. Ninguna que tuviera una base sólida. Sasuke compartió una mirada seria mientras negaba con la cabeza.
—Todavía no se realiza la investigación adecuada, pero los principales sospechosos son los Ancianos.
—¿Los Ancianos de tu clan? —inquirió un poco impresionada tratando de adivinar las motivaciones detrás. Y aunque se rebanara los sesos no la hallaría.
—La única espada que pudo liberarse de los sellos fue la mía. Los Ancianos son responsables de poner los talismanes.
Siendo sincera, mientras no perjudicara directamente a Sasuke o cualquiera que le tuviera estima dentro de ese clan, Sakura mantendría una mueca desinteresada. Pero la alerta a que uno de los altos mandos pudiera estar detrás del ataque trajo cierta incertidumbre.
—Hacen bien en instigar. Pero no creas que he notado cómo intentas desviar la atención —gruñó Sakura habiendo descubierto el plan de Sasuke, quién se atrevió a mostrarse inocente a sus propias acciones. Quiso de verdad entornar los ojos ante su inherente dramatismo—. Seguramente tienes muchas dudas, comenzaré desde-
—Espera.
Siendo detenida abruptamente por la única palabra del Cazador, la joven se acalló, contemplando en silencio a Sasuke.
El lanzó perceptible mirada a la puerta trasera. Sin decir nada, se incorporó mientras metía la mano en el interior de su manga. Tardíamente, reconoció los talismanes silenciadores, con energía espiritual hizo colocar los talismanes rededor de la habitación. Quedándose con uno, la colocó contra el frente de la puerta.
En todo el proceso, la joven pelirrosa contempló relativamente calma a Sasuke pegar los talismanes, preguntándose si acaso habrá alguien afuera que intente espiarlos ¿se atreverían en acechar al segundo joven maestro del clan Uchiha? Teniendo sospechas de los Ancianos, creía cualquier cosa.
Pronto el azabache regresó a la misma posición con un semblante sereno, inclinando la cabeza al frente.
—Puede haber alguien merodeando a los alrededores. La habitación está insonorizada, puedes hablar libremente.
Decidiendo no comentar nada al respecto, Sakura se aclaró vistosamente la garganta creyendo en sus palabras.
—Correcto. Bien. —Sacudió la mano—. Con respecto a la energía resentida... Tengo la fuerte impresión que descubriste algún indicio antes de ayer.
No mentía. ¿Acaso es posible que Sasuke no haya notado nada desde los eventos anteriores? Imposible, él es inteligente y Sakura no duda que haya llegado a varias conclusiones acertadas con poca información.
Uchiha mantuvo el gesto serio, viéndose contemplativo como si considerara sus propias palabras. Posteriormente habló las frases más largas que Sakura lo haya escuchado decir jamás:
—Fue una conjetura cuando hurgué tus meridianos en Flores Danzantes, encontré residuos pequeños de energía resentida, y después, cuando la sanadora Shizune te revisó no existía antecedente alguno. Era como sí nunca hubiera estado en primer lugar.
Ensanchando los ojos, Sakura le dedicó una mirada impresionada a lo que Sasuke respondió crispando los labios.
—Con el antecedente anterior, consideré que haya regresado de dónde provino. La canción de Limpieza que interpretó Konohamaru no erradicó por completo la energía resentida. Pero, como te dije, sólo fue una conjetura hasta ayer.
Habiendo terminado la explicación, Sakura mantuvo boca ligeramente abierta de la impresión, con la barbilla apoyada en su mano y el codo en la mesa. El brillo de fascinación se instaló en sus ojos verdes y se quedó en blanco unos segundos para después enderezarse y dar un aplauso impresionado.
—Nunca escuché expresarte con tanta pasión —comentó divertida, y para su deleite, las orejas de Sasuke se pusieron un poco rojas, y no, no fue la luz—. Lo único que lamento es que haya sido para teorizar sobre energía resentida, lo siento.
—No lo hagas. Me pediste explicarte.
—Lo sé, lo sé.
Acomodándose en su asiento, Sakura tamboreó los dedos sobre la mesa, tratando de organizar sus propias ideas estimando qué explicar primero. Decidió que aclarar la conjetura de Sasuke sería un buen inicio.
—Tu teoría no es tan errada. No bromeaba cuando decía que estos —se dio unos golpecitos en la garganta— no están de adorno. Como sabes, los grilletes regulan todo tipo de energía proveniente del portador, pero no es su única función. En realidad, limita el poder.
La confusión del Cazador se expresó en un ceño medio fruncido.
—¿Poder?
—Sí, dejemos claro est, poseo dos tipos de energía: espirítual y demoníaca. —Mostró dos dedos, tratando de mantenerse lo más seria posible para la siguiente parte—. La energía demoniaca se trata en absorber la energía vital de los demás para acceder las mejores habilidades, siendo sincera, no lo utilizo, no soy tan infame para hacerles ese mal a otros.
Por más que desesperada que esté, evitará utilizarlo, significaría una muerte absoluta para su alma apenas accediera. No quiere convertirse lo que otros pregonan que es: un mosntruo rabioso. Su única ambición actual es recuperarse y regresar a casa para pasar el invierno.
Con ese pensamiento, volvió a centrarse.
—Me volvería loca si intentara si quiera en acceder a mi lado demoníaco. Los grilletes sellan esas posibilidades. Sin embargo, hay casos escasos en que los grilletes no son suficientes para contenerla por completo.
Lanzó la última frase de forma casual, haciendo una apuesta interna de lo perspicaz que puede ser el Cazador. No la decepcionó, contempló el brillo de reconocimiento instalándose en los orbes ónix que no la perdieron de vista.
—Tú eres de esos extraños casos. —No preguntó, lo afirmó. Y Sakura asintió, la comisura de su boca se curvó a cambio de palabras—. ¿El grillete no te restringe totalmente como los demás semidemonios?
La joven lo consideró, dándose golpecitos en la quinada con el dedo índice, pensativa. ¿Cómo explicarle su constante lucha contra su propio poder si alertarlo? Lo menos que desea es preocuparlo más, no decirle una mentira, que los Cielos la libren de siquiera considerarlo, pero omitir no es precisamente una mentira ¿cierto?
Estiró ese mismo dedo al frente, con voz calmada y propensa a cuestionamientos, dijo:
—Aún estoy en proceso total de mantener un equilibrio con la poca energía espiritual que los grilletes permiten, para no utilizar energía demoníaca recurro a manejar energía resentida. Acceder completamente a mi núcleo de energía espiritual ayudaría enormemente a controlarme, siempre y cuando lo aproveche.
—¿La energía espiritual te ayudaría a mantener un control más estable? —continuó cuestionando él.
Ella tarareó, frotandose la venda del cuello. Luego junto las manos ayudándose con gesticulaciones.
—Ambas energías luchan naturalmente entre sí, sin embargo, se añade la energía resentida que proviene de forma externa. La energía espiritual ayuda a purificar la energía resentida constantemente evitando los grandes riesgos. Se hace lo que se puede con lo que se tiene —se encogió de hombro al final restándole importancia.
Siendo sincera, es un método que está fuera de sus posibilidades. Los grilletes jamás se irían, por lo tanto, debía aprender a prueba y error manejar la energía resentida que se adhiere a ella como segunda piel cuando no tiene cuidado; especialmente al hacerlo a voluntad propia e invocar los fantasmas a su alrededor.
Un dato que dejó al aire sabiendo que Sasuke lo comprendería, el hecho de que no pudiera acceder a su núcleo de energía abría paso a que debía utilizar otros métodos. Él atrapó cada palabra procesándola debidamente, con la estimación requerida, uniendo cada pieza del rompecabezas.
La expresión que reflejó el rostro contrario reveló parte de sus pensamientos: preocupación.
Al atrapar esa mirada en de él, expandió su explicación extrayendo su flauta del interior de sus mangas y agitándola frente a él, la borda roja balanceándose. Ojos negros se enfocaron en la dizi.
—Te aseguro que hago mi mejor esfuerzo. Utilizo el cultivo musical para ayudarme a controlar a los fantasmas ¿sabías que la música es una de las pocas formas en que la energía resentida puede controlarse sin invitarla directamente al cuerpo? Oh, pero ¿qué estoy diciendo? ¡Eres un músico nato, claro que lo sabes!
Y por la reacción nada impresionada de Sasuke, a excepción del ligero enrojecimiento de sus orejas, concedió modestamente su punto. No desapareció esa expresión latente en su pétreo rostro varonil, incluso se intensificó. Sakura no pudo evitar sentirse un poco mezquina y mostrar los dientes en una sonrisa.
—¿Eh? ¿Hay algo que te inquieta? Adelante, pregunta. Te dije que contestaría todo lo que quisieras saber —citó acomodándose sobre sus codos apoyados en la mesa. Sasuke no se veía parcialmente contento y le intrigó el origen de su molestia.
—¿Es peligroso que uses la energía resentida?
Así que se trata de eso, pensó Sakura enarcando una ceja. Seguramente ahora teme que se desate el caos en su clan. Lo tranquilizó de inmediato.
—No debes preocuparte por si traigo problemas en tu casa. No hay ningún fantasma a la redonda que pueda invocar y tampoco energía resentida intensa —explicó lánguidamente.
Al parecer incluso ella malinterpretó sus palabras, porqué Sasuke negó fervientemente con la cabeza, viéndose decidido en aclararse.
—Me refería a los efectos que tiene sobre ti. El que sepas cómo manejar este método no estipula que tengas que utilizarlo.
Una simple frase logró sobresaltarla, parpadeando casi en realización, impresionada por el repentino rumbo de pensamientos que asaltaron los bordes de su mente. Haciéndola sentir cálida y amena su atención, también un poco traviesa.
—¡Ay, joven maestro! Tus preocupaciones son innecesarias, de verdad. —Deshizo la posición de sus brazos irguiéndose debidamente a favor de presentar una imagen creíble—. Pero debo admitir, intento no utilizar la energía resentida ya que conlleva a... ciertos efectos, como pudiste notar.
Él estimó, y cuidadosamente dijo: —¿Domina tus emociones?
—Sí y no, uno debe tener especialmente cuidado en su manejo. Sinceramente no lo recomiendo en lo absoluto si no conoces las bases —aplicó paciente cada expresión, educando su rostro a uno serio—. La energía resentida proviene de todos lados, pero principalmente de los muertos. Una balanza inestable entre el bien y el mal dónde este último se inclina más. Sólo piensa, si me adentro a un campo de cadáveres cuyas personas inocentes murieron en el fuego cruzado en una guerrilla ¿cómo crees que me sentiría al respecto o qué emociones prevalecerían en las almas que esas personas fallecidas?
Sasuke guardó silencio dándole la debida consideración a la pregunta para no cometer fallas en el momento de responder.
—Seguramente sentirían impotencia y rabia por sus muertes injustificadas.
—Ahí lo tienes. No es difícil deducir la cadena de actos que siguen —comentó haciendo un gesto amplió con las manos—. Contrario a la energía espiritual, la resentida es oscura y rebelde, la mayoría de los fantasmas tienen arrepentimientos al morir, son tan fuertes en que se vuelven viciosos al emerger. Por ahora puedo drenar esa energía y convencerlos de ayudarme a luchar. Estoy en proceso de hacerlos soltar y liberarse, ya sea obteniendo la justicia que les negaron o sacando su ira y apego para que piensen con claridad, pero todavía me queda un largo camino por recorrer.
Toda la charla Sasuke mantuvo una expresión parcialmente cerrada, a excepción de sus espontaneas reacciones. Fuera de ello, escuchó atentamente la explicación y nunca hizo una mueca indebida. Lejos de eso, pareciera un diligente estudiante escuchando a su maestra que imparte la clase, como si poseyera todo el conocimiento del mundo y él fuera ignorante.
Entonces, cuando terminó de su explicación, él se quedó callado, sumido en sus pensamientos. Sakura casi podía ver cada uno materializado, estirando y considerando.
Mentiría si no dijera que estuvo impaciente a su dictamen ¿acaso pensaba en las palabras adecuadas para despedirla de su vista? Él era dolorosamente cortés y caballeroso, que, en su mente, si en algún momento la repudiaría, Sasuke hablaría con es tono de voz serio y objetivamente parcial: "Si fueras ser tan amable de esfumarte de mí vista, te lo agradecería mucho".
Así de caballeroso lo imagina.
Entonces, cuando se encorvó impaciente murmurando una que otra palabra para sí, se sorprendió al alzar la vista y atrapar aquellos ojos profundos luchando con tantas emociones.
Al final, lo único que dijo fue:
—Dijiste que hay extraños casos en que lo grilletes no restringen por completo ¿hay un factor en especial?
—Eh... —murmuró ella, contemplativa.
Hubo días en que se preguntó lo mismo, cada ocasión en que sentía los grilletes agrietarse deliberadamente cada cierto tiempo. Y solamente cuando conoció a su maestro, aquellas dudas pudieron aclararse.
Tamboreó los dedos sobre la superficie, estimando la próxima reacción de Sasuke, esperando el momento en que él se pusiera de pie, despotricando que tuvo suficiente respaldando a una semidemonio que bien podría convertirse en una amenaza potencial.
Forzosamente tuvo que convencerse de lo contrario.
—Digamos que, así como hay clasificaciones en los fantasmas y espíritus de rango Feroz, Salvaje, Ira y Calamidad, existen ciertas variaciones en los semidemonios. —Sakura aspiró un poco sintiendo un poco de adrenalina atravesando sus venas, el corazón latiendo desenfrenado por los nervios.
Nadie, a excepto un número reducido de personas conoce esta verdad. Su mayor secreto, conjunto al manejo que poseía sobre la energía resentida, es de quién lo heredó.
Armándose de valor, inclinó la cabeza contra los rayos de luz matutina iluminando la habitación. Por un instante se permitió contemplar el cuadro completo de los rasgos faciales del hombre frente a ella, cuya expresión educada en seriedad que refleja lo importante que es el asunto, ojos oscuros que jamás la perdieron de vista y no demostraron renuencia o juicios contra ella.
Una imagen tan gravada en sus retinas, y consideró, no por primera vez, que Sasuke sea un dios con piel humana caminando entre la indigna civilización. Ha probado de primera mano que su rostro no siempre demuestras todos los pensamientos.
Así que se arriesgó una vez más.
—Mi padre es un demonio muy poderoso —dijo lentamente, atenta a la reacción de Sasuke y continuó sin compasión—. Una Calamidad.
Lentamente, muy lentamente, los ojos crispados del joven azabache se ensancharon a niveles insospechables quedándose parcialmente quieto. Una impresión lejana y sorda irrumpió el ambiente calmo que hasta ahora proyectó él en toda la conversación y Sakura lo supo de inmediato.
Esta noticia, pensó con cierto temor cercano, resultó ser su límite.
Sasuke no lo ignoraría, ¿cierto? Al fin y al cabo, las Calamidades son leyendas, desastres que plagaron el mundo mortal de dolor. Los registros son claros, cinco calamidades que han cursado la historia de la humanidad, incluso los dioses no podrían ignorarlos fácilmente. Mucho menos los humanos. ¿Y una semidemonio que heredó su sangre? Mucho menos.
—¿Una Calamidad? —murmuró Sasuke, su rostro consternado mientras agarraba la taza de té tratando de ocupar sus manos.
Ella confirmó asintiendo: —La Quinta Calamidad.
Si caso es posible para Sasuke ahogarse con un sorbo de té, fue más verdadero de lo que pareció.
Siendo sincera, Sakura también estuvo escéptica cuando su maestro Ryu le reveló el gran secreto de la fuente de su poder. En su defensa, se lo soltó en medio de una comida de la forma más casual posible: "En todo caso, tu padre poseía un gran poder, no se puede hacer nada al respecto más que aprender a controlarlo. Y, por cierto, él fue una Calamidad, la quinta para ser exactos. No lo olvides".
Las cejas de Sasuke se dispararon hacia arriba, viéndose visiblemente consternado.
—¿Fuego Ardiente del Atardecer Olvidado, Hiryu, Ryuichi? —había una nota de incredulidad escondida entre su voz.
Fue el turno de Sakura en hacer una mueca ¿por qué las personas mencionan los títulos como si fueran vehementes?
—Correcto, así se llama mi padre. Y, honestamente ¿a quién se le ocurrió colocar esa clase de títulos a las Calamidades? —expresó entornando sus ojos verdes—. Lo sé, son poderosas, terror de los Cielos, lo que sea.
—...
Sasuke la miró expectante.
A lo largo del mundo y los milenios, se han expandido historias de aquellas criaturas que fueron el terror de los tres Reinos: los Cielos, el Mortal y el Fantasmal. Las personas los creen inexistentes, un mal que existió hace milenios y dejaron su existencia lejana al causar estragos en su tiempo. Ahora simplemente son cuentos populares de terror que los padres cuentan a sus hijos cuando quieren mandarlos a dormir temprano.
Anteriormente eran conocidos como los Cuatro Reyes Fantasmas, pero después del surgimiento de la Quinta Calamidad, simplemente fue agregado por el poder que representó.
Entonces, algunas personas se reunían en medios de fogatas, teniendo una audiencia entusiasta por leyendas antiguas de la era de ascenciones y desastres andantes, en que los Tres Reinos estaban unidos de una u otra manera. En la actualidad, muchos civiles agradecían que lo mayor con lo que debía enfrentarse era con crituras de rango Salvaje o espirítus vicioso.
El relato de esos famosos Reyes Fantasmas comenzaba así:
—Ya sabes, apuesto que has escuchado de los Cuatro Reyes Fantasmas. Primero está Linterna Verde Errando en la Noche, Qi Rong. Es la más débil de todas, ni siquiera ha alcanzado el rango Calamidad, se quedó estancado en el rango Ira. ¡Los Cielos tuvieron que hacer números pares con cuentos populares de los Dioses! Es un fantasma desagradable, le gusta colgar cuerpos en los bosques simulando una lluvia de sangre y devorar humanos.
»Luego está Aguas Negras que Hunde Barcos, He Xuan; raramente aparece ante los demás, el Cielo no tiene mucha información de él, sólo que su dominio se extiende sobre los mares del sur, sobrevives viajando en madera de ataúd... que haya contenido primero un cadáver, o pereces bajo el mar.
»Después está La Calamidad Vestida de Blanco, Bai Wuxiang; caracterizada por tener una mascará blanca que llora y ríe al mismo tiempo, ¡tan espeluznante! Provocó la caída de un Reino antiguo y poderoso, trajo una enfermedad mortal consigo que acabó con la mayoría de los ciudadanos. Fue la primera Calamidad entre todas, pero también la primera en dispersarse.
»De ahí está la más poderosa de las Calamidades, el mayor dolor de cabeza en el Reino de los Cielos: Lluvia Carmesí que Busca la Flor, Hua Cheng. ¡Se hizo conocer al derrotar a 33 dioses seguidos! Una historia de los más terrorífica. Los dioses no quisieron aceptar su derrota y Hua Cheng quemó todos sus templos y palacios en el Reino Mortal. Es mejor no provocarlo, su carácter es muy impredecible. Es dueño de Ciudad Fantasma y de las Mariposas Fantasmales.
»Y, por último, la Calamidad más reciente hablando de menos siglos existiendo, Fuego Ardiente del Atardecer Olvidado, Hiryu Ryuichi; un antiguo comandante que redujo a cenizas su propio Reino en sólo una noche, tan despiadado que no dejó nadie con vida. De ahí obtuvo su título. A diferencia de las otras Calamidades Fantasmales, este es un demonio a toda regla. Su título de quinto Rey fue dado por los Cielos por su inmenso poder, pero sus apariciones no son tan llamativas.
Cada uno proyectando una historia en particular, cuatro de las cinco Calamidades son fantasmas; y su padre, Ryuichi, es el único demonio entre ellos. Y, siendo honesta, Sakura no sabe si es porqué su línea directa proviene de una de esas temibles Calamidades que causaron temor en los dioses de los Cielos y trajeron caos al mundo, pero no las siente tan vehementes como las hacen sonar.
No es estúpida, sabe cuán poderosa puede ser una Calamidad, pero no quita el hecho de que le pareciera una idiotez. Pero, como decía, por algo esos fantasmas se ganaron dichos títulos.
Especialmente su padre. No es que desconozca las historias que circulan de él, pero en realidad no recuerda mucho de su propio progenitor, ni siquiera su rostro si es sincera.
—Las Calamidades se dispersaron hace mucho —murmuró Sasuke para sí, una manera amable de señalar que ya no existen.
O eso se cree.
Se aventuró a desmembrar la reacción que tuvo Sasuke: mirada fija y ojos contraídos. Hasta que encontró las palabras adecuadas según sus estándares.
—Remota a demasiados siglos atrás, ahora son mitos y leyendas como las ascensiones a los Cielos —atribuyó ella—. Pero la prueba de que por lo menos la quinta Calamidad apareció hasta hace menos de treinta años está frente a ti.
Los ojos de Sasuke no reflejaron ninguna emoción contraria ni rechazo. En el fondo Sakura quería medir su reacción y actuar a consecuencia ¡pero Sasuke era más experto que ella en ocultar sus emociones! Con ese rostro estoico y sereno, desprovisto de frialdad. Aunque con ella sus expresiones se relajan mucho.
Se aclaró la garganta y agitó su mano.
—Debido a esto mi energía demoniaca es un poco versátil y problemática, atrae al resentimiento como polillas a la luz, no te mentiré, tú lo viste —aclaró.
—Los grilletes malditos no fueron diseñados para contener energía descendiente de Calamidades —concluyó Sasuke.
Por lo tanto, Sakura volvió a sonreír asintiendo con la cabeza. Si fue evidente que él rodeó olímpicamente el asunto de: "Soy la hija de una Calamidad ¿deberíamos discutirlo?", Sakura no lo mencionó, él debía continuar digiriendo la información a su propio ritmo.
—¿Hay algún método para calmar la energía sobrante?
Ella notó el borde de preocupación en sus palabras, enterneciéndola. En lugar de asustarle el hecho de que estaba sentada frente a una fuente de energía demoniaca o resentida, primero velaba por su bienestar. Puedo haber arrullado, pero no lo hizo.
—No debes preocuparte por ello, he vivido años así. Cada cierto tiempo purgan el exceso de energía acumulada y sellan constantemente los grilletes.
—¿Cómo?
En esta parte Sakura dudó un poco, su lengua era fluyente y las palabras salían sin problemas. Se dio cuenta que no le importaba seguir revelando partes de su condición si ello conlleva a que Sasuke no tuviera ese rostro teñido de preocupación. Quiso atraerlo a sus brazos y acariciarle el cabello asegurándole que estaría bien.
Además, se suponía que era otro secreto, pero... si se lo contaba a Sasuke no aplicaba. Aunque ya le ha dicho su mayor secreto recelosamente guardado, decir un poco más no afectaría ¿verdad?
—¿Tiene algo que ver con esa persona llamada Toru? —cuestionó finalmente él.
Por un instante Sakura se preguntó si acaso él podía leer la mente, ¡de ninguna forma podría saberlo!
Luego recordó que Kiba lo mencionó la noche anterior y se relajó.
—Vaya, así que recordaste —aludió estirándose para atraer la tetera y servir más té—. Toru es mi maestro, me hizo su discípula cuando cumplí trece años. Se encarga de mantener sellados los grilletes.
Tales detalles no pasaron desapercibidos por Sasuke, sin alterarse por la cantidad de información y tomando cada palabra a consideración. En este particularmente se quedó en parcial silencio, contemplando sus propias manos.
Él contrajo los dedos y volvió a concentrarse.
—Debo suponer que tiene relación con que visitaras el Bosque de los Lamentos justo después de que tus grilletes se agrietaran en Flores Danzantes.
¿Cuándo Sakura dejará de maravillarse de las deducciones acertadas de Sasuke? No tenía idea.
Le sonrió enigmática, y sin necesidad de palabras, lo confirmó. Él comprendió, lo supo cuando vio el reconocimiento en sus orbes negros, inundados de más y más dudas. Un poco ansioso por obtener respuestas, pero renuente a cuestionar.
Y aunque lo decidiera, no tuvo la oportunidad. Los ligeros golpes en la puerta irrumpieron el juego de miradas resonantes de verde y negro, tratando de hallar una realización.
Una sirvienta, ignorante a esto, habló contemplativamente desde el otro lado de la puerta:
—Joven maestro, la Sacerdotisa Saito ha solicitado una reunión.
Sabiendo que debía responder, Sasuke se apresuró (sólo a la forma que él suele hacerlo: caminando a paso rápido, no corriendo) a la puerta inhabilitando el talismán silenciador que cumplió perfectamente su propósito.
—Déjala pasar, Miyu.
—De acuerdo, joven maestro.
Los pasos sonoros alejándose de la puerta fue el único sonido que irrumpió entre los pensamientos ruidosos en la cabeza de ambos, especialmente en Sakura. Quién mantuvo una postura relajada en el exterior, pero internamente la inquietud alumbra cada uno de sus sentidos, temerosa a que finalmente, finalmente sobrepasara el límite de paciencia en el Cazador.
Viéndolo de espaldas (oh, esa ancha espalda y hombros fuertes) estimó si caso fue demasiada información que procesar ¿quizás debió revelarlo por partes?
No importa, ya está hecho. Dijo todo sin pelos en la boca y sean cuales fueran las consecuencias, las aceptaría.
Sus ojos verdes no perdieron la forma quieta de Sasuke, tampoco cuando se viró a ella con esa expresión cerrada que no muestra ninguna de sus emociones. Pero incluso con un panorama tan poco alentador, por la forma en que sus ojos se volvieron serenos mientras la enfocaban, supo que las preocupaciones eran innecesarias.
—Vístete adecuadamente —indicó haciendo un ademán a la habitación en que estuvo descansando. Luego se viró desapareciendo tras la puerta.
Si Sakura soltó un suspiro bajo de alivio y cerró los ojos, nadie lo supo excepto ella.
Bien, bien! Podemos decir que ahora Sasuke está enterado de casi todo con respecto a Sakura? Aún hay algunas cosillas, ¡pero lo más importante está cubierto! Las dudas de Sakura en todo el capítulo me dieron ganas de abrazarla. Por favor ¿alguien le dice que no hay motivo que haga alejar a Sasuke?
Y eh, Ryu siendo la mera bomba. Si a alguien me pareció extraño qué Sakura no recuerde su rostro, no lo es, más adelante se explicará parte del porqué.
Y ahora sientanse comodxs porque explicaré un poco sobre algunos aspectos relevantes del capítulo ¡sean libres de preguntar!
Conforme al tipo de energía que utiliza Sakura, dejemos en claro que la energía demoníaca es natural proveniente de los demonios, es nato cuando se convierten y es un método mucho más imbécil de lo que describió Sakura (en que roba la energía vital de los demás y poseerlos para aprovechar sus habilidades, sí, así es Mei con las marionetas). Aunque en realidad no es mucha la diferencia, toda criatura (sea fantasma, humana o demoníaca) pueden utilizar energía espiritual con ciertas condiciones.
La energía resentida, por otro lado, como explicó Sakura proviene de los muertos. Principalmente este tipo de manejo es como un tipode nigromancia, siendo un tipo de redireccionamiento en el trato con los muertos. Drena la energía resentida para convencer a los muertos de que finalmente se suelten y se liberen, ya sea obteniendo la justicia que les fue negada en vida o habiendo sacando lo peor de su ira y apego para que pueden pensar con la más claridad.
Pueden encontrar un poco más de info en esta página en la que extraje la información: https://lovepsychothefirst.tumblr.com/post/676406711203020800/in-hindsight-the-popularity-of-using-demonic
Ahora, las Calamidades. Ya se había dado pautas de esto en capítulos anteriores que el rango Calamidad es el más alto, capaz de destruir reinos en sólo un día. De la época de las ascensiones de mortales a dioses, y de fantasmas. En la época que se centra este fic son siglos después de dicha época, y es dónde las personas pueden entrenar diligentemente para alcanzar la inmortalidad, ya no pueden convertirse en dioses, si no volverse inmortales. Aquí las primeras cuatro calamidades están mencionados de pasada no son relevantes para la trama por ahora.
Le dejo unas imágenes de como se ven las primeras cuatro Calamidades:
Qi Rong
Bai Wuxiang
He Xuan
Hua Cheng
¿Alguien recuerda qué animalito avisó a Ryu sobre la situación de Sakura y está vinculado con una de estas Calamidades? - mirada de suspenso -
En fin, gracias por leer!! Espero que las dudas hayan sido despejadas, si no, pueden preguntar aquí :3
Agradecería su pudieran darme su opinión de si les va agradando o no el fic a este punto *llora ansiosa* de verdad sus comentarios y opiniones valen mil.
Nos leemos pronto, el siguiente capítulo vendrá en los días siguientes, es la racha de la actualización seguida!!
Alela-chan fuera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top