/31/ Dominio
Holis! Capítulo sorpresa inesperado ¿eh?
No planeaba subirlo hoy, pero me he sentido un poco impaciente y decidí editarlo. Pronto termino mi mes ajetreado en el trabajo y no veo la hora, ¡pronto e iniciaré el cuatrimestre en la uni!!
El capítulo está desde la perspectiva de Kiba e Itachi ¿por qué? Porque YOLO
No es cierto, mis bebés se merecen unas escenas en pantalla mientras nuestro SasuSaku se toma un breve descanso. Las advertencias para los próximos capítulos son: muchas conversaciones, se revelan secretos y se explican enigmas.
¡Disfruten la lectura!
Kiba sabía concretamente sobre la habilidad de Sakura manejando energía resentida, y controlar fantasmas es una extensión más. Y también, a menos que fuera una emergencia de vida o muerte (e incluso peor), se abstendría a pedir ayuda de los fantasmas.
Esta pauta no se pactó por gracia, tuvieron que pasar ciertos incidentes antes que lo decidieran así. Fue lamentable, no para ellos (aclarando el punto importante) sino para las víctimas que sufrieron bajo la ira inevitable de Haruno.
Él recuerda dichos incidentes en el que vio a su hermana mayor controlar fantasmas con el fin de salvaguardar el pellejo de alguien. Y ninguna de ellas acabó bien.
La primera ocasión sucedió cuando eran niños. Los huérfanos eran una plaga en todos lados y entre las calles de un pueblo conocido por famosas casas de té y geishas no sería la excepción. Más bocas que alimentar y males que cortar, robando comida de los puestos del mercado y trabajando torpemente en construcciones o variaciones similares. Sasori, Sakura y él trabajaron de sol a sol consiguiendo sobrevivir día con día.
Ser un niño de por sí no resultaba fácil, y para una niña la situación se tornaba desdichable. Y los adultos cometieron el error en creer tener derechos sobre Sakura, la tomaron con el fin de venderla a una casa de té acomodada. El destino de un semidemonio pintaba peor, un esclavo era el rango máximo en alcanzar.
Todo se originó por un desliz. Kiba terminó siendo azotado tratando de impedir infructuosamente el castigo sobre Sakura.
Entonces todo se rompió.
La fuerza de Sakura emergió cómo un torbellino maligno, arrasando con todos alrededor.
Kiba apenas tiene conciencia de aquel día, después de todo, era un niño. Recuerda un pie impactando en su estómago una y otra vez, ser lanzado al suelo y casi reducido a cenizas. Luego, escuchó gritos y olió el humo y sangre. Al enfocarse, vio a varios fantasmas emerger del suelo destruyendo todo el lugar sin dejar rastros.
Ese día conocieron a Ryu, un hombre enigmático que literalmente cayó del cielo a salvarlos del desastre inminente que trajo el poder liberado de Sakura. Fácilmente reprimió toda energía resentida. Luego agarró a Sasori, Sakura y él sacándolos de las mugrientas calles prometiéndoles que tendrían una mejor vida.
Poco después conoció a un curandero qué, con el pasar de los años llamó abuelo Hiruzen. La vida se tornó menos complicada cuando Ryu los redirigió al pueblo de los semidemonios en los límites del Monde de las Ánimas. Los mejores tiempos se atreve a estipular.
La segunda ocasión que presenció otro arranque de su hermana, mentiría si no dijera que tembló de pies a cabeza. Sakura de quince años se descontroló luego de encontrar a unas semidemonios maltratadas y abusadas en medio de un callejón asqueroso y maloliente.
Sakura apenas se había detenido un segundo para interpretar la escena, su ojo derecho brilló a rojo carmesí y se desató el caos.
Ella no tuvo reparos en cometer los primeros homicidios consciente en su vida, no por su propia mano, pero sí permitiendo que los fantasmas destrozaran a los malditos que destruyeron la vida de aquellas mujeres. Ella empuñó la peligrosa arma de doble filo y no le importó las consecuencias de sus acciones.
Kiba apenas logró contener su estómago.
—Apestan a sangre de otras chicas. Le hago un favor al mundo acabando con sus miserables vidas. —Había dicho Sakura fríamente, mirando con una expresión aterradoramente en blanco a los fantasmas destazar criminales.
En algún punto ya no distinguió correctamente si los gritos pertenecían a los fantasmas o a los criminales. Siendo sincero, Kiba quiso huir en cuanto comenzó la masacre, pero no se apartó de su hermana confiando que ningún fantasma lo atacaría a él y socorrió a las dos mujeres agraviadas arropándolas con su propio kimono.
Y mientras las muchachas lloraban entre sangre y lágrimas y daban agradecimientos a Sakura, ella les sonrió desdeñosa y dijo con un ademán:
—No agradezcan, pero alégrense. Estos monstruos nunca volverán a lastimar a nadie más y sus almas no descansarán en paz. Un precio justo por sus pecados.
Esto último lo dijo con sombría satisfacción.
Y, como la primera ocasión, el maestro Ryu llegó a apaciguarla y sellar los grilletes.
Ahora en el presente, la tercera vez que lo presenció, silenciosamente se horrorizó al ver como los fantasmas emergían, supo que esta ocasión sería diferente y terminaría en desastre. El maestro Ryu no estaba cerca para calmarla y los grilletes se romperían creando un caos inevitable.
Temió por la vida de Sakura, cualquier Cazador no repararía en doblegarla y asesinarla en el acto por su poder. Kiba no dejaría que nadie le hiciera daño, y si tenía que sacrificar su propia vida lo haría sin dudarlo.
Pero no fue necesario huir inmediatamente (¡Gracias a los Cielos que no lo fue!). Sakura no se descontroló de gran manera y todo, se atreve a decir, debido al esfuerzo de Sasuke con las notas musicales.
Siendo un mero espectador, Kiba no tenía pelos en la boca al admitir que Sasuke era uno de los mejores Cazadores con los que se ha topado —y vaya que se ha topado con muchos—, un prodigo nada menos. ¡Se las arregló para amarrar cuerdas de guqin de extremo de un árbol a una roca e interpretó Lucidez ayudando de alguna manera a calmar las energías resentidas!
Y ahora Kiba estaba entre arrodillarse para agradecer su intervención o arrebatarle a Sakura de sus brazos. No lo culpen ¡necesita abrazar a su amada hermana para sentirla fuera de peligro!
El uso excesivo de energía le pasó factura. Al revisar los grilletes de Sakura estos yacían agrietados, a nada de romperse.
—Hay que sellare sus meridianos de energía espiritual para que la energía resentida no sigua circulando —indicó Kiba mientras enrollaba furiosamente las mangas del kimono dejando al descubierto las muñecas de Sakura. Mientras lo hacía, Sasuke parecía comprender sus intenciones, pero existía la duda. A lo cual se molestó en explicar brevemente—: La energía resentida está luchando en este momento contra la espiritual, intentando llenar sus meridianos. Sakura no está consciente para regularlo y si la energía resentida prevalece o la energía espiritual estalla, los grilletes se romperán y conducirá a un desborde de energía en el mejor de los casos. Sellar sus meridianos es mejor.
—Pero no permitirá que se cure debidamente —señaló Sasuke tomando de sus muñecas. Debía hacerlo él—. ¿Y si su cuerpo no resiste las heridas?
Escaneándola rápidamente, Kiba notó la gravedad de la misma, un arco trazando toda la espalda sangrante. La tela del kimono manchándose a una velocidad alarmante. Apretó los labios y alzó una oración a los Cielos. Su hermana es fuerte, sobrevivirá el primer día circunstancial.
Kiba fue inflexible aún conociendo las consecuencias.
—Será mejor que lidiar con ambas energías. Créeme, no querrás verla perder el control.
Finalmente, Sasuke se convenció tras escuchar la urgencia en su voz. Kiba contempló la pequeña deliberación mental y después selló los meridianos. Sakura apenas reaccionó, únicamente dando un pequeño espasmo inconsciente y luego dejarse caer como peso muerto en los brazos ajenos.
Esto es apenas un paso para ponerla a salvo. Lo segundo es llevarla lejos. Su intención apremió al ver una bengala de auxilio estallar en lo alto del cielo revelando su ubicación precisa.
Esto, a todas luces, no atraería nada bueno como semidemonios. Y no mentiría, estaba asustado por lo que pudieran hacerse a Sakura. ¿Sería magnífica idea arrebatarla de los brazos de Sasuke? Él se veía demasiado sobreprotector con su hermana, abrazándola y hablándole a susurros apenas audibles.
Tuvo que tragarse las emociones. No es momento de pensarlo, primero se enfocaría en poner a su hermana a salvo, lejos de todos. Considerar las emociones de los demás no lo llevaría a nada y flaquearía en su tarea inicial.
—Sasuke, llevaré a mi hermana a un lugar seguro —comenzó a decir. No creía que el Cazador fuera una persona irrazonable. Entenderá de buena gana.
Tras sus palabras, Sasuke parpadeó una vez. Antes se veía un poco conmocionado y pensativo, pero al verlo fijamente dejó atrás todo y expresó cierto desconcierto.
—Ella está herida ¿A dónde pretendes llevarla?
Kiba se removió. Dudaba que Sakura le haya hablado extensamente de su habilidad, por la manera en que Sasuke continuaba aferrada a ella sin intenciones de soltarla. No sería él quien rompiera el voto de voz y decir que la llevaría con Ryu, así que se fue por otra razón.
—A cualquier lado, pero lejos de los Cazadores que vendrán —espetó. Sasuke enarcó una ceja y Kiba no pudo evitar bufar—. Seamos realista ¿crees que tu clan atendería las heridas de una semidemonio que controla fantasmas?
Las dos palabras provocaron que Sasuke se tensara visiblemente, arrimando a Sakura más a él como si quisiera protegerla. Esto no hizo más que reforzar las ideas de Kiba.
—Mi clan escuchará —dijo Sasuke con seguridad.
Kiba se rio entre dientes. ¡Sasuke sí que era muy optimista!
—Mi hermana es la representación viviente de lo que ustedes estipulan ir por un camino hereje y retorcido. En los clanes hay reglas derivadas al honor ¿Cuál era esa que repetía esa Cazadora? —pensó distraídamente recabando en viejas memorias hasta recordar—. Oh sí, "no te asocies con el mal" teniendo esto escrito ¿no te parece que intentarán matarla en lugar de curarla?
—Te aseguro que Sakura no correrá peligro de muerte mientras la atienden. Nadie es irrazonable aquí y curarán sus heridas.
—Creo que no estás entendiendo en absoluto la conversación. —Kiba negó con la cabeza apoyando una mano en el hombro y pantorrilla de Sakura, mirándolo fijamente—. Me llevaré a mi hermana ahora mismo y ni tú ni nadie podrá impedirlo.
A diferencia de Sakura, Kiba no puede controlar fantasmas.
Tampoco podía manejar energía resentida.
Pero él...
Sus caninos avanzaron y sus ojos se dilataron.
Sasuke no se movió en absoluto, las líneas faciales compusieron el cansancio qué caía sobre sí, pero, a pesar de ello, dispuesto a negarse. Apretó a Sakura contra él y no se apartó de la postura amenazante de Kiba.
—Kiba, te aseguro que Sakura no correrá peligro. Por favor, deja que traten sus heridas —pidió en voz baja, como si temiera que en hablar más fuerte lo alteraría.
Pero Kiba ya estaba alterado. Olía los aromas de los Cazadores acercándose poco a poco, poniéndolo más nervioso de por sí. Consideró sus opciones, luchar contra Sasuke le daría ventaja, el Cazador estaba herido y apenas podía mantenerse consciente. Atrás, los otros, estaba seguro que nadie podría retenerlos.
—Hazle caso a Sasuke —repentinamente se escuchó una tercera voz, al virar, el rostro, se topó con Karin desaliñada, pero con una mirada dura en sus ojos. Aun viendo el aspecto a medio transformarse de Kiba, no retrocedió—. Ninguno de nosotros cinco dirá nada sobre la habilidad de Sakura, por lo menos hasta que interroguen después de curarnos. Les dará tiempo de considerarlo.
—No apostaré por consideración —gruñó Kiba virándose de vuelta al azabache—. Sasuke, dame a mi hermana ahora.
—No.
—Me obligarás a golpearte y te aseguro que no será nada bonito.
—Hazlo. Pero no dejaré que Sakura o tú se marchen.
—¿Por qué? Ah, ¿no me digas que todo este tiempo tu plan era ganar nuestra confianza y luego matarnos en nuestro momento más débil?
A cada segundo se ponía más tenso y nervioso. Casi horrorizado pudo ver al horizonte puntitos en el amanecer, indicando que los Cazadores se acercaban peligrosamente.
El aire se atoró en la garganta de Sasuke tan audiblemente.
—Jamás traicionaría la confianza que han depositado en mí —dijo serio, y si Kiba se esfuerza un poco, incluso puede escuchar lo dolido de su voz—. Mis intenciones son sinceras. No dejaré que Sakura o tú sean maltratados. Ambos están heridos, sea a donde sea que pretendas llevarla no llegará a tiempo.
Ante las últimas palabras, Kiba se congeló en su lugar, ensanchando los ojos.
Su afán de querer alejar a Sakura de los Cazadores nubló la variable importante ¿Qué tan herida estaba su hermana? La tomó rápidamente de la muñeca, revisando a fondo.
Aún podía sentir la energía resentida tratando de domar su cuerpo. Tan intensa como una segunda capa de piel adherida.
Maldijo internamente.
Necesitan a Ryu. Ahora. Ahora. Ahora.
—Debo tocar Limpieza para ella.
Kiba cerró los ojos un breve momento, considerando sus opciones.
Después los abrió, asintiendo con gravedad.
—De acuerdo, te acompañaremos. Pero estaré a su lado en todo momento —advirtió, y no aceptó negativas por respuesta.
A Itachi le desconcertó el silencio colectivo que atacó en los sobrevivientes.
Cuando los refuerzos trasladaron a los heridos a la enfermería, entre ellos estuvo Sakura. Este hecho en particular le preocupó. Ha tenido poca interacción profunda con la joven, pero la suficiente para angustiarse por su integridad. Después de todo, su buena voluntad de ayudar a Sasuke lo convenció de que era sinceras con sus intenciones.
Queriendo indagar lo sucedido, cuestionó en todo el camino y extrañamente nadie dijo media palabra al respecto. Pronto desistió, entendía que todos estaban cansado, heridos y al borde del colapso.
Fuera como fuera, muchos de los líderes inevitablemente pensaron antes que la mayoría moriría y encontrarían a unos cuantos sobrevivientes, más huesos y cadáveres que lidiar. E inclusive solicitaron que las personas que sabían interpretar Consulta para hablar con los fantasmas y cumplir últimas voluntades. Los dos Ancianos ya estaban listos para llevar a cabo su tarea.
Pero, ¡vaya! Grande fue la sorpresa de todos cuando se toparon con pocas bajas, muchos heridos de muerte, envenenados (pero vivos) y los herederos respirando, visiblemente derribados, pero vivos.
Así que, la incógnita enorme aquí es: ¿cómo lograron sobrevivir?
Nadie ignoraría que estuvieron luchando toda la noche contra un Ira con únicamente talismanes y sus propias habilidades; la energía de varios era baja y ni que decir la mayoría de los discípulos cayeron bajo la manipulación de Mei. En pocas palabras: los enemigos barrerían con todos en un santiamén.
¿Qué sucedió dentro del campo de batalla? ¿Cómo pudieron darle la vuelta a la situación?
Inevitablemente Itachi sospechó de Sakura cuando la vio inconsciente en brazos de Sasuke y este se veía particularmente protector, ni que decir Kiba que parecía dispuesto a gruñirle a cualquiera que se acercara sin autorización. Y ante el silencio colectivo (algunos de verdad ignorantes y otros optando por ello) le dio una idea general del panorama.
Sakura hizo algo (grandioso o peligroso) para ayudarlos. Su hermano puso especial atención en ella, solicitando específicamente que Tsunade la atendiera en su Pabellón no permitiendo réplicas al respecto. A cambio, por supuesto, se tratando de igual forma. Tsunade sospechó con razón que forzó en demasía su energía espiritual.
La conmoción inicial de sus acciones no fue vistoso ni cuestionado verdaderamente. Con tantos heridos tuvieron que habilitar las habitaciones de invitados y someter a todo el personal médico a revisiones. Los Clanes más cercanos llamaron a sus propios refuerzos, dígase específicamente los Hyūga, Madara no dejó que ningún externo tocara a los miembros de su clan.
A esto Fugaku simplemente aceptó y dio alojamiento. No cuestionó públicamente. En otra instancia la actitud servicial opacaría la percepción del líder Uchiha, pero en este momento lo que necesitaban eran manos para atender a los heridos. El Pabellón Médico jamás estuvo tan ajetreado, los sanadores venían e iban monitoreando el estado de los heridos.
Itachi contuvo las ansias de correr tras su hermano y asegurarse que no sufrió daños irreparables. Apenas calmado por Shizune cuando le informó de Tsunade dictaminando que Sasuke yacía fuera de peligro, por ahora. Tuvo que conformarse con las pizcas, ocupado en coordinar a los discípulos desde el amanecer hasta el anochecer, se quedó con esa idea.
Afortunadamente por la noche pudo comprobar el estado de Sasuke a primera mano. Teniendo un tiempo libre, recorrió el puente que conectaba con el Pabellón de su hermano, ansioso por llegar.
Al visualizar el edificio apretó el paso. Las luces encendidas tenuemente daban indicios que seguía despierto. Perfecto, lo menos que desea es perturbarlo.
Se sorprendió un poco cuando la puerta principal se abrió revelando la figura de Shisui haciendo una reverencia al interior, luego la cerró y se apresuró al frente. Fue inevitable toparse cara a cara, y dónde comúnmente su primo esbozaría una sonrisa de oreja a oreja marchando a él para saludarlo, lo recibió una seriedad absoluta.
Le inquietó.
—Shisui, no esperaba verte aquí.
Se preguntó si acaso la actitud tenía que ver con el estado de salud de Sasuke.
Afortunadamente no tuvo que preguntar, Shisui tomó la indirecta de pregunta y resopló, casi imperceptible pero vagamente conmocionado.
—Tu padre está allí dentro hablando con Sasuke, también visitó el líder Uzumaki —explicó, e Itachi sabía perfectamente de qué estaban hablando: el ataque—. Me enviaron con órdenes específicas de aprensar a todos los Ancianos involucrados en la elaboración de los talismanes que sellaron las espadas de los participantes.
Itachi parpadeó.
—¿Qué?
—Como escuchaste —dijo frunciendo más el ceño—. Desconozco los detalles, pero tiene algo que ver con lo sucedido allá dentro. Este asunto me huele muy mal.
—Tengo el presentimiento que sólo empeorará —murmuró Itachi—. Si los Ancianos están involucrados cabe la posibilidad de que ellos mismos hayan organizado el ataque.
—Es una posibilidad... Deberías ir, también me enviaron por ti.
—En ese caso, no te retendré más. Ve. —Le dio una palmadita en el brazo
Shisui asintió y se apresuró a continuar con las órdenes. Itachi no dudó en tocar la puerta principal, en el interior no se escuchaba absolutamente nada, lo que específico algún uso de los talismanes silenciadores.
—¿Padre, llamaste por mí?
Casi de inmediato se abrió la puerta revelando la figura de Fugaku, los ojos se posaron en él asintiendo. Quizás un poco sorprendido por la rapidez de su aparición.
—Me encontré con Shisui de camino aquí, vengo a ver cómo está mi hermano —respondió la pregunta no formulada.
Fugaku asintió, permitiéndole primero ir con Sasuke.
Su hermano yacía sentado en el extremo de la mesita baja. Frente a tres lugares idénticamente tres tazas llenas de té. En el lado derecho yacía sentado Minato, lo saludó con una reverencia profunda, pero se precipitó directamente junto a Sasuke, inclinándose a tocarle el hombro.
—Hermano. —Sasuke se veía un poco complacido por su presencia, y le reconfortó.
—¿Cómo te encuentras? Tsunade me dijo que estás fuera de peligro, por ahora.
Las dos últimas palabras hicieron que una emoción nada agradable recorriera la expresión de Sasuke.
Sabiendo que no podía mentirle, Sasuke habló en tono uniforme:
—Tardaré dos meses en recuperarme adecuadamente —indicó alzando uno de sus brazos vendados, haciendo énfasis a sus heridas. Itachi contuvo las ansias de reprenderlo por costumbre, pero sabía que en la situación en la que se vieron involucrados fue imposible no usar energía excesiva.
Sin embargo, esto no respondió el tiempo indicado. Cuando Sasuke destroza los canales tardaría un par de semanas de curarse como máximo con ayuda de las plantas medicinales que trajo consigo.
No es de extrañarse debido a su sobreesfuerzo, sabía de cierta fuente confiable —dígase Konohamaru— que Sasuke interpretó tres veces seguidas Limpieza durante la tarde a pesar de que Konohamaru lo hizo casi toda la mañana para Sakura.
Entonces el daño es incluso mayor. Pero claramente Sasuke no debía enterarse que él sabía de esto. Por alguna extraña razón, Konohamaru no dio detalles de porqué tocaron Limpieza sin parar, pero sospechaba profundamente a quién intentaban calmar.
—¿Por qué el doble de tiempo? Las plantas medicinales deberían ayudar. —Sasuke bajó los brazos, en silencio. Itachi lo interpretó perfectamente—¿Acaso tú...?
—Solamente me aplicaron la mitad de la dosis, Sakura los necesitaba más que yo —defendió serio, el pliegue de su frente se arrugó perceptiblemente, en visibilidad no permitiría que nadie dijera lo contrario—. Gracias a que supe concentrar mi energía adecuadamente no condujo a un desborde. Pero ella... sufrió un gran daño que puso en riesgo su vida, y las plantas medicinales le ayudarán a retrasar el efecto sobre su cuerpo.
Ciertamente, desde el punto de vista de Sasuke, no fue una decisión difícil de tomar. Esto pensó Itachi cerrando los ojos, un poco cansino entre este par. Sakura corría ante la más mínima amenaza que fuera contra su hermano, y Sasuke no dudaría en dar lo que le correspondía a él con tal de salvaguardar la vida de la joven.
Suspiró un poco mientras Fugaku regresaba a sentarse, presuntamente en dónde estuvo antes de que él llegara a irrumpir.
—¿Sigue peligrando? —cuestionó Itachi.
Sasuke se mostró un poco infeliz cuando dijo: —Por ahora. Es necesario que Tsunade haga un estudio completo, pero será después de estabilizar a los demás heridos.
—Es lo que se acordó —interrumpió impasible Fugaku. Ojos clavados en su hijo menor, y este arrugando el ceño, pero no replicando.
Itachi entrecerró los ojos, dando el asunto por desplazado mientras tanto. Había otras urgencias que debían tomar entre manos primero. Entre ellos, el arresto de los Ancianos del clan.
—Padre, Shisui dijo que mandaste a encerrar a los Ancianos, ¿por qué tan repentinamente?
Retomando el tema de conversación, Sasuke explicó brevemente lo sucedido dentro del Bosque de la Muerte. Un relato que a todas luces replicaba de gravedad en el asunto. Cuando habló sobre las espadas restringidas y únicamente él logró sacar suya de su vaina, comprendió el motivo detrás de la aprensión de los Ancianos.
—Se debe investigar a los Ancianos involucrados —sentenció Itachi.
Externamente sostenían su propia soga qué los ahorcaría si no lidiaban este asunto con cuidado. Involucra a los Ancianos, Itachi estaría de acuerdo sin tantas dudas si fuera cualquier otro discípulo, pero se trataban de los Ancianos del Clan. ¿Acaso ellos serían capaces de organizar un ataque a gran escala sabiendo que peligraba la vida del segundo heredero?
Fugaku lo estimó mientras veía fijamente a Sasuke.
—¿La demonio no ha revelado información importante? —cuestionó Minato.
—Kakashi la está interrogando, pero no ha dicho nada relevante. —Fugaku tensó la mandíbula—. Por su naturaleza dudo que lo haga. Y sus cómplices se fugaron.
—¿Eran dos más?
—Los mismos fantasmas que atacaron Flores Danzantes —respondió Sasuke a la pregunta de Itachi. Viéndose completamente tenso, se giró a Minato. La expresión que atravesó su rostro fue de seriedad y, si lo contempla mejor, incertidumbre.
Minato mantuvo un rostro impasible cuando dijo: —No te mortifiques, Sasuke. Sé que uno de los fantasmas es mi hijo. Karin me lo dijo.
La impresión inicial atravesó a los Uchiha por igual, viéndose sorprendidos a su manera. Sasuke ensanchó los ojos y luego agachó la mirada. Junto a él, Itachi le consoló con una mirada sabiendo lo difícil que es para su hermano hablar sobre Naruto. Incluso se atrevió a considerar que por la forma dolorosa que se retraía Sasuke, era posible que haya luchado contra Naruto dentro del Bosque de la Muerte.
No se equivocó, cuando Sasuke se contrajo en sí, haciendo una reverencia profunda hacía Minato y pronunciando muy dolorosamente:
—Lo siento, líder Minato. Naruto ha perdido sus recuerdos y no reconoce a nadie, tuve que luchar contra él, pero no pude retenerlo. Aceptaré la culpa de mi ineficiencia.
—Karin también me contó sobre ello, no te culpes. —Las fracciones de Minato, tristes y nostálgica, se ablandaron un poco al enfocarse en Sasuke que mantuvo la reverencia—. Intentaste ayudar a mi difunto hijo e hiciste lo que pudiste. Lamentablemente la situación los superó y escapó. Sé que habrá otra oportunidad.
Esto le costó pronunciarlo. Un padre que descubre a su difunto hijo vagar como fantasma amnesia y siendo controlado, no es una noticia a la cual saltar de emoción y alegría.
—Mi clan lo buscará, así que no tienes que cargar con esa responsabilidad. Levanta la cabeza, no te disculpes por ayudar.
A visión de los tres, a Sasuke le costó toda la serenidad que poseía para erguirse lentamente y mantenerse calmo, una capa inexpresiva que no reflejaba el dolor que emitían sus palabras. Ellos sabían, mejor que nadie, el esfuerzo que hacía por mantener la compostura.
—Déjeme compensarlo con mi ayuda, no cabe duda de que vendrá a buscarme.
—¿Cómo estás tan seguro? —cuestionó Minato.
—Él creé que lo asesiné.
Ante tal argumento, nadie se atrevió a contradecirlo. Sobre todo con la seguridad en que lo dijo, casi como si él mismo lo creyera. Y por un momento, Itachi desesperó que así fuera. No escatimó en inclinarse a él y recordarle los hechos.
—Pero tú no lo hiciste —replicó serio con un borde en sus palabras duras.
Su hermano lo miró de vuelta, sosteniendo el gesto por un breve segundo antes de asentir y repetirlo:
—No, no lo hice.
Con esto, el semblante de Itachi se relajó, pero no del todo. Aún veía incertidumbre en los ojos de Sasuke.
Minato lo miró largamente, con los ojos zafiro enfocados en el intercambio teniendo las mismas reacciones que Itachi. Luego asintió, dándole una palmadita en el hombro a Sasuke.
—De acuerdo. Será vital que estemos en constante contacto.
—El Clan Uchiha también ayudará —avisó Fugaku mientras Itachi le servía otra taza de té—. Por ahora no podemos desplegar discípulos en su búsqueda, pero enviaré a un escuadrón ANBU a seguirle la pista.
—Agradezco tu apoyo, Fugaku, pero con la ayuda de Sasuke será más que suficiente —indicó Minato seriamente al erguirse en su asiento—. En cuanto se sepa que los Ancianos Uchiha han sido aprensados, muchos ojos virarán a ti y comenzarán a buscar lazos que vincule a todo el clan con el ataque.
Fugaku frunció más el ceño.
—Lo sé.
Permanecieron en un parcial silencio.
—¿Cómo lograron capturar a Mei? —cuestionó finalmente Fugaku después de repasar los sucesos por importancia hasta llegar a este punto.
Sasuke permaneció extrañamente silencioso ante la pretina. Su expresión se transformó en una capa de retenencia, no queriendo continuar explicando, pero sabiendo que debía hacerlo.
Nadie lo apresuró deliberadamente, pero la mirada de los tres presentes le metieron presión por igual.
—¿Tiene algo que ver con la señorita Sakura? —se atrevió a adivinar Itachi sabiendo lo protector que es con ella.
A regañadientes, Sasuke asintió tratando de relajarse sin éxito. Alzó la vista, en ningún momento perdió la postura recta y la mirada desafiante apareció en los bordes de sus ojos. Una expresión que aparece únicamente cuando se trata de defender una postura. E Itachi supo que su padre también lo reconoció al verlo entrecerrar los ojos.
—Ella ayudó activamente. Lidió contra todos los Cazadores controlados mientras los demás sellábamos a Mei.
—¿Se encargó de todos los Cazadores? —inquirió Minato impresionado, casi incrédulo —. ¿Cómo lo hizo? Fueron una cantidad difícil de lidiar para una sola persona.
Itachi estuvo de acuerdo con Uzumaki. En el reporte entregado de la pelea se registró alrededor de cincuenta personas bajo el dominio de Mei, todas empuñando armas punzantes. Recordó el aspecto de Sakura que captó apenas durante el amanecer, los kimonos rasgados y ensangrentados, una visión peor que todos en conjunto.
Ante el cuestionamiento, Sasuke selló los labios y entrecerró los ojos, sospesando las siguientes palabras. Y Fugaku no mostró piedad al presionarlo con una mirada pesada.
Lo que dijo a continuación haría que cualquiera se cuestionara seriamente si Sasuke todavía conserva su sentido de autoconservación.
—Sakura controló energía resentida —reveló sin tapujos, y no dándoles tiempo de impresionarse agregó rápidamente—: e invocó fantasmas para mantener a raya a los Cazadores.
La habitación cayó en silencio relativo. Pesado y fino. Los dos líderes reaccionaron quedándose estupefactos, e Itachi, qué sospechó la verdad desde hace tiempo, ensanchó los ojos tratando de hallar una mentira en la expresión de su hermano.
No lo hubo.
¡Ahora todo encaja! Que Sakura pudiera dictaminar la clase de demonio con la que se enfrentarían y haya lidiado con los Cazadores controlados manteniendo las bajas al mínimo con nada menos que con el mismo número de fantasmas para hacerles frente.
—Energía resentida —repitió Fugaku adusto, y Sasuke no dijo nada otorgando en silencio—. ¿Es seguro que ella esté aquí contigo?
El gesto de Sasuke se endureció.
Hace dos noches Fugaku dijo que confiaría en el juicio de Sasuke conforme a Sakura, sin embargo, Itachi conocía la mente de su padre y no le resulta difícil saber que considera la situación mediante las circunstancias. Y que Sakura, siendo una semidemonio haya utilizado energía resentida, sin duda metería una alarma por todas partes. Sobre todo, contando lo débil que está su hermano en estos momentos cualquiera podría atacarlo fácilmente.
Sasuke confía en Sakura, pero Fugaku no desde el inicio, y la noticia solamente añadió puntos rojos a la balanza.
—Aquí es el lugar más seguro para ella —rebatió Sasuke eludiendo las cuestiones detrás. Como era de esperarse fue directo y conciso—. Toqué Limpieza para ella tres veces y Konohamaru igual, la energía resentida ha disminuido considerablemente para no considerarse un peligro externo. No es la primera vez que hace uso de este poder.
—¿Y lo asegura quién?
—Kiba, su hermano. Se encuentra con ella en estos momentos junto a Konohamaru —espetó.
Oh, pensó Itachi suspirando resignado. Sasuke estaba comenzando a molestarse por la actitud poco cooperativa de su padre y le recordó la última reunión que tuvieron. Temía a que pronto tendrá que intervenir.
Comprendía la repentina postura defensiva de Fugaku con esta noticia, Sakura usó energía resentida, y el Clan Uchiha tiene cierta historia detrás con el Monte de las Ánimas en el que yacían encerrados las almas errantes malignas. No veían con buenos ojos un camino retorcido.
¿Cómo reaccionaría su padre si supiera que al pie de ese monte vivía pacíficamente la famosa aldea de semidemonios cuya ubicación es desconocida para el mundo? Hasta ahora lo han mantenido en secreto, pero bajo el rumbo de estas circunstancias se revelaría más temprano que tarde.
Se distrajo cuando Sasuke se inclinó un poco al frente.
—Lo diré sin más, padre: ¿permitirás que Sakura sea atendida aquí debidamente o no?
Fugaku se mantuvo firme, involucrándose en un cruce de miradas con su hijo menor, de espectadores, Minato e Itachi contemplaron el rumbo de los acontecimientos, estimando el momento preciso para intervenir o dar sus opiniones.
—Y si no lo permito, ¿qué harás? —desafió Fugaku.
Los ojos del menor se opacaron.
—Me llevaré a Sakura en busca de alguien qué esté dispuesto a valorar sus acciones por sus intenciones, no por su procedencia arraigada.
Tales palabras incluso a Itachi le calaron en lo más profundo de su pecho. La vieja idea arraigada sobre los semidemonios recayó en él ¿quién no los ha escuchado antes? Criaturas peligrosas que lanzan maldiciones, no consideradas personas hasta hacen unas décadas, tratados peor que un criminal que comete homicidio en masa.
Miedo a lo desconocido. Nadie era la expresión
Pero aquí Sasuke depositó su absoluta confianza en la tajante desconocida porque conocía perfectamente la procedencia y sus intenciones. Sakura jamás le ha parecido una mujer malvada, puede carecer adrede de modales, ser pretenciosa y descarada, pero nunca le puso el pie a Sasuke y fue la primera en correr para ayudarlo.
Incluso ahora, sin que se lo dijera, sospechó porqué se atrevió a usar la energía resentida cuando antes no hubo indicios de ello.
Nada menos que su hermano. Una sospecha que tendría que corroborar más adelante, por ahora...
—Padre, como dice mi hermano, no despreciemos sus acciones sólo por su procedencia. Sea semidemonio o no, gracias a sus técnicas los herederos sobrevivieron. Prácticamente les salvó la vida —opinó Itachi a favor de la pelirrosa—. No sería honroso de nuestra parte negarle ayuda cuando ella sacrificó incluso su vida en este acto.
Fugaku enfocó sus ojos en él.
—La energía resentida...
—Se continuará interpretando Limpieza —aconsejó Itachi.
—Lo hará Konohamaru —sentenció el líder Uchiha no permitiendo réplica. Y Sasuke asintió sin ponerlas sabiendo que no debía apretar más de esta aceptación—. Cuando los demás líderes se enteren no creo que todos lo acepten. Mañana abordaremos una reunión por la tarde, dependiendo del curso, dictaminaré qué sucederá con ella.
La última frase logró poner a la defensiva a Sasuke.
Y repentinamente una voz femenina intervino.
—No es necesario esperar a mañana, líder Uchiha.
Los cuatro hombres en la habitación pasaron de la seriedad a la estupefacción, virando las cabezas encontrándose con Sakura al pie del umbral.
Ella proyectó una imagen estable, hombros rectos y barbilla alzada. Ojos verdes entrecerrados y mirada indiferente, emanando un aura pesada y renuente. Vistiendo una yukata interior blanca y encima otra roja que cuelga sobre sus hombros ahogadamente. El detalle más revelador es que estaba descalza, pero no le quito su imponencia.
Lo más importante, no emanó ningún atisbo de energía resentida. Si Sasuke no les hubiera dicho antes, ni siquiera imaginaría que la mujer esbelta que los veía desde el umbral con precaución se enfrentó contra cincuenta Cazadores invocando fantasmas.
Es más, Itachi todavía se mantuvo un poco escéptico.
—Sakura —habló Sasuke levantándose de inmediato para ir con ella—. No deberías ponerte de pie, aún estás débil.
Itachi observó con ojos analíticos las expresiones faciales de Sakura.
El rostro femenino tuvo una relevante transición de indiferencia a transformarse en una expresión serena cuando Sasuke tocó su frente con el dorso, murmurando sobre la posibilidad que tuviera fiebre. Ella respondió algo que no alcanzó a escuchar, pero se alejó del toque con cuidado y rodeó por completo a Sasuke que se había interpuesto entre ella y dos líderes del clan.
—Así que usted es Haruno Sakura —estimó Fugaku todavía sentado, serio e inflexible ante su presencia. Portando esa expresión que hacía cada vez que analizaba un potencial peligro—, en los últimos días he escuchado mucho sobre su persona. Por fin nos podemos conocernos.
—Seguramente no ha oído nada bueno —rebatió ella sin inmutarse al suspiro pesado de Sasuke—. Los semidemonios traemos caos y muerte ¿no es así?
Los ojos de Fugaku se volvieron aplomo.
—¿Está sugiriendo que trajo el caos a mi Clan, señorita?
—Padre —llamó Sasuke casi indignado. Fue ignorado, en ese momento Sakura y Fugaku sostenían entre sí una mirada pesada.
—Mi palabra tiene menos credibilidad que el de un líder de Clan frente a una multitud —dijo Sakura sin perder la postura—. Si yo digo que sólo vine a ayudar, pero usted asegura que vine a destruir ¿sabe a quién le creerán más? ¿A una semidemonio sin procedencia o un distinguido líder de clan? Apuesto a que sabe la respuesta.
Tras sus cuestionamientos Fugaku entrecerró los ojos y Sakura desplazó la mirada, siguiendo con Minato. Notando cierto patrón, Itachi identificó sus palabras como si sospesara sus posibilidades y por la mueca que compuso, quizás no salió según lo esperado.
—Como ya conoce mi nombre no son necesarias las presentaciones, e imagino que usted es el líder Uzumaki.
Minato observaba a la chica con evidente curiosidad, además de los tres Uchiha en la habitación, él no sabía que Sakura era una semidemonio hasta hace unos minutos y no comentó nada relevante al respecto. La brújula de prejuicios de Minato es una de las más honestas que haya conocido, a él no le importaría tratar con un sirviente o un mendigo en el mejor de los casos, y un semidemonio, en la escala social, no tiene diferencia.
Pero incluso si Minato pretendió presentarse, Sakura magistralmente cerró toda línea de charla inclinando un poco la cabeza. Será lo más parecido a un saludo formal y distante a una reverencia que pudiera dar.
Por primera vez, Itachi se preguntó quién será la persona que obtendría el honor de recibir una reverencia sincera de esta mujer.
—Sea lo que se decida en esa reunión, seguramente no me convendrá. Así que no les robaré más de sus preciados recursos ni pretendo perturbar su paz. —Mientras lo decía, mantuvo una postura firme e indiferente. Luego entrecerró los ojos enfocándolos en Fugaku quién torció la boca—. Sólo quiero dejar en claro que no tengo relación con esa espeluznante mujer demonio, ni a mi hermano y yo nos interesa involucrarnos en una riña con los Clanes Cazadores.
—Lo sabemos —intervino Itachi sabiendo de esto, incluso si existía una duda se acaba de disipar por la manera en que Sakura permitió a Sasuke colocarse frente a ella en gesto protector—, no estamos involucrándote en este percance. Sasuke ya nos relató con detalles la lucha dentro del campo de protección. Gracias a tu poder ellos lograron sobrevivir...
Se calló paulatinamente al ver que Sakura fruncía el ceño a su dirección.
Un latido. Luego dos y la comprensión brilló en todo el semblante de Sakura. Casi alcanzando la realización. No miró a nadie en particular cuando murmuró algo intangible.
—En ese caso no me arriesgaré a que me encierren —sentenció en voz alta y luego ladeó la cabeza al umbra y llamó una sola vez—: ¡Kiba!
Esto claramente alertó a Sasuke, volteándose a ella con evidente consternación.
—Nadie te va a encerrar —aseguró él, y en su rostro se podía leer claramente el "¿De dónde sacaste esa idea?"
Sakura le sonrió condescendiente.
—En serio que tu positivismo es un consuelo, pero acabas de decirle a dos líderes de clan que invoqué fantasmas ¿estoy en lo correcto?
La culpabilidad brilló en los ojos de Sasuke, agachando un poco la cabeza, casi pareciendo golpeado físicamente cuando Sakura sólo utilizó palabras. Itachi no pudo evitar fruncir el ceño queriendo aclarar que su hermano no tuvo la culpa que las cosas hayan sucedido así. Pero se detuvo cuando Sakura siguió hablando.
—No te culpes, sé que no podías mentir sobre esto. Conocía perfectamente las consecuencias al utilizar mis métodos, y, de todas maneras, los demás Cazadores lo dirán tarde o temprano. —Su tono de voz incluso salió mesurada y suave cuando hablaba con él, como si no se diera cuenta ella misma de los cambios de tono—. Que lo hayas dicho tú, entre todas las personas, es correcto.
Y mientras ellos hablaban, Fugaku parecía debatirse entre decisiones, Minato se incorporó decididamente a mantener su presencia de la forma más pacíficamente posible tomando en cuenta que la semidemonio está a la defensiva con ellos.
En serio Itachi recriminó su actitud, después de todo, no era nada agradable estar rodeado de posibles "enemigos".
Pero esa actitud defensiva no le ayudará.
—Aguarde, señorita Haruno. Discutamos este asunto —aconsejó Minato.
—Me disculpará, pero no pretendo estar rodeada más tiempo por tres Cazadores que pueden matarme en cualquier momento —rebatió mordaz Sakura.
Tardíamente, dichos Cazadores notaron que ella no incluyó a Sasuke en su conteo. Sólo los veía a ellos como enemigos. Ninguno supo que hacer con tal realización.
Pronto se escucharon pasos sordos y Kiba apareció por el umbral, claramente exaltado. Sus ojos parpadeantes luchaban por no cerrarse y su cabello una maraña de mechones cafés. Evidenció que se durmió y por ello no se percató cuando su hermana se marchó. Detrás, vino Konohamaru tropezándose y en las mismas condiciones.
—¡Hermana! ¿Te encuentras bien? ¿Alguien te hizo daño? —preguntó aceleradamente Kiba escaneando la habitación. Y se tensó cuando se topó con los dos líderes mirándolo fijamente.
Sakura hizo un ademán con una mano a su dirección.
—Me encuentro bien. Trae mi kimono y mis botas, nos marchamos ahora.
—¿¡Qué!?
—Sakura, no puedes irte. —Está vez Sasuke fue firme en sus palabras y la tomó del brazo, haciendo que girara a él, enfrentándola decididamente.
Algo desconocido brilló en los ojos verdes, oscuro y pesado.
E Itachi estuvo al borde sin saber a quién prestarle atención: a su padre que observaba fijamente a su hermano y compañía como si estuviera obteniendo respuestas, o centrarse en la pareja que mantenía una discusión privada a voces altas que se avivaba ante la insistencia de ambas partes.
Sakura se negaba a quedarse y Sasuke rebatía a dejarla marcharse.
—No está a discusión, me marchó ahora y- —Justo cuando dijo esto mientras comenzaba a caminar, algo surgió desde lo profundo de su garganta y tosió fuerte, tapándose la boca.
Su desvió provocó tropezarse con sus propios pies, afortunadamente Sasuke estaba con ella y la sostuvo por la cintura antes de que cayera. Preocupado, llamó por su nombre mientras la manejaba con cuidado.
—¡Señorita Sakura!
—¡Hermana!
Los gritos al unísono de Kiba y Konohamaru lograron que Itachi se incorporara esta vez. Con alarma, todos observaron que Sakura separaba la mano de su boca evidenciando la palma manchada de sangre. Esto sin duda alguna alertó a todos.
Incluso Fugaku que no había dicho ninguna palabra, se incorporó y ordenó a Konohamaru—: Trae la Sanadora Tsunade.
—Innecesario —dijo Sakura aún con sangre entre sus labios, aun viéndose débil no se perdió en esbozar una sonrisa irónica—. No gaste sus valiosos recursos en alguien que amenaza su clan.
Itachi se impresionaba cada día más, incluso se atrevió a decir que Konohamaru pensó igual cuando compartieron una mirada rápida. El chico se quedó estático sin saber si marcharse o no cuando vio que el gesto de Fugaku se endurecía ante la contestación rebelde de Sakura.
Nunca había conocido a una mujer que rebatiera abiertamente las órdenes y palabras de un líder de Clan ¡y lo hacía con tanta firmeza desafiando órdenes!
Haruno Sakura no es una mujer normal.
Pero no era momento de impresionarse, Sasuke se veía cada vez más desesperado por querer ayudar a Sakura, alguien quién se negaba a quedarse y quería demostrarlo al enderezarse a pesar de las súplicas de Kiba.
—Señorita Sakura, permite que la sanadora te ayude. —Itachi dio un paso al frente habiendo visto la situación casi saliéndose de las manos de todos ante la insistencia de Sakura en querer marcharse—. Te aseguro que nadie pretende dañarte.
—Es lo mínimo que podemos ofrecerle por haber salvado a los herederos de los Clanes —añadió Fugaku a consideración.
Repentinamente Sakura dejó de moverse junto a Sasuke, o más casi, recargándose en él tan fácilmente. Con una mano masculina aferrándose alrededor de su cintura, tuvo la libertad de doblarse al frente a sabiendas que Sasuke la sostendría.
Un par de ojos verdes se enfocaron en ellos, habiéndose limpiado la sangre de los labios, sonrió con ese gesto frío y burlón que la caracterizaba.
—Al parecer tenemos un malentendido y permítanme aclararlo: invoqué a los fantasmas para salvaguardar la vida de Sasuke y mi hermano, no para salvar la vida de un puñado de Cazadores que bien podrían cortarme la cabeza ante la primera oportunidad. Mi benevolencia no es tan grande como creen.
Su voz suave y fría convirtió su pequeño discurso en letalidad manteniendo su expresión, una advertencia a que no hicieran suposiciones de sus acciones sin antes preguntar. Y también confirmó lo que pensó Itachi en un principio: Sakura no actuaba por impulso, se adentró a la barrera en busca de Sasuke.
Habiendo dicho esto, Sakura ladeó la cabeza e intentó avanzar de nuevo, pero Sasuke hizo lo impensable.
¡Impulsivamente atrajo a Sakura a sí aprensándola contra su cuerpo rodeándola con ambos brazos!
Reacciones diferentes sucedieron al mismo tiempo: Sakura ahogó un grito de sorpresa, Itachi ensanchó los ojos por la acción inesperada, la respiración de Fugaku tartamudeó de consternación y Minato parpadeó un par de veces, impresionado. Por detrás, Kiba casi se cayó de espaldas llevándose a Konohamaru en el proceso, este último ensanchó fuertemente los ojos, casi incrédulo.
Lo más vistoso de la escena fue el sonrojo furioso que cubrió las mejillas de Sakura mientras intentaba, sin éxito, zafarse del agarre.
—¡Suéltame!
—No.
La negativa de Sasuke fue rotunda, y a cada segundo la actitud de la pelirrosa se avivó.
—¡No me quedaré esperando sentada a que nos encierren a Kiba y a mí!
—Nadie los encerrará —aseguró Sasuke por enésima vez ejerciendo su fuerza, cuidando no lastimarla innecesariamente—. Y aunque quisieras macharte no podrás, sigues herida y no llegarás a la entrada de la Villa de Fuego.
—Me niego a tener otra mano de un Cazador desconocido encima de mí —gruñó ella resistiéndose.
Una escena tan hilarante protagonizada por su hermano menor cargando a rastras a una semidemonio como si no pesara nada, inmune a algún tipo de prevención a la energía resentida que ella pudiera utilizar.
Pero aquí el factor: Sasuke sabía que no utilizaría energía resentida contra él.
En medio de todo este espectáculo, Kiba logró recomponerse de la sorpresa inicial y se acercó junto a Sasuke. En un principio Itachi consideró las acciones de Kiba si acaso pretendiera ponerse a favor de Sakura, pero impresionantemente no fue así.
—Hermana, cálmate y piensa un poco con la cabeza fría. —Kiba la agarró de los hombros deteniendo todos sus movimientos, los ojos de Sakura fueron feroces cuando se enfocó a Kiba y este no retrocedió—. Tus grilletes están frágiles y cualquier incidente provocará que se rompan por completo. Así que ser tratada aquí es la única opción que tienes ahora y no puedes darte el lujo de considerarlo.
Sakura fue obstinada cuando farfulló: —¿Quién dice que es mi única opción?
El rostro de Kiba se crispó ante su insolencia y exclamó: —¡Tardarás una semana en llegar con el maestro Toru en tus condiciones!
Itachi ensanchó los ojos.
¿Toru?
Alertado por la mención inesperada de esa persona, padre e hijo intercambiaron miradas discretas llenas de consternación. Miles de preguntas atacando sus mentes por igual ¿será la misma persona que buscan con tanta desesperación? ¿Casualidad o un mero engaño del destino?
Itachi no quería albergar esperanzas en vano, pero no pudo evitarlo. Lo analizó rápidamente.
La energía resentida afectó el cuerpo de Sakura dejándola débil, además de las heridas físicas también sus grilletes fueron agrietados, a informe de Tsunade cuando la revisó la primera vez y requería de un algo nivel de energía espiritual para restaurarlos. Sea un monje o sacerdote, nadie más podría.
A pesar de ello, Sakura y Kiba parecían seguros que esta persona, Toru, les ayudaría a resolverlo. Lo creían con tanta seguridad. Pero también existió confusión. Según lo dicho por Kakashi, Toru es una persona que heredó el poder de sanar cualquier tipo de enfermedad con su sangre, no mencionó nada de que fuera un sacerdote o monje. Cabía la posibilidad debido a la escasez de la información personal de Toru fuera verdad.
—Tiene mi palabra, señorita Haruno. —Fugaku actuó de inmediato, su voz atrajo la atención de Sakura y Sasuke que ignoraron lo que pasaba en la mente de los demás—. Le brindaremos el tratamiento necesario para ayudarle a restaurarse lo suficiente. Permanecerá en este Pabellón por su seguridad y Sasuke estará junto a usted si eso la hace sentir segura.
Ahora el par de ojos verdes desafiantes se fijaron en Fugaku visiblemente llevándole la contraria, pero cuando Sasuke inclinó la cabeza a ella y afianzó el agarre, ella se detuvo abruptamente como si hubieran apretado un botón de reinicio.
—Por favor, acepta la ayuda —susurró audible Sasuke detrás de ella—. Al menos hasta que te recuperes lo suficiente para hacer el viaje de regreso a casa.
A nadie pasó desapercibido que justo cuando él habló, las fracciones de Sakura titubearon. Pasando de una rebeldía inminente a un estanque de agua cristalina llena de calma, que apenas una brisa podría perturbar la tranquilidad.
Permaneció quieta unos segundos, sin mirar a nadie en particular. Mechones de cabello adheridos a su rostro pálido y cansino, cubriendo parcialmente la visión.
Daba una imagen de lucha interna.
Sólo después, dejó de luchar y soltó un suspiro apoyando la espada contra el torso de Sasuke, rindiéndose sin más.
—Si tú me lo pides no puedo negarme —dijo fácilmente.
Ceder así... pensó anonadado Itachi, viendo a su hermano liberarla pausadamente, teniendo miedo que saliera corriendo en cualquier momento, Sakura únicamente suspiró pesadamente y no se alejó... es evidente el control que Sasuke puede ejercer sobre ella.
—¿Qué piensas respecto a esa chica?
La pregunta de su padre lo tomó desprevenido.
Itachi y su padre se retiraron una vez que Tsunade llegó al Pabellón de Sasuke y pidió privacidad. Claramente Sakura puso cara de pocos amigos y exigió, como única condición, tener a Sasuke y Kiba junto a ella. Y habiendo aceptando sus términos, Minato junto a ellos se retiraron prometiendo verse al día siguiente.
Ahora, de pie frente a su padre, consideró la verdad.
—Sakura es una persona de buen corazón a pesar de su carácter arisco y voluble con los Cazadores o cualquiera que no sea de su agrado.
—Excepto con Sasuke —apuntó Fugaku.
Las fracciones de Itachi aflojaron un poco.
—Sí, a excepción de él. Aunque me atrevo a decir que últimamente soporta a Konohamaru y un poco a mí.
No dijo sobre el trato que hizo con ella, por ahora lo mantendría en secreto. Dependiendo del rumbo de los pensamientos de su padre lo revelaría. A pesar de tener un conflicto interno en decirle todo lo que sabía al pie de la letra, cerró los labios sabiendo que si Sakura termina perjudicada, indirectamente Sasuke sufriría.
Y de verdad, lo menos que desea Itachi es causarle más dolor a su pequeño hermano.
Se distrajo ante el gesto pensativo de Fugaku, con las manos apoyadas en la mesa y un pergamino en blanco extendido sobre la superficie. Las velas encendidas proyectaban una luz baja en la habitación enorme.
—¿Sabías que puede utilizar energía resentida?
Itachi negó con la cabeza.
—Lo supe al mismo tiempo que usted. Lo sospeché un poco por los sucesos de Flores Danzantes, pero al no haber heridos graves lo descarté —opinó—. Se evaluó la energía de todos los involucrados y ninguno fue afectado por energía resentida.
Fugaku lo miró fijamente.
—La primera impresión no es la mejor, pero hay algo en esa chica que me inquieta —dijo entrecerrando los ojos mientras entrelazaba los dedos y recargando la barbilla en ellos—. El hecho de que una semidemonio pueda utilizar energía resentida aún teniendo los grilletes quiere decir que estos no anulan completamente sus poderes. Se supone que los grilletes aíslan todo tipo de energía dejándola al mínimo. ¿Siempre ha tenido las grietas en las marcas de maldición?
—En el caso de Flores Danzantes tenía los grilletes intactos.
La cuestión aquí: ¿cómo es capaz de controlar energía resentida con esas condiciones?
También existe la inquietud a lo desconocido. Y si resulta peligroso su poder, ¿quién sería el primero en verse afectado?
Sasuke.
Ambos llegaron a la misma conclusión, pero uno de ellos supo muy bien que no sucedería.
—Si de algo estoy seguro, padre, es que Sakura preferiría morir antes de dañar a mi hermano —sentenció no dejando cavidad a las dudas. Si él duda, sería dudar del juicio de Sasuke, no sería justo—. Usted mismo la escuchó, entró voluntariamente a la barrera para ayudar a Sasuke.
Ante el recordatorio, el rostro de Fugaku se convirtió en un poco más estable.
—Por ahora la mantendremos bajo vigilancia, pero será inevitable que asista a la reunión de mañana y los líderes no tendrán la misma consideración.
Sabiendo esto, Itachi tendría que prepararse mentalmente a sabiendas que sería un caos.
—Líder Uchiha, informe.
Repentinamente Jūgo apareció arrodillado junto a Fugaku, apoyando una rodilla en el suelo, una mano apoyada en esta y la cabeza gacha. Su llegada silenciosa le recordó a Itachi la aparición de Sakura en su momento.
—Habla, ¿cuáles son las noticias?
—Toru apareció repentinamente en el borde del Monte de las Ánimas, le perdimos el rastro entre los prados y no ha vuelto a salir.
Ante la noticia, Fugaku enarcó ambas cejas y dirigió la vista a Itachi, este le devolvió el gesto.
—No es coincidencia que haya aparecido justo ahora que Haruno Sakura necesita de él. —El mayor se enderezó completamente—. Él es la persona que estamos buscando.
Sabiendo lo que vendría a continuación, Itachi no evitó la mueca contraía que emergió en su rostro.
—Padre...
—Aprovecharemos esta oportunidad —sentenció decidido Fugaku—. El siguiente movimiento de ella será reunirse con él y no cabe duda que Sasuke hará posible por convencerme en permitirle acompañarla.
A decir verdad, en este punto cuando se involucra Sakura, Sasuke ahora es un poco predecible. Itachi se preguntó si acaso su propio hermano era consciente de ello.
—Lo hará. No hay duda.
—La mantendremos aquí hasta que se recupere. Ella es el único medio acelerado que tenemos para contactar a Toru. —Fugaku se incorporó decididamente, sus ojos negros nunca parecieron más serio e intimidantes—. Sasuke se arriesgó demasiado en esta lucha y es un milagro que siga de pie. Tsunade teme que no resista la siguiente ocasión incluso si continua su tratamiento con las plantas medicinales.
—Toru dijo que aparecería en primavera y lo ayudaría —le recordó vagamente lo que les dijo Sasuke en su momento meses atrás cuando Juugo contactó con Toru en persona.
Fugaku apretó los puños y endureció el gesto.
—No esperaré hasta la primavera como acordaron. Obligaremos a Toru a salir de su escondite no importando el método.
Sakura pensando que debería dar una buena impresión al padre de Sasuke: Debería, no sé, ¿parecer educada y refinada? (aunque realmemte no quiero serlo).
Cinco minutos después: *Sakura se enfrenta cara a cara con su futuro suegro*
Also Sakura: A veces, cuando planeas una cosa sucede te sale otra completamente diferente.
En realidad, que Sakura tuviera una confrontación con Fugaku no estaba en el plan, en serio, ¡de repente ocurrió! Y cuando lo vi escrito dije: bueno, es justo así como reaccionaría Sakura ante esta situación, ¡nada fuera de lugar!
¿Podemos señalar que la escena en que Sakura está entre los brazos de Sasuke, y él tomandola de la cintura impidiendo que cayera, es simplemente tierna?
Este capítulo fue más de charlas e introducción a la gran reunión que tendrán los Clanes. La punta del problema reside que tienen sospechosos y no saben que hacer con ellos, o ¿en realidad son ellos o alguien más?
¡Gracias por dejar sus estrellas y comentarios! Me animan a continuar con el fic :)
Nos leemos pronto,
¡Alela-chan fuera!
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