/29/ Creencia incierta
De antemano Haruno supo que los Cazadores sospecharían de sus métodos. Y no es que le importase, en realidad, la única opinión que le interesa conocer es la de Sasuke (por ella fuera escucharía otras opiniones diferidas y caerían en saco roto), y hasta ahora él a confiado en cada una de sus palabras con la promesa de obtener respuestas a su tiempo.
Una confianza incondicional no lo conseguía en cualquier lado.
Y por eso se siente terrible y culpable en mantener los detalles sobre su poder en las sombras. La espina no le ha dejado respirar correctamente en estos días.
¿Y si este secreto resulta ser el límite en la tolerancia de Sasuke? ¿Y si decidiera alejarse al fin? No lo confiesa en voz alta, pero temía que Sasuke la repudiara al descubrir qué clase de criatura decidió afiliarse y se apartara aborreciéndola por sus métodos de lucha.
Pese a todo lo anterior, muy secretamente quiere confiar que no será así. Sakura no es una persona que deposite confianza en cualquiera
Debido a su egoísmo atraso esa charla pendiente lo más que pudo. Ya agotó sus reservas y sin saberlo le hizo parecer más sospechosa de lo que ya es. La confianza de Sasuke poseía un límite como cualquier otro aspecto¿cierto? Existía un punto de quiebre y Sakura no quería imaginar haberlo encontrado ya.
No fue su intención ocultarlo tanto tiempo, es normal que estuviera renuente a revelar que tiene el control sobre la energía resentida, especialmente controla los fantasmas y algún que otro cadáver andante con bastante resentimiento.
Si lo dice libremente horrorizaría a cualquiera y no dudarán en catalogarla como hereje (la llaman así de vez en cuando por su origen, no importa) y lo poco ortodoxa en sus métodos de entrenamiento.
A los Cazadores se les enseña el camino largo y ancho, la cultivación de su núcleo de energía pura para suprimir y purificar, así alcanzando la inmoralidad.
El camino que ella maneja, por el contrario, es estrecho y de una sola tabla, incluso ahora no ha logrado mantener un dominio total sobre el control de su propio poder.
Cada día es un riesgo que asumir ¿esta será la ocasión en que los fantasmas tomarían el control de su cuerpo o superará la prueba? Un enorme misterio. Siendo sincera, hoy en día sólo es un peligro para sí misma.
Suspirando desgastada de tantos pensamientos, colocó el noveno del décimo talismán. Uno más y estaría completa su parte.
Al incorporarse y caminar al último punto, su vista captó un destello en medio de la oscuridad (¿de verdad?) atravesando sigilosamente los árboles, justo al costado. No, no era hilo, se trataba de una hebra de cabello azabache.
Y al centrarse un poco más, supo el origen.
—Eso fue más rápido de lo que pensé —dijo Sakura en voz alta, dando media vuelta topándose con una maraña de hilos.
Y como si fuera invocada de la nada, una mujer aterrizó elegantemente en el centro de la formación, pareciendo una fuerza elegante.
Kimonos azules oscuros se agitaron ante el viento y alrededor de su silueta la bruma se adhería como segunda piel. La abundante cabellera cobre cayendo sobre la espada, sosteniendo en su fina mano un abanico negro cual apoyaba en su otra mano libre. Sin embargo, lo más notorio fue la sonrisa fácil deslizándose en sus labios rojos, ojos verdes oscuros y juguetones.
—¡Vaya! así que fuiste tú a quién sentí por la barrera —confirmó la mujer dando golpecitos con el abanico a su otra mano, escaneando a Sakura de pies a cabeza—. Una repugnante semidemonio.
La "repugnante semidemonio" hizo una mueca cansina, dando gestos con las manos a que continuara.
—Debo preguntar ¿no se te ocurrió otro apodo más ingenioso? Lo escucho tanto que ya hasta le tomé cariño —apeló aburridamente.
La respuesta que recibió fue una sonrisa afilada de labios rojo.
Sakura le dedicó una mirada en blanco.
En su turbulenta vida se ha topado con dos criaturas rango Ira, el primero es Shikamaru, y a pesar de representar una amenaza letal por su rango, Shikamaru es un fiel compañero (¿sirviente? ¿guardia? ¿niñero?) de su maestro Ryu. Y el recuerdo constante que tiene de él son días fríos atrapado en la cocina preparándole alimentos comestibles y siendo un compañero de entrenamiento.
La segunda ocasión, por malo que aparezca, apenas vio y escuchó al fantasma en cuestión. Lo único que vislumbró fue una silueta envuelta de ropajes verdes y palabras malhabladas en maldiciones e insultos que incluso ahora le parecía vulgar recordar.
El Ira huyó despavorido justo después que Ryu atacara una de sus tantas guaridas. El fantasma había secuestrado a un centenar de personas y pretendía devorarlas. Sakura se sintió asqueada cuando se topó con una enorme olla en medio de la cueva con huesos en el interior y personalmente disfrutó en ayudar a explotar esa cueva salvaguardando a esas personas inocentes.
Y cuando preguntó por la identidad del individuo, Ryu mencionó vagamente, como si fuera un insecto insignificante, que "esa basura inútil no merece ni ser mencionado".
Y, concluyendo, de sus encuentros anteriores apenas aladearía tener alguna clase de experiencia.
No se enorgullecía de ello. Conocía sus límites mejor que nadie y también desconocía la magnitud real del poder de la mujer frente a ella. Estimar en ganarle en una lucha de uno a uno sería mentirse.
—Entonces con esos cabellos controlas a los Cazadores —estimó Sakura perezosamente. Al traer la capa ocultaba perfectamente sus manos, en una sostenía el talismán faltante.
Tendría que buscar una forma de colocarlo sin que la otra mujer se diese cuenta.
—¿Oh? ¿Puedes verlos? —cuestionó verdaderamente impresionada la mujer abriendo el abanico, así cubriendo la mitad de su rostro—. No importa si los ves o no, seguirá siendo inútil.
—Hasta que descubra como romperlos, por supuesto.
—Es muy pretencioso de tu parte tan sólo considerar que puedes romperlos. —La demonio cerró el abanico de un movimiento y dio unos golpecitos a su mano, inclinando la cabeza a un lado, observándola analíticamente—. Tu apariencia parece frágil y tu energía es baja.
Sakura enarcó una ceja, petulante mientras se reía entre dientes. ¿Qué le parece frágil y con energía débil? Esta parte le gusta mucho, permitiéndose ser engreída al respecto, disfruta cuando el enemigo la subestima. Ver expresiones desconcertadas y alarmadas le trae cierta satisfacción.
Quiso incitar a ese pensamiento, pero la mujer se adelantó en hablar.
—Hagamos esto rápido: apártate de mi camino y te daré una muerte rápida. Prometo no devorarte, la carne de un semidemonio es asquerosa.
Internamente, Sakura lamentó las muertes que haya transcurrido antes para que esa espeluznante mujer tuviera bajo la lengua ese comentario de mal gusto.
—Es pretencioso de tu parte tan sólo considerar que puedes matarme —expresó irónica Sakura devolviéndole las palabras, tratando de no moverse deliberadamente. Presentía que si lo hacía la mujer lo tomaría como un acto de ataque.
La mujer se rió, apoyando el abanico en la quijada. Una risa escalofriante y llena de suavidad lo que la convertía en mortalidad.
—¿Pretencioso? La diferencia entre nosotras, por si no te has dado cuenta, es abismal. Yo soy un demonio completo y tú... —Hizo un ademán a todo su cuerpo— una mísera mitad-mitad. Apuesto a que son fanfarronerías tuyas, acabarás muerta apenas te toque.
Sakura continuó alentando los insultos, poco a poco se colocó en el espacio que faltaba y estuvo en el punto exacto en dónde iba el talismán. Dirigió una mirada imperturbable, considerando sus propios movimientos sin dejar de atender la conversación.
—Duraré lo suficiente para cortarte esa cabeza hueca que tienes.
Finalmente, como se esperaba, la demonio mostró los dientes, dos hileras de colmillos chocando entre sí y sus cabellos rojizos agitándose por la ondulación de energía demoniaca. Respondió a la provocación, se inclinó al frente, los hilos se tensaron bajo sus getas de madera y cordón azul.
—¡Entonces comprobemos si razón! —exclamó la criatura.
Rápidamente Sakura se arrancó la capa sobre el cuerpo buscando mejor movilidad, al mismo tiempo aprovechó la oportunidad en cubrir el talismán que arrojó al suelo. La formación ya estaba lista. Pero no tendría oportunidad de asegurarse que los demás continuaran, lo primordial es detener a esta mujer.
En su estado actual solamente la podría suprimir. Si forzaba su energía los grilletes se romperían y desataría un caos mayor. La última alternativa sería ese camino, el cual rogaba no llegar.
Su enemiga no le dio tiempo de pensar. Como estimó en un principio, utilizaría la infinidad de cabellos para atacarla.
Sakura esquivó por casi nada cada hilo, en lugar de hacerla cachitos a ella los árboles sufrieron las consecuencias. Cada tronco caía fulminado y levantaba la parvada de pájaros ocultos. El polvo se alzaba y se disipaba al instante mientras ella recorría el lugar en busca de alejarse del perímetro establecido.
Su oponente atrapó el anzuelo y la siguió, balanceándose entre los cabellos, los ojos rojos nunca la perdieron de vista. El abanico que antes sostenía ahora yacía flotando a un costado, cubierta por una capa tenue de energía demoníaca, sin despegarse de ella.
Sakura entrecerró los ojos hacia el abanico, presentía que esa arma resulta importante.
Antes que nada, tendría que contenerla por lo menos hasta que estuviera la barrera lista.
El estruendo de árboles cayéndose alertó a los Cazadores, en cuanto el primer árbol cayó, Sasuke había regresado de establecer su propio perímetro. Y al percatarse de la dirección en la que venía el ruido, ensanchó los ojos.
—Malas noticias, la demonio apareció —dijo Karin sudando frío, concentrada al máximo— y está luchando ahora mismo con Sakura.
Apenas lo escuchó y Sasuke tuvo la necesidad de correr hasta allí.
—El perímetro ya está completado —avisó en voz alta Tenten.
El azabache tuvo que obligarse a centrarse un poco más, confiará en Sakura para mantener al demonio hasta que se alzara la barrera y no arriesgaran a los heridos.
—Apresurémonos.
Tenten asintió pasando el talismán a Hanabi.
Una conversación rápida y eliminaron a los candidatos, se determinó que Hanabi sería quién sostendría la barrera. Siendo la única que conversaba sus reservas casi intactas y lo suficiente hábil para dejar fluir la energía espiritual. Hubo cierta vacilación conforme al mecanismo de la barrera, pero Kiba las acalló diciendo que se quedaría con Hanabi para ayudarle a cambio de que alguien apoyara a su hermana en batalla.
Cabe recalcar, que Sasuke aceptó de inmediato. Y aunque no lo hubiese propuesto, lo haría.
Teniéndolo resuelto Tenten dio un paso atrás, adentrándose a la barrera con una expresión dolida. Ella se quedaría dentro para cuidar de sus propias heridas y recuperarse lo más que pudiese. En el peor de los casos, si la demonio los derribaba a todos, Tenten sería la última esperanza entre los heridos y el enemigo.
Ninguno quería pensar en ese escenario, pero tendría que contemplar cualquier posibilidad.
—¡Actívate! —gritó Hanabi alzando el talismán en el centro de las raíces sobresalientes.
El talismán brilló instantáneamente, al mismo tiempo Kiba lanzó otro talismán central hacia el cielo. Un rayó emergió desde el talismán que sostenía Hanabi hasta el que se elevaba como una flecha. Después de cierta altura se quedó estática recibiendo la energía, pronto crispó y comenzó a expulsar energía pura formándose media esfera.
Sasuke, Neji y Karin observaron el procedimiento con diferentes expresiones, que variaban de satisfacción a asombro por igual. Nadie negaría lo calibrado que estaban los talismanes para absorber pequeñas cantidades de energía sin afectar completamente a los protegidos. Los heridos apenas reaccionaron, dando vistazos angustiados al exterior, preocupados por la información compartida.
Por si fuera poco, Sasuke estaba a cada segundo más ansioso. A sus oídos llegaba los sonidos de la lucha. Desde allí no podía verlo por los árboles que se interponían, pero no tardaría en vislumbrarlo si los árboles continuaban partiéndose a la mitad.
Tratando de ocultar su desesperación, giró la cabeza buscando la figura familiar de Sakura.
Justo en ese momento captó un destello metálico entre la negrura de la noche. Reaccionó a tiempo para contrarrestar con Kusanagi el ataque repentino del enemigo.
Las espadas chocaron y crearon una breve fricción antes de que la venda enrollada alrededor del mango de la espada enemiga se contrajera y rebotara.
Esa espada- pensó ensanchando los ojos mientras veía emerger de la oscuridad la silueta familiar que jamás olvidaría.
Cuando Sakura dijo que un fantasma familiar había atacado la aldea, consideró la posibilidad que junto a ese otro fantasma aparecería Naruto.
Y quería estar más que equivocado en sus suposiciones.
En el momento en que la espada enemiga retrocedió hasta la mano de su amo, apareció Naruto viéndose igual que la última vez que se toparon. La diferencia notoria se veía en que no traía una máscara que cubriera su rostro y se notaba la seriedad de este junto al ceño fruncido de su rostro mientras hacía girar la espada desde la venda del mango alborotado su cabello negro.
No negaría la relación de su presencia. Por un breve momento, Sasuke deseó que frente a él no estuviera su mejor amigo. Pero, como de costumbre, muchos de sus anhelos no se cumplían. Cerró los ojos, sospesando sus opciones.
De fondo oyó la respiración tartamudeada de Karin junto a él, a punto de tener un colapso. Lamentó no ser fuente de consolación y no haberle dicho antes, esperando a la reunión que tendrían después de la cacería. Y Neji parecía tener una vaga expresión de reconocimiento, seguramente tratando de recordar la familiaridad del rostro.
Él tampoco estaba en las mejores condiciones.
—¿Eres tú quién controla a los Cazadores, Naruto? —cuestionó Sasuke y su voz salió firme contrario a sus emociones agitadas. Detrás Karin jadeó y Neji ensanchó los ojos.
Naruto detuvo abruptamente el movimiento de espada y la sostuvo frente a él con una mirada expectante.
—Es una molestia controlar a los humanos como estúpidas marionetas. Lo único que demuestra es que son de voluntad débil. Mei es realmente horripilante.
Eso fue un "no" muy apasionado, si le preguntan a Sasuke.
—¿Naruto? —susurró Karin caminando unos pasos, con la mano extendida al frente como si quisiera acercarse a tocarlo. Hablaba con voz quebradiza y esperanzada—. Oh, dioses, ¿en verdad eres tú?
En el fondo de su corazón, Sasuke rogó para que Naruto recordará a Karin. Le dolió más que a nada cuando Naruto no lo reconoció, pero no importa ahora, había una posibilidad de que sí reconociera a Karin le daría la certeza qué aún había restos de su mejor amigo. No importando cómo, ella sigue siendo su familia.
Ante el repentino llamando, Naruto se fijó en ella observándola por unos breves segundos llenos de tensión y después un brillo mordaz apareció en sus ojos.
—¿Quién eres tú, mujer, para llamarme tan familiarmente?
Las esperanzas de Sasuke cayeron en picada. Las memorias de Naruto fueron arrebatadas a tal punto que no reconocía a alguien con el que convivió día a día. No quería imaginar cuando viese a sus padres.
Por detrás, Neji suspiró audiblemente y habló únicamente para ellos.
—No reconoce a Karin, ¿estás seguro de que es el alma de Naruto? —cuestionó duramente.
La mandíbula de Sasuke se tensó mientras asentía. Ya no tenía opción.
Interpuso a tiempo el brazo a impidiendo que la Cazadora continuará avanzando.
—No te acerques más, sus intenciones no son buenas.
—¡Pero es mi primo! —exclamó Karin desesperada—. ¡Él nunca me hará daño!
—Ahora no nos reconoce a ninguno de los dos —espetó duramente Sasuke. Alguien debía tener la serenidad entre los dos por más que doliese—. Ya he luchado contra él. No dudará en matarnos en la primera oportunidad.
El dolor pasó por el rostro de Karin, apretando los labios y mirando insistente a Naruto detrás del brazo extendido de Sasuke. Ante el intercambio de palabras breves, Naruto había optado por una pose casual mientras se rascaba la barbilla, la clara imagen del aburrimiento, como si de fondo no se escuchara la lucha entre Sakura y la demonio, Mei.
—Oigan ¿ya terminaron de cuchichearse? —cuestionó Naruto aburridamente. Luego agitó la cabeza con una sonrisa siniestra mientras agarra el mango—. Apártense, tengo asuntos pendientes con ese Cazador.
—Naruto, no debes luchar contra Sasuke —gimió Karin al borde de la desesperación—. ¿Acaso no lo reconoces?
—Dices incoherencias —decidió Naruto después de analizarla con ojo crítico—. ¿Reconocerlo? Quisiera jamás recordar su rostro, pero lamentablemente, lo último que recuerdo antes de mi muerte es a él destazando mi cuerpo con sus propias manos.
Sólo porqué Sasuke tenía un buen autocontrol sobre sus expresiones, no avanzó y gritó de dolor ante la confesión de Naruto, en cambio, quedó completamente congelado en su lugar, procesando lo que ocurría frente a él.
La figura de Naruto se distorsionó ante su vista doble, mientras la respiración se atascaba en su pecho por la realización repentina que tuvo.
¿Naruto cree que él lo mató?
—Piensa que eres su asesino —murmuró Neji serio.
Si fuera otro, Sasuke estaba seguro de que le reprocharían y dudarían de él. Después de todo, era el único testigo de la muerte de su mejor amigo y contra la acusación del mismo existirían dudas.
Sin embargo, este no fue el caso.
Neji cerró los ojos y negó con la cabeza.
—¿Quién le habrá alterado los recuerdos?
Karin, por su parte, parecía al borde de las lágrimas mientras negaba con la cabeza furiosamente.
—¡No es así! Las cosas no ocurrieron de esa manera.
—¡Entonces explícame porqué cada vez que lo veo el recuerdo viene a mí una y otra vez! —gritó de vuelta el fantasma, agarrando con fuerza el mango—. No me importa cómo sucedió, él fue quién me mató y yo tomaré su vida a cambio. Y quien interfiera en mi camino ¡lo asesinaré sin remordimiento!
Y Naruto se abalanzó al frente.
Al mismo tiempo, Sasuke empujó a Karin detrás y salió al encuentro interponiendo a Kusanagi. El primer golpe mandó ondas de energía y aire por el bosque, agitando los ropajes de Karin y Neji que no se movieron de su lugar, estupefactos por el repentino cambio de acontecimientos.
—¡Neji, ayuda a Sakura! Nosotros nos encargaremos aquí —pidió Sasuke empujando a Naruto con fuerza.
Inmediatamente Hyūga se apresuró a ir al otro encuentro. Karin permaneció estática en su lugar, temblando incontrolablemente, tomándose de las manos contra el pecho tratando de calmarse. Debía estabilizarse, Sasuke luchaba contra Naruto por una razón grande, no creía que intentara disiparlo.
Se lo reveló cuando de una patada, Sasuke mandó a Naruto contra un tronco partiéndolo en dos poniendo distancia y dándoles tiempo. El azabache retrocedió hasta ella, sosteniendo el arma con fuerza a tal punto de que sus venas se marcaban.
—Karin, sé que es difícil para ti y lamento no haberte dicho antes. Esto es de lo que quería hablar con tus tíos y contigo —expresó con sinceridad, Karin le devolvió la mirada cargada de consternación—. Naruto volvió como un fantasma y está bajo las órdenes de alguien. Su presencia hoy lo confirma.
—Él... ¿cómo sucedió esto? —balbuceó, dolida—. Sasuke, él no era malo. Mi primo era valiente y justo, con honor intachable. ¡Incluso sus recuerdos fueron borrados!
—Quién lo manda le arrebató sus recuerdos, eso lo hace peligroso.
Karin ensanchó los ojos, girando bruscamente la cabeza a Sasuke, observando cada línea tensa del rostro varonil.
—De ninguna manera —negó con la cabeza agarrándolo del brazo—. Por favor, no lo disipes. Naruto-
—No planeo disiparlo. Mi intención es atraparlo —confesó con un hilo de voz. Maldición, le está desconcentrando sus emociones y no debía ser así. Mente fría mente fría—. Hay algo que lo ata a este mundo, quiero ayudarlo a que siga su camino y entre al ciclo de la reencarnación.
Al frente Naruto salió entre los árboles arrastrando la espada y los ojos zafiro puestos en él. Y de pronto, Karin comprendió porque Sasuke se encargó de luchar contra Naruto y mandó a Neji contra el demonio. Sus intenciones siempre fueron las mismas. Después de todo, si Neji luchaba contra Naruto no dudaría en dispersarlo creyendo que sería la mejor opción.
—Es mi primo, también quiero que descanse en paz. ¿Cuál es el plan? —cuestionó Karin limpiándose las lágrimas.
Una de las razones cuales Sasuke permitió que Karin interviniera, es por la posesión que traía con ella. Las bolsas atrapa espíritus de los Uzumaki eran las más poderosas entre los clanes, traían gravados kanjis transmitidos en generaciones por el clan como un secreto para atrapar fantasmas y demonios, no importaba cuán poderoso era la criatura, si lograba entrar en la bolsita no molestaría hasta que fuera expulsado.
—Hay que encerrarlo en la bolsa atrapa espíritus, pero su energía deber ser muy débil o caer inconsciente —explicó él rápidamente en susurros—. Debemos agotarlo primero, luego lo ataré con las cuerdas de guqin y lo atrapará.
Karin estuvo de acuerdo y Sasuke se apresuró al próximo encuentro sosteniendo a Kusanagi en el costado.
Mei es un oponente fuerte, si acaso el rango Ira revela algo. Y a pesar de ello, Sakura hizo un excelente trabajo reteniéndola y alejándola al mismo tiempo.
El modo de ataque de la demonio era lucha de media y larga distancia. Haciendo lo posible por atacar a Sakura con los hilos filosos, pero la pelirrosa contrarrestaba con una espada en mano que cortaba cada hilo que se interponía irritando a su oponente.
—¿Quién dices que moriría al primer golpe? —se burló Sakura sin reparos logrando que Mei se irritara más y fuera tras ella. Esto fue una táctica de la pelirrosa para que Mei la siguiera, así la alejaba del campo de protección.
Los hilos eran cuchillas, cortando todo a su paso. Sakura tuvo la agilidad de esquivarlo a cada uno con la mejor precisión, reflejos rápidos al igual que sus pies. La elasticidad en moverse y no temiendo embarrarse de tierra al derrapar en el suelo. Una vez fuera del perímetro, se permitió comenzar a contrarrestar en serio.
Mei aumentó el número de hilos para atacar una vez que Sakura cambio la táctica de defensiva a ofensiva. Esto dificultó la movilidad de Sakura, quién por ahora se le daba mejor la pelea a corta distancia. Retrocedía cada vez que los hilos pretendían alcanzarla, suponiendo que con ellos controlaba a las personas, aún desconocía si el único factor era ese u otro en particular, no quisiera averiguarlo por experiencia.
Y cuando Neji se unió inesperadamente a la pelea, Sakura se alegró internamente. Ahora el Cazador lidiaría con la mayor fuerza de Mei, la energía espiritual era ventajosa en ocasiones.
El enorme conjunto de cabellos se dividió en dos ante la energía lanzada por Neji a través de la espada, el bosque brilló momentáneamente, cegándolos. Sakura aprovechó la abertura para acercarse a Mei, pero ciertamente la demonio tenía instintos fuertes y al sentir que era acechada volvió a unir los hilos y los lanzó a su dirección.
Con un ataque de frente de esa magnitud le obligó a esquivar el ataque, yéndose por los árboles evitando que la golpeara directamente. Saltó a otra rama justo en el momento en que los hilos se tensaron y partieron a la mitad el tronco en dónde se había detenido antes. Sakura terminó escabulléndose entre los árboles tratando de confundir su vista.
Al mismo tiempo, Neji intervino apuntando a Mei con un sello de manos, inmediatamente Mei fue rodeada por un círculo luminoso de energía espiritual que le impidió moverse unos segundos, mismos que Sakura utilizó para impulsarse en otro árbol y avanzar como proyectil a Mei.
Su aparición fue tan sorpresiva entre la maleza densa del panorama que incluso la demonio se vio ligeramente superada. Cuando Mei reaccionó, ¡ya tenía a Sakura a pocos centímetros agitando la espada que pretendía cortar su cuello!
—¡Ni pienses que lograrás tocarme! —exclamó Mei retrocediendo mientras hacía regresar los hilos viniendo detrás de Sakura.
Sin embargo, se llevó la sorpresa de la inherente velocidad de Sakura combinada con agilidad, apenas tocó el suelo, Sakura volvió a impulsarse con el mismo vigor haciendo un ataque de frente agitando ambas espadas.
Sucedieron dos cosas al mismo tiempo: el brazo de Mei se separó de su cuerpo tras el ataque brutal y Sakura fue atravesada por dos hilos justo en las piernas.
Sakura contuvo su propio gemido de dolor y marcó un arco con la espada derecha, inmediatamente los hilos se partieron y logró alejarse.
—¡Eres una salvaje! ¿¡Cómo te atreves a cortarme el brazo!? —lloriqueó Mei agitando el brazo amputado y los ojos rojos brillantes.
De reojo, mientras ponía distancia, Sakura observó que el brazo de Mei era reunido por los hilos que parecían tener vida propia. Moviéndolo hasta quedar a la altura de la amputación, extrañamente no sangraba y, lo más inusual: no le creció otro brazo. En lugar de ello estaba siendo costurado.
Una de las características de los demonios era que, no importaba que extremidad perdieran, mientras no fuera la cabeza volverían a crecer.
Desde la distancia, Neji frunció el ceño al ver esta escena, para cuando Sakura aterrizó junto a él, no había ni una gota de sangre saliendo de las heridas de Mei.
—Esto no funciona —sentenció la pelirrosa separándose los pliegues del kimono a la altura de las piernas, una mancha más oscura se sobreponía en la tela negra de sus medias—. Ella no sangra ¿qué clase de demonio no sangra?
—Deberías saberlo, entre los dos, tú tienes más experiencia con demonios.
Hizo una mueca, ignorándolo completamente, y rompió retazos de su propio kimono para apretar en las heridas, todo sucedió bajo la mirada nada impresionada de un desliñado Neji.
—Una vez separada la cabeza del cuerpo todo acabará. Pero sin mi espada no puedo canalizar en grandes cantidades la energía espiritual. —Neji lanzó una mirada frustrada a su propia arma colgando en la cintura—. El círculo de energía es para contener a criaturas rango Salvaje y apenas la retiene el tiempo suficiente para hacerle daño.
—Y tu energía se está agotando. —Sakura se enderezó soltando una exhalación—. En una lucha de resistencia el demonio ganará, debemos acabar rápido. Primero debemos deshacernos de todos esos cabellos para llegar a su cuerpo y dejarla indispuesta, o rebanarle el cuello.
—¿A qué cabello te refieres?
Sakura casi se va de lado ante su pregunta. No pudo evitar mirarlo con incredulidad.
—Los hilos de cabellos que maneja esa mujer, ¿acaso no los ves?
—Lo único que veo es energía resentida por líneas, como me atacaba con ellos únicamente lo corte, imaginé que sería fatal si nos tocara —espetó él solemne.
—Quizás por mi afiliación demoniaca puedo verlo, lo que nos da ventaja pero, aun así... —Sakura sospesó sus opciones mientras observaba los hilos retorcerse.
Continuaban cosiendo el brazo de Mei, y esta hablaba a medio grito. A estas alturas apenas le prestó atención, concentrada en el hecho de que no había mandado hilos a atacarlos y parloteaba en su propia miseria.
Eeeh.
La comprensión brilló en los ojos verdes.
—Me he dado cuenta de que los hilos parecen tener un límite —compartió sonriendo. Neji se giró a ella, intrigado por la observación con una muda pregunta en sus ojos—, si te das cuenta hemos estado parados aquí durante unos minutos y no se ha acercado. Los hilos sólo aparecen abruptamente del suelo cuando estamos demasiado cerca de su cuerpo.
Neji lo sospesó, analizando el fluido de energía demoniaca que alcanza a visualizar, le dio la razón con un fruncimiento de ceño y luego comprendió.
—Divide sus fuerzas en controlar a los Cazadores y luchar contra nosotros.
—Así que no está luchando con todo su poder de ataque, tenemos oportunidad de matarla —avisó Sakura apretando los dientes mientras veía a Mei inclinarse moviendo las manos, los hilos venían a su dirección y Neji sostuvo la espada yendo a su encuentro.
Lo pensó detalladamente examinando el entorno. La mayoría de los árboles habían sido derribados dejando parcialmente espacios vacíos, más allá, pudo vislumbrar a Sasuke y Karin luchar contra el fantasma.
Le preocupó de sobremanera el desgaste de energía que estaba teniendo Sasuke en estos momentos. Debía apresurarse en someter a la demonio de cualquier manera y así deshacer la barrera.
Sostuvo a tientas la flauta considerando el momento. ¿Estaba tan desesperada para recurrir al último recurso?
Y como si fuere una revelación, rebuscó entre los pliegues de su kimono las piedras Elementales que le sobran, eran tres, agua, tierra y fuego. Serviría para su propósito.
—¿Pretendes quedarte allí sin hacer nada? —reclamó de pronto Neji regresando junto a ella respirando agitadamente. Mei había sido, milagrosamente, derribada contra el suelo por la energía que expulsó forzosamente—. Debemos someterla antes de que llame a los Cazadores controlados.
—Deja de lloriquear, tengo una idea —expresó mostrándole los Elementales.
El caos en que se sumió la Villa de Fuego esa noche no sería el único que sucedería, todos lo ignoraban.
Durante dos horas los cuatro líderes, Fugaku, Minato, Inoichi y Madara junto la compañía de Jiraya, Kakashi e Iruka estuvieron frente a la barrera buscando incontables maneras de deshacerse de esta, cabe decir que sus esfuerzos no llevaron a ninguno lado. La barrera no flaqueó en ningún momento.
Sin otra alternativa, se apresuraron en volver a la Villa de Fuego y notificar a los Clanes Menores sobre sus resultados. Declararon que la barrera era impenetrable desde afuera, esto lo dictaminó Jiraya. La energía espiritual tampoco fue de mucha ayuda.
—Corroboramos lo que dijo nuestro discípulo Konohamaru, la barrera fue creada por un rango Ira —informó Jiraya en el centro de todo—. La única manera de romperla es matando al demonio.
—Desde el exterior es imposible, la barrera no se rompió ni con nuestras mejores técnicas —dictaminó Madara entrecerrando los ojos, con las manos detrás de la espada y erguido—. Lo mejor será montar guardia en los límites de la barrera y esperar a que salgan.
Las exclamaciones no se hicieron esperar y el caos surgía de nuevo entre los Clanes Menores
—¡Mis hijos y discípulos están allí dentro! ¿¡Cómo pretenden que me quede aquí sin hacer nada!?
—¡Será una masacre! ¡Dioses, ayúdenos!
—¡Los matarán a todos, oh, los matarán!
Desde el sobre nivel, junto a Madara, Fugaku veía expectante el alboroto creciente, su mandíbula apretada era la única evidencia de su frustración. Junto a él yacía Hinata, sí de por sí su piel era blanquecina, la palidez que la acompañó estuvo a punto de parecer enferma.
Itachi, por otro lado, trataba de no unirse al pánico colectivo, la presencia de Kakashi le ayudaba mucho a no perder los estribos. Sabía mejor que nadie la preocupación de Fugaku, no escatimaría en hacer lo que sea por salvaguardar la vida de su hermano, y que lanzara tal orden hizo cavidad a cuán grande y peligrosa es la situación.
Su hermano podría no regresar con vida.
—Enviaremos patrullas en los alrededores en busca de aberturas y no dejaremos de indagar sobre métodos factibles para destruir la barrera —objetó Fugaku lo bastante fuerte para que su voz se sobrepusiera encima de las paniqueadas y exhaustivas.
—Los maestros de mi clan y yo nos uniremos al patrullaje. —El padre de Tenten dio un paso al frente, viéndose determinado en cumplir su labor—. En cuanto la barrera se deshaga necesitarán refuerzos.
—ANBU los guiará por los caminos del bosque. —Fugaku asintió en agradecimiento.
Itachi lo comprendió. Con lo ocurrido con el Reska los Ancianos y Sacerdotes estaban reforzando las protecciones de la Torre de Contención, incluso Mikoto se unió ya que principalmente la barrera que rige la torre viene de su propio poder. No fue exenta de este incidente.
Cada clan envío a grupos pequeños de tres personas a monitorear los alrededores de la barrera, implícitamente, Itachi analizó el comportamiento de cada uno. A pesar que el Clan Uchiha era el anfitrión y por ende el que poseía mayor número de discípulos, decidieron movilizarse con las pocas personas de sus propios clanes y no confiar plenamente en ellos (a excepción de los Uzumaki).
Amargamente supo identificar las sospechas que los demás tenían sobre ellos, creían que el clan tuvo que ver con este ataque.
Las consecuencias políticas que tendría este incidente serían fatales si no lo abordaban debidamente. Ya lo estaba imaginando. Algunas escenas ya corríen en su mente base a lo transcurrido. El clan Hyuga no desaprovechará la oportunidad en desestimarlos, o los Yamanaka. Se conocía que ellos no lamentarían perder aliados mientras no les beneficiara.
A poco antes del amanecer se movilizaron, y a pesar de que Itachi quería unirse al grupo, tuvo que permanecer en el dojo coordinando a los discípulos y ayudaran a purificar el lugar en que estuvo el Reska haciendo el revuelto. Afortunadamente Tsunade no escatimó en enviar a sus aprendices del ala médica para trasladar a los heridos mientras ella misma se encargaba del Anciano que sufrió la pérdida de su núcleo.
Cuando iba trasladándose a la Sala de Conferencias en busca de su padre, fue abordando por el discípulo que envío antes del embrollo a intercambiar los objetos de valor que le entregó Sakura. Apenas se había acordado e independientemente del asunto que lo aqueja, una promesa es una promesa.
Y no olvidará jamás que ella fue la primera en correr dejando todo atrás sólo por Sasuke.
—Konohamaru —llamó cuando lo vio pasar corriendo por el pasillo junto a Moegi.
—Joven Itachi. —El chico se acercó inclinándose apresuradamente, Moegi le siguió imitando su gesto—. ¿En que puedo ayudarle? Iba corriendo al ala médica por órdenes de Tsunade.
Itachi le extendió la bolsa de cuero repleta de monedas recaudadas cual el menor tomó en manos, confuso.
—Son las ganancias de la señorita Sakura, serás el responsable de salvaguardarlo hasta que regrese —dijo, y Konohamaru se impresionó. Itachi mismo podría resguardarlas, pero si en dado caso alguien lo veía entregarle a Sakura tal suma monetarias crearía malos entendidos—. Asegúrate de recibir las medicinas cuando llegue el momento. Por ahora concéntrense en los trabajos asignados.
—¡Sí, joven Itachi!
Los vio marchar y retomó su caminar directo a la Sala de Conferencias. Fugaku lo estaba esperando.
Al llegar al edificio principal, vislumbró la una figura familiar caminar entre los pasillos con tanta elegancia y el mentón en alto. Inevitablemente pasaría junto a Mikoto, quisiera o no.
Personalmente tenía sentimientos complicados con tal situación, por un lado era la segunda esposa de su padre, debía respetarla, pero por otro también era la madre de Sasuke. Esto de entrada, y sabiendo la relación entre ambos, le ha inyectado cierta espina de rencor.
No escarvó profundo en sus pensamientos. Cuando estuvo a metros de ella y a punto de doblar en la intersección, de pronto Mikoto se derrumbó cayendo de rodillas sin la gracia que mostró segundos atrás.
—¡Sacerdotisa! —exclamó corriendo a Mikoto.
Mikoto se cubrió la boca con el dorso, tosiendo pausadamente no perdiendo la postura serena del rostro. Una acción tan tétrica por qué le recordó a Sasuke cuando sufría en silencio y se esfuerza en no ventilarlo.
Itachi apoyó una rodilla junto a ella con la intención de ayudarle. Mikoto le dirigió una mirada breve, inclinando la cabeza al reconocer su presencia.
—¿Se encuentra bien? ¿Requiere que la acompañe al ala médica? —cuestionó calmo.
—Con los Sacerdotes —pidió Mikoto.
—De acuerdo.
Asintiendo, Itachi la tomó del brazo ayudándole a levantarse. Los kimonos claros de Mikoto se agitaron con el movimiento y se enderezó lo más recta que pudo. De reojo notó que algunos discípulos de otros clanes se acercaban y no fue el único. Repentinamente Mikoto enganchó su brazo con el de él y sonrió afable, esa misma sonrisa practicada que componía en los banquetes.
Una sonrisa falsa que oculta sus verdaderas intenciones.
—Caminemos así.
—...
Como próximo líder del Clan, debía respetar a todos por más odiosos que le pareciera. Y Mikoto, en su lamentable ser, no sería la exepción.
No permitiéndose replicar, Itachi calló y dirigió el camino de regreso. Pasaron junto a esos discípulos y recibieron saludos a reverencia. Mikoto les devolvió la sonrisa falta de dulzura sincera y continuaron por el pasillo.
A diferencia de Sasuke, Itachi no dudaría en cuestionar a los demás cuanto tiene curiosidad. Y claramente los actos de Mikoto eran enigmáticos pidiendo ir con los Sacerdotes en lugar de los sanadores.
—¿Ha presentado problemas de salud tan pronto? —preguntó serenamente refiriéndose al desgaste de su propio poder.
Era de información común que los antiguos portadores de herencia de sangre perdían fuerzas y poder a medida que el primogénito crecía. En este caso, Sasuke no presentó ningún poder, por lo tanto, la chispa de herencia prevalecería en Mikoto por algunos años adicionales a lo común.
—Mantener dos campos de protección entrelazadas entre sí no es fácil —respondió Mikoto.
—La Torre de Contención se mantiene base a talismanes.
—La menor parte del tiempo.
Esto es un dato que Itachi ignoraba.
—¿A qué se refiere?
Pasando al siguiente edificio, Mikoto miraba al frente. Ninguno de los dos viró la cabeza, concentrados en el camino por delante, teniendo la conversación de esta forma. No afectó a su pensamiento, permitiéndole analizar sus palabras.
—Cómo sabrás, dentro del Monte de las Ánimas se encierran amas errantes, llenas de energía resentida. Fantasmas de rango Feroz y uno que otro demonio. La barrera limita sus intenciones de salir, pero ¿qué sucede cuando la energía oscura se asoma en los bordes de la barrera? Como un animal buscando su presa, quieren devorarlo y así obtener energía. Las almas se alebrestaron y traron de salir, tuve que purificarlos indirectamente.
—Lo cual requirio aumentar su energía espiritual —opinó Itachi.
—Efectivamente, lo aceleré al punto de la purificación —dijo Mikoto sin mirarlo—. Cuando el Reska se escapó, rompió la barrera de la torre que a su vez está conectada con el Monte de las Ánimas, así que los fantasmas montaron un festín queriendo salir.
—Tiene razón, si el número de entes aumenta, la energía que utilizará para purificarlos será proporcional.
Mikoto asintió, esbozando una sonrisa plana. Le recordó en aquellos días en que de niño se topaba con ella. La Sacerdotisa acostumbraba a traer un pintalabios rojo vivo, y sobre su rostro, cuando sonreía de esa manera tierna y linda, a sus ojos siempre le pareció completamente falso.
—Pequeño Itachi, puedes confiar en mi para decirme cualqueira cosa ¿de acuerdo? —le decía de niño—. Aunque tu mamá ya no esté con nosotros, yo estaré para ti.
Ella decía y le acariciaba hipocritamente las mejillas.
Itachi se acostumbró rápido a esas muestras descaradas de afecto, contrario a Sasuke que es hijo de carne de esta mujer, ahora su hermano compone semblantes duros y permitía el tacto con dolor disfrazado de serenidad. Todo por una tetra irónica en aparentar una familia feliz.
No lo culpa en absoluto, en su lugar, si su propia madre hubiera sido cruel de esa forma con él, no sabría qué hacer.
—Siendo el caso, descanse debidamente —aconsejó por encima.
Y, por otro lado, fingió creer la excusa de Mikoto.
Sobre todo, por la incógnita creciendo en la mente. Se suponía que el poder de Mikoto poseía las facultades de mantener protegido el Monte de las Ánimas. Los detalles en sí sobre todas las capacidades de los herederos de poder dentro del Clan Uchiha únicamente los conocían los Sacerdotes, la mamá y el hijo que heredó el poder.
Pero, también, sabía que cuando el poder pasa de madre a hijo la transición es lenta pero significativa.
La madre va perdiendo el poder.
Y el hijo va ganando fuerzas.
Entonces, si Mikoto se está debilitando (o aumentando poder sobre la barrera, como ella excusó patéticamente creyendo que le creería) ¿a dónde se dirige toda la energía que pierde?
Con esa incógnita que no lo dejaría dormir en paz hasta que su hermano regresara, continuó su caminata al templo con Mikoto enganchada a su brazo, con una pizca de esperanza vibrando de expectativas. Mandándole fuerzas en silencio a su hermano, rogando a los Cielos que lo regresan con vida a su lado.
Sakura: *sacando elementales hasta debajo de las piedras*
Neji: 👁️👄👁️
Les dije que traería pronto, muy pronto el capítulo.
Estamos avanzando con las peleas. ¿Quién imaginó que sería Mei? Estaba en duda referente a su personaje y había puesto a alguien más. Pero al final así quedó.
Pobre Naruto :c le borraron sus recuerdos e inyectaron otros que no son. ¿Quién habrá sido y cuál fue el motivo?
Ahhh! Itachi no le agrada Mikoto, véanlo como el hermano mayor que no soporta ver el maltrato a su pequeño hermano. Y Mikoto constantemente es fuente de sufrimiento de Sasuke.
No hubo interacción SasuSaku aquí, pero eh, las luchas lo ameritan. El próximo capítulo ya será.
En fin, ¡gracias por leer!
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