/27/ Caldera de tiempo (parte 2)

Holis, holis,  actualización más rápida del viejo oeste. Seguimos con la parte 2, veremos cuantas partes salen. 

Lo sé, lo sé había dicho que actualizaría ayer, en mi defensa, tuve trabajo imprevisto por la noche y lo único que quise fue llegar a dormir. 

Pero, he aquí el capítulo ;) espero lo disfruten *c va dormirse un rato*


—Es un demonio, un rango Ira.

La confirmación de Karin luego de su exhaustiva investigación, todavía agazapados en la rama de los árboles, no hizo más que sacarlo de dudas. Sasuke sabía con toda certeza de que la criatura infiltrada debía ser algún demonio o fantasma de alto rango. Un Ira acabaría con un pueblo entero en una sola noche, y contando que este ha controlado —especulativamente— a más de la mitad de los Cazadores presentes daba mucho de qué pensar.

—¿Dónde se encuentra en este momento?

—Se mueve al oeste —indicó deshaciendo el sello de manos y señalando brevemente a esa dirección. Sasuke clavo la vista en el horizonte, como si pudiera ver a través de los árboles a los demás discípulos.

—Allí saldrán los del cuarto camino —dijo en susurro.

No quería imaginar qué clase de tormento caería sobre ellos. Idealmente debían reagruparse y trazar una estrategia en conjunto. Desde aquí, Sasuke percibía su propia frustración de no actuar en solitario. Esperaba que ese grupo pudiera salir con vida, en caso de que la mayoría no fueran controlados.

—Enfrentarse a un enemigo cuyo alcance es largo debido a estas marionetas es difícil —sospesó con turbación, enfadado con la idea de enfrentarse contra los discípulos de otros clanes, si bien no era cercano a ninguno de ellos, no lo eximía de sentir culpa al blandir su espada contra un hermano marcial—. Sobre todo, si no podemos matar a los enemigos, pero ellos a nosotros sí.

Los ojos en la mirada de Karin eran lejana, perturbada y llena de incertidumbre. Los dos vieron de primera fila a sus mismos condiscípulos perder el control de sus propios cuerpos y volviéndose a ellos con espadas en mano. Recordando el reconteo, de los diez inmunes, tres pertenecían al clan Uchiha, cinco al clan Uzumaki y los dos restantes del clan Yamanaka.

Cuales tres, uno de cada clan, cayeron en batalla bajo la espada de sus propios compañeros.

—Regresaremos por sus cuerpos cuando acabemos con esto —le consoló a sabiendas de lo emocional que era Karin. Ella asintió desganada.

Él también tuvo un nudo en su garganta. Desde su posición le era posible ver el cadáver del discípulo Uchiha asesinado, había cruzado con anterioridad una que otra palabra, nada serio de verdad.

El Cazador, es- era un chico de sonrisa desinteresada que montaba guardia mayormente por la noche en la entrada de la Villa de Fuego: Uchiha Siyo. Cada vez que se veían, el chico lo saludaba con esa sonrisa fácil y amigable, inclinándose en respeto y saludándolo afable cada vez.

Cerró los ojos por un instante, tragándose la culpabilidad.

Se movieron entre las ramas de los árboles, en sigilo y silenciosos. Karin ocultó su energía espiritual para no ser percibidos. Todavía desconocían el alcance del enemigo principal, lo mejor era moverse cautelosamente. Su andar rápido no tuvo percances, eludiendo incluso a las criaturas que principalmente estaban en el bosque debido a la competencia.

Al acabarse los árboles altos tuvieron que descender. Apenas tocaron suelo y un monstruo se abalanzó a ellos. Sasuke no escatimó en adelantarse y cortarlo en dos con su espada, ahorrándole las flechas a Karin. Después de media mirada, continuaron el recorrido ocultándose lo mejor que podían. No tendrían problemas en combatir a las criaturas, pero no quería atraer atención no deseada.

Mientras avanzaban, permanecieron en silencio. En un punto en que tuvieron que esconderse detrás de un par de troncos, Sasuke observo al pequeño grupo de criaturas precipitarse a una sola dirección, no se molestaron en mirar a su alrededor por lo que los Cazadores pasaron desapercibidos. Detuvo su pensamiento en ese punto.

—Karin, ¿estás criaturas están yendo a la misma dirección? —cuestionó en voz baja, sólo para que ella escuchara.

—Déjame ver.

La aludida apoyó la espalda en el tronco, cerrando los ojos y haciendo un par de sellos con las manos. Sasuke se puso a su lado, dando un breve vistazo a su alrededor en busca de alguna amenaza, al no percibir nada se giró a la pelirroja manteniendo la guardia alta. Al cabo de unos segundos, ella abrió los ojos y señaló a su derecha.

—Se dirigen por aquí, lo más extraño es que los discípulos controlados se dispersaron por el norte y oeste.

En silencio, Sasuke lo pensó. Buscó a tientas una pequeña rama y se colocó de cuclillas detrás de un par de arbustos que lo ocultaban de la vista, concentrándose en trazar sobre el suelo un patrón. Karin se agachó a su lado, con las manos apoyadas en las rodillas y observando el dibujo, poco a poco la comprensión adornó su rostro.

Sasuke señaló, con cierta contemplación, el mapa que dibujó.

—El norte es dónde están los Hyūga y el oeste los otros grupos de Cazadores que recorrieron los dos últimos caminos. Dijiste que a esos puntos se dirigen lo que son controlados ¿cierto? —sospesó Sasuke señalando con la rama el pequeño esquema, Karin asintió a respuesta.

—Y los monstruos y entes abarcan el sur y el este —apuntó con vehemencia—. Nosotros estábamos en el este.

—Conveniente cubren todos los puntos del bosque.

Si las estimaciones de Karin son correctas en sentir cada flujo de energía, ya sea demoniaca o espiritual, cada dirección estaba cubierta. Podría existir huecos, claramente, a menos que tuviera un puñado de entes a su merced.

—¿El demonio también controlará a los fantasmas y monstruos del bosque?

—No descartemos tal posibilidad —dijo él en su lugar—. Por ahora vimos a los monstruos moverse. Será un problema si además de los demás discípulos, enfrentarnos a todas las entidades.

Evitó decirlo en voz alta, pero tanto Karin como él sabía: sería una masacre.

—... Quizás no todos los demás fueron controlados —murmuró inútilmente ella.

Sasuke la miró con cierta compasión. También quería creerlo.

—¡ACERCATE MÁS, CRIATURA INMUNDA!

El repentino grito alertó a ambos Cazadores. Poniéndose de pie de un salto, lograron vislumbrar a una Cazadora de un clan menor correr por el camino del costado, sosteniendo con fuerza el arco en una mano y en la otra una flecha. Detrás venía arrastrándose un monstruo cuyo cuerpo se parecía al de un enorme lagarto, sacando la lengua tan larga enrollándose en el pie de la mujer, haciéndola tropezar.

Apenas el monstruo retrajo la lengua junto con su presa acompañado de un grito femenino lleno de determinación a pesar de estar a punto de ser devorada, una flecha salió disparada y asentó en la lengua. Lo que antes fue una extremidad se convirtió en dos. Un chillido agudo salió del monstruo, y muy tarde reaccionó, lo siguientes que sucedió fue una cabeza decapitada bajo el filo de la espada Kusanagi.

Ninguno de los dos esperó en moverse. En un santiamén acabaron con la criatura y Karin se apresuró a socorrer a la Cazadora que se quedó estupefacta en el suelo, mirando con los ojos muy abiertos el asesinato de la criatura.

—¿Te encuentras bien? —Karin se arrodilló a su lado, verificando que no tuviera heridas. La Cazadora, tan joven, se dio cuenta Sasuke que quizás no pasaba de los dieciséis años, asintió frenéticamente con la cabeza.

—Yo- estoy bien, gracias por salvarme —jadeó, saliéndose de su propia impresión y temblando a mares, apenas teniendo la fuerza en hacer una reverencia correctamente y Karin la despachó con un gesto

Sasuke se acercó solamente después de asegurarse que el lagarto hubiera muerto. Agitando ligeramente la katana dispersando la sangre que goteaba. La Cazadora siguió el movimiento y ensanchó los ojos al ver a Kusanagi fuera de su funda.

—¿Cómo pudiste liberar tu espada, joven maestro?

—Te lo diría si supiera —dijo en respuesta—. ¿Puedes decirnos la situación de tu lado?

—Es todo un caos. M-Mis hermanos marciales repentinamente comenzaron a atacarnos —negó con la cabeza, llevándose las manos a sus costados y temblando—. Fue horrible de ver, ¡ni siquiera lo anticipamos! Sobreviví gracias a la señorita Tenten, nos alejamos lo suficiente pero fuimos emboscados por monstruos. Entre la pelea me separé del grupo atrayendo a este monstruo. —Al decir esto, ensanchó los ojos y tomó las manos de Karin, viéndose desesperada—. ¡Por favor, ayuden a mi maestra!

La expresión de Karin cambió, tomándola del hombro y la miró con urgencia.

—¿Dónde está Tenten?

—¡Los guiaré!

A cuestas, la discípula se puso de pie y corrió en dirección a dónde vino, seguida de Karin y Sasuke a sus lados asegurándose de ayudarla en caso de que la herida de su pie fuera grave. Pero la chica no se rindió, a pesar de su cojera siguió adelante con la barbilla en alto. Algo digno de admirar.

—¿La señorita Tenten también fue controlada? —cuestionó Sasuke sin perder el ritmo.

—No, no lo fue. Corrimos con la suerte de escabullirnos y nos topamos con algunos Cazadores que tenían control sobre sí, pero luchar contra monstruos es difícil sin armas suficientes —dijo.

Y los otros Cazadores comprendieron la lucha. El terreno del Bosque de la Muerte tenía sobre sí un fuerte conjuro que impedía el funcionamiento de matrices debido a la competencia, por lo tanto, únicamente las armas servirían en este terreno contra las criaturas.

—¿No se suponía que solamente había pequeños entes que no causarían mayores problemas?

—Entre más profundo es el bosque, más criaturas peligrosas habitan —dijo Sasuke—. ¿Vieron algo más?

Ella negó con la cabeza, disculpándose de no ser mayor ayuda.

Sasuke supo que se acercaron a Tenten cuando escucharon el ajetreo repentino de gritos y rugidos por igual. Aceleraron el paso entre los fogosos árboles, traspasando los caminos llenos de arbustos para encontrarse en lleno con una pelea reñida entre Cazadores de demonios que lanzaban flechas y talismanes a un grupo de monstruos insistentes a destrozarlos.

Allí la fuerza vistosa era Tenten. Al principio su apariencia sencilla y nada extravagante engañaría a cualquiera, pero en realidad escondía una habilidad única. Extrayendo pergaminos del interior de sus mangas, los extendía por los aires invocando un centenar de armas, en este caso, kunais, pequeñas vainas y flechas.

La invocación de armas es una técnica secreta de su pequeño clan de herreros que negaban a compartir con los demás, se entendía, incluso dentro de los clanes había técnicas que no se compartían al exterior fácilmente, un ejemplo claro es el lenguaje del guqin del Clan Uchiha con lo espiritual.

La habilidad especial del clan de Tenten era guardar armas en pergaminos que su discípula principal hacía honor a sus capacidades maniobrando con maestría el centenar de kunais invocados desde los pergaminos, asentando cada golpe en sus enemigos.

Varios monstruos cayeron fulminados, como dominós desparramándose. Sin embargo, parecía infinito la horda, mientras uno caía otro aparecía ocupando su lugar, escurriéndose entre los huecos de sus defensas.

Pronto uno aprovechó ese hueco y se ensañó en lleno a unos de los cazadores descuidados en la línea principal. No tuvo pudo reaccionar a tiempo, el Cazador agraviado fue atrapado entre las piernas y arrastrado por el suelo mientras gritaba. Nadie cercano pudo ayudarle y desapareció en medio de la multitud.

—¡Harumi! —gritó Tenten desconcentrándose brevemente.

Tal desliz le costó una herida. Un monstruo cercano lanzó un zarpazo lastimándole el brazo, gracias a sus rápidos reflejos se alejó antes de que perdiera el brazo por completo.

—¡Señorita Tenten! —gritaron sus compañeros.

Sasuke vio esto apenas puso un pie en el perímetro, sus ojos se fijaron en Tenten quién se alejaba a cuestas alejándose del monstruo que la tenía en la mira y no pretendía librarla hasta que la tuviera despedaza. Estaba en un aprieto muy grande de vida o muerte.

Tomó una decisión rápida que seguramente le repercutiría más tarde, pero ahora no veía otra opción más que intervenir o vería a Tenten ser asesinada frente a él; si dejaba que muriera estaba seguro que la vergüenza no le permitiría ver correctamente a Neji a la cara después. La culpabilidad sería una roca pesada sobre su conciencia.

La distancia entre su posición y la de Tenten es demasiado lejos, incluso si aumentaba la velocidad no llegaría a tiempo. No veía otra opción que utilizar una técnica que, hace tres años no tendría problema en usar, pero ahora lo tenía prohibido debido a su constante consumo de poder.

Por lo tanto, sólo tendría una oportunidad.

Dando una profunda respiración, reunió energía en la planta de sus pies y asentó el primer paso. Sintió la energía pulular desde su interior recorriendo todo su cuerpo preparándose para el breve frenesí, y como si se tratase de un rayo zigzagueando entre las peleas dispersas, su cuerpo pareció una mancha borrosa con destellos eléctricos rodeándolo desde el exterior.

De un momento a otro yacía pasando junto a Karin y al siguiente segundo se encontró de pie junto al monstruo, con espada en alto y enterrándola en lo profundo del pecho del enemigo logrando que este retrocediera lo suficiente para darle tiempo en tomar otra respiración. El monstruo rugió, moviendo sus extremidades mientras se alejaba sabiamente dejando un rastro de sangre en las hojas caídas.

Cuando Sasuke retiró el arma, la sangre que salpicó mancho su mejilla derecha. Pausadamente pasó el dorso de la mano limpiándose, jadeando un poco. Dio unos pesados pasos tragando grueso, dando un vistazo a sus espaldas en busca de Tenten.

La halló yacía tambaleando sobre sus pies, mirándolo con ojos ensanchados de impresión, incluso abrió la boca llena de sorpresa.

—Sasuke, tú... ¿cómo apareciste tan rápido?

—Utilicé el *paso rápido —respondió, acercándose a ella con otra premura.

La castaña ensanchó los ojos y lo miró con alarma.

—¿Te encuentras bien? Esa técnica consume mucha energía espiritual, y tu condición...

Sasuke desestimó las preocupaciones agitando la mano.

—Eso debería preguntarte.

Tenten agitó la cabeza bruscamente y después asintió, agarrándose del brazo con fuerza.

—Estaré bien, gracias por ayudarme —dijo con alivio en su voz.

Sin embargo, no pudo estar aliviada por mucho tiempo. Los monstruos eran persistentes, como una ola enorme tratando de destruir todo a su paso, y las armas invocadas, aunque parecían no tener fin, en realidad dependían de la energía espiritual de Tenten y la agotan con el uso excesivo.

Inevitablemente en cualquier momento caería.

Esto lo sabían todos que estaban desesperados por matar a la mayor cantidad de monstruos posibles. Las flechas parecían infinitas, pero eran menos potentes que las otorgadas en las cacerías incluso si les inyectaban energía espiritual.

Otros optaron luchar cuerpo a cuerpo, incluida Karin, enterrando una flecha que sostenía en mano y la otra empuñando el arco como arma. Lo único que se veía pasar a sus lados eran los ocasionales kunais enterrándose en sus enemigos.

Sasuke lo estimó, mirando a Kusanagi. Unirse a la lucha no ayudaría en lo más mínimo, acaba de gastar una enorme cantidad de energía espiritual y le sería fatal moverse tan rápido y no dudaría nuevamente en utilizar el paso rápido si alguien se ve peligrando. La horda no disminuirá en absoluto.

Lamentablemente, no había manos suficientes.

—A este paso nos vencerán. A los demás no les queda mucha energía espiritual —indicó entrecerrando los ojos.

—Necesitamos una barrera que nos separe de ellos —dijo Tenten, todavía no curaba su herida, así que se veía un poco distraída conteniendo su propio dolor al apretar los dientes—. Mi energía se está agotando y las matrices no están permitidas.

Lo supuso. Sasuke entrecerró los ojos. Debían encontrar una manera de atacarlos todos a la vez y así vencerían.

Y como si fuera una revelación, rebuscó en su manga dimensional. Tenten dirigió la mirada a sus manos, casi desesperada por sus acciones deseando que de allí sacara la solución a este problema.

Entonces Sasuke extrajo unas cuerdas de guqin y Tenten ensanchó los ojos.

—Utilizaré Asesinato de Acordes para matarlos.

—Pero, Sasuke, he escuchado que esa técnica lleva mucha energía espiritual. ¿No acabas de arriesgarte con el paso rápido?

¿Cómo no saberlo? Sasuke conocía a la perfección la técnica de Asesinato de Acordes. Robaría otra cantidad escandalosa de energía espiritual y le dejaría con la suficiente para librar una que otra batalla insignificante. O eso era antes del daño en sus canales espirituales. Las podía sentir tensándose a cada minuto, propensas a destruirse. La medicina actuaba muy rápido y las volvía a unir, impidiendo un desborde de energía.

Aún sabiendo los riesgos, no podía quedarse de brazos cruzados sin hacer nada.

—Tus compañeros están muriendo. Es la única forma de acabar con todos a la vez y salvarlos —sentenció—. No debes preocuparte por mí. Haga o no la técnica, moriré si no salgo de este bosque.

Las pupilas de Tenten temblaron.

Mientras tanto, los Cazadores hicieron todo lo posible por contener a los monstruos tan fuera de sí, ola tras ola desenfrenada que prometía muerte prematura. Una marea desquiciada cuyo único objetivo eran ellos. Inevitablemente muchas personas cayeron bajo las garras enemigas, quienes los arrastraron por todo el suelo hasta desaparecer entre la horda de cuerpos deformes. Los gritos agónicos se inyectaron en los corazones de los demás, agitando su confianza a la victoria.

Pero Karin se permitió caer bajo el engaño. Salvó a dos de sus compañeros, con visibles heridas, lo más seguro es que no volverían a empuñar un arma en toda su existencia, pero seguirían con vida.

Siendo una mujer que no se rendía fácilmente, su lucha era brutal y constante. ¡No dejaría que un monstruo arrebatara su vida así! ¡La valía y el honor estaba por encima de su cobardía!

Con esa determinación continuó agitando con demasía el arco, al igual que la empuñadura de su propia espada, asentando golpes que aturdían a los enemigos. Mirando de reojo como Tenten y Sasuke apresuraban en actuar bajo un plan. Confió en que tendrían la solución a la ola de enemigos, mientras los retendrían.

Vio a Sasuke sostener el extremo de unas finas cuerdas de guqin entre sus manos, después de envainar la espada, saltó al árbol más cercano agazapándose en la rama y continuó su trayecto por los árboles de la zona. Karin especuló brevemente, cuestionándose sobre el objetivo de sus acciones.

—¡Todos, a mi señal retrocedan! —gritó Tenten desde atrás.

Llamando la atención de los sobrevivientes, muchos concentrados en luchar, otros pudieron observar los movimientos agiles y silenciosos de Sasuke tratando de no llamar la atención de los monstruos —tan concentrados en matar a los Cazadores frentes suyo—. Sasuke aprovechó la distracción para saltar alrededor de los árboles, enredando en su camino las cuerdas entre las ramas mientras se balanceaba de un lado a otro.

Poco a poco, pero con rápides y precisión creó una maraña de cuerdas parecidas a una enorme telaraña estrecha cuya única salida era retroceder a dónde se encontraba Tenten. Ella no permitía ningún rango de presencia del enemigo, constante en sus ataques con las armas invocadas.

Por un momento Karin se detuvo, ensanchando los ojos ante la anticipación y jadeando al darse cuenta de lo que haría Sasuke a continuación.

¡¿Acaso pretende usar Asesinato de Acordes!?

Cuando Sasuke aterrizó en la rama baja del árbol más grande, asintió desde la distancia para Tenten. Entonces la castaña le devolvió el gesto y agitó la mano sana a sus compañeros.

—¡Retrocedan, ya!

Atendieron a su llamado, los Cazadores sobrevivientes retrocedieron llevándose a cuestas sus compañeros heridos. Las armas invocadas de Tenten les dieron tiempo de escapar salvaguardando vida. Sólo cuando la última persona entró al perímetro, desde el costado Tenten lanzó un kunai con la cuerda amarrada en el orificio, cerrando por completo la formación.

—¡Listo!

Cualquiera que viera la formación desde fuera, interpretaría el esquema de una telaraña estrella, con apenas agujeros dónde atravesaría una mano humana impidiendo que quién estuviera atrapado dentro escapara. No había lugar el cual huir.

Menos los diversos monstruos que, al verse atrapados en la trampa, comenzaron a gruñir e intentar destrozar las cuerdas. Sus esfuerzos no fueron fructíferos, apenas la piel tenía contacto con las cuerdas aparecía una herida y la sangre goteaba. Rugidos atravesaron el bosque.

Desde lo alto, Sasuke se incorporó sosteniendo en su mano una infinidad de hilos enroscados entre dedos, cada uno conectado a toda la red. Con su mano libre sacó un talismán amarillo del interior de los pliegues de su kimono. Impregnó energía espiritual haciéndola arder y lo colocó en el inicio de todas las cuerdas, inmediatamente el fuego se propagó por todo el camino creando una prisión ardiente sobre las criaturas en cuestión de segundos.

Llamaradas se avivaron a medida que avanzaban por las cuerdas. El calor en aumento provocando dolor y agonía. Los chillidos atravesaron los tímpanos de los Cazadores, ardían bajo las llamas eternas de un fuego devastador. Con los ojos inyectados de sangre, los monstruos pronto se volvieron hacia el responsable de su sufrimiento con claras intenciones asesinas.

Sin embargo, apenas pensarían en tener éxito.

Al ver la horda acercarse a él, Sasuke contrajo el brazo y retrocedió a salto jalando hacía sí todas las cuerdas. Inmediatamente todas se tensaron hasta convertirse un filo de una infinidad de cuchillas destazando velozmente varios cuerpos ardientes, dándoles un final definitivo previsto.

Las extremidades volaron por todos lados, brazos, patas, colas y entrañas acabaron esparcidos en los troncos de los árboles y el suelo rocoso. Los Cazadores que estaban a una distancia prudente inevitablemente quedaron manchados de sangre maloliente. Quedaron asqueados en medio de su alivio al tener encima sangre cuyo olor provocaba arcadas, varios cedieron y devolvieron el estómago.

Una escena entrañable se desarrolló después de un silencio mortal de arcadas y chillidos enemigos. Los Cazadores sobrevivientes se agruparon a cuestas entre murmullos de alivio, buscando con la vista al autor detrás de esta masacre indescriptible.

Dicho responsable no tardó en aparecer aterrizando silenciosamente en medio de la masacre. El porte de Sasuke no mostró alteraciones, sereno e indiferente. La única muestra de su obra fue la tela mancha de su kimono, se extendía desde el pecho hasta el estómago. Para quién viera la expresión de su rostro, pareciera que no le importaba estar rodeado en medio de un baño sangriento de extremidades mutiladas, como si estuviera pisando un campo de flores.

En lugar de verse desliñado daba una imagen peligrosa. Y en secreto, mucho quedaron anonadados por su solemnidad mortal.

Para la famosa técnica de Asesinato de Acordes, únicamente utilizado por los mismos expertos que dominan el lenguaje del guqin, requería de mucha coordinación y energía espiritual para afilar cada centímetro de cuerda. Dicha técnica no era utilizada por cualquiera por la complejidad de la misma. Incluso se desconocía el verdadero desgaste.

Y contra todo esto, Sasuke aniquiló a todo un grupo de treinta monstruos únicamente utilizando unas cuerdas de guqin y talismanes de fuego. Los poco que habían escuchado sobre los rumores de su declive de poder, podían alardear después ser testigos vivos de que el segundo heredero del clan Uchiha aún no había menguado en fuerzas. Al contrario ¡parecía más fuerte que antes!

Lo afirmaron para sí mismos mientras Sasuke enfocaba su vista en Tenten y compañía, completamente ignorante a los pensamientos del resto del grupo. Y Karin soltó de improvisto un resoplido y granza resentida: —¿Qué caso tiene caso seguir con la apuesta? Me has ganado con creces.

A lo que Sasuke respondió con cejas alzadas y negación ligera con la cabeza: —Estos no cuentan, seguimos con la diferencia de una presa.

Después su rostro se tornó serio al dirigirse a los demás.

—Retrocedamos antes de que vengan más monstruos.

Itachi tuvo la vaga esperanza desde la mañana que sería un bien día. Que no habría alteraciones ni problemas en las competencias. Su hermano menor saldría victorioso de la cacería y celebrarían con una cena tranquila, o intentarían, después del banquete con los demás líderes de clanes. Nada fuera de lo normal.

Sin embargo, aquí está: luchando contra el fantasma que alimentó al Reska.

Los destellos de Heiwa, la espada unida a su alma y elegante de mango blanco tallado, se alebrestaba al cruzar golpes con las armas enemigas. El fantasma era muy escurridizo y prefería una pelea cuerpo a cuerpo combinado con a media-larga distancia. Un análisis que presentó anteriormente Konohamaru en el informe entregado de la experiencia previa. Debía felicitarlo después por ser tan preciso.

—¿Te has cansado ya, estimado Cazador? —se burló el fantasma atrayendo una de sus espadas. Le dedicó una sonrisa puntiaguda, dientes parecidos a los de un tiburón. Itachi no cayó en las provocaciones—. Debo darte crédito. No eres tan débil como pensé.

—¿Cuál es tu negocio aquí? —cuestionó eludiendo sus burlas.

El fantasma ensanchó su sonrisa, encorvándose un poco.

—Ser un mero peón —espetó y se lanzó a él.

Itachi salió al encuentro. Mantenerse constante en la lucha contra este fantasma rango Salvaje demostraba su propio primer lugar que tuvo en su momento en el ranking generacional.

Mientras tanto, Kakashi hacía lo posible por darle batalla al Reska junto con Shisui y otros discípulos mayores. Se movían en conjunto evitando las púas que salían de su cola. El demonio era significativamente más débil que la vez anterior. Un solo núcleo de energía no fue suficiente para compensar a una población entera como dieron contra voluntad los habitantes de Flores Danzantes.

Afortunadamente no tuvieron que aguantar mucho, Fugaku apareció en medio de la refriega sosteniendo bajo el brazo uno de los objetos ocultos en la Sala Prohibida, dónde se ocultaban los mayores tesoros que han caído en manos del Clan. Uno de ellos, Benihisago, es un contenedor que tenía la forma de una calabaza y pose la habilidad única de contener las almas dentro de ella.

Primero se enfocó en contener al Reska. Kakashi asentó un golpe con su propia espada, Chidori, enviándolo al suelo. Bajo del demonio se perforó un enorme cráter y su cuerpo lanzó rayos eléctricos. Siendo inmovilizado, fue la oportunidad perfecta para atraparlo por fin. Fugaku hizo un par de sellos y el alma junto con el cuerpo fue succionado por la boca de la enorme cantimplora.

Viendo al Reska ser consumido, el fantasma únicamente sonrió entre dientes en medio de su pelea con Itachi. Este se concentró en busca de una grieta habiendo analizado sus movimientos. En una de sus ranuras, Itachi se adelantó, pero no contó que el fantasma ensanchara la sonrisa y cuando la espada atravesó el cuerpo, este se volvió completamente agua y se deshizo abruptamente.

Consternado, el heredero hizo girar a Heiwa en su mano contemplando el charco de agua que dejó el fantasma en el suelo. Fugaku se acercó a él habiendo visto el momento exacto en que el fantasma desapareció.

—Hiciste lo mejor.

—Pero se escabulló —dijo Itachi un poco frustrado. Apretó la mano en la empuñadura de la espada—. Dijo que algo que me desconcertó, su asunto aquí es ser el peón.

—Un distractor. Seguramente tienen otro plan entre manos —intervino Kakashi, junto a él Shisui agitó la cabeza bruscamente, aún mirando a sus lados.

—Concuerdo. La lucha terminó demasiado rápido.

Fugaku contempló con aires serios y luego comenzó a rebatir órdenes a los discípulos para buscar a los Ancianos en el interior de la Torre de Contención y llevarlos a la enfermería. La enorme cantimplora la redujo de tamaño con un conjuro hasta que pudiera colgarlo de su cinturón, mientras que ordenaba a otro grupo en ir a atender a la señal de auxilió lanzada desde el bosque.

Itachi supo que, al igual que él, su padre tuvo un presentimiento que esto aún no acaba.

El presentimiento se fortaleció cuando vislumbró a Konohamaru venía a toda velocidad sobrevolando por los edificios.

—¡Líder Uchiha, tenemos un problema! —informó no bien estuvo frente a ellos.

Por las órdenes repartidas, muchos se movieron a lo suyo dejándoles inconscientemente un espacio considerable que no se prestaba a oídos. Fugaku observó a Konohamaru bajarse de la espada mientras daba una reverencia de respecto, pero se veía agitado y recientemente preocupado.

—¿A qué problema te refieres?

Itachi se adelantó para quedar un paso detrás de su padre, mirando a Konohamaru con cierta urgencia. Sabía que había ido tras Sakura a investigar la bengala, y que únicamente estuviera él aquí sin la semidemonio era un indicio que nada estaba bien.

Konohamaru tragó grueso antes de hablar con premura: —¡Hay un demonio rango Ira en el lugar de la cacería!

Los hombros de los cuatro Cazadores mayores se tensaron visiblemente teniendo diferentes expresiones de alarmas.

—Líder, hay que ir inmediatamente al campo de cacería —sugirió Kakashi alarmado.

Fugaku asintió, pero Konohamaru se apresuró a negar con la cabeza, cada vez más preocupado.

—Será imposible. El Bosque de la Muerte ha sido cubierto por un campo de energía demoniaca tan densa que es peligroso.

Shisui se ahogó con su propia saliva junto a Itachi.

—Demonios, ¡los participantes están atrapados con ese demonio!

La premisa no hizo más que inquietarlos. Fugaku no esperó ni un segundo más, con los ojos de acero y a voz de mando, llamó a unos de los discípulos que todavía corría por la zona.

—Convoquen rápido una reunión urgente con los Maestros en la Sala de Banquetes —ordenó cuando el discípulo estuvo frente a él con los ojos muy abiertos—, incluyendo a los líderes de Clanes. ¡Ahora!

—¡Sí, líder!

Itachi apenas prestó atención a lo que decía su padre, más concentrado en lo que decía Konohamaru una vez que Fugaku volvió a presarle atención y apresurarle a saber más detalles.

—¿Viste al demonio? —cuestionó duramente, a lo que Konohamaru negó con la cabeza, creando más confusión en Fugaku, Kakashi y Shisui—. Si no lo viste, entonces ¿cómo determinaste que es un rango ira? Para saberlo debes estar a menos de diez metros cerca.

El gesto de Konohamaru se tornó un poco dudoso, llegando a atreverse en dar un vistazo a Itachi como si pidiera permiso para hablar. Sabiendo que esto seguramente involucraba a Sakura, por más que deseara no podía cubrirla en estos momentos. Quedaría al descubierto su presencia ante Fugaku tarde o temprano, así que no le quedó más que aprobarlo esperando que no tuviera persecuciones en el futuro.

Armándose de valor, el chico se enderezó y habló al líder:

—Cuando la bengala brilló, seguí a la señorita Sakura —confesó sumiéndose un poco de hombros sabiendo que vendría un regaño por ser tan impulsivo, pero continuó hablando con la misma firmeza—. A medida que avanzábamos la energía era tan densa, yo... comencé a sentirme mareado y débil, y me hicieron volver.

—¿Dónde se encuentran ahora?

—Ambos lograron cruzar la barrera —dijo cuidadosamente—. Sin embargo, la señorita Sakura dijo que sería más densa a cada segundo y llegaría a un punto que nadie podría cruzar. Por la cantidad excesiva de energía demoniaca en el aire determinó que probablemente se trata de un Ira.

—¿Cómo es posible que pudiera cruzarlo? Si incluso un Cazador... —Kakashi se quedó en silencio repentinamente y miró a Itachi en busca de una explicación. Al mismo tiempo, Shisui también lo hizo.

Por su parte, Fugaku tenía una extraña mirada en su rostro.

Y en serio, Itachi esperaba no perjudicar a Sakura. Así que tragó grueso y reveló:

—No les afectó severamente la energía demoníaca ya que ambos son semidemonios —admitió, y vio el cuadro perfecto de la sorpresa pasar en el rostro de Kakashi y el minúsculo cambió de expresión en Fugaku, una segunda mención de Sakura en menos de tres días.

Shisui fue un poco más escandaloso, dando una exclamación muda de ojos abiertos e impresionados.

—¿Son semidemonios? —preguntó incrédulo.

—No son peligrosos. Y tampoco tienen nada que ver con este ataque.

—¿Cómo puedes asegurarlo? —inquirió duramente Kakashi—. Están aquí cuando ocurre este ataque ¿no será ella quién permitió el acceso de ese fantasma?

Cuando una pregunta así incriminó a Sakura, Konohamaru estuvo a punto de saltar a defensa pero inmediatamente fue detenido por una mirada de Itachi. Si se exaltaba contra un Maestro el castigo sería mayor. Konohamaru rechinó los dientes y bajó la cabeza, refunfuñando.

Luego Itachi se giró a los dos mayores con solemnidad y recitó cuidadosamente:

—La señorita Sakura fue quién nos llevó con el curandero cuando Sasuke tuvo el primer desborde de energía después de su reclusión. Ella provee la planta medicinal que lo mantiene estable, y fue la primera en correr al peligro cuando vio la bengala de auxilio. Con estas acciones, ¿no merece consideración?

Kakashi lo miró fijamente sin variar de expresión y Fugaku cerró los ojos, sospesando las opciones. Itachi supo que estaba dudando ante las dudas. Cualquiera que lo viera desde un punto exterior sin conocer realmente a Sakura, concedería que todo fue un suceso tras otro cuidadosamente planeado. Pero él vio la preocupación en el rostro juvenil de la pelirrosa cuando mencionó las consecuencias para Sasuke, también contempló lo decidida que estaba en ayudarlo a conseguir la medicina y así estuviera estable.

Observó, en todo este tiempo que pudo, y dictaminó que Sakura no sometería a Sasuke en una situación extrema de vida o muerte.

Dando un paso al frente, tuvo que recordarle a su padre lo que dijo la noche anterior a Sasuke.

—Padre, dijiste que confiabas en el juicio de mi hermano —rememoró lánguidamente. Pareció tener efecto en Fugaku ya que vio la expresión de su rostro ensombrecerse.

Le tomó medio minuto en llegar a una decisión.

—Por ahora omitiremos la presencia de estos semidemonios. Los líderes no estarán de acuerdo con su presencia —dictó dando la media vuelta, no sin antes mirar a su hijo mayor sobre el hombro—. Les daré el beneficio de la duda, Itachi, esperemos que no estés equivocado.

Si bien Sakura no tenía mucha esperanza de encontrarse con Sasuke en dirigirse a la bengala cercana, en este caso de los Hyūga, aun así, se decepcionó al toparse con tal escena caótica en que el heredero de dicho clan junto a una chica luchaba ferozmente contra toda la delegación del mismo clan.

Con cierto sadismo se preguntó por qué los Cazadores peleaban entre sí. Por un momento se detuvo a considerar sus opciones ¿interferir en esta lucha o seguir de largo en busca de Sasuke?

Lo estimó seriamente mientras veía al Cazador Hyūga (¿Neji?) que Sasuke le presentó la tarde anterior, esquivar ágilmente el filo de una espada, y casi a su lado, una chica parecida a él (supuso que era un pariente, su hermana tal vez) interponía su propia espada envainada como protección.

El punto aquí a desconcierto es que ambos no habían desenvainado las espadas y los demás sí, y no dudaban en atacarlos con intenciones asesinas.

Ocho contra dos, se veía la desventaja. En un principio estaba confundida por el motivo de la extraña lucha, pero al ver la ligera capa de energía demoniaca cubrir el cuerpo de esos ocho Cazadores supo que, o cayeron bajo el hechizo de algún demonio o este tomó control de sus cuerpos.

—¡Hanabi, detrás de mí! —gritó Neji jalando el brazo de la chica.

Sea cual sea, quizás no debería intervenir. Después de todo no le incumbía si morían o no.

Junto a Sakura, Kiba contemplaba la escena, totalmente sereno, pero el ceño fruncido revelaba sus opiniones respecto a no intervenir. Él no se moverá a menos que ella lo hiciera, se veía ansioso y estimó que la ansiedad se debía a la chica que acompañaba al Cazador. Tan joven y atrapada en una situación de vida o muerte.

Quiso tener compasión, en serio que sí, pero no la encontró pronto.

O bien, tal vez algo se encendió algo en ella cuando vio a lo lejos un grupo de Cazadores controlados dirigirse a esa dirección justo dónde peleaban los Hyūga. Pronto ya no serían dos contra ocho, sino dos contra dieciocho. Todos armados con espadas relucientes y una insensibilidad al dolor. Neji quizás sobreviviría a la refriega, pero la chica, Hanabi, probablemente no.

Quizás el observar cómo ese mismo Cazador hacía lo posible por defender a su hermana del filo de las espadas tocó una fibra sensible de su corazón. Una imagen sobrepuesta de Sasori y ella de niños, el niño mayor gritando a pulmón a un par de adultos que intentaban llevársela, junto a un pequeño Kiba aferrándose a su pierna, temblando de miedo pero con determinación a detener a los adultos aterradores.

Le pudo ese recuerdo lejano de su vida caótica en las calles, el punto en que inició todo.

Al final, suspiró: —Perece ser que algunos Cazadores no son capaces de preservar sus propias vidas.

Kiba esbozó una sonrisa complaciente y se lanzó al frente, siempre estuvo preparado a su decisión. Sakura lo siguió dejándose caer de lleno al suelo, sus mechones de cabello y capa alborotándose contra el viento.

Desde allí, el azabache de ojos perlas se giró a su dirección con los ojos abiertos y sorprendidos al verla repentinamente. Y Hanabi parecía dividida en atacarla o permanecer detrás de Neji.

—Tú, ¿cómo es qué estás aquí? —preguntó Neji desconcertado y a la defensiva.

Sakura le dio una sonrisa fría y no le dio oportunidad de interpretar su respuesta, tan pronto puso un pie en el suelo se abalanzó al frente extendiendo la mano al primer Cazador bajo control que encontró.

En un par de movimientos ya tenía espada en mano, no reparó en abalanzarse contra ellos apuntando la espada al pecho contrario.

—¡Detente, no los mates, están siendo controlados! —gritó Hanabi desde atrás.

Chasqueando la lengua, Sakura desvió el ataque a las rodillas, haciéndoles heridas en los tendones obligándolos a tambalear y caer de rodillas al suelo, imposibilitando de momento su movida. Uno tras otro fue cayendo, Sakura fue esquivando y cortando, pasando entre tres de ellos como si estuviera bailado.

Pronto descubrió que Neji se unió a la refriega tras arrebatarle el arma a uno de los derribados, imitó sus acciones igual de rápido. Bien, no por algo ocupaba el primer lugar en el rating de los diez mejores de la generación.

Sin impresionarse demasiado, Sakura continuó danzando entre los últimos restantes y Neji ocupándose de los demás. Pronto se encontró en medio de personas arrodilladas que sangraban y no mostraban ninguna expresión, como marionetas que no tenían emociones ni reaccionaban ante el dolor de las heridas.

Esto le supo mal, realmente mal. El demonio que los controlaba era tan poderoso que podía incluso bloquear las mentes de su cuerpo físico.

Se abstuvo de analizarlo profundamente por ahora. Se dio la media vuelta hasta toparse con Neji, quién tomaban una respiración profunda y no le quitaba los ojos de encima, con un centenar de preguntas pasando por sus ojos. Ignorando brevemente a las personas a su alrededor que hacían lo posible por levantarse, él habló seriamente:

—No respondiste mi pregunta.

¿Cuál pregunta? Confundida, la pelirrosa inclinó la cabeza rebobinando a la interacción. No tuvo la oportunidad de considerarlo, percibió el acercamiento de las marionetas.

Entrecerró los ojos.

—¿Importa mi presencia aquí? Sé más agradecido, joven maestro. —No se dijo "no molestes, te ayudé a salvar tu estúpido trasero" pero se entendió explícitamente. Esto se representó en una mirada letal del Cazador y que apretara el mango de la espada en manos. Sakura lo ignoró deliberadamente saltando a la rama de regresó dónde se había retirado—. ¿Vienes? Hay una barrera que cubre el perímetro de la cacería y es imposible huir. Enfrentarse a ellos cuando se recuperen será un desgaste de energía.

Sin esperar respuesta, Sakura se impulsó en dirección a dónde vino la primera bengala que es más lejos que esta. Mientras saltaba entre los árboles de reojo notó que los hermanos Hyūga los seguían a una distancia prudente pero lo suficientemente cerca para escuchar a la chica preguntar si su herida se encontraba bien. El Cazador tenía una cortada profunda en la mano derecha que apenas se molestó en atender, sanaría pronto. Su cultivo de energía espiritual era alto.

Abruptamente Sakura se detuvo en una rama escondida entre hojas. Agachándose, separó un poco las hojas para mirar al sendero. Allí caminaban otras marionetas con espadas envainadas, no percatándose de su presencia. Sakura los miró por unos breves momentos antes de girarse al azabache que se había detenido en otra rama apartada de allí, pero mirándola en silencio. Quizás estimaba si seguirla era la mejor opción o continuar por su cuenta.

—Asumo que conoces la situación —dijo Sakura—. ¿Qué ocurrió exactamente?

—¿Por qué estás aquí?

Ah, no la dejaría en paz.

—Bien, si respondo tu pregunta, tú respondes la mía —ofreció la pelirrosa girándose completamente a él. Tras recibir un asentimiento severo, sonrió ladinamente antes de proclamar resuelta—: Vine en busca de Sasuke. Tu turno.

Él frunció el ceño, descontento a la respuesta que recibió, ¡no aclaró sus dudas, sino que le generó más preguntas! Sabiendo esto, Sakura lo miró burlona sobre su hombro.

—Me pediste una respuesta y te dije una, lamento si es no es la que esperabas escuchar. ¿Acaso pretendes que mienta en decirte que soy quién montó este espectáculo? —cuestionó todavía con aires casuales, haciendo ademanes con los dedos y sonriendo fríamente. El rostro del azabache se crispó ante estas palabras, y Sakura se rio sin gracia—. No te ofendas, joven maestro, pero son irrelevantes para mí. ¿Por qué debería molestarme en intentar matarlos?

—... Debería sorprenderme tu respuesta, pero por alguna razón no lo hace —murmuró él desviando la vista.

—Piensa lo que desees, me importa poco tu opinión sobre mí. —Ella se encogió de hombros—. Lo que realmente me interesa saber es qué sucedió aquí ¿serás un poco caballeroso o romperás tu parte del trato?

Finalmente, Neji se enfrentó a su propio trato a regañadientes. Es un hombre de palabra pese a que la situación no fuera la que imaginó. Un trato es un trato después de todo.

Estrechando los ojos una sombra cruzó por ellos antes de comenzar a explicar en breve y conciso que repentinamente los Cazadores que conformaban su delegación comenzaron a comportarse de forma extraña. Primero perdiendo la movilidad de sus extremidades y luego quedándose completamente extáticos. Después, en cuestión de segundos recuperaron las fuerzas y no dudaron en abalanzarse a ellos con espadas en manos.

El uso de la espada, dijo con gravedad, no estaba permitido en la cacería. Tenían talismanes sellando sus espadas y no se podían remover fácilmente.

—Pero ellos desenvainaron sus espadas quitando los talismanes como si se trataran de papeles ordinarios —estimó Kiba, pensativo. A demostración, Hanabi que había estado en completo silencio intentó sacar su propia espada de la funda, un esfuerzo infructífero cabe recalcar—. Que extraño.

—Lo más extraño son los Cazadores controlados ¿Qué rasgo o variable comparten entre ellos para caer bajo un dominio así? —atribuyó Sakura torciendo los labios—. El demonio que los controla es realmente poderoso.

—... Hay una densa capa de energía demoniaca que rodea a la criatura cuando intento verla —dijo repentinamente el Cazador atrayendo la atención de los dos semidemonios.

—Un momento, ¿dijiste "cuando intento verla"? —cuestionó desconcertado Kiba.

—Mi hermano tiene el poder heredado de unos ojos que pueden ver a distancia —habló la chica por él, su voz suave y tímida, daba la impresión de un pajarito que saldría volando ante el menor ruido—. Le llaman "Ojo del Cielo", el que puede ver todo.

Se escuchó un monosílabo proveniente de la pelirrosa, sorpresivo.

—¿Ojo del Cielo?

Sakura lanzó una breve mirada de forma intensa, una sonrisa subyacente cargada de diversión satírica asomando sus ojos antes de desplazar la vista de vuelta al sendero, pero lo suficiente para que Neji percibiera y se preguntara qué problema tenía con él.

—Servirá tu habilidad si puedes ver su verdadera forma. —Pero incluso la semidemonio no lo dejó objetar, volviendo al tema que les interesa—. Conocer su apariencia nos ayudará para definir si posee un cuerpo físico o es solamente su conciencia lo que está aquí dentro.

—¿En qué nos servirá realmente? —preguntó Hanabi ansiosa a Sakura.

Esta respondió automáticamente: —Si es lo primero se requiere la fuerza física para acabar con él, matrices de contención y purificación, poniendo un ejemplo.

—Si dependemos de matrices, estaremos en problemas.

Lo dicho por Neji atrajo la atención de los tres, quienes viraron las cabezas viéndolo con evidente duda en sus ojos. Neji torció el gesto y negó con la cabeza.

—Esta área está restringida de matrices de cualquier tipo, lo único que podemos usar es nuestra propia energía espiritual, talismanes o armas.

—No estás bromeando, ¿verdad? —murmuró sombríamente Kiba, para su desgracia, el Cazador no respondió dándole la confirmación muda. Gimió por debajo frotándose el rostro con la mano—. Demonios.

—Y así se elimina la posibilidad de utilizar la matriz de teletransportación —se rio jovialmente Sakura, a pesar de la situación, su humor sarcástico sobresalió como un dedo adolorido del pie.

Hanabi estuvo a punto de gritar "¿¡Y esto te causa gracia!?" a favor de sus nervios de punta, pero se contuvo a tiempo sellando sus labios. El enigma detrás de la aparición de Sakura era un asunto que si bien Neji intentó sacar información no lo consiguió por más que insistiera sutilmente.

El grupo se distrajo de pensamientos cuando un puñado de monstros apareció del costado derecho, yendo directamente al norte. Sakura y compañía se detuvieron en lo alto de una rama, permaneciendo en silencio mientras el grupo horripilante de criaturas se arrastraba, jadeando en chillidos y sonidos toscos, provocando escalofríos internos en la menor del grupo.

Hanabi se encogió de hombros y mantuvo los ojos muy abiertos, casi sin pestañar. Se veían sus hombros tiritando de los nervios y el temor. Por un momento ocioso, Sakura pensó que esta situación no era nada saludable para Hanabi, se veía que en cualquier momento colapsaría de los nervios.

Sin embargo, no podía hacer nada al respecto. Así que pensó en asuntos serios.

—Supongo que sabrás dónde está Sasuke con esa habilidad tuya, joven maestro —estimó ociosamente.

No pudiendo soportar esta charla tan informal, Hanabi intervino. Su voz, a comparación, no fue tan firme. Más bien parecía un pequeño animalito asustadizo hablando.

—¿Por qué no llamas a mi hermano por su nombre? Es... irrespetuoso sólo decirle "tú".

Estando de cuclillas y prestando poca atención a ellos, la joven de ojos verdes tarareó sin responder. Como si fuese una ocurrencia tardía la respuesta a esa pregunta en particular. Con un rostro serio, se giró a ambos hermanos aparentando un temple sin duda.

Contrario a sus palabras, lo que dijo fue: —No lo llamó por su nombre porque no lo recuerdo.

—...

Hanabi debió saberlo, ¡nadie los presentó! Sin embargo, Neji parecía conocer a la pelirrosa y lo comprobó cuando lo vio rechinar un poco los dientes y fulminarla con la mirada.

—Nos presentaron ayer.

—Ayer es ayer. Hoy es hoy. Y, como te dije, no pienso en ustedes lo suficiente como para recordar sus nombres. Nada personal, simplemente no retengo información innecesaria.

—El nombre de mi hermano no es información irrelevante —rechinó Hanabi, pero aun así lo presentó—. Su nombre Hyūga Neji, ¡el próximo líder del clan Hyūga! —exclamó. Y la mirada poco impresionada de Sakura le reveló un "¿Y eso debería importarme?". Luego, añadió débilmente perdiendo la fuerza ante esos ojos verdes—. Y el mío Hyūga Hanabi. ¿El tuyo es?

—Haruno Sakura, Inuzuka Kiba —presentó sin mucha ceremonia la pelirrosa apuntándolos respectivamente demostrando que tal presentación le parecía innecesaria y aburrida. Lo demostró al insistir—. Joven maestro ¿serías tan amable de verificar la ubicación de Sasuke?

Sabiendo que llegarían a este punto, Neji se frotó la frente con sus dedos, tratando de reunir paciencia. ¡Esta mujer descarada y sin modales lo dejó con la boca abierta por su descortesía! Decidió dejar el asunto caer y la miró con ojos cautelosos.

—¿Crees que él no está siendo controlado?

—No lo creo, lo sé —replicó llena de seguridad, su rostro permaneciendo del mismo modo serio.

Resignándose brevemente, Neji también admitió que necesitaba saber si los demás estaban en condiciones de luchar. Este demonio sería difícil de derrotar y entre mejores personas habilidosas tuvieran de su lado, aumentaría las probabilidades. Aunque Sasuke no tuviera la capacidad al cien en su energía espiritual no se podía negar que era un espadachín habilidoso y maestro del guqin. Tal vez conocía otras técnicas de calmar energías demoniacas con música alterna.

Silenciosamente Sakura guardó su angustia y anticipación, creyendo con todas sus fuerzas que Sasuke está bien. No sufrió ningún daño y tampoco es controlado. Confía en sus habilidades, él estará bien.

—No te angusties, el hermano rico es fuerte —le consoló en susurro Kiba junto a ella. Le agradeció con una breve mirada.

Lo que en verdad temía Sakura era que el Cazador Uchiha tuviera un desborde de energía lo que le llevaría a una desviación fatal, consecuente, una muerte segura.

Apretó los nudillos, casi hasta ponerse blancos.

Un sonido parecido a un "Oh" de parte de Neji atrajo su atención. Él veía fijamente al frente, sus ojos enfocados y a los costados de sus sienes venas sobresalían, supuso que era parte de su habilidad. Luego la miró con evidente alarma y desconcierto por igual.

—Ellos están cerca.

—¿Dónde exactamente?

No bien Sakura abrió su boca se escucharon rugidos provenientes en dirección a dónde marcharon los monstruos.

—El grupo de sobrevivientes que incluye a Sasuke está a esa dirección —sentenció Neji, su rostro volvió a la normalidad y sin esperarla, se apresuró a dicho lugar.

Siendo rápida, Sakura le siguió el ritmo saltando por los árboles. Pronto, en la vuelta vislumbró el grupo de monstruos que se movía al unísono y a prisas, todavía no se veía a los Cazadores, pero por la forma ansiosa en que se apresuraban las criaturas no tardaría en intercederlo.

Desconocía el estado actual de Sasuke, si acaso estará herido o en condiciones de luchar. Sea cual sea no se arriesgaría. Así que se adelantó y pasó junto a Neji, apenas dirigiéndole una mirada.

—Distraeré a los monstruos, tú reubica a los demás a un lugar seguro —dijo y giró a la derecha, impulsándose de la rama, se abalanzó en dirección al grupo de monstruos.

Seguidamente Kiba la siguió por detrás, despidiéndose de los Cazadores con una seña dedos en la frente. En el proceso que cayó al suelo, alcanzó el dije del collar que portaba alrededor del cuello y en cuestión de segundos se agrando hasta revelar una lanza.

Apenas Sakura puso un pie en el suelo frente a los monstruos que no detuvieron su andar a pesar de su inesperada aparición, se abalanzó estirando las manos y las agujas crecieron. Asentó el primer golpe en el rostro del monstruo que los encabezaba, con las mismas giró sobre sí y fue tras el siguiente en menos de tres segundos dejando a su paso cuerpos inertes.

Desde arriba, Neji vio consternado esta escena, junto a él, Hanabi tenía la boca abierta. Al final, el mayor apartó bruscamente la mirada y continuaron su camino.

Para enfrentarse al grupo de monstruos no hubo necesidad de un plan previo. Sakura y Kiba han estado coordinados la mayor parte de su vida que, con solamente una mirada transmitían sus intenciones.

Así que cuando intercambiaron un gesto, cada quien supo el lado que le correspondía.

Mientras Kiba se encargaba de la derecha, Sakura pulió la izquierda. Estos monstruos eran relativamente débiles a comparación de los que han enfrentado antes. Parecidos más a los kaijus, no pensaban tan racionalmente y tendían a parecer animales salvajes guiados por sus instintos de matanza y cazador-presa. El típico monstruo que acosa las granjas en la noche.

A pesar de ello, no se debía subestimar su fuerza. Si bien no eran tan inteligentes para armar una estrategia, se lanzarían sin reparos confiando en sus instintos asesinos. Ambos semidemonios poseían una fuerza singular y habilidades que competirían con un Cazador promedio, pero ellos tenían la desventaja de no tener acceso a su núcleo de energía, como si no existiera. Esto limita su tiempo de recuperación y combate.

Cuando los Cazadores se lastimaban, si tenían una energía poderosa, recurrían a la energía espiritual para cerrar sus heridas y comenzar a curarse. Sin embargo, si un semidemonio se lastimaba, no era tan resistente como un Cazador pero tampoco débil como un humano, un equilibrio. Al igual que su resistencia, si no fuera que habían sido sometidos a rigurosos entrenamientos ninguno de ellos soportaría por mucho tiempo si se transforma en una horda completa.

Y sucedió al eliminar a la mitad del extenso grupo. Cuando Sakura retrocedió junto a Kiba para tomar aire, los restantes rugieron y corrieron a ellos sin darles oportunidad de un descanso prolongado. A los lados, se juntaron otros monstruos de camino.

—¡Keh! ¿Creen que pueden vencernos atacando todos a la vez? —se burló Kiba haciendo girar su lanza entre los dedos, una sonrisa arrebatadora adornó sus labios—. ¡Se nota que no piensan racionalmente!

Pero incluso Sakura admitía en su mente que sería una molestia lidiar con todos. Arrugó el ceño mirándose las manos brevemente, específicamente los anillos.

Que inoportuno. Si sus armas eran expuestas por más tiempo a energía siniestra comenzarían a absorber la suya, lo que desencadenaría una serie de sucesos en que los grilletes se romperían y la energía restante vendría a ella después de succionarle la propia.

Como sea, tomaría el riesgo. Dando una fuerte respiración dio un paso al frente.

Al mismo tiempo, un destello morado pasó a su lado tan veloz, alborotando sus cabellos y se enterró en la primera criatura que iba a atacarla. Los ojos verdes se fijaron en la espada reluciente familiar y pasaba rodando cabezas, y no pudo evitar buscar a su portador con la mirada.

Lo halló muy rápido. Sasuke venía en dirección a dónde desapareció Neji. Con la mano al frente y los ojos mortalmente serios de concentración. Lo que a Sakura le preocupó fue ver la sangre salpicada en sus ropajes y rostro, ¿quién se atrevió a lastimarlo?

Por un breve momento intercambiaron miradas. Los de él, detrás de esa seriedad, parecían sorprendidos; los de ella, tan preocupados detrás de su ceño fruncido. Al final y con rapidez, decidieron acabar primero con los monstruos y después reunirse.

De igual forma, notó que se unió Karin lanzando flechas con precisión. Y así, con dos integrantes más el grupo de monstruos fue diezmado en un santiamén. Lo único que quedo de su presencia fueron extremidades esparcidas, cabezas rodando y sangre encharcada en el suelo. Curiosamente, los responsables quedaron de extremo a extremo de distancia.

—¡Hermano rico, por aquí! —exclamó de pronto Kiba con entusiasmo, saludándolo desde el otro lado agitando el brazo.

Sakura acaba de tomar una bocanada de aire fresco, sintiendo un breve temblor en su mano junto a los anillos. Sofocó la sensación y retiró las agujas. Al mismo tiempo, avanzó a paso seguro hasta dónde Sasuke retiraba a Kusanagi de un cadáver. Apenas él tuvo tiempo de virarse y responder el llamado, antes de que ella lo tomara de los brazos para inspeccionarlos.

—... —Sasuke la contempló en silencio, una expresión extrañamente complicada en su rostro—. Estoy bien, señorita Sakura.

Tampoco él preguntó sobre su presencia, pero se veía sus ansias por hacerlo. Pero Sakura no le dio oportunidad, lideró la conversación con un escueto tono de voz.

—La sangre en tu ropa dice lo contrario —chistó seria—. ¿Tienes alguna herida grave que deba ser tratada?

Sabiendo que lo atrapó, pero aun siendo descarado, Sasuke negó con la cabeza. Pero al mismo tiempo Karin refutó con un bufido desde atrás.

—No le mientas, claro que tienes varias heridas —intervino de pronto Karin, acercándose a ellos metiendo las flechas que recuperó al caraj—. Sé que la honestidad por tus heridas no es tu fuerte, ¡pero no exageres!

Sakura le dedicó una breve mirada presintiendo que le daría las respuestas que Sasuke le negó, y el azabache lanzó una mirada a la pelirroja llena de traición. Karin ignoró a este último y se giró deliberadamente a otra mujer, apuntándolo con un dedo.

—¡Le apuñalaron el estómago y está saltando de aquí para allá! No me preocuparía si fuera antes, pero sé que no puede utilizar en exceso su energía espiritual.

—No estoy utilizando en exceso energía espiritual —rebatió el azabache malhumorado. Luego miró nuevamente a Sakura, casi suplicándole con los ojos que no se preocupara—. Estaré bien. Ya se detuvo el sangrado.

Pero la pelirrosa no cedió, ignorando sus débiles protestas, agarró las orillas del kimono oscuro y lo abrió lo suficiente para ver la venda alrededor de su estómago, incluso dejando expuesto parcialmente una parte de su torso masculino. La macha roja sobresalía dolorosamente en evidencia a contrario de las palabras de Sasuke.

Reuniendo toda su fuerza de voluntad, Sakura ignoró la espectacular vista de los pectorales frente a sus ojos y alzó la vista hasta toparse con él, haciendo un ademán a la herida. Enarcó una ceja y sonrió sarcástica. Sasuke mantuvo una expresión mortalmente serena, como si no le afectara lo que hiciera con él.

—Con que se detuvo el sangrado —sospesó irónica.

—Hace unos minutos estaba bien —rebatió bastante serio, incluso no teniendo intensiones de alejarse o decirle a Sakura que lo soltara a pesar de que tener medio torso al descubierto.

Ambos pintaban una extraña escena que, en cualquier otro contexto, habría escandalizado a quien lo viera. O eso pensaron Karin y Kiba quiénes intercambiaron una mirada cómplice entre ellos.

Entonces Sakura comenzó a decir que las heridas cerca del estómago son delicadas y debían ser tratada debidamente, insistiendo en buscar un lugar seguro para revisarlo. Sasuke, para sorpresa de los dos únicos presentes además de la extraña pareja, se negó fervientemente diciendo que debían volver con el grupo lo antes posible, mucho de ellos estaban en peores condiciones que él.

Inmediatamente la mirada de Sakura se oscureció.

En ese instante apareció el grupo de sobrevivientes liderado por Neji quién cargaba a Tenten en su espalda con Hanabi caminando a su lado. detrás venían los demás a cuestas apenas arrastrándose por sus heridas, con la vista al frente no se perdieron la escena en que Sakura murmuraba ferozmente en voz baja, sin soltarlo:

—Quítate el kimono, ahora.

Y Sasuke, mortalmente serio, respondió sin moverse:

—No te molestes en cosas tan banales, será después.

Muchos se ahogaron con su saliva.

—¿¡Q-Qué estás intentando hacerle al joven Sasuke!? —exclamó Hanabi sonrojándose furiosamente.

—Seguramente quiere ver su herida, Sasuke fue apuñalado —administró Tenten calmando los pensamientos de todos, sus ojos parecían divertidos. En cambio, los de Neji se escarchaban más.

Al ser conscientes de su audiencia, a regañadientes Sakura lo soltó teniendo la amabilidad de cerrar la abertura del kimono y girarse al costado para mirarlos, al estar de lado no vieron nada más que su flanco derecho y ningún pectoral ajeno.

Sasuke suspiró en un acto de agradecimiento a que no insistiera más, pero no sabía que era peor: enfrentarse a la mirada fría de la pelirrosa al no ganar la discusión o el silencio mortalmente helado.

Siendo ignorado por la semidemonio, ella prestó atención al grupo de Cazadores que se acercaban.

. —La mayoría tienen heridas graves y deben ser tratados —dijo Tenten tomando la situación en sus manos.

No debía ignorarse, si no se trataban debidamente las heridas empeorarían pronto. Por ahora se mantienen gracias a su energía espiritual que les ayuda a para brevemente el sangrado, pero algunas heridas como torceduras, fracturas o quemaduras no sanarían fácilmente. Algunos cargaban a otros que poseían muños y cortes graves que debían ser tratados.

Con esa primicia, Sakura estuvo de acuerdo. Siendo sincera no le interesa demasiado el bienestar de los Cazadores, pero tampoco era insensible para no compadecerse de las muecas de dolor en los rostros humanos. Incluso si quién le preocupa realmente la veía fijamente desde atrás, sentía la mirada sobre ella.

Continuó ignorándolo, un poco molesta por su renuencia a ser tratado. El ceño fruncido se profundizo mientras a su alrededor los demás continuaban trazando un plan para buscar refugió en medio del Bosque de la Muerte, con un demonio suelto controlando a un puñado de Cazadores y los monstruos atacando.

Lo único que quería Sakura en este momento era asegurarse que Sasuke no estuviera propenso a un desborde de energía. Él tan terco y firme a que trataran a los demás primero, desplazándose a segundo plano no midiendo las consecuencias.

Y era lo que temía Sakura.

Conociéndolo, podría estar incluso con las tripas de fuera y aun así le diría que estaba bien. ¿Por qué no le permitía ver sus heridas?


...̷̫͙̪͚͍̙̯̉̍̊͗ ̷̧̫͌̒̀͊͐͠S̷̛͓̈́̇̒̓̄į̵͉̫͙̫̅̋ḿ̶̡̧̝̥̯͓̊̄̈́̾̈́̄͝ṕ̸̡̛̪̤̤̰͕͈̗̹̍̈̈́l̵̥͔̠̞͇͚̻̬̔̒́é̷̼̞̏̈́̓͠͝͠ḿ̵̨̛̖͈͙̣̃̃̒́͘͜͝ḙ̸̛͇̘̐̃̄̒́̆̊͐ń̷̮͖̀t̵̫̰̥̼̝̻̟̱̉͊̑͐̊̋͛̉̆͝ͅe̵̱͌͆͋̀̚ ̴̠͇̫̬͖͓̊͊̇̈͘ͅn̷̡̰̘̳̱̥̣̠̘͑̓o̴̻͎͇͔͖͋̆̅̄̔̓ ̸̨̻͙͚̱͚̪̖͊̓̌͜q̶̟̹͉̯̲̽̔̎̄̈͆͆̈́ṷ̶̡̹̝̹̀̇̑͗͂̾ḭ̶̪͂́͑̈̈́̈́e̷̛̟̼̝̘͚̠͐̒̍̿̋̍̕r̸̡̰̯̣̽̍̑̈̑͆͜͠ȩ̴̼̹͎̯͆̍̉̔ ̷̧͔̼̬͍̥̗͖̰̗̅t̴̨̨̛̳̱̫̥̭̭̺̓͂̚͝͝ͅu̴̡͔̦͈͑͗́̀̃̾̂̚͝ ̴̪̮̤͇̥̻̭͕̲̄̊͗ǎ̴̞̯̙̬͖̰͈̲̲͗̃̈́̂̄̀͜ṯ̴̘̬̳͍̫̰̹̺͂̏̎̒̀̉͘̚͝ȩ̵̬̱̼̺͎̘̬̜̀͊̎͒̐͊̈́̂̈̍n̴̢͖̠̬̥͔̲̱̝͎̈̊̉c̶̜͗̇͆͂̓̏̏͂͘ḯ̷̡̬̤̱̪͉̃͐͘ͅó̸̧̡̜̪̰̭̪̓n̶̽͛͌͠ ¡acéptalo!


Lo único que le impidió irse de boca por la repentina frase susurrada en sus oídos fueron por dos factores: su arduo entrenamiento y la costumbre de escuchar los comentarios más hirientes en los momentos más inoportunos. Repitió en su mente la frase escuchada con cierta ira "No quiere tu atención, ¡acéptalo!":

Con una mirada cautelosa, miró más allá de los árboles al rastro de energía resentida que bailaba alrededor, sin control zarcillos de energía giraban ocultando el trío de fantasmas sin forma que se burlaban con sus sonrisas ensanchadas y miradas puntiagudas, la viva imagen de mofa.

¡̶̫̬̠̣͖͐͗̌̅̆̀Ņ̶̛̪̻̻̪̱̮̾̉́́̂͆͆͒̈o̴̫̹͉̓̀̎͘͝ ̵́̂̑̈́̿̄̆ŕ̴̢̛̻͚̝͎͍̮̺̇͂̋͌͑̎͋̈́͜ͅu̵̡̨̢͔̞͔̮͐͐͠e̶̤̫̍g̶͉̪̖̿͛̅͒̀̓͘ů̷͕̩͍̼͗̿̎͋̉̂̚͘͠ẹ̷̢̎̋̓͊̋͊͠ś̵͈͇͛̎͑̊̿̑́ ̵̭͍̲͓̱̺̽͐̇̉͒́̇͒p̷̳͔̎͋̔̔̂͌̃̀o̸r̸̊̍̇̋̃̃̈͘͝ su ̴̨̠̲̣̩̈́̑͒̏͐̒͘atención!


Palabras que, mientras circulaban a sus oídos se volvían nítidas. Incluso con varios metros separándolos, pareciera que los tuviera junto a su oído.


V̴̧͓̜͙͎̯̼͎̯̋̓̑̿̄͋͆̕ì̵͖̮̺́̇͋͑͝͠ͅn̷͍͒̉i̷̮̬̭̬̤̲̼͍̳̮͛͊ste en vano ¿no lo ves? ¡Ese Cazador no valora tus esfuerzos!


Sakura rechinó los dientes y respondió en su mente: No es así. Él sólo es muy terco...

Sin sentirse tan impresionada, Sasuke es la segunda persona más terca que conocía.

¡Pero te rechazó cruelmente! ¿qué esperabas de un Cazador de demonios? ¡Desprecian a todo lo que no sea humano!

Ella continuaba negando: Cállate. No lo conoces. Él no me desprecia. Es solo-

Di lo que quieras. Ese pequeño músico no es diferente a los demás. Siempre disipándonos, siempre haciéndonos sufrir ¿por qué son tan crueles?

Mejor déjalo a su suerte y que muera solo. Vayamos nosotros a divertirnos, ¡matemos a esa demonio!

¡Sí, sí! ¿Por qué esperar más? Si no la matas jamás lograrás salir de este bosque ¡ja-ja-ja!

Las voces que se agruparon en su cabeza, distorsionadas y frenéticas, las risas llenas de frenesí solamente consiguieron avivar su malhumor y estrujarle su corazón. Contuvo las ansias de tomarse de la cabeza y gritar que se callaran. Las voces jamás habían sido tan intensas, ¿a esto se refirió su maestro que tendría que lidiar a las consecuencias de las grietas en los grilletes malditos?

Sus ojos se nublaron y apresuradamente metió la mano al interior de su capa alcanzando el borde de la flauta metida en el cinturón, a punto de sacarla y ordenarles a los fantasmas que desaparecieran de su vista. Anhelaba su paz.

Entonces miró la espalda de Sasuke, escuchó su voz pronunciando suavemente su nombre con gestos intrincados y abruptamente recordó de quienes estaba rodeada.

Y se congeló en su lugar.

Se hallaba rodeada de Cazadores de demonios. Ella era una vil semidemonio. Cualquiera que lo supiera y no fuera lo suficientemente razonable, la atacaría sin miramientos. ¿Quién le asegura lo contrario? Nadie. Todos estaban cansado, heridos y ciscados. Cualquiera sospecharía que ella está involucrada en este ataque. Y alejar a los fantasmas con las notas de su flauta crearía más preguntas. No ayudaría en nada.

Con aires reprimidos, dedicó apenas una mirada siniestra a dirección de los fantasmas sin que nadie descubriera realmente sus intenciones. Vagamente fue consciente que Sasuke la miraba fijamente, sus ojos preocupándose por su repentina parada.

Sakura no atendió a sus gestos, apartando bruscamente la mirada y siguió a la delegación que avanzaba en sentido contrario de las risas maliciosa y cizañosas de los fantasmas.

*El paso rápido, si quieren una referencia puede compararlos con los pasos rápidos que hace Ichigo del anime de Bleach. 

¿Y qué les pareció el capítulo? ¡Agradecería si pudieran dejar su opinión! c: es importante para mi y así conocer sus puntos de vista mejor. 

¡Sasuke y Sakura por fin se encontraron! Y como esta pareja aquí es desvergonzada a su manera, Sakura no duda en abrirle el kimono para verlo en medio esplendor y Sasuke complacido no queriendo que se aparte. ¡Son tan obvios que duele verlos! 

La conversación que tiene Sakura al final con esos "fantasma" es importante en el sentido de que puede escucharlos e incluso menciona que puede mandarlos a acallar o despedirlos con melodías de flauta. Pronto se revelará completamente su capacidad y esa gran habilidad. ¡No coman ansías!

La próxima actualización, ahora no puedo prometer nada. Ya les traje los dos capítulos que tenía listo para corregir y editar, así que es difícil dictaminar cuando estaría el siguiente. 

Pero bueno, ¡espero hayan disfrutado la lectura! Gracias por leer, dejar su estrellita y comentarios, intento responderles a todas, si se escapa alguno no fue mi intención.

Nos leemos pronto, Alela-chan fuera.

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