/18/ Me importas tú, no tu estado
Soló puedo decir a este capítulo: (っ◔◡◔)っ ❤
Este capítulo es cierre del "arco" y el hincapié de otro.
Furia.
No había otra palabra para describir la emoción que inunda la razón de Sakura.
Cabe aclarar que no disfruta de la violencia. Los insultos a su persona los toma con cierta diversión sardónica y se deleita al recurrir a los insultos educados para callar bocas mal habladas. Pocas circunstancias provocan que su tolerancia la abandonara y expusiera las garras con afán de defender, y esta era una de ellas.
Si hubiese sido una ofensa a su persona lo habría dejado pasar, asegurándole a Konohamaru que ignorara las palabrerías y hubiera lanzado una broma al respecto. Sin embargo, la situación era otra. Aquellos discípulos hablaron mal de Sasuke, juzgándolo equivocadamente. ¿Quiénes eran ellos para hablar? ¿Los dioses de los Cielos? Ni ellos se atrevían a tanto.
Así que cuando los rostros contrarios se tornaron con cierta altives combinada de incredulidad por su osadía, no lo disfrutó como lo haría. En cambio, avivó el enfado que roía sus huesos. Tardíamente descubrió la razón detrás de que su temperamento saliera pronto a la luz se debía a su exposición a la energía resentida, pero le importó poco en este momento.
Ahora su atención la robaron aquellas dos escorias. Les esbozó una sonrisa fría. Oh, disfrutaría callarles las bocas.
Lamentablemente su discusión con los dos discípulos no llegó a mayores debido a la conveniente intervención de Sasuke. Bastó una mirada oscura a su dirección y su enfado creció, desafortunadamente él (o no leyó el ambiente o lo ignoró) despachó a los dos bastardos que felizmente se inclinaron y huyeron cuales perros con el rabo entre las patas.
En ese momento su mueca se crispó.
—Maldito cobardes. —Sí, no tuvo pelos en la boca para insultarlos. Indiscutiblemente recibió una mirada impresionada de Hinata por su poco refinamiento y sorpresiva de Shino.
—¡Tengo la necesidad de patearles su descendencia! —gritó a todo pulmón Konohamaru sin miedo a ser reprendido por Sasuke quien fruncía el ceño con cada palabra—. ¡Vuelvan aquí, infames!
Hinata jadeó llevándose la mano a la boca y Shino le consoló con unas palmaditas en el hombro. Claro, una doncella que ha vivido recluida no escucharía tanta vulgaridad junta. En otro momento a Sakura le hubiera causado gracia su reacción y dado un comentario burlón al respecto, pero ahora no. Apenas podía mantener quietas sus manos obligándose a apretarlas en puño.
—Sakura, Konohamaru, lenguaje —les reprendió Sasuke de inmediato teniendo compasión por los oídos de Hinata.
—Pero, ¡Sasuke! —replicó Sakura, no dudando en apuntar el dedo tembloroso en dirección a dónde los objetos de su enfado huyeron cobardemente—. Ellos dijeron...
—Lo que sea que hayan dicho de mí no es nada nuevo —interrumpió abruptamente Sasuke dejando sin palabras a Sakura, jamás la había robado las palabras así—. Sólo ignórenlos.
¿Ignorarlos? ¡¿Cómo podría hacerlo si lo insultaron frente a ella y se marcharon impunes!? El enojo desbordaba en cada poro de su ser imposible de contener, apretando los puños tratando de controlar su respiración.
Miró fijamente a Sasuke en un intento de disuadirlo a que le permitiría ir tras ellos y hacerles que ofrecieran sus disculpas. Se topó con su postura firme sin intenciones de retroceder y por la que tuvieron una silenciosa lucha de miradas, cabe mencionar que él no cedió a pesar de sus suplicas que destilaron sus ojos verdes diciendo implícitamente: "Sólo una vez déjame arrastrarlos de regreso y que supliquen perdón".
Nada de esto convención a Sasuke.
Gimió exasperada cruzándose de brazos indispuesta a llevarle la contraria al Cazador. En el fondo de su mente una voz llena de cizaña le susurró ir tras los discípulos, así contradiciendo la petición de Sasuke.
Un rayo de lucidez cruzó alumbró su mente. ¿En qué estoy pensando? Esto es demasiado, no es propio de mí, pensó para sí obteniendo un escalofrío interno sabiendo las consecuencias de sus actos. No era que le importase enemistarse con aquellos Cazadores y causar revuelto en el Clan, pero precisamente a que Sasuke pertenecía a dicho clan Uchiha la retuvo sin miramientos.
Conteniendo sus pensamientos dio la media vuelta y se encaminó por el sendero contrario al pueblo dispuesta a intentar controlarse. Ignoró el llamado de Hinata y Konohamaru a sus espaldas y marchó sin lamentarse.
No debería siquiera alterarse por este asunto. Admitía su enojo, pero no al grado de querer recurrir a la fuerza física. Se frotó el brazo con excepcionalísimo inmersa en sus pensamientos, deteniéndose a pensar en la violencia detrás de ellos siendo la primera vez que permitía que el enojo la controlara como quisiera. Sus instintos le gritaban poner en su lugar a quienes insultaban a Sasuke, ¿qué sabían ellos en realidad?
Ella misma admitía que conocía poco de él y fue la primera vez que ligó el término con la existencia de Sasuke. Sabía lo que involucra el concepto gracias a las breves explicaciones de Hinata y los datos diversos que ha escuchado de chismes y leyendas, pero jamás imaginó que el azabache perteneciera a dicho linaje con la infausta ausencia de poderes.
Ahora, analizando en retrospectiva, encontró sentido a las palabras intercambiadas entre Hinata y Sasuke, de la comprensión en los ojos de la primera y sus frases enigmáticas cuando creyó que nadie la escuchaba.
«—¿Purificarás a los Kaijus?
—No puedo hacer eso.
—... ¿No puedes hacerlo? ¿Tienes algún problema con tu energía espiritual? Se supone que tú-»
A partir de allí no era difícil deducir que la variante en dicha ecuación venía ligado a la ausencia de poderes en Sasuke. Se frotó las sienes ante la repentina punzada de dolor, demasiadas preguntas arremolinándose en su mente e incapaz de encontrar respuestas por su cuenta y le parecía desconsiderado preguntarle directamente a Sasuke.
Encima ¿quién se creía ella siendo impertinente y tocar una vena sensible? Nadie.
—Sakura, aguarda ahí.
Cada vez que él decía su nombre provocaba una y mil sensaciones. Y esta vez no fue la excepción a pesar de su enojo, parecido a un latigazo en su pecho, se detuvo de golpe y respiró con fuerza serenando lo suficiente su mente para no ladrar ninguna respuesta grosera que Sasuke no se merecía.
—Control, Sakura, control —murmuró para sí misma.
Tardíamente observó sobre el hombro a Sasuke recorriendo el mismo sendero a paso rápido y firme, la expresión seria de su rostro con la chispa de preocupación brilló en sus ojos ónix, siendo difícil de ocultar. La evidente implicación la dejó sin palabras por un breve instante.
Pronto una ventisca de aire golpeó su rostro junto a la comprensión y cierta vergüenza al reparar en su reacción inapropiada, a tal extremo de sentir sus mejillas comenzar a arder y apartar bruscamente la cara ¿¡Por qué tuvo que reacción tan violentamente!?
Lo único que impidió que corriera al árbol más cercano y golpearse la cabeza contra el tronco fue el sentir unos dedos cerrarse alrededor de su muñeca y jalarla mansamente hacia atrás. El agarre sólido se mantuvo impidiendo que huyera, internamente Sakura se preguntó si acaso Sasuke mintió sobre su poder y en realidad es capaz de leer la mente. Posiblemente.
Mostró una mueca bailando entre la vergüenza y resignación, aspirando por la boca y alzando la vista decidiendo que no era el momento para enfrentarse a él, pero ya estaban frente a frente y debía afrontar valientemente las consecuencias de su errante comportamiento.
—Lo siento. No fue mi intención crear un alboroto allá atrás —expresó sincera considerando inclinar la cabeza profusamente, optó por aclararse no queriendo crear un malentendido entre ellos—. No te equivoques, no me arrepiento de arremeter contra esas escorias, sino causarte molestias a ti.
El ceño fruncido del joven se acentuó, presumiblemente irritado ante la despectiva forma de dirigirse a los condiscípulos, cuando en realidad no le gustaba que Sakura desgastara sus energías replicando contra las ofensas. A medida que escuchaba, su ceño se relajó y le brindó una mansa expresión. Justo después le apretó tenuemente el agarre de su muñeca, el agarre quemaba contra su piel. Sakura luchó furiosamente contra sus nervios.
—Déjalo estar, no desperdicies tus palabras y esfuerzos enojándote por mí. No vale la pena —dijo él en voz baja.
La pelirrosa apenas controló el impulso de arrullar por debajo debido a la emoción que explotó en su pecho. La consideración en sus palabras y la suavidad en su mirada le apretó el corazón, acariciando su mala energía hasta dispersarla con el toque de su mano como una solución mágica.
Soltó el aire que acumuló en sus pulmones y finalmente le dio palmaditas a su torso, luego se quedó estática al recodar que, cuando perdió el control, prácticamente se recargó en ese firme torso y tuvo sus brazos alrededor de ella. Desvió la acción a fingir quitarse una pelusita invisible a los pliegues del kimono, cabe destacar que Sasuke no se compró la tetra.
—¿Qué haré contigo? —murmuró retóricamente sin atreverse a mirarlo aún, apretando los labios en una línea delgada en su boca—. Eres todo un honorable caballero que no se enfada de mis ofensas contra tu clan, ¿acaso pretendes hacerte el desentendido? ¿Uh? No te creí tan descarado.
Sonrió fingiendo alegría y por fin alzando sus ojos hasta toparse con pozos profundos en las cuales cruzaron millones de emociones antes de ser sofocados abruptamente por una aplastante intención, haciéndolo titubear ante su declaración.
Ignorando su propia vergüenza y la astucia que la gobernaba ante la mínima atención del Cazador, Sakura cortó la distancia entre sus cuerpos y apoyó la frente en el hombro ancho del azabache. Lo sintió tensarse instantemente, pero no se detuvo a considerar que sus acciones eran desacertadas, arriesgándose al rechazo, permaneció en la misma posición hasta sentir que Sasuke relajarse visiblemente.
Vitoreo en su mente por su éxito, pero no por mucho tiempo. Se quedó congelada y con la respiración atascada en su garganta al sentir un pulgar trazar lentamente la palma de su mano.
—Ciertas circunstancias ameritan medidas fuera de lo común —atendió él en susurro sin detener sus acciones, su voz permanecía baja.
Lo único que impidió la huida de Sakura fue sus mejillas sonrosadas, si se apartaba él la vería avergonzada. Así que optó por continuar apoyada en su hombro y sufrir silenciosamente una convulsión instantánea.
Olvidó por un instante el motivo de su enojo concentrándose únicamente en la sensación de la caricia llena de simplicidad brindada en su mano y, su vez, saborear la cercanía, sintiendo el calor que emanaba el cuerpo de Sasuke, tan agradable. Apretó los ojos y respiró disimuladamente por la boca hasta serenarse... o pretenderlo, su corazón continuaba martillando contra su pecho con tal fuerza que temía a que se saliera de su pecho.
Se maldijo internamente, ella misma se metió en esta situación al recordar lo cerca que estuvieron anteriormente y no tenía idea de cómo salirse. ¡Y Sasuke no hizo más que darle por su lado y seguirle el juego!
Optó por separarse ni rápido ni lento, no esperaría a ser un manojo de nervios que le impidiera actuar correctamente ¡tenía que mantener su decencia! Retrocediendo pausadamente con la cabeza gacha, escondió disimuladamente sus mejillas con los mechones de cabello. A respuesta Sasuke deslizó en silencio su mano y agarró nuevamente su muñeca, tan sereno como si hace segundos no haya acariciando a merced su mano sin represarías.
Le reconfortó su acción, era una señal que sus acciones fueron bien recibidas.
No sabía el extraño juego en el que se estaba adentrando, ni tampoco la razón de sus pensamientos dispersos, este momento con la mente hecha papilla por sólo un toque de manos. Escuetamente resbaló el pensamiento hasta lo profundo de su corazón, no deseaba darle un nombre apropiado a lo que sea el vinculo que estaban creando.
Por ahora se concentraría en disfrutar de su cercanía no siendo persistente al respecto. Si se volvía serio ¿Qué sería de su corazón ante un posible rechazo? Sasuke es tan caballeroso que la miraría con ojos llenos de pena y sería amable al respecto. Se negó a afrontarlo ahora.
Lo mejor sería tomárselo con calma. No quería arriesgarse por completo hasta averiguar las intenciones del Cazador.
—¿Todavía estás enojada? —La inesperada pregunta de Sasuke la tomó con la guardia baja, sobre todo al ser expresada con un tono de voz bajo y melodioso. Le causó infinita ternura su preocupación e inclusive la atacó el impulso de arrullarlo tomándolo de la barbilla y darle unas caricias, así como él toco su rostro por la tarde en la habitación.
Se enorgulleció de confinar el impulso y aclararse la garganta con disimulo. Sacó un dedo de su puño derecho y trazó un círculo imaginario en el aire acercándose un poco. Sasuke siguió el movimiento con su vista casi hipnotizado.
—Teniendo un rostro atractivo como el tuyo frente a mí ¿cómo puedo seguir enojada? —cuestionó descarada acercándose de vuelta.
Disfrutó la quietud de Sasuke ante la invasión de su espacio personal y se lamentó al no tener otra reacción. Por el rabillo rojo notó la ligera tensión en sus hombros sin ninguna reacción escandalosa en su rostro siendo bastante serio al respecto así que se obligó responderle de la misma manera siendo sincera.
—No debes angustiarte por ello. Sólo me es insoportable escuchar a los demás hablar pestes a tus espaldas.
Siendo un poco petulante, recibió una mirada de él que claramente decía: "¿Ahora me comprendes?".
Respondió con un ligero resoplido, ella no permitiría que ganara esta discusión.
—No es lo mismo. Yo soy una semidemonio, el que hablen mal de mí es normal. Por ejemplo: el cielo es azul, el pasto es verde y los semidemonios están malditos —se encogió de hombros—. Pero tú eres un honrado Cazador de demonios. Te deben respetar.
Por la mirada ofendida de Sasuke consideró que quizás sus palabras estuvieron de más.
—Ambos somos personas, tenemos un corazón y un espíritu, merecemos el mismo respeto —rebatió él tomándole el punto y Sakura no encontró pronto un argumento para contrarrestarlo.
Aprovechando la oportunidad, el joven la guío por el sendero. Sakura se dejó llevar dócilmente sin importar a dónde fuera con tal de estar cerca de él, más concentrada en observar la espalda ancha frente suyo y de aspecto fuerte gracias a sus años de entrenamiento.
La invadió un pensamiento sordo a saber que se sentiría hundirse en esa parte en particular y enterar su rostro entre los omoplatos. Tendría que averiguarlo algún día.
Pronto llegaron al borde de un río apartado de la aldea y del veneno. Los árboles alrededor llenos de vida eran la prueba de su lejanía, el agua que caía entre las rocas reflejaba la luna en lo alto y estaba limpia. Sakura supo de sus intenciones al ser traída aquí.
—Refréscate, te ayudará a serenarte —indicó Sasuke haciendo un ademán al río.
—Muy bien. Ya que te tomaste la molestia de traerme... —A regañadientes permitió zafarse del agarre y se aproximó al borde.
No mentía cuando dijo que ya no estaba enojada, sin embargo, persistía el pequeño brote de molestia en su garganta. Mojarse la cara influyó a serenarse y pensar con claridad, el agua le vino bien y lo agradeció. Inhaló con fuerza llenándose del aire puro y fresco de la noche con el cantico de las cigarras, exhalando lentamente en busca de una realización que le hiciera despejar sus intenciones de poner a personas de lengua larga en su lugar de una forma nada grata.
Estando arrodillada captó un borrón blanco que pasó a su lado como una fuerza imparable. Aturdida, presenció una escena tan contrariada: Momo se lanzó en un chapoteó al río y gorgoreo felizmente poniéndose boca arriba, con su pequeño sombrerito de paja a un lado, flotando sin preocupaciones.
Parpadeó a su dirección tratando de descifrar su comportamiento hasta que tuvo al amo del animal arrodillándose a su lado, extendiendo la mano al río para hacerse de un poco de agua y mojarse la cara.
—Momo es... muy peculiar.
—Vive sin preocupaciones. Duerme la mayor parte del tiempo y trabaja el mínimo —dijo encogiéndose de hombro frotándose el cuello y cerrando un ojo—. El único esfuerzo que hace es llevar nuestras cartas.
La realización que tanto esperaba Sakura llegó de golpe: el perfil derecho de Sasuke lo hacía ver más atractivo.
Apartó la vista abruptamente sumergiendo las manos al río.
—Quisiera tener una vida así de sencilla.
Él concordó con un tarareo y el silencio se extendió.
Ella se preguntó cuál sería el momento en que le cuestionaría sobre su actitud.
Y el silencio los secundó.
Sentados en la orilla del río siendo arrullados por el suave sonido del agua corriendo entre las rocas, Sakura suspiró sonoramente retrayendo las rodillas a su pecho y rodeándolas con ambos brazos. No estaba preparada para enfrentar la decepción de Sasuke o sus duras palabras en que perdió la compostura. Hasta ahora ha sido todo gentileza, pero ¿quién sabe? Quizás el arremeter en contra de sus compañeros sería su vena quisquillosa.
—¿No dirás nada sobre mi arranque de ira? —Su voz, un susurro contra su piel que resultó un milagro que Sasuke la escuchara.
Sin apartar los ojos del río, él respondió solemne:
—Comprendo la razón de tu enojo. Pero hablo en serio cuando digo que las habladurías sin sentido no valen tu consideración.
Sakura arrugó el ceño en desacuerdo.
—Para mí no son habladurías sin sentido.
—No digo que no tengan importancia, más bien... —Él dudó visiblemente un instante antes de inclinar la cabeza —, están señalando un hecho. Dijeron la verdad, así que no debes enojarte.
—¿En realidad? Sólo escuché que te insultaron —bufó apartando la vista.
—Sakura... —Él suspiró profundamente su nombre.
La aludida hizo un puchero, negándose a ceder. Sus hermanos a menudo le tildaban de terca, bien, utilizaría su defecto para persistir en esta charla. Se negaba a consolidar la idea de que Sasuke escuchaba a menudo esta clase de ofensas a tal punto de tomarlos con normalidad y pasearse sobre ellos fingiendo que no le afectaba.
Ella más que nadie sabía lo que se sentía estar del otro extremo de los insultos y chismes, por más que pusiera una actitud tan altanera y confiada, no la eximía al dolor. Los mismo sucedía con Sasuke, por más que mostrara una actitud serena y fría al respecto, debía llagarle al corazón tanta presunción.
Además, estaba consciente de que no tenía ningún derecho a presionarlo a que externara sus pensamientos. Se removió incomoda mientras se debatía si retirar o no su pregunta, seguramente Sasuke pensaba lo mismo y por ello se quedó tan quieto como una estatua considerando si su petulancia fue demasiada.
Antes tomar una decisión, Sasuke giró la cabeza a su dirección. Notó de inmediato sus ojos y el cambio en ellos, la sutil emoción de miedo y expectación, acompañado por una resignación muda.
En ocasiones él no decía mucho, pero sus acciones y expresiones hablaban por sí mismas.
—Ya te conté sobre las heridas de mis brazos y te prometí decirte la historia deshonrosa que hay detrás —comenzó tropezando con sus últimas palabras y entrecerrando los ojos, Sakura presenció su lucha interna en silencio—. Nos interrumpieron antes, pero sí aún quieres saber ¿estarías dispuesta a escucharme?
Si decidió confiar en ella ¿Cómo corresponder si no es siendo paciente y esperar a que estuviera preparado para externar una herida de su corazón? Lo tomaría cuidadosamente entre sus manos y lo acobijaría entre cerca de su corazón. Se prometió en ese instante que, si él exponía una parte de sí, ella haría lo mismo en el futuro, no se lo propondría ahora puesto que sus intenciones darían un malentendido a que se sentía obligada a un trueque.
—Escucharé lo que tengas que decir —dijo impetuosa.
Habiendo dicho esta frase no habría vuelta atrás.
El rostro de Cazador se contrajo por un breve momento que si no hubiera estado observándolo de cerca se lo habría perdido. Después de recoger serenidad, Sasuke desvió la vista al frente.
—Seguramente sabes que hay linajes de poderes especiales heredado mediante la sangre al primer hijo o hija. Mi madre es una Sacerdotisa cuyo poder es purificar entidades y crear campos de protección mediante la energía espiritual. Y yo soy su primogénito.
Desde ahí no era difícil deducir lo que llegaría a continuación y Sakura permaneció en silencio esperando a que él continuara. O lo intentó sin éxito, cierto detalle atrajo su atención y no pudo evitar interrumpirlo dócilmente.
—Pero tienes un hermano mayor, él debió heredar el poder.
—No es así. Mi madre es la segunda esposa del líder Uchiha. Ellos se casaron poco después del fallecimiento de la Primer Madame Uchiha, la madre de Itachi murió cuando él era demasiado joven.
Por la explicación parca e indiferente, Sakura deseó haberse mordido la lengua. Abordó una fibra sensible y no había forma de componerlo, tuvo el impulso de arrastrase al río y sumergir su cabeza hasta olvidar su desliz.
Sasuke no le dio tiempo de considerarlo al retomar su explicación. Su voz, escarcha tan helada y glacial, ocultaba un toque de ironía.
—Desde niño fui instruido para controlar dicho poder y a medida que crecía no se manifestó. Los métodos que utilizaron para acelerar el proceso tampoco fueron gratos, pero debían ayudarme y lo acepté de la mejor manera. Sin embargo... todo esto sirvió para comprobar que soy un recipiente vacío
La sonrisa de lado reveló el desgaste de los años, de una responsabilidad puesta en sus hombros sin desearlo, de expectativas encomendadas por sus mayores que defraudó sin querer y de esfuerzos infructuosos no valorados.
De un niño roto por dentro que de adulto recogía pedazos de un corazón destruido por las desilusiones.
—El nacer con dichos poderes es considerado un honor, o debería serlo. En mi caso, lo único que me ha traído son agravios y decepciones.
Dejó caer las manos en sus rodillas y Sakura se fijó sus brazos vendados y las cicatrices debajo de ellos. Se le secó la boca al adivinar la razón detrás de su estimulación de energía espiritual recordando su anterior conversación en la posada. La declaración implícita a que constantemente abrían la piel de sus brazos y estimulaban su energía espiritual hasta desangrarlo por completo.
No era estúpida, conocía la implicación detrás de sus medias declaraciones. Sasuke tendía a censurar los hechos evitando alarmar al oyente.
Una emoción de ira combinada con tristeza se agazapó en su pecho. No pudo evitar soltar un lamento tan bajo y estirar sus propias manos para alcanzar los brazos contrarios. Pasó sus dedos sobre las vendas y sus ojos se llenaron de lágrimas, le trajeron un amargo sabor en la boca al imaginar los múltiples escenarios a los que fue sometido y a causa de la ausencia de su poder él creía firmemente "estar vacío".
Le inundó la necesidad de correr hasta la Villa de Fuego y sacar a rastras a todos aquellos quienes metieron ideas absurdas a su mente.
—¿Hasta qué edad es el límite para manifestar tu poder? —susurró quedamente.
—La edad mínima es desde los cinco, la máxima a los veintiuno —exhaló señalando un dato—. Tengo veintidós años y soy el primer individuo en la historia que jamás manifestó su poder heredado.
Repentinamente se vio más grande de lo que era. Cansado y desgastado. La sonrisa resignada que le mostró terminó por romper el corazón de la joven pelirrosa.
Aguantando sus lágrimas llenas de frustración, apretó sin lastimar los brazos de Sasuke, negándose a mirarlo a los ojos o se desbordaría por completo. Que injusto es la vida, no dudaba por ningún segundo que Sasuke no dedicó sangre, sudor y lágrimas para intentar las expectativas de su clan puesto en sus hombros sólo para descubrir que jamás heredaría el poder de sangre y lo llevaría consigo a la tumba, creyendo que él fue el culpable de extinguirlo.
Pero él no tenía la culpa y no tenía por qué soportar que otros juzgaran a la ligera su situación sin reconocer sus esfuerzos. Para que lo dejara de lado y objetara en ignorarlos debió ser un hecho recurrente dentro del clan. La sangre le hirvió de nuevo y sus ganas de volver y golpear a esos tipos aumentaron con creces. La visualización en su mente la tentó de sobremanera.
Sus instintos violentos se vieron apaciguados por una mano posándose sobre la suya regresando su mente al ahora. La expresión de Sasuke reflejó el conflicto de sus emociones, hasta ahora es el semblante más expresivo que lo había visto componer.
—¿No piensas de otra manera?
—¿A qué te refieres? —Era de mala educación responder una pregunta con otra pregunta, pero estaba confundida. Sobre todo, al presenciar el aspecto avergonzado y cansino del Cazador, apartando la mirada insistiendo en no toparse con sus ojos—. ¿Sasuke?
—Es sólo... —Apretó los labios—. Soy un recipiente vacío.
La mente de la femenina hizo "clic" imposible de ignorar. Lo detalló con un deje de incredulidad en su mirada ¿En verdad Sasuke está más preocupado de su propia opinión que la de los demás? Siendo directo y vulnerable, sabiendo que su pregunta era un arma de doble filo que podría destruirlo sin dudarlo si se lo permitiera.
Terminó por respirar hondamente y negar con la cabeza. Estiró su mano para apoyarla en la mejilla contraria e inmediatamente Sasuke se congeló, confió por esta vez de la reacción de sus acciones y mantuvo decididamente su gesto. No se equivocó, al cabo de unos segundos él cerró lentamente los ojos y se inclinó al toque buscando su calor.
Sonrió para sí cantando una victoria en su mente saboreando las palabras en la punta de la lengua.
—Tú mismo lo dijiste, ahora te lo digo yo: no te miro por tu origen, ni por tus títulos. Está demás si eres un Cazador o si heredaste un poder especial. No me importa qué eres, sino quién eres. Y para mí solamente eres tú, Sasuke.
Si algo que disfruta desde que conocía a Sasuke era devolver las palabras. En esta ocasión, no hubo titubeos ni vergüenza, quería desesperadamente darle consuelo, así como él se lo dio una vez.
La piel de su mano contra la mejilla se sintió repentinamente más tibia. Los labios de Sasuke se entreabrieron junto a sus ojos formándose rendijas de media luna, observándola en silencio con el reconocimiento subyacente en sus pupilas contraídas.
No pudo evitar sentirse maravillada al descubrir la punta de sus orejas rojas. La segunda vez que veía este milagro y archivó la información en su mente para futuros escenarios.
—Una historia así no debería darte vergüenza, al contrario, siéntete orgulloso de tu lucha. —Acarició la mejilla contraria distraídamente con el pulgar, él cerró los ojos perdiéndose en su toque—. No conozco lo que viviste hasta ahora pero no dudo que lo diste todo para intentar llenar las expectativas e incluso te destrozaste en el proceso. No pienses que es deshonroso que lo hayas intentado hasta el final.
Acompañado a sus palabras llenas de convicción le sonrió dulcemente esperando que sus intenciones le llegaran a lo más profundo de sus convicciones. Entonces él viró los ojos sobre ella observándola de una forma indescifrable, parecido a ser el más grande enigma con el que se haya topado y estuviera ansioso a descubrir.
Sasuke se enderezó y apoyó su propia mano contra la de Sakura apartándola sólo para unir sus manos. Ella aprovechó felizmente el movimiento tomando la iniciativa de entrelazar sus dedos. Sentirlo así de cerca en un toque íntimo le aceleró el corazón. La mano de Sasuke era grande y cálida, si frotaba sus dedos sentiría los callos en la punta de sus dedos por tantos años tocando el guqin y manejo de su espada.
Inmersa en la sensación y teniendo la oportunidad de lo tangible, casi se pierde su risa baja y ronca. Se azoró por el inesperado regalo y alzó la vista hasta toparse con el rostro de Sasuke ligeramente inclinado a ella, una chispa de alegría surcando sus ojos negros y las expectativas crecían junto a su corazón.
—Eres la segunda persona que me dice que debo estar orgulloso de mi proceso.
El significado de la frase no le gustó a la joven, sintiéndose un poco celosa al respecto, apretó la mano de Sasuke y exhibió un puchero.
—¿La segunda? ¿Quién fue la primera doncella que ha osado a ser tan atrevida? —replicó pasando por alto que ella entraba en esa descripción señalando el hecho como si ella no fuera descarada de por sí.
Sasuke contuvo un bufido, sus ojos se volvieron un poco nostálgicos.
—Ninguna doncella, tú eres la primera. Me refiero a mi mejor amigo al que considero mi hermano.
—Oh.
Ella sacudió la cabeza sintiéndose estúpida al estar celosa de la hermandad de Sasuke. Desvió la vista, avergonzada e ignorando la mirada de soslayo que le lanzó Sasuke con cierta diversión debajo de toda esa tristeza.
En su mente repaso la pelea de la noche anterior. El fantasma al que Sasuke gritó su nombre, Naruto. Por la conmoción del embrollo supuso que jamás se imaginó que su mejor amigo, considerado su hermano, volvería entre los muertos siendo un fantasma vengativo.
—Naruto no te reconoció.
La remembranza trajo una sombra a la mirada de Sasuke.
—Supongo que fue envuelto en algún hechizo para que sus recuerdos hayan sido dañados. Siendo sincero jamás pensé que lo volvería a ver.
El hecho de que Sasuke estuviera tan calmado hablando de su mejor amigo muerto y no entrando en shock preocupó mucho más a Sakura. Se permitió acercarse a su lado, sus cuerpos apenas separados por unos centímetros y sin soltar la unión de sus manos.
—¿Te encuentras bien al respeto?
Si él quería derramar sus dolencias con él, más que dispuesta a prestar su oído y hombro. Sasuke guardó silencio por unos segundos, contemplando el río por dónde Momo continuaba nadando lo más feliz de la vida.
—Cuando Naruto murió lloré todo lo que tenía que llorar y lamenté todo lo que tenía que lamentar. El saber que se materializó en un fantasma me causa confusión y tristeza —dijo con calma la primera frase, pero en la segunda frunció el ceño, los rastros de angustia se entretejieron en sus expresiones—. En todo este tiempo toqué Consulta para contactar su alma, jamás contestó y creí que murió en paz a pesar de la forma en que lo asesinaron, pero no fue así. Fui muy ingenuo. Hay una razón que lo ata a este mundo y tengo que averiguarlo.
—Puede ser cualquier cosa ¿Lo ayudarás a cumplirlo?
Pensar que fue la razón de retraso entre el descanso eterno de un alma le trajo un mal sabor de boca. Si no fuera por su descontrol ahora Naruto ya hubiera pasado el umbral a la reencarnación y Sasuke no estaría tan atormentado. Aunque no lo dijera, pudo ver el arrepentimiento y el dolor en sus ojos negros. El dolor era difícil de ocultar cuando lo provoca alguien importante.
—Haré lo posible por hacerlo —sentenció él. Y pareció leer sus pensamientos porque se inclinó a ella y alzó la unión de sus manos, cerca de su mejilla—. No te eches la culpa, lo que sucedió fue desafortunado, pero me diste tiempo para considerar mis próximas acciones. Esperaré a que él aparezca para actuar.
—¿Cómo sabes que te buscará?
—Lo conozco. El que haya mencionado su nombre encendió su interés, él es curioso por naturaleza y no se detendrá hasta haberlo saciado —dictó como una costumbre tardía. Terminó acariciando distraídamente los nudillos de sus dedos con el pulgar y mirando sus manos entrelazadas—. Así que no te agobies, porque no te culpo.
Sakura carraspeó un poco tratando de controlar su respiración ante sus caricias distraídas.
—Lo repito, eres tan bueno conmigo.
La sonrisa de lado que le dedicó el Cazador le detuvo el corazón.
—No tanto como tú lo eres conmigo.
Ella ahogó un gemido de angustia y apartó su rostro, cubriéndola con sus manos deshaciendo el agarre de ambos. ¡Eso fue demasiado para ella, sus mejillas se sentían tan calientes!
Y mientras escucha la risa ronca de Sasuke, se preguntó cuánto tiempo tardaría antes de querer conocer cada faceta de él y guardarla en lo más profundo de su corazón para atesorarlo por siempre.
Sus caminos se separaron dos días después.
La delegación Uchiha se desvió al principio de Sakura y Sasuke, este último se negó a dejarla ir sin escoltarla adecuadamente hasta la aldea Taishi. Aunque ella alegó que no era la primera vez que viaja sola ningún argumento logró convencerlo de lo contrario, a esto se ganó un susurro discreto de Itachi dirigido a ella:
—Mi hermano es muy terco, suerte lidiando con ello.
A lo que Sakura le respondió con un:
—Seguramente no más terco que yo.
Itachi sonrió divertido y luego partió con los Cazadores incluyendo Hinata y Shino, la primera prometiendo que planearían un próximo encuentro. Sakura simplemente los despidió sin comprometerse, pero en el fondo una cálida emoción se instaló al percibir la sinceridad de Hinata.
Y así en un viaje agradable sobre la espada a pesar de sus protestas por el sobreesfuerzo de energía espiritual gastado por parte de Sasuke, y medio día después, estuvo en el borde del campo de protección que dividía la aldea Taishi y su hogar. Lejos se escuchaba amortiguado las voces de los aldeanos en plena tarde.
Llegados al momento de la despedida, Sakura se percató de su renuencia a dejarlo ir. Entendía que Sasuke era un discípulo del Clan Uchiha teniendo sus propios deberes que atender y sumarle la nula cooperación de su parte no le sería de facilidad.
Frente a frente, se obligó a esbozar una sonrisa y le dio unas palmaditas en el brazo con la intención de no atrasarlo más. Un poco torpe sin saber si la línea que pasaron el día anterior seguía intacta o ya se había disuelto. No quería volver el ambiente incomodo, así que lo descubriría después.
—Cumpliste con traerme de regreso, ahora puedes irte sin preocupaciones.
Él enarcó una ceja y contestó: —¿Me estás despachando?
La repentina pregunta de Sasuke la dejó boquiabierta. ¡Este Cazador sí que era ocurrente cuando se lo proponía!
—¡P-Por supuesto que no! Yo sólo... pensé en tu urgencia de regresar pronto a tu hogar.
Las palmaditas dadas a su cabeza calmó un poco su nerviosismo. Se enfrentó a su mirada topándose con la diversión detrás de su semblante.
—Tienes razón, mi padre estará cuestionando a Itachi de mi paradero y no quiero que le mienta. Debo alcanzarlo —dijo retirando su mano con cierta lentitud, como si quisiera extender el momento—. Me marcharé.
—Sí... Uh...
Se miraron fijamente, pareciendo que duraron horas, pero en realidad fueron segundos en los que Sakura se aseguró de beber de toda la imagen majestuosa del hombre frente a él.
De pronto él estiró la mano y Sakura pensó que pretendía ofrecerle su mano y se acercó ingenuamente a tomarla. Pero él se dirigió específicamente a su frente. Ella apenas contuvo la respiración cuando sintió un toquecito en su frente por los dos dedos de Sasuke, tan suave y firme, dejándola con un intenso sonrojo en el rostro y palabras balbuceadas.
Se llevó una mano a la frente sintiendo un cosquilleo inesperado cuestionándole: —¿Q-ué fue eso?
Y como si Sasuke fuera el mayor bromista del mundo, respondió con una media sonrisa: —Un poke.
Ella lo miró incrédula.
—¡¿Qué significa un "poke"!?
La mirada que le dirigió Sasuke guardaba un millón de secretos y muchas promesas, Sakura se quedó muda por tanta intensidad.
—Te lo diré la próxima vez que nos encontremos.
Antes de que pudiera reaccionar, Sasuke le dedicó una última sonrisa antes de dar la media vuelta y alejarse por el declive. Tuvo ganas de gritarle más preguntas, pero se detuvo al último momento. No era una persona que practicara con esmero la paciencia, pero por la sensación de misterio y expectativa de guardar esa promesa de un próximo encuentro, soportaría lo necesario.
—Asegúrate de cumplir tu promesa pronto —murmuró al aire viendo los vestigios de su espalda cuando él levitó sobre Kusanagi y se marchó, no sin antes de que Momo se asomara por su hombro y la despidiera agitando su pequeña patita y gorgoreando felizmente.
Aquella imagen irrealista y tierna le causó una risa entre dientes que duró sólo hasta que no vio la espalda de Sasuke. Encontrándose de nuevo en soledad, su sonrisa se borró lentamente, cambiando su diversión por una mueca seria.
Contempló fijamente el sendero que la llevaría a casa y luego la aldea a sus espaldas, tomando una decisión.
Entonces volvió sobre sus pasos.
Al cruzar el umbral de la posada, detrás de la barra se encontraba el mismismo dueño que alzó la vista con su sonrisa cortes en la cara pensando en la llegada de un cliente antes de transformarse en un ceño fruncido y desagrado al verla cruzar el umbral.
—¡¿Tú aquí!? —gritó Sota.
—Sí, sí. A mí también me alegra verte, viejo Sota —concordó Sakura de lo más casual acercándose. Sota rechinó los dientes a punto de gritarle, pero le interrumpió apoyando su brazo en la barra—. Esta vez no vine a molestar, sólo estoy buscando a Akane.
—¿Qué asunto tienes con mi hija?
—Te aseguro que no la maldeciré. Simplemente quiero un poco de tinta y papel y que entregue mi carta.
Inmediatamente, y como era de esperarse, Sota refutó.
—¡Mi hija no es una mensajera!
—Oye, no insultes a los que tienen un trabajo digno —le reprendió con un ademán—. Y no hagas un escándalo, pagaré por ello. Sé que no me darás nada gratis.
Cuando mencionó la paga, Sota refunfuñó y se cruzó de brazos, como si lo considerara.
—¿A quién enviarás la carta?
—A algunos de mis hermanos cuando los vean. Incluso eso, no tendrán que caminar demasiado —dijo despreocupadamente. De pronto esbozó una sonrisa cuando Akane apareció desde la trastienda y exclamó su nombre.
—¡Sakura, que alegría verte!
La aludida le dirigió una mirada triunfante a Sota quien bufó colérico y regañó a su hija, esta hizo caso omiso y se adelantó a la pelirrosa.
En menos de cinco minutos Sakura terminó apoyada en la barra de recepción escribiendo un poco a prisas la carta dirigida a Sasori habiendo recibido tinta y papel, amablemente Akane no le cobró nada citando que aún estaba agradecida por su ayuda del otro día. Así que ¿quién era para negarse de un servicio gratis? Aprovechó la oportunidad y la tomó pese a las protestas audibles de Sota.
Después de terminar de redactar su carta, la selló y entregó a Akane.
—A esta hora deberían estar recogiendo el puesto en el mercado. Te lo agradezco, Akane.
—No es nada. Pero tengo un poco de curiosidad. —Akane expresó dudosa. Sakura le hizo un moviendo para que continuara, lo menos que podía hacer era complacerla por el favor que le haría—. ¿Por qué no se lo entregas tú misma?
—Claro, ¿por qué no se lo entregas tú misma? —rebatió Sota detrás de la barra limpiando lo misma, a este paso rechinaría de limpio de tantas veces que ha frotado el trapo en la superficie.
—Seguramente mis hermanos más pequeños estarán con ellos y llorarán si me ven partir. ¿Cómo negarme a irme si me hacen pucheros? —agitó la cabeza apoyando una mano en su pecho en un gesto dramático—. Lo comprenderían si vivieran con ellos, nadie se exime de sus lloriqueos.
Akane asintió comprensiva. Era hija única, pero imaginaba el sentimiento. Y Sota, muy en el fondo de su corazón estuvo de acuerdo al recordar a su amada hija de pequeña y sus lloriqueos cuando quería dulces.
—¿No puedes desplazar tu viaje?
La postura de Sakura cambió a una menos relajada, expectante y pensativa. Negó con la cabeza dando la media vuelta.
—Si aplazo mi viaje, tendré que lidiar con consecuencias mucho peores. —Fue la única respuesta que dio.
Se despidió agitando brevemente su mano y lo último que vieron padre e hija fue la cabellera larga y rosada de la semidemonio desaparecer por el umbral.
Dentro del pueblo de los semidemonios había una rutina diaria acogida con demasiado cariño y estaba lejos de ser monótona ¿cómo serlo cuando conviven alrededor de cuarenta personas a diarios de diferentes edades, personalidades y orígenes?
Al amanecer todos se levantaban a prepararse para el día, tomando turnos en preparar los alimentos ese día dentro de las personas mayores que no tenían fuerzas para labrar la cultivar verduras. En su lugar, se encargaban de otras tareas entre ellas cuidar y consentir a los menores.
Poco a poco el comedor se llenaba. Primero venían los niños, ya sean acompañados por sus padres o sus cuidadores, sentándose en el enorme comedor comunitario establecido dentro del gran salón construido de columnas estables para soportar tormentas y terribles nevadas como la mayoría de las cabañas.
Las mesas se llenaban de risas infantiles y gritos mañaneros, vigilados de cerca evitando así una guerra de comida que terminaría con huevos pegados en el techo.
Y el segundo grupo conformado por los mayores y adolescentes ocupaban el resto de las mesas, ansiosos por ayudar a cargar las enormes ollas mientras que los cocineros servían con habilidad. En menos de una hora todas las treinta personas adultas y los quince niños tenían de frente el cuenco humeante. Esperaban a los cocineros que se incorporaban poco después con su propia porción y comenzaban a degustar.
El desayuno y la cena era la única comida que compartían juntos ya que en el almuerzo contaban con diferentes actividades y les era imposible coincidir todos juntos. Cada uno tenía afecto y cariño por el que tenía a su derecha o izquierda. Especialmente los niños y adolescentes, la mayoría huérfanos, eran contados los que venían directamente en un núcleo familiar. Mayormente los huérfanos se amontonaban con la abuela Chiyo o el abuelo Hiruzen cuando tenían que aquejarse, eran como unos padres para ellos.
Por eso mismo, eran respetados más que el propio líder de la aldea Sasori (y no era que le desagradara, su líder estaba de acuerdo con el sentimiento tácito). Así que era normal verle en compañía de los dos abuelos o sus hermanos que parecían sus sombras.
Ciertamente muchos conocían a la trinidad de hermanos que llegaron años atrás de las manos de Hiruzen y este les ayudó a sacar a flote la aldea a medio perecer tras el colapso de su antiguo líder, hasta que este logró reponerse viviendo lo estrictamente necesario sólo para entrenar a su sucesor, Sasori, y morir en paz.
Sasori era un líder nato, aunque un poco —muy— malhumorado pasando la mayor parte del día discutiendo "amigablemente" con sus hermanos nimiedades. No tendía a ser un tirano desalmado contrario a la creencia común que lo juzgaba duramente a simple vista por su difícil carácter. En realidad, se comportaba bastante decente con los demás y escuchaba atentamente sus sugerencias y las consideraba con cuidado; los niños lo describían como cara de piedra corazón de mochi.
En el pasado apenas hubo desacuerdo cuando el antiguo líder lo nombró, todos lo aceptaron naturalmente ¿cómo quejarse cuándo Sasori ha sacrificado tanto por mantenerlos a salvo? Si no fuera por su naturaleza cautelosa y sensata muchos ya habrían muerto. Se había tomado la tarea de instruir a los adolescentes-adultos en combates y darles una manera de sobrevivir en el futuro en el remoto en caso a que tuvieran que marcharse de la aldea.
Por su parte, Sakura era vista como una hermana mayor cobijadora. Era rodeada por niños cada vez que pasaba por las clases que les impartían antes de que les amonestara fingiendo seriedad a que tomaran sus clases en serio. Justo después les regalaba una sonrisa divertida y les daba dulces que siempre traía consigo. Los más adolescentes rogaba a que les mostraran un poco de espectáculo de sus trucos con el arco.
Con una sonrisa un tanto auto eficiente, la joven los complacía. Ni que decir cuando ayudaba en donde fuera necesario, no temía a mancharse de lodo y trabajar de codo en codo con los demás para las cosechas. Aunque en ocasiones se marchaba por un par de semanas, cada vez que regresaba traía consigo bolsa repleta de monedas para sus provisiones.
Y finalmente el menor de los tres, Kiba, una fuerza imparable e imperativa que tendía a buscar actividades para entretenerse. Desde labrar la tierra a primera hora de la mañana hasta cosechar los rábanos u otras verduras del huerto. Es normal verlo con una sonrisa salvaje y ansiosa en su rostro. Cuando no estaba en movimiento disfrutaba sentarse bajo un árbol y ver las nubes antes de que los niños corriesen a él pidiendo jugar, un fiel compañero de juegos y demasiado energético que primero los niños se cansaban antes que él.
Constantemente se le veía haciendo complot con Sakura para unirse a hacerle ojos de cordero a Sasori y así considerara plantar papas, hasta la fecha no han tenido éxito ya que, a palabras de Sasori: "¿Acaso creen que somos ricos? Las papas son muy caras y necesitan el doble de cuidado que los rábanos ¿por qué crees que cultivamos rábanos?". Después del regaño Kiba lloraría e iría a consolarse a brazos de Chiyo actuando muy parecido a los niños en una rabieta.
Estas tres personas eran una presencia constante e imprescindible en la vida de la aldea, que, después de varios días sin ver a Sakura muchos se preocuparon y acudieron con el líder en respuestas. Sasori aclaró que no había de que angustiarse, la hermana mayor simplemente salió a una misión y volvería en unos días.
Así que todo siguió normal, era común que Sakura se marchara repentinamente cada cuando y no volviera pronto. Nadie se atrevió a preguntarle a dónde iba en sus ausencias, la dejaron ser y mientras volviera sana y salva, todos contentos.
Para nadie es secreto que Sasori es sobreprotector con sus dos hermanos. Por eso mismo había estado estos días un poco a la guarda esperando el punto de quiebre de Sasori con respecto a su hermana.
Y llegó con un fuerte rugido proveniente de la casa del líder:
—¡HARUNO SAKURA! ¿DÓNDE DEMONIOS TE METISTE?
Se escuchó por toda la aldea que muchos apenas reaccionaron al grito, acostumbrados a que Sasori gritara cuando lo hacían enojar con bromas pesadas. Con el pasar de los años aprendiendo a identificar los matices de su tono de voz y definitivamente revelaba que estaba furioso con la aludida.
Lo vieron andar por los senderos de la aldea con una hoja en mano y escaneando alrededor furiosamente.
—¿DÓNDE ESTÁ ELLA?
Parecía tan irritado que la mayoría que visualmente se podía ver su aura en aumento, apenas lo vieron y dieron la media vuelta dispuestos a dejarle la carga al abuelo que era el único capaz de tranquilizarlo en ese estado. En sus corazones muchos lloraron dramáticamente y pensaron en consuelo: "Ánimo abuelo Hiruzen, usted es el único que puede domar a la bestia ¡Prometemos compensarle siendo buenos nietos!".
Dicho abuelo se encontraba sin perturbación en el comedor rodeado de niños más pequeños, pelando tranquilamente las vainas de los frijoles que utilizarían los cocineros en la mesa. A pesar de escuchar el gritó ni siquiera se inmutó y continuó sus acciones. Los niños lo admiraron más y susurraron entre sí, especialmente Lee y Rocky que estaban frente suyo, este último miró furtivamente el umbral y le dio un codazo a su gemelo quién parpadeó a su dirección.
—Apuesto que el hermano mayor aparecerá por la puerta en tres, dos, uno...
Efectivamente, al "uno" Sasori se adentró por el umbral respirando audiblemente, su rostro deformado en una capa de enojo y la carta arrugada en su mano a punto de convertirse en cenizas, las leves llamas en sus manos eran un indicio de ello.
—¿Dónde-está-ella? —pronunció lentamente.
—Lejos de aquí. Supongo que en la carta te dijo su próximo paradero —contestó sin reacción el anciano.
—Era una pregunta retórica, abuelo. Tenía esperanzas de encontrarla aquí y castigarla debidamente ¡a este paso esa niña me sacará canas verdes! —Sasori aspiró con fuerza y rechinó los dientes. Sin más dilatación se acercó a grandes zancadas a la mesa y le extendió la carta al anciano—. Léelo tú mismo.
Hiruzen se limpió los dedos con un trapo blanco a su lado y bajó la mirada inquisitiva de Sasori leyó la carta que la hija del posadero Sota le entregó para Sasori:
“Respetable hermano mayor,
Antes que nada ¡Sigo viva! Y no, no deje escrita esta carta antes de que me fuera, puedes bajar a la aldea y preguntarle a la hija de Sota, ellos me vieron. Sólo no pongas tu cara habitual malhumorada o espantarás a la gente ¿qué hemos dicho sobre poner expresiones gentiles? ¡A este paso nunca encontrarás esposa! No frunzas el ceño, ¡sabemos que tengo razón!
Me complace informarte que he terminado la misión con Sasuke. Descubrimos el origen del ataque del último Reska que combatimos. Antes de llegar al monte atacó la aldea de Flores Danzantes, y asesinaron a toda vida dentro, excepción de su sacerdotisa principal y su guardián. Dos fantasmas los colocaron allí y suponiendo después lo dejaron libre al cumplir su misión (te daré más detalles después). Las intenciones de los fantasmas es capturar una reliquia legendaria a manos de la sacerdotisa, así que no tiene nada que ver con nosotros.
Pero (sí, tengo muchas dudas) no explica la razón del porqué el Reska vino específicamente al Monte de las Ánimas, la última vez concordamos que fue atraído por su fuerte energía espiritual, sin embargo, hay más posibilidades y no pude descubrir qué es. Debemos estar atentos por si hay un próximo ataque.
Con esto concluyo mi informe. Resumiendo, estoy en una pieza. ¡Así que no te preocupes!
Atentamente, tu hermana menor, Sakura.
Postada 1: No te enojes con Sasuke, yo lo perseguí y no me obligó a marchar.
Posdata 2: Por cierto, tuve contacto con energía resentida y agrietó mis grilletes malditos. Sasuke logró estabilizarme, pero el daño es significativo, así que iré con mi maestro a restaurarlos. ¡No me esperes en un par de semanas, prometo traer ingresos conmigo!”
Terminando de leer la carta de Sakura que constaba de dos hojas, Hiruzen no pudo evitar arrugar la frente, preocupado por las implicaciones de las últimas frases. Sasori no contuvo su lengua esta vez.
—Sakura resultó herida y sus grilletes se agrietaron, ¡sabía que era mala idea que fuera con ese maldito Cazador! Le advertí que no la protegería y la descuidaría a la menor oportunidad.
—Estoy seguro de que el joven Sasuke hizo lo posible para salvaguardar el bienestar de Sakura, no debemos juzgar duramente la situación sin conocer los detalles —dijo Hiruzen hablando a favor del Cazador logrando un pequeño bufido en Sasori—. Ambos sabemos que ella es impredecible e imprudente en esta clase de situaciones, si ve en peligro a los suyos no dudará en sacrificarse si es necesario.
Un tic se crispó en la ceja del pelirrojo. Los niños cercanos se preguntaron curiosamente si la ceja podría alcanzar su cuero cabelludo.
—¿Me estás diciendo que Sakura considera a ese Cazador como uno de los nuestros? ¡Es un Cazador de demonios!
—Tengo ojos, Sasori.
—Abuelo... no confías en él, ¿verdad?
El anciano permaneció en silencio doblando las hojas con cuidado, al terminar, alzó la vista a su nieto mayor con una mirada seria revelando tantos años de experiencias y sabiduría desbordante.
—Cuando conocí al joven Sasuke, él estuvo dispuesto a intercambiar todo su dinero y más por un frasco de antídoto para Sakura. Sin conocerla realmente y sabiendo la verdad de su origen no dudó en ayudarla y defenderla de quienes intentaron lastimarla, incluso después la ha salvado un par de veces. Con un corazón de tal voluntad ¿Cómo podría desconfiar de tales intenciones? —Habló suavemente trayendo cierta agitación en la consciencia de Sasori—. No todos los Cazadores son iguales. No pido que confíes en él, más bien confía en el juicio de tu hermana a con él ¿podrás hacerlo?
En el pasado, Sasori se habría burlado de tales palabras cerrando la conversación amargamente. Muchas veces ha estado en desacuerdo con Hiruzen, nada grave, después de todos sus caracteres son diferentes. Mientras Sasori es duro y difícil de tratar, la naturaleza gentil del abuelo lo atribuía por su trato con la gente.
Pero ahora...
Recordó las palabras intercambiadas al pie de la montaña con cierto espesor.
«—No confió en las palabras de un cualquier Cazador, y sí, es personal. El hecho de que nos hayas ayudado anteriormente no significa nada. Bien pudiste hacerlo porque tu conciencia y moral no te permitía abandonar a los "débiles" pero una vez lejos del ojo público no dudarías en abandonar toda moral y dejar que alguien muera, especialmente los semidemonios. Ante tus ojos no somos más que parias.
—¿Dices que mis acciones no son sinceras? No seas tan confiado en especular y poner palabras en mi boca sin conocerme realmente. Espero que tus palabras estén en consonancia con la vida que llevas, Sasori. Sería lamentable si no fuera así.»
Incluso viéndolo desde perspectiva, admitió que sus palabras fueron demasiado juiciosas y sin bases. Desconocía los detalles detrás de esa actitud fría y serena del Cazador.
Carajo. Tendrá que tragarse sus palabras.
Sin responder a la pregunta de Hiruzen recogió la carta que le extendió y se marchó.
Escribir a mi bb Sasori me da años de vida, luego tendrá más participación, lo prometo.
Este capítulo por fin concluídos el asunto con Flores Danzantes y *gritos internos* MI MOMENTO SASUSAKU FAVORITO CON EL POKE dónde comienzan a aflorar sus sentimientos. Ya sabemos por dónde va este escenario.
Notas importantes de este capítulo, Sakura enojada, Sasuke tratando de calmar a la fiera y ambos toqueteandose la cara y las manos oh sí.
Sakura tiene un maestro ¿pueden adivinar de quién se trata antes de que publique el siguiente capítulo?
Estaré subiendo el capítulo pronto, MUY pronto ya sea en el transcurso de la noche o mañana sábado :) así que esperenlo mientras sus teorías vuelan.
¡Alela-chan fuera!
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