/15/ La peor pesadilla

Moegi había escuchado los rumores dentro del clan, bastante, a decir verdad, de la capacidad del segundo joven maestro. Muchos hablaban sobre lo defectuoso que fue al no nacer con el poder hereditario que por derecho le correspondía; otros, a regañadientes admitían que sin importar si poseía un poder o no, logró ser el primer discípulo del clan de su generación.

A decir verdad, Moegi estiraba los oídos cuando yacía cerca de alguien que mascullaba sobre los rumores, fuera de su opinión personal con el joven maestro, esperaba el momento exacto de su apogeo para mencionar casualmente los logros que había obtenido sin tener un poder especial. Esto claramente incomodaba a los chismosos y huían como hormigas asustadas, avergonzados de ser atrapados. Moegi se divertía sin precedentes.

Personalmente no conocía mucho a Sasuke, no tanto como Konohamaru, claramente, siendo la excepción Itachi y el Gran Maestro Kakashi, ¡ni siquiera el mismo líder del Clan parecía al tanto de sus gustos particulares!

Apostaba que, si fuera más pequeño de edad, Konohamaru estaría pegado a su pierna todo el día. Por ahora se conformaba escabulléndose por las clases de formas de espadas que Sasuke impartía, escondido entre los arbustos e inevitablemente la involucraba, ya sea que estuviera cerca o simplemente decidía seguirlo por curiosidad.

Entonces a través de sus clases vistas a escondidas conoció parte de su capacidad que algunos mayores decían entre dientes y tragando como si estuviesen tomando ácido. Pero apenas supo la superficie de sus habilidades.

Se decía que antes de su reclusión, en las cacerías nocturnas que acudía el joven maestro eran de las más eficaces y entretenidas, por así decirlo. Pasaba de un sereno joven convirtiéndose en asesino silencioso y letal que hacía sucumbir a sus enemigos bajo el filo mortífero de su espada; y excepcional habilidad con el guqin, sea utilizado como un arma de batalla o para tranquilizar a los espíritus. Tan insólito.

Muchos aseguraron que después de su reclusión no sería el mismo. El daño en sus brazos y su propio núcleo parecía ser irremediable, algunos se atrevían a especular que se volvería inútil y con el tiempo sería olvidado. Se corrían rumores sobre su descenso de energía, que era cuestión de tiempo en que se debilitara irremediablemente.

Pero eh, Moegi no lo creyó así. Sobre todo, porqué en el presente mientras corría al bosque, cuando las cuerdas de Chikara resonaron y el aire rebobinó mientras el poder fluía en todo su esplendor, casi se paralizó de lo potente que se sentía la energía espiritual de Sasuke. ¡Y sólo estaba utilizando una parte de su energía debido a sus heridas!

¿Quién afirmó que el poder de Sasuke iría en decadencia? ¡Patrañas! ¡El joven maestro es bastante fuerte aún con limitaciones! Estaba segura a que Konohamaru estaría flipando de emoción si pudiese presenciar esto.

Sin embargo, el hecho de que Sasuke utilice tanto su energía no lo eximía de las consecuencias del uso constante de energía espiritual.

Preocupada, Moegi lanzó una mirada de reojo sobre su hombro para observar a Sasuke haciéndose cada vez más pequeño debido a su lejanía. Pero incluso antes de perderlo completamente de vista, reconoció su postura austera y ojo fijos en su oponente, la mano que rasgaba las cuerdas de Chikara era rápidas e imparables y sin fallos mientras las notas musicales oprimían al enemigo.

Obedeciendo a su orden, Moegi lanzó la bengala a los aires, el cielo se iluminó momentáneamente y siguió corriendo a las profundidades del bosque pisando los talones de Hinata y Shino, esperando que hubiera Cazadores cerca para acudir a su ayuda. Así Sasuke no soportaría el peso solo.

El camino a Flores Danzantes no era tan largo desde ese punto, construyeron las torres de vigilancia a menos de medio kilómetro de la aldea. Corrieron por todo el sendero eliminando a las Sombras en su camino, Moegi arremetió contra un grupo de cuatro Sombras que se deslizaban a ellos y a cada paso que daban los árboles a su alrededor escaseaban, convirtiéndose en troncos secos e insípidos, grises y muy lamentables.

Un cambio de ambiente brutal cuando llegaron al pie del comienzo de la aldea. Se detuvieron poco a poco, con pasos firmes por parte de Moegi pero trastabillantes en cuanto a Hinata, la postura de Shino fue mejor, pero en sus hombros se reflejó la tensión que lo embarga.

Si bien Moegi ha visto uno que otro cuerpo en descomposición a punto de ser esqueléticos, la vista frente fue un poco más lamentable y triste superando con creces cualquier brutalidad que haya visto antes.

Las casas que algún día se erigieron en coloridos patrones y colores, yacían cuesta abajo hechas cenizas asentadas en el suelo, cubriendo los caminos de pena. En dichas calles montículos de cenizas siendo unas grandes que otros, pero con sólo dar un vistazo se alcanzaba a visualizar partes de cuerpos humanos llagados descompuestos, cubiertos por una capa gruesa de ceniza negra.

Apenas en la entrada el panorama era así, no quería imaginar la imagen más en el fondo de las calles.

Hinata parecía indecisa si en seguir avanzando o desviarse, sus ojos acuosos revelaron las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Moegi no quería presionarla, pero se adelantaron por una razón en particular, y entre más tiempo tardaran sería la

Se adelantó unos pasos y la llamó tratando de ser amable pero resuelta.

—Sacerdotisa Hinata, ¿dónde está la concentración de veneno?

Ante su pregunta, los ojos lila de Hinata se cerraron por unos breves segundos, para después abrirlos y fuera cubiertos por una capa de serenidad y hasta cierto punto, seriedad. Recordó su principal misión.

—Síganme —dijo desviándose por una intersección. Primero haría su parte y después podría honrar a los suyos.

Los llevó por una ladera, parándose brevemente en la orilla se pudo contemplar un campo repleto de flores lilas opacadas por las cenizas, si bien parecían hermosas e inofensivas, resultaban ser tan mortales con apenas tocarlas o respirarlas. Afortunadamente Hinata purificaba el aire reprimiendo el veneno sin llegar a representar un peligro extremo.

—Esto será un verdadero problema —comentó Shino consternado.

—¿A qué te refieres?

—Si quemamos todas las flores en un lugar abierto, se potenciará y el margen de purificación actual de la sacerdotisa no podrá purificarlo a tiempo —respondió él a la pregunta de la menor. A su lado Hinata rebuscaba en el interior de sus mangas—. Así que tendremos que cortarlas todas.

—¿Todas? —preguntó incrédula mirando el extenso campo de flores. Les llevaría días cortarlas todas.

—Intentaremos recolectarlas lo más rápido posible, quédate aquí y sostén esto. —Hinata sacó una daga del interior de su kimono y se cortó un pequeño mechón de cabello cuál entregó en las manos a Moegi así eximiéndola de ayudarles por su bien—. Te protegerá el veneno el tiempo suficiente.

—Entonces vigilaré desde aquí, dense prisa.

—Descuida, seré rápida. Tengo mis métodos. —Por la forma tan confiada que lo dijo claramente tenía un plan elaborado con anterioridad para estos casos.

La sacerdotisa y su guardián deslizaron por la ladera. Moegi agarró con fuerza el mango de su espada y miró sobre su hombro por el bosque. Ya estaban demasiado lejos como pare escuchar la batalla, pero esperaba que el joven maestro estuviera bien pese a su condición desventajosa.

¡CLACK!

El estruendo que atravesó el aire y el bosque se escuchó como dos enormes potencias chocaran entre sí y estremecieran la tierra, enviándole escalofríos internos y provocando que alzara la vista, impaciente a saber qué estaba sucediendo a la distancia. Incluso Hinata y Shino se detuvieron brevemente de su labor para dar un vistazo ansioso a dirección de dónde provino el estruendo.

Aquel estruendo trajo un mal presagio.

Su enemigo no es común y Sasuke se dio cuenta desde un principio.

El ataque de las cuerdas debía ser suficiente para inmovilizarlo, pero la entidad se libraba afianzándose de su espada marcando un arco que expulsaba una energía siniestra (no, energía resentida, se corrigió al cabo de unos minutos) con cada movimiento. Su ataque musical parecía afectarle momentáneamente, no era absoluto; a este paso Sasuke se desgastaría innecesariamente y decaería incluso de lograr ejercer un daño significativo.

Claramente estaba en desventaja y no abusaría de ella.

Tras verificar que obtuvo tiempo suficiente para que Moegi y los demás se marcharan, mandó una última nota opresora y se alejó guardando Chikara en su manga dimensional y sostuvo firmemente la espada con su mano izquierda justo en el momento en que el enmascarado se libró de la opresión e inmediatamente cortó la distancia que los separaba.

El encuentro de ambas espadas fue estruendoso, las chispas saltaron en el aire y la opresión en ambas partes rebobinó de energía, mandando ráfagas de aire a su alrededor. Sasuke contrajo las cejas, la fuerza que emplea el enmascarado le iguala a él (y de muchas fuentes ha comprobado que la fuerza en sus brazos es, por no decir menos, inhumana y altamente tolerante al dolor).

—¿Planeas derrotarme con ese mísero poder? Eres débil —se burló de pronto el enmascarado. Sasuke frunció visiblemente, su mente dio un tirón inesperado de familiaridad ajena—. Tan patético.

Sasuke se mantuvo con los labios sellados ante la provocación sabiendo que se refería a su poca energía espiritual. Sé que soy patético, no tienes que informarme como si no supiera, pensó un poco airado. Flexionó los brazos y le propinó una patada que fue esquivada y replicada con otro golpe de espadas, Sasuke no pretendía que fuese diferente.

Conocía dos tipos de personas cuando sucumbían a una pelea, el primer grupo pertenecía a los que, con labios sellados, se abalanzaban entre sí dispuestos a arrancarse la cabeza, las acciones hablaban más que las palabras vanagloriándose de sus actos. A contrario del segundo grupo, su lengua era uno de las piezas vitales en el ciclo, destilando intenciones insanas con el fin de provocar una distracción para su oponente.

Descubrió que este enmascarado era una mezcla entre tales categorías. Sus ataques eran feroces y sus palabras en filo destilando desde lo profundo de sus cizañas.

El enmascarado embistió, Sasuke esquivó. El enmascarado trazó un ataque y Sasuke retrocedió utilizando su espada como repelente, siendo cauteloso con sus pasos y arcos, y a la vez, manteniendo un enfoque analítico con su enemigo quién se burlaba con palabras ociosas y llenas de veneno.

La forma en que su enemigo se movía era brusca y acelerada, dando una estocada tras otra sin detenerse, no parecía que le faltara el aire a contrario del Cazador. Si bien su nivel de experiencia era mayor y practicaba su respiración al mínimo, no lo eximía de tomar uno que otro respiro que exigían sus pulmones. Entonces no es una criatura viva.

Esquivando y tornando, Sasuke mantuvo el ritmo en fuerza y agilidad de su oponente, mientras se movía a la izquierda eludiendo la enorme hoja de su oponente, su juego de pies fue perfecto al mismo tiempo que buscaba puntos débiles y apuntaba la espada a su cuerpo. El enmascarado parecía consciente de esto y aumentaba su velocidad. En varias ocasiones los rasguños aparecieron en los brazos del enmascarado y recibiendo alguno a cambio junto con gruñidos de protesta.

De un momento a otro, el enmascarado propinó que desestabilizó a Sasuke enviándolo a espaldas, pero no por completo; Sasuke aprovechó el impulso y, apoyándose de las manos, dio una voltereta hacia atrás y devolvió el golpe en la quijada su pie. Se escuchó un chasquido de dientes que asumió que debió ser doloroso.

Una vez de pie, Kusanagi se hundió bruscamente en el hombro del enmascarado, rozando por poco el cuello. La intención inicial era hundirse a su pecho, retenerlo no era una opción; este hombre ayudó a masacrar un pueblo entero de ermitaños y lo último que se merecía era mantenerlo con vida, lamentablemente requerían de su conciencia e interrogarlo. Sin embargo, sus intenciones se predijeron. La espada se hundió en una parte menos fatal.

Sasuke retrocedió tomando distancia con los ojos fijos en su oponente esperando ver los resultados. De una forma indiferente el enmascarado se frotó la quitada por debajo de la máscara, esta tenía grietas por la mitad dando una imagen perturbadora con la espada clavada cerca del cuello y la sangre escurriendo a hilillos, no notándose demasiado tras la ropa oscura.

Llamó de vuelta a Kusanagi y el enmascarado no pareció en lo mínimo afectado cuando la hoja se retiró bruscamente de su cuerpo, ni un jadeo en reconocimiento de dolor atisbó sus labios. En cambio, las palabras brotaron con un deje de impresión nada fingida.

—Debo admitir que eso me tomó por sorpresa —comentó petulante el hombre enterrando su propia espada a un costado en el suelo.

No es muy sensible al dolor, pensó inmediatamente Sasuke a la falta de reacción del enmascarado ignorando su provocación. Pronto notó que la herida tardaba en cerrarse a comparación de los rasguños anteriores y la sangre apenas brotaba. Lo ataques físicos directos de energía espiritual parecían funcionar provocando daño a la entidad. Sin embargo, utilizar abundante energía espiritual lo reservaba para el golpe decisivo, si lo utiliza ahora gastaría inútilmente su oportunidad dejando una brecha a su enemigo para ir tras Hinata. Desconocía el alcance de la sacerdotisa y Shino frente a una de estas entidades, pero no lo descubrirían hoy.

Sus conjeturas lo dejaron con la teoría bastante amplia sobre "qué es" la criatura frente a él. No necesitaba respirar ya que su pecho no subía ni bajaba y respirar era tan natural para cualquier criatura viva. La piel del hombro era totalmente pálida, parecida a la de un cadáver y el sangrado es mínimo. Además, la energía resentida bullía desde el centro, los rastros que Kusanagi trajo consigo latían de maldad a medida que se eclipsa por su propio poder.

Frente a él tenía indiscutiblemente una criatura muerta. Se trataría alguna clase de monstruo o fantasma, las dos opciones parecían más problemáticas y serias que la otra.

Alegaría a que podría tratarse del mismo grupo que los Kaijus, pero mayormente esta clase de espíritus tendían a ser agresivos al ser creados por animales, lo que dejaba la segunda opción: era un fantasma. Esto encajaría perfectamente con los detalles descriptivos obtenidos hasta ahora.

Apretó el mango de Kusanagi antes de cuestionarlo.

—¿Por qué atacaste la aldea? ¿Quién te envía?

De antemano sabía que no obtendría respuesta alguna, aun así, preguntó con la idea de ganar tiempo en recuperar la energía que gastó. Sus ojos jamás abandonaron al enmascarado viendo que la herida terminó de cerrar por completo. El hombre se dio a sí mismo una palmada en dicha parte, como si estuviera satisfecho de su curación. Luego ladeó la cabeza a su dirección.

Sasuke tuvo la sensación que le brindaba una sonrisa sarcástica.

—¿No es poco petulante hacer esa clase de preguntas? Los Cazadores son cada vez más arrogantes —contestó el enmascarado con un deje de burla en sus palabras, la mano cayó a su costado y se hizo de la espada alzándola sin esfuerzo pase al gran tamaño. También es brutalmente fuerte, agregó mentalmente Sasuke a su lista—. Esa arrogancia tuya te matará algún día.

¿Arrogante? Tú eres el arrogante aquí. Sasuke pensó tentado a poner los ojos en blanco, lo único que se lo impidió fue su constante costumbre de mantenerse lo menos impermutable posible.

En cambio, se impulsó hacia atrás esquivando la hoja de su adversario. De nuevo con esta secuencia de espadas chocando y un plan idealizándose en su mente. Estimando sus opciones, existía dos formas de derrotarlo con su poder actual y aun así ninguna parecía muy factible para su condición.

La primera opción era crear la matriz de succión para dispersar su forma física, Kusanagi absorbería tanta energía resentida pero no tendría forma de controlarlo por completo con su limitación de poder y solamente lo debilitaría considerablemente sin derrotarlo por completo.

La segunda opción es hallar sus cenizas y dispersarlas por completo, así el fantasma desaparecería de este mundo sin más. Pero esto último tenía como factor en su contra a que desconocía totalmente la ubicación de sus cenizas y creía que el enmascarado era lo suficientemente inteligente para no traerlas consigo. Debía tenerlas en algún lugar seguro.

En el fragor de su batalla Sasuke decidió que correría el riesgo de la primera opción. Traía consigo una bolsa atrapa espíritus, si logra debilitar lo suficiente al fantasma podría encerrarlo allí y con suerte exentaría una desviación de energía (muy en el fondo recordó las palabras de Sakura, no quería darle preocupación excesiva). Tendría que ser extremadamente cuidadoso. Si fallaba el enemigo se recuperaría más rápido que él, lo mataría e iría tras Hinata.

No permitiría que sucediera. Hinata debía vivir, el pueblo de Flores Danzantes se sacrificó para sacarla con vida, ellos murieron por ella. Lo mínimo que podía hacer para brindarles homenaje es hacer de su parte y ayudar a prevalecer su vida.

Habiendo trazado el plan se preparó juntando su energía, la sentía retorcerse en su núcleo y recorrer sus brazos hasta la punta de sus dedos. De pronto, el enmascarado dio un vistazo rápido y tomó cierta distancia. Muy perceptivo. Sasuke no se lamentaría, estuviera cerca o no, su objetivo estaba a la vista y no lograría escapar.

Desde la distancia el enmascarado lanzó su espada a Sasuke y este lo contrarrestó con un golpe de su propia espada desviando el trayecto del ataque. Pero dicha espada no salió volando a dirección contraria, al tener enrollada en el mango retazos de vendas, el enmascarado jaló del otro extremo enrollado a su propia mano y la espada regresó por fuerza a la mano de su amo. Una vez en su posesión, dio impulso y lo hizo girar con la misma facilidad que un niño giraría una piedra unida a un hilo, dando vueltas sobre su eje creando una corriente de aire que alzaba una capa de polvo.

Tal acción pasaría desapercibida para cualquiera, dando por sentado una habilidad por la cual preocuparse al ser una pelea. Sin embargo, Sasuke apenas le dio un vistazo al enmascarado decidiendo que era justo el momento indicado y detuvo abruptamente su paso.

Su respiración tartamudeó y su cuerpo se paralizó, pasando instantáneamente entre un recuerdo y otro que se interponía con la realidad.

—¡Sasuke, mira, mira! ¡Por fin logré hacer girar mi espada!

La imagen de un chico de menor estatura, cabello rubio y ojos azules sonriendo con orgullo mientras le enseñaba su reciente hazaña de girar su espada a base de una venda, taladró su mente como una fina aguja.

El recuerdo desapareció en un parpadeo dejando en su lugar la oscuridad e incertidumbre. Sus ojos contraídos y respiración superficial; pero no se dio el lujo de titubear teniendo enfrente al enemigo que no dejaba de mover su muñeca en círculo junto a su espada y una máscara que oculta su identidad como si se burlara descaradamente de él.

Sacudió fuertemente la cabeza y compuso otra mirada mortalmente seria. No es él, se trata de una coincidencia, una coincidencia. El agarre en Kusanagi se afianzó y obligó a sus manos estabilizarse.

Quién yacía frente a él es su enemigo. Un fantasma que masacró sin miramientos a una aldea repleta de personas inocentes, asesinó a la familia de Hinata. Naruto jamás habría cometido tal atrocidad, el sentido de justicia a tan temprana edad se manifestó y odiaba la violencia sin sentido. Incluso hubo disputas en el pasado, cuando se conocieron, Naruto lo defendió del grupo de niños que agredían verbalmente a un pequeño Sasuke de mejillas regordetas y ceño fruncido, lo bastante joven para no comprender por qué debía mantener su rostro imperturbable a las ofensas de los demás.

Naruto apareció como un aire caliente y radiante pateando al primer malhechor y soltando palabras de insultos, pese a su posición más honrada que él no dudó en ponerse de frente y vociferar sobre la falta de respeto hacia el Segundo Joven Maestro Uchiha "¡Debería darles vergüenza! ¿Acaso no piensan que el líder Uchiha no quemaría sus hogares por ofender a su segundo hijo? ¡Deshonor!" Los otros niños, impávidos, corrieron despavoridos y Naruto resopló, indignado y la vez divertido de ver los efectos de su mentira.

Después se giró a él y le sonrió entusiasmado mostrando todos sus dientes blancos.

A partir de allí tuvo su primer amigo. Su único amigo. Su hermano.

Pero el recordatorio cruel que Naruto estaba muerto y su alma dispuesta se cernía sobre su cabeza, aplastándolo sin piedad. La energía resentida que gambeteaba alrededor del fantasma parecía llamarle en susurros desesperados en que recordara sus pecados.

Su breve brecha de desestabilidad fue aprovechada, el enmascarado lanzó la espada a él trayéndolo a la realidad. No interpuso a tiempo a Kusanagi y de pronto sintió una punzante incomodidad en su hombro y la tibieza. Con tardanza se percató de la herida trazada por el filo del arma contraria mientras retrocedía tratando de acomodar sus pensamientos.

Sasuke apretó los dientes reprimiendo un jadeo y se deslizó a la derecha cerca de los árboles sacando talismanes de su kimono, estos se aproximaron sin precedentes al objetivo y ocurrió una serie de explosiones que lo distraería por un tiempo.

Revisó brevemente la herida en su hombro verificando su gravedad, no lo retenía a seguir empuñando su espada y continuar con su siguiente paso. Trató por todos los medios despejar su incertidumbre y clavó la espada frente a él, extendiendo las manos al frente. Dio una respiración profunda reuniendo su energía, preparándose. Lo consiguió con éxito sintiendo su expresión mantenerse al neutro.

Las explosiones cesaron y el humo se disipó inmediatamente por la ráfaga de aire que trajo consigo la estocada del enmascarado. Rebobinando, los talismanes cayeron carbonizados, pisados fuertemente por un par de botas negras.

Sasuke realizó los sellos reprimiendo su aturdimiento, pero le resultó una tarea sumamente difícil después de dar un vistazo a su oponente que ahora le parecía terriblemente familiar, aquel encuadre de hombros, sus pasos ligeros y seguros, la espada moviéndose sin parar.

Negó con la cabeza y se detuvo, repentinamente cansado y a la vez, temeroso de lo que pudiese descubrir. Su hombro se sentía caliente por la sangre que escurría y sus ojos imperturbables tuvieron una chispa de desespero a medida que al enmascarado se acercaba, la hoja de su espada brilló en destellos rojos como grietas a punto de explotar.

Estaba decidido a terminar la pelea; y las manos en sellos de Sasuke parecían haberse quedado pegadas entre sí.

Sasuke no quería tener esperanzas, cielos, no lo deseaba; pero todos estos años ocultó su dolor y lo enterró en su mente dispuesto a no carcomerse por la culpa, convenciéndose de que Naruto no hubiera querido que se sintiera abrumado y responsable de su muerte. Engañándose en silencio, sumergiéndose en el mar de la autocompasión y desestabilidad.

Mintiéndose en que jamás encontró el alma de Naruto porqué se dispersó tan rápido debido a su muerte tan atroz. ¿Cómo pudo pasar la lógica por alto? Por supuesto que su alma albergaría resentimiento tras una muerte abrupta, pero no debía ser posible. Como Cazadores hacían rituales para calmar su alma y así una vez muertos no se volvieran una amenaza.

Pero si resultaba ser cierto sus sospechas... Lo destrozaría por completo.

Porqué si quién tenía frente a él era los retrasos del alma de su mejor amigo, sólo afirmaría su culpa que había desplazado por tanto tiempo.

Sus labios se abrieron y su respiración tartamudeó únicamente en su pecho, antes de pronunciar sin aliento y seriamente:

—... ¿Eres tú, Naruto?

Y como si se tratase de un poderoso conjuro, el enmascarado detuvo su caminata abruptamente con la espada desviándose hasta enterrarse en el suelo con un golpe sordo, en el profundo silencio del bosque, hizo un eco estruendoso.

Un breve silencio sepulcral que pareció una eternidad y la respuesta que obtuvo rasgó completamente su mente, partiéndola en dos partes desiguales.

—¿Cómo sabes mi nombre?

Sasuke ahogó el grito que amenazó su garganta, su pecho ardiendo en emociones encontradas y sentimientos contrapuestos; por fuera su rostro se crispó apenas y sus labios se apretaron.

¿Acaso es un sueño o ilusión? ¿Lo habrán golpeado tan fuerte en la cabeza o lanzado una maldición para tener esta alucinación? ¡Era tan cruel!

Sin embargo, incluso en el fondo de su mente sabía que esto era real, ¡jamás confundiría a Naruto con nadie más! Mirándolo fijamente como si jamás lo hubiera visto, su oponente sin rostro y sin identidad de pronto tuvo una imagen: ojos azules y sonrisa resplandeciente que vivía en su pasado. Y le dolió más que una espada enterrada en el pecho y vaya que había experimentado de tal sensación.

Pero este es el presente. Uno que le dolía y que seguiría golpeándolo sin piedad porque lo que yacía frente a él era el fantasma de su mejor amigo muerto. Su mayor arrepentimiento materializándose de la nada. Su mayor culpa y remordimiento persiguiéndolo sin parar para torturarlo, las consecuencias de su peor error.

De pronto sus manos parecieron tan pesadas y un latigazo de remordimiento lo golpeó. Él hundió a Kusanagi en Naruto con la intención de herirlo gravemente.

—Naruto —se ahogó con sus propias palabras, viéndose repentinamente miserable.

Decir su nombre en voz alta después de tanto tiempo se sintió extraño y tan lejano, tres silabas que su mente reconocía sin piedad.

La respuesta que obtuvo no fue más que violencia y resentimiento. Naruto se tensó y agitó su espada corriendo a él.

—¡Te pregunté cómo sabes mi nombre!

El estruendo que provocó la espada de Naruto sacudió los árboles a su alrededor. Había apuntado su espada a Sasuke que en el último segundo esquivó el ataque, donde estaba parado se creó un cran cráter. En medio del desastre, Naruto se erigió rápido y se deslizó hasta Sasuke, quién había trastabillado en sus pasos antes seguros y lo veía con ojos cuyas pupilas se dilataban cada vez más.

La respiración de Sasuke se volvió errática en el cruce de espadas, en esta ocasión, no hacía ningún movimiento para herir a su oponente, sino que intentaba alejarse. Necesitaba con desesperación un breve momento y pensar con claridad. Claramente debía hacerlo mientras luchaba, y comúnmente su mente analítica lo haría sin rechistar, pero ahora no se creía capaz de actuar tan serenamente.

No cuando descubrió la identidad de su enemigo, del que había planeado derribarlo sin consideración.

Vaya broma macabra del destino.

Kusanagi vibró a consecuencia en su mano, casi como si le reclamara que no lo empuñaba adecuadamente. Apretó el mango y a la par de sus dientes, recordando con horror que había enterrado la hoja en el cuerpo de Naruto, lo hirió y sus propias manos se mancharon de sangre. La antigua sensación de hace muchos años se adquirió a su piel dándole la repentina necesidad de lavárselas hasta gastarse la piel.

Le parecía atroz volver hundir a Kusanagi en su cuerpo o succionar su energía hasta dejarlo aturdido. El eco de su mente recordándole que lo atacó con su espada ¡lo hirió con intenciones de matarlo! Aquello le aterrorizó de una forma tan atroz que tuvo el impulso de lanzar a Kusanagi lejos de su agarre, no lo hizo porque lo dejaría desprotegido.

Un choque repentino de energías provocó que la máscara de Naruto cayera por la densidad de energía y reveló dos ojos azules de un intenso color zafiro dirigiéndole una mirada enloquecida, el ceño fruncido entre sus cejas y los dientes fuertemente apretados. Pero, sobre todo, un rostro terriblemente familiar. Un rostro que jamás pensó ver nuevamente en su vida más que en sueños profundos.

El dolor nubló la mente de Sasuke por una fracción de segundos, mismos que Naruto aprovechó. La gran espada vibraba a respuesta de las emociones de su amo y emitía un chillante silbido en cada movimiento. El Cazador apenas esquivó el ataque cambiando su táctica de ofensiva a evasiva.

—¡Contesta! ¿Cómo demonios sabes mi nombre? —Y Naruto seguía insistiendo en obtener una respuesta.

Las palabras se atoraron en la garganta de Sasuke, sin saber qué ofrecerle exactamente. ¿Decirle la verdad? Soy tu mejor amigo, el mismo que fue estúpido y cometió el error de adentrarse a un bosque maldito. El mismo por el que te sacrificaste en vano. El mismo que no pudo hacer nada para impedir tu horrible muerte y sostuvo pedazos de tu cuerpo moribundo.

Tantas palabras, pero ninguna brotó de sus labios.

Los ataques se volvieron más brutales y violentos, Sasuke se estaba desgastando al querer contrarrestar sin dañarlo. Su rostro crispado de consternación y pesadumbre reveló el sobreesfuerzo que ejercía en tratar de trazar un plan.

En un movimiento en particular el ataque de Naruto fue bloqueado, Sasuke lo pateó lo suficientemente lejos para darle unos segundos. Le dolió más su acción, pero no lo quedó de otra, tenía que ser racional. Se obligó a reunir todos sus años de autocontrol y respirar con fuerza, componiendo una expresión seria. Si quería ayudar a Naruto sabía que inevitablemente tendría que inmovilizarlo, no escuchaba razones.

—¡Sasuke!

El llamado no provino de Naruto. Una voz femenina irrumpió el aire, al alzar la vista Sasuke contempló a dos siluetas acercándose por los aires. Konohamaru volando su espada con Sakura a sus espadas, ella agitaba su mano para llamar su atención.

Fue cuestión de segundos: Sakura aterrizó suavemente al borde del bosque, lejos de la pelea incluso antes de que Konohamaru descendiera por completo. Sasuke se llenó de alivio viéndolos a ambos intactos sin rastros de heridas graves visibles.

Pero su alivio duró poco en cuanto Naruto, que segundos antes encaminó carrera a él con la espada al aire, centró su atención en Sakura. Sus ojos brillaron a rojo vivo y se giró a ella sin previo aviso, su rostro reflejó su enojo mientras gritaba airado:

—¡NO INTERFIERAS!

La semidemonio apenas alzó la vista encontrándose con Naruto a metros de ella atacándola con una enorme espada. Ensanchó sus ojos verdes y rápidamente cruzó los brazos haciendo crecer sus agujas a espadas, dispuesta a absorber el golpe.

El horror golpeó abruptamente el pecho de Sasuke en cuanto la imagen frente a él desgarró en su mente: Naruto atacando a Sakura. Un sabor amargo cruzó en su boca y sus pies se movieron por sí solos superando su rapidez habitual.

Actuando en el pánico sobre su racionalidad se movió extremadamente rápido enfermándole que Sakura sufriera alguna herida hecha por Naruto. De sus labios brotó una frase en contra de su habitual serenidad siendo una advertencia en lugar de una demanda.

—¡No la toques!

El choque de espadas se debió a que Kusanagi se interpuso en el ataque, rodeado de energía espiritual reluciente y vibró en sus palmas, cantando de alegría a que por fin la utilizó para proteger a alguien más.

Pero la espada enemiga no chocó con las suyas, en cambio dos espadas familiares se interpusieron en el trayecto a centímetros de que Naruto asentara el golpe.

—¡Señorita Sakura! —Este provino de Konohamaru tan angustiado descendiendo en su totalidad acercándose a ellos con espada en mano. Desde atrás Sakura retrocedió lo suficiente evitando el fragor del choque de armas, con los ojos abiertos de par en par observando la espalda ancha de Sasuke tensada.

Sasuke no tuvo tiempo de hacer retroceder a Naruto, la espada de este brilló momentáneamente antes de dividirse en tres cuchillas. Una se aproximó a Konohamaru quién alzó su espada protegiéndose; la que se unía al mango se quedó para contrarrestar a Kusanagi y la restante se dirigió a Sakura, quién reaccionó e interpuso ambas espadas, pero al final obtuvo un corte profundo a lo largo de su brazo.

Sakura siseando mientras se tomaba del brazo, sus dedos se mancharon de sangre. Ante esto, irrumpió una risa sarcástica del fantasma.

—¿Qué dijiste sobre no tocarla? —cuestionó burlón.

Los ojos de Sasuke brillaron en un desliz furioso. Tan rápido como apareció se disipó. Se impulsó al frente, Naruto enarcó una ceja y retrocedió en cuanto percibió su energía revolotear a punto de lanzar una ráfaga que lo heriría problemáticamente. Esto le dio tiempo a Sasuke, sacó unos talismanes explosivos y los lanzó sabiendo que serviría más como distracción que un ataque.

Inmediatamente dio la media vuelta y se aproximó a Sakura, a su lado Konohamaru sostuvo su brazo y se veía preocupado parloteando que necesitaba hierbas curativas. Alzando la vista, los ojos de Sakura chocaron con los suyos y separó los labios para hablar, no lo hizo ya sea por la impresión de que Sasuke la tomó por la cintura y la forzó a retroceder junto a Konohamaru hasta el otro extremo.

Lo que sea que su rostro esté reflejando ahora no debía ser grato, pero se daba una vaga idea: preocupación por su herida y culpabilidad de que Naruto la haya herido. Quería pedirle perdón, excusar a su mejor amigo, pero sabía de ante mano que no sería correcto porque en primera, Naruto sí lo quiso hacer. Y en segunda, ella no comprendería el motivo de sus disculpas.

En cambio, se encontró preguntando con un deje oculto de desesperación a que la espada tuviera alguna clase de veneno: —¿Estás bien? ¿No te hizo más daño? Dime donde te duele.

Si Sakura notó su desliz de palabras no lo mencionó, sacudió brevemente la cabeza y su expresión se volvió oscura mientras veía el corte en el brazo. Sasuke tomó su mano con gentileza y lo examinó, entonces sin previo aviso comenzó a transferirle energía espiritual para ayudarle a cerrar la herida, no lo suficiente para que el grillete reaccionara violentamente. La sintió respingó de inmediato y trató de alejarse, sus intentos, cabe decir, fue infructuoso ante el agarre del Cazador.

—No debes preocuparte por esto —espetó ella—. Sanará con el tiempo, pero tu energía...

Él se negó a soltarla y afirmó su agarre, delicado pero autoritario. El choque de espadas detrás persistía entre el humo de la reciente perturbación, si Sakura estaba sorprendida por el dominio de Sasuke sobre Kusanagi incluso haciéndose cargo de ella, no lo expresó. Su concentración enteramente en el hombre frente a él que derramaba su energía en su ayuda.

—Mi energía se restaurará, es más importante tu herida —replicó Sasuke concentrado en su labor.

Sakura supo reconocer una batalla perdida cuando la veía. Suspiró pausadamente y permitió que Sasuke se complaciera a curarla. Entre más rápido lo hiciera pronto se centrarían en su enemigo. A tientas buscó una venda en su manga dimensional, sin otra cosa que hacer más que verter energía espiritual, le dio a la mente de Sasuke entrada al horror de un diferente desenlace.

Naruto pudo haber incluso matado a Sakura en un descuido. Su corazón se oprimió de la preocupación al ver la sangre en su brazo, la herida no fue mortal, si ambas espadas no hubieran intervenido el resultaron sería mucho más que una herida de brazo. La imagen que pasó por su mente de Sakura ensangrentada lo perturbó a tal manera que cerró brevemente los ojos y se estremeció.

De pronto las manos de Sakura se posaron sobre las suyas y le dio un apretón que le brindo confort.

—Es suficiente, me vendaré la herida. Gracias.

Hasta ese momento él se percató de que la herida ya no representaba ningún peligro, pero no la soltó de todas maneras ayudándole a vendarse con rápides sabiendo que Naruto no les daría tiempo.

—No te enfrentes a él. —Su petición vino en un susurro audible acompañado con una mirada llena de súplica que impactó a Sakura, los ojos negros parecían derramarse dejando atrás toda capa de serenidad a la que estaba acostumbrada. Mientras terminaba de afianzar la venda en el brazo—. Yo me encargo de esto.

Sakura frunció el ceño, dudando de la estabilidad del Cazador al notar las señales, su forma de hablar, la expresividad de su semblante y su cuerpo estremeciéndose; ojos que observaron fijamente al enemigo y se negaron a expresar algo más que la sorpresa y remordimiento.

—Señorita Sakura, ¿te encuentras bien? —Konohamaru se acercó con espada en mano visiblemente preocupado recibiendo un asentimiento en respuesta. Ignorando su posición o no, Sasuke se negó a apartar el agarre de sus manos sobre Sakura, como si con ello recibiera un apoyo adicional para no flaquear.

—Él es peligroso, debemos-

Fue interrumpido por el filo de la espada de Naruto. Kusanagi se interpuso tras el comando de Sasuke y envió el arma enemiga lejos, junto a su amo cuya expresión oscura parecía tan aterradora, las venas de sus manos sobresalían y sus dientes fuertemente apretados. Las venas marcándose en sus sienes y las palabras tan abrumadoras.

—¿Esa mujer es tan importante para darle la espalda a tu enemigo? No te ves con cara de estúpido, ingenuo, quizás —Estimó Naruto con aires pensativos y una sonrisa macabra adornó sus labios, sus dedos acariciaron su enorme espada como si se tratase de una mascota—... Pero puedo quitar las distracciones, terminaré lo que comencé y será más que una herida de brazo.

Sasuke le dirigió una mirada fría y finalmente deslizó sus manos fuera del agarre de Sakura volteando completamente a Naruto, obstruyendo su vista a Sakura ignorante de como el disgusto sacudió a la susodicha quién entrecerró los ojos a dirección del fantasma y apretó los dientes, el brilló en sus ojos fue furioso.

—Inténtalo si quieres —bramó ella devolviéndole la misma sonrisa irónica—. Te aseguro que no tengo la intención de permitir que un maldito fantasma cegue mi vida.

Un dilema interno comenzó aquí, Sasuke se sintió dividirse brevemente. ¿A quién tenía que cuidar de quién? Naruto se veía dispuesto a cumplir su amenaza y Sakura segura de que no lo haría. Le dio jaqueca.

A su lado Konohamaru parecía tan ofendido por la falta de respeto y la amenaza a Sakura que su efecto que no dudó en salir en defensa (pero sabiamente se paró junto a él).

—¡Oye tú, ¿quién demonios te crees para amenazar a la ligera al joven Sasuke con la señorita Sakura?!

En verdad Sakura quería darle un golpe por su imprudencia, corrección: su mano se deslizó a su nuca y susurró furiosamente que se callara y no provocara a la criatura. Frente a ellos Sasuke amaneció expectante a la respuesta de Naruto, quién se quedó quieto como si intentara procesar las palabras. Pero después de unos breves segundos su ceño se frunció y rechinó los dientes.

Una clara señal de que no lo reconoció. Sasuke no supo si sentirse más dolido o aliviado al respecto.

—Soy la persona quién acabará con sus patéticas vidas.

Y se impulsó al frente, Sasuke se adelantó e interpuso su espada como protección detalle que notó Sakura observando el siguiente encuentro con cierta incredulidad y picazón en las manos. ¡Sasuke no hacía nada para dañarlo! Al contrario, parecía querer hacerlo retroceder y contenerlo en lugar de disiparlo.

A medida que transcurrían los ataques, la expresión de Sasuke fue cambiando más. Un choque particularmente fuerte sacudió el suelo y se alejaron a cierta distancia.

A este punto Sasuke preguntó una vez más:

—Naruto, ¿no me reconoces?

—¡Deja de decir mi nombre! ¡No sé quién diablos eres!

—...

Sakura entrecerró los ojos y Konohamaru casi ahogó un jadeo de sorpresa, esto llamó la atención de la joven. Viró su atención al peli café.

—¿Qué sucede? ¿Sabes quién es esa persona?

Konohamaru titubeó y se encogió de hombros, casi con miedo ante la audacia de Sakura.

—S-Sé un poco, sólo rumores. Pero esa persona que llama el joven maestro... murió hace muchos años.

—Te recuerdo que estamos peleando con un fantasma —le reprendió ella regresando su atención al frente.

Claramente no podía quedarse de brazos cruzados. Confiaba en Sasuke, sin embargo, la expresión incrédula de Konohamaru y la mella desesperada de Sasuke le hizo intervenir para comprarles tiempo. ¡No se quedaría de brazos cruzados viendo el sufrimiento del Cazador por más misteriosa sea la situación!

Sacó una piedra Elemental de fuego y la colocó en la palma de Konohamaru. Este casi gritó de la impresión.

—¿¡Cuántos Elementales tienes!?

—Eso no importa ahora, tenemos que darle tiempo a Sasuke para trazar un plan. A mi señal lanzarás el Elemental.

Konohamaru no protestó, en cambio asintió y se mordió el pulgar.

Entonces, repentinamente en su pelea enfrascada, Sasuke apenas se percató de su movimiento. Cuando tuvo conciencia vio la piedra brillar en el cielo reconociéndola al instante y el grito de Sakura detrás de él.

—¡Sasuke, regresa!

Sabiendo de sus intenciones, Sasuke retrocedió en gran medida de un salto, entonces la piedra brilló y creó un círculo de fuego que impactó en el suelo, alzándose como un muro alrededor de Naruto impidiéndole el paso momentáneamente. Las llamas ardieron como el mismo infierno sobre la tierra y el calor sofocante a cualquiera que se acercara demasiado.

Aterrizó junto a Sakura bastante curioso respecto al plan que seguramente ella tenía en mente. Fue aturdido por las manos suaves que tomaron sin previo aviso sus mejillas obligándolo a bajar la barbilla y mirarla directamente a los ojos, ella entrecerró un poco los suyos.

—¿Puedes decirnos qué está sucediendo? ¿Conoces a ese fantasma? —cuestionó seriamente con un toque de cautela en su voz, como si temiera a no obtener respuesta.

Sasuke tragó pesadamente y sus ojos parpadearon entre las llamas y su rostro, luego asintió casi imperceptible. Las manos de Sakura se apretaron un poco en su agarre.

—Lo conocía —cerró pesadamente los ojos y tragó grueso antes de pronunciar con voz queda—. Era mi mejor amigo.

Le costó demasiado decir esa parte. Su voz tembló al final y sus hombros se contrajeron. El agarre en sus mejillas fue alentador y Sasuke lamentó profusamente que aquellas cálidas manos no le confortaran lo suficiente. Tuvo la necesidad de apoyarse ante el toque. No lo hizo, en cambio abrió los ojos y observó atentamente la expresión de Sakura.

Ella parecía dividida entre la impresión y la consideración, apretando los labios y asintiendo en comprensión. Pero no preguntó los detalles. Sasuke agradeció el espacio, no estaba seguro de poder explicarse debidamente, en cambio tuvo la urgencia de agregar:

—Me... me disculpó por lo que te hizo. Él claramente no está en sus cascabeles y no me reconoce. Sé que no es justificación...

—No importa mientras no nos haga daño real a Konohamaru o a ti. —Ella despachó las disculpas sin consideración. Sasuke estuvo tentado a gruñir "claro que importa, te dañó a ti" pero ella se adelantó incluso antes de que pudiera decir más—. En todo caso, sólo una cosa necesito saber.

Sakura dudó unos breves momentos, como si considerara lo que diría a continuación.

—¿Qué deseas hacer con él?

¿Qué hacer con Naruto? Una pregunta difícil. Pero primordialmente necesitaba frenarlo sin disiparlo por completo. Naruto parecía no recordar nada de su vida y arremetía contra él sin reconocerlo en absoluto. Fuera de ello, era indispensable saber que sucedió para que llegara a estos extremos, entonces era vital que lo suprimieran. Para ello tendrían que recurrir a tácticas que lo lastimarían.

Personalmente, odiaba en esta perspectiva, pero era la única. Dejó escapar un suspiro.

—Debo atraparlo. Tengo una bolsa atrapa espíritus.

Sakura tarareó en comprensión y su frente se arrugó, pensativa. Sus manos siguieron dónde mismo y Sasuke, pese a la situación, se maravilló de su textura. Casi emite un gemido negativo cuando ella retiró sus manos privándolo de su calor.

—Será necesario debilitarlo lo suficiente. Servirá una matriz de succión. ¿Te queda energía para hacerlo? Konohamaru ha gastado la suya.

Sasuke quedó en silencio ante el apoyo inesperado de Sakura, en una parte recóndita de su ser pensó que se opondría y alegaría en su contra. Desplazó por el momento su impacto, luego tendría tiempo para desmembrar la emoción que sintió al saber que lo ayudaría a atrapar a Naruto en lugar de disiparlo completamente.

Con esa decisión, asintió determinado.

—Puedo hacerlo.

—Perfecto. Utilizarás mi otra arma para succionar el poder —murmuró ella. Su mano derecha estirada y una de sus agujas se alargó a una espada, la clavó en el suelo sin aceptar la réplica reflejada en la mirada de Sasuke, lo desafió una dura mirada—. No dejaré que tengas otro desvío de energía frente a mí de nuevo.

Con esta frase cortó todas las réplicas posibles que se acumularon en la boca de Sasuke, cerró la boca en un chasquido.

Se movieron al unísono. La barrera de fuego se había deshecho y Naruto estaba furioso, bramando palabras sin sentido, marcando su espada y corriendo a ellos. Sasuke se apresuró a su posición firmemente clavando a Kusanagi junto a la espada de Sakura, detrás Konohamaru apoyó una mano en su espalda para brindarle de su poca energía espiritual que le quedaba.

A comparación de Konohamaru, la matriz que creó Sasuke fue en menos de un respiro y apuntó directo a Naruto, un destello de luz y bastó un paso antes de que la barrera transparente se alzara y el fantasma quedara atrapado dentro de la barrera transparente. Naruto se detuvo en seco e impresionado observó a su alrededor buscando una forma de escapar.

De pronto, la matriz sobre él brilló y su cuerpo se sacudió.

Y así comenzó la verdadera tortura de Sasuke.

Sasuke internamente: TnT

Naruto por fuera: (ง'̀-'́)ง

-Colocando aquí pañuelos para llorar por la muerte de Naruto-

Les dije que Naruto estaba muerto, técnicamente no es una mentira. Detalles, detalles.

Pero ¿por qué Naruto no reconoció a Sasuke? Una incognita más, también no se ha revelado los detalles de su muerte, pero cuando les digo que no fue agradable es porque realmente no lo fue. 

El siguiente capítulo lo actualizaré pronto, así que esperenlo con ansías.

¡Nos leemos pronto!

Alela-chan fuera.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top