/13/ Vivir con remordimiento

Capítulo un poco largo ~~~ No lo dividí en 2 partes porque se perdía el hilo.

Información que cura con spoiler de este capítulo:

La "ascensión" de Amaterasu puede resultar un poquito confuso debido al contexto. Pero de lo basado, y para un resumen rápido, un "cultivador" (Cazador de demonios) con energía espiritual podía "ascender" (convertirse en un dios) a los cielos si demostraba su fuerza y/o agradaba a los Cielos con actos valerosos. Sólo aquellos que tenían un "cultivo" (poder) sin igual se convierten en dioses. Para esta historia, Eterno Equinoccio pueden pensar que esa época de ascensiones fue hace muchos siglos atrás de este tiempo que ahora no es más que mitos e imposible.

—¡Aww! Delicioso, no sabía que el restaurante de la posada tuviera té de loto —comentó Sakura saboreando en todo su esplendor el té de flores, cabe decir que es su favorito.

Por supuesto, Sasuke no confesó que lo consiguió por su cuenta, tragando una bocanada de arroz evitando el impulso de decírselo.

Lo compró el día en que escoltó a Sakura y los gemelos a su hogar cuando ella comentó casualmente sobre su predilección de aquel té y sus quejas sobre lo escaso que era en esta época de entrada a otoño en particular. Antes de ir a la posada regresó a la casita de té y compró un poco esperando que fuera suficiente para un próximo regalo a Sakura.

—Mm... —Es lo único que dice a respuesta.

Sakura da por ausente su elocuencia, a este punto acostumbrada y al contrario de fastidiarle, parece divertirle. Se recarga sobre su mano derecha y le da mirada significativa a la taza meneándola suavemente.

—Aunque claro, no es esencialmente igual que el alcohol hecho de flor de loto, pero se compensa.

—¿Te gusta el alcohol? —Un dato que Sasuke jamás imaginó saber de ella. Enarcó una ceja, vagamente sorprendido por la declaración. Sakura le mostró una sonrisa astuta mientras lo señala con un dedo de la misma mano que sostiene la taza con té.

—Tu expresión de incredulidad es insuperable. ¿Acaso una mujer no puede deleitarse con el placer de un buen alcohol? —cuestionó retóricamente porque no permite una respuesta, simplemente se apoya en la mesa y agita la taza a su dirección—. La bebida de Flor de Loto es dulce y embriagante, pero no bebo demasiado, para que sepas. Sólo ocasionalmente... cerca de los gemelos bebo té de loto. Hay que dar el ejemplo después de todo.

El ejemplo. Sin duda Sakura es un buen ejemplo de hermana mayor firme y protectora, no demasiado mimadora pero sí accesible. Confesando su gusto por el alcohol y su fascinación por el té de loto con toda la diversión del mundo, apacible y relajada, su postura también habla sobre su actitud: no estaba en guardia a su alrededor.

Sentados uno frente al otro compartiendo la cena, el ambiente antes tenso que se instaló a su alrededor cuando regresó con una charola llena de comida y percatarse de que Sakura se bañó en su ausencia, se disipó justo al recibir el aroma de su té favorito. En un principio intentó ser respetuoso y no la miró demasiado en su yukata blanca para dormir y sus pies descalzos, manteniendo sus ojos fijos en su rostro deleitándose por la imagen que tuvo de su perfil con el cabello totalmente suelto.

En toda la velada la observó discretamente confirmando sus propias conjeturas de que ella sonreía genuinamente cuando están solos. Le fascinó la perspectiva. Anteriormente descubrió que su nueva ambición era provocar esa sonrisa, así que trabajaría arduamente por ello anotando mentalmente dos pautas importantes:

1- Conseguir más té de loto.

2- Investigar dónde venden la bebida de Flor de Loto.

(No es que sea fanático, pero si a Sakura le gusta, valdrá la pena).

Se abstuvo de escarbar en el origen de dichos pensamientos. Se concentró en su propia emoción admirando en silencio la postura relajada de Sakura mientras bebía del té, profundamente se preguntó en qué momento la hostilidad se transformó en comodidad cuando se percató de que ella lo miraba fijamente, una sonrisa tildaba en sus labios rosados como si hubiera descubierto un dato interesante cuando fue al revés. Él descubrió datos interesantes.

—¿Qué sucede? —Inquirió ella enarcando una ceja.

Percatándose de que la miró más de la cuenta, negó con la cabeza dejando sus palillos a un costado dispuesto a redirigir su atención.

—He recabado la misma información que tenemos, así que por la mañana subiremos a la montaña.

Sakura entrecerró los ojos sospechando de sus palabras no dichas, escudriñándolo con la vista, él no mostró su inexplicable nerviosismo de ser examinado por ese par de ojos verdes. Haciendo gala de su semblante imperturbable bebió de su té.

Finalmente ella desistió y sus ojos bajaron hasta los brazos vendados, componiendo una mueca.

No se necesitaba ser adivino para saber que preguntaría a continuación.

—Tus brazos siguen vendados... —Sakura no titubeó, más bien, se calló un momento antes de continuar con cierta expectativa—. ¿Estarás bien?

Un sentimiento cálido inunda su pecho ante la evidente preocupación de Sakura a pesar de que ella intente ocultarlo. Si bien desde la primera vez que lo intervinieron con los cortes de sus brazos ha utilizado las vendas para ocultar sus cicatrices, no deja de ser menos la importancia que les da.

Ciertamente entrenó arduamente en estas semanas para no colapsar ni tener desborde de energía.

—Lo estaré —aseguró. Constantemente se lo afirmaba mediante palabras de tinta con cada avance, y esperó que decirlo en voz alta la tranquilizara lo suficiente para hacerla desistir de su preocupación.

Por supuesto, estamos hablando de Sakura, una persona que sospecha ante cada acto y detecta, no sin sorprenderlo, la mentira a medias en su voz.

Técnicamente no le está mintiendo porque no hay peligro... pronto.

Detalles sin importancia.

—¿Cuándo fue la última vez que tuviste un desborde de energía? —cuestionó ella duramente.

Como pensó, Sakura no olvida sobre la "historia deshonrosa" que evadió la última vez. Y no sabía lidiar con ello e hizo lo mejor que conocía: minimizar su propio dolor esperando que funcionara como siempre.

—¿Cuándo me trato el anciano Hiruzen? —cuestionó de vuelta enarcando una ceja y a su vez provocando que Sakura frunciera los labios disgustada por la evasiva—. De verdad no tiene de que preocuparse. La medicina que me aplico ahora ayuda a que los canales de energía espiritual se unan más rápido, lo que evita la desviación de energía y una muerte rápida.

Las arrugas aparecieron en la frente de Sakura profundizando su expresión ante la palabra "muerte" con la vista fija en los antebrazos del joven Cazador cuyos dedos de las manos se deslizaban ociosamente sobre las vendas, concentrado en su propia explicación no vio venir las dudas de Sakura.

—¿Cómo te lastimaste al punto de tener que ocultar cicatrices que no desaparecen?

"Jamás me dijiste qué te conllevó a estar al borde de la muerte"

A diferencia de su antigua afirmación, ahora pregunta sin intenciones de retroceder, dispuesta a tener una respuesta por tan pequeña que sea. Cerrando todo paso para evadirla, mirándolo intensamente y, sin que se dé cuenta, con súplica en sus expresivos ojos verdes.

Buscan entenderlo.

Y para ello no basta una simple respuesta asegurándole su bienestar. Lo que necesitaba era una explicación verdadera.

Miró sus brazos más por instinto que por pensamiento siendo atacado por una repentina ola de incertidumbre. ¿Cuál sería la expresión de Sakura al enterarse de lo que hicieron los sacerdotes de su clan? ¿Horror por él o repulsión a las acciones que impulsaron tal acto?

Siempre tiene la opción de hacer uso de su voto de silencio y desplazar el tema, pero en esta ocasión no sería fácil evadirlo y sinceramente estaba cansado de continuar con sus rodeos, no obstante, también es consciente que no puede ser tan sincero como quisiera.

No buscaba compasión ni lastima, simplemente... ser comprendido.

La miró atentamente.

—¿Sabe cuál es el método más rápido para acelerar el flujo de energía espiritual? —Decidió comenzar por las ramas. Aun siendo él una persona directa le pareció perturbable decírselo sin tapujos, así que tanteó terreno.

—No mucho, sólo que debe ser estimulada directamente —dijo sin sospechar al principio de la dirección de la conversación—. Lo utilizan como último recurso para fortalecer el núcleo de energía en aquellos que tienen dificultades en desarrollarlo-

Detuvo su explicación abruptamente, dedos que tamborean en la mesa se detuvieron y sus ojos se abrieron de par en par al caer en cuenta en lo oculto detrás de la primera pregunta. Todavía continuó hablando y su voz disminuyó, pero no su intensidad.

—Y para ser tratado directamente primero hay que llegar a los canales de energía espiritual...

—... Cuales están ocultos debajo de nuestra piel, junto a las venas —a completó él con voz mesurada siendo testigo de como la consternación pasó traslució en el rostro de Sakura, ya no comía y había dejado los palillos en la mesa, consternada ante la revelación—. Las cicatrices en mis brazos son el resultado de estimular constantemente mi energía espiritual.

Los resultados de cortar sus antebrazos una y otra vez. No hubo necesidad de decirlo, se comprendió por sí solo.

No le dijo que todos los días, por cinco años, le rajaban la piel de los antebrazos y estimulaban su energía hasta que le cortaran una vena por accidente, para posteriormente curar sus heridas en lo mínimo y volver a la misma rutina al día siguiente; al punto de que las cicatrices permanecieron impregnadas en su piel.

Tampoco le contó sobre su propio cuerpo llegando al límite y las venas de sus brazos no se curaron a tiempo, llevándolo al borde de la muerte siendo salvado por la rápida intervención de Tsunade.

Menos le dijo cuánto dolió cada día. No, ella no debe saber los vergonzosos detalles de su fiasco.

El absoluto silencio se instaló entre ellos mientras se miraban fijamente a los ojos; Sasuke no rehuía de su escudriño, pero la incertidumbre lo embargaba ferozmente mientras que en los ojos de Sakura iba encendiéndose una llama de fuego y furia, creciendo peligrosamente a cada segundo. Podría jurar que sus ojos estaban a nada de teñirse en rojo, alumbrados directamente por las llamas luminosas de las velas.

Una vista de la que Sasuke no está familiarizado.

—¿Por qué te hicieron eso? —cuestionó ella en un susurro airado.

Por fin una pregunta que sí vio venir, enderezando su espalda y apretando de nuevo las vendas de sus brazos, respondió el mantra que se repetía todas las mañanas frente al espejo antes de ser intervenido por filosas hojas y manos desconocidas. Antes de pactar su tortura autoimpuesta.

—Era necesario.

—¿Necesario? —jadeó Sakura incrédula. Sasuke debió saber que no se quedaría callada— ¡Rajarte los brazos hasta el punto de casi matarte no es precisamente necesario! ¡Es crueldad humana! ¡Es un intento de asesinato!

Exaltándose, sus manos se volvieron puños sobre la mesa. Una mirada furiosa atravesó su expresión antes serena, cejas contraídas y los ojos oscurecidos mientras agarraba sin titubeos su mano derecha, mirando sus antebrazos intensamente como si con eso pudiera hacer desaparecer cada una de sus cicatrices.

La actitud desenfrenada de Sakura lo dejó sin palabras. Aquella faceta que se enoja con los demás por él fue inesperada y, hasta cierto punto, reconfortante. La otra parte de su razón le preocupa que ella se exaltara o inquietara prontamente.

—No es un intento de asesinato si te sometes a voluntad propia. —Las palabras salieron de su boca nunca debieron ser dichas, y se percató tarde de su error.

El ceño de Sakura se contrajo más y su mirada se oscureció.

Pronto él se centró en las suaves manos que sostenían las suyas firmemente pero no menos delicadas.

—¿Quién te hizo esto?

La expresión de Sasuke se contrajo y sus hombros volvieron a tensarse. Se suponía que esto era un secreto dentro del clan. Tenía la certeza que ella no diría nada, pero tenía duda sobre cómo reaccionaría si se enteraba que su mismo clan permitió tales actos. Él mismo sabía que eran actos crueles, pero a voluntad se sometió al riguroso entrenamiento y práctica con tal de gastar sus únicas posibilidades de manifestar su poder.

Confesar que los sacerdotes tuvieron parte de sus heridas sería un incentivo a la pregunta del "¿Por qué?", una cuestión que no está del todo seguro de responder sin sentirse más miserable e inservible de lo que ya se siente.

¿Qué diría Sakura al enterarse de que es una persona inservible que no heredó un poder con el que supuestamente nació y fue incapaz de manifestar? ¿Alguien a quién le pusieron muchas expectativas y rompió todas por su incompetencia?

Por un instante miró atentamente los ojos de Sakura aguantando su propia respiración. Ahora su expresión era más parecida a una de preocupación, lo que menos quería ocasionarle. Sasuke debía protegerla y hacerla sentir segura, no lo contrario.

La falta de respuesta de su parte provocó que Sakura apretara los labios afectada por su propio sufrimiento que quemaba lento estando impactada y consternada de los actos crueles e innecesarios a su persona.

Hubo un tiempo en que se dijo que se merecía tanto dolor como una expiación a su peor error que le costó la vida de su mejor amigo; pero después comprendió que, aunque se sometiera al peor de los castigos no traería de regreso a Naruto de la muerte.

Así que simplemente lo aceptó a pos de manifestar su poder purificador, y tampoco funcionó. ¿Y después qué? ¿Vivirá encerrado en su propia autocompasión?

La cálida mano de Sakura se deslizó tenuemente por su brazo derecho. Sasuke parpadeó regresando de sus cavilaciones. La imagen que ella proyectaba era serena y delicada, siendo comprensiva ante su propio silencio, pero resuelta al mismo tiempo, acariciando inconscientemente la venda de sus brazos con tanta delicadeza temiendo a lastimarlo.

Luego deteniéndose abruptamente y apartando las manos como si quemaran. Como si recordara lo que estaba preguntando y haciendo.

—Me disculpo por mi reacción, no tienes que responder si no lo deseas. —Ella mencionó distraídamente frotándose las manos entre sí, Sasuke quiso decirle que no alejara sus suaves caricias y en lugar de lastimarle le ayudaba a relajarse, pero la furia en sus ojos verdes le hizo desistir decidiendo escuchar su desahogo de emociones—. No soy nadie para exigirte. Sólo... olvida lo que dije.

¿Qué no era nadie para él? Si tan sólo supiera... y él expresara correctamente y sin remordimientos.

Sasuke no resistió más, tomó de nuevo su mano provocando que Sakura girara de vuelta a él, con los ojos muy abiertos de asombro. Sus manos ásperas y callosas por la práctica de guqin cubrieron las delicadas y suaves de ella. Inconscientemente acaricia sus dedos ignorando el pequeño estremecimiento que provoca. Sus ojos entrecerrados y enfocados en sus manos como si fuera un gran enigma.

Y para él, ella es alguien en su vida.

—No tema en preguntarme cualquier cosa. Quizás no las responda ahora, pero lo haré a su debido tiempo —prometió en voz baja, como si temiera que alguien los escuchara. Sakura se hallaba estática y dirigiendo una mirada indescifrable a sus manos entrepuestas.

Después de lo que pareció unos interminables segundos, Sakura habló en el mismo tono bajo:

—No hagas promesas que no puedas cumplir.

Y él replicó terco.

—Me abstengo de hacerlas.

Porqué siempre ha sido terco y quería que supiera. Él mismo lo dijo, ¿cierto? Quería ser sincero con ella porque es parte de lo que es él mismo. Reunió todo el coraje y valor que pudo en ese momento, no había vuelta atrás.

Separó los labios preparándose para contarle toda la verdad cuando de pronto ella extendió su mano libre al frente. Por un breve segundo se esperanzó a que retomaría sus caricias, pero en cambio se llevó un dedo a los labios indicando silencio.

Un gesto que atribuyó a una advertencia junto a su vista puesta detrás de él, específicamente en la ventana. Alertado, bajó la unión de sus manos y finalmente la soltó, dirigiendo su vista sobre su hombro intentó captar lo que Sakura detectó, pero no escuchó nada inusual a excepción del ajetreo nocturno.

Ella se levantó silenciosamente y rapidez dando pasos ligeros hacia la ventana. Daba la imagen de un depredador acechando una presa, su cuerpo esbelto y menudo se tensó en una posición cautelosa a medida que se acercaba al marco de la ventana.

En ese instante de repentina calma antes de una tormenta, Sakura pareció un cazador sigiloso abalanzándose al frente con tanta gracia y rapidez sin dejar espacio para vacilaciones u oportunidades. Una sombra se deslizó huyendo de ella a toda prisa y ambos desaparecieron en la negrura de la noche.

¡Pum! ¡y gritos!

Sasuke se apresuró a seguirla no sin antes colgarse a Kusanagi al costado y tomando el guqin apoyado a su costado.

Los estruendos del característico sonido de objetos rompiéndose remplazaron el fondo sordo junto a los gritos ahogados de los transeúntes rompiendo la calma previa. Se detuvo en la inclinación de madera con el guqin en manos preparado para tocar una nota de exorcismo en caso de que fuera una Sombra, pero en cambio fue recibido por una escena singular.

Más abajo Sakura intercambiaba golpes diestros con un hombre vestido envuelto en kimonos de colores opacos, haciendo contraste ante el kimono blanco para dormir de la pelirrosa.

Ella bloqueaba ágilmente sus golpes con sus manos desnudas sin usar sus agujas expansivas, asentando otros en los puntos vulnerables de su oponente. Retrocedía ante las patadas y daba vuelta rechazando los ataques, dando una voltereta hacia atrás apoyándose de sus manos amortiguando la caída e irguiéndose en un solo movimiento viéndose realmente impetuosa...

...A excepción de su resoplido fastidiado al tener los mechones de cabellos sobre su cara, quitándoselo a manotazos desenfrenados.

En ningún momento cayó al suelo, en cambio, su oponente varias veces estuvo comiendo polvo. En este enfrentamiento la pelirrosa era el cazador que no dejaba ir a su presa y el desconocido hacía todo lo posible por huir después de ser descubierto. Su rostro contraído de pánico reflejaba su desventaja no dicha.

Pero como pensó antes, la secuencia de pies de Sakura supera a cualquier discípulo menor, y sus maniobras eran letales y opresoras. Sasuke se atrevió a compararlo con algún Cazador experimentado como lo es él y la diferencia en realidad no era mucha. A pesar de ser menuda y sin tanta masa muscular, lo compensaba con agilidad y presteza.

En unos cuantos intercambios a manos desnudas la victoria ya estaba dicha, bastó un minúsculo descuido del joven para terminar en el suelo y sin posibilidades de levantarse alzando una capa de polvo ante su caída abrupta.

Cada vez más impresionado por las habilidades de Sakura, Sasuke se apresuró a su lado observando la posición que el desconocido era sometido sin reparos. Fue empujado boca abajo contra el suelo apoyando su pie derecho en los omoplatos y jalando el brazo izquierdo hacia atrás, en cualquier momento y si lo deseara, le rompería el brazo.

Cuando estuvo cerca escuchó el resoplido de Sakura en un intento de alejar sus mechones de cabello que cubrían su rostro. Una visión bastante adorable para el Cazador porque casi pudo ver que sus labios tentados a hacer un mohín de protesta.

—En definitiva, luchar con el cabello suelto es una odiosea —dijo entre dientes dando otro resoplido sin tener disponibles sus manos.

Sasuke luchó internamente al impulso de apartarle los mechones de su rostro.

Pronto una sonrisa aguda se asomó en los labios femeninos mientras se inclina un poco y sus mechones se deslizan por sus hombros, ignorando el ajetreo a su alrededor causada del dueño del negocio quién, escandalizado, los apuntó con un dedo acusador.

—¡Oigan, ¿qué demonios creen que hacen!? ¡Vayan lejos a tener sus asuntos, han destruido mi negocio!

Ciertamente la mesa dónde exhibía sus productos yacía volteada y las carcachas esparcidas por todo el suelo, hechas pedazos. Pero Sasuke ni Sakura le prestaron pronta atención, sobre todo la pelirrosa concentrada en su oponente inmovilizado.

—Miren qué tenemos aquí, un espía escurridizo —se burló ella al sentir como el desconocido se removía obligándola a aplicar más fuerza—. Habla, ¿por qué estabas espiándonos? ¿Quién te envió?

Agachándose, Sasuke se percató que el desconocido era un joven de cabellos oscuros y ojos del mismo color, su expresión adolorida y rostro rojo expresa cuanta fuerza utilizaba intentando librarse del agarre. Mismo que se negó a devolverle la mirada o las respuestas a las preguntas de Sakura.

Al ver su renuncia en contestar, ella entrecerró los ojos peligrosamente.

—¿No dirás nada? —Él no respondió, a lo que Sakura tarareó como si comprendiera. Sasuke tomó su acción como un indicio que su paciencia se culminaba—. Tú lo quisiste así.

Finalmente, al sentirse presionado y en amenaza, el desconocido habló agudamente:

—¿Qu-Qué planeas hacer?

Y la sonrisa que le dedicó la semidemonio fue salvaje trayendo mal presagio.

—Depende.

—¿Depende de...?

—Mi humor —aclaró—. Y déjame decirte que me hiciste disgustar ya que interrumpiste una conversación realmente profunda con el joven maestro aquí presente. Así que ¿Te parece si sólo te rompo el brazo?

—¿¡Si "sólo"!? —Perdiendo toda la compostura, se giró rápidamente a Sasuke quién seguía observándolos impasible, se quejó con él—. ¿¡Permitirás que esta mujer loca me rompa el brazo!?

—Y eso que estoy siendo considerada —aseguró Sakura con desaire.

Sasuke enfocó los ojos a tal espectáculo. Sabía que Sakura no llegaría a ese extremo de ser cruel, pero un susto les ayudaría a que el joven confesara porque los estaba espiando, así que no habló dejando que su silencio contestara.

—¡Sólo aléjense de aquí! —intervino el dueño del puesto ahuyentándolos con las manos—. Si arman otra pelea destruirán mi puesto.

—Oh, no te preocupes honorable señor. Este amigo mío de aquí pagará los gastos, ¿cierto? —Forzó Sakura el brazo haciendo que el joven gimiera y asintiera sin parar—. ¿Ves? No hay de que preocuparnos, si rompemos más cosas él lo pagará.

—¡Oy-e! ¡No tengo mucho dinero!

—Entonces te sugiero que comiences a hablar ya.

Siendo la noche en el pueblo varios se alejaban del rumbo encaminándose en sus lugares, parándose brevemente ante el espectáculo que daba una mujer sometiendo a un hombre contra el suelo, algunos decidían que valía la pena ver el espectáculo, otros entornaban los ojos al ver sus vendas murmurando entre dientes "Quizás sea una semidemonio" "Con razón tanto alboroto, esas bestias no tiene consideración".

Sasuke apenas lo escuchó y les lanzó una mirada aguda, inmediatamente los desconocidos se alejaron o apartaron la mirada, incomodos por la reprimenda. Tuvo que ignorarlo brevemente, tenía otro asunto a tratar. Apoyó su rodilla a un lado del joven y lo miró, finalmente le dio unas palmaditas en su hombro negando con la cabeza.

—La fuerza no servirá de nada, suéltelo y hablemos tranquilamente.

Sakura dudó en un principio sobre la capacidad de razonamiento de Sasuke, si lo suelta sin duda escaparía, pero después de unos breves segundos de contemplación lo dejó libre con algo de consternación.

El muchacho apenas vio su oportunidad huyó rápidamente de ellos perdiéndose entre las calles de la aldea sin atreverse a darles un último vistazo. Nadie lo detuvo particularmente.

—¿¡A dónde vas!? ¡Págame lo que me debes! —chilló el dueño del puesto dando un pisotón en el suelo.

Entonces la pelirrosa se rio sin disimulo dándole un ligero codazo a Sasuke estático a su lado con su rostro impasible ante la huida de un potencial sospechoso.

—Vamos a seguirlo, ¿cierto? —ladeó el rostro con aire de complicidad—. Por eso me pediste que lo soltara.

Él azabache asintió y formó un sello con su mano derecha, sus ojos se adaptaron al rastro de energía espiritual del talismán que colocó en la espalda del joven cuando le dio las palmaditas. Un hilo azul que lo conectaba, pero no dudaría mucho tiempo. Dio un paso al frente y después se detuvo al recordar cierto detalle en particular.

Uno que involucra específicamente la vestimenta de la mujer a su lado.

—Pero primero... vístase apropiadamente —murmuró apenas audible.

Afortunadamente Sakura demostró tener los sentidos muy desarrollados y logró escuchar su petición. Lanzó una corta carcajada llena de gracia y se adentró a la posada aun riendo para cambiar su bata de dormir en su característico kimono rojo.

Mientras tanto, Sasuke tuvo que lidiar con un dueño riguroso y exigente a que le pagara hasta el último centavo de su mercancía.

El rastro los llevó a otra posada en lo profundo del pueblo, entre varios pasillos y callejones estrechos que, por un minúsculo segundo, Sakura se preguntó si acaso se equivocaron de camino porque el ambiente daba la sensación de que en cualquier momento un asesino aparecería para realizar su delito (no es que no pudiera lidiar con tal peligro).

El hedor alrededor era nauseabundo y áspero, la posada en cuestión no era muy grande, apenas contaba con un segundo piso y la recepción estrecha, la madera desgastada y vieja, parecía que el mismo mostrador se caería en cualquier momento.

Detrás de este una señora regordeta los miró entrar, cejas alzadas tras contemplar la apariencia de ambos y el ropaje de Sasuke. Ojos brillaron ante una buena venta y se acercó a ellos con una sonrisa.

—Joven maestro, estimada doncella. ¿Están aquí por una habitación? ¡Tenemos muchas disponibles! —ofreció extendiendo la mano por las escaleras.

—Claro que tiene habitaciones disponibles, este lugar se ve tan deplorable —murmuró entre dientes Sakura entornando los ojos acomodándose el cuello de su capa y sin ser escuchada por la dueña, pero sí por Sasuke.

Este le dedicó una mirada de reprimenda y ella respondió con una sonrisa inocente, ahora ya tenía su cabello amarrado en una trenza de lado y dos mechones a sus costados contribuyendo a resaltar su tetra de inocencia.

—Una habitación en el segundo piso si es posible —pidió Sasuke centrándose en el rastro de energía que se desvanecía.

—¡Claro!

Rechazaron que los acompañara a la habitación, Sasuke pidió que nadie los molestara hasta por la mañana a lo que recibió una mirada enigmática de la señora, junto a un: "Sin problemas, por la mañana se le preparará el baño con agua tibia" y cejas alzadas juntos con pulgares arriba.

(Sasuke, en serio prefirió fingir no comprender las implicaciones detrás de la insinuación ocultando su bochorno con un carraspeó e ignorando deliberadamente la curiosa mirada de Sakura respecto a su reacción).

Las escaleras rechinaron ante sus pisadas y un pasillo se extendía al llegar al borde. Tres puertas de cada lado y el rastro los guiaba al final, última puerta de la izquierda. Con sigilo se acercaron y miraron en silencio la puerta, Sakura alzó dos dedos lo que significaba que además del joven espía, había alguien más con él.

Si bien interrumpir sin más era grosero, a estas alturas de su paranoia no debía descartar que alguien pudo haber enviado al joven para recabar información importante de ellos y debía saber de quién se trata. Así que, quitándole ese peso de encima, Sakura se encargó de romper la manija y azotó la puerta anunciando su llegada.

Exclamaciones del joven espía junto a la de una femenina los tomó por sorpresa.

Frente a ellos el mismo joven de antes se coloca de frente protegiendo con su cuerpo a la persona de estatura ligeramente menor que él, en una postura de defensa y sosteniendo un cuchillo de forma amenazante. Ceño fruncido y manos un poco temblorosas, todo su cuerpo gritaba en tensión y pánico de verlos allí.

La mujer detrás apenas se podía visualizar, siendo cubierta por el cuerpo del joven. Lo único sobresaliente eran mechones largos de color azabache.

—Y aquí te he encontrado, ¿creíste que escaparías fácilmente? —Sakura dio un aplauso y se adentró a la habitación, a cada paso el joven espía se ponía cada vez más tenso, ella se detuvo a una distancia considerable y movió su mano—. Fuiste ingenuo, pero ahora que te tengo aquí no dejaré que escapes.

—¿Qué es lo que quieres? —gruñó el joven.

Sakura enarcó una ceja.

—Yo debería preguntaste lo mismo, después de todo eras tú quién nos vigilaba.

El joven se mostró visiblemente incomodo al respecto y dio una mirada fugaz detrás de él a la mujer, seguidamente desplazó su vista a Sasuke junto a Sakura.

Él estaba tratando de averiguar las intenciones del joven espía y compañía desconocida. Veía en los ojos ajenos miedo y mucha precaución, además de cautela e incertidumbre.

Pudo interpretar la cautela ante su presencia a causa de defender a la mujer que esconde con su cuerpo. De esta forma y bajo la luz tenue de las velas que iluminan la habitación, logró detallar mejor al joven, no mucho mayor que Sakura quizás y se veía tan... vulnerable.

No se veía un peligro verdadero para ellos. Decidió ser indulgente.

—No te haremos daño si nos dices porqué nos espiabas —habló Sasuke tratando de apaciguar el ambiente.

Las manos del joven temblaron, pero no se movió.

—Yo sólo...

De pronto, la figura detrás de él se reveló interrumpiendo sus palabras.

Un largo cabello azabache se agitó por su andar y su aspecto quedó al descubierto. No se trataba más que una joven de mediana estatura con un largo cabello azabache que le llegaba a las rodillas, su rostro joven y piel que parecía porcelana, pero lo que más impactaba eran sus ojos lilas y sus pupilas dilatadas con una mirada firme y seria.

Una visión que a Sasuke le trajo una memoria demasiado pasada. La miró fijamente tratando de recordar dónde exactamente la vio.

La mujer joven dio una reverencia a ambos, sorprendiéndolos.

—Disculpen a mi guardián —su voz era tan delicada y dulce, con un toque de firmeza—. Él está nervioso por lo que puede interpretar sus acciones, pero les aseguro que no tenemos malas intenciones.

A comparación del Cazador, Sakura es más desconfiada. Gracias a ello ha sobrevivido, si bien sabe que algunas ocasiones su recelo valía su propia imagen, no le importa con tal de vivir. Así que se adelantó unos pasos y entrecerró los ojos a punto de seguir con el interrogatorio.

Pero siendo interrumpida por Sasuke que extendió la mano a su costado deteniéndola. Iba a replicar cuando notó como la mirada de Sasuke reflejaba consternación. La joven desconocida parpadeó varias veces, como si estuviera forzando su mente.

Y de pronto-

—¿Sacerdotisa Hinata?

—¿Joven Sasuke?

Ambos hablaron al mismo tiempo.

Y, por otro lado, Sakura y el joven espía se miraron incrédulos.

¿¡Qué-carajos, se conocen!?

La última vez que estuvo en el interior de la casa de su madre, fue antes de la muerte de Naruto. En ese entonces la sonrisa explotaba en el rostro de Mikoto y lo abrazaba en recibimiento cada vez que se plantaba frente a la puerta.

No recuerda a detalle cada cosa dentro de la casa, con el pasar de los años también encerró dichas memorias para que no le afectara, pero recuerda sí lo acogedor que se sentía el estar sentado con el guqin interpretando la melodía favorita de mamá. A temprana edad dominó la destreza del guqin y Mikoto estallaba a aplausos efusivos y elogios sin fin después de escuchar su interpretación.

Hasta que un día a sus elogios se añadieron cierta historia.

—Fabuloso, Sasuke, tu facilidad en aprender el guqin me recuerda a tu tía.

Una frase que encendió la llama de curiosidad en el niño azabache, con las manos entre las cuerdas y una mirada expectante.

—¿Mi tía?

—Mi hermana menor, no nos une la sangre pero no es lo más importante —contó y su aura resplandeció—. Nos criamos en el mismo templo bajo las mismas enseñanzas, ambas somos herederas de poderes especiales.

—¿Ella también? —Impresionado, Sasuke tuvo más curiosidad. No era común que personas con distintos poderes heredados crecieran juntos, pero recordó que su madre pertenecía a una estirpe de sacerdotes y monjes bendecidos enriquecedoramente, la perspectiva no le resultó tan descabellada.

Mikoto sonrió.

—Por supuesto. Así como tú heredaras mis poderes, su hija heredera los suyos ¿Quieres conocerlas?

Como era de esperarse, no la conoció en persona aquella vez, pero Mikoto tenía un retrato recién de la mujer en cuestión junto a su hija que curiosamente era dos años mayor que él. Un retrato dibujado de una mujer esbelta de ojos agudos acompañado de una señorita con sus mismos rasgos y una suave sonrisa.

Años después las vio en persona en circunstancias no gratas: asistiendo en lugar de Mikoto al funeral de su tía, y vio a la hija de esta unos breves segundos cuando intercambiaron saludos cordiales y formales. Posteriormente no supo nada más.

Hasta ahora.

—Ella es Saito Hinata —En la actualidad, Sasuke presentó a dicha joven a Sakura quien seguía mirándolos de hito a hito y reaccionando casi ahogándose con su saliva cuando agregó casi indiferente: — Mi prima.

No es malinterpretación su casi indiferencia, tampoco es que Sasuke salte de alegría al toparse con una persona que no conoce en absoluto solamente de vista. Simplemente es empatía de cierta manera. Ambos son herederos de esa generación y comparten una misión (o parte de ella en el caso de Sasuke).

—¿Tú qué? —murmuró Sakura impresionada.

—Técnicamente son sólo títulos, nuestras madres fueron hermanas —comentó Hinata sin apartar la vista de Sasuke, casi sonriéndole impasible—. Es una coincidencia que nos hayamos encontrado aquí.

Con esa frase, se giró a su guardián que mantenía la mandíbula abierta y viéndose igual de sorprendido que Sakura.

—Él es mi guardián, Aburame Shino. Sasuke, te aseguro que no tenemos malas intenciones, es sólo... —Titubeó en cuanto la razón principal estuvo a punto de ser revelada, suspiró apretando sus manos entre sí—. Han sido días difíciles, y escuché el rumor que un Cazador Uchiha andaba en la ciudad, así que envíe a Shino a investigar.

Sakura la veía con ojos entrecerrados analizándola disimuladamente sospechando de su actitud, especialmente sus ropajes: un kimono lila con estampado de flores en las mangas, su cabello recogido en media coleta y un pasador de flor sosteniendo su fleco. La mente de Sasuke está en la misma sintonía, pero sin suspicacia, más bien considerando las posibilidades.

—Sacerdotisa Hinata...

—Sólo dime Hinata, por favor, sin necesidad de títulos —interrumpió gentilmente la azabache negando con la cabeza.

—Hinata —accedió él de inmediato y pudo sentir la mirada de traición a sus espaldas, sabiendo lo qué pensaba Sakura ante su rápida aceptación. Pero si quiere obtener información y que Hinata confiara en él, cedería—. ¿Vives en la aldea Flores Danzantes?

La sorpresa se filtró por el rostro Hinata, su reacción desapareció en cuestión de segundos siendo remplazada por calma.

—¿Cómo lo...?

Sasuke la miró con una expresión impasible.

El asunto de dicha aldea era un secreto hasta para el clan Uchiha. Supuso Mikoto guardó el secreto de que su hermana menor fue enviada a Flores Danzantes a cumplir el rol de su poder heredado, así que no era tan descabellado que por tal precaución no le haya dicho a nadie. Si hubiera filtrado la información, Fugaku le habría advertido de este asunto o de antemano enviado a un escuadrón completo de Cazadores con él.

—Tus ropas —dijo Sakura en respuesta señalando con un ademán su kimono—. Es un poco obvio, tiene patrones de flores parecidas a la Orquídea Adelfa.

A mención de la flor, los hombros de Hinata se tensaron y le dirigió una mirada tan profunda.

—¿Cómo obtuviste esa información? —cuestionó, no esperó respuesta y deslizó su vista a Sasuke como si se sintiera traicionada dirigiéndose específicamente a él—. Sabes que el asunto de la Orquídea Adelfa es un secreto.

—Él no me lo dijo —reprochó la pelirrosa frunciendo el ceño, disgustada a que hayan inculpado al azabache—. Subestimas a las personas, sacerdotisa, tarde o temprano la gente se enterará. El que yo lo sepa es simple casualidad, visité tu aldea hace tiempo junto con mi abuelo que es médico. Pero no te angusties por ello, no voy por la vida revelando secretos de los demás —bufó deliberadamente.

Los ojos de Hinata fueron agudos, vulnerable miró a Sasuke buscando un indicio de seguridad, él se la dio asintiendo con la cabeza.

—La señorita Sakura es una persona confiable —aseguró con convicción.

Su determinación caló en lo profundo de Hinata quién fue espectadora de como los ojos verdes de la joven pelirrosa brillaban ante las palabras del Cazador, para después aclararse la garganta fingiendo toser.

Finalmente, la sacerdotisa suspiró y señaló la mesa pidiendo que tomaran asiendo alrededor, sobre la madera yacía un par de taza para el té caliente de la tetera que principalmente iban destinados a Hinata y Shino, terminó en manos de Sakura y Sasuke. En mutismo procedió a acomodarse y apoyar una mano sobre otra con tanta calma.

La pasividad de esta mujer colmaba un poco los nervios de la pelirrosa ya que le recordaba a la iniciante actitud de cierta persona a su lado que bebía de lo más tranquilo su té, sin decir nada, como si estuviese acostumbrado al silencio absoluto. En cambio, Shino le enviaba ojos de estacas y estaba segura que en su mente ya se vengó por el mal rato que le hizo pasar. Le sonrió descaradamente.

—Entonces supongo que estás aquí por los rumores que se han extendido —comenzó Hinata recibiendo un asentimiento de su primo.

—¿Qué sucedió? La barrera se ha activado y tú estás afuera, se supone que la familia principal no debe abandonar la aldea —le recordó Sasuke mirándola fijamente a los ojos. Negro y lila chocaron transmitiendo las pesadas palabras que les dijeron a ambos desde que tuvieron uso de razón—. En especial tú, tu poder es esencial para que la vida prospere allí.

El silencio se extendió a lo largo de la pequeña habitación, cuatro respiraciones compasadas en completa calma, hasta que una titubeó. Shino había aspirado bruscamente y apretado las manos en puño sobre la mesa, viéndose realmente afectado, en cambio Hinata-

Dos lágrimas silenciosas se deslizaron por sus pálidas mejillas, su expresión se contrajo a penas a una profunda aflicción.

Sakura temió lo peor.

—Todos están muertos. —La voz de Hinata tembló ante las palabras "muertos". La noticia impactó a ambos jóvenes frente a ellos, dejándolos parcialmente mudos—. Mi padre, mi familia, mis amigos, mis subordinados. Todos.

Enfatizando cada palabra Hinata no dejó de llorar silenciosamente, no había ruido alguno proveniente de ella a contrario de Shino que hacía todo lo posible para soportar sus sollozos sin mucho éxito, apretando los labios.

Teniendo en cuenta sus antecedentes, tanto Sakura como Sasuke eran torpes dando consuelo a las demás personas, por lo menos en el caso de la pelirrosa se removió incomoda en el aspecto de no saber qué decir. "¿Lo siento?" Que va, las palabras no son suficientes para expresar una pérdida. Por otro lado, Sasuke... él tenía cierta experiencia, pero nada que pudiera servir.

Así que ofreció sinceramente palabras, lo único que llegaría a Hinata en ese instante.

—Lamento escuchar eso —dijo suavemente sin intenciones de alterarla.

Pero, a decir verdad, como él, tenía la sospecha que Hinata fue entrenada para no revelar muchas emociones y su rostro impasible a no contraerse. Sin embargo, hay momentos dónde la presión es demasiado grande, una roca gigantesca en la espalda que uno termina rompiéndose.

Coma una vasija bajo la presión incesante del fuego, si no se retira a tiempo terminará explotando.

Las grietas en la actitud de Hinata se dejaron entre ver, una capa de tristeza y dolor se filtraron por sus ojos, las manos tensadas sobre la mesa y su rostro ligeramente oscurecido por las sombras de sentimientos negativos.

—Yo también —concordó con su voz aguda con la vista puesta en un punto en la madera—. Yo fui la única sobreviviente de todo el clan, debes comprenderlo ¿verdad?

La única sobreviviente. La única que poseía el poder heredado que pasaría a las siguientes generaciones. Por supuesto que los Ancianos y maestros del clan preferirían sacrificar sus vidas para preservar el legado, sin contar las variantes, Hinata debía sobrevivir.

Aunque eso significara cargar con el peso de la soledad y sus muertes sobre su espalda.

Sasuke comprende esa parte perfectamente.

—Lo entiendo. —Fue lo único que respondió—. Pero no lo aceptaría.

Hinata se inclinó más a ellos con una mirada llena de dolor.

—No lo acepto. —Ella asintió estando de acuerdo—. Sobreviví únicamente porque poseo un poder heredado y tengo que transmitirlo. Pero ¿A costa de qué? ¿El sacrificio de mi familia? ¿De mi pueblo? ¡Vaya broma, vivir con el remordimiento de su sacrificio no es lo que quería para mí! ¡Yo quería morir con ellos honorablemente!

Finalmente se rompió riéndose entre dientes en una mezcla de llanto y risa, una mano en su rostro cubría su expresión mientras negaba con la cabeza. A su lado Shino se sobresaltó y le dirigió una mirada de ojos expectantes y respiración lenta, como si se estuviera midiendo su reacción. Sakura estaba muda por el repentino arranque de la sacerdotisa y Sasuke tenía una expresión indescifrable.

Hinata se calló de pronto y retiró su mano, una sonrisa amarga se filtró por sus labios mientras apoya sus manos en la mesa y le dirige una mirada desesperada a Sasuke, a su primo que jamás conoció en realidad pero que era parte de la única familia que le queda.

—Me entiendes, ¿no es así? Sabes que es vivir con el peso de quién se sacrificó por ti —afirmó. Sasuke se tensó. Ella sabía—. Yo sólo... ¡no quería terminar así! ¡Sola y sin nadie a mi alrededor!

Y comenzó a reír, llena de dolor e ira combinada.

Inmediatamente el rostro de Naruto apareció en las memorias de Sasuke, oprimiéndole dolorosamente las entrañas y sacándole respiración.

Vivir con el peso de saber que alguien se sacrificó por ti.

Él lo sabe mejor que nadie y quizás sea el único en la habitación quién comprende perfectamente a Hinata. Los sacrificios que los demás hicieron por su nombre tuvieron un factor en común: alegando a que ellos debían sobrevivir por el poder heredado. En lugar de ser una bendición, para ambos ha sido una terrible maldición.

Y a comparación de él, Hinata sí tienes poderes y el sacrificio no fue en vano, para él no resultó así. Naruto murió en vano.

—¿Por qué tuvieron que atacarnos y masacrar a personas inocentes? —Las palabras salían tan rápido de su boca, tomándose la cabeza con ambas manos y sacudiéndola en negación, desmoronándose en unos cuantos segundos, totalmente llegando a la locura— ¡No le hacíamos daño a nadie, éramos ermitaños! ¡No éramos malos, no causábamos proble-!

Inesperadamente una aguja se clavó en la frente de Hinata sorprendiendo tanto a Sasuke y Sakura, quiénes guardaban silencio ante el desahogo de la sacerdotisa. Esta se desmayó apenas tuvo la aguja en la sien y Shino la sostuvo entre sus brazos cuidando que no se golpeara la mesa.

—Me disculpo a nombre de ella... sigue afectada por lo sucedido —murmuró sin mirarlos, jamás apartó de los ojos del rostro húmedo de Hinata.

—No tienes que disculparte por el dolor de los demás —contradijo Sakura apoyando sus manos a los costados y recostándose sobre sus palmas admirando el techo—. Presiento que necesitaba desahogarse.

Shino asintió mientras miraba a Hinata en sus brazos.

—Se altera a menudo, así que tengo que utilizar agujas para dejarla inconsciente. Las retiro después de cierto tiempo. —Lo dice con tanta naturalidad, seguramente utilizó el mismo método por varias ocasiones—. No había llorado realmente desde que sucedió todo... yo... agradezco que seas tú quién esté aquí, joven maestro. Sé que es la primera vez que interactúan de frente, pero por ahora es parte de la única familia que le queda a la sacerdotisa.

Se inclinó al Cazador teniendo en brazos a Hinata. Con la misma delicadeza se apresuró a la cama para recostarla, pero en cambio fue interrumpido por Sasuke que se incorporó de su lugar con tanta facilidad que Sakura se preguntó si acaso tendría alas ocultas en algún lado.

—Vayamos a la posada dónde nos hospedamos —dijo, y tras ver la duda en los ojos de Shino, continúo con calma—. Si queremos planear un curso de acción para ir Flores Danzantes debemos tener más privacidad.

La sorpresa fue evidente en Shino, parpadeando consternado.

—¿V-Volver a la aldea?

—Claro, es por eso que no se han movido de la aldea y buscaste informarte de Sasuke para medir si era confiable y así pedirle ayuda ¿o me equivoco? —inquirió Sakura levantándose de su asiento recibiendo la negación de Shino e impresionándolo por la deducción exacta de sus intenciones. Le sonrió divertida—. Carga a tu bella sacerdotisa y síguenos, este lugar avergüenza a cualquier posada decente que exista.

A este punto Shino podría llorar de la emoción y alivio de conseguir ayuda, este tiempo ha sido pesado y lúgubre.

Corrección, ya está llorando.

Una vez que estuvieron de vuelta a la habitación que alquilaron, Shino dejó a Hinata descansar en la cama y se reunió con ellos en la mesa del centro teniendo frente tazas con el té favorito de Sakura. Sosteniendo la taza humeante y viéndose completamente afligido les explicó sobre el asunto que urgía.

Flores Danzantes sufrió un devastador ataque un mes atrás, días antes de la última luna llena. Teniendo en cuenta de los cautelosos y ermitaños que eran, predecir un ataque desde afuera no sería tanto problema, pero ¿desde adentro? Es otro cuento.

Repentinamente un demonio apareció de la nada en medio de la aldea causando una terrible conmoción y comenzó la masacre de gente, por sí sólo no hubiera sido imposible de eliminar para los sacerdotes y Cazadores errantes que vivían dentro, si no fuera por las dos identidades desconocidas que acompañaban al demonio, encapuchadas de negro y ocultando sus rostros con mascarás talladas de animales.

Shino no sabía con exactitud como se filtró una identidad demoníaca dentro teniendo en cuenta que en ningún momento la primera barrera flaqueó y los únicos que ingresaron a la aldea eran residentes de años e incluso décadas, el asunto de dejar pasar a desconocidos a la barrera nunca tuvo grietas. Lo único que se le ocurrió es que alguien los traicionó.

Pero no había nadie a preguntarle, todos perecieron.

Cuando Sasuke pidió la descripción del demonio en cuestión se confirmó lo que Sakura y él sospecharon peligrosamente desde un principio: era exactamente la misma descripción del segundo Reska con el que lucharon en el Monte de las Ánimas.

—Ahora entiendo por qué ese Reska era poderoso —caviló Sakura con el codo apoyando en la mesa y ojos entrecerrados—. Absorbió todo el poder espiritual de los sacerdotes y Cazadores errantes de la aldea.

Shino asintió conociendo el método de fortalecimiento del Reska.

—Todo ocurrió muy rápido, cuanto más mataba más se fortalecía. Además, aquellas entidades encapuchadas ayudaron a diezmarnos. Nuestro líder... —su voz vaciló y tembló—, el padre de la sacerdotisa Hinata creó una distracción para que ella pudiera escapar. Era la única salida para preservar el legado. Logramos huir cuando la segunda barrera fue abierta momentáneamente.

—¿Segunda barrera? ¿Abierta?

Sabiendo que podía confiar en ellos, Shino se inclina un poco más para que sus susurros fueran escuchados, a pesar de tener talismanes silenciadores por toda la habitación impidiendo que oídos curiosos escuchen, se sentía más seguro de esta forma.

—Hay dos barreras que protegen a la aldea: la primera es invisible para las personas comunes y ayuda a que ningún espíritu maligno atraviese la barrera sin detener el flujo físico de la materia orgánica y venir con libertad —explicó brevemente, y Sakura parecía interesada por el dato—. La segunda barrera es la que se activa en caso de emergencias extremas como un ataque exterior e impide que nadie entre y salga a la aldea a excepción de quién lo activa. Es una cuarentena total. Esta barrera la forma el Orbe del Sol.

—Orbe del Sol... ¿por qué se me hace conocido el nombre? —murmuró pensativa Sakura frotándose la barbilla.

—Amaterasu —dio Sasuke a respuesta tanteando el terreno para saber si ella poseía conocimiento al respecto. No se equivocó, su rostro se iluminó en comprensión tarareando un "Ah..." de comprensión absoluta.

Luego, frunció el ceño.

—Espera, el Orbe del Sol es uno de los tres tesoros de la diosa Amaterasu, ¿realmente existen?

Shino estrechó los ojos.

—Te regañaría por tu incredulidad, pero no puedo culparte. Se supone que no existen.

—Y ya comenzabas a agradarme —ironizó ella entornando los ojos.

Las leyendas a menudo son exageraciones y mitos. Todos los saben con certeza. Y la historia de esta diosa data en la época en que los dioses aún ascendían desde los mortales y caminaban en la tierra entre la gente común, ahora no son más que leyendas y mitos.

En el caso de Amaterasu, se dice que fue una guerrera cuyo poder sacudía montes y movía mares, una persona de rectitud y un gran sentido de justicia. En aquella época el mundo yacía en tinieblas aterrorizada por una bestia de ocho cabezas trayendo terror a la tierra. En su valía, Amaterasu luchó fue la única que desafío a la bestia consiguiendo derrotarla devolviendo la luz a la tierra, sólo después sus actos agradaron a los Cielos y una noche después ascendió a la divinidad.

Antes, los dioses ascendían desde personas mortales tras sus actos valerosos, poseyendo un gran poder espiritual. Amaterasu consiguió hacerse una deidad, pero el costo fue abandonar en el plano mortal a su amado, un príncipe heredero con el que contraería nupcias. A consuelo por su abandono, le entregó a su amado tres objetos que lo protegerían de todo mal y que milenios después se convertirían en reliquias:

El Orbe del Sol fue creado a partir de su primera lágrima de tristeza como diosa. Contenía parte de su poder y lo protegería en caso de que intentaran hacerle daño.

El Espejo de la Verdad tallado por una de las escamas de la poderosa bestia que asesinó. Cualquiera que se viera a través del reflejo quedaría encerrado por la eternidad dentro de la dimensión del espejo siendo atormentado por otros espíritus.

Y por último una espada reluciente y poderosa de nombre Kusanagi, la misma con la que atravesó el corazón de la bestia.

Se decía que cuando su amado convertido en emperador pereció, escondió los objetos en lo largo y ancho del mundo mortal para que nadie con intenciones maliciosas pudiese utilizarlos para el mal. Si bien resulta una leyenda que se cuenta con excepcionalísimo, no pensó que existieran actualmente, y uno de los objetos estuvieran en manos de nada menos que Flores Danzantes.

Sakura tamboreó los dedos en la mesa pensando en lo astuto que fue el emperador en esconder el Orbe en lo que sería una aldea aislada de prácticamente todo el mundo.

Un momento- Kusanagi es el nombre de la espada del mito.

Los ojos de Sakura cayeron en la espada reposando a un lado de Sasuke, este captó su pregunta muda y pase a la situación, le causó gracia su reacción.

—No es lo que piensa, mi espada no es esa Kusanagi —aclaró adivinando sus pensamientos. Las mejillas de Sakura se sonrojaron al verse descubierta—. Es una coincidencia.

La joven se aclaró la garganta fingiendo que no había pensado en tal descabellada idea.

—Sólo decía.

—Al fundador de Flores Danzantes se le concedió la misión de resguardar el Orbe del Sol —informó Shino ignorante al intercambio de palabras—. Se utilizaría el campo de protección en caso de un ataque o que el veneno de la Orquídea Adelfa se descontrolara. Se ha mantenido oculto dentro del templo principal.

—¿Crees que el ataque tiene relación con que buscaran el Orbe del Sol? —cuestionó Sasuke analizando el panorama.

Shino entrecerró los ojos, pensativo.

—Una de las entidades de negro perseguía a la sacerdotisa Hinata entre todo el caos y el otro luchaba con el líder quién tenía el Orbe del Sol.

Sasuke tarareó, ciertamente una de las razones por el cual atacaron la aldea fue para obtener el Orbe del Sol y a Hinata ya que ella tendría control sobre dicho artefacto, además de que su poder hereditario consistía en curar y purificar el veneno tanto en sus alrededores como en una persona al contacto con su sangre.

Cayó en cuenta de cierto detalle alarmante y por la mirada de Sakura, supo que llegó a la misma conclusión.

—La barrera que protege ahora mismo a la aldea ¿es emitida por el Orbe del Sol desde adentro? —recibió la afirmación de Shino, Sasuke entrecerró los ojos y Sakura casi maldijo por dentro si es lo que sospecha—. ¿Cómo se mantiene la barrera?

—Influyéndole energía espiritual del heredero directamente.

—... Demonios, ahora entiendo por qué quieren regresar a Flores Danzantes —atinó a decir Sakura dirigiéndole una mirada a Hinata tendida en la cama y comenzó a divagar en sus deducciones—. Si el líder de la aldea está muerto la única que puede mantener la barrera es Hinata. Cuando huyeron, su padre se quedó con el Orbe del Sol para impedir que el demonio y sus secuaces la persiguieran, además de impedir que la Orquídea Adelfa no desatara su veneno a causa de la ausencia del poder de Hinata. Con él muerto, es cuestión de tiempo para que la barrera se fracture y finalmente se rompa así liberando tanto a las dos entidades desconocidas y el veneno de la Orquídea Adelfa. Si eso sucede sería una catástrofe.

Los ojos de Shino estaban entornados, su expresión estupefacta y llena de impresión, boqueando de la impresión ante la deducción acertada del problema general en la que está envuelta Flores Danzantes. ¡Esta chica es tan inteligente!

No fue al único que dejó deslumbrado. Sasuke cada día se convencía que compartían pensamientos cuando se trata de deducir esta clase de situación y se complementaban de alguna manera.

—J-Justamente. —Fue lo único que Shino pudo decir a respuesta—. Es apremiante acudir cuanto antes, ha pasado un mes desde que ocurrió el ataque. Hace unos días la barrera comenzó a flaquear, el líder tenía suficiente poder espiritual para inyectarle al Orbe del Sol una cantidad considerable y así mantener la barrera por varias semanas... ¡pero será mejor ir cuanto antes!

Sasuke estuvo de acuerdo, retrasar el asunto no traería beneficio alguno.

—No esperemos más, discutamos el plan durante la marcha.

Shino asintió, más nervioso que valeroso y corrió hasta la cama oculta detrás de la pantalla de privacidad para quitarle la aguja a Hinata.

Como una invitación, Sakura se levantó de un salto y estiró su cuerpo cual gato entumecido. Sasuke se unió a su altura y la miró de reojo, tomando ociosamente el mango de su espada mientras esperaban a que Shino trajera a Hinata.

Sumido en su pensamiento referente a la información obtenida e ideando un plan, apenas se percató de que los ojos de Sakura estuvieron puestos en él en todo momento. Ladeó el rostro a su dirección, teniéndola a su lado prácticamente separado por unos cuantos centímetros. Oyó su voz llena de suspicacia en una advertencia sin amenaza.

—Espero que no hayas olvidado nuestra charla pendiente.

Enarcó débilmente una ceja sin apartar sus ojos de su perfil, no le devolvía la mirada pero sin duda se dirigió completamente a él.

Calmadamente se alisó la manga de su kimono y respondió con serenidad.

—Usted misma dijo que soy una persona confiable.

Por fin ella le dedicó una mirada significativa. Él estaba seguro de que su afirmación retribuyó a la confianza recién descubierta de ambos, sobre todo por la sombra de sonrisa que se vislumbró en los labios contrarios.

La autora quiere decir:

Lo séeee ¿quién se esperaba la aparición de Hinata y nada más como la prima de Sasuke? Ella también fue bendecida por un poder, y vivió en la aldea toda su vida así que después de todo el ataque fue la primera vez que salió de su chanpueblo :)

Colocar momentos SasuSakus dulces y toques cálidos aumentando su confianza y desarrollar sus sentimientos es mi pasión (?

En fin, hasta ahora ¿Qué tal les parece la historia? ¿Buena, mala? ¿Quieren arrojarme un tomatazo? *c esconde*

¡¡¡Muchas gracias por sus comentarios y votos!!! Los aprecio mucho e intento responder a cada uno de ellos.

En fin ¡nos leemos pronto!
¡Alela-chan fuera!

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