/11/ ¿Casualidad? Huele a problemas
—¿Y bien? ¿Qué te trae por aquí? Es una sorpresa verte por estos rumbos.
Sakura le tendió un bollo a vapor a sus hermanos, sentados a su lado derecho mientras que Sasuke se del otro lado de la mesa sin quitarle los ojos de encima. Estando en lo que es el final de la aldea, la calle que los conecta con el bosque. En la orilla había un pequeño restaurante de paso, al estar a las afueras de la aldea el entorno era muy tranquilo.
Le entregó un bollo al vapor a Sasuke, quién lo tomó sin decir nada, pero viendo con cierta curiosidad el bollo en su mano. Dedicó una breve mirada a los gemelos que comían a pequeños mordiscos los suyos mientras murmuraban entre sí. Minutos atrás los presentó a Sasuke con cierta cautela. Muchos saltaban en desagrado al ver los cuernos de los gemelos, pero como siempre él la sorprendía.
Les sonrió y se presentó con toda la naturalidad del mundo y para su alivio, no retrocedió con repulsión los cuernos sobresalientes de los niños. Tampoco los ignoraba como si no existieran y escuchó atentamente sus presentaciones. Sasuke no ignoró su deformidad más bien... lo aceptó.
Distraídamente se frotó el borde de su ojo derecho.
—La aldea vecina llamó por un asunto de exterminio de Sombras, me ofrecí a ayudar —respondió él y lo demás de la frase quedó en el aire para que Sakura lo desmantelara, lo cual no fue difícil.
Resultó fácil deducir la secuencia de la oración "y la aldea Taishi está de paso". Las implicaciones detrás le venían un dulce sabor en la boca. Y no, no era el bollo que engullía con cierto entusiasmo con el cual casi se ahoga al llegar a dicha conclusión. Dio el último mordisco y entrecerró los ojos a su dirección llena de dudas e incertidumbres.
Ya le demostró ser digno de confianza, ha salvado su vida en dos ocasiones y recientemente la de sus hermanos sin pedir nada a cambio; supo la ubicación exacta de su hogar y guardó su secreto como si fuese propio. No ha escuchado rumores nuevos sobre la ubicación de la aldea que indiquen una infiltración de información. En las cartas que intercambiaron le dio la sensación de honestidad respecto a ese tema.
Repentinamente llegó a la conclusión que su fascinación con Sasuke no se trataba de sólo una fijación, más bien, una emoción surgida primero de la renuencia apoyada de cautela transformándose por una infinita curiosidad. ¿Qué deseaba realmente Sasuke al estar en contacto con ellos?
Hasta ahora, a regañadientes acepta que no tiene intenciones ocultas que los afectara, entonces habiendo eliminado esta posibilidad se abría a más preguntas que respuestas.
Pero se encontró ansiosa por descubrirlo sin importar qué.
—Así que viniste a buscar más senjusou, ¿necesitas que te guíe? Mañana puedo llevarte a la cueva —comentó adrede buscando que él confesara sus intenciones.
Esperó expectante, contemplando las cejas del joven contraerse un poco y después relajarse. Negando con la cabeza, rechazó su solicitud.
—Ya tengo suficiente por ahora. Si necesitara más vendré a buscarla.
—Eso espero —riñó recordando el estado moribundo de la última vez, las cicatrices abiertas de sus brazos detrás de las vendas, mismas que porta ahora sin vacilación.
Si bien Sasuke se veía físicamente bien, no afirma que estuviera realmente saludable, la espinita que quizás le decía mentiras piadosas en las cartas trajo consigo cierta ansiedad de comprobarlo por sus propios medios.
Siguiendo sus impulsos, estiró la mano tomando la muñeca del azabache que dejó la taza de té a punto de beber sobre la mesa. Con cierta lentitud recorrió con sus dedos la superficie de las vendas que cubrían su piel, todo bajo la mirada de Sasuke, que, sin percatarse, parecían haberse oscurecido por un sentimiento abrasador e inquietante.
—¿Están bien tus heridas? Sinceramente no quiero enterarme que me dijiste alguna mentira piadosa para tranquilizarme.
Fue sincera al respecto, su preocupación no era algo de lo que tuviera que avergonzarse, se dijo así misma mientras terminaba su examen, pareciendo satisfecha de no encontrar alguna mancha de sangre a como recordaba. Al encontrarse con sus ojos negros, se sintió brevemente intimidada por la intensidad de su mirada. Cohibida, decidió prestarles atención a los niños mientras lidia con las emociones.
—No quisiera tener que llevarte con mi abuelo de nuevo.
Sasuke retrajo los dedos.
—No debe preocuparse por ello. Como le conté, gracias a la medicina que me dio el maestro Hiruzen puedo utilizar a medida mi energía espiritual.
—Jamás me dijiste qué te conllevó a estar al borde de la muerte.
No era un reproche ni tampoco buscaba que le dieran una explicación, fue un simple pensamiento divagado que filtró su boca. Se repetía que, a pesar de tener el título de ser una ¿amiga? de Sasuke no tenía derecho a exigirle.
Teniendo esto en mente, miró a hurtadillas su expresión. La veía pensativo y luego le dedicó una mirada llena de promesas.
—Es complicado. Una historia deshonrosa.
Un par de palabras que sacudieron su interior. Desde que conoció a Sasuke solamente mostró ese rostro vagamente sombrío cuando estaban dentro de la cueva de senjusou, la expresión tildaba en resignación y una profunda tristeza. No era una carga ligera y creyó en sus palabras e implicaciones. Sus hombros parecían relativamente cansados, llevando una carga tan pesada.
Quería preguntar al respecto.
—Todos tenemos una historia deshonrosa. La vida es complicada —dijo en cambio terminando el último pedazo de bollo. La sonrió débilmente, no lo forzaría a que le contara sus penas si no está preparado, esperaría en su momento.
Sasuke le agradeció mudamente con una mirada intensa.
—Si la vida es complicada porque somos pobres, entonces debes casarte con alguien rico para salir de la pobreza —la repentina voz de Rocky los sacó de sus pensamientos.
La compostura relajada de Sakura respingó mientras se atraganta con su propia saliva y Sasuke enarcó una ceja a su dirección.
—Rocky, ¿dónde escuchaste esa estupidez? —preguntó apresurada ella, por no decir escandalizada.
El niño parpadeó con una sonrisa energética.
—¿De dónde más? ¡La tía lo dijo! —dijo como si fuese de los más obvio—. Le pregunté cómo podíamos dejar de ser pobres y dijo que la solución más rápida es que algunos de nuestros hermanos mayores se casasen con alguien importante.
—Con una alteza o descendientes de familias de renombre —agregó Lee a su lado con un dedo alzado.
—¡Y así nos sacará de pobres y nos compraría una tienda de dulces! —exclamó el otro niño extendiendo sus brazos demostrando su emoción.
El par de ojos infantiles brillaron con anticipación y Sakura casi pudo adivinar la siguiente pregunta de Lee, que apuntó deliberadamente a Sasuke y habló con inocencia.
—Hermana, ¿te casarás con este hermano rico?
Si no fuera porque estaba sentada, la pelirrosa hubiera caído de espaldas ante tal pregunta incomoda y desvergonzada.
—¿D-De dónde sacaste esa idea? —cuestionó ella tartamudeando, repentinamente nerviosa.
—¡Lo escuchamos de la otra joven! —Rocky se abalanzó al frente y entrecerró su mirada a Sasuke que los veía en silenciosamente divertido—. Y este hermano rico dijo algo como: "¿no solicitaste mi presencia?" ¡Obviamente es tu prometido!
La semidemonio boqueó como pez en el agua, alternando la vista entre los gemelos que parecían tan ilusionados por una respuesta afirmativa. Desesperada, buscó ayuda en Sasuke. Fue su primer error. El Cazador se veía de lo más cómodo que los niños se hicieran esa idea equivocada, sonriéndole de una forma que jamás había visto: le retaba a contradecir la afirmación, la anticipación de su mirada y la burla descarada en sus ojos negros.
Quiso gruñir confirmando que, en concreto, Sasuke tenía una vena descarada.
—Y bien dicen que los Cazadores son malvados —murmuró para ella misma con la intención que Sasuke escuchara.
Él se rio entre dientes mientras negaba con la cabeza y a Sakura casi le da un infarto por lo atractivo que sonó su voz. Se apresuró en aclarar la garganta y corregir la idea equivocada de los niños.
—Sasuke no es mi prometido, es un amigo. Me ayudó para librarme de ese Cazador que planeaba llevarme. Además, ese pensamiento no es correcto, casarse no solucionará mis problemas... por lo menos no del todo.
La desilusión marcó el rostro de los gemelos, que parecían haber recibido la peor de las noticias. Si es sincera, le costó mucho aclarar el punto. Lejos del motivo, por un momento quiso tener una conexión más profunda con Sasuke, pero desechó sin remordimiento ese pensamiento, aplastándolo y pateándolo en lo más profundo de su corazón. No le daría cavidad a esa absurda idea.
—Entonces ¿no tendremos dulces? —Lee casi está a punto de llorar.
—¿Ustedes nada más piensan en dulces? —preguntó resignada Sakura frotándose la frente.
Pareció un momento perfecto para que Sasuke interviniera.
—Aunque no sea prometido de su hermana, no es impedimento para comprarles dulces. ¿Qué dicen si después de terminar los bollos vamos por unos?
El aura de los gemelos fue de felicidad y exaltación.
—¡Sí! ¡Dulces!
La mirada de Sakura rivalizaba con una persona malhumorada, una madre que riñe a un padre en malcriar a sus hijos. Sasuke ladeó el rostro y entrecerró los ojos, esperando su reacción.
—Sasuke... no malcríes a mis hermanos.
—Comprarles dulces no es malcriarlos; y no solamente compraré para ellos. ¿Hay más niños en su hogar?
Ah, con que esa es la idea, pensó impresionada Sakura mientras asentía.
Los gemelos se apresuraban a terminar el par de bollos sin atragantarse. Sakura los riñó por su rapidez y en cambio les insto a disfrutarlo, de todas formas, los dulces no irán a ninguna parte.
Y mientras se aseguraba a que no se atragantaran, prestó atención a su alrededor en busca de alguna amenaza encontrándose con las voces de las personas de la mesa siguiente, conversando sin tomar en cuenta su presencia.
—¿Estás hablando en serio? El ingreso al paso de las Flores Danzantes es estricto, pero no imposible. Que digas que es imposible pasar... —Uno de ellos con una caracteriza cabeza rapada se mostró dudoso al hombre de bigote frente a él.
—¿Me estás llamando mentiroso? ¡Lo vi con mis propios ojos y lo sentí con estas manos!
Eran dos hombres de aspecto adinerados. Sus ropajes y accesorios indicaban que eran comerciantes. Los caballos cargados de pertenencias y carruajes amarrados a un costado de la calle eran una prueba. Sus voces se escuchaban sin problemas debido al silencio arrullador que envolvía la zona.
Si bien Sakura no les prestó atención en un principio y tampoco tenía la intención, Sasuke pareció interesado, pero sin demostrarlo abiertamente. Él único cambio que notó fue el desvío de sus ojos a la mesa, después la regresó al té en sus manos.
A curiosidad continuó escuchando sin dejar atrás sus acciones.
—Cortar camino rodeando la aldea vale la pena por la seguridad que ofrecen sus guardias. O valía la pena —se corrigió el hombre del bigote—, ahora ni siquiera puedo pasar por la barrera que se formó alrededor de las montañas y nadie parece estar en las torres de vigilancia.
—Es muy extraño, el sacerdote principal no dejaría sin vigilancia sus torres.
Sakura pensó lo mismo tratando de recordar de dónde escuchó el nombre.
—Esa aldea... —murmuró ella por debajo—. Flores Danzantes...
—No impiden el paso por los bordes, pero los forasteros tienen prohibida la entrada a la aldea —dijo Sasuke.
Oh. Sakura comprendió por qué los comerciantes parecían tan extrañados y escandalizados.
La Aldea de las Flores Danzantes residía en lo profundo de las montañas, los integrantes de dicha aldea criaban sus propios ganados y cosechaban sus propios alimentos, pocas veces bajaban a la sociedad a interactuar con los pueblos vecinos. La restricción está desde que el fundador de la aldea, un sacerdote de renombre que tuvo la suerte de ser bendecido con un poder especial otorgado por los Cielos, se estableciera allí. Nadie sabe exactamente en que consiste dicho poder.
Muchos rumores corrían del porqué nadie, más que los propios habitantes, tenía permitido visitarlos y tampoco se conocía exactamente en qué consistía dicho poder descendiente. Al ser el único pueblo en medio de dicha montaña, cerca de una ruta que los comerciantes utilizaban para acortar camino y no subir la montaña, más bien rodearla, construyeron una estación de paso ni tan cerca ni tan lejos de su aldea y permitían que los comerciantes descansaran en dichas posadas.
Si bien era una aldea apartada, los Grandes Clanes Cazadores de demonios no los consideran sus enemigos, así que los Clanes Menores no se atrevían a llevarlos de enemigos sin pruebas.
El hecho de que un campo de protección se haya activado inesperadamente alrededor de la aldea resulta, por no decir menos, preocupante.
De pronto Sasuke se levantó de su asiento y se dirigió a los comerciantes. Estos al ver a un Cazador se impresionaron, sobre todo al reconocer la insignia de sus kimonos y que se dirigiera a ellos.
—Estimado señor, lamento interrumpir su almuerzo.
—Oh-Oh... Joven maestro, ¡no es ningún inconveniente! —El hombre de bigote se levantó de un salto, mostrándose sorprendido de que un Cazador Uchiha se dirigiera a él—. ¿En qué puede ayudar este humilde comerciante?
—No pude evitar apreciar la colección de joyerías de calidad de sus manos y me preguntaba si tiene más piezas en disposición, estoy interesado en obtener algunas.
Los ojos del comerciante brillaron de codicia y emoción, entusiasmado de ser alabado por su trabajo, pareciera que su ego crecía con cada elogió. El otro comerciante calvo murmuró algo sobre lo egocéntrico y lleno de sí mismo que era este.
—¡Por supuesto! Permítame mostrarle mis recientes fabricaciones.
Sakura observó intrigada y curiosa el rumbo de los acontecimientos, ¿por qué Sasuke buscaría comprar un par de joyas? Especuló un poco sobre su objetivo detrás, más que obtener información de los comerciantes sobre la reciente conversación. Si se acercara descuidadamente o sin tapujos los comerciantes podían dudar y no decir nada, ellos eran recelosos con la información y la vendían a cambio de monedas o bienes.
Una jugada perfecta ganarse al comerciante siendo un cliente.
Mientras el comerciante sacaba sus cajas con bordes tallados en oro y plata, Sasuke la miró desde allí y le hizo una seña con la mano.
—Señorita Haruno, ¿puede escoger el que más le guste?
La aludida enarcó una ceja ante la forma de ser llamada, cruzada de brazos y teniendo una pierna sobre la otra, le lanzó una mirada consternada a que utilizara su apellido. El comerciante de bigote dirigió su vista a ella y al caer en la venda se mostró sorprendido, pero no dijo nada. Comerciante inteligente y discreto.
Se levantó de su asiento indicándole a los niños que terminaran su bollo. Se acercó a pasos tranquilos hasta quedar junto a Sasuke y se inclinó a la caja que exhibía la colección de joyería. Casi hizo una mueca ante la cantidad exuberante de joyería preciosa y costosa, ¿Sasuke comprará una de estas piezas tan caras sólo para obtener información?
Se mostró pensativa escaneando toda la gama de joyería que iba desde brazaletes y collares hasta aretes y orquídeas para cabello. Sencillos y algunos tan extravagantes, reflejó su indecisión en un ceño fruncido y el comerciante entró en acción en su labor de venta a engatusarla.
—¿Qué está buscando específicamente? Tenemos muchos accesorios de la más alta calidad, las piedras jades y los cuarzos son los característicos de esta zona. ¡Le aseguro que no se romperán fácilmente!
No sabía lo que estaba buscando, mínimo él hubiera dicho su plan antes de levantarse. Dio un vistazo a Sasuke que se mantenía impasible hasta que posó sus ojos en él. Se adelantó, inclinándose junto a ella y señalando un par de aretes elegantes y sencillos a la vez, una pequeña piedra jade incrustada en el centro siendo llamativo a su manera, pero no extravagante.
—Estas piedras me recuerdan al color de tus ojos —confesó con voz serena, sus brazos rozaban los suyos y su mirada sobre ella ardía con una emoción duradera—. Te combinarían perfectamente.
Por inercia se tocó el borde de su ojo derecho y entrecerró sus ojos dividida si sentirse feliz de que Sasuke les prestara atención a sus ojos en particular o asustada del gesto ¿Y si en un desliz revelaba su verdadera forma?
Cerró los ojos alejando su propio pánico y asintió con la cabeza, componiendo una perfecta sonrisa fingida.
—Son preciosos. Me quedaré con estos entonces.
Los tomó sin ceremonias, casi ni los sentía, eran tan ligeros y la textura fría contra sus dedos. En silencio los admiró sabiendo que solamente era una farsa y se preguntó a quién se los daría realmente Sasuke. Ignoró, por un segundo, la opinión sobre el color de sus ojos y la combinación perfecta, no quería hacerse ilusiones.
Cuando Sasuke terminó de pagar los aretes, el comerciante se giró a ella con unas pequeñas pinzas.
—Puedo ajustarlos de largo, póngaselo, señorita. —El comerciante pavoneó de felicidad al tener su compra hecha.
Ella obedeció a punto de ponérselos por sí misma, pero Sasuke se adelantó y le quitó los aretes con delicadeza. La pregunta surgió en ella y, para impresión de todos, él mismo se los colocó con delicadeza. La punta de sus dedos rozó la parte de su cuello y su corazón se aceleró ante la cercanía, incluso su rostro estaba separado por unos centímetros. Está cerca, está cerca. Respiró despacio para no revelar la alteración de su pulso y latidos.
Dedos agiles y suaves hicieron su trabajo, una vez hecho, se separó de ella tras dedicarle una breve mirada intensa y permitió que el comerciante la examinara para dictaminar si el largo era agradable o no. Apenas registró lo que hacía al estar mareada y abrumada por la repentina cercanía de Sasuke que, cuando reaccionó, ya tenía listo los aretes y Sasuke hablaba "casualmente" con el comerciante. Parece que intercambiaron unas palabras y entre frase y otra el Cazador estaba obteniendo lo que buscaba.
—... El único tramo realmente problemático es el cruce en la aldea de las Flores Danzantes, pero recientemente la entrada ha sido bloqueada... para usted, señorita —decía el comerciante dándole un espejo a Sakura y así admirara su reflejo, ella lo agarró por instinto. El flujo de la conversación continuó.
—¿Bloqueada? Es de esperarse que en algún momento los guardias impidieran la entrada —comentó vagamente Sasuke sin dejar de admirar a Sakura. Ella sintió sus ojos encima y se despistó poniendo el espejo entre su trayectoria, fingiendo observar su reflejo.
El comerciante de bigote negó con la cabeza.
—No es que los guardias bloqueen la entrada. Más bien se trata de un campo de energía que cubre los bordes de la aldea, ¡jamás se ha visto esto!
Sasuke mostró interés en su debido momento.
—Se escucha un evento inesperado, pero no resulta raro sabiendo que la aldea es escéptica con sus visitantes. Seguramente hay alguna causa externa —comentó el Cazador desviando la atención de la amenaza que recurría un campo de protección, pareció funcionar ya que el comerciante se mostró comprensible, pero luego un poco dudoso.
—Pero aun así no hay nadie en sus puestos de vigilancia...
—¿Cuándo notó la barrera?
—Hace un mes, pensé que era algo momentáneo, pero cuando pasé por ahí hace unos días seguía ahí.
No comentaron nada más al respecto, el comerciante parecía más entretenido engatusando a Sasuke para que adquiriera un par de piezas más, así que el Cazador no forzó la información y terminó comprando otro juego de aretes con cuarzos rojos.
Después de la compra los comerciantes siguieron su rumbo, Sakura y Sasuke se sentaron juntos en sus asientos de frente a los gemelos, entretenidos con sus propios juegos.
—Tengo la sensación que el bloqueo de la aldea no es normal —comentó Sakura mientras vigilaba que los gemelos.
—En efecto. —Sasuke entrecerró los ojos colocando las dos cajitas blancas con bordes de flores de cerezo gravados—. Hay dos razones por la cual la aldea activaría la barrera, un posible asedio o...
—... Para evitar el descontrol de veneno que expulsa la Orquídea Adelfa —completó ella frotando la barbilla. El destello de sorpresa de Sasuke fue evidente, y casi se dio un golpe por su desliz.
—¿Cómo sabes de la Orquídea Adelfa?
En esta ocasión no se salvaría con contestar un simple "leo mucho". El asunto con la Orquídea Adelfa es un secreto que solamente los Cazadores de rango superior tenían conocimientos, las familias principales de cada Clan sabían de esto para prevención por si algún día ocurría una catástrofe con dicha flor. El que un forastero, sobre todo, una semidemonio supiera de esto, abría paso a especulaciones y dudas.
Se aclaró la garganta, un poco resignada a decir la verdad, aunque fuera sosa.
—Mi abuelo viajó allí hace un par de años para curar a alguien muy enfermo, yo lo acompañé y fue casualidad de que me enterara de la existencia de la Orquídea.
Temió por un momento no le creyeran pensando que él busca una historia increíble, pero Sasuke asintió aceptación la información sin ninguna duda confirmándole una vez más que confía en ella.
—¿Cuánto sabes de la Orquídea? No es común que personas no-Cazadores sepan de los detalles.
Sakura divagó mientras se quitaba los aretes.
—Uh... si mal no recuerdo, la Orquídea Adelfa es única en su especie debido a que produce un veneno muy potente capaz de matar a una persona en cuestión de minutos. Crecen especialmente en esa aldea. Los sacerdotes cuidan que no sea robada y por eso no permiten la entrada a nadie. Es todo lo que sé.
Si bien no era mucho debido a la situación resultó un gran hallazgo.
Sasuke tamboreo ligeramente su dedo sobre una de las cajitas, sin dejar de pensar al respecto.
—Lo que me inquieta realmente es el tiempo en que sucedió —dijo Sakura externando sus inquietudes al final—. El comerciante mencionó que sucedió hace un mes, un poco antes del ataque del Reska. ¿Tal vez tenga relación con el demonio?
—No lo sabremos hasta investigar. —Él no confirmó ni afirmó. También había pensado lo mismo, se dio cuenta Sakura—. Los Ancianos de mi clan analizaron el cuerpo de Reska a medida que lo purifican, estiman que tuvo que haber atacado una gran cantidad de personas para obtener rápidamente energía espiritual.
—Y hasta ahora no se ha escuchado ningún rumor de alguna aldea o asentamiento atacado por un demonio poderoso, ¿cierto? —Atinó en las circunstancias recibiendo un asentimiento de Sasuke. Volvió a frotarse la barbilla, pensativa—. El Reska es inteligente pero no lo suficiente para atacar específicamente a Flores Danzantes.
Por la mirada de Sasuke supo que estaba en lo correcto. Su mente viajando a toda velocidad conectando los puntos dispersos que parecían no tener secuencia ni relación, no si se miraba desde otro ángulo.
—Si fuera el caso de que atacó allí, no creo que haya llegado por casualidad —Específicamente porque la aldea tenía protecciones fuertes—. Más bien podría ser...
—Que alguien más lo guio a la aldea —dedujo Sasuke, frunciendo el ceño—. ¿Con que propósito?
Permanecieron en silencio por unos segundos hasta que los gemelos irrumpieron con su impaciencia, alegando que los adultos no cumplían sus promesas.
—¿Cuándo iremos por los dulces?
—Prometieron ir cuando nos hayamos acabado los bollos, ¡ya terminé el mío!
Sakura dejó el tema de la barrera de lado, y después de colocar los aretes en la cajita, les dio unos golpecitos en sus frentes dispuesta a reñirlos por no ser pacientes.
Pero Sasuke le llevó la contraria levantándose: —Vayamos por los dulces.
Los gemelos no dudaron ningún segundo en saltar de las bancas, extasiados de la próxima compra.
—¡Sí, tendremos dulces!
Una vez más la pelirrosa gruñó en desacuerdo y entrecerrando los ojos a dirección de Sasuke que le sonrió por debajo, emprendiendo su andar detrás de los gemelos que se adelantaron y corrieron de regreso a la aldea.
Sakura se percató de que el Cazador dejó las dos cajitas en la mesa, las agarró rápidamente y se apresuró a alcanzarlos agitando los objetos en sus manos, con el corazón estrujado y a su vez, la respiración pesada.
—¡Sasuke, espera, olvidaste los aretes!
La tarde pasó como un pincelazo en un lienzo, tan rápido e improvisado que en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba en el borde del bosque dónde comenzaba la barrera acompañada por Sasuke. A estas alturas era inútil ocultarle el paso, él lo supo desde la primera vez, así que ¿tenía sentido no permitirle acompañarlos?
Si bien no se entristeció por despedirse pronto se reconfortó con la idea de verlo mañana. Sasuke comentó que enviaría cartas a su clan informando sobre dichos rumores preocupantes.
Ideó su plan después de separarse con algo de renuencia de su parte, a pesar de sugerirle que lo acompañara dentro, Sasuke fue contundente.
—No ingresaré a menos que tenga el permiso de tu hermano.
Esto referente a Sasori como líder de la aldea. Le fue comprensible. No discutió más y se separaron con la diferencia que tuvo que llevar casi a rastras a los gemelos que lloriquearon que deseaban quedarse con él (Sakura solamente hizo un mohín pequeño mientras se despedían), de camino parlotearon sobre lo amigable y rico que era "el hermano azul", que al principio les asustó un poco por su porte serio y ojos negros como las sombras. ¡Pero era sólo un engaño!
Debió suponer que la fascinación de los gemelos sería un poco extrema... contando el incidente con el Cazador Hyūga, pero estaba tan distraída extrayendo información relevante de su encuentro con Sasuke que por un momento se desconectó del mundo. Cuando regresó, ambos niños revoloteaban alrededor de Chiyo y Kiba que apenas los vieron se adelantaron a preguntar por su retraso. Sakura apenas les explicó brevemente su encuentro con Sasuke cuando los gemelos saltaron para halagarlo de la forma más inoportuna.
—¡Oh! Esos son muchos dulces —comentó la abuela Chiyo observando la bolsita que le mostró ansiosamente Lee.
—Oye, Sakura ¿no me digas que en lugar de comprar bollos al vapor les compraste dulces a estos bribones? —replicó Kiba después de mirar la bolsita que sostenían cada quién.
Estuvo a nada de aclarar que ella no fue la autora detrás de la compra cuando se escuchó un coro de:
—¡El prometido de Sakura nos lo compró!
—Él es un Cazador, así que es extremadamente rico como dijo la tía.
Apenas escuchó esa frase, su mente volvió abruptamente al aquí y ahora, dos pares de ojos extremadamente sorprendidos se fijaron en ella, como si le hubiese crecido una segunda cabeza.
—¡N-No es lo que piensan! —exclamó cubriendo la boca de los gemelos antes de que dijeran algo más que la comprometiera—. Esto tiene una explicación.
Detrás sintió repentinamente un aura pesada, ladeó la cabeza con un poco de miedo hasta toparse con la expresión sombría de Sasori ¿cuándo llegó ahí?
—Estoy esperando la explicación —murmuró su hermano en un tono que no admitía objeciones—. ¿Qué significa que el Cazador Uchiha sea tu prometido?
Sakura tragó grueso mientras se enderezaba. Detrás Kiba parecía dividido entre reírse o ponerse en la misma actitud de Sasori, Chiyo daba caricias a las cabezas de los gemelos que sonreían como si se hubiesen ganado la lotería.
ExtraLos gemelos: *diciendo que el prometido de Sakura debe ser lo suficientemente rico para comprar una tienda de dulces*
Sasuke: *Disimuladamente entornó los ojos al cielo pensando en la cantidad de monedas que traía consigo, en definitiva, alcanzaría para adquirir una tienda de dulces complementa*
Él se toma muy en serio su papel :)
¡Flores Danzantes! Los siguientes capítulos se mostrará más sobre esta misteriosa aldea, ¿El Reska y la aldea tendrán relación? ¡Lo descubriremos!
¡Gracias por leer! Agradecería su pudieran decirme que tal les va gustando la historia. ¿Buena, mala? ¿Les aburre? No se preocupen, que pronto vendrá algo que les hará querer ahorcar a la autora.
Sólo no olviden quién escribió el ESDS ¿recuerdan cuál era el elemento principal? Así es. SUFIRMIENTO DE LOS PROTAGONISTAS.
EL DRAMA Y EL SUFRIMIENTO ESTÁ EN MIS VENAS. AJAJAJAJA
-c va rodando-
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