Cap. 0- Anteriormente
Anteriormente en Powerful Women:
(Aviso: ¡Spoilers importantes de Trojan, libro 1 de la saga Powerful Women!)
Tras el destierro de los eternos a la Dimensión Fantasma, los Kree obtuvieron la libertad que ansiaban para colonizar la Tierra desde las sombras. A fin de asegurarse de que los eternos no pudieran escapar jamás de la prisión, los Kree dividieron el Zenit en cuatro partes y las ocultaron en distintos puntos del planeta, conscientes de que ningún terrícola sería capaz de ensamblarlas de nuevo, pues la tecnología Kree era muy superior, imposible de descifrar para el cerebro de un humano.
Sin embargo, un eterno se libró del encierro. Hiperión no era más que un niño en el momento de la guerra; su propio padre lo había ocultado y separado de los suyos al nacer, pues la madre del infante era humana, algo que iba en contra de todas las leyes de los eternos.
Hiperión creció solo y obsesionado con la idea de traer a los suyos de vuelta. La inmortalidad y el inmenso poder de los eternos corrían por sus venas, necesitaba un modo de explotar ese poder, de ahí que estuviese implicado en la fundación de HYDRA, llegando a convertirse en líder de una de sus facciones.
Desde la oscuridad, Hiperión dirigió el bando más antiguo de la organización terrorista, el que tenía como objetivo principal recuperar las cuatro piezas del Zenit y abrir de nuevo el portal hacia la Dimensión Fantasma.
No fue hasta finales del siglo XX cuando encontró la primera parte del generador de portales interdimensionales. Pero con el descubrimiento, también se percató de la cruda realidad; aunque reuniese las cuatro, no sería capaz de acoplarlas de nuevo.
Para solventar este obstáculo, recurrió a la colaboración de una de sus acólitos en aquel momento, Emma Frost, una poderosa mutante telépata que, por orden de Hiperión, sedujo a Tony Stark (famoso ya por aquel entonces como el mejor ingeniero de la Tierra) para así concebir un bebé con el potencial genético que necesitaban.
Gracias a la genética Stark, a los poderes mutantes de Emma Frost, y a la intervención externa con radiación gamma durante la gestación, Hiperión y sus científicos crearon la solución al problema; una niña con las habilidades de la tecnopatía y la ciberpatía, es decir, una mutante capaz de controlar la tecnología, fuera cual fuese su origen. Alguien capaz de reconstruir el Zenit.
Pero Emma Frost descubrió la oscuridad en los planes de Hiperión.
Además de los eternos, algo mucho más peligroso había sido arrastrado a la Dimensión Fantasma; un ente enérgico llamado Argo, una especie de Inteligencia Artificial fabricada por los propios eternos para contener a los miembros de su raza que incumplían las leyes. No obstante, el experimento salió mal, Argo debía limitarse a introducirse en el cuerpo de los eternos y anular su poder desde el interior, pero en su lugar conducía a sus huéspedes a una absoluta locura, violenta y homicida.
Argo se vio beneficiado por las condiciones físicas y espacio-temporales de la Dimensión Fantasma, poseyendo a todos los eternos prisioneros y convirtiéndolos en auténticas máquinas asesinas.
Emma Frost no podía consentir que esos eternos, antes nobles, ahora peligrosos, regresasen a la Tierra. Por eso huyó; escondió a su hija recién nacida en un orfanato de Escocia y luego desapareció sin dejar rastro, rompiendo todo contacto con ella para que la facción de HYDRA dirigida por Hiperión no la encontrase nunca.
La niña creció y, por azares del destino, terminó formando parte de los Vengadores. A sus veintiún años Alexa ayudó a recuperar las cuatro piezas del Zenit para destruirlas, pero en el último momento, ella y el equipo de superhéroes fueron engañados por Hiperión y sus secuaces. El eterno logró usar a la tecnópata para abrir el portal, no obstante, en medio de la batalla, antes de que él pudiera ver su triunfo alcanzado, fue derrotado por Thor y Hulk.
Sin embargo, el portal seguía abierto, y el único modo de cerrarlo sin provocar una catástrofe natural consistía en destruir el Zenit desde la Dimensión Fantasma. Alexa cruzó para cumplir la misión. El portal se cerró a su espalda y ella destruyó el Zenit, quedando atrapada durante meses.
En la Dimensión Fantasma conoció a Selene, la única eterna que no había sido poseída por Argo, puesto que, al ser demasiado joven en el momento del encierro, ella todavía no formaba parte de la Unimente que enlazaba a todos los adultos de su raza; además, Selene, al haber sido la última en ser absorbida por el Zenit, tuvo margen para huir y ocultarse dentro de la propia prisión.
El poder de Selene para manipular la materia a nivel atómico y controlar las moléculas de su cuerpo también se veía amplificado dentro de la Dimensión Fantasma. Gracias a esto, pudo acceder al cerebro de Alexa a nivel molecular y eliminar el tumor que desde meses atrás acosaba a la mutante como consecuencia de la radiación gamma a la que esta fue sometida en el vientre de su madre.
Selene le salvó la vida a Alex, pero, en el proceso, entre ellas se forjó una especie de enlace mental y sensorial que suplía el ritual de la Unimente. Como todo eterno, Selene necesitaba un vínculo para estabilizar su poder, y su subconsciente vio en Alexa la oportunidad. A partir de ese instante, ambas mujeres formarían siempre parte la una de la otra.
Finalmente lograron combinar sus habilidades para abrir un nuevo portal y escapar de la Dimensión Fantasma. Al otro lado, en la Tierra, esperaban los Vengadores, quienes habían detectado la alteración gravitacional ocasionada por el portal. Selene fue la primera en cruzar, y su presencia desconcertó a los héroes, que no se fiaban de nadie que atravesase ese portal que no fuese Alexa; sin embargo, pese a un casi enfrentamiento entre la eterna y el Dios del Trueno, todo se resolvió de modo pacífico.
Alexa se reencontró con su equipo y familia, e introdujo a Selene que, a partir de ese momento fue acogida como una más de los Vengadores.
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