CAPÍTULO 12: UNA AURORA BOREAL PARA FIN DE AÑO
Capítulo dedicado a gei777, gracias por apoyarme en la primera parte de la historia.
El segundo día en Lightice dio comienzo cuando sentí mi móvil vibrar encima de la mesita de noche. Lo observé atentamente con ganas de lanzarlo por la ventana, pues marcaba las 6:30; pero claro, como fruto del cansancio del día anterior no me había duchado, y ahora tenía que hacerlo.
Me adentré en la ducha y dejé que el agua recorriese mi cuerpo de forma que entrase en calor. Al terminar me recogí el pelo en una trenza corona y me puse un montón de capas de ropa con el objetivo de burlar al frío que reinaba en Lightice. Una vez arreglada bajé al comedor con la intención de desayunar. El aroma a café recién hecho entrando por mis fosas nasales consiguió despejarme de todo.
Huele de -maravilla ¿Verdad? Resulta muy tentador robarlo para nosotros dos.
-Buenos días Jake.
-Buenos días pequeña. Has madrugado.
-Es que ayer por pereza no me duché, así que tuve que hacerlo por la mañana. Tú también has madrugado.
-Más bien me caí de la cama, literalmente. Dafne la acaparó toda para ella sola.
-Creía que dormía con tus padres.
-Y así era, pero al final vino conmigo. Soy su hermano favorito.
-No tiene otro, que sino...
-Señorita Aria me ofende usted. Va a quedarse sin su dosis de cafeína-Dijo agarrando la cafetera y sosteniéndola en alto.-Hasta que me pidas perdón, no te la doy.
-No seas malo Jake, porfa porfa ten compasión de tu pequeña.-Comenté, al tiempo que empecé a parpadear infinitas veces seguidas.
-Anda, vanos a sentarnos y a desayunar.
-Eres el mejor-Le dije dándole un beso en la mejilla.
Nos terminamos sentando en una mesa para dos, cada uno con su café. Además, tenía un zumo de naranja natural y tostadas con tomate natural y aceite de oliva. Cuando estábamos finalizando nuestro desayuno llegaron nuestros padres.
-Buenos días chicos. Habéis madrugado.-Dijeron nuestros padres.
-Buenos días.-Respondimos a la vez Jake y yo.
Al final acabamos de almorzar todos juntos en una misma mesa. A las 8:30 nos despedimos de los trabajadores del hotel y salimos por la puerta del hotel, en donde nos aguardaba un microbús para llevarnos a los Glaciares del Tridente de Poseidón y a los Géiseres del Infierno.
Recorrimos las distintas calles de la ciudad, con dirección al Noreste. A medida que nos alejamos de la ciudad, el paisaje se volvía más invernal. Las carreteras estaban llenas de sal, y los campos estaban cubiertos por espesas capas de nieve en los que pastaban enormes renos. Al cabo de dos horas llegamos a los majestuosos Glaciares, en donde nos bajamos.
-Mamá, mamá, ¡Mira cuánto hielo junto!-Dijo Dafne con los ojos tan abiertos que parecían enormes órbitas.
-Es porque son glaciares, cariño-Respondió la madre de Jake. Ahora debemos permanecer en silencio y escuchar al guía.
-Muy bien. Hemos llegado a nuestro destino. Bienvenidos a los Glaciares del Tridente de Poseidón. Para empezar con la visita primero tengo que deciros que las formaciones de estos glaciares son fruto de la combinación de las fuentes termales del Infierno que visitaremos más tarde y del Volcán Hades. En esta pequeña visita vamos a visitar el glaciar más grande de todos, que tiene el nombre de Poseidón, de ahí el nombre de este conjunto. Podremos adentrarnos en su interior, dado que cuenta con numerosas cuevas en donde podréis ver como el hielo adquiere un tono azul increíble y finalizaremos esta visita a los glaciares viendo la hermosa catarata Blueice.
Todo el grupo siguió al guía, que se adentró en un túnel, hecho totalmente de hielo. Un hielo con un color azul particular, que me recordaron a los ojos tan cristalinos y claros de Jake, que estaba justo a mi lado.
-Esto es impresionante. La naturaleza hace cosas increíbles ¿No crees pequeña?
-Si-Respondí, mirándole directamente a los ojos.
-¿Pasa algo?-Negué con la cabeza y aparté mi mirada de la suya.
Seguimos caminando por otros túneles, que nos llevaron al final a la enorme catarata de Blueice.
-Muy bien mis queridos turistas, acabamos de llegar a la catarata de Blueice. Pueden pasar a su interior por una pequeña pasarela que se encuentra a vuestra izquierda, no se preocupen es totalmente seguro y no se van a mojar, o silo prefieren pueden seguir explorando esta zona.
-¿Qué me dices, nos adentramos?-Me preguntó Jake
-Claro. Avisemos a nuestros padres.-Terminamos informando a nuestros padres, que decidieron seguir explorando la zona.
Seguimos la estrecha pasarela, que nos llevó justo al interior de la catarata.
-Sabes esto me recuerda a la vez que bailamos en la cueva de tu pueblo natal, Ciudad Eternity. Solo faltan las mariposas.
-Cierto; pero eso se puede arreglar-En ese instante Jake sacó el móvil de su mochila y proyectó en el lugar cientos de hologramas de mariposas que revoloteaban a nuestro alrededor.-Bailas pequeña.
Empezamos a bailar dejando que el tiempo no fuese nuestro enemigo, al tiempo que disfrutábamos del espectáculo. Terminamos esta pequeña visita con una foto de los dos justo enfrente del agua que caía con fuerza a nuestras espaldas, yo encima de el a caballito.
Después de la visita al glaciar, nos volvimos a subir al microbús con destino a los Géiseres del Infierno. En ellos contemplamos como estos tipos de fuentes termales expulsaban una columna de agua caliente y vapor al aire. Jake, Dafne y yo ideamos un juego consistente en determinar cuánto tiempo tardarían los géiseres en expulsar las columnas de agua. Al final elegimos uno en concreto y calculamos el tiempo exacto que tardaba en expulsar el agua con el fin de sacarnos una foto en movimiento, en la cual aparecimos saltando en el momento exacto en el que el chorro de agua salía despedido. Terminada la excursión regresamos a nuestro hotel, en donde la comida ya nos aguardaba. Comimos de manera rápida, dado que la excursión se había extendido y a las 17:00 teníamos que estar en la catedral para asistir a la gran misa de fin de año; por lo que no daba tiempo a tomarse un pequeño respiro.
A las 16:30 salimos del hotel con destino a la catedral, la cual ya estaba abarrotada por decenas de turistas y ciudadanos. La catedral en si era majestuosa, para haceros una idea tenía cierta semejanza con la que en su día fue la Catedral de Notre Dame. Estalla llena de rosetones y vidrieras de miles de colores, que llenaban la estancia de calidez y luz. Escuchamos la misa en silencio y al finalizar esta asistimos a una tradición que tenían los ciudadanos. Nos dirigimos a un gran abeto situado en la parte de atrás de la catedral del cual colgaban varias cintas de colores, en las que se recogían los deseos de varias personas para el año que empezaba. Escogí una cinta de color verde, el color de la esperanza, y en ella plasmé mi mayor deseo: "VIVIR". Ate la cinta a una de las ramas con fuerza, con la esperanza de que el deseo se cumpliese.
Después de la visita a la catedral, nos dirigimos al mercado navideño, el cual se situaba justo al lado de las Termas Resplandecientes. En uno de los puestos encontré un hermoso joyero de madera tallado y pintado a mano, el cual disponía en su interior de una bailarina de ballet. La canción que emitía era la del vals del Cascanueces de Tchaikovsky.
-Es una preciosidad ¿Verdad?-Me preguntó la vendedora, una amable anciana de cabello blanco y ojos grises.
-Si. Es perfecto. La forma en la que está tallado representando diferentes escenas y la bailarina parece que está flotando. Además, adoro el Cascanueces, es mi ballet favorito.
-¿Eres bailarina?-Asentí a su pregunta.-Yo también lo fui cuando era joven. Adoraba bailar, era mi mayor pasión. Te regalo la caja como una ofrenda de bailarina a bailarina.
-Yo no puedo aceptarla así, por favor permítame darle algo a cambio.
-¿Podrías bailarla? Me encantaría ver de nuevo a una bailarina bailando esta canción que tanto ame en su día. ¿Te sabes los pasos querida?-Asiento a su pregunta, y al poco una gran sonrisa se dibuja en su cara.
Ponemos la canción desde el principio y dejo que la melodía llene el ambiente, al mismo tiempo que mis pasos empiezan a abarcar un pequeño territorio en el cual la gente se para formando un círculo para observarme. Cuando la canción termina me siento más viva que nunca, y feliz por haber cumplido el deseo de una agradable anciana. Me escabullo entre la gente que me aplaude y vislumbro a mi familia y a la de Jake.
-Nunca me cansaré de ver como bailas. Me alegro de haber podido ver la interpretación finalmente, dado que no pude hacerlo en el festival de invierno.
-Yo también quiero bailar como tú.
-Estoy segura de que en el futuro serás una gran bailarina Dafne.
-Bueno que os parece si vamos ya hacia las Termas Resplandecientes. Son las 21:00, y la cena está programada para las 21:30 y todavía tenemos que ponernos elegantes para celebrar la entrada de año nuevo.
Una vez que llegamos a las termas, a cada uno se nos asignó una habitación en la cual pasamos esa noche y la siguiente. Una vez en ella me puse un vestido azul largo ceñido, de manga 3/4 transparentes con adornos florales en estas y en ambos costados y retoqué un poco el maquillaje. Una vez arreglada me dirigí a la entrada en donde habíamos quedado de reencontrarnos todos juntos. Todos los hombres ya estaban esperando.
-¿No es hora todavía verdad?
-No, tranquila cariño, aún faltan unos 8 minutos. Estás tan preciosa como siempre.
-Gracias papá-Respondí al tiempo que le di un beso en la mejilla, dejando un leve rastro de mi pintalabios.
-Tienes suerte de que acabe de ver a tu hija besándote, que sino podría pensar que te había besado otra.
-¿Que otra? si solo tengo ojos para ti.
-Por favor que cursis sois. Vamos a hacia el comedor antes de que me avergoncéis más.
Una vez en el comedor, nos sentamos todos juntos en una misma mesa redonda decorada con un mantel rojo y un centro de mesa conformado por varias velas. La cena transcurrió sin incidentes y de forma tranquila. A las 23:30 dimos por finalizada la cena, y todos nos dirigimos a un gran salón de baile en donde celebraríamos la entrada al año nuevo. En este, tendría lugar a continuación una fiesta para los adultos, mientras que la fiesta de los jóvenes tenía lugar en las propias termas.
-¿Estás preparada para entrar en el nuevo año?-Me preguntó mi madre tendiéndome mis 12 uvas.
-Si, estoy preparada para vivir un año más-Le respondí de la forma más sincera que nadie puede llegar a imaginar.
Todos nos situamos enfrente de una gran pantalla en la cual se reflejaba el gran campanario de la ciudad que nos indicaría la entrada del año nuevo. Estábamos tan nerviosos que mi padre case se comió la primera uva en los cuartos; pero mi madre que estaba atenta a todo lo alertó. Poco tiempo después todo el mundo estaba gritando feliz año a todos.
-Bueno, creo que voy a llevar a Dafne a su habitación.
-Ya lo hago yo mamá. Al fin y al cabo Aria y yo tenemos que irnos a cambiar para nuestra fiesta.
-Es cierto. Pasároslo bien, y nada de beber alcohol, que aunque acabas de hacerte mayor de edad te lo prohíbo.
-No tienes porque preocuparte por ello mamá.
-Feliz cumpleaños mi niño. Eres mi mayor tesoro. Te quiero mucho. Ambos te queremos.
-Lo sé. Yo os quiero a vosotros también. Nos vemos hoy por la mañana.
Jake y yo salimos de la sala con Dafne en sus brazos ya adormilada. Al llegar al pasillo de nuestras habitaciones nos despedimos hasta dentro de un rato. Una vez en mi cuarto de nuevo, me quité el vestido, deshice la trenza corona, quedándome simplemente con una trenza y me puse un biquini high west, que ocultaba mi cicatriz en el costado, de color azul marino con estampado floral en los laterales de ambas partes. Antes se salir por la puerta me puse mi albornoz y agarré mi mochila en donde tenía guardado mi móvil y una toalla.
-¿Ya estás preparada pequeña?
-Estoy lista. Vamos a nuestra fiesta.
Juntos nos dirigimos a la zona de las termas, en la cual ya se encontraban varios jóvenes dentro de ellas. Se escuchaba la música de fondo y el calor que desprendían estas se dejaban sentir. Guardamos nuestras pertenencias en una taquilla y los dos juntos a la vez nos metimos en una de las termas. Nadamos hacia la orilla de esta para contemplar las hermosas vistas y el cielo totalmente despejado, que dejaba ver la aurora boreal.
Mientras estaba embelesada con la visión de la aurora, noté como la goma de mi trenza se rompía. A continuación, sentí las manos de Jake deshaciendo la trenza, dejando mi pelo totalmente libre y ondulado.
-Me gusta más como te queda así-Me dijo mirándome a los ojos, al tiempo que seguía teniendo una de sus manos en una de mis mejillas.
Nuevamente como hacía tan solo unas horas, me perdí en sus ojos y en la dulzura que siempre transmitía, y justo después me perdí en sus labios. Unos labios dulces, cálidos, tiernos. Con ese beso nos percatamos de que llevábamos tiempo ocultando un sentimiento, el cual no tenía nombre hasta ese momento y esa palabra era amor. Al separarnos nos miramos detenidamente, intentando vislumbrar un atisbo de error ante lo sucedido; pero lo único que transmitían era alegría.
-James tenía razón.
-¿En qué?
-En que ya había conocido a la persona que me gustaba.-Respondí besándolo de nuevo, teniendo como observador de nuestro comienzo a la hermosa aurora boreal.
-Feliz año nuevo mi pequeña.
-Feliz año nuevo y cumpleaños mi Bigfoot.
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