IV

¿Qué acababa de pasar? Era lo que todo el mundo se estaba preguntando, incluída Misti. ¿Acababa de hacer un dueto con la Ídol Nocturna? ¿Acababa ella de revelarse ante todos los presentes?

Livet se veía sonriente. Miró a la castaña con dulzura, con la inocencia de una niña pequeña. Había algo dentro de ella que irradiaba felicidad.

—Oye Yoichi —habló Tsuyo—. ¿Qué le has puesto en la bebida? Parece una niña pequeña.

—Es un simple zumo de melocotón —replicó el aludido—. ¿Qué te crees? ¿Que la voy a drogar para que sea menos arisca?

—A Livet le hace feliz cantar —sonrió Sistermon—. Es lo único que recuerda de su pasado... las canciones. Por eso, ella es feliz en cualquier lugar que pueda cantar

Los seis de la mesa miraron a al Digimon ante esas palabra. ¿Livet no recordaba nada de su pasado?

—¿Tiene amnesia? —murmuró Akari, con el ceño fruncido—. Su personalidad no concuerda con la de alguien que haya perdido la memoria. Y sé de lo que hablo, estudié medicina por varios años...

Sistermon no contestó a eso. Simplemente miró con algo de pena a su mejor amiga.

Ambas cantantes bajaron del escenario. El sonrojo en las mejillas de Misti era notorio, pero estaba muy feliz y sonriente.

—Eres buena cantando, Copito de Nieve —dijo la peliverse, sentándose, para beber de su zumo de melocotón—. Llegarás muy lejos, pero debes sacarte ese miedo y esa timidez. Si no, no deberías ni intentarlo.

Astra jugaba con Dracomon, que reía feliz en sus brazos.

Allí reunidos, celebrando, dejaron pasar las horas. Hasta que fue medianoche. Todos decidieron volver a sus casas. Estaban agotados física y emocionalmente.

03:25

Casa de Misti.

La elegida de la Creatividad dormía. Pero su sueño no era tranquilo. A pesar de que se había dormido según acostarse, ahora, su mente parecía estar intranquila.Su emblema brillaba levemente en su pecho.

Lopmon no parecía notarlo. Ella también estaba agotada después de un duro día. Así que no vio cómo su compañera murmuraba en sueños, cosas incoherentes a simple vista.

Ante ella estaba un chico al que no podía verle con claridad el rostro, pues estaba difuminado. Era pelirrojo, sus cabellos estaban siendo mecidos por el aire, dándole una aparienca revuelta y loca.

Vestía con un camiseta azulada y una chaqueta marrón. Llevaba en el cinturón un Digivice, pero la menor no podía apreciar bien cual era.

Por un momento, Misti pensó en Tsuyo. Él era pelirrojo, ¿no? Y era un elegido como ella. Podía perfectamente ser él.

Intentó llamarle, pero su voz no salía, lo cual la aterró. El chico se volvió hacia donde ella estaba, con una leve sonrisa,

—_____-san —habló el chico pelirrojo. Su voz no era la de Tsuyo. Entonces... ¿quién era?—. ¿Estaremos bien? Quiero decir, el Lapso pudo habernos afectado genéticamente... y no sólo a nosotros, si no a los futuros nacimientos. Posiblemente no sea nada bueno...

—Lo sé. Deberemos ir viéndolo... —fue la voz que salió de donde estaba la menor, sorprendiéndola—. Ahora mismo tenemos menos edad, yo tengo dieciocho... es cuestión de acostumbrarse. Míralo por el lado bueno, ahora estamos juntos.

La escena varió. Veía al mismo chico pelirrojo, más adulto. Debía tener unos veinticuatro años. Llevaba unas gafas amarillentas sobre sus alocados cabellos. A su espalda, llevaba una mochila cargada de cosas.

—Así que vamos al Digital World a investigar las causas del avance del Dark Area, ¿no? —preguntó, de nuevo mirando donde estaba Misti.

—Sí. Los demás ya nos están esperando. Somos los últimos. ¿Lo llevas todo ___? No podremos volver en una larga temporada.

El pelirrojo puso sus manos en su nuca, esbozando lo que parecía una sonrisa divertida. Las flores de los cerezos caían sobre ellos, mientras el amanecer inundaba el lugar con su bella luz.

Misti miraba encantada el paisaje. Era tan bello... pero a la vez intuía que era un momento triste para los dos muchachos. Al parecer, ella estaba viendo todo desde el punto de vista del otro muchacho, al que no podía verle el rostro, pero sí oír su voz. Una que, en el fondo, le sonaba familiar.

¿Quién eres? ¿Por qué puedo ver todo esto? ¿Por qué tu voz me es tan familiar? ¿Acaso eres mi guía en esta gran aventura?

Se fijó que el chico pelirrojo estaba con los ojos cerrados. Una sutil aura dorada le rodeaba, proveniente de su pecho, donde brillaba... ¿un emblema? ¿Era un elegido?

Nuestro último amanecer... —murmuró él, con una triste voz—. Tengo la sensación... de que no lo volveremos a ver.

—Curiosamente, querido pupilo... tengo esa misma sensación.

Todo se volvió negro ante los ojos de la elegida de la Creatividad. Miró a su alrededor. Podía moverse libremente. Estaba flotando, envuelta en su aura celeste. Estaba flotando, envuelta en su aura celeste. Su emblema centelleaba, dándola calidez.

No entendía nada de lo que estaba pasando. ¿Dónde estaba? ¿Quiénes eran ambos jóvenes? ¿Elegidos como ella? ¿Fantasmas del pasado?

—Todo se resolverá, pequeña. No debes estar asustada. Estoy aquí para ayudar.

Ante ella, envuelto en una cálida aura naranja, estaba un joven de cabellos castaños. No podía ver bien su rostro, pero sí vio la sonrisa que le daba. En sus cabellos llevaba unas gafas un tanto cibernéticas. Su emblema brillaba en su pecho, aunque la menor no podía ver su símbolo.

—¿Quién eres? ¿Por qué estás en mi sueño?

—Soy un elegido del pasado. Yo luché por el Digital World, como tú vas a hacer. Mi misión ahora es guiarte y enseñarte. No puedo manifestarme mas que en tus sueños, al menos en este mundo... y con respecto a mi nombre, aún no puedo decírtelo. Pero puedes llamarme Yuuki.

No era la respuesta que la menor esperaba, pero asintió. Había algo en aquella familiar voz que la calmó. Que la hacía confiar.

—Sabes... ¿cuál es nuestra misión? Ni Apollomon ni Alphamon nos han dicho nada, ni siquiera nos han entregado nuestros Digivices....

—Jejeje, Alphamon nunca cambiará... siempre siendo tan enigmático. Supongo que vuestra misión será la misma que la nuestra, pero no te puedo dar detalles, ya que no lo se... Quisiera ayudar más, pero de momento es lo único que te puedo decir... Ahora debes descansar, pequeña elegida. Recuerda, no estás sola. Cuidaré tu espalda siempre.

—Gracias Yuuki....

Ya no vio nada. Se relajó. Dormía tranquilamente. Su emblema permanecía centelleando, acompañado de aquella aura naranja. Nada la lastimaría aquella noche. Ni ninguna.

04:00

Casa de Yoichi.

Algo parecido de le pasaba a Yoichi. También estaba teniendo sueños extraños. Se encontraba en lo que parecía un gran jardín, lleno de bebés Digimon. Sentado en el suelo, estaba el chico que Misti veía, pero no sólo él, también un chico de cortos cabellos azulados.

—Según la analítica que ____-san me acaba de dar no son muy buenas... el Dark Area contamina los datos de los Digimon y de las zonas cercanas... los absorbe, pero no sabemos para qué.

Yoichi se paralizó. Estaba hablando con una voz que no era suya. Se miró en el reflejo de un cristal, viendo que su aspecto era el de un joven pelirrojo. ¿Quién era?

—No son muy buenas noticias ____ —habló el chico de pelo azul, suspirando, mientras miraba su Digivice, que era de color negro—. ____-san, ¿qué está haciendo _____-san? —preguntó, mirando al castaño.

—Está patrullando la frontera del Dark Area. Le he dicho que él no es el más indicado por su emblema, que se puede ver afectado... pero ya sabes lo cabezón que es. Dice que es precisamente por su emblema que él debe estar allí, que puede contener el avance...

—¿Qué pasa si él se infectara? Como los primeros científicos...

El pelirrojo volvió a hablar. Yoichi estaba perdido, no entendía que estaba pasando ni quiénes eran. Podía deducir que eran elegidos por los Digivices, aunque no apreciaba bien qué modelo eran...

—Si eso pasa... no sé que haremos. ____ pidió que lo mataramos si eso llegara a ocurrir. Pero no seremos capaces de eso...

De nuevo, el lugar se volvió negro. Yoichi flotaba en su aura morada, viendo ante él al chico pelirrojo, envuelto en su aura dorada. Su piel era algo morena. Estaba sonriéndole, de manera feliz. Podía sentir que estaba lleno de energía.

—¿Ya nació la Novena Generación? Jejeje, ¡hola! Soy un elegido del pasado. No puedo decirte mi nombre, pero puedes llamarme Kiseki. ¡Soy tu guardaespaldas durante toda esta gran aventura! ¿Y bien? ¿Cuál es tu nombre?

—Yo soy Kimura Yoichi, elegido del Honor. Es un placer tener a alguien con experiencia a mi lado. ¿Esos a los que he visto eran tus amigos?

—Sí. Eran mi sempai y mi mejor amigo... no sé que será de ellos... Pero no puedo dejarme influenciar por ello... aunque me duela. Ahora tengo una misión. Protegerte cuando estés en el Digital World. Guiarte, como hizo mi mentor conmigo.

Yoichi sonrió ante la seguridad del contrario. Le alagaba que se lo tomara con tanto entusiasmo. Se relajó, quedándose profundamente dormido, sin ser capaz de oír la última frase que Kiseki susurró.

—No acabaréis como nosotros... te lo prometo.

04:45

Casa de Akari.

Todo estaba negro para él. Se veía flotando en la nada, con un muchacho de cabellos castaños claros ante él. Estaba envuelto en un aura rojiza. Le sonreía con tranquilidad. Akari estaba a la defensiva, no sabía si se trataba de una amenaza o no. Se puso en guardia, listo para atacar, lo que alarmó al otro joven.

—¡No vengo a hacerte daño! Soy un elegido del pasado, estoy aquí para ayudarte y guiarte. No puedo revelarte mi nombre aún, pero puedes llamarme Kumiai. Tú eres Nozumu Akari, elegido de la Destrucción. No es un emblema muy agraciado, ¿eh?

—Ni que lo digas... Parece más el emblema de un villano que el de un futuro líder...

—¿Futuro líder? Desde luego, sí que tienes el ego de los más grandes.

—Tengo buenas capacidades de liderzago, es obvio que se mostrará en los resultados de las pruebas. Soy el más indicado para ser el líder.

—Todos los miembros de una generación son importantes. El líder es sólo la representación de todos, quien carga con el peso de los errores...si el equipo no trabaja, el líder es inútil.

—Salamon es poderoso. Yo también lo soy.

—Mi compañero y yo también eramos muy poderosos... y mírame ahora. Eso no es suficiente.

—Tal vez no fueras lo suficiente poderoso entonces.

Kumiai alzó una ceja ante eso, herido en el orgullo. Tuvo que tragarse las ganas de chillar a los cuatro vientos su verdadero nombre y bajarle los egos a aquel chico Pero en cambio, lanzó unn hondo suspiro, calmándose.

—Esa arrogancia podría traerte problemas.

—Si tú lo dices....

El castasño suspiró. ¿Qué más podía hacer? ¿Por qué le había tocado el elegido más egocéntrico de todos? De todos modos, cumpliría su misión. Costara lo que costase....

—¿Cuál es tu misión?

—Protegerte y guiarte cuando estés en el Digital World, para evitar que acabéis como nosotros.

—No cometeremos el mismo error que las generaciones pasadas. No somos tan estúpidos.

—No es cuestión de estupidez... No lo entenderías. Eres demasiado joven y orgulloso para aceptar la dureza de la situación. Te hubieras llevado muy bien con un amigo mío. Eso, o vuestros orgullos se habrían destruído... quien sabe...

05:00

Casa de Nozomi.

Nozomi sentía frío. La ventana de su habitación no aislaba bien del soberano frío que hacía por las noches. Por eso, cuando vio ante ella a aquel muchacho de cabellos castaños, que le llegaban al hombro, recogido en una pequeña coleta, que emanaba una cálida aura que parecía de fuego, no dudó en acercarse.

—¿Estás bien? —preguntó el castaño, acercándose a ella, preocupado—. Espera, deja que use mi emblema contigo.

La chica sonrió dulce al sentir la calidez , dejando que el chico la envolviera entre su aura y sus brazos.

—¿Eres mi ángel de la guardia?

—Se puede decir así. Soy un elegido del pasado y estoy aquí para protegerte. No te puedo revelar mi nombre, pero si quieres puedes llamarme Kaji.

—Es un bonito nombre —Nozomi sonrió con dulzura, sacando un leve sonrojo al chico, visiblemente más mayor que ella—. Así que tu misión es cubrirme las espaldas. Es bonito poder contar con alguien en caso de necesidad.

—¿No tienes a nadie? ¿Familia?

—Mis padres murieron por una mutación de los efectos del Lapso. Sólo tengo a V-mon. Antes estaba totalmente sola...

—¡¿Mutaciones por el Lapso Digital?! ¡¿Al final ocurrieron?!

—Sí... muchas personas murieron. Sobre todo niños... mis padres eran médicos y también murieron. Las mutaciones causaron que mucha gente tuviera salud de cristal, cualquier virus les mataba. Muchos bebés nacían muertos o con deformaciones...

Kaji palideció ante eso, se lo veía preocupado, arrepentido. La culpa lo atormentaba de una soberana manera.

—Al parecer nuestros esfuerzos para impedir que esos estragos fueron en vano.... ____-san no estará feliz cuando se entere.

Nozomi parpadeó. No había logrado entender el nombre del aludido, pero no le importó. Estaba relajada en brazos de aquel muchacho. Confiaba en él a pesar de que no pudiera darle su verdadero nombre.

—Nijo Nozomi... gracias por cuidar de mi.... Kaji.....

El muchacho sonrió al ver que la pelinegra se dormía en sus brazos. La protegería con todo lo que tenía. No la abandonaría. No cuando no tenía a nadie más.

—Ésta es nuestra oportunidad de enmendar los errores del pasado...

05:30

Casa de Tsuyo.

La conversación que el pelirrojo estaba teniendo con el muchacho de cabellos castaños hasta los hombros era agradable. Hasta que se había dado cuenta de que ni se había presentado ante él y de que tenía un ego más grande que su apetito y el de Volvomon.

—No me has dicho tu nombre. Y tú pareces saber demasiado bien quién soy yo. Me parece extraño y sospechoso.

—Jejeje supongo que me distraje de mi objetivo principal. Mi nombre es Tamashi y soy un elegido del pasado. Mi misión es protegerte y guiarte mientras dure tu aventura por el Digital World. Tengo bastante experiencia, fui un gran luchador antes de que ocurriera lo que nos ocurrió, hasta que se nos fue de las manos....

—Veo que tu ego es tan grande o más que el de Akari. Pero veo que eres sincero, sin contar que no me estás diciendo tu verdadero nombre. Así que tu deber es ayudarme en esta aventura, ¿eh? ¿Eso te convierte en mi guardaespaldas?

—Algo así. Aunque me pregunto si con el escaso poder que me queda podré manifestarme físicamente y no como fantasma. Pero será cuestión de probar.

—Me caes bien jejeje, se ve que eres como yo. No planeamos nada de antemano.

—Para qué planear si los mejores planes son los que salen de la intuición.

Ambos compartieron una divertida carcajada. Su aura era anaranjada, pero dividida en numerosos cuadraditos.

—Espero que, sea lo que sea que nos depara el futuro, podamos superarlo sin problemas.....

07:00

El castaño de mechas rojas que visitó a Astra se presentó con el nombre de Unmei. El peliverde que apareció en los sueños de Yuya, Karisuma. Ambos les informaron de lo mismo. Eran sus guardianes durante la aventura.

Aunque no tuvieron mucho tiempo para hablar, ya que ambos despertaron temprano para empezar con sus entrenamientos matutinos, a pesar de que Dracomon le rogara a Astra que le dejara dormir, agarrándose a la cama mientras su compañera tiraba de él.

La que permanecía dormida era Livet. No había podido dormirse hasta bastante tarde y la conversación que mantenía con el llamado Karui era interesante, relajada.

Él era castaño. Sus cabellos eran bastante largos, no tanto como los de ella, y estaban recogidos en una coleta alta. Estaba envuelto en un aura blanca que se sincronizaba con la plateada-dorada de ella.

—Karui significa Luz. ¿Es ese tu emblema? Tu aura se ve muy pura y brillante, lo cual concuerda...

—No puedo utilizar mi verdadero nombre. No por el momento. Espero que lo comprendas, Livet.

—Debes tener tus motivos. Como yo tengo los míos en mucho de lo que hago.

—¿Como ocultar tus emociones bajo una personalidad indescifrable?

—Ni yo misma sé cual es mi propia personalidad. No sé quien soy, pero sólo sé que debo seguir. Yo soy yo. Por eso no puedo encariñarme de nadie. Porque no sé si soy parte del bien o del mal.

Karui asintió, con una calmada sonrisa. Livet sonrió ante eso también. Había algo en ese joven que le calmaba.

—Es extraño. Siento que puedo sentirme liberada junto a ti.

—No tienes que sincerarte conmigo si no lo deseas. Sólo quiero que sepas que me tienes aquí a tu lado. Te protegeré. No dejaré que los errores del pasado nos vuelvan a ganar. Y no me importa tu pasado, Livet. Me importa el presente y el futuro.

—Entonces... será mejor que me levante a ver qué seré hoy. Un ángel... o un demonio.

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