III
Apollomon y Alphamon miraron con sorpresa la prueba. Aquellos aspirantes tenían muchas papeletas de convertirse en elegidos, de eso estaban seguros. Les intrigaba cómo resolverían el ataque conjunto de los dos Digimon y el salto al vacío. ¿Saltarían? ¿Sus compañeros digitales confiarían lo suficiente en sus humanos para saltar con ellos? ¿O por el contrario sus lazos no eran fuertes?
Su sorpresa aumentó cuando vio que Livet saltó, usando el gorro de su compañera y cómo los demás la imitaron.
—Eso fue arriesgado —dijo el Royal Knight, con gesto serio, mirando la prueba—. Ambas pudieron caer al abismo.
Apollomon no le contestó. Miraba el juego de luces que los Digivice estaban haciendo con una inmensa sorpresa. Los emblemas también centelleaban. Curiosamente un mismo Digivice brillaba con dos colores, indicando que dos aspirantes habían ganado el mismo puesto.
—L-Los Digivice...
—No se han activado, ¿no? No me sorprende, nadie puede hacerlos reaccionar... estamos condenados para la eternidad... ¿es éste nuestro castigo por no salvar a las generaciones pasadas?
—¡No idiota! ¡Se han activado!
El Royal Knight se acercó rápidamente ante esas palabras, para que una extraña calidez se adueñara de su alma. Por fin. Por fin la Novena Generación había nacido. Por fin podrían poner paz en ambos mundos... por fin.... podrían vengar a las ocho generaciones caídas
—Al parecer hay un empate entre dos elegidos por un mismo puesto —dijo, una vez que se hubo recuperado de su shock inicial—. Nunca antes nos había pasado.
—Los emblemas ya están configurados. Podemos entregárselos cuando salgan del DigiQuartz. Los Digivices hasta mañana no podremos dárselos, pero pueden ir a celebrarlo tranquilamente.
Ambos Digimon sonrieron, para chocar sus puños, felices. Una felicidad que tuvieron que contener cuando los elegidos cruzaron el portal, regresando al Santuario Digital. Sus rostros expresaban cansancio, la adrenalina ya se había ido. Con un carraspeo, Apollomon y Alphamon llamaron su atención.
—Veo que habéis regresado sanos y salvos los ochos —comentó el Royal Knight, con una sonrisa calmada.
—¡Eso no es cierto! —exclamó Misti, con Lopmon en sus brazos—. Livet-san está malherida.
—Esto no es nada, copito de nieve —sonrió la nombrada, que estaba cruzada de brazos, en una actitud relajada—. ¿Y bien? ¿Cuáles son los resultados de la prueba?
—¿Por qué no lo comprobáis por vosotros mismos? —la sonrisa de Apollomon hizo que los aspirantes sintieran la esperanza crecer en su interior.
Los Digimon se apartaron, dejando que vieran el juego de luces que venía de la mesa. Gritos de victoria se alzaron de Tsuyo, Yuya, Astra y Yoichi. Nozomi sonrió, con pequeñas lágrimas en sus ojos, las cuales V-mon intentaba secar lo más rápido que podía. Misti y Lopmon reían, abrazadas la una a la otra. Livet simplemente sonreía, aunque su fina sonrisa cambió a una mueca de dolor. Realmente le dolía la quemadura, por lo que se la sostuvo. Sistermon la auxilió, ayudándola a sentarse.
—¿Tomaste el ataque de Greymon? —preguntó Alphamon, acercándose a ella, con rostro serio—. ¿Por qué?
—¿Hubieras protegido tú a las generaciones si hubieras estado presente? —fue la respuesta de la peliverde—. Blanc es mi compañera. Sé que ella me protege a mí, pero yo la protejo a ella. Es simple. Somos amigas...
Sonrió. Pero ésta vez, de manera sincera, mostrando una dulzura en sus facciones que sorprendió a los demás. Sus ojos mostraban calidez.
—Además... si no soy capaz de proteger a Blanc, no podré ayudar al equipo en nada. Ambas somos una.
El Royal Knight se agachó a su altura, mirando la herida de la muchacha. Sistermon miraba con preocupación, como los demás presentes.
—Hoy podremos entregaros los emblemas. Mañana, los Digivices. Aún tenemos que configurar algunas cosas y comprobar quién es el líder de la Novena Generación y su correspondiente Compañero de Armas —Apollomon habló con solemnidad—. Os iré nombrando y os acercaréis a recoger vuestro emblema.
Los elegidos se pusieron en fila, a excepción de la peliverde, a la que estaban atendiendo. Sus compañeros estaban a su lado, en posición de máximo orgullo.
—Nijo Nozomi. Elegida de la Paz.
La chica de cabellera negra avanzó, junto a V-mon en sus brazos, recibiendo su emblema, que emanaba una sutil aura de color verde turquesa. El símbolo era algo parecido a una flor de loto.
—Evolvet Astra. Elegida de la Paciencia.
La pelirosa avanzó con una sonrisa. Dracomon aún permanecía en la mochila, pero asomaba su cabecita, apoyándola en el hombro de su compañera. Su emblema parecían tres lunas y emanaba un aura blanquecina.
—Nozumu Akari. Elegido de la Destrucción.
Un poco preocupado ante eso, el pelirrojo de ojos castaños avanzó, junto a Salamon. Ambos se miraban mutuamente, sin saber muy bien qué decir. El emblema era un círculo sin cerrar, con tres flechas. Emanaba un aura azul muy oscura.
—Winter Misti. Elegida de la Creatividad.
La menor de todos avanzó con una sonrisa casi más grande que su rostro. Lopmon tomó el emblema con sus patitas, para colocárselo a su mejor amiga, muy feliz. Éste tenía la forma de un atrapasueños y emanaba un aura celeste muy clarita.
—Yuya. Elegido de la Alegría.
El bicolor, junto a Terriermon avanzó, con mucha tranquilidad. Sus ojos mostraron sorpresa al ver el corazón en su emblema y el color rosado del mismo, el cual levantó algunas risas y el carraspeo divertido de Apollomon.
—Goryuu Tsuyu. Elegido de la Perseverancia.
Volvomon aleteó feliz ante el anuncio, mientras el oji-miel avanzaba con orgullo hacia el imponente Digimon. Su emblema recordaba a un escudo, emanando una leve aura amarilla.
—Kimura Yoichi. Elegido del Honor.
Liollmon se apresuró a seguir al chico de cabellos grises, que recibió su emblema con una sonrisa. Éste se asemejaba a un corazón, con algunas estrellitas. Emanaba un aura morada.
—Y por último, Lee Livet. Elegida del Orden.
La convaleciente chica de larguísimos cabellos verdes intentó levantarse, reprimiendo un quejido. Sin embargo, Alphamon le impidió que se levantara. Tomó el emblema de manos de su compañero, para volver a acercarse a ella. Livet agachó su cabeza en señal de respeto, dejando que el Royal Knight lo colgara de su cuello. Éste simulaba el símbolo del Yin y el Yang, emanando un aura de dos colores, dorada y plateada.
—Mañana, a las 09, os entregaremos vuestros Digivices. Hoy, id a celebrar, descansad. Os lo merecéis, Novena Generación.
Apollomon tocó la campana que había junto a la mesa. Campana que jamás se había tocado desde que ya no se celebraban en aquel lugar las reuniones de las Generaciones.
Yoichi fue quien tomó la iniciativa. Con una amplia sonrisa, miró a los demás. Liollmon no sabía qué estaba tramando.
—¿Por qué no lo celebramos esta tarde-noche? Mi padre regenta un bar-restaurante. Puedo pedirle permiso para que podamos celebrar este pequeño éxito.
—¿A qué hora? —preguntó Tsuyo, ya con hambre.
—A las 20:00. No muy tarde por los más pequeños, que no están acostumbrados a estar hasta muy tarde.
Livet le miró, con resignación. Al parecer la tocaría trabajar aquel día al final. Suspiró levemente. Pero tampoco dijo nada. Sería divertido.
—¿Podemos poner un karaoke? —preguntó Lopmon—. A Misti le gustan mucho, porfiiiiiiii.
—¡Lopmon! —se quejó la menor, con un leve sonrojo en sus mejillas, a lo que la Ídol Nocturna alzó una ceja.
Al final sí iba a tener diversión. Sonrió, para reprimir una risilla, tapando su boca.
20:00
Bar de Yoichi.
Yoichi sonrió divertido al ver que todos estaban llegando. Misti llevaba un bonito vestido de color blanco que su madre le había regalado por superar la prueba, sin mangas.
Tsuyo seguía llevando ropa formal, como al parecer era propio de él. Nozomi llevaba una sudadera de color verde, mas informal y unos vaqueros. Yuya seguía llevando sus llamativas ropas. Akari llevaba algo más formal, parecido a un traje de etiqueta que a un modelo más informal. Astra llevaba una camisa blanca y una falda grisácea.
—¿Y nuestra Ídol Noctura? —preguntó Astra, buscándola con la mirada—. Pensé que vendría a darnos un concierto.
—Yo hoy no trabajo —fue la queja de la nombrada, entrando por la puerta—. No soy un robot, necesito descansar de vez en cuando.
Livet llevaba su larguísimo cabello recogido en una coleta que le llegaba hasta mitad del muslo, rizada. Vestía con un top corto de color negro, sobre el cual llevaba una camiseta de rejilla, revelando su cuerpo. Llevaba unos vaqueros azules que mostraban su ombligo. Unas botas negras completaban su outfit nocturno. Llevaba un sutil labial, que resaltaba su pálida piel. Sin embargo, las vendas en su vientre y en su brazo se veían.
Sistermon iba a su lado, sonriente. Saludó a los otros Digimon, sentándose junto a su compañera.
—Supongo que querrás tomar lo de siempre, ¿no? —preguntó Yoichi—. ¿O eso sólo lo tomas cuando trabajas? Como hoy no estás de servicio...
La peliverde frunció el ceño, mientras los demás estallaban en una carcajada. El peli-gris sacó de detrás de la barra una gran copa, que llenó de un líquido naranja.
—Aquí tiene la dama su bebida —se seguía burlando el elegido del Honor.
—Piérdete —le bufó Livet.
Los ocho se sentaron en la mesa, con sus bebidas favoritas y unas cuantas chips en la mesa. Los Digimon comían felices sus Digibites, sentados en una mesa al lado de la de los humanos.
Muchos de los clientes los miraban con sorpresa, sobre todo cuando notaban los emblemas colgados en su cuello. Sonrisas de alivio aparecían en sus labios.
Los viejos aspirantes también estaban allí. La noticia de que por fin tenían Novena Generación había corrido como la pólvora.
Yoichi disfrutaba tranquilamente de su batido de oreo. Vio como su padre terminaba de montar el pequeño karaoke que Lopmon había pedido y eso le hizo sonreír.
—Winter-chan, ya tienes tu karaoke —rió Tsuyo, ganándose un puchero de la más pequeña.
—¡Ve a probar! —exclamó feliz Astra—. ¡Tienes a una experta para que te valore aquí mismo!
La chica de cabellos castaños se sonrojó mucho. ¿La razón? Amaba las canciones de Black Light, aunque jamás se imaginó que su cantante fuera tan... rara. Por eso, ella se consideraba fan de las canciones y no de la cantante.
Ante la situación, le dio un gran trago a su café, cosa que los demás no habían notado. Lopmon reía ante ese gesto tan típico de su compañera. Nop, aquella noche no iba a dormir,
—Yo ya he dicho que no voy a trabajar —bufó Livet, amenazando a Astra con la chip que tenía en su mano—. Yo no soy ningún jurado. Si ella quiere cantar, no necesita mi aprobación. No soy una diosa ni nada —se cruzó de brazos.
Sistermon rió, leyendo las verdaderas intenciones de su compañera. ¡Claro que no la iba a judgar! Pero sí a ver cómo se desenvolvía en el escenario. Y tal vez unirse a ella y revelar al fin su identidad. ¿Por qué no?
Misti miró a Yoichi, que le asintió. Con un gran sonrojo en su rostro, dejó la taza de café en la mesa, para caminar hacia el escenario. Tomó el micrófono, con suma vergüenza, subiéndose sobre el escenario.
—V-Voy a cantar What 'bout my star. E-Espero que disfruten.
Livet alzó una ceja ante el título de la canción. Era atrevida. Eso la hizo sonreír de lado y reír levemente. Aquella chica no dejaba de asombrarse.
BABY doushita? souju
HANDORU gyutto nigitte mou SUTANBAI
want my heart & want my love?
NO!? more SUINGSHITE kiss!
chuuto hanpa na SUTAIRU wa NO
button jatteru LOVE nara for me
Beautiful! Excuse me!
hoshii tara lala~ possibilities
point, I don't care
dollars how much fake
point, futatsu ni hitotsu
but ai narashite
What 'bout my star?
What 'bout my star?
What 'bout my star?
What 'bout my star?...
Let me know what you want, I would give you!
How fantastic to be with you! my love
Livet escuchaba, esbozando una cálida sonrisa. Se levantó de un salto. Hora del espectáculo. Debía reconocerlo. El pequeño copito de nieve guardaba muchas sorpresas. Con una sonrisa, decidió unirse a la canción, caminando hacia el escenario y subiéndose, ante la sorpresa de Misti.
Let me know what you want, I would give you!
How fantastic to be with you! (feeling heart)
DARLIN' chikadzuite fukujuu
NO YOU, NO LIFE nantsutte mou zettai!
need your heart & need your love
YES!? chou HAPPY dashi! PEACE
nokkachatteru koi de mo GO!
mou ikkai nante nai kara exciting
Wonderful! Charming you!
GET shitaikara lala~ we'll sing around the world
three, hey, I count down.
two, are you ready?
one, mou matenai yo
zero, ai narashite
What 'bout my star?
What 'bout my star?
What 'bout my star?
What 'bout my star?...
anata to ROMANTIKKU DEETO!!
watashi ni MIRAKURU KISSU
futari no EMOSHON DEETO
Let me know what you want, I would give you!
How fantastic to be with you! my love
Let me know what you want, I would give you!
How fantastic to be with you! my love
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¡Hola! Espero que estéis disfrutado mucho de Eternals.
Siento la mala calidad del vídeo, pero era el único que tenía la traducción de la canción, ya que en ninguna página de Internet la traducían bien.
Dadle mucho ♥ y nos vemos en el siguiente capítulo.
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