10

Ambos descansaban en la cama, Jimin estaba recostado en el pecho del pálido haciendo dibujos imaginarios, Yoongi por su parte le acariciaba la espalda mientras aspiraba el dulce aroma del chico.

—¿Me buscarás cuando renazcas? —preguntó Jimin de repente y Yoongi detuvo sus caricias.

—¿A qué te refieres? —le dijo Yoongi.

—Morirás. —se levantó y lo vio. —de viejo.

—Si volví en esta vida con mis recuerdos. —le beso la mano. —eso quiere decir que volveré en el futuro a tu lado.

—¿Quisiera aplazar eso? —le acarició la mejilla. —pero mi poder de deidad se limitaba a dar vida eterna.

—Te buscaré siempre. —le sonrió. —en cada vida porque te amo.

Jimin sonrió y le dio un corto beso, quería tener a Yoongi para toda la vida, pero su poder no permitía darle vida eterna, podía curar las enfermedades, dar tesoros, prosperidad, protección. Yoongi vio el decaimiento de Jimin por lo cual se quitó su pulsera y se la puso a Jimin en la mano.

—Tienes que devolverme en el futuro la pulsera. —le sonrió.

—En ese caso. —Jimin se quitó uno de sus collares como deidad y se lo puso a Yoongi. —me lo debes devolver otra vez.

—Lo prometo cariño. —le dio un beso en la frente.

—También ese collar te va a proteger. —lo vio. —estarás seguro.

Yoongi asintió y abrazó al chico el cual cerró los ojos al sentir el calor de su pareja, Jimin los abrió y sonrió para volver a besarse con él. Mientras ellos disfrutaban, un hombre pensaba cómo hacer entrar en razón, debía de ver la forma en la que se podía deshacer del mortal nuevamente.

El tiempo en el templo pasaba de manera rápida según Jimin y eso le asustaba mucho, no solo por el tiempo, sino que nuevamente estaba en estado. Aunque su vientre no crecía, podía sentir como algo en su interior se movía, Yoongi había notado lo distante que estaba Jimin y lo mucho que estaba ingiriendo carne y sangre.

—Cariño. —le dijo Yoongi. —¿Qué ocurre?

—No es nada. —negó con una sonrisa.

—Jimin no me mientas. —lo tomo de las mejillas. —soy doctor y claramente noto que hay algo mal contigo.

—No es nada. —se alejó.

—Haru. —le dijo y el chico lo vio.

—Cien. —lo vio.

El pálido se acercó y lo tomó de las mejillas para verlo, la deidad apartó la mirada y tomó de la camisa a su pareja mientras la apretaba con fuerza.

—Yo. —susurro.

—¿Tú que Jimin? —preguntó preocupado Yoongi. —¿Qué tienes cariño?

—Yo estoy embarazado. —lo vio. —vamos a tener un bebé.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top