Capítulo XV: El Regreso De B.B.

[Narra Near]

-¿Quién es tu jefe?-. Pregunté.

Él no me respondió, y entonces, escuchamos un ruido.

Él me hizo la señal de que me callara con el dedo, y después, me hizo señas.

"Estás apunto de descubrirlo".

Me dijo.

El jefe bajó, y cuando lo ví, me quedé sorprendido.

-¿Qué?-. Pregunté, tragando saliva.

Tenía pelo largo, más que la última vez...

Sí, efectivamente, le seguía faltando el ojo.

Y parecía tener un brazo de hierro.

-Cuánto tiempo...-. Dijo sonriente. El asesino bajó la cabeza. -L..., O..., Debería deciiiir...-. Me miró, sonriente. -Near-.

Sabía mi apodo. Estaba claro que lo sabía.

Quiero decir...

Íbamos al mismo orfanato.

-Vaya, si es Beyond Birthday-. Ladeé mi cabeza, sonriendo levemente. -O mejor conocido como el amigo de Alex..., Nadie se acordaba de tu nombre-.

Beyond frunció el ceño.

-¡DALE SU MERECIDO!-. Gritó, señalándome, y el asesino rubio me miró, y alzó los hombros, en señal de que no tenía otra opción.

Me golpeó con su puño normal en la cara, haciendo que escupa un poco, y que me maree.

-A-Ahh...-. Volví a escupir, y miré al frente. -No vas a conseguir nada de mí..., Imagino que quieres saber donde se encuentra Alex, ¿Cierto?-. Pregunté, alzando una ceja. Evidentemente, sabía que quería eso. No debía darlo por hecho. Pero es decir, tampoco soy idiota, puedo deducirlo fácilmente, ¿No?

-Muy listo..., Muy listo, Near-. Dijo Beyond. Dos secuaces más bajaron, y se pusieron detrás del azabache. -Vas a decírmelo, cueste lo que te cueste, ¡Porque sé que lo sabes!-. Dijo sonriente. -Sé, que tú y tu amiguito Mello, lo sabéis-.

Tragué saliva, y suspiré.

Beyond ladeó la cabeza.

-¿Qué ocurre?-. Preguntó, y yo agaché mi cabeza. Él sonrió. -¡Ahhhhh, ya séeee..., ¡ESTÁ, MUERTO!-. Gritó. -¡JAJAJAJAAJAJAJA!-. Comenzó a reírse, y yo le miré, con ganas de querer..., Aghj.

-¿Sabes..., Por qué lo sé, Near?-. Preguntó, acercando su cara a la mía. -Imagino que ya sabes lo que son los ojos de shinigami..., Es decir, te has enfrentado a Kira, y Kira utilizaba los poderes de un shinigami-. Beyond se alejó de mí, y comenzaba a pasearse por los alrededores. -Pues yo..., Nací con los ojos-.

Me sorprendí.

¿Eso..., Era cierto?

-Y yo..., Sabía cuál era la esperanza de vida de Mello-. Dijo, y yo tragué saliva. -¿Sabes?, Le quedaba muuuucho por vivir-. Asintió, y suspiró. -Iba a vivir hastaaa..., Los ochentaaaa o así-. Me miró.

-Pero, cuando me enteré del incendio de Takada..., Y que encontraron un cuerpo de un rubio no identificado-. Asintió. -Sabía que era él, ¡Y SABÍA, QUE IBA A MORIR!-.

Quería que el asesino torturara a ese cabrón...

No, Near, cálmate. Debe estar detenido, y custodiado en una prisión de máxima seguridad, donde no pueda ver la luz, nunca.

-Ese idiota iba a morir, y estaba claro..., Tsk, quiero decir, era demasiado impulsivo-.

Negué, y chasqueé la lengua.

-¿Tú que ibas a saber?, No le conocías. No sabes nada sobre Mello-. Dije, furioso.

-Lo que si sé...-. Se acercó a mí. -¡ES QUE ESTÁ MUERTO!-. Me dijo con una sonrisa, y se alejó de mí. -Así queeee..., Ese tocapelotas, no te salvará. Tch, no, no lo hará-. 

Ojalá pudiera...

No necesito que me salven, pero...

Ojalá pudiera salvarme...

-Bueno, ¡Disfruta de tu estancia aquí!-. Dijo Beyond, sonriendo. -Volveré mañana para preguntarte sobre...,Bueno, ya sabes-. Dijo sonriente, y chasqueó los dedos, indicando a sus soldados, que subieran para arriba.

Y se fue con ellos, dejándome de nuevo a solas con el asesino.

Le miré, y él me miraba.

"Tranquilo, yo sí te salvaré"

-No necesito que me salves-. El asesino rodó los ojos. -Pero..., Si nos ayudamos mutuamente, podremos salir de esta-.

"Eres un poco presumido, ¿Eres consciente?

-Bueno, prefiero eso a ser un asesino psicópata-.

"Tú, lo de que me obligan, no lo pillas, ¿No?"

-Siempre puedes elegir, y siempre puedes elegir hacer lo correcto-. El asesino se cruzó de brazos ante mi respuesta.

"Vaya, así que debo dejar que me maten, ¿No es así?"

-Eeeeh..., ¡Sí!-. Dijo. -Así, al menos, no hubieras matado a tantas personas-.

"Personas que eran mala gente"

-Oh vaya, ¿Ahora eres dios para decidir quién vive y quién muere?-. Pregunté, alzando una ceja. Su única contestación, fue hacerme un corte de manga. -Muy gracioso-. Dije. -Tsk-. Miré hacia otro lado. Luego, le volví a mirar.

"Vamos, encima que voy a ayudarte"

Negué.

-Estoy aquí por tu culpa, ¿Encima quieres que te dé las gracias por ayudarme ahora?-. Pregunté, y él alzó los hombros. -Ahhhh..., Maldita sea, ¿De dónde has salido?, ¿Quién eres?-. Pregunté, y se pensó la respuesta.

"Puedes considerarme tu ángel de la guarda"

Sonreí.

-Pues vaya ángel me ha tocado-. Dije, burlándome.

"La cara la tengo, y el cuerpo..., Bof, si me vieras debajo del traje"

Me quedé bastante sorprendido.

-Perdona..., ¿Estás ligando conmigo?-. Pregunté, y él sonrió, lo noté debajo de la máscara.

"¿Crees que estoy ligando contigo?"

-Eso parece-. Respondí.

Negó, y siguió sonriendo, se podía notar por su expresión.

"Escucha, te avisaré cuando se haga de noche para que cuando ellos estén durmiendo, te desataré para que desactives la bomba"

Torcí el labio, y asentí.

-Bien..., Me espera una larga noche..., Imagino que no tendré tiempo ni para dormir-. Negué sonriente, y él me dijo algo, que me sorprendió.

"Tampoco es que duermas mucho"

Alcé una ceja.

-¿Y tú como sabes eso?-. Pregunté confundido.

Me puso el dedo en la boca, indicándome que me callara.

"Me voy, nos vemos, bola de pelo"

-¡Que te den!-. Le dije, y se fue, subiendo por las escaleras. -Aghj..., ¿Por qué me ha tocado un asesino payaso?-. Pregunté, y miré hacia arriba. -Mello...-. 

Tragué saliva. 

-Te hecho de menos-.



Llevo como dos horas dándole unas cuántas vueltas a mi cabeza, y...

Creo que Mello sigue vivo.

Es decir, está muerto, pero...

Creo que puede estar observándome, quizás..., Desde algún lado. Vamos, ¡Es Mello!, Es capaz de hacer cualquier cosa..., ¿No?

Estoy seguro de que ese asesino..., Tiene que tener alguna conexión con Mello, quiero decir..., Rubio, de ojos negros. ¿Y si...?

¿Y si es Mello?

Aghj, pero que dices, Nate..., Pareces idiota...

Mello está..., Muerto, y ya escuchaste al shinigami Ryuk, no existe ni el cielo ni el infierno. 

Realmente estaba comenzando a tener esperanzas de que tras la máscara, se escondía Mello.

Aquella forma de cogerme del cuello de la camisa, la amabilidad y naturalidad con la que me trata, sus bromas estúpidas, lo de hacerme callar y cogerme de la cara...

Joder, si no es Mello, debe de ser su puto enviado del cielo, porque si no, no lo entiendo.

Pasaron las horas más lentas de mi vida, y fue entonces cuando escuché bajar a alguien, y vi que era él.

"Ya están dormidos, vamos, te desataré"

Se dirigió a mi espalda, comenzando a desatarme los brazos.

-¿Me puedes explicar por qué necesitas que lo haga yo?, ¿Es que no puedes hacerlo tú?-. Le pregunté, confundido.

Cuando terminó de desatarme, él se puso delante mío, comenzando a explicarme la situación.

"No puedo hacerlo, porque si me acerco a menos de diez metros del detonador, sufro unas descargas muy grandes"

Asentí, confundido.

-¿No me lo podías haber dicho antes?-. Pregunté, acariciándome las muñecas.

"¿Es qué hay que decírtelo todo o qué?"

Negué.

-A la próxima me voy sin ayudarte. Anda, vamos-. Dije, y él comenzó a subir por las escaleras. -Espera-. Paró, y me acerqué al maletín del doctor. Son realmente idiotas habiéndolo dejado aquí.

Lo abrí, y cogí el bisturí, la aguja, y el hilo.

-Necesitaremos esto-. Dije, y el rubio asintió.

Se lo dí, y se lo guardó en el bolsillo.

Subimos hacia arriba, y Beyond estaba durmiendo en un colchón zarrapastroso, tirado en el suelo. Los demás hombres estaban durmiendo en demás colchones.

Miré al asesino.

"El detonador debe de estar en su escritorio"

Me dijo, así que me dirigí al escritorio de Beyond.

Comencé a abrir sus cajones con sumo cuidado, hasta que encontré un cilindro negro con dos botones.

Le miré.

-¿Es este?-. Pregunté susurrando, y el rubio asintió. -Bien..., ¿Cuál es el botón para desactivar?-. Pregunté.

El rubio comenzó a rascarse la cabeza.

-¡No me jodas que no lo sabes!-. Dije, sin subir el volumen de la voz.

"¡Espera"

Comenzó a pensar, y asintió.

"El botón rojo"

-Seguro, ¿Eh?-. Pregunté, y él asintió.

Dirigí mi dedo pulgar al botón rojo, y él cerró los ojos, apretándolos con fuerza.

De pronto, entonces...

Pulsé el botón rojo, y...

Una luz se iluminó en el cuello del rubio.

El asesino comenzó a ponerse nervioso, y a tocarse el cuello.

-¡Estate quieto!-. Dije.

Ví a Beyond retorcerse en el colchón.

-Ufff..., Vamos para abajo-. Dije, y nos bajamos hacia abajo. -Bien, ahora, ¿Puedo sacarte la bomba?-. Pregunté, y él alzó los hombros. -Probemos suerte-.

Se agachó, y me pasó todos los materiales necesarios.

Cogí el bisturí.

-Te va a doler, y mucho-. Le dije.

Comencé a cortarle una incisión vertical en la zona del cuello donde se le iluminaba.

Él cerró los ojos, y apretó sus puños, pero era muy fuerte, no parecía estar llorando.

Cuando ya tenía la incisión bastante profunda, cogí las pinzas, y las introduje, comenzando a buscar la bomba.

Cuando noté que había tocado algo con las pinzas, seguí rebuscando, hasta poder cogerlo. Saqué las pinzas, y allí estaba, una mini-bomba con una luz parpadeando.

-Perfecto-. Dije, y la dejé en el suelo.

"Menos mal"

Me dijo.

-Bien..., Deja que te cosa el cuello-. Enhebré la aguja, y le cosí el cuello. Aguantó mucho el dolor, ya que no ví que se le cayera ninguna lágrima. -Ya está, terminado-. Dije, y él alzó el pulgar. -¿Ya puedes quitarte la máscara y hablar?-.

"Supongo"

-Pues venga, va-. Dije.

Dirigió las manos a su máscara, y la desabrochó por la parte de atrás.

La verdad...

La verdad es que estaba muy nervioso...

Salió una leve cantidad de humo por los alrededores de la máscara, y se la terminó quitando, revelando su rostro...

-M-Mello...-. Dije, y él me miró.

-¿Qué?-. Me preguntó.

Tragué saliva.

-E-Eres..., ¿Eres tú, Mello?-. Pregunté.

-¿Mello?-. Me preguntó. -¿Ese no es el que está..., Muerto?-. Preguntó.

Negué.

-Olvídalo...-. Dije, y me abracé a mí mismo, sentado en el suelo, junto con él. -Soy un estúpido...-.

Me miró, y torció el labio. Me tocó el hombro.

-Siento..., Mucho, lo de aquel Mello-. Asentí.

-No te preocupes...-. Dije.

-Era..., ¿Un gran amigo tuyo?-. Preguntó.

Cogí aire, y suspiré.

-No..., No sé lo que era-. Dije, y me dí cuenta de lo que estaba haciendo. -¿¡Qué hago hablando de esto contigo!?-. Pregunté, y me fijé que él también tenía una parte de la cara cicatrizada, como si se hubiera quemado. Parecía todo idéntico..., Menos el corte de pelo, era como si algún tipo de dios quisiera darme una señal, o simplemente, quería burlarse de mí, que es lo más lógico, la verdad.

-Sí, supongo que tienes razón, pero..., Siendo L quizás no tengas muchos amigos, ¿No?-. Preguntó, y miré hacia el suelo. -Podrías empezar teniendo uno-. Dijo, y me ofreció la mano.

-Nunca he necesitado amigos-. Dije, frunciendo el ceño.

-Sí, definitivamente, eres un imbécil-. Dijo, y se levantó del suelo. -Bueno..., Tenemos que formar un plan. Ya no hay marcha atrás, nos desharemos de Beyond y de sus secuaces-. Me miró.

-Te llevaré de vuelta a casa-. Me dijo.

-¿Y..., Tú?-. Preguntó, y él alzó una ceja.

-¿Acabas de...?-. Preguntó sonriente. -¿En serio te interesa?, ¿O simplemente haces ver que te interesa?-. 

Mi corazón..., Se paró en aquel instante.

No estaba entendiendo nada..., Pero ese chico...

Tenía que ver con Mello, o si no..., Es que me estaba volviendo loco.

Y entonces..., Decidí no ser un imbécil, de nuevo. Y le respondí.

-Me interesa-.

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